PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 30 de junio de 2009

Amor y Rosas


Se escribe para ser amado (Foucault)


Estoy escuchando música, un grupo en el que un hombre y una mujer se cantan como susurrando su amor, proclamando lo que sienten el uno por el otro.
Hay quien conserva esa capacidad de amar, y tal vez el medio ambiente, el entorno que envuelve la textura del sujeto no contiene la facilidad para poder conectar.
Y entonces se convierte en un amor truncado. En un amor frustado, en un amor a la deriva.
Donde lo que la persona puede ser no se ve realizado porque el otro (el cónyuge) no aporta lo necesario para completar el bucle del cariño, a través de la palabra, de los gestos y de una conexión que trasciende lo intelectual y que hay que vivirlo.
La ausencia de estos elementos desconecta al sujeto de su amor replegándolo en una unidad evasiva de la realidad para distraerse del vacío y el dolor que supone encontrarse con ese mundo interno despoblado de objetos buenos internalizados.
El amor es necesario y tiene infinitos vectores pero requiere de unas texturas que van más allá de los límites de la razón y que sólo los sentimientos dan cabida.
La interpretación que hacemos de ese objeto amado y lo que ese objeto nos aporta puede o no dar significación a nuestra vida o decidir romper con dicho objeto y en otros casos con la propia vida, por ejemplo con conductas autolíticas.
Otro error razonable es externalizar en objetos externos lo que reside dentro de nosotros, proyectando el odio, la rabia y el desamor en el otro.
Otra cuestión es el hecho de la idea que tiene el sujeto de si mismo y de si mismo en pareja. Por allí pasa el cómo se verá con esa persona y cómo verá a ese otro. Su fantasía, sus afectos, sus sentimientos, sus experiencias llevarán el flujo del amor hacia modelar en la arena de la orilla de la playa la imagen de su pareja.
La arena, la orilla y la imagen pertenecen a la imaginación, claro está. Y ése es un elemento subjetivo, un objeto subjetivo que deforma la realidad empírica, la realidad externa de lo que es en efecto la pareja, el otro y también uno mismo. De ahí el principio de incertidumbre que aplica Janine Puget a lo vincular, partiendo de la física cuántica: "el observador modifica el fenómeno observado"; Heissenberg.
Toda persona necesita sentirse amada de una forma sana, el amor es amor cuando se vive como amor, cuando sirve como consuelo, como tranquilidad, como apuntalamiento, como fuente de motivación, el amor da energía y sentido. Y la falta de amor destroza la esperanza, mucho se puede hacer desde dentro para dar un sitio al amor.

Dedicado a quienes pierden en el camino el sentido del amor y con ello el rumbo en la vida, dedicado también a quienes regalan rosas.

Rodrigo Córdoba Sanz.
C/ General Sueiro 27, 2ºC.
50008 Zaragoza
Teléfono: +34 653 379 269


Blanco y Negro


Hoy, tomando como eje la dimensión que da la clínica psicopatológica y las ideas de Winnicott, quien nos invita a ser creativos se me ocurre hablar de un elemento frecuente dentro de los consultorios, que se plasman fuera significando el malestar.
Me refiero a la alternancia entre el amor y el odio. A como puede darse una vida desconcertante acompasada por un humor cicloide que acompaña a las imágenes de objeto bueno y objeto malo.
Dice Klein algo poético, literario y que resulta difícil de creer desde la distancia del no vivirlo o bien, de la rigidez teórica. Esta mujer nos explicó la posición esquizoparanoide y la depresiva. En los primeros meses el bebé fragmenta los objetos en partes, en objetos parciales. Algunos son totalmente buenos y otros totalmente malos y por ende persecutorios. El bebé ataca al objeto malo, mordiendo el pecho, pongamos por caso.
En la siguiente posición, en la segunda mitad del año de vida, el bebé se da cuenta de que ese objeto que ha amado y odiado es un objeto completo, un objeto total y que es pecho bueno y el pecho malo pertenecen al mismo objeto. De ahí surge la culpa y por eso se justifica el nombre de posición depresiva, un tránsito hacia la salud y la integración de las relaciones de objeto en objetos totales.
Esta disociación se da en determinadas patologías que alternan la idealización con el odio, lo que se llama pensamiento dicotómico también y escisión. Un "buen" día ese objeto es totalmente bueno, lo amamos y se quiere poseer y retener, conservar para siempre bien cerca. Otro día se le ataca, se le cuestiona y evoca imágenes y sentimientos desagradables. Ese objeto siempre es el mismo (en líneas generales) pero en el mundo interno reside esa doble mirada que tiende a contemplar ese pecho como bueno o malo, dando mantenimiento a una vida de blanco y negro, donde las emociones viran de un lado a otro, la imagen de aquellos que son queridos puede ser denostada y se actua en relación a ese impulso del que se siente atacado, perseguido o tal vez de forma más suave, cuestionado.
Por tanto hay una dualidad que siendo propia de la naturaleza humana trasciende los límites de lo adaptativo dando problemas en las relaciones interpersonales, en el control de los impulsos, en la imagen inconsciente del self.
Y claro que esta dualidad parece ser casi innata pero hablamos de aquella en la que hay un sufrimiento por no existir una continuidad de las relaciones objetales, en particular lo que Kernberg dice "estable inestabilidad".
Un proceso psicoterápico tiene como papel, entre otros, construir una imagen integrada del self y del mundo, una manera estable y creativa de estar-en-el-mundo.
En estos escenarios hay que soportar cierta cuota de dolor, como dice Winnicott y tolerar la parajoda, aceptarla, esa persona que ama y odia es la misma pero cabe pensar que existe una quiebra que dificulta el pensar con claridad y el sentir con continuidad. Claudio Naranjo lo enfoca desde patologías del amor y es nueva revisión de la clásica teoría de las relaciones objetales y de la experiencia que aporta la clínica, donde la agresividad y el amor componen los arpegios del día a día.

lunes, 29 de junio de 2009

Exploraciones Psicoanalíticas: El concepto de regresión clínica comparado con el de organización defensiva.


EXPLORACIONES PSICOANALÍTICAS. DWWinnicott. Un breve trabajo reflexivo.

* El concepto de regresión clínica comparado con el de organización defensiva
(Trabajo leído en un Simposio de Psicoterapia realizado en el Hospital McLean de Belmont, Massachussetts, 27 de octubre de 1967)

En este trabajo Winnicott trabaja la "experiencia clínica especializada, relativa al manejo hospitalario de pacientes esquizofrénicos, y de aquellos que quizás improvistamente se vuelvan esquizoides durante el tratamiento".

Dice lo siguiente sobre los tratamientos físicos: "no importa lo que se sepa o se descubra sobre la bioquímica, o la neuropatología, o la farmacología de la esquizofrenia, lo cierto es que igualmente tendremos allí a los pacientes, personas como nosotros, en cada caso con una historia sobre el comienzo del trastorno y una buena carga de afanes y sufrimientos personales, y con un ambiente que es lisa y llanamente malo o bueno, o bien generador de confusión en grado tal que puede resultar incluso desconcertante referirlo."

Trata de someter a examen la teoría de la esquizofrenia, buscando su etiología. También, como se desprende de las primeras líneas, los fronterizos, aquellos que pueden "se vuelvan esquizoides durante el tratamiento", dice así: "Aquí rendimos cabal tributo a la provisión ambiental, por ejemplo a la naturaleza de la madre al presentarle el mundo a su bebé, quien no conoce otra cosa...
A medida que el niño adquiere autonomía y una identidad, y se siente real, y percibe objetivamente al ambiente como un fenómeno separado, en esa misma medida el ambiente como un fenómeno separado, en esa misma medida el ambiente (en la salud) queda relegado cada vez más a un segundo lugar, salvo por el hecho de que en la enfermedad, debe recordárselo siempre, el ambiente puede continuar siendo un factor adverso a raíz de la falta del individuo en cuanto a obtener suficiente autonomía".

