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Paz y Ciencia

viernes, 20 de abril de 2012

La Sexualidad en las Sociedades Primitivas

"La antropología es el estudio del hombre abrazando a la mujer". Bronislaw Kasper Malinowski
Profesor de antropología de la universidad de Londres, Bronislaw Malinowski (1884-1942) "sufrió" la influencia del psicoanálisis, pero aunque conserva ciertos conceptos como "complejo" y "represión", los emplea en un sentido definido y empírico. Un antropólogo de referencia que se continúa estudiando y una auténtica referencia en las Humanidades y Ciencias Sociales. En su obra "La sexualidad y su represión en las sociedades primitivas" (1926), responde como antropólogo a "Tótem y Tabú" de Freud y formula sus propias hipótesis acerca de los orígenes de la cultura. Malinowski considera que un sentido general ha sido subestimado el aspecto sociológico de la teoría del Complejo de Edipo, y que este complejo corresponde esencialmente al tipo de familia que se apoya en el derecho romano y la moral cristiana, reforzados por las condiciones económicas de la burguesía. Después de esudiar a los indígenas de las islas Tobriand, que viven bajo el régimen de la familia matrilineal, donde el marido no es considerado padre de sus hijos, el autor señala que allí el papel del padre es mucho menos represivo. No ha comprobado ninguna huella de reprobación con respecto a la sexualidad infantil. Malinowski considera que en las sociedades de estructura matrilineal ningún deseo frustrado perturba las relaciones familiares. La represión actúa solo sobre las tentaciones con respecto a la hermana, y la actitud ambivalente de veneración y de antipatía no se manifiesta más que con referencia al tío materno, que ejerce la autoridad otorgada al padre en nuestras sociedades. Según Malinowski, el examen de la mitología tobriandesa, confirma este análisis. Los primeros grupos ancestrales, cuya aparición se menciona en el mito, están siempre representados por una mujer acompañada de su hermano o del animal totémico, pero jamás del marido. El drama mitológico siempre se engendra en un conflicto entre hermanos o entre hermanas: el padre no desempeña ningún papel. Para los psicoanalistas, el complejo de Edipo tendría un origen casi trascedental: el crimen totémico cometido por la horda primitiva, donde los hijos han matado al padre. Este crimen que, según, ha atormentado a toda la historia de la humanidad y del que nace su cultura, es para Malinowski, una hipótesis inconsistente. El paso del estado natural al estado de cultura no puede cumplirse mediante un solo acto, y esta suposición contrasta con todas las observaciones antropológicas. Según Malinowski, la cuestión del origen de la cultura carece de sentido salvo para la comparación del mundo animal con las sociedades humanas. El llamamiento amoroso, el acercamiento sexual y la gestación de un bebé, el nacimiento de la progenie y su desarrollo obedecen, en el caso de los animales, a reglas instintivas. En el hombre, los mandamientos y preceptos tradicionales apoyan, amplifican y especializan las tendencias naturales. Malinowski ve en lo que se llama postulado universal de la legitimidad la exigencia natural de la presencia del macho en la familia. Pero en la familia humana, la persistencia de los lazos más allá de la madurez de los niños constituye la primera característica verdaderamente distintiva de los animales. Esta apertura cultural presenta al mismo tiempo dos peligros: la tencia al incesto y la rebelión contra la autoridad. La prohibición del incesto resulta del hecho de que la tentación con respecto a los progenitores es un elemento destructor de la familia y, en consecuencia, de la cultura que esta transmite.

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