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Paz y Ciencia

martes, 31 de marzo de 2009

Robert Graves: Dioses y Héroes de la Antigua Grecia

Teseo
XVI
Durante una visita a Corinto, el rey Egeo de Atenas se casó en secreto con la princesa Etra. Ésta se había cansado de esperar que Belerofonte, con quien debía contraer matrimonio, volviera de Lidia. Tras unos días felices con Etra, Egeo le dijo:
—Me temo que tengo que irme, querida. Si tuvieras un hijo, lo más seguro para él sería que atribuyeras su paternidad al dios Poseidón. Mi sobrino mayor te mataría, si supiera lo de nuestra boda, porque espera ser el siguiente rey de Atenas. ¡Adiós!
Egeo no regresó nunca.
Etra tuvo un hijo al que llamó Teseo y, el día que éste cumplía catorce años, le preguntó:
—¿Puedes mover esa enorme roca?
Teseo, un muchacho con una fuerza enorme, levantó la gran piedra y la lanzó lejos. Escondidas bajo la roca, encontró una espada con una serpiente dorada grabada en la hoja y un par de sandalias.
—Esto lo dejó aquí tu padre —dijo Etra—. Es Egeo, rey de Atenas. Llévaselo y dile que lo encontraste bajo esta roca. Pero, ten cuidado: no digas nada a sus sobrinos, porque se enfurecerían si descubrieran que tú eres el auténtico heredero del trono de Atenas. Es por ellos que durante todos estos años he dicho que tu padre era Poseidón y no Egeo.
Teseo viajó a Atenas por el camino de la costa. Primero, se encontró con un gigante llamado Sinis, que tenía la horrible costumbre de doblar dos pinos, el uno hacia el otro, atar algún pobre viajero por los brazos a las copas de los mismos y, de repente, soltarlos. Los árboles se enderezaban partiendo al viajero en dos. Teseo luchó contra Sinis, lo dejó sin sentido e hizo con él lo que él hacia con los demás.
Después, Teseo se enfrentó y mató a una monstruosa cerda salvaje, una bestia que tenía unos colmillos muy grandes y más afilados que una hoz. Más tarde, combatió con Procrustes, un malvado posadero que vivía junto al camino y que sólo tenía una cama en su posada. Si el viajero era demasiado bajo para la cama, Procrustes lo alargaba con un instrumento de tortura llamado «potro»; si era demasiado alto, le cortaba los pies, y si tenía la altura adecuada, lo asfixiaba con una manta. Teseo derrotó a Procrustes, lo ató a la cama y le cortó los dos pies. Pero vio que aún era demasiado alto, así que también le cortó la cabeza. Luego, envolvió el cadáver con una manta y lo arrojó al mar.
El rey Egeo se había casado de nuevo, recientemente, con una bruja llamada Medea. Teseo desconocía este matrimonio, pero cuando llegó a Atenas, Medea, con su poder mágico, supo quién era él y decidió envenenarle, poniendo matalobos en su copa de vino. Medea quería que el siguiente monarca fuera uno de sus hijos. Por suerte, cuando Egeo vio la figura de la serpiente en la espada de Teseo, supuso que el vino estaba envenenado y rápidamente tiró la copa que Medea tenía en la mano y que, en ese momento, ofrecía a Teseo. El veneno hizo un gran agujero en el suelo y Medea escapó en una nube mágica. Luego, Egeo mandó un carruaje a Corinto para recoger a Etra y anunció:
—Teseo es mi hijo y heredero.
Al día siguiente, cuando Teseo se dirigía al templo, los sobrinos de Egeo le tendieron una emboscada, pero Teseo luchó y los mató a todos.
Varios años antes, el hijo del rey Minos, Androgeo de Creta, estuvo en Atenas y ganó todas las competiciones de los juegos atléticos: carreras, saltos, boxeo, lucha y lanzamiento de disco. Los sobrinos de Egeo, celosos, lo acusaron de conspirar para hacerse con el trono y lo asesinaron. Cuando Minos protestó ante los dioses del Olimpo, éstos ordenaron a Egeo que, cada nueve años, enviara a siete chicos y siete chicas de Atenas, para que fueran devorados por Minotauro de Creta. Minotauro era un monstruo —medio toro y medio hombre— que Minos guardaba en el centro del laberinto que Dédalo había construido para él. Minotauro conocía todos los rincones y curvas del laberinto, y conducía a sus víctimas hasta un pasillo sin salida, donde las tenía a su merced.
Los atenienses, enojados con Teseo por haber matado a sus primos, lo eligieron como uno de los siete chicos que enviaban al sacrificio ese año. Teseo lo agradeció, diciendo que estaba contento de tener la oportunidad de librar a su país de aquel espantoso tributo. El barco en el que viajaban las víctimas del sacrificio estaba aparejado con velas negras, de luto, pero Teseo se llevó también unas velas blancas.
—Si mato a Minotauro, izaré estas velas blancas. Si Minotauro me mata a mí, seguirán puestas las negras.
Teseo rezó a la diosa Afrodita. Y ella lo escuchó y le ordenó a su hijo Eros hacer que Ariadna, la hija de Minos, se enamorara de Teseo. Aquella misma noche, Ariadna fue a la prisión donde estaba Teseo, drogó a los guardias, abrió la puerta de su celda con una llave robada del cinturón de Minos y le preguntó a Teseo:
—Si te ayudo a matar a Minotauro, ¿te casarás conmigo?
—Encantado —contestó él, besándole la mano.
Ariadna guió a Teseo y a sus acompañantes hasta la salida de la prisión. Luego, les enseñó un ovillo mágico que le había entregado Dédalo antes de abandonar Creta. Lo que tenían que hacer era atar el cabo suelto del ovillo a la puerta del laberinto y éste rodaría mágicamente por los caminos enrevesados, hasta llegar al claro que había en el centro.
—Minotauro vive allí —dijo Ariadna—. Duerme exactamente una hora de cada veinticuatro, a medianoche, y muy profundamente.
Los seis compañeros de Teseo vigilaban la entrada, mientras Ariadna ataba el hilo a la puerta del laberinto. Teseo entró, pasó la mano a lo largo del hilo en la oscuridad y llegó, poco después de la medianoche, hasta donde dormía Minotauro. Luego, cuando salió la luna, le cortó la cabeza al monstruo con una espada de hoja afilada que le había prestado Ariadna. Después, siguió el hilo en sentido contrario hasta la entrada, donde sus amigos lo esperaban ansiosos. Mientras tanto, Ariadna había liberado también a las siete chicas y, después, fueron todos juntos hacia el puerto. Teseo y sus amigos agujerearon los cascos de los barcos de Minos; luego, subieron a bordo del suyo y partieron rumbo a Atenas. Los barcos cretenses que intentaron perseguirles pronto se llenaron de agua y se hundieron. Así que Teseo huyó sano y salvo, con la cabeza de Minotauro y con Ariadna.
Poco después, Teseo atracó su barco en la isla de Naxos porque necesitaban alimentos y agua. Mientras Ariadna descansaba tumbada en la playa, el dios Dionisos se le apareció de repente a Teseo:
—Quiero casarme con esta mujer —dijo—. Si te la llevas lejos de mí, destruiré Atenas, haciendo que todos sus habitantes se vuelvan locos.
Teseo no se atrevió a ofender a Dionisos y, como además tampoco estaba muy enamorado de Ariadna, la dejó dormida y se marchó. Ariadna se enfureció al despertar y verse abandonada, pero Dionisos apareció pronto, se presentó y le ofreció una gran copa de vino. Ariadna se la bebió entera, se encontró mejor enseguida y decidió que era mucho más glorioso casarse con un dios que hacerlo con un mortal. El regalo de boda de Dionisos fue la espléndida diadema de piedras preciosas que hoy es la constelación de la Corona Boreal. Ariadna tuvo varios hijos con Dionisos y finalmente volvió a Creta como reina.
A su regreso, Teseo, a causa de los nervios, olvidó cambiar las velas, y el rey Egeo, que observaba ansioso la vuelta de las naves desde un acantilado cercano a Atenas, vio aparecer las velas negras en lugar de las blancas. Vencido por el dolor, saltó al mar y se ahogó. Teseo, entonces, se convirtió en el rey de Atenas e hizo las paces con los cretenses.
Unos años después, las amazonas, una fiera raza de mujeres guerreras de Asia, invadieron Grecia y atacaron Atenas. Gracias a los consejos de la diosa Atenea, Teseo consiguió derrotarlas; pero, desde entonces, alardeó siempre de su coraje.
Un día, su amigo Pirítoo le dijo:
—Estoy enamorado de una hermosa mujer. ¿Me ayudarás a casarme con ella?
—Por supuesto —contestó Teseo—. ¿No soy el rey más valiente que existe? ¡Mira lo que les hice a las amazonas! ¡Mira lo que le hice a Minotauro! ¿Quién es esa mujer?
—Perséfone, la hija de Deméter —contestó Pirítoo.
—¿En serio? ¡Pero si Perséfone ya está casada con el rey Hades, dios de la muerte!
—Lo sé, pero ella odia a Hades y quiere tener hijos. Y no puede tenerlos con el dios de la muerte.
—Parece una aventura bastante arriesgada —consideró Teseo, poniéndose pálido.
—¿No eres el rey más valiente que existe?
—Lo soy.
—¡Entonces, vamos!
Cogieron sus espadas y, por la puerta lateral, descendieron hasta el Tártaro. Allí, le dieron al can Cerbero tres pasteles con jugo de amapola para adormilarlo. Luego, Pirítoo golpeó con los nudillos la puerta del palacio de Hades y entraron.
Hades preguntó sorprendido:
—¿Quiénes sois, mortales, y qué queréis?
—Yo soy Teseo, el rey más valiente que existe. Éste es mi amigo Pirítoo, que cree que la reina Perséfone es demasiado buena para ti. Y quiere casarse con ella —le dijo Teseo.
Hades sonrió. Nadie lo había visto sonreír jamás.
—Bueno —contestó—. Es cierto que Perséfone no es completamente feliz conmigo. Quizá podría dejarla marchar, si me prometes tratarla bien. ¿Por qué no hablamos de ello más tranquilamente? Por favor, tomad asiento en ese cómodo banco.
Teseo y Pirítoo se sentaron, pero el banco que les había ofrecido Hades era mágico. Y se quedaron pegados a él, de forma que no podrían escapar jamás sin arrancarse una parte de sí mismos. Hades miraba, soltando grandes risotadas, mientras los dos amigos eran azotados por las furias, picados por unas serpientes con manchas fantasmagóricas, y los dedos de sus manos y sus pies eran mordidos por Cerbero, que salía de su estupor.
—¡Pobres estúpidos —dijo Hades, riéndose entre dientes—, os quedaréis aquí para siempre!

El Pirata


Cerrado y triste miras atrás
llorando y arropado te encoges
arrobado en un lecho
telas y almohadillado te rodea
mirando al infinito quedas
surcando los océanos del dolor
queriendo atravesar la bruma
y mientras surcas los mares
los piratas te asedian
sigues luchando sin tregua
y ves más bucaneros
allí entre espadas
sales victorioso
pues la vida y el coraje te acercarán a la orilla
y la bruma y la espesura te arrastrá mar adentro
donde las sombras se vuelcan sobre ti
y las delicias son sueños

Khalil Gibran

Entonces dijo Almitra: Háblanos del amor.
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silencio cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle, aunque sus caminos sean agrestes y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, dejadle, aunque la espada oculta en su plumaje pueda heriros.
Y cuando os hable, creedle, aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños.
Como el viento asola vuestros jardines. Porque así como el amor os corona, así os crucifica.
Así como os agranda, también os poda.

Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón", sino "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podréis dirigir el curso del amor, porque el amor, si os halla dignos, dirigirá vuestro curso.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud. Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean así:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor; y de sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar gracias por otra jornada de amor.
De volver a casa al crepúsculo con gratitud, y luego dormirse con una plegaria en el corazón por el bienamado, y con un canto de alabanza en los labios.

domingo, 29 de marzo de 2009

Donde estuvieras

Aciago, rodeado en el trémulo despertar
Entre árboles merodeas procurando un claro
Y sientes tus pulmones henchidos
Cubiertos de aire y dispuesto para retozar
Repleto y callado
Preparado para ser descubierto
Y dónde has estado este tiempo
Dormido o extasiado
Perdido o desaparecido
Dónde has estado
Fundido en un sueño
Pegado o embotado
Liviano o frágil
Volando entre los designios de tu libertina memoria
Que mira y no halla lo que un día perdió
Y allí, anclado has estado
Pensando en el camino que queda
En lo hermoso que puedes crear
Dispuestos para abrirte el claro y poder mirar al cielo
Lugar donde las estrellas reflejaran tu belleza
Allí crecerás de nuevo.

viernes, 27 de marzo de 2009

Esquizitos

ESQUIZITOS

Este es el neologismo empleado por la esposa de un F20: Esquizitos.
La esquizoidía es un regalo para los sentidos de ciertas personas. La mujer de Kynes se lama Zerezita. Ella conoció a Kynes en una feria de informática: SIMO.
Ella se enamoró de un muchacho que hablaba con profundidad, tenía inquietudes amplias, conocía la programación, la red de redes, le gustaba la ciencia ficción, los cómic, la naturaleza, la ciencia, la literatura, le gustaban muchas cosas de la realidad pero no se veía uno más. Ella era dulce, cariñosa, atractiva, inteligente y tenía un agudo olfato para detectar a los hombres sensibles, y allí, en SIMO encontró a una pieza enigmática, Kynes estaba en un canal de esquizofrenia dirigiendo y organizando, en algún foro sistematizando una lucha contra el estigma y en la vida real, tan disperso y desubicado. “Este chico es un cielo”, se decía Zerezita…
Empezaron a entablar una relación virtual, mensajes, llamadas, besos virtuales, alguna carta, alguna quedada en Madrid, algún viaje, poco después a la ciudad de ella, después el tiempo fue acercando a las personas de detrás de los personajes, empezaron a coger cariño a los suegros, a tener contacto, a conocerse y a respetarse con sus virtudes y defectos.
En todo esto, la lucha de “salir del armario” de Kynes seguía viva, por un costado luchaba en la red por reivindicar su mismidad, por otro lado, su identidad quedaba borrada por la etiqueta y se ahogaba en un mar cibernético. Fundó el canal #esquizofrenia, donde chateaba el mismo Ciorán, con “El inconveniente de haber nacido”, lo leías y era un prodigio de la filosofía pero tenía un problema, además de haber estudiado tres cursos de matemáticas, su cinismo embadurnaba de barro espeso y oscuro a su identidad, y cubría de un manto negro la sociedad. También estaba Insanux, un buen mozo, algo dislocado, con cierto afán por los tóxicos y por Bukowski, fue época del acmé del canal, cuando kynes era el “founder” y hacía entrevistas en la prensa. Cuando aparecía en páginas web de psiquiatras y psicólogos. Vermills era otro individuo, que permanece intacto, y así otros muchos como Seroquel, publicitando el afamado neuroléptico. Y la vida surgía en un microcosmos donde la salud estaba vista como enfermiza y la enfermedad como lo cotidiano, allí kynes era el Rey, pero llegó el mundo externo, el trabajo, las tesis y la Uni y se derrumbó.
Poco después se casó con Zerezita y ahora trata de juntar los pedazos que ha ido proyectando en el mundo externo, cual puzzle de niño pequeñito, intentando que todo aquello que fue un sueño pueda ser vivido en una realidad vivida como pesadilla.
Él es capaz de amar pero siente que poca gente le ha querido y mantiene una cierta paranoidia “sanota” que puede resultar cortante, su pensamiento se ha convertido en un extraño temporal, como las manos huéspedes y sin embargo sigue amando y tratando de buscar un solo motivo para engancharse a la vida externa. Si le facilitamos una puerta abierta al mundo quizá, tal y como dice él, podrá “salir del armario”. Ya tiene quien le abra, ahora sólo ha de encontrar un mundo menos hostil.

Este escrito es una historia novelada. No tiene carácter científico. Atentamente, RCS.

jueves, 26 de marzo de 2009

Interpretación y su prudencia



El psicoanálisis tiene una veta de sometimiento que no suele funcionar con psicóticos.


Interpretar puede ser una hoja afilada que abra heridas innecesarias. Interpretar puede ser entendido en el sentido freudiano de cirugía, y eso, a simple vista parece sádico.
La interpretación es el elemento princeps del psicoanálisis. La forma de intervenir por excelencia, la que facilita el “insight” y penetra en el inconsciente, conectando elementos disociados. Ayudando a hacer ver las conexiones que existen en el problema.
No obstante, la interpretación puede ser un bisturí que abre como cirugía sin anestesia la carne del yo de un individuo que está delante de nosotros pidiendo ayuda, no que le abramos en canal, y los resultados de una intervención de este tipo puede ser una profunda angustia y una profunda repulsa, merecidamente ganada, hacia nosotros. Hay personas, que no deben ser interpretadas, los psicoanalistas más “sagaces”, con tintes más “puretas” caen en la taxonomía psicoanalítica y hablan de que estos individuos se sienten “perseguidos” por las interpretaciones. Esto me parece una soberana estupidez coronada de guirnaldas, pomposidad y tradición decimonónica.
La persona que sufre pide ayuda para que se ayude, no para que se haga alarde de un saber y se ataque con “puas”, en el mejor de los casos, una persona que nos tenga cariño nos puede llamar “Espinete”. Quiero transmitir que la violencia de la interpretación y de todo tipo de intervención incisiva a de ser guardada para que sea el propio consultante el que sea capaz de construirla en el marco que le brindamos, un marco de confiabilidad, protección y dirigido a explorar juntos con la asistencia y abstinencia del psicoterapeuta, un conflicto que asusta.
La interpretación es clave en psicoterapia, es una intervención fundamental pero es un elemento que hay que tomar con humildad, con cuidado y utilizar con mesura. Interpretar con un tono interrogante siempre es menos agresivo que las interpretaciones imperativas de media hora de la señora Klein, la que parecía curar por sumisión. No obstante era una mujer absolutamente genial.
La interpretación debe ser guardada para el consumo interno del psicoterapeuta, que probablemente es el único que la vaya a entender porque conecta su subjetividad con la de otro. Y si eso se pone en palabras en un contexto no “suficientemente bueno” el resultado es inocular el caos, lo informe y poblar así, de nuevo, el mundo interno del consultante de objetos persecutorios. Consiguiendo retroalimentar la imagen mental que dispone para relacionarse con el exterior, hostilidad y peligro.
Por tanto, procurémonos ser más humanos y menos pedantes, esto nos conectará más a nuestros pacientes y nos distanciará de cierta ciencia, un estorbo para conectar con un ser humano, el camino de la curación, la vía de la salud.

martes, 24 de marzo de 2009

Robert Graves: Dioses y Héroes de la Antigua Grecia

Belerofonte
XV

Belerofonte de Corinto, que estaba prometido con la princesa Etra, mató a un hombre por accidente, durante una competición de tiro con dardos, por lo que tuvo que abandonar el país. Huyó a la ciudad de Tirinto y allí el rey le consideró su invitado. Pero la reina, que se enamoró de Belerofonte, lo abrazó en las escaleras y le dijo:
—¡Querido, huyamos juntos!
—¡Por supuesto que no! —exclamó Belerofonte—. Estás casada y el rey ha sido muy amable conmigo.
La reina, entonces, se fue a ver al rey y le susurró al oído, con rencor:
—Ese sinvergüenza de Belerofonte acaba de pedirme que huya con él. ¿Has visto nunca tal desvergüenza?
El rey se creyó la historia, pero temía ofender a las furias si mataba a su invitado. En lugar de eso, escribió una carta a su suegro Yóbates, rey de Licia, en Asia Menor, y envió a Belerofonte, acompañado de la misiva, al otro lado del mar. La nota, que estaba sellada, decía: «Por favor, decapita al portador de la presente. Ha sido muy grosero con la reina, tu hija».
El rey Yóbates temió ofender a Hermes, dios de los viajeros y mensajeros, si decapitaba a Belerofonte. Y, en lugar de eso, le pidió a éste que matara a Quimera, una cabra con cabeza de león y cola de serpiente que escupía fuego y que guardaba el palacio del rey de Caria, enemigo de Yóbates.
Belerofonte prometió hacer lo que pudiera. Rezó a la diosa Atenea y ésta le aconsejó que primero domara a un caballo alado salvaje llamado Pegaso, que vivía en el monte Helicón y que las musas alimentaban en invierno, cuando la nieve cubría la hierba. Belerofonte sabía que Pegaso volaba a menudo hacia el sur, hasta el istmo de Corinto, y lo había visto una o dos veces bebiendo allí en su manantial favorito. Así que Belerofonte volvió a Corinto en secreto, con miedo a ser arrestado por asesinato, y rezó a Atenea otra vez. La diosa entonces le dio unas bridas doradas y con ella, Belerofonte esperó toda la noche detrás de una roca cercana al manantial. Al amanecer, por suerte, Pegaso llegó a beber. Y, rápidamente, Belerofonte pasó las bridas por la cabeza del caballo y lo domó tras una lucha feroz.
En ese momento, los enemigos de Belerofonte llegaron para arrestarlo, pero él montó a Pegaso y voló hacia Caria. Una vez allí, dio vueltas sobre el palacio, hasta que vio a Quimera escupir fuego en un campo. Fue entonces cuando le lanzó una lluvia de flechas. Pero Belerofonte no pudo matar al monstruo hasta que no clavó un trozo de plomo en la punta de una lanza y lo introdujo en las fauces abiertas de Quimera. El aliento abrasador de la bestia hizo que el plomo se derritiera, le bajase por la garganta y le agujerease el estómago. Así fue la muerte de Quimera.
Más tarde, Yóbates encargó a Belerofonte otras tareas importantes. Belerofonte se comportaba siempre con tanta valentía y modestia que, finalmente, Yóbates le enseñó la carta de Tirinto y le dijo:
—Dime, ¿es cierto eso?
Cuando Belerofonte le explicó lo que había ocurrido en realidad, Yóbates gritó:
—¡Claro! Mi hija mayor siempre fue una mentirosa y te pido perdón por haberme creído esa historia.
Entonces, Yóbates casó a su buena y hermosa hija pequeña con Belerofonte y, en su testamento, dejó a Belerofonte el trono de Licia.
Pero, a partir de entonces, Belerofonte se volvió muy orgulloso. Cometió la estupidez de intentar visitar a los dioses del Olimpo en su palacio, sin haber sido invitado; y se paseaba por el aire montado en Pegaso, y vestido con túnicas y con la corona puesta. Un día, Zeus, que lo vio desde lejos, gritó:
—¡Maldigo a este desvergonzado mortal! Hera, querida, envía un tábano para que pique a Pegaso debajo de la cola.
Hera lo hizo. Y Pegaso se encabritó, haciendo caer a Belerofonte desde casi mil metros de altura, que se estrelló contra la ladera de un valle, donde rodó hasta meterse dentro de una zarza. Después de aquello, el destino de Belerofonte fue vagar por la Tierra bajo la maldición de Zeus: cojo, pobre y abandonado por sus amigos. Pegaso, por su lado, fue recogido por Zeus, que lo utilizó como animal de carga para transportar sus rayos.

Monte Miseria


Hoy quisiera hablar de una novela titulada "Monte Miseria", está en Ed. Anagrama, también en formato compacto. Trata de la experiencia de un psiquiatra en un hospital de psiquiatría, de lo que aprende en ese recinto y lo que vive dentro y fuera de sus muros. Es la continuación de la novela "La Casa de Dios", considerada "La Biblia" para los estudiantes de medicina en Estados Unidos. Ambas muy apreciadas por la crítica. Es un libro de incalculable valor, lo firma Samuel Shem, seudónimo de Stephen J. Bergman, psiquiatra y director de la sección clínica en la facultad de medicina de Harvard. Probablemente influido por Thomas Szasz (El mito de la enfermedad mental; El Segundo pecado). Bergman es un grandísimo profesional que escribe de una forma verdaderamente bella.