Winnicott recuerda que en la esquizofrenia hay que profundizar en la idea de escisión, de ahí construye e hilvana el verdadero y falso self y perfila la enfermedad como una "organización defensiva sofisticada". Nos lo explica así: "La escisión de la persona aconteció y se organizó a raíz de una falla ambiental. Hubo una falla en el ambiente previsible promedio".

Y poco después escribe una hermosa frase: "Para mí, una madre suficientemente buena, y padres suficientemente buenos y un hogar suficientemente bueno, brinda en verdad a la mayoría de los bebés y niños pequeños la experiencia de nunca haber sido dejados caer en forma significativa.

También explica su uso personal del concepto regresión, refiriéndose más bien en el sentido de regresión a la dependencia que en relación a las zonas erógenas. Poco antes dice así: "No me interesa ser original ni citar a otros autores o pensadores (ni siquiera a Freud)".

Señala también aquí la "cuota de integración" que sobrevive al desastre de la angustia impensable o psicótica:
- No se conserva la integración: Desintegración
- Se conserva cierta integración: Caída impensable; Desparramarse en todas las direcciones; Escición somática: cabeza y cuerpo; Ausencia de orientación; Pérdida de una relación directa con los objetos.
- Se conserva la integración: Ambiente físico impredecible en lugar de "ambiente previsible promedio".

Sus últimas palabras del artículo de este fabuloso libro nos invita a la prudencia: "En lugar de traumas acumulativos lo que obtenemos son experiencias acumulativas de rabia, en los que el objeto (el terapeuta y su consultorio) sobrevive a la ira del paciente. El tratamiento de estos casos fronterizos no puede estar nunca exento de sufrimiento, tanto del paciente como del terapeuta".

domingo, 28 de junio de 2009

A los que están de paso

Hoy quiero escribir con el corazón en la mano. Un psicoterapeuta, un psicoanalista, no se suele prodigar en el mundo de su autobiografía aunque es inevitable que quienes siguen estas páginas con cariño puedan inferir y detectar ciertos rasgos del escribiente. El fundamento es respetar la neutralidad y la asepsia. Un aspecto técnicamente correcto pero humanamente no del todo cálido.
La verdad es que el hecho de escribir es más complicado cuando se trata de hacerlo en primera persona, por supuesto que en "La Niña de los sueños" y otros cuentos que iré publicando hay componentes proyectivos, como en todo texto, incluso en las recensiones winnicottianas, como una inclinación teórica, una forma de pensar, casi de ser.
Porque como los que lleváis tiempo siguiéndome, y alguno me ha pedido el messenger y lo sabe de manera más directa, sabéis de ciertas cosas fundamentales, es cierto que este espacio virtual genera confusiones pero la puridad y autenticidad se intenta transmitir.
Mi gusto es por la vida y yo tengo problemas. Cuando escucho o leo a alguien hablar de amor me entusiasma, por eso tal vez vaya a buscar un nuevo libro escrito por Silvia Salinas y Jorge Bucay en un rato que tenga.
Me gusta el amor y me gusta amar, en este trabajo hay que tener una gran capacidad de amar, recordando con una colega citábamos esa bella frase: "Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite".
A veces me sorprendo de lo intrascendente de muchas cosas de nuestra vida, conocí a unas hermosas personas este fin de semana, no obstante puede que no les vuelva a ver, habiendo sentido una conexión profundo, un compartir juntos algo importante y bonito mostrando el corazón.
Cuando algo se hace de verdad es importante y definitivo, llega y cala.
Cuando algo es mecánico, rutinario y desafectado no puede resultar bonito ni generar un futuro halagüeño. La vida nos propone posibilidades que podemos aprovechar y dejarnos empapar por esas vivencias transformadoras, la verdad es que es fácil y la calidad humana de aquellos que nos rodean puede hacer vivir la vida de una manera más conectada.
A veces podemos generar escudos. Una psicóloga que lee estas líneas me señalaba con gracia andaluza la posibilidad de que exista un regufio psíquico detrás del discurso elaborado general de estas entradas del blog.
La verdad es que soy así, me gusta el uso del lenguaje y me he formado en la Escuela del Psicoanálisis, de Carlos Castilla del Pino y me sirven, como no, de refugio desde donde me escapo temporalmente de ciertas angustias universales y al mismo tiempo crezco profesionalmente y me enriquezco. Está dicho.
No obstante Todos somos muchas facetas, tenemos ciertas especializaciones que se van colocando en un tiempo y espacio. Somos capaces de ser fluidos, la idea es que no seamos estáticos sino dinámicos.

Como respuesta influida por esa charla con la psicóloga andaluza procuraré por esta vez escribir algo menos intelectual. Por cierto hay que entender que este espacio necesita tener de cierto rigor y proporcionar información útil. El blog es para seguir aprendiendo, como casi cualquier cosa que uno hace. Hoy un bodeguero me ha enseñado mucho sobre la vida y sobre como ser jefe. La experiencia con un café en medio proporciona más sabiduría que los libros, de allí que precisamente la forma propuesta para curar en salud mental sea dos personas que se miran a la cara y se dicen cosas bellas y a veces un poco duras.

Os miro a los ojos con un café mientras improviso esto:

Os conocí y se abrió mi corazón
Allí ingenuo sentía que se expandía mi alma
procurando dar cabida a nuevas figuras
retoños de mi memoria
intensos y apremiados personajes de mi teatro privado
Allí estuvisteis y yo os mando un abrazo
que pueda servir para que nuestros pechos se acerquen
y respiremos cerca
para que sigamos viviendo una rica experiencia de juego
y aprendamos de las cosas más sencillas
Por ello te espero siempre para seguir creando juntos
creando aquello en lo que creemos.





El pensar: Cástulo Gregorisch

EL poeta cubano exiliado me ha mandado esto al correo, espero os guste:

EL PENSAR

Profundo es el pensar cuando en lo intrincado
e interesante mundo de la meditación se adentra.
Tantas interrogantes se presentan que imposible
luce que para ellas hayan respuestas.

Más sin embargo, aunque de momento muchas no se
encuentren, escondidas yacen en dimensiones
secretas, en paciente espera, hasta ese día
cuando vencidas por la tenacidad del que piensa,
muestren sus caras, cansadas de ser misterio,
alumbrando con su claridad el entendimiento,
otorgando a la curiosidad ansiado premio.

Inapreciable es nuestra habilidad de pensar.
Lástima que con más frecuencia, esta herramienta
única que nos da la oportunidad de elevarnos al
alto pedestal del conocimiento, no utilicemos.

Embargados de pobreza intelectual estaríamos
si pensar no pudiéramos. Presos quedaríamos
en las ergástulas de la ignorancia, cumpliendo
perpetua cadena en un mundo ciego al conocimiento.

No existe civilización sin pensamiento.
Nuestra existencia sin él, quedaría sumida en
un indetectable y oscuro agujero, como si no
fuéramos...

Cástulo Gregorisch
12/14/05

viernes, 26 de junio de 2009

Como dos personas que se encuentran desnudas en el agua



SI VOLVIERA A NACER Y EMPEZARA DE NUEVO...

El fin de semana pasado Otto Kernberg nos ilustraba sobre la ambivalencia, sobre el amor y el odio. Sobre la rabia, la agresividad y la psicoterapia, sobre los trastornos de personalidad y sobre los prejuicios acerca de esta "ciencia y arte". Hoy Amaral nos habla de relaciones y este mensaje viene inspirado tras hablar con una Mujer que ama con profundidad e intensidad y que puedes sentir cerca, una psicóloga y escritora. Se trata de una andaluza risueña a la que quiero homenajear por todo lo que ella, como mis pacientes, en otro orden de cosas, me aportan.
Saludos.

