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Paz y Ciencia

miércoles, 11 de marzo de 2009

Dolores Mosquera: Narcisismo

Les presento a Dolores Mosquera en un fragmento de un artículo de la Revista Persona, coordinada por Koldobsky, este último autor del libro "Trastorno Borderline de la Personalidad: Un desafío clínico." Dolores Mosquera es autora de muchos libros sobre TPs, en especial destacar Diamantes en Bruto I y II, trabaja en el Centro Logpsic de Valencia con Laura Ageitos, siendo pioneras del tratamiento de los TP y en colaboración con el Dr. Rubio Larrosa del hospital provincial de Zaragoza. Revista Persona Vol 8, Suplemento 2. Julio 2008


SUBTIPOS DE PERSONALIDES NARCISISTAS Y PERSONALIDADES
CON RASGOS NARCISISTAS OBSERVADOS EN LA PRÁCTICA CLÍNICA

Teniendo en cuenta el amplío espectro de la patología narcisista he intentado establecer
una diferencia entre las personalidades narcisistas y las personalidades con rasgos
narcisistas. Para esto recurro a dos grupos. En el grupo 1 he incluido a personalidades
narcisistas principalmente explotadoras que suelen carecer de empatía, que se
muestran totalmente indiferentes al sufrimiento humano y que tienen la capacidad de
funcionar en el entorno y de camuflar sus “secretos”. En el grupo 2 he incluido a
personalidades con rasgos narcisistas que si bien pueden resultar explotadoras y ocasionar
sufrimiento ajeno, se caracterizan por presentar un malestar y sufrimiento
intenso que dificulta su integración, adaptación, funcionamiento y eficacia en la sociedad.
Grupo 1
En este grupo situaría a los narcisistas con comportamiento antisociales y psicopáticos
(que pueden llegar a ser peligrosos para otros) y a las personalidades funcionales
que en rara ocasión suponen un riesgo para los demás (narcisitas funcionales, personas
con habilidades; que han conseguido triunfar en la vida sin llegar a ser peligrosos
para otros, personas que si bien pueden carecer de empatía, han aprendido que
es importante tener presente a los demás para poder adaptarse al mundo y conseguir
sus objetivos). A continuación se reflejan algunas características propias de este grupo
de pacientes mediante subtipos:
1. El narcisista sin principios: es un subtipo mencionado por Millon y al que he
hecho referencia anteriormente. Es un subtipo que podemos observar en personalidades
patológicas y que conviene tener presente en nuestras valoraciones (especialmente
si tenemos algún tipo de relación con pacientes que se encuentran en prisión o acuden
derivados por un juez para evitar entrar en ésta por ejemplo). Millon explica que
es un subtipo observado a partir de las dos o tres últimas décadas en programas de
rehabilitación de menores y cárceles. También comenta que aunque estas personalidades
suelen tener éxito y mantener sus actividades dentro de los límites de la ley, no
es raro que inicien tratamientos clínicos. “El comportamiento de estos narcisistas se
caracteriza por un arrogante sentido de la propia valía, una indiferencia hacia el bienestar de los demás y unas maneras sociales fraudulentas e intimidatorias. Son conscientes
de que explotan a los demás y de que esperan reconocimientos y consideraciones especiales
sin asumir responsabilidades recíprocas”; “Las evidentes características del narcisista
sin principios apoyan la conclusión de que en estas personas se mezclan características
narcisistas y antisociales”; “Estos narcisistas funcionan como si no tuvieran otro principio
que el de explotar a los demás en su propio beneficio. Carecen de un auténtico sentido
de culpa y apenas tienen conciencia social, son oportunistas y charlatanes que disfrutan
con el proceso de estafar al prójimo. Disfrutan jugando con los otros, se burlan de
ellos y les desprecian por la facilidad con que han sido seducidos. Sus relaciones se mantienen
mientras tengan algo que ganar”. Quizás este subtipo coincida con el denominado
por Meissner (1979) como “manipulador o psicopático” y con el desalmado de
la pionera clasificación de Schneider.
2. El narcisista psicopático-sádico: Es un perfil similar al anterior aunque más
extremo. En este subtipo encontramos las características que menciona Millon para el
subgrupo anterior y además, disfrutan haciendo daño a los demás. Aquí entrarían las
personalidades más sádicas y retorcidas como los violadores múltiples y algunos asesinos
en serie. Resulta evidente que estas personalidades no serán frecuentadores de
las consultas.