Al final del libro, a modo de anexo podemos leer las siguientes

LEYES DE MONTE MISERIA

I. En psiquiatría no hay leyes.
II. Los psiquiatras se especializan en sus defectos.
III. Ante una urgencia psiquiátrica, lo primero que hay que hacer es comprobar tu propio estado mental.
IV. Los pacientes no son los únicos que tienen la enfermedad, o que no la tienen.
V. En psiquiatría primero viene el tratamiento, luego el diagnóstico.
VI. Los peores psiquiatras son los que más cobran, y los expertos mundiales son los peores de todos ellos.
VII. La facultad de medicina es un lastre para llegar a ser psicoterapeuta.
VIII. Tus colegas te harán más daño que tus pacientes.
IX. Puedes saberlo todo sobre una persona por el modo en que practica un determinado deporte.
X. Los pacientes "fisiológicos" no toman su medicación el cincuenta por ciento de las veces, y los pacientes psiquiátricos suelen tomarla muchas menos veces.
XI. La terapia es parte de la vida, y viceversa.
XII. La curación, en psicoterapia, no tiene nada que ver con la psicología: la conexión, no el yo, es la que cura.
XIII. La prestación de cuidado psiquiátrico reside en saber lo menos posible, y en entender lo más posible acerca de cómo vivir el sufrimiento de tus semejantes.


El dibujo es de Ceferino Castellano.

Final Alternativo de la Niña de los Sueños

http://simalme.blogspot.com/2009/03/mi-final-de-la-nina-de-los-suenos.html
copien y peguen, si no les vale pulsen en "simalme" en páginas amigas, simalme como prometió ha hecho un final a su gusto.
saludos. Rodrigo Córdoba

lunes, 23 de marzo de 2009

Sobre la Creatividad y la Psicosis

Quisiera describir dos conceptos, uno de Eysenck: Baja inhibición latente, que sería la base biológica de la creatividad y que se refiere a un aumento en la actividad cortical que tiende a hacer asociaciones. Lo relaciono con la Apofenia de Klaus Conrad y que tiene que ver con el encontrar patrones organizaciones en el caos.
Ambos factores aparecerían con la dimensión de psicoticismo del Cuestionario de Eysenck que mide el psicoticismo, el neuroticismo y la extroversión.

Cito:
La inhibición latente se define como la capacidad que inconscientemente posee un animal o persona para hacer caso omiso a los estímulos externos de los que la experiencia ha demostrado que resultan inaplicables a sus necesidades. Mediante la inhibición latente, las especies animales y las personas centran sus esfuerzos y pensamientos en aquellos factores de los que se considera que tienen importancia en su vida y supervivencia.

Recientemente se ha demostrado que los individuos con baja inhibición latente están más abiertos a estímulos externos, así permanecen en contacto con información adicional que fluye constantemente en el ambiente.

Los autores presumen que la inhibición latente baja puede ser positiva cuando está combinada con alta inteligencia y buena memoria de trabajo - la capacidad de pensar en muchas cosas simultáneamente - pero negativa en individuos con escasa capacidad intelectual. Y más tarde los autores demostraron que una alta capacidad de percepción del medioambiente, genera estímulos cerebrales de mayor índice de niveles AMBUSH.

La apofenia es la experiencia consistente en ver patrones, conexiones o ambos en sucesos aleatorios o datos sin sentido. El término fue acuñado en 1959 por Klaus Conrad, quien lo definió como «visión sin motivos de conexiones» acompañada de «experiencias concretas de dar sentido anormalmente a lo que no lo tiene».

Conrad describió originalmente este fenómeno en relación con la distorsión de la realidad presente en la psicosis, pero se ha llegado a ser más ampliamente usado para describir esta tendencia en individuos sanos sin que esto implique necesariamente la presencia de enfermedades neurológicas o mentales.

En estadística, la apofenia debería ser clasificada como un error de tipo I. La apofenia se usa a menudo como explicación de afirmaciones paranormales o religiosas. Se ha sugerido que la apofenia es un vínculo entre la psicosis y la creatividad.

Hasta aquí, lo citado, de la Wikipedia. Siempre socorrida.

Sigo con otra fuente:
Psicólogos de la Universidad de Toronto y de la Universidad de Harvard han identificado una de las bases biológicas de la creatividad. Los cerebros de las personas creativas parecen estar más abiertos a los estímulos provenientes del ambiente circundante. Los cerebros de otras personas pueden cerrarse a esta misma información mediante un proceso llamado 'inhibición latente' - definida la como capacidad inconsciente de un animal de no hacer caso de los estímulos de los que la experiencia ha demostrado que resultan inaplicables a sus necesidades.

"Esto significa que los individuos creativos permanecen en contacto con información adicional que fluye constantemente en el ambiente", dice el co-autor y profesor de psicología de la Universidad de Toronto. "La persona normal clasifica un objeto y después se olvida de él, aunque ese objeto sea mucho más complejo e interesante de lo que él o ella piensa. La persona creativa, por el contrario, está siempre abierta a nuevas posibilidades".

Los autores presumen que la inhibición latente puede ser positiva cuando está combinada con alta inteligencia y buena memoria de trabajo - la capacidad de pensar en muchas cosas simultáneamente - pero negativa en otros casos. Peterson dice: "si usted está abierto a nueva información, nuevas ideas, mejor que pueda corregir y elegir inteligente y cuidadosamente. Si usted tiene 50 ideas, probablemente sólo dos o tres sean buenas. Tiene que poder discriminar o conseguirá hundirse".

"Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo porqué la locura y la creatividad parecen estar ligadas", dicen Carson. "Parece probable que niveles bajos de inhibición latente y una flexibilidad excepcional del pensamiento pudieran predisponer a la enfermedad mental bajo algunas condiciones y a la realización creativa bajo otras".

"Estamos muy excitados por los resultados de estos estudios", dice Peterson. "Parece que no solamente hemos identificado una de las bases biológicas de la creatividad, sino que nos dirigimos hacia la resolución de un misterio histórico: la relación entre genio, locura y las puertas de la percepción".

>de *Biological basis for creativity linked to mental illness. Creative people more open to stimuli from environment*.

domingo, 22 de marzo de 2009

El lenguaje de la psicosis está en novela


“Una personalidad muere y nace otra”
“Vegetativa y dependiente…”
“Negación y expulsión de esa persona”
“Ya no es la misma, su personalidad ha muerto”
“No sirve hacer una visita de 15 minutos cada tres meses, eso deja en un espacio de vacío”.
“El paciente con esquizofrenia tiene los sentidos bloqueados”

Este es un somero extracto de las ideas sobre la esquizofrenia del vídeo colgado unos post más abajo. Existe al parecer una propuesta de cambiar la nosología por otra “menos estigmatizante”, trastorno de desintegración, una denominación similar ha sido planteada por Vicente Rubio Larrosa para referirse al Trastorno de Inestabilidad Emocional. En un blog al que he accedido se escribe que los que eligen las nomenclaturas bien podrían ser escritores de ficción.

La realidad es aquello que, cuando dejas de creer en ella, no desaparece
(P.K. Dick)

Quien ha montado el vídeo del extracto de arriba (Dr. González) me recomendó un libro titulado Ubik que he devorado con avidez. En dicho libro P.K.Dick, el autor de los libros que dieron origen a Blade Runner y Minority Report, escribe, según una biografía titulada “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos”, en un estado de confusión propia de la psicosis. No obstante a pesar de la existencia de pensamiento psicótico que se desprende de la propia trama del texto hay que reconocer una importante capacidad para armar un libro coherente, de ciencia ficción.
En el libro hay un componente proyectivo, bien es sabido, esto lo decía Borges y lo sabe cualquier analista, que en todo escrito hay un componente autobiográfico por lo que llamamos proyección.
Bien, el hecho es que este autor escribe sobre unas vainas que sirven para mantener un estado de semivida en las personas donde el plano físico se ve separado del plano mental, esto es, disociación. Se habla de telepatía, se habla de robo e inserción del pensamiento, se habla de pensamiento mágico, se habla de una regresión que viene acompañada de síntomas de angustia tan bien escritos que casi se puede vivir lo que Edward Munch vivió poco antes de pintar “El Grito”.
En el libro “Ubik”, existe un bote que regenera por ionización las células a nivel atómico. En el libro se habla de conspiraciones, de una persona malvada con instinto asesino, se habla de muerte, de enfermedad, de la vida, la “semivida” y la muerte, una muerte que tiene que ver con el funcionamiento cortical.
Al final del libro Joe se da cuenta que está viviendo en una realidad virtual, que lo que le rodea no es real sino un espejismo creado por otro. Ante esto reacciona con angustia y un amigo ayuda a rescatarle.
Es la obra maestra de PK Dick.
En wikipedia se dice de él: Dick no mantuvo en secreto que muchas de sus ideas y trabajos estuvieron fuertemente influidos por los escritos de Carl Gustav Jung, el fundador suizo de la teoría del psiquismo humano denominada psicología analítica (para distinguirla de la teoría freudiana del psicoanálisis). Durante su adolescencia, estuvo en tratamiento con un analista junguiano.1 En los años 50, fue adquiriendo con devoción las obras completas de Jung, publicadas por la editorial Bollingen. Lo impresionaron especialmente sus Septem Sermones ad Mortuos, de inspiración gnóstica (Carrère 2007: 28). Jung, autodidacta experto en los fundamentos inconscientes y mitológicos de la experiencia consciente, opinaba que las experiencias místicas podían estar basadas en una realidad subyacente. Los modelos y construcciones junguianas que más afectaron a Dick parecen ser los arquetipos de lo inconsciente colectivo, las proyecciones y alucinaciones colectivas, las experiencias de sincronicidad y su teoría de la personalidad. Muchos de los protagonistas de las obras de Dick analizan la realidad y sus propias percepciones en términos junguianos.2 Otras veces, el tema se refiere a Jung tan claramente que la conexión resulta obvia. La Exégesis de Dick también contiene muchas notas sobre Jung en relación con la teología y el misticismo…
A medida que las visiones crecían en duración y frecuencia, Dick proclamó que había comenzado a vivir una doble vida: una como él mismo y otra como Tomás, un cristiano perseguido por los romanos en el siglo I d. C. A pesar de que había consumido drogas y seguía haciéndolo, Dick aceptó estas visiones como reales, buscando otras explicaciones racionales y religiosas, creyendo que había establecido contacto con una entidad divina de algún tipo, a la que se refería como Cebra, Dios, o más frecuentemente SIVAINVI. SIVAINVI es el acrónimo de SIstema de VAsta INteligencia VIva (en inglés VALIS: Vast Active Living Intelligence System). Dick usó este término como título para una de sus novelas, de carácter semiautobiográfico (además de escribir sobre sus experiencias en otra novela del mismo carácter, Radio libre Albemuth), y posteriormente teorizó que era un satélite de algún tipo que usaba rayos para comunicarse con la gente de la Tierra. Afirmó que dicho ente usaba lo que él denominó un "estímulo desinhibidor" para predisponer a los sujetos a la comunicación, en su caso la vesícula Piscis.
El propio Dick especulaba con la posibilidad de sufrir esquizofrenia. La enfermedad mental fue uno de sus intereses constantes, impregnando su obra. El personaje Jack Bohlen de su novela Tiempo de Marte (1964) es un "ex-esquizofrénico". La novela Los clanes de la luna alfana (1964) se centra en una sociedad entera de descendientes de enfermos internados en manicomios. En 1965 escribió el trabajo titulado La esquizofrenia y el Libro de los Cambios.