Pretérito Imperfecto




Hoy quiero escribir un poquito sobre "Pretérito Imperfecto", recibió el Premio Comillas. Por estas obras autobiográficas, junto a "La casa del olivo", ingresó en la Real Academia Española de la Lengua, por supuesto por su legado en el análisis del discurso, su meticuloso uso de lenguaje y sus inmensas investigaciones.
Es una autobiografía de Castilla del Pino (Carlos), donde describe de manera hermosa y muy precisa sus vivencias desde San Roque, los colegios donde estuvo interno, la vida en el pueblo, la atmósfera sociocultural de la época, el modo de entender la vida en aquella época. Como fue creciendo, dónde, quién le acompañó, desde su padre, figura fundamental para su desarrollo, alcalde de su pueblo natal en una época.
Los salesianos, los escolapios, su modo precoz de investigar, de leer ciencias y letras con avidez, su rápida maduración, su elevada inteligencia, la temprana muerte de su padre. El cuidado de sus hermanas y madre.
Cómo entabló profundas relaciones con personas mucho mayor que él. Profesores y otros.
Su paso por el ejército durante la guerra civil. Cómo se modeló su ideología a través de la experiencia absorbida por sus ojos.
Cómo le fue fuera de la casa natal y del hogar de su familia.
De cómo surgió rápidamente su interés por la medicina, con 14-15 años se compró su primer tratado de neuropsiquiatría en una libreria de viejo.
De cómo empezó pronto a escribir. Escribe sobre sus profesores, maestros de una vida intelectual, recogida entre libros y una época cruenta de fatalidad, penurias, abusos e injusticias.
Y cómo allí, en ese nicho de infame trato fue creciendo intelectual y emocionalmente compensando lo que no pudo llegar a disfrutar. El libro lo dedica a Elena. Su primera hija murió de cáncer y esa pérdida familiar, como las sucesivas le marcó. Eso queda más escrito en el posterior libro: "La casa del olivo".
Nos enseña como vive una persona que pasa a ser uno de los grandes humanistas y psiquiatras de España de todos los tiempos. En España estuvo López Ibor, con el que se formó Castilla pero pocos trascendieron tanto en el mundo de las ciencias sociales.
Podemos verle en la Biblioteca Nacional dando una conferencia, podemos leerle novelas, tratados de psiquiatría, ensayos de ciencias sociales, de psiquiatría, podemos oirle como embajador de Andalucía.
Y para entender cómo fue y quién fue, fallecido el 15 de mayo de 2009, podemos leer estos libros de gran significación y profundidad. Donde relata sus primeras experiencias sexuales, cómo era el ambiente erótico-sexual de la época y qué era ese mundo para él. Relata qué significaba para él Unamuno, Ortega y Gasset, Galdós, Bécquer.
Explica que le expulsaron de un colegio por llevarle la contraria a un profesor, y luego el director se ilusionó al intentar el reingreso. Era una persona valorada, respetada y querida, de esos a los que les tocaba llevar la voz cantante cuando recibían una visita.
Resultó ser un niño adelantado, ordenado, disciplinado pero con un sentido de la justicia marcado, un niño con interés por lo que le rodeaba, por ejemplo los toros.
Un niño que leía y gastaba lo poco que tenía en libros de viejo. Se escribe como un protoerudito, o un científico en potencia que llegó a cristalizarse.
Su trabajo, su inteligencia y su dedicación le caracterizaron toda su vida.
Pero es mejor que él mismo os lo cuente. Un saludo.

Pretérito imperfecto. Autobiografia. 1997. ISBN-84-8310-013-4
Autor : Castilla Del Pino, Carlos
Editor : Tusquets Editores
Lengua : Castellano
Lanzamiento : 2004
Formato : De cartón
Largo : 26
Ancho : 23
Número de páginas : 543

miércoles, 24 de junio de 2009

Conozca a su niño. D.W. Winnicott



En esta semana bibliófila voy a rescatar un libro leído hace un tiempo sobre DW Winnicott, se titula "Conozca a su niño". Lo edita Paidós y lo encontré por fortuna en el Corte Inglés de Independencia. En el texto se desprenden las ideas principales de Winnicott pero cuando su teoría no estaba elaborada plenamente. Título Original: "The Child and the Family".

En él nos advierte Winnicott que el texto está dirigido a madres jóvenes, no obstante dice no tener demasiado fe en que lo lean, por otra parte considera que lo mejor es no seguir los postulados de nungún pediatra o psiquiatra de niños, dos denominaciones para su persona. Lo mejor es ser creativos y él considera que quien mejor puede conocer los requerimientos del bebé es la propia madre a la que propone que se adapte al bebé como madre-medio ambiente.

Dice en la página 30: Algunas de ustedes han creado obras de arte. Han hecho dibujos y pinturas, han modelado arcilla, han tejido pulóveres o han hecho vestidos. EL resultado de tales actividades fue obra de ustedes. Pero los bebés son distintos. El bebé crece, y usted, como madre, le proporciona un medio adecuado.
Algunas personas creen que un niño es como arcilla en manos de un alfarero. Comienzan a moldear el bebé y a sentirse responsables del resultado. Sin embargo, están equivocados. Si usted siente lo mismo, se verá aplastada por una responsabilidad que no le corresponde asumir en absoluto. Si puede aceptar la idea de un bebé como una empresa en marcha, entonces se sentirá libre para interesarse por lo que ocurre en el desarrollo del niño mientras usted disfruta al satisfacer sus necesidades.

Pág. 84: Permítaseme pregunta: ¿por qué la persona normal tiene, al mismo tiempo, el sentimiento de la realidad del mundo y de la realidad de lo que es imaginario y personal? ¿Cómo es que usted y yo llegamos a ser así? Nuestra ventaja es grande, porque ello nos permite utilizar nuestra imaginación para tornar más atractivo al mundo y aprovechar los objetos del mundo real para enriquecer nuestra imaginación. ¿Se trata de una evolución natural? No, a menos que comienzo cada uno de nosotros cuente con una madre capaz de presentarnos al mundo en pequeñas dosis.

Pág. 108: Quiero que usted pueda tener confianza en su capacidad como madre que no sienta que, como nada sabe acerca de las vitaminas, tampoco sabe, por ejemplo, sobre la manera de tener a su bebé en brazos.

Pág. 111: Permítaseme describir tres etapas en la realación del niño con el mundo (representado por sus brazos y su cuerpo), dejando de lado el hambre y la rabia y todas las grandes conmociones. Primera etapa: el bebé es una criatura viva y autocontenida y, no obstante, rodeada por espacio; no conoce nada excepto a sí mismo. Segunda etapa: el bebé mueve un brazo, una rodilla, o se endereza un poquito. El niño ha atravesado el espacio; ha sorprendido al medio. Tercera etapa: usted, que sostiene al bebé, tiene un sobresalto, porque sonó el timbre o se derramó la leche, y otra vez el espacio ha sido atravesado. Esta vez el medio sorprende al niño.
Primero, el bebé autocontenido está en el espacio que se mantiene entre el niño y el mundo, después el bebé sorprende al mundo y, en tecer lugar, el mundo sorprende al niñi. Esto es tan simple que creo que usted lo verá como una secuencia natural y, por lo tanto, como una buena base para el estudio de la forma en que usted sostiene a su bebé.

