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Paz y Ciencia

lunes, 30 de abril de 2012

Revisión de Erich Fromm sobre el Psicoanálisis

Hoy está de moda hablar de lo que los freudianos llaman las funciones del yo, creo que buscando el mal refugio de querer descubrir el Mediterráneo, porque, fuera de la ortodoxia freudiana, nadie ha dudado nunca de que haya muchas funciones mentales no producidas por los instintos, en el sentido sexual. Y creo que, en cierto modo, esta nueva insistencia en el yo ha supuesto un retroceso desde la que era parte más valiosa del pensamiento de Freud, a saber, su insistencia en las pasiones. En cierto sentido, el concepto de la fuerza del yo es significativo, pero el yo es esencialmente el realizador de las pasiones, de pasiones malignas, o de pasiones benignas. Lo que importa en el hombre, lo que determina su acción, lo que constituye su personalidad, es qué clase de pasiones lo mueven. Por poner solo un ejemplo, pondré el del interés apasionado por la muerte, la destrucción y todo lo que no es vivo, que llamo necrofilia, y el interés apasionado por todo lo vivo, que llamo biofilia. (Nota de Rodrigo C.: Esto lo desarrolla mejor en el libro "El corazón del hombre" -1964-). Ambos son pasiones, no son productos lógicos, no están en el yo, sino que forman parte de la personalida entera. Pues bien, estas no son funciones del yo, sino dos clases de pasiones. Y esta es una revisión que sugiero a la teoría de Freud: lo principal no es la lucha del yo contra las pasiones, sino la lucha de unas pasiones con otras. Erich Fromm: "El arte de escuchar". Paidós, 2012, Barcelona. Pp.: 25-26.

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