Recomiendo la lectura de este libro que aporta un profundo conocimiento del pensamiento psicótico en una persona creadora.

http://es.wikipedia.org/wiki/Ubik
http://es.wikipedia.org/wiki/Philip_K._Dick

sábado, 21 de marzo de 2009

Sobre la F20 y otras chicas del montón

Es fatigoso el hecho de observar como una persona es vista por el entorno y por él por extensión como enferma. A veces es ella misma quien expresa esa imagen de sí misma al exterior, el exterior también retroalimenta una imagen que llamaríamos objeto parcial.
Esto resulta ser francamente torpe, hortera, ruin, miserable y de una validez científica francamente débil e inútil por lo general ya que convierte a la persona en enferma, le retira de lo que le caracteriza como sujeto y lo pasa a entender desde el plano de salud/enfermedad. Como si hubiera mucha gente sana. Recuerdo a Jose Luis Marín, presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología Médica diciendo: “no existe persona sana sino insuficientemente estudiada”, creo recordar que se lo había oído a un compañero del hospital. Esto es cierto.
Sin embargo el pasar a entender a un sujeto como un F20 (código de la esquizofrenia) supone obviar que esa persona es hijo, padre, trabajador, artista, jugador de baloncesto, aficionado al teatro, marido, amigo, hermano, bailarín, orador…persona.
Existen unos 400 trastornos mentales, llamados trastornos mentales y no enfermedades porque no tienen una base biológica específica. Existen unas 15 familias de psicofármacos, lo que indica que no existen tampoco tratamientos farmacológicos específicos para los “trastornos”. Esto en la práctica significa que un borderline y un esquizofrénico paranoide tomen ambos antipsicóticos y antidepresivos. O que una persona con trastorno de personalidad histriónico tome lo mismo que un antisocial.
Los diagnósticos marcan de manera profunda, viene a ser como el rojo acero que señala a las ovejas en un rebaño, pese a su voluntad ellas son vistas y clasificadas como un número, por ejemplo F20.
A diferencia de las ovejas, los seres humanos piensen, sienten y se relacionan dentro de un tejido social con base en el lenguaje. Ese mismo lenguaje les quita el derecho a la libertad, coartándoles con medidas de control psico-social y farmacológico. Por si esto fuera poco también se comunica a la familia que esa persona tiene un F20, lo que es por lo general un alivio para los familiares ya que el problema pasa a ser externo y ellos ya no tienen nada que ver en lo que rodea al sujeto. A partir de ese momento, la mirada hacia ese paciente identificado, con F20 es diferente. La persona deja de ser Manolo para llamarse esquizofrénico, “ése es esquizofrénico”, no “ése es Manolo”. Se le desidentifica. Por si fuera poco la escisión que se da en la mente de la persona afectada.
Dicha persona catalogada de F20 empieza un recorrido íntimo, familiar, social y burocrático. Deja de tener nombre y apellidos para caracterizarse a través del título “honorífico” de F20: Esquizofrenia. Probablemente después de haber estado ingresado en un hospital donde le han medicado, le han atado a la cama y le han tratado como un ser humano parcial.
Sin hablar de la F20 necesariamente, porque el sufrimiento es universal y no pasa por códigos médicos, en una consulta podemos ver el funcionamiento defensivo de la sociedad para designar a una persona como enferma y que ella resuelva un problema que tal vez no le concierna sólo a ella. Estoy hablando del componente bio-psico-social. Y esto supone convocar al espacio analítico a lo social, cuento con que lo bio y lo psi está, por lo general presente, con distinto peso en función del modelo teórico-técnico del profesional.
Pues bien, una persona F20 tiene un nombre, apellidos y unas obligaciones con la sociedad, tiene que pagar unos bienes y servicios, soportar a los médicos y psicólogos y además a la gente que le mira como si hubiera llegado del espacio exterior. Los médicos más sensibles han convenido el llamar “persona con esquizofrenia” y no esquizofrénico a una persona. Pero esas personas tal vez no hayan pensado que ambas expresiones son lo mismo en esencia. Hace poco que Pinel y su tratamiento “moral” quitó las cadenas a los locos. Hace tiempo que Laing y Cooper cuestionaron el “establishment” pero sigue existiendo un afán, a mi parecer de índole narcisista, que tiende a descalificar a un individuo distinto y agredirlo. Los médicos y psicólogos no tienen mala fe nunca pero con esos manuales (DSM y CIE), el código implícito de trato a ese tipo de personas y las medidas judiciales y asistenciales dispensadas a estas personas se consigue que dichos afectados de problemas psíquicos se vean mellados en su identidad.
Estoy pensando en un caso, por lo demás común, aunque “algo” excepcional por su brillantez intelectual, tendrían que pasar un PANSS (cuestionario que mide síntomas psicóticos) en las aulas de filosofía y difundir esos resultados en la prensa. Ese caso trata de una persona cuya vida ahora gira en torno a la esquizofrenia. Piensa en la esquizofrenia, se vive como F20, promueve el contacto con F20s y difunde la perspectiva del F20. Su vida está deconstruida y vuelta a montar a raíz de su ruptura biográfica y la diagnosis. Pues bien, esto, que supone un gesto de quitarse el fantasma del diagnóstico y ayudar a otros para poder ayudarse también a sí mismo puede ser interpretado por algún pedante como ideas de grandeza, como síntomas psicóticos en definitiva.
Otro ejemplo, una persona era citada por su médico-psiquiatra junto con su mujer, a él le incomodaba acudir con su mujer para hablar de su área enferma solamente. Por hastío y algo de manía hacia el profesional decidió no acudir al encuentro y escribirle una carta que iba a presentar la esposa de éste. Esto que parece un desaire del paciente designado por antipatía hacia el señor es valorado como un síntoma esquizofrénico, esto es, desconfianza, rasgos paranoides. Es evidente que la mirada hacia una persona con el rubro de esquizofrenia se ve muy condicionada por aspectos sociales e históricos.
Cuando vean a una persona luchando por quitarse de encima un diagnóstico no piensen necesariamente que no tiene conciencia de enfermedad, lo cual es indicativo de trastorno mental, puede ser que no acepte ser etiquetado en un concepto inscrito en un imaginario maldito.

jueves, 19 de marzo de 2009

Sobre la Soledad en las psicosis

“El pecado es una página web”. Joaquín Sabina.


Por sentimiento de soledad no me refiero a la situación objetiva de verse privado de compañía externa, sino a la sensación intensa de soledad, a la sensación de estar solo sean cuales fueren las circunstancias externas, de sentirse solo incluso cuando se está rodeado de amigos o se recibe afecto. Este estado de soledad interna, como intento demostrar, es producto del anhelo omnipresente de un inalcanzable estado
interno perfecto…
Una relación temprana satisfactoria con la madre (la cual no es forzoso que esté basada en la lactancia natural, puesto que el biberón puede también representar simbólicamente al pecho), implica un estrecho contacto entre el inconsciente de la madre y el del niño; esto constituye el principio fundamental de la más plena experiencia de ser comprendido y está esencialmente vinculado a la etapa preverbal. Por gratificador que sea, en el curso de la vida futura, comunicar los propios pensamientos y sentimientos a alguien con quien se congenia, subsiste el anhelo insatisfecho de una comprensión sin palabras, en última instancia, de algo similar a la primitiva relación que se tenía con la madre. Dicho anhelo contribuye al sentimiento de soledad y deriva de la vivencia depresiva de haber sufrido una pérdida
irreparable…
Sin embargo, cuesta mucho aceptar la integración. La unión de los impulsos destructivos y amorosos, y de los aspectos buenos y malos del objeto, despierta el temor de que los sentimientos destructivos puedan sofocar los sentimientos amorosos y amenazar al objeto bueno. Así, existe un conflicto entre la búsqueda de la integración como protección contra los impulsos destructivos, y el miedo a la integración por la posibilidad de que los impulsos destructivos amenacen al objeto bueno y a las partes buenas del sí-mismo. He escuchado a algunos pacientes expresar lo doloroso de la integración en términos de sentirse solos y abandonados, de encontrarse absolutamente a solas frente a lo que para ellos era una parte mala del símismo.
Y el proceso se vuelve doblemente penoso cuando un superyó cruel ha causado una muy fuerte represión de los impulsos destructivos y pretende mantenerla…
En el esquizofrénico observamos el efecto de estos procesos no resueltos: él tiene la vivencia de que está irremediablemente reducido a fragmentos, y de que nunca estará en posesión de su sí-mismo. El hecho de encontrarse tan fragmentado le impide internalizar suficientemente a su objeto primario (la madre) como objeto bueno y, por ende, contar con el fundamento necesario para lograr estabilidad; no puede confiar en un objeto bueno interno ni externo, como tampoco puede confiar en su propio simismo.
Este factor está vinculado a la soledad, ya que intensifica la vivencia del esquizofrénico de que se ha quedado solo, por así decirlo, con su infortunio. Esta sensación de verse rodeado de un mundo hostil, característica del aspecto paranoide de la esquizofrenia, no sólo incrementa todas las ansiedades del individuo, sino que tiene también un efecto trascendental sobre su sentimiento de soledad.
Otro factor que concurre a la soledad del esquizofrénico es la confusión, producto de una serie de factores, en particular de la fragmentación del yo y del uso excesivo de la identificación proyectiva, de modo que el individuo se siente constantemente no sólo reducido a fragmentos sino también confundido con las demás personas. Así, le resulta imposible hacer una discriminación entre las partes buenas del sí-mismo y las malas, entre el objeto bueno y el malo, y entre la realidad externa y la interna. De este modo, el esquizofrénico no puede comprenderse a si
mismo ni confiar en sí mismo. Estos factores, sumados a su desconfianza paranoide con respecto a los demás, engendran en él un estado de retraimiento que destruye su capacidad de establecer relaciones objetales y de obtener de ellas la reaseguración y el placer que, al fortalecer su yo, podrían contrarrestar su soledad. El anhela establecer relaciones con la gente, pero le resulta imposible hacerlo…
La integración también significa perder parte de la idealización -tanto con respecto al objeto como a una parte del sí-mismo- que siempre caracterizó a la relación con el objeto bueno. El hecho de tomar conciencia de que el objeto bueno jamás podrá aproximarse siquiera a la perfección que se espera del objeto ideal produce la desidealización; y resulta incluso más doloroso percatarse de que no existe ninguna parte verdaderamente ideal del si-mismo. En mi experiencia, jamás se renuncia por completo a la necesidad de idealizar, si bien, en el curso del desarrollo normal, el hecho de enfrentarse a la realidad interna y externa tiende a debilitar dicha
necesidad…
El goce siempre está ligado a la gratitud; si ésta es profunda incluye el deseo de retribuir la bondad recibida y representa así la base de la generosidad. Siempre existe una estrecha relación entre la capacidad de recibir y la capacidad de dar, y ambas forman parte de la relación con el objeto bueno y, por lo tanto, contrarrestan la soledad. Además, el sentimiento de generosidad subyace a la creatividad, y esto se aplica tanto a las más primitivas actividades constructivas del bebé como a la creatividad del adulto…
Sólo mencionaré someramente aquí la importancia del superyó en relación con todos estos procesos. Un superyó rígido no puede nunca ser sentido como indulgente para con los impulsos destructivos; de hecho, lo que pretende es que no existan. Si bien el superyó se construye en gran medida a partir de una parte escindida y apartada del yo, sobre la cual se proyectan los impulsos, también se ve inevitablemente afectado por la introyección de las personalidades de los padres reales y de la relación que éstos tienen con el bebé. Cuanto más severo es el superyó, tanto más
intensa será la soledad, ya que las rigurosas imposiciones de aquél acrecientan las ansiedades depresivas y paranoides.