Pág. 198: A partir de esta actividad afectiva puede desarrollarse una relación que por azar se encuentra cerca, y este objeto puede convertirse en muy importante para el niño. En cierto sentido, se trata de su primera posesión, es decir, el primer objeto en el mundo que pertenece al niño y que no obstante, no forma parte de él como el pulgar, los dos dedos o la boca. La importancia de este hecho se debe a que marca el comienzo de una relación con el mundo... No es el objeto mismo, desde luego, lo que marca la transición; el objeto representa la transición del niño de un estado de fusión con la madre a un estado de relación con ella como algo exterior y distinto.

INDICE del libro:

I. La madre y su bebé
1. Un hombre opina sobre la maternidad.
2. Cómo conocer a su bebé.
3. El bebé: una empresa en marcha.
4. La alimentación del niño.
5. ¿Adónde va el alimento?
6. El final del proceso digestivo.
7. El bebé como persona.
8. Primer plano de la madre alimentando al bebé.
9. ¿Por qué lloran los bebés?
10. El mundo en pequeñas dosis.
11. La moralidad innata del bebé.
12. El destete.
13. Saber y aprender.
14. Los instintos y las dificultades normales.

II. Los problemas familiares.
1. ¿Y el padre?
2. Sus normas y las de sus hijos.
3. Los niños y los adultos.
4. ¿Qué entendemos por niño normal?
5. El hijo único.
6. Los mellizos
7. El robo y la mentira.
9. Los niños en el hospital.
10. Primeros ensayos de independencia.
11. Apoyo a los padres normales.

Postcriptum: La contribución de la madre a la sociedad.

martes, 23 de junio de 2009

Verónika decide morir





"Verónika decide morir" (en portugués Veronika decide morrer) es un libro del escritor Paulo Coelho publicado en 1998.

Se trata de una obra de Paulo Coelho, con tintes autobiográficos. En ella Coelho se incluye como amigo de la otra Verónika del relato. Está la protagonista, una joven eslovena que un día mientras leía una revista decide quitarse la vida con sedantes y los conocidos Paulo Coelho y la otra Verónika, en un hermoso juego de espejos. Mientras el efecto tóxico llega escribe una misiva a la revista reivindicando el lugar de su país. En su fantasía la posibilidad de trascender por ser una patriota y defender el buen nombre de su país.

Verónika vive en una habitación dentro de un espacio dirigido por monjas. Estudió música (piano) y derecho y trabaja de bibliotecaria. Su vida va del convento a la biblioteca y de allí a alguna cama de un hombre. Por lo demás no hay más color en su vida. Así que se intenta retirar del mismo modo en el que vive, sin hacer demasiado ruido. "Sin sangre y sin tirarse de ningún sitio" (sic).
Dice así el texto:
" Había llegado la hora de tener orgullo de sí misma, de saber que había sido capaz, que finalmente había tenido valor y estaba dejando esta vida. ¡Qué alegría! Y estaba haciendo eso tal como siempre lo había soñado: mediante comprimidos, que no dejan marcas.
Veronika había estado buscándolos durante casi seis meses. Pensando que nunca lograría conseguirlos, había llegado a pensar en la posibilidad de cortarse las venas, a pesar de saber que terminaría llenando el cuarto de sangre, dejando a las monjas confusas y preocupadas.
Un suicidio exige que las personas piensen primero en sí mismas, y después en los demás."


Verónika se sorprende de que en esa revista no conozcan a France Preseren, poeta esloveno, uno de los representantes de la escuela romántica. En Liubliana se erige un monumento en el que el poeta mira hacia la mujer que le inspiró en vida, sólo la pudo ver en una ocasión pero siempre estuvo allí como musa, en su recuerdo. Al otro lado de la plaza la imagen de la mujer le devuelve la mirada.

Verónika se despierta el 11 de noviembre de 1997 en un hospital psiquiátrico, rodeado de tubos y máquinas, una enfermera la controla desde una silla contigua a la cama, oye a alguien decir "¿Quieres que te masturbe?". El sexo va ocupando un lugar importante a lo largo de esa experiencia transformadora.

Ya escuché por parte de quien me recomendó la lectura que Paulo Coelho estuvo varias veces ingresado en hospitales de estas características. La wikipedia también señala esta anécdota y dirige a "Confesiones de un peregrino" por Juan Arias. Desde luego que el relato es muy vivo, he leído unas páginas de la edición de booket y el principio me ha enganchado. Es un relato casi autobiográfico, reflexivo e informativo, con retazos de cuentos sufí, leyendas y alegorías que tienen una finalidad de compartir con el lector algunos pensamientos sobre el vivir y el cómo hacerlo.

Verónika nos enseña en esas primeras páginas como su pasión era el piano y además se le daba muy bien, sin embargo tuvo que renunciar para estudiar derecho porque "de la música no se puede vivir", le decía su madre. Había terminado la carrera con buenas notas y trabajaba en una biblioteca, internada memorizaba para recuperar el equilibrio interno los libros que se prestaban. Le gusta salir a pasear, con camisón preferiblemente, aunque haga mucho frio fuera.

En el hospital hay ciertas jerarquías, un grupo de antiguos pacientes continuan internador por propia voluntar y con el argumento de que pueden ayudar a los "crónicos" fea expresión y a otros. Se trata de una comunidad que también sostiene económicamente el hospital, construido donde antes era una fortaleza militar.

Verónika piensa en voz alta con Coelho, quienes en definitiva en el propio relato son dos personajes secundarios, solapados. Y esa es la trama interna, Coelho nos puede relatar su experiencia, en ese tono que recuerda al Alquimista, como cuento para trazar un camino de exploración de la conciencia. Un estímulo hermoso que siempre, bien acogido, puede ser útil.

Un libro correcto hasta donde he leído y algunas ideas que podemos imaginar son las siguientes:
- El intento de suicidio de Verónika le da una oportunidad para conocer "la locura".
- La paciencia y el respeto como cuento de aquél maestro sufí que queda con unos pocos leales en el teatro donde 4 horas antes había preparado un seminario.
- Los sanatorios de este tipo son lugares lúgubres que asustan, contagian y profundizan en la quiebra de la locura.
- Alguna reflexión que ya me hizo esa persona que me la recomendó, una persona que estuvo varias veces ingresado. El vitriolo, como el veneno líquido que intenta buscar el director de ese hospital, en sus fantasías está la posibilidad de pasar junto a otros grandes a la historia. Este médico hace comentarios filosóficos sobre la locura, la madre de Verónika no le entiende y Verónika le dice: "¿Qué le ha pasado?-preguntó la joven frente a él-. Da la impresión de que hubiera entrado en el mundo de sus pacientes.
El doctor IGor dejó pasar el impertinente comentario.
-Puede irse ya- dijo."


Alguien me dijo que comparar a Borges con Coelho era comparar a Dios con un gitano. En mi experiencia con gitanos he aprendido muchísimas cosas, ellos han aportado mucho a nuestra cultura, tal vez más en el mundo del arte que en otras áreas. También dan un color especial a barriadas de nuestras ciudades y colman centros de asistencia en distintas Instituciones.
De los gitanos se puede aprender y creo que puede haber algún Dios gitano. Tal vez Coelho sea a su manera un Dios de aquellos.
Pensando en aquella comparación reflexionar en esta catalogación del texto: Humanidades, Autoayuda y nueva era, Literatura nueva era.

