Las personas que en el pasado se han sentido impotentes ante obstáculos o tropiezos, porque pensaban que hicieran lo que hiciesen no cambiaría nada, tienden a adoptar una disposición apática y a deprimirse ante los reveses futuros. Por el contrario, tanto los animales como las personas que desarrollan y albergan la expectativa de podet defenderse o ejercer el control en situaciones desfavorables son más resistentes a los contratiempos y tienen menor propensión a rendirse o a "tirar la toalla" ante los desafíos.
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