Hasta aquí Melanie Klein: “Sobre el sentimiento de soledad”, 1963.
Este mosaico de ideas kleinianas son una forma de entender los sentimientos que se desprenden del artículo del Dr. González. El sentimiento de pérdida, de abandono, el sentimiento de soledad y la presencia de lo negativo tiene efectos en la estructuración psíquica. En la forma de organizar el psiquismo. En el pensamiento, en el procesamiento de la información. Recordemos que las estructuras biológicas que reaccionan emocionalmente ante los inputs son automáticas, de allí que hablara Freud, intuitivamente casi en esa época, de inconsciente. Inconsciente en cuanto a que no es algo a lo que se pueda acceder, a veces resulta una experiencia inefable que puede ser captada como una aroma en un artículo de excelente factura como el del Dr. González. En dicho artículo se habla de una experiencia interna, de una vivencia, de cómo se construyen los módulos psíquicos, se habla de soledad, de vacío, de falta, de la nada. Se mencionan biólogos, filósofos, recordemos que la persona que lo realiza es un Philosophical Doctor (PhD).
Habla del superyo, de un superyo sádico, estricto, punitivo, exigente, virulento. Sin padre, sin psiquiatra, sin Dios, es decir nada de ESPERANZA. Nadie con quien contar, una desilusionada mirada a lo que es la Ley, la autoridad, el amor verdadero de un padre, el papel sustituto de un psiquiatra o psicólogo, el sentimiento de pertenencia y protección que produce Dios.
Esto significa el desarraigo, el desgarro, la ruptura, la quiebra que se da en una biografía truncada por una experiencia que si procediera de otra cultura sería valorada como espiritual y se convertiría en referente de la tribu. Aquí, donde lo importante es producir de manera “adaptada” a un sistema vigente de valores y virtudes eso es invalidado, discapacitado, esquizofrénico.
Hablaba del superyo, podemos hablar, como Piera Aulagnier, del ideal del yo en cuanto a desubjetivar, esto es, robar la individuación de un sujeto y transmitir a través del lenguaje (“El inconsciente está estructurado como un lenguaje” Lacan) la negación de la identidad del sujeto, el Yo real. Como el yo real no puede advenir, no hay un crecimiento del Yo y el tiempo sigue siendo pasado, no existe el presente ni el futuro, no existe la esperanza. Melanie Klein en su artículo comenta que los ancianos miran al pasado y los jóvenes al futuro, es el ideal de los objetos internos lo que proyecta el tiempo. Cuando el pasado no da origen a un presente es la muerte lo que se vive, es la experiencia de vivir con “monos” y no con humanos. No hay lugar para lo que constituye como sujeto, una identidad con su subjetividad, una manera de percibir, unas preferencias, un estilo. La negación de esto irrumpe en la biografía futura y rompe los tiempos de crecimiento, el yo deja de crecer y se regresa en estado patológico, lo llamado desintegración. Donde las ansiedades paranoides y depresivas gobernaban el funcionamiento psíquico, si seguimos a Klein.

Sin padre, sin psiquiatra, sin Dios

Este sitio está abierto a opiniones y textos de otras personas, este lo firma el Dr. González, ya ha sido presentado este mes en textos de esta misma semana y él mismo lo hace en el video de youtube indicado arriba y en este artículo, seguiremos colaborando, un espacio transicional, como ya saben, o un cadáver exquisito de ciencias PSI.

SIN PADRE, SIN PSIQUIATRA, SIN DIOS

"Ni el universo estaba preñado de vida, ni la Tierra del hombre."
Esta es una cita del libro de talante filosófico "El azar y la Necesidad" escrito por el biólogo Jacques Monod. Azar porque está en el origen de la mutación genética, lo que posibilita la variabilidad sobre la que va a actuar la selección natural (la Necesidad). Por tanto la vida es una combinación de esos dos elementos u objetos: mutación y selección. Con esos objetos se puede construir una "vida artificial", como lo intentó Tom Ray con su experimento "Tierra". si la vida es algo que surje por la combinación de azar y necesidad, todos nacemos con el sello de la muerte y el tiempo vuela. Ser monarca no debe ser nada fácil, porque hay que agarrarse a alguna estructura formal, un marco teórico para que nos guíe. Ya sea la religión, la psiquiatría, o la familia. Si se derrumba todo, el sujeto queda en un vacío existencial, como en el final de "2001 Una Odisea en el Espacio", hasta que ve su propia muerte y nacimiento en los confines del universo. Ese vacío existencial sólo puede llenarse por medio de la creación, de un esfuerzo por dejar algo "vivo" aquí y ahora. Si seguimos a Dawkins, somos máquinas programadas por genes ciegos para pasar a la siguiente generación e inmortalizarse, en ese sentido la vida sólo se puede llenar o teniendo hijos (según el mandato de los genes egoistas) o bien creando algo más trascendente que un hijo mortal. En ese sentido podemos caer en el nihilismo, o su versión moderna el consumismo. La destrucción total de todo sistema de valores que llena las aulas de los centros educativos actuales. En el otro extremo tenemos el fanatismo religioso, agarrarse a algo que nos de una trascendencia y le de un sentido a un universo que nació por nada y morirá por nada. Y entre nada y nada hay una transferencia de energía, pura y simple. Al fin y al cabo la materia es energía según la relatividad. El ser humano actual está perdido, hacinado en ciudades sin contacto ninguno con los sistemas de sostén de la vida, como los llama el ecólogo Odum. La crisis que vivimos, es la crisis de una estructura disipativa (siguiendo a Prigogine) que ha consumido demasiados recursos materiales y energéticos. Una sociedad que se puede permitir deshauciar a gente valiosa, capaz de hacer una globalización intelectual, pero a la vez un localismo material y cultural. ¿qué ocurre? ¿A donde nos aferramos?...¿a la ciencia? con su visión chata, basada en el principio de objetividad, que cuando cae lógico-matemáticamente con Gödel no queda nada.
En fin espero que reflexionemos, gracias amigos de Psicoletra

La vivencia de una persona con ACV



miércoles, 18 de marzo de 2009

Esquizofrenia, una mirada.


Cruzada Ceferino Castellano, autor del cuadro (Ciudad Real)


La esquizofrenia, como paradigma de la "enfermedad mental" es un trastorno que está explicado en un vídeo debajo. Recomiendo también leer "Diario de un esquizofrénico" Urbegi (seudónimo), "Diario de una esquizofrénica", este último publicado con la parte del libro de Sechehaye (psicóloga) titulado la "Realización Simbólica" (sobre un psicoanálisis exitoso de un paciente desahuciado), recomiendo leer "Esquizofrenia: Diario de un viaje" del primer autor citado. También, como decía un comentarista, leer UBIK de P.K. Dik, el que parió en su factoría de ideas Blade Runner y Minority Report. Su lenguaje es digno de estudio, el contenido es verdaderamente interesante.
Si quieren leer algo sobre la esquizofrenia sobre la perspectiva que parece defender Amalia habría que reparar en la Antipsiquiatría, debo decir que "El Yo Dividido", traducción de "The Divided SELF" es francamente bueno, "El Yo y los otros" es la continuación. Existe un libro (en realidad todos habrán sido citados en este sitio), titulado "Antipsiquiatría y Contracultura" compilado por Nicolás Caparrós donde colaboran varios autores.
La esquizofrenia según la antipsiquiatría es el resultado de una sociedad enferma y de su paradigma (la familia) que también tiene importancia en la etiología.
Ahora bien, por muy necesarias que me parezcan estas miradas, de alto valor ético, hay que considerar esto como un trastorno, lo llamo así porque no existen pruebas neurofisiológicas que hayan detectado los neuropsiquiatras además de signos vagos presentes en muchos trastornos mentales. Es decir, nada específico. Hay que valorarlo, desde varias vertientes, la Bio, la Psico y la Social.
Para acercarnos desde la ciencia de lo humano hay que entenderles como personas no como diagnósticos. El esquizofrénico (tuerto perceptivo) si me permite el Dr. González, sufre extraordinariamente y puede ver, sentir y leer a veces, según que esquizofrenias y que esquizofrénicos cosas que una persona normal no se plantearía.
Recuerdo una viñeta que viene a representar la sensación con la que se pueden quedar los esquizofrénicos y otras personas en un análisis. Se trata de una analizando (terapeuta) que estaba recostada en el diván y dice: "huele a insecticida", el analista le matiza que ese olor es de algo que se quema (el analista es un experto jardinero). La analizando sale del consultorio y en la puerta del edificio ve un camión de fumigación. Dice "será hijoputa". Con esto quiero decir que en ocasiones el paciente puede ver que se está negando o se le está rectificando en percepciones acertadas, enloqueciéndole desde la postura de Sujeto supuesto Saber (SsS) que diría el gran Lacan. En fin, habría que escuchar más a las personas con esquizofrenia para entenderles algo mejor pero hay que decir que requiere un consumo de energía y una atención increíblemente grande dado que el nivel de distorsión, de angustia y sufrimiento transferido traspasa los límites del médico-psicólogo más firme. Todo un reto.
Por cierto, existen unos 400 trastornos mentales y unas 15 familias de psicofármacos, eso viene a decirnos que el factor bio anda un poco cojo todavía, el factor social mejora y el factor psi es el que aquí tratamos de enhebrar con los otros dos componentes.
Creo que la sociedad no es la responsable de que haya esquizofrenias, bien es cierto que existe una corriente social para entender la génesis de los trastornos mentales, recuerdo a Paris al respecto. Se dice que estamos en una sociedad narcisista. Una sociedad donde hay límites difusos, confusión de roles, competitividad y apremio por el éxito rápido y fácil. Las patologías más frecuentes por tanto son aquellas que tienen que ver con la baja tolerancia a la frustración (lean la prensa), el caos, la pereza, poco esfuerzo, la impulsividad.
La sociedad tiene que ver con la esquizofrenia, pero es la familia, desde mi entender, la que más puede tener que ver con este trastorno, desde un punto de vista genético, en el sentido polisémico del concepto, esto es cromosomas+ambiente.
Bien es sabido que gemelos monocigóticos tienen más riesgo de tener esquizofrenia con padres esquizofrénicos que los dicigóticos. Se lleva muchos años haciendo experimentos y estudios y los resultados son contradictorios, generalmente confirmando la hipótesis del investigador.
Recuerdo otra viñeta, esta trata de un estudiante de psiquiatría que se encuentra con Freud en un sueño y le dice que está estudiando la esquizofrenia, Freud le pregunta y él le recita los síntomas DSM y los síntomas clásicos. Freud, yo mencionaría a Jung le podría decir que procure meterse dentro del mundo interno de ese individuo a través de la identificación (empatía) y pueda sentir y pensar como él. Esa línea de investigación probablemente les será más fecunda a él y a sus pacientes futuros que el mero hecho de conocer el caso Schreber de Freud (véase "Memorias de un neurópata").
En líneas generales tengo gran aversión por la teoría aunque la conozco y bastante, ustedes me sufren con interés. Sin embargo no se trata sólo de teoría y técnica, se trata de disponibilidad, de intuición fundamental bergsoniana, de espíritu de finura de Pascal, se trata de amor, algo por lo que deberían pagarnos en los contratos del Salud. De esto se quejan los esquizofrénicos y otros muchos.

Un saludo, Rodrigo Córdoba Sanz.

Sobre una persona con esquizofrenia

El Dr. González habla del primer brote psicótico como algo que reestructura la mente, también menciona y solicita un cambio nosológico hacia trastorno de desintegración. Winnicott y el psicoanálisis se refieren a los estados de desintegración como esos estados en los que no hay un funcionamiento cohesivo del yo y hay una ruptura interna, un caos. Con presencia de los automatismos de Clerambault, o los fenomenos elementales. La esquizofrenia es un trastorno que afecta a la personalidad del individuo y que debe reorganizarse, como apunta el Dr. González, esa reintegración, a menudo parcial, puede dar una persona más viva, más sensible, más despierta, más interesada, más activa, o en el otro polo, una persona sin intereres, sin energía, sin facilidad para encontrar placer.
El Dr. González habla de una "Muerte psíquica", esto es precisamente la psicosis, el "cáncer de la mente", "a veces benigno y otras veces maligno". La esquizofrenia es la psicosis maligna que trae consigo la muerte, al menos la social y por ende la psíquica por introyeccción, desde el desprecio de los padres hasta despidos o jubilaciones anticipadas.
Esta persona de la que habla el Dr. González es una persona muy inteligente, muy capaz, es extraordinariamente perspicaz, muy sensible-sensitivo. Es alguien distinto pero no está loco, está compensado y lleva una vida que se ve condicionada por dos muros, los de la propia medicación neuroléptica y los del diagnóstico atroz que dicta la sentencia de muerte laboral.
Su vida está abocada al trabajo creativo sin remuneración, a dirigir alguna tesis y a publicar artículos. Con el tiempo este biólogo que presta su mayor interés y dedicación hacia la ecología de la mente, la psicobiología y la psicología de las psicosis ha crecido personalmente y con una fuerte voluntad sigue luchando por ser. Enfadado profundamente porque el diagnóstico le persigue, se ve llevado a la tristeza. Es allí donde navega a veces este excelente humano, esta bella persona. Que prefiere seguir trabajando y cobrar menos, ya sea en la Universidad, donde ya lo ha hecho, o en cualquier otro sitio, antes de recibir una pensión del estado por estar dentro de los rígidos esquemas de un psiquiatra.
La libertad debería ser para todos los sujetos de la cultura exactamente igual, la historia de la locura tiene casos de grandes caballeros y señoras, reinas y reyes, presidentes y otros individuos. Creo que deberíamos pensar en que este trastorno tiene un representante y portavoz destructor y es la ignorancia y brutalidad de la sociedad y de los métodos burocráticos para esconderla.
Atentamente, Rodrigo Córdoba Sanz.