En todo esto, puede que veamos a Verónika en la gran pantalla en un escenario inspirado en Nueva York.


lunes, 22 de junio de 2009

Una psique encadenada a un cuerpo


Buscando fuera consumimos el tiempo sin que nos aporte una experiencia que enriquezca la existencia. Pensando en los que han fallado, en aquellos que no han estado bien, en buscar algo para apuntalar nuestras dudas.
Allí se erige la psicoterapia dinámica. Para cuestionar la yatrogenia del gratificante trabajo superficial en psicoterapia. Se trata de recorrer el duro camino de pensar hacia fuera para pensar hacia dentro. Para "darse cuenta", para realizar el "insight". Se trata de pensar de otro modo, de tener nuevas perspectivas y de ampliar los registros, pudiendo llegar a vivir de una forma creativa, sin síntomas y con una buena red social. Disfrutando del trabajo y del amor.
El amor puede ayudarnos a entender la patología como patologías del amor. El amor esquizoide es un amor tácito, no puesto en palabras, no demostrado pero sentido en una frecuencia de onda que sólo otra persona que comparta la arquitectura sentimental puede registrar, lo obvio es el repliegue. El amor histriónico es ubicuo pero poco preciso. Quiere mucho a lo de fuera pero quiere poco a lo de dentro.
El amor narcisista parece querer mucho a su persona pero debajo de esa capa de conciencia existe una profunda quiebra de su autoestima.
El amor nos ayuda a entender cómo nos vinculamos y es un producto único en el sujeto, diferente de los animales. Los humanos sufren angustia, que se coloca en el cuerpo por somatizaciones (casos graves), en el exterior (patologías del acto) o en el interior (melancolía). El amor nos ayuda a entendernos, y cuando sufre alguien una psicopatología su forma de amor se ve mermada, queriendo menos a otro o queriéndose menos a sí mismo. Muchas veces las dos cosas surgen al mismo tiempo.
La patología del amor es acabar con la fuerza motriz de nuestra energía psíquica, la líbido. Y esto es grave porque entonces su contracara, el tánatos comienza a gobernar y aparece la muerte en forma de angustia con sus respectivos síntomas.

Lo sorprendente es que busquemos fuera lo que está dentro. Buscamos en un psicólogo lo que sólo nosotros podemos saber, a través de un diagnóstico alguien quiere saber qué le pasa o quién es, a través de unas pruebas médicas quiere "cosificar" el dolor psicógeno. Alguien comentaba que quería sentir reconocimiento, y esto pasa porque sus síntomas sean comprendidos y dados como "reales". El drama es que sólo un psicoanalista y algún profesional con dotes humanas y poco condicionado por la ciencia dura puede comprender que esos síntomas son "reales". Pertenecen a una realidad de segundo orden. De orden subjetivo, connotativo. No obstante la negación de tener un conflicto psíquico puede llevar a maniobras tan actuadoras como el peregrinaje por distintos médicos para confirmar un diagnóstico fisiológico.
Modo según el cual: el sujeto queda desinvestido de su ser deseante, pensante, soñante y amoroso para ser un objeto parcial, un pedazo de cuerpo. Está el ser natura sin nurture.

Así podemos continuar horas y horas y esto es un problema psíquico muy grave y difícil de curar, a veces, en el peor de los casos, retroalimentado por profesionales que con buenas intenciones atienden a sus demandas de pruebas y litigios.

El darse cuenta está bien lejos, el dolor está en el cuerpo, la angustia en el cuerpo, lo malo está en el cuerpo, "yo soy un cuerpo" se puede oir si escuchamos a estos pacientes. Y esto es una verdad de hecho. En su vida interior están vacíos, faltos de toda vida, espiritualidad, curiosidad. Sus recursos están aletargados esperando despertar de una pesadilla que se mantiene porque ellos también son un cuerpo y están encadenados a el.

Lo curioso es que el recurso defensivo es controlar el conflicto intrapsíquico que produce dolor desde la realidad externa, queriendo tomar el control de tratamientos, reticencias a psicoterapia o análisis y se sigue buscando fuera un secreto, un Santo Grial que está DENTRO del sujeto.


DELVAUX, Paul
Mujer ante el espejo, 1936
Óleo sobre lienzo
71 x 91,5 cm

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Qué es esta página para mí?



Se pueden comentar varios ejes que sostienen la existencia de esta página.
El hecho inquebrantable de procurar expresar lo que quiero de la forma que me gusta.
Unas veces tiene una inclinación, una temática, un vector, una profundidad, una originalidad...
La situación de ser un espacio de encuentro para reflexionar donde el psicoanálisis es una herramienta pero que sirve como trampolín para conectar con otras ciencias y con otras artes. Se trata de crear redes de soporte interdisciplinar donde podamos compartir marcos de referencia.
Hablar sobre Winnicott, no olvido el que es un referente de gran envergadura para mí, un autor del que se han dicho muchas cosas, pediatra, psicoanalista, psiquiatra de niños, psicoanalista de casos graves, escritor, humanista, médico de buque de guerra, impotente, juguetón, cariñoso, creativo, músico, cantarín...
Y tal vez el interés por esta persona tiene que ver con lo inevitable que el sentido común y la intuición nos dicta: Finalmente, detrás de la admiración de algunos sólo aparece un oculto reconocimiento de que uno piensa como ellos. Ambrose Bierce
A veces me parece que es un espacio demasiado recargado de citas, otras veces pienso que tiene demasiada artificialidad, otras que es poco serio, en definitiva se trata de cierta difuminación en cuanto a qué es este espacio.
En todo caso se trata de un lugar de encuentro, reencuentro y peregrinaje, un espacio intermedio donde podemos ir conectando y escribir, pensar, investigar y avanzar, venciendo las fuerzas que nos mantienen fijados a una perspectiva fija, por tanto trazamos mapas mentales más amplios con caminos diferentes.
Sirve de consuelo, de recuerdo, de apoyo, de ayuda, de guía, para mí es como un pupitre abierto al público donde pongo cosas que creo saber y cosas que no sé aunque probablemente tampoco las sepa. También pongo cosas que sé. De hecho pienso en Claudio Naranjo, persona que también me impacta por su discurso y, por qué no decirlo, por su apariencia, importante esto último en lo que compartimos hoy (o mañana). Este buen hombre, y vuelvo a irme por las ramas, dice de la vanidad de los que aumentan su imagen con citas y toda esa parafernalia.
El sábado, entre labores de casa y algo de fútbol pude investigar sobre dos personas que me entusiasman, se trata de dos chilenos: Otto Kernberg y Claudio Naranjo, Psicoanalista el primero, Gestáltico (Humanista), el segundo.
En mi página web: www.rcordobasanz.es, diseñada con el propósito de servir de portal para el blog, comento que soy un psicoterapeuta psicoanalítico y un humanista integrasdor.
Claro, esto es como raro...
Si existen cientos de escuelas supongo que acabo de confluir dos vertientes. Como el sábado en vídeos entonces: Kernberg con Naranjo. El psicoanálisis con el humanismo.
Y desde luego que me siento cómodo en esos registros, porque no puedo entender el psicoanálisis fuera de un marco humanista. Para mí, el humanismo es más amplio que el psicoanálisis, que me interesa como método de investigación, modo de entender la mente y forma de psicoterapia. Para eso la estructura de la mente, en cuanto a búsqueda, a asociaciones, a forma de integrar la información, a registrar las relaciones, a vivir la experiencia interpersonal... pues soy psicoanalista, analista casi mejor. Pero soy humanista porque mi objetivo es sentirme cerca, ayudar a las personas ya no sólo a curarse de síntomas sino a sentirse vivos (en el sentir del vivir creativo de Winnicott, tan cerca de la autorrealización de Maslow o la creatividad de Rogers). Mi objetivo es ser, a cada instante nuevo y mejor, suficiente para los otros, dándoles mi cariño y mi amor, un amor puro y acotado. Un amor con límites.
Ese espacio es el que procuro transformar en mi vida y en particular, en mi oficio, un oficio difícil y hermoso que aporta más sabiduría que otros que pueda imaginar. Se trata de aprender de otros individuos. "A mis pacientes que pagaron por enseñarme", reza Winnicott en la dedicatoria de Realidad y Juego.
Este espíritu innnovador, creador, abierto, antidogmático, juguetón y curioso me atrae y espero que juntos podamos seguir construyendo nuevas entradas para este espacio que cada día visitan más.
No me gustan los contadores, no me gustan las estadística, éste es un espacio también de encuentro con personas sensibles y no busco esas gratificaciones. No obstante me consta que estás allí, como día tras día estoy, conectados, procurando hacer de nuestros mundos algo nuevo y transformar nuestro self.

