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Paz y Ciencia

viernes, 20 de abril de 2012

Catarsis

No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre. Sigmund Freud.
El término griego catársis -que literalmente significa purga o purificación- aparece en el vocabulario de la psicoterapia y en el de la dramaturgia. Designa el efecto producido por la descarga emocional que puede provocar, en la conciencia, la reaparición de un recuerdo traumático olvidado. Aristóteles consideraba que "a través del miedo y de la compasión, la tragedia purifica las pasiones del espectador", fenómeno al que designó como catarsis. El psicodrama, creado por el psicólogo norteamericano Jacob Moreno, se funda en la catarsis para extraer los conflictos interiores a través del juego dramático. En sus inicios, el psicoanálisis empleó el método catártico en el tratamiento de los paciente, por ejemplo con la famosa paciente Anna O., quien fue una pionera del trabajo social. Siguiendo a Joseph Breuer, Freud recurre a él para el tratamiento de las histéricas. (También hay hombres histéricos). Entonces considera que el síndrome histérico se desarrolla cuando un proceso psíquico no puede alcanzar el nivel de la conciencia y es desviado bajo la forma del problema corporal. Evocando los acontecimientos que se encuentran en el origen de sus recuerdos patógenos, el enfermo se libera en una abreacción (descarga emocional) que entraña la catarsis. Después, el método catártico se asocia a la hipnosis, que permite hacer resurgir más rápidamente los recuerdos reprimidos. Más adelante, Freud se limita a utilizar la simple sugestión. Él dijo que "la sugestión era el cobre y el psicoanálisis el oro". Finalmente, el único método de las asociaciones libres del sujeto (el psicoanalista pide a este que diga "todo lo que le venga a la mente"; ya se trate de imágenes, recuerdos o palabras, su elección siempre resulta significativa y remite a la historia y a la personalidad profunda del sujeto). La evolución de las técnicas empleadas para obtener la catarsis ha implicado modificaciones en la teoría de la cura analítica. En sus orígenes, se trataba, sobre todo, de analizar los contenidos inconscientes, pero con el tiempo el psicoanálisis ha adjudicado importancia creciente al análisis del yo y a los mecanismos de defensa. Se vuelve necesario abordar la resistencia (que se opone al conocimiento de su inconsciente por parte del enfermo) con anterioridad al contenido inconsciente. La consideración de las resistencias y de la transferencia, la importancia cada vez mayor reconocida a los procesos de superación de las resistencias y a la elaboración psíquica, han conducido a atribuir a un papel secundario a la catarsis en la cura analítica. De todas formas, la catarsis sigue en el centro de numerosos tipos de psicoterapia. Algunas la han vuelto su objetivo principal; por ejemplo, el psicodrama y el narcoanálisis (método de análisis psiquiátrico o psicológico que se realiza tras la inyección de un barbitúrico con el objetivo de adormecer ligeramente al individuo). Utilizada sobre todo para tratar las neurosis traumáticas, provoca, con la ayuda de drogas, efectos analógos a los que Breuer y Freud obtuvieron mediante métodos hipnóticos. Al limitar el lugar del método catártico en la cura analítica, Freud ha subrayado los peligros que pueden representar para el enfermo las descargas emocionales demasiado fuertes. Ciertas terapias en base a la expresión corporal como sucedáneas del psicoanálisis -cuando no son absolutamente ineficaces- deben abordarse con prudencia.

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