Sobre un comentarista. Doctor en Biología.

martes, 17 de marzo de 2009

El Dr. Rubio habla de la ficción, muy atrevido...


Es cierto que Harry Potter revienta taquillas, pero si su autora, la británica Joanne K. Rowling, hiciese caso a las críticas, colmaría los bolsillos de más de un psiquiatra para poner remedio a sus supuestos trastornos. Desde bien temprano, el joven aprendiz de mago mostró delirios de grandeza y esa energía inagotable para emprender aventuras de riesgo que suele caracterizar a quienes padecen desorden bipolar. Y, como corresponde a este trastorno, a sus momentos de euforia seguían otros de notable apatía y grandes sentimientos de culpabilidad.

Pero Harry creció y sus lectores asistieron a nuevos matices en su personalidad que rozan lo patológico. Hasta el mismísimo Daniel Radcliffe, el actor que encarna al mago, reconoció recientemente en el rodaje de su quinta película, Harry Potter y la Orden del Fénix , que hace esfuerzos inhumanos para sacar las auténticas emociones de su personaje. Pero, igual que hizo su creadora, descartó tajantemente la posibilidad de que Harry fuese un superhéroe maníaco-depresivo. El psiquiatra Vicente Rubio Larrosa, jefe del Servicio de Psiquiatría y de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Nuestra Señora De Gracia, en Zaragoza, se inclina más por un “trastorno ciclotímico, que es una forma menor de bipolaridad”. ¿Qué puede haber llevado a Rowling a crear un personaje con este perfil? Según el doctor, más que sus vivencias, la autora proyecta en Harry sus propios cambios de humor.

Lo cierto es que los profesionales esperan con ansia la nueva entrega de la escritora para ver cómo ha evolucionado la personalidad de este joven, si se ha liberado de la carga de su orfandad dickensiana y de otras acusaciones con las que, hasta ahora, ha tenido que convivir el muchacho, como de inducir al ocultismo frente a la verdadera fe o su supuesta homosexualidad. Tarea difícil para Rowling, que ya intentó acallar rumores en Harry Potter y el Príncipe Mestizo , cuando le vimos capitaneando el equipo de quidditch (vuelo en escoba) y en sus primeros escarceos.

La verdad es que si lleváramos al diván a todos los iconos culturales infantiles la Psiquiatría acabaría extenuada. Batman, Superman y Spiderman, todos ellos con personalidades múltiples y asexuados, podrían padecer brotes esquizoides y tendencias sadomasoquistas; Popeye, además de maníaco-depresivo, se ve incapaz de poner fin a las infidelidades de su pareja Olivia con su amigo Brutus; la actitud irascible de Pedro Picapiedra responde a un trastorno obsesivo compulsivo; los altos niveles de testosterona de Hulk le llevan a comportarse como un psicópata agresivo y con tendencia esquizoide; Carpanta y Shaggy (amigo de Scooby-Doo) padecen bulimia, un trastorno demasiado común en nuestra sociedad; la Cenicienta es neurótica, paranoica, esquizofrénica y víctima de un trastorno bipolar;y Bugs Bunny, además de travesti, es exhibicionista... De todos modos, si, como dijo el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, la esquizofrenia significa escape del mundo real para introducirse en el de la fantasía, no cabría entonces plantearse la buena salud mental de sus imaginativos creadores.

Con su elenco de personajes en Peter Pan , el escocés James Matthew Barrie aportó a la Psicología unas cuantas patologías que hoy padecen millones de personas en todo el mundo. El psiquiatra Eric Berne, en 1966, y el psicólogo Dan Kiley, en 1983, fueron los primeros en bautizar con el nombre de Síndrome de Peter Pan al trastorno emocional que detectaban en muchos de sus pacientes que, entusiasmados por la idea de una eterna infancia, se resistían a madurar. Teniendo en cuenta que, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el 60% de los españoles que rondan los 30 años y tienen empleo continúan aferrados al lecho familiar, la patología podría ser más común de lo que se pudiera pensar.

El Síndrome de Peter Pan provoca miedo al rechazo y a la soledad y una buena dosis de egoísmo. En un primer momento, los que lo padecen son embaucadores y aparentan seguridad. Sin embargo, a los 40 años su vida sigue bajo el lema de Barrie: “Nada pasa después de los 12 años que importe demasiado”. El ejemplo más conocido es el popular y televisivo Homer Simpson. El mismo escritor, que apenas levantaba un metro y medio del suelo, padeció este trastorno como secuela de la traumática muerte de su hermano y de la profunda depresión de su madre.

Quienes lo padecen son astutos a la hora de rodearse de una persona que atienda sus necesidades y cubra sus caprichos de forma altruista, es decir, de alguien que padece el llamado Síndrome de Wendy. Este trastorno es típicamente femenino y suele estar provocado por una separación. De nuevo, el psicólogo Kiley tomó como referencia un personaje de Barrie para diagnosticar la necesidad imperiosa de muchas mujeres de proteger y complacer a los demás.

Wendy, que en el cuento infantil del escritor escocés es la mayor de tres hermanos, presenta también miedo al rechazo, asume cualquier responsabilidad y llega a comportarse como una madre con su propia pareja. Su vida de entrega y sacrificio deriva muchas veces en una patología añadida: el bautizado como Síndrome del Quemado, otro de los males que más se padece actualmente en el estresante ambiente urbano.

No obstante, para el psicólogo clínico Ángel Marín Tejero no se puede hablar del Síndrome de Wendy como una patología. “Hay trastornos de la personalidad que se podrían asemejar a este síndrome, pero no es una patología clínica. Con el tiempo puede producir sufrimiento, tanto en la persona que lo sufre como en quienes le rodean”.

Cuentos y dibujos subliminales
Tampoco se librarían los protagonistas de los cuentos tradicionales, aunque la mano purgatoria de Andersen, Perrault o los hermanos Grimm y la pluma mojigata y edulcorada de Disney (y eso que abundan los estudios que ven mensajes subliminales eróticos en las imágenes de la factoría Disney) los convirtieron en deliciosas historias. Sin embargo, hay personajes, como Caperucita Roja, que esconden otra realidad. “Era el prototipo de mujer fatal que incita a los hombres y acostumbra a pasear por donde merodea el lobo feroz”, afirma el doctor Rubio Larrosa.

“Ningún cuento o serie ha alterado nunca ninguna mente”, añade el psiquiatra, quien asegura que le parece más preocupante que los padres puedan tomar como referente a ‘héroes’ infantiles como Shin Chan, “un niño que es maleducado por unos progenitores consentidores que nunca lo llevarían a un psicólogo ya que consideran que tienen un hijo muy creativo”. Lo peor de todo es que dentro de unos años los psiquiatras y psicólogos los veremos en nuestras consultas frustrados porque creyeron que siempre podrían seguir ‘shinchaneando’”. Habría que preguntarse entonces si las personas están más cuerdas que estos héroes, ¿acaso los humanos se desinhiben como ellos para expresar sus delirios o perturbaciones?

Fuente: http://www.revistaman.es/Ser_Man/Los-personajes-infantiles-estan-10-2006-18097.html
EXTRAÑA VIDA

En la oscuridad del misterio nos movemos
en este consciente mundo que vivimos,
tantas cosas que comprender no podemos,
tantas preguntas nos hacemos sin que respuestas hallemos,
que la vida luce no ser más que un desatino.

Nuestro destino nunca sabemos
por organizados planes que forjemos,
diversos cambios en el camino encontramos
que pronosticar no logramos,
y que no obstante confrontar tenemos.

Aunque las razones del vivir siempre buscamos
no existen otras que a las que al vivir le demos,
por un laberinto de impredecibles circunstancias caminamos
donde los resultados no son siempre los planeados,
y donde la opción de retroceder no poseemos.

A merced de lo desconocido siempre estamos,
como barca en raro mar nos desplazamos,
unas veces tranquilo otras agitado,
dependiendo de un viento inesperado
a voluntad del cual nos vemos forzados.

Cástulo Gregorisch
10/5/05

lunes, 16 de marzo de 2009

Damas y Señores

Esto que voy a contar pasó a ser un tópico en el siglo XXI, pero merece la pena comentarlo. Hubo un día en el que la mujer venía de muy lejos, de una constelación cerca de Venus, allí entonces había agua y una civilización que cuidaba y educaba a la mujer en los valores del trabajo, la responsabilidad, el deporte y el ocio. A millones de kilómetros la tribu de los cennutrios, llamados así porque los fundadores de la cultura habían sido cien que se plantaron en pie de guerra ante la invasión plutónica, tenían el pelo largo y dorado, eran hermosos y se dedicaban a concebir crías de una estrella cerca de Marte. Dicha tribu estaba toda la vida esperando tener una cría y después dejaban que su vida quedara a cargo de civilizaciones cercanas, ellos les daban asilo y los extranjeros levantaban su planeta con el sudor de su frente. Con el tiempo alguna de la constelación cercana a Venus, les llamaremos venusianas para entendernos, fueron viajando por aquello de unos vuelos baratos en nave espacial, vuelos que eran subvencionados por la confederación de cennutrios de la constelación de marte, les llamaremos marcianos.
Los marcianos eran hermosos, les comentaba, tenían unos ojos transparentes que transmitían calor, decían los de civilizaciones vecinas y algún escrito que perdura de venusianas, que se podían reflejar en los ojos de los marcianos. Ellos siempre estaban al cuidado de las crías, pendientes, devotos y entregados para que fueron grandes guerreras o bien señores de su casa. Las venusianas solían beber y fumar para coger confianza y poder así conseguir la compañía de un marciano, en definitiva se atraían mucho y parecían complementarse muy bien. Los marcianos estaban pendientes de cuidar y dar todo lujo de comodidades a las venusianas, ellas se sentían muy queridas y tenían la potestad de condicionar el devenir de la vida de éstos con un sólo chasqueo de dedos. Esto es el principio del relato de !"·$"·$%"$.org, quien nos explica en su prólogo del célebre libro interestal Premio Planeta, que en la intimidad las venusianas y los marcianos se llamaban "damas" y "señores". Es por esto por lo que la civilización en Marte y Venus empezó a congeniar y así surgieron los híbridos de las damas y los señores.