Debo decir que me ha salido como muy "espirituoso", pero me gusta.
Que os aproveche. Besos.

Rodrigo Córdoba Sanz.
C/ General Sueiro 27, 2ºC
50008 Zaragoza
Teléfono: +34 653 379 269

domingo, 21 de junio de 2009

Cuento. Bertold Brecht

Si los tiburones fueran personas -preguntó la niña al señor K-, ¿se portarían mejor con los pececillos?
-Claro-dijo él-, si fueran personas harían construir en el mar unas cajas enormes para los pececillos, con toda clase de alimentos en su interior, y se encargarían de que las cajas siempre tuvieran agua fresca y adoptarían toda clase de medidas sanitarias.
Si, por ejemplo, un pececillo se lastimara la aletam le pondrían inmediatamente un vendaje de modo que no muriera antes de tiempo...
Naturalmente, habría escuelas.
En ellas, los pececillos aprenderían a nadar hacia las fauces de los tiburones.
Se les enseñaría que, para un pececillo, lo más grande y lo más bello es entregarse con alegría a los tiburones...
Si los tiburones fueran personas cultivarían el artem claro está. Pintarían hermosos cuadros, de bellos colores, de las dentaduras del tiburón...
Tampoco faltaría la religión que enseñaría que la verdadera vida del pececillo comienza en el vientre de los tiburones.
Si los tiburones fueran personas, los pececillos dejarían de ser, como lo han sido hasta ahora, todos iguales. ALgunos obtendrían cargos y serían colocados por encima de otros. Se permitría que los mayores se comieran a los más pequeños. Eso sería en verdad provechoso para los tiburones, puesto que entonces tendrían más a menudo boacdos más grandes y apetitosos que engullir...
En pocas palabras, si los tiburones fueran personas, en el mar no habría más que cultura.
BERTOLD BRECHT

sábado, 20 de junio de 2009

Claudio Naranjo_Psiquiatría_Espiritualidad















Otto Kernberg en La Belleza de Pensar











Agresión como elemento fundamental del amor.
Normalmente uno tiene que integrar los elementos idealizados y persecutorios. Melanie Klein ha llamado la posición depresiva, un desarrollo psicológico donde la rabia, el odio y la envidia que siente un niño hacia las personas que le rodean es también dirigido hacia quienes quiere. Eso es la ambivalencia. Cuando se reconoce que una persona odia a una persona que quiere... la integración de los segmentos del odio y el amor produce la capacidad de amor. En las relaciones de amor hay un elemento de agresividad pero si aumenta deteriora el amor. Hay agresión hacia el ser amor. Hayazgo del psicoanálisis, especialmente de Melanie Klein.



El ideal tiene aspectos de amor y de prohibición, de prohibición moral contra la agresión mutua y de admiración hacia la otra persona. Nietzsche ha demostrado que detrás del amor está el resentimiento.
La capacidad potencial hacia el amor está desde el nacimiento. Un potencial de amor de ligazón amorosa está desde el bebé a la madre, como la de odio. La disposición, la capacidad innata existe en condiciones normales, domina el amor sobre el odio.
Hay tipos de amor muy diferente...
Verla como representando en la realidad como representado en la realidad diversos planos que quisieramos que se vieran en la realidad. Captar la limitación de fusionarse con otra persona.
El matrimonio es una imposición artificial de la cultura. Yo creo que corresponde a una necesidad fundamental, influido por factores sociales y socioeconómicos.

El psicoanálisis no es una filosofía de vida. Creo que es una ciencia y un arte. Esa profundización de la comprension del ser humano la tenemos en la comprensión psicoanalítica. Penetrar en la vida de la otra persona como no tenemos oportunidad de no hacerlo en otro momento.
Es un conocimiento muy profundo, que está ligado a un método de investigación. No se transforma a una forma de vida. El tratamiento psicoanalítico de futuros psicoanalíticas tiene como objeto que sus propias problemas influyan pero eso no significa que no tenga propios problemas. Es una comprensión humana que sirve como reflexión.

Shimriti y el Génesis

Llamar a Dios “El Jefe” es algo que me causa un poco de risa. Con el respeto merecido siempre, por cierto.
Andaba pensando sobre algo leído, el Génesis como mito de nuestra cultura judeocristiana.
Me hacía gracia el enfoque de Bucay en el libro Shimriti, que dice debajo: “Un viaje en tren de la ignorancia a la sabiduría”.
Aunque las recetas de autoayuda no me gusten, entiendo ésta y otras obras del autor como de divulgación, no comprende recetas sino reflexiones, cuentos y comentarios, propios y de otros. La serie “Hojas de Ruta” y los libros de cuentos me han gustado más que este libro, que es un intento de enseñar desde la filosofía a vivir y conectarse con el interior de cada cual. Objetivo que veo inasequible para cualquier texto, por hermoso que sea.
Este caballero andante, autoproclamado con ternura “El Gordo”, en “Déjame que te cuente” nos hace su interpretación del Génesis, en un breve recorrido por la Creación. Parte de la diferencia entre Occidente y Oriente en cuanto a la causalidad, los tiempos y la perspectiva, en definitiva.
Habría que citar a Gregory Bateson para poner en antecedentes a los lectores, cito:
“No podemos percibir el mundo, sólo podemos apoyarnos en la interpretación que hacemos de él. El mundo no es como nosotros lo percibimos, sino que sólo habitamos el mapa que construimos. Vivimos nuestra vida en concordancia y sintonía con ese mapa y no con el mundo verdadero”.

Bucay reflexiona sobre Adán, creado desde la Nada por Dios (el jefe para “el gordo”). De él se crea, es decir por un trozo de Adán, a la mujer, a Eva. De una costilla. Allí ya parece empezar el cautiverio de dependencia de la mujer, en la que parece haber una ligazón de deuda en su propia existencia en relación al hombre.

Después existe un árbol, que destaca sobre todos los demás, y que curiosamente no se puede casi tocar porque tiene un fruto prohibido por Dios (el jefe). Imagínense nos cuenta con humor Bucay, curioso para tema tan trascendente, qué significa esa llamada prohibitiva al “no comer de aquí”. Después llega el ofidio que invita a comer la manzana. Y al final:

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella (Génesis 3:6).

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales (Génesis 3:7).

Y Dios dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que yo te mandé que comieses?
Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí (Génesis 3:11-12).

Al parecer esa monumental metida de pata les lleva a que Dios les castigue con convertirse en polvo (morir) y parir con dolor. Algo así:

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti (Génesis 3:16).

Después tienen relaciones sexuales (se conocen) y engendran a Caín y Abel:

Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante (Génesis 4:3-5).

Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató (Génesis 4:8)…La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra (Génesis 4:9-10)

Al parecer fue más duro el jefe con los progenitores que con Caín.

viernes, 19 de junio de 2009

El Camino de Shimriti-La sabiduría recobrada



Saber es también el resultado de un DES-CUBRIR-NOS (quitarnos todas las coberturas)...

En palabras de Gurdjieff:
Para poder vivir verdaderamente, hay que renacer.
Para renacer, primero hay que morir a lo anterior.
Y para poder morir, primero hay que despertar...


Stanislav Grof (padre de la psicología transpersonal):
La ciencia formal y su mejor aliada, la tecnología, se han constituido, hoy por hoy en la fuerza dominante del mundo moderno occidental y eso determina que todo lo que se entiende como progreso y evolución debe estar cobijado bajo su sombra protectora o recibir la laica bendición de su aval.