3. El narcisista práctico y funcional: También similar al narcisista sin principios
de Millon solo que se trataría de una variante más adaptada, aquel que destaca en su
vida cotidiana, que aprende a manejar a las personas de su entorno a su antojo sin
que éstas sean conscientes de su verdaderas intenciones. Este subtipo suele estar muy
integrado en la sociedad y también será difícil que acuda a nuestras consultas en
busca de ayuda y/o atención. No se caracteriza por un sufrimiento interno y tampoco
hace sufrir a los que le rodean (a no ser que sienta la necesidad de cambiar de planes
y estas personas dejen de serle útiles. Aún así será cauto en el planteamiento).
4. Narcisista elitista: Subgrupo descrito por Reich y Millon posteriormente. Es
similar al subgrupo 6 del grupo 2 pero menos “sutil”, está muy centrado en venderse
a sí mismo y puede resultar descarado, demasiado evidente: “Al hablar excesivamente
de sí mismos, estos narcisistas se exponen a que haya discrepancias entre lo que
son y cómo se presentan. A diferencia de muchos narcisistas que advierten esta disparidad,
los elitistas están absolutamente convencidos de su Sí mismo”: “En vez de esforzarse
por adquirir cualificaciones y talentos genuinos, prácticamente todo lo que hacen persigue
persuadir a los otros de su especialidad”; “muchos son arribistas que intentan cultivar
su sentido de especialidad y ventaja personal asociándose con los que poseen logros
y reconocimiento genuinos”; “en cualquier actividad a la que se dediquen invierten sus
energías en hacerse propaganda, en jactarse de sus éxitos, ciertos o falsos, en conseguir
que cualquier cosa que hayan hecho parezca maravillosa, mejor que lo hecho por los
otros y mejor de lo que realmente es”
5. El limite narcisista: subtipo sugerido por el Dr. Vicente Rubio en el que además
de las características y síntomas más aparentes (comportamentales) del TLP, hay
un importante fondo histriónico-narcisista de protagonismo, aparatosidad, desmesure
en los síntomas, de importancia, de ser diferente, “el más limite”. Se trata de personas
que consideran que tienen que ser tratadas de forma diferente porque son especiales.
Un ejemplo que ayuda a visualizar este subtipo, sería el paciente que acude
demandando que le atienda el “jefe”, “director” o “responsable”. En este subgrupo
no se incluirían las personas que han aprendido a relacionarse de esta manera y que
no saben hacerlo de otra forma; se trata de personas que presentan nula empatía y
que consideran que los demás están ahí para atenderles cuando ellos lo necesiten.
Grupo 2
En este grupo situaría a las personalidades con rasgos narcisistas que podemos ver
con más frecuencia en las consultas de psicología y psiquiatría, personas que pueden
ser o no habilidosas pero que independientemente de su eficacia, se sienten mal con
ellos mismos y presentan un sufrimiento que les limita en su vida cotidiana, por lo
menos en alguna o varias áreas de su vida. A efectos prácticos y didácticos lo divido
en 8 subgrupos de personalidades con rasgos narcisistas:
1. El narcisista desesperado (basado en el “helpless narcisist” A. Freeman): Son
personas que se caracterizan por presentar un estilo “si-pero”. Se trata de individuos que si bien buscan ayuda, demandan tratamientos y acuden a las citas, no permiten
ser tratados. Acuden con una aparente baja autoestima que suele movilizar atención
y cuidados por parte de otros, pero para los que nunca es suficiente la atención y
ayuda que reciben, es como si necesitasen “algo más”, algo que no encuentran y que
les acabe de llenar. Sería una especie de narcisista ambivalente, en el que cuando se
le propone algo que aparentemente acepta, acaba haciendo lo contrario (predominando
en algunos, los comportamientos pasivo-agresivos).
2. El narcisista frustrado. Se trata de un estilo similar al anterior, un individuo
que acude en busca de ayuda, que acude a las citas y aparentemente escucha las
sugerencias pero que en los momentos críticos expone realmente lo que siente y piensa.