La Niña de los Sueños Alternativa

La Niña gimoteaba en su cuarto, el padre miraba desde la puerta y el niño se acercaba a susurrarle al oído lo que había hecho por él. El padre, cuando salía el niño del cuarto por indicación del médico, un señor con bigote, alto, delgado y flemático que no hacía mucho caso de lo que rodeaba a la Princesa, le pidió al muchacho que abandonara la casa. Él seguiría manteniendo su beca en la escuela y podría acudir, a cambio le ofrecía ser el jardinero del Palacio en sus ratos de ocio.
El muchacho se giró y miró por la ventana, después dirigió la vista hacia la muchacha y finalmente quedó mudo mirando al médico y la enorme jeringuilla que llevaba en la mano. Pálido se marchó sin demora.
Al día siguiente la muchacha estaba bailando un vals con su hermano en la puerta principal mientras el muchacho quitaba hierbajos comandado por el jardinero jefe, un señor de unos sesenta años con el pelo blanco que llevaba toda la vida en la casa. El muchacho y él comían y dormían en una caseta de madera con todo lujo de detalles, incluído una alfombra persa donde reposaba el perro del jardinero jefe.
La muchacha, desde ese momento pasó a tratar con el muchacho sólo en la Escuela por prescripción médica, donde éste se ofrecía al máximo sacando las mejores notas. También se apuntó al equipo de criquet, en el que destacaba por su agilidad y rapidez.
--- Continuará ---- Dedicado a Menorca Emotions, Azucena, Soyborderline y Simalme

La Niña de los Sueños

Entre sueños la niña se movía en la cama, le despertaban y se negaba a hacerlo, le preguntaban y rehusaba contestar. El niño se acercó a darle un beso pero ella apartó la cara tras emitir un gruñido, el padre se puso entre la niña y el niño para comprobar que podía pasar si ella no lo podía ver. La niña estaba pero no parecía ser. Resultaba como si estuviera intentando salir de ese espacio anímico contenido por los muros de la fortaleza y así poder volar libre a través del cielo.
La ilusión de un compañero de juegos, de un chico al que querer como columpio que le hiciera balancearse sobre el lecho de muerte se había quebrado.
Ahora retozaba en el tánatos y con vacuos esfuerzos los congregados en la habitación procuraban instigarla a compartir su parecer. No contenta con lo que podía ver, la niña seguía con las rodillas encogidas, susurrando de vez en cuando palabras raras que no parecían significar mucho para sus interlocutores. La verdad es que la niña decía pero nadie podía escucharla, sólo oirla. Era como si los oídos estuvieran allí pero las ramificaciones al encéfalo estuvieran seccionadas.
La niña gritaba, aullaba, a ratos maullaba, gruñía y hablaba un dialecto desconocido, el niño lloraba y a su alrededor se fue haciendo la noche, el paso de las horas no había hecho que nada cambiara. No había existido un efecto que modificara o alertara a la Princesa de alguien significativo que durara. La verdad es que los demás cansados se dispusieron a cenar mientras oían ruidos del piso de arriba. Los señores del servicio traían platos y platos, bandejas y copas que quedaban intactas, sólo el padre pudo comer algo de carne con guarnición. El muchacho cogió un trozo de pan que se metió en el bolsillo.
Esa noche el muchacho abandonó la casa. Al poco tiempo el pueblo empezó a recibir ingresos, obras en la calzada, mayor tolerancia y respeto por las autoridades. Los guardianes se cuidaban de que no hubiera robos y ya no propinaban palizas injustas.
Un día, mientras el muchacho escribía en un cuaderno de notas en el mercado con el dinero ganado haciendo las cuentas para un comerciante, apareció el hermano mayor de la Princesa y le comunicó que ella había muerto. Los ojos del muchacho se vieron nublados por una cortina de lágrimas y el hermano le abrazó e invitó al hogar que había abandonado. El muchacho se quitó la vida esa misma tarde, junto al río, después de pintarse en los ojos una máscara.

---- FIN ----

domingo, 15 de marzo de 2009

Ensueño y Creatividad


Leyendo sobre Winnie, entrañable ya, de la familia leía a una persona que comenzó a entender y explicar a este autor, se trata de Alfredo Painceira. Tiene un excelente trabajo "Hacia una nueva teorización del psicoanálisis a partir de la intuición fundamental de Winnicott". En la web publicado por APdeBA. En papel en el libro compilado por Ariel Liberman y Augusto Abello Blanco titulado "Winnicott hoy". En el artículo he vuelto a leer sobre el interés de Winnie sobre Henri Bergson, una de las primeras lecturas de Winnie fue "Ensueño y Creatividad". Saben ustedes que en este espacio hablamos de Winnicott en cuanto a que propuso un modo de entender el psicoanálisis y la psicoterapia que ampliaba horizontes que invitaba a crear dentro y fuera del setting, un autor que divisó más allá del dogma e invitó a que no nos sumáramos en una escuela o un seguidismo sino a darnos cuenta que la teoría está para seguir creando, de ahí aquello de "Crear lo dado". En "Vivir creativamente" nos invita a curarnos a través de poder sentirnos libres y creativos. Esto me hace pensar en lo que dicen los Bleichmar sobre el psicoanálisis, que sirve para "favorecer el crecimiento mental del individuo". Esto me parece un contacto humano rico, donde poder inscribir un cambio de una manera auténtica. Soy de aquellos, y creo que Winnie lo era, que consideran el psicoanálisis como una forma de humanismo, y desde ese lado veo valor a una ciencia que tiene tradición de ser dogmática y excluyente. Sin lugar a dudas es la "quintaesencia" de la psicoterapia y requiere más estudio, no cabe duda, que cualquier otra forma de psicoterapia, ya que los límites de este saber son infinitos, para Winnicott no sería saber sino parecer (matiza Painceira). Recuerdo aquí una frase de Roustang que dice que “los temerarios creen que saben y los sabios saben que creen”. Sobre la creatividad y la "intuición fundamental" nos habla Bergson. Les dejo con un serendipity.

Documentación de la página: http://www.pensament.com/bergson.htm
Se puede cuantificar un estímulo, pero no una sensación, según Bergson.

Desde la perspectiva reduccionista, se tiende a percibir los estados de conciencia como si guardasen entre sí una cierta distinción a semejanza de las cosas que requieren espacio para diferenciarse (aunque en la conciencia no hay espacio). De ahí que dichos estados de conciencia sean considerados desde la perspectiva de la multiplicidad numérica. En cambio, desde la perspectiva de los datos inmediatos de la conciencia, se pierde esta multiplicidad numérica y sólo queda una multiplicidad cualitativa que el hombre percibe en una sucesión continua que enlaza el presente con el pasado, y en la que no se descomponen las vivencias, sino que se armonizan entre sí, como sucede, dice Bergson, con las notas de una melodía: es la duración, que es a la vez el tiempo real de la conciencia, tal como lo experimentamos profundamente por medio de la intuición, y diferente del tiempo espacializado de las ciencias físicas. Esta insistencia bergsoniana en distinguir entre dos tipos de multiplicidad (una multiplicidad cuantitativa y espacializante y una multiplicidad cualitativa), le conduce a efectuar un análisis de la noción de número y es la que está en la base de la concepción de la diferencia en el pensamiento de Gilles Deleuze. La superación del estrecho punto de vista del mecanicismo y del positivismo implica también pensar dos clases distintas de orden para superar los falsos problemas engendrados por la espacialización de la conciencia. Aquella misma tendencia espacializadora del entendimiento inscrita en el lenguaje, y que está en la base de los modelos de explicación de las ciencias, engendra los dualismos materia-espíritu, determinismo-libertad, ser-nada, etc., que desde aquel punto de vista aparecen como irresolubles. Es especialmente conocido el análisis que efectúa Bergson del falso problema (y su disolución) que enfrenta las nociones de ser y nada.
Si en La evolución creadora Bergson disuelve el pseudoproblema de la contraposición entre ser y nada, en Los datos inmediatos de la conciencia utiliza la idea de duración para resolver otro de estos problemas: el de la libertad. En esta obra muestra que la negación de la libertad, es decir, el determinismo, es fruto de aquella concepción asociacionista de la conciencia que ha combatido. Desde el punto de vista asociacionista se tiende a pensar que son los odios, simpatías, etc., los que nos impulsan a actuar, como si estos estados de conciencia existiesen en nuestro interior e interactuasen entre sí de forma mecanicista. Pero, según Bergson, el origen de nuestras acciones es el yo profundo, interior, el sujeto de la duración, donde no hay diferenciación de motivos, sentimientos, decisiones, sino que cada uno de ellos, dice, retomando una frase de Platón, representa al alma entera, y decir que el alma se determina por cualquiera de estos sentimientos es, pues, lo mismo que reconocer que se determina por sí misma.
La «evolución creadora»
En la Evolución creadora Bergson extiende la noción de duración que ha elaborado en sus dos grandes obras anteriores. Ahora la duración no constituye solamente el ser de la conciencia; la realidad exterior también es duración, siempre cambiante. Esta extensión y generalización de la duración, surgida del análisis de la propia conciencia, la efectúa Bergson sobre las bases del evolucionismo de Spencer, elaborando un evolucionismo cosmológico.
Al igual que la conciencia, que es una creación continua de sí misma (tesis en la que Bergson recibe el influjo del empirismo británico), también la existencia en general consiste en un proceso de autocreación indefinida. Y de la misma manera que la psicología positivista y mecanicista fragmenta la conciencia real en unidades discretas y yuxtapuestas en el espacio, la ciencia también espacializa la realidad y la fragmenta en cosas yuxtapuestas espacialmente distintas para estudiar susrasgos comunes, dentro de una visión mecanicista. El conocimiento de la realidad se obtiene, por consiguiente, con la ciencia y con la filosofía: la ciencia alcanza sólo el aspecto material del mundo, según el cual las cosas se disponen en el espacio, recurriendo a los métodos analíticos y espacializadores de la inteligencia; mientras que la filosofía capta el espíritu, la realidad en cuanto es conciencia, duración, recurriendo a la intuición que define como «la simpatía por la cual nos trasladamos a lo interior de un objeto para coincidir con lo que tiene de único y por consiguiente de inexpresable».
El aspecto ontológico de la duración (también la realidad es duración, tiempo verdadero -no espacializado- que se manifiesta como «evolución creadora»), se manifiesta especialmente en los procesos evolutivos de los seres vivos, que son expresión de un élan vital, impulso creador. En la realidad no hay cosas, sino acciones, y todo se debe a la acción del impulso vital, que es la actualización de lo virtual (opuesto a lo meramente posible, y que engendra la imprevisible novedad. En este sentido, y en tanto que todo es duración, invención, impulso, energía creadora, todo es conciencia. Todas las características del ser vivo son también características de la conciencia: «continuidad en el cambio, conservación del pasado en el presente, verdadera duración». En contra del evolucionismo de Darwin, al que todavía considera una explicación mecanicista de la vida, y en contra también de las tesis finalistas, Bergson sustenta la «evolución creadora» como explicación de los procesos evolutivos. Para ilustrar esta hipótesis estudia la formación evolutiva de diversos órganos, en especial dedica su atención a los procesos de formación del ojo en los moluscos y en los vertebrados. La semejanza que muestran («complejidad de estructura y simplicidad del funcionamiento»), siendo fruto de líneas evolutivas tan divergentes, no se explica recurriendo a un evolucionismo darwinista, pero en cambio puede explicarla la hipótesis de un impulso vital común. La evolución de las especies es fruto del impulso vital originario, mientras que la materia es el impulso vital degradado, su reflujo o aspecto reactivo ante el impulso creador activo que debe vencer su inercia.
Además, en la evolución se manifiestan dos grandes líneas filéticas distintas: la que origina el triunfo del instinto -en los insectos, por ejemplo-, y la que genera el triunfo de la inteligencia, capaz de fabricar instrumentos artificiales y dominar la tierra. El hombre ha desarrollado al máximo la inteligencia y nuestra especie se ha constituido como homo faber, pero esta misma inteligencia, orientada a la acción y a la supervivencia, entendida como dominación de la tierra, crea sus propias barreras a otro estadio superior, el de la intuición. La inteligencia permite la formación de conceptos, crea esquemas y categorías vacías, y engendra el lenguaje. Procediendo de una necesidad de adaptación a la vida y de solución de problemas prácticos, la inteligencia está todavía demasiado atada a sus grandes logros: la abstracción, la técnica y la ciencia. Pero la ciencia no es realmente cognoscitiva, sino práctica y utilitaria. Bergson defiende una concepción del conocimiento científico que, por una parte, le acerca a las tesis de los defensores del pragmatismo, como su íntimo amigo William James y, por otra parte, se asemeja a la mantenida por los filósofos vitalistas, como Nietzsche, por ejemplo.
La ciencia fracciona lo real en unidades discretas y la convierte en estática. Como el cine, cuya sensación de movimiento es la irreal yuxtaposición de fotogramas estáticos. Esta estatificación de lo real permite su cómodo etiquetado lingüístico en conceptos también estáticos y fácilmente cuantificables. No obstante, si la inteligencia, surgida como superación del instinto en una etapa de la evolución biológica, es capaz de mantener su vinculación con la conciencia pero, a la vez, recuperar lo instintivo, entonces surge la intuición, que permite un conocimiento más profundo que el suministrado por la inteligencia, y que hace posible la superación de las barreras interpuestas por un lenguaje incapaz de fundirse con lo real.