Un cuento de Jorge Bucay acomodado a mi manera:

Un científico está en un vagón de tren frente a un campesino. El científico lleva un caro traje ed listas y el campesino unos limpios calzones de campo.
El científico lleva un nutrido grupo de maletas y de gruesos tomos de biología.
El campesino le saluda atento, el biólogo, ensimismado entre sus lecturas y ajeno a lo que le decía el compañero de viaje levanta la vista y oye que repite el campesino:
- "¿Va a leer todos esos libros en este viaje?"
- No, pero jamás viajo sin ellos -contesta el biólogo.
- ¿Y cuándo los va a leer?
- Ya los he leído... Y más de una vez.
- ¿Y no se acuerda?
- Me acuerdo de éstos y de muchos más...
(El científico le explica sus investigaciones con animales y le explica detenidamente sus últimas inquietudes)

- Qué suerte deben tener sus vecinos de tener un veterinario tan cerca...
- No soy veterinario, soy biólogo.
- ¡Ah...! ¿Y para qué sirve lo que sabesi no cura a animales?
- Para saber más y más... Para saber más que nadie.
- ¿ Y eso para qué le sirve?
- Mira...Déjame que te lo muestre y de paso, quízá, haga un poco más productivo este viaje. Supongamos que tú y yo hacemos una apuesta. Haces preguntas sobre animales y cada vez que yo lo sepa ganaré un euro, si no lo sé ganarás tú 30 euros. Aunque hay diferencia probalemente saldré ganando. Venga empieza...
El campesino piensa y piensa... HAce cuentas en la mente ayudándose con los dedos. Finalmente dice:
- ¿Está seguro?
- Convencido- contesta el biólogo.
El hombre de los calzones mete la mano en su bolsillo y saca un euro (el campesino nunca apuesta si no tiene con qué pagar).
- ¿Yo primero?- dice el campesino.
- Adelante-contesta, confiado, el biólogo.
- ¿Sobre animales?
- Sobre animales...
- A ver... ¿Cuál es el animal que tiene plumas, no pone huevo, al nacer tiene dos cabezas, se alimenta exclusivamente de hojas verdes y muere cuando le cortan la cola?
- ¿Cómo? -pregunta el científico.
- Digo que cuál es el nombre del bicho que tiene plumas, no pone huevo, al nacer tiene dos cabezas, se alimenta exclusivamente de hojas verdes y muere cuando le cortan la cola.
El científico se sorprende y hace un gesto de reflexión.
Se mesa la barba, se sujeta el mentón mientras dirige la mirada hacia arriba y piensa largos minutos. Al cabo de un rato se atreve a preguntar:
- ¿Puedo usar mis libros?
- ¡Claro! -contesta el campesino
El biólogo se centra en sus tomos, abre la maleta colocada encima, busca entre los libros y lee atentamente varios tomos mirando en el índice y viendo las ilustraciones.
Un timbre anuncia la llegada a la estación de destino y el biólogo saca sus 30 euros y se los da al campesino apurado mientras cierra rapidamente las maletas antes de marcharse.
- Usted ha ganado, sírvase.
El campesino le mira y se mete el dinero en el bolsillo.
Antes de irse el biólogo le pregunta, - Oiga, pero cuál es la respuesta, ¿cuál es ese animal?
-Ah... Yo tampoco lo sé... -dice el campesino. Y, metiendo la mano en el bolsillo, saca una moneda de un euro y se la da al científico diciendo:
- Aquí tiene un euro. Ha sido un placer conocerlo, señor.

Jorge Bucay: "El camino de Shimriti". RBA Bolsillo, 2009. Barcelona.
# ISBN: 978-84-7871-118-5 (Ed. RBA Integral).

La sabiduría recobrada, de Mónica Cavallé, página 12:
“Pero el rumbo discutible que con frecuencia ha seguido la filosofía en nuestra cultura no puede hacernos olvidar que ésta nació en torno del 600-400 a.C. en la antigua Grecia, no sólo como un saber acerca de los fundamentos de la realidad, sino también como un arte de vida, como un camino para vivir en armonía y para lograr el pleno autodesarrollo. La filosofía no era únicamente una actividad teórica que podía tener ciertas aplicaciones prácticas; más aún, en ella, esta división entre teoría y práctica, entre conocimiento y transformación propia, carecía de sentido. Los filósofos de la antigüedad sabían que una mente clara y lúcida era en sí misma fuente de liberación y de transformaciones profundas; (...) Esta convicción de que sabiduría y vida son indisociables hacía de la filosofía el saber terapéutico por excelencia. El término ‘terapia’ alude aquí a su función liberadora y sanadora (era ‘remedio’ para las dolencias del alma). Los primeros filósofos sostenían que el conocimiento profundo de la realidad y de nosotros mismos era el cauce por el que el hombre podía llegar a ser plenamente hombre”.

Shimriti, de Jorge Bucay, página 13 de la edición española:
“El rumbo que ha seguido la filosofía en nuestra cultura no puede hacernos olvidar que ésta nació seis siglos antes de la era cristiana, en la antigua Grecia, no sólo como un saber sobre los fundamentos de la realidad, sino también como un arte de vida, como un camino para vivir en armonía y lograr el pleno autodesarrollo. (...) En aquella filosofía original, la división entre teoría y práctica, entre conocimiento y acción, carecía de sentido. Los filósofos de la Antigüedad sabían que una mente clara era la fuente del propio crecimiento, de la liberación interior y, aún más, el motor único de una transformación profunda. (...) La firme convicción de que sabiduría y calidad de vida son inseparables transformaba a la filosofía en el equivalente de la intervención terapéutica, en el remedio liberador y en la mejor ayuda para las dolencias del alma. (...) El conocimiento profundo de la realidad y de nosotros mismos era el camino por el cual el hombre podía llegar a ser en plenitud persona”.

jueves, 18 de junio de 2009

Sobre la Fantasía

La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía.
Eugene Ionesco
Al principio vienen necesariamente a la mente la fantasía y la fábula. Desfilan después lo cálculos matemáticos, y sólo al final la realización corona el pensamiento.
Konstantín Eduardovich Tsiolkovski
Sólo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca.
Johann Christoph Friedrich von Schiller
La fantasía no es otra cosa que un modo de memoria emancipado del orden del tiempo.
Samuel Taylor Coleridge
La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos.
Francisco de Goya

¿Quién sabe si quizá todo el amor mío no fue más que un engaño de los sentidos, de la fantasía?.
Fiodor Mijailovich Dostoievski
Cuando examino mis métodos de pensamiento, llego a la conclusión de que el don de la fantasía me ha significado más que mi talento para absorber el conocimiento positivo.
Albert Einstein
Sin jugar con la fantasía nunca a nacido ningún trabajo creativo. La deuda que tenemos a la obra de la imaginación es incalculable.
Carl Jung
Sólo en las regiones de la fantasía es dado crear; crear es la misión del genio.
José María Vargas Vila
Quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura.
François Truffaut
Verdaderamente intento leer muchos libros, especialmente de ciencia-ficción o fantasía. Pero casi nunca encuentro un libro moderno que me llame la atención.
John Ronald Reuel Tolkien
Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos entonces a la amortización de la imaginación?.
Carl Jung
En el majestuoso conjunto de la creacion, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espiritu y dé vuelo desusado a mi fantasia como la luz apacible y desmayada de la luna.
Gustavo Adolfo Bécquer

En el trabajo psicoterápico el instrumento que engarza la razón con la vida y organiza un proyecto existencial para el individuo es la fantasía. La herramienta que orienta la fantasía hacia la creatividad es la intersubjetividad y aquello no será nunca capaz de ser reducido.
Rodrigo Córdoba Sanz

Nota de prensa sobre una publicación

NOTA DE PRENSA

María Teresa Mitre, presidenta de la Fundación que lleva su nombre, narra la historia de una paciente, Lucía, como modo de explicar las virtudes y riesgos de la terapia multifamilar

DESPRENDERSE DE UNA PERSONALIDAD PATOLÓGICA PROVOCA UN VACÍO QUE GENERA TENDENCIAS SUICIDAS


Existen interdependencias patógenas y patológicas, donde tanto el hijo como los padres funcionan mutuamente como “veneno necesario”.