El narcisista desesperado también acude a terapia con una “aparente baja autoestima”
aunque cuando se le cuestiona surgen razonamientos del tipo “yo estoy por
encima de los demás”, “Mis valores son superiores”, “La injusticia proviene del mundo y
yo soy una víctima inmerecida”. Es decir, suelen atribuir sus dificultades a algo externo,
por ejemplo: la falta de cuidado en su infancia, gente que les hace o ha hecho daño,
funcionamiento del entorno, etc, cuando la realidad es que presentan una gran dificultad
para asumir su responsabilidad o centrarse en lo que depende de ellos. La frustración
principal es la de no haber conseguido lo que esperaban para sí mismos o no
llevar una vida como les gustaría o como creen “merecer”.
3. El narcisista aparente o “inflado”. Un estilo en el que predomina la tendencia
a encantar y agradar. Para estas personas, la valoración de los demás es importante,
necesitan ser reconocidos y sentir la aprobación de los que les rodean. Son sujetos
muy vulnerables a la crítica aunque presentan un amplio repertorio de habilidades y
tienen gran capacidad para captar la atención de los demás y generar sentimientos
positivos. La dificultad principal en estas personas es el temor a ser “descubiertos”
pues en este caso la autoestima es inferior de lo que aparentan y se cubren de fachadas
en un intento de vender su imagen tal y como creen que será aceptada.
Curiosamente es un perfil que se suele identificar e intentar encajar con patologías
como la límite (es más atractiva para ellos). En este subgrupo podemos situar también
a personalidades habitualmente funcionales pues la fachada les puede (y suele) funcionar.
4. El narcisista dependiente. Un estilo en el que predomina una predisposición
y servicialidad que no encaja. Aparentemente muestra preocupación por los demás,
pero ésta es percibida como excesiva y “artificial”. En este subtipo la sensación de
vacío y el temor a quedarse solos tienen un peso importante. Se trata de personas que
parecen vivir “por” y “para” otros; que intentan encajar, “caer bien” y gustar. Es un
subtipo que tiene muchas dificultades con la crítica. Con los desconocidos se muestra
muy seguro, tiene facilidad para conectar con la gente y causar buena impresión pero
en el fondo sabe que su actitud no es “real” y se puede sentir muy vulnerable si intuye
que otros lo sospechan. Un aspecto que le desconcierta y no entiende, es por qué
los demás no son capaces de “corresponder” de la misma manera (dando respuesta
a sus deseos verdaderos: que sus necesidades sean cubiertas por aquellos a los que
“elige” como posibles candidatos a suplir sus carencias). Aunque parece “disfrutar”
complaciendo a los demás, en realidad espera algo a cambio. Es un subtipo que
puede “explotar” y ser verbalmente abusivo cuando “ya no puede más” (por la tendencia
a acumular resentimiento y rencor cuando los elegidos no responden como él
espera que respondan). Sería una especie de narcisista “codependiente”, en el que la
preocupación por los demás y el volcarse en ellos tiene como fin satisfacer su ego
mediante la aprobación y el reconocimiento de lo que hace. En el fondo lo que busca
es ser reconocido y recompensado.
5. El narcisista aparentemente funcional. Se trataría de un estilo que es
capaz de desarrollarse adaptativamente en las distintas áreas de su vida, pero necesita
utilizar la manipulación y el adoptar cualquier rol que considere útil para conseguir
sus propósitos (por ejemplo una apariencia servicial, amable, y colaboradora), aunque
internamente esté buscando destacar, sin importarle lo que ocurra con los de su
entorno, o si resultan perjudicados por las estrategias que ha empleado. Una vez que
ha obtenido lo que persigue, es probable que esa fachada “servicial y amable” se desmonte
y surja la verdadera “personalidad”, ya que los demás habrán dejado de ser útiles
a sus propósitos. La dificultad para este subtipo de personalidades puede surgir
cuando se encuentran con personalidades similares (se dará una lucha de poder), o
cuando se ven frustrados sus objetivos. Llevado al extremo se podría hablar de personalidades
psicopáticas, pero en un grado menor se trataría de un patrón relativamente
común. En ocasiones son catalogados como “trepas” a nivel laboral, o como “aprovechados”
en otros ámbitos. Este perfil coincide con el subgrupo 4 planteado en el
grupo 1 (el narcisista elitista de Reich y Millon) aunque como señalaba en ese apartado,
este subgrupo es mucho más sutil y menos “descarado” a la hora de mostrar sus
intenciones y motivaciones.