Robert Graves: Dédalo

Dédalo
XIV
Dédalo, el ateniense, un herrero de talento extraordinario al que habían enseñado Atenea y Hefesto, tenía envidia de su sobrino Talo, así que lo mató.
Talo, aunque sólo tenía doce años, había inventado la sierra, herramienta que hizo de bronce, copiando los dientes de una serpiente. Para escapar de la horca, Dédalo huyó hasta Creta, donde el rey Minos, hijo de Europa, le dio la bienvenida. Dédalo, que se casó con una chica cretense con la que tuvo un hijo llamado Ícaro, fabricó para Minos todo tipo de estatuas, muebles, máquinas, armas, corazas y juguetes para los niños de palacio. Pasados algunos años, Dédalo solicitó un mes de vacaciones a Minos y éste le contestó: «¡Por supuesto que no!», así que entonces Dédalo decidió escapar.
Vio que era inútil robar una barca para huir, porque los rápidos buques de Minos lo atraparían enseguida, así que construyó, para él y para Ícaro, dos pares de alas, para atárselas a los brazos. Sujetó las plumas grandes a un armazón y pegó las pequeñas con cera de abeja. Después de colocarle las alas a Ícaro, Dédalo le advirtió:
—Ten cuidado de no volar demasiado bajo, porque te mojarías con el mar; y tampoco debes hacerlo muy alto, pues te acercarías excesivamente al Sol.
Dédalo despegó e Ícaro lo siguió; pero, al poco rato, Ícaro se elevó tan cerca del Sol que la cera se derritió y las plumas se despegaron, Ícaro perdió altura, cayó al mar y se ahogó.
Dédalo enterró el cuerpo de su hijo en una pequeña isla, llamada más tarde Icaria, donde el mar lo había dejado. Después, muy triste, voló hasta la corte del rey Cócalo, en Sicilia. Allí, pidió a los sicilianos que no revelaran su escondite, puesto que Minos lo perseguía en barco. Mientras, el astuto Minos elaboró un plan: cogió una gran concha de tritón y ofreció una bolsa de oro como recompensa a quien pudiera pasar un hilo de lino a lo largo de todo el tubo espiral de la caracola, hasta que saliera por el pequeño agujero de la punta. Cuando llegó a palacio, Cócalo, ansioso por ganar la recompensa, entregó la concha a Dédalo y le pidió que resolviera el problema.
—Es fácil —dijo Dédalo—. Ata un hilo de tela de araña a la pata trasera de una hormiga; pon la hormiga dentro de la concha, y unta con miel el agujero de la punta. La hormiga olerá la miel y avanzará por la espiral para buscarla. En cuanto aparezca, la coges, atas un cabello de mujer en el extremo del hilo de araña y tiras de él con cuidado. Después, ata el hilo de lino en la punta del cabello y tira también de él.
Cócalo siguió su consejo y, después, visitó a Minos.
Minos, al ver la concha con el hilo en su interior, le dio el oro y le dijo muy serio:
—Sólo Dédalo puede haber pensado en esto. Quemaré tu palacio si no me lo entregas.
Cócalo le prometió hacerlo e invitó a Minos a tomar un baño caliente en la nueva sala de baños construida por Dédalo. No obstante, las hijas de Cócalo, para salvar a su amigo Dédalo —que les había regalado unas bonitas muñecas, con brazos y piernas móviles—, vertieron agua hirviendo por la tubería de la sala de baños y escaldaron a Minos hasta su muerte. Cócalo afirmó que Minos había muerto por accidente, al resbalar y caer en la bañera, antes de que pudieran añadir el agua fría. Y, por suerte, los cretenses creyeron su historia.

Dioses y Héroes de la Antigua Grecia

sábado, 14 de marzo de 2009

Winnicott y su clínica, interpretado por Nemirovsky

Donald Woods Winnicott plantea dos grandes tipos de pacientes, aquellos cuyas necesidades primarias fueron cubiertas y su sufrimiento se explica por conflictos profundos como culpa, ambivalencia y aquellos que no tuvieron esa oportunidad. Según “El equipo técnico requerido por el analista” Winnicott tiene en cuenta una tercera categoría, entonces podríamos hacer la siguiente agrupación (encontrado en "Winnicott hoy: Su presencia en la clínica actual". Articulo 14 de Carlos D. Nemirovsky).

- Neuróticos o personas completas. Es el modelo de pacientes con el que Freud teorizó. Sufren por conflictos en el nivel de las relaciones interpersonales (celos, rivalidad, culpa).
Son capaces de diferenciar sujeto/objeto, yo/no yo.
La defensa básica es la represión.
Amor y odio están diferenciados, como consecuencia es posible una clara alianza terapéutica. En “Importancia del encuadre en el modo de tratar la regresión en psicoanálisis” Winnicott señala que en estos casos que llama corrientes “…Uno saca provecho del trabajo realizado por los padres y en particular por la madre, en la niñez temprana y en la infancia del paciente”.

- Depresivos. Se trata del modelo de paciente sobre el que Klein y los postkleinianos teorizaron.
“Depresivo” no implica un diagnóstico psicopatológico, alude a la posición depresiva descrita por Klein. Son, para Winnicott, los pacientes que evolutivamente no pudieron superar la etapa de inquietud (concern) y viven en permanente dependencia, ya que no pudieron elaborar la culpa generada por las fantasías destructivas, por lo que con ellos es necesario abordar especialmente los estados de ánimo.
La defensa básica es en ellos la represión fallida, la escisión, las identificaciones superficiales –no estructurales- como defensa.
Clínicamente son esquizoides y los borderline más cercanos a la neurosis y los melancólicos.

- Predresivos: Éste es el modelo de paciente sobre el que Winnicott (también Ferenczi, Balint, Searles, así como Green y McDougall) ha teorizado, aunque no exclusivamente. Estos pacientes no diferencian externo/interno, no hay noción de alteridad, tampoco espacio proyectivo.
El tipo de transferencia posibilitará –si el desempeño correcto del analista lo permite- editar la función madre medio-ambiente. La transferencia es básicamente fusional según las necesidades. Si el analista se porta bien se vivirán en el análisis las primeras fases del desarrollo. Clínicamente corresponde a los más graves borderline y psicóticos.
Winnicott, en varias oportunidades, llama conducción al tratamiento de estos pacientes, aunque en otros escritos habla de psicoanálisis (1964).
Si todo marcha bien, estos pacientes se integran en el contacto con el analista, especialmente debido a la actitud analítica, en el marco del tratamiento. Avanzado el tratamiento, podrán usar, para crecer, los fracasos del analista, siempre que éste se adapte al paciente que, ahora sí, podrá reaccionar con ira objetiva (que en estas circunstancias ocupará el lugar de la transferencia negativa).

viernes, 13 de marzo de 2009

John Bowby y Donald Woods Winnicott

John Bowlby (1907-1990) y Donald Woods Winnicott (1896-1971) fueron los dos psicoanalistas del siglo pasado que más influencia han tenido en el campo de la salud mental infantil, más allá del psicoanálisis mismo. Ambos eran médicos y compatibilizaban la labor clínica analítica en la práctica privada con el trabajo en el ámbito intitucional de la salud pública. Winnicott era pediatra y Bowlby psiquiatra infantil.

Aspectos en común.
- Ambos sirvieron en el ejército británico a pesar de su oposición ideológica a la guerra.
- Ambos llegaron al psicoanálisis pdesde la medicina y nunca abandonaron completamente la vocación médica.
- Ambos se comprometieron profundamente con el psicoanálisis y dedicaron la mayor parte de sus vidas a la profesión.
- Ambos tuvieron padres distantes y madres deprimidas.
- Ambos sufrieron pérdidas y pasaron por procesos de duelo que afectaron profundamente sus vidas personales e interés por ciertos aspectos del psicoanálisis.
- Ambos trabajaron en centros residenciales infantiles y se sintieron muy conmovidos en el ámbito personal y teórico por estas experiencias.
- Ambos se analizaron con Joan Riviere y supervisaron con Melanie Klein; ambos se distanciaron de la posición kleiniana y manifestaron sus profundo desacuerdo con ésta.

Con respecto a las ideas e intereses profesionales:
- Ambos fueron pensadores originales.
- Ambos fueron pioneros del psicoanálisis relacional, cuyo primer principio es que no se puede entender el ser humano sin hacer referencia a su contexto interpersonal e intersubjetivo. Aunque ellos no utilizaban estas palabras, lo importante es que su visión del ser humano, del psicoanálisis y de la psicopatología era inseparable del contexto social y evolutivo.
- Ambos respetaban aspectos fundamentales del psicoanálisis freudiano, pero rechazaron algunos de sus preceptos como el de pulsión de muerte.
- Ambos se interesaron fervorosamente por el estudio de los efectos que la privación de cuidados parentales óptimos tiene sobre el desarrollo evolutivo del niño y le dieron a las experiencias tempranas con los cuidadores un lugar esencial en los estudios psicoanalíticos.
- Ambos jugaron un papel importante en la así llamada Comisión Curtis, que iría a cambiar de una manera fundamental el sistema de protección legal de niños y padres en Gran Bretaña para asegurar aspectos básicos de su bienestar psico-social. Esos principios fueron llevados por Bowlby a la Organización Mundial de la Salud.
- Ambos hicieron compatible su interés por la técnica psicoanalítica para reparar el daño psicológico ya consumado con el interés por prevenirlo, particularmente trabajando con padres de niños pequeños. De este modo fueron pioneros de lo que ahora denominamos promoción de la salud mental infantil.
- Ambos se interesaron muchísimo por la vida, obra y legado de Charles Darwin.
- Ambos hablaban por radio durante el periodo de la guerra, dirigiéndose a todos los estratos de una sociedad marcada por la división de clases. Ambos tenían tendencias políticas dentro de una corriente que podríamos definir como socialismo moderado.
- Ambos manifestaron su alarma por el avance de Hitler en Europa, la guerra y el perjuicio contra los judíos. Bowlby y su amigo Evan Durban escribieron juntos el libro La agresividad personal y la guerra (1939), siendo su objetivo explicar el surgimiento del fascismo y nazismo, especialmente en Alemania.
- Durante la guerra, ambos firmaron una carta abierta en la revista médica británica The Lancet, llamando la atención sobre los riesgos para la salud mental infantil de la práctica de la evacuación (por la cual los niños que vivían en Londres eran separados de sus padres y enviados a vivir con extraños que los acogían en zonas remotas del país para ponerlos a salvo de los bombardeos nazis).
- Ambos escribieron y publicaron prolíficamente y obtuvieron un reconocimiento tardío por la comunidad psicoanalítica.
- Ninguno de los dos, especialmente Bowlby, ha sido valorado dentro del establishment psicoanalítico como se lo merecía, particularmente en vida. Bowlby no era aceptado fundamentalmente porque sus ideas proponían un nuevo paradigma. Aún hoy son escasas las instituciones de formación psicoanalítica que incluyen a Bowlby en sus programas de estudio. A Bowlby lo han reconocido los investigadores del apego pero no ha entrado aún por la puerta grande del psicoanálisis. A Winnicott no se le aceptaba , no sólo por su originalidad sino también por su excentricidad personal. Aunque muchos psicoanalistas mencionan a Winnicott, su comprensión y conocimiento del pensamiento de éste son limitados. Ambos sobrevivieron con dignidad y éxito personal su exclusión. Winnicott comenzó a obtener reconocimiento en la comunidad psicoanalítica internacional varios años después de su muerte.

Bibliografía:
- Mario Marrone y Judith Issroff. “John Bowlby y Donald Winnicott” en “Winnicott hoy: su presencia actual en la clínica” (2008), Madrid, Psimática.
- Issroff, J., Reeves, C. y Hauptman, B. (2005). Donald W. Winnicott and John Bowlby: Personal and Professional Perspectives, Londres, Karnac.