6. El narcisista salvador. Es un perfil habitualmente funcional, si las cosas van
bien se puede mantener estable y funcionar con éxito. Para algunos, su vida gira en
torno a los demás, sobre los que sienten una gran responsabilidad, atribuyéndose
mayor poder o capacidad de solucionar sus problemas, y limitando la responsabilidad
ajena en las dificultades de cada uno. Este tipo sobrevalora sus capacidades y potenciales
sintiéndose responsable de lo que le ocurre a otros. Pueden ejercer profesiones
relacionadas con la salud o los cuidados (médicos, psiquiatras, psicólogos, enfermeros,
trabajadores sociales, etc.). La dificultad principal de este subtipo es la falta de
control sobre los demás o sobre factores externos: si algo no sale como espera, se
puede desarmar y venirse abajo (por este motivo lo he situado en el grupo 2 en lugar
del grupo 1).
7. El narcisista compensador: Subgrupo planteado por Millon y que describe
muy acertadamente las características comportamentales de algunos de los pacientes
que podemos atender en la consulta “los orígenes en los que se basan sus comportamientos
claramente narcisitas se derivan más de un sentido subyacente de inseguridad y
debilidad que de sentimientos genuinos de confianza y alta autoestima. Tras su apariencia
seudoconfiada, la postura que adoptan públicamente, están movidos por fuerzas
similares a las de las personalidades negativistas y evitadoras”; “representa a los pacientes
denominados –narcisistas- en la comunidad psicoanalítica y que han sufrido traumas
en su infancia”; “esencialmente estas personalidades intentan disimular o compensar sus
deprivaciones infantiles. Son similares al antisocial, pero el narcisista compensador intenta
superar su sentimiento de vacío mediante la creación de una ilusión de superioridad y
construyendo una imagen propia de gran valía, en vez de usurpar el poder y el control
que los otros poseen o mediante la acumulación de posesiones”; “necesitan que los
demás secunden su esfuerzo por conseguir prestigio”; “son extremadamente sensibles a
las reacciones de las otras personas, vigilan y escuchan atentamente en busca de cualquier
juicio crítico y se sienten ofendidos por cualquier signo de desaprobación”; “saben
que son un fraude, que pretenden una posición más elevada de la que se merecen”.
8. El antisocial aprendido: se caracteriza por presentar conductas y razonamientos
antisociales pero es un paciente en el que se puede observar una gran contradicción:
notaremos respuestas emocionales, malestar ante determinados aspectos
y sorpresa cuando los confrontamos o les informamos de algo de lo que no son conscientes.
Así mismo, es una persona que se puede (y suele) desarmar cuando mencionamos
el sufrimiento de otras personas. Se trata de pacientes con diagnóstico de trastorno
antisocial que si bien cumplen criterios por las “formas” o determinadas conductas,
no lo harían por “las motivaciones”. Aunque no siempre es evidente (habitualmente
se han hecho “expertos en bloquear emociones y predomina la negación como
mecanismo de defensa), hay un sufrimiento importante. En este caso, su narcisismo
consistiría en una fachada de invulnerabilidad, dureza, y una especie de “yo” prepotente
que no tiene en cuenta a los demás. Este subgrupo de pacientes tiene dificultad
para tener en cuenta a los demás pero puede aprender a hacerlo con ayuda. En
muchos casos sus planteamientos sobre la vida, sobre lo que está bien o mal giran en
torno a aspectos aprendidos en un entorno difícil en el que han tenido que aprender
a “defenderse para sobrevivir y no ser pisado”. Es un subtipo que a “primera vista” se
puede confundir con el narcisista sin principios del grupo 1.
Una vez planteados estos subtipos es importante aclarar que si bien estas personalidades
pueden mostrar rasgos narcisistas, son susceptibles de ser tratadas. Se trata de
personas que sufren y que no están a gusto con su vida. En la mayoría de los casos
existe una alteración de la identidad importante y múltiples mecanismos de defensa.
Evidentemente esta información hay que “buscarla”, con mucha paciencia y tacto
pues no es habitual que sean conscientes de las dificultades que presentan y nos
podemos quedar con lo aparente si no profundizamos en las valoraciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Santo Cielo! Pero si da miedo leerlo todo, todavía no lo he hecho, a ver si me atrevo.