La vida de Lucía, un caso tratado en la Fundación María Teresa Mitre, revela los altibajos de una paciente “borderline”, adicta a la cocaína y con actuaciones severas.


Lucía decía: “Yo no sé qué es lo que tengo dentro mío que salgo con entusiasmo para ir a terapia o los grupo , pero hay algo que me retiene dentro de mi cabeza que me lleva a la plaza a drogarme, es como una fuerza que no puedo parar y que no sé de donde viene”.


Bilbao, junio de 2009.- Explicado con el ejemplo gráfico de una paciente borderline, adicta a la cocaína, con actuaciones severas, María Elisa Mitre, psicóloga y psicoanalista argentina, presidenta de la Fundación que lleva su nombre, creada en 1997, desarrolla “el proceso terapéutico de este tipo de casos con pacientes graves, donde lo más dificultoso del tratamiento se localiza a la hora de desligarse de las identificaciones enloquecedoras. Es el momento en el que el paciente más expuesto a las recaídas y donde necesitan un mayor grado de acompañamiento del terapeuta. En esta fase del proceso terapéutico el paciente está “mejor” pero se siente peor –ya que lo nuevo es demasiado nuevo- e intenta llenar el vacío de la des-identificación con más actuaciones, porque muchas veces confunde ese vacío con el vacío que le llevó a enfermarse”.



No resulta sencillo identificar ese momento crítico. “Es un problema complejo en los equipos terapéuticos porque, al igual que los padres, muchos terapeutas no perciben que se trata de un momento fundamental dentro del proceso terapéutico, y creen que las recaídas significan que el paciente volvió atrás. Los pacientes en estado de des-identificación están “en carne viva” y necesitan mucho acompañamiento. Desprenderse de estas personalidades psicóticas puede provocar la aparición de ideas suicidas”.



En relación con las terapias de Grupos Multifamiliares que le ha traído a Bilbao –participa en las Jornadas Europeas de Grupo Multifamiliar que se celebran en la Universidad de Deusto- la especialista habla de la existencia de “interdependencias patógenas y patológicas, donde tanto el hijo como los padres funcionan mutuamente como “veneno necesario”. Tanto a los hijos como a los padres les resulta muy difícil en esa simbiosis patológica pasar de la relación de dos a la relación de tres e impiden, de entrada, la inclusión de un tercero (terapeuta) porque viven la situación de separación “casi” como una muerte”.



“En un psicoanálisis bipersonal”, asegura María Teresa Mitre, “no es fácil visualizar la presencia del otro que hace sufrir. Es en el contexto multifamiliar donde se observa con más claridad, como en un laboratorio humano, el mecanismo de acción de los otros que hacen sufrir, a través de palabras o actitudes, y donde participantes del grupo van transmitiendo, desde sus vivencias, más salud dentro de la trama enfermante, permitiendo de esta manera que el círculo vicioso se vaya transformando paulatinamente en círculo virtuoso. Tenemos que tener en cuenta que el poder enfermante o curativo para un enfermo está relacionado con “cómo se siente mirado por los demás”. Este “darse cuenta” en el campo de la relación es el “sostén” más importante que se puede ofrecer al otro que sufre”.



Ejemplo de proceso terapéutico



Tras explicar el proceso vital de la protagonista de su ejemplo, el entorno violento en el que vivió y cómo se desplegó en ella una personalidad destructiva, María Teresa Mitre relata, “como muestra de esa vivencia de vacío o muerte que la llevó a la enfermedad, la un párrafo de una carta escrita por Lucía tras participar en los Grupos multifamiliares: “Ayer a la noche tenía miedo, sentía un gran vacío, casi de muerte, y traté de acunarme. Cerré los ojos, respiré, recordé el grupo del día anterior, y traté de no darle cabida a la locura de mi mente, a los pensamientos negativos; de sentir mi interior, ese espacio infinito donde todo está bien”.



Fue en ese momento del proceso terapéutico de Lucía en que comenzó a reflexionar y pensar, dejó de maltratar tanto a su hijo y empezó a hablar de él con ternura. Decía: “Ahora tengo un espacio dentro mío que me permite reflexionar antes de salir corriendo a la plaza donde me drogo”. “Era posible pensar, por tanto, que se estaba desgastando, por repetición, la compulsión de las situaciones traumáticas, en la medida en que había espacio para la reflexión”, reflexiona María Teresa Mitre.



Relata la psicoanalista argentina cómo “en ese momento del proceso terapéutico de Lucía fue donde más pudo reflexionar y pensar, donde se volvió más querible, donde dejó de maltratar a su hijo, ocupándose de él con ternura. Un viernes me dijo, con la cara reluciente y los ojos brillantes: “Es la primera vez que puedo decir que me siento bien y en paz”. Esa noche, Lucía desapareció y estuvo consumiendo como nunca durante todo el fin de semana”.



“Este ejemplo pone de manifiesto” reflexiona María Teresa Mitre, “la lucha que existe entre el abandono de ese otro que provoca sufrimiento –pero que es indispensable para la vida emocional del sí-mismo verdadero – y la inclusión de otro que lo pueda ver desde su verdadera esencia y que no lo hace sufrir. Lucía decía: “Yo no sé qué es lo que tengo dentro mío que salgo con entusiasmo para ir a terapia o los grupo , pero hay algo que me retiene dentro de mi cabeza que me lleva a la plaza a drogarme, es como una fuerza que no puedo parar y que no sé de donde viene”. Luego comentó, en la terapia individual, que su madre le había dicho que para qué iba a la clínica o a los grupos, que no le servían para nada, que la veía mucho peor”.



Un nuevo extracto de una carta escrita por Lucía, que mostró en la terapia individual, esclarece las cosas. “Estoy en la oficina y llega papá, y por primera vez me dice cosas lindas. Hoy está de buen humor. Yo siento que él me está viendo a mí a través de cómo me ven ustedes. Me está valorizando, creo que me está conociendo y yo a él. Por primera vez en la vida me trata bien y de pronto me tranquilizo, porque desde que están en mi vida y asisto a los grupos, estoy menos sola. Pero a veces desconfío, me quejo y sigo temiendo a la vida, a esa vida tan dolorosa, de tanta soledad y sigo creyendo que quizás esa guerra nunca va a terminar”.



“A través de este ejemplo”, racionaliza la experta, “es posible observar que de esta manera y rescatando la virtualidad sana, por detrás de las identificaciones patológicas de ambos, el padre puede conocer por primera vez a su hija y su hija por primera vez a su padre. Comienza entonces a surgir cada vez más la ternura entre Lucía y su padre. Las peleas entre ellos dos terminaron y pueden hablar cada vez más desde un respeto mutuo”.

Pero Lucía, en este proceso de des-identificación, comenzó nuevamente con las actuaciones. La terapeuta recuerda cómo empezó a actuar como los padres de Lucía. “Me puse exigente, me transformé en un agente de la CIA. Como el mejor detective, me puse a perseguirla. ¿Te drogaste? ¿A dónde fuiste? y me convertí en una persona invasora y exigente. Quedé atrapada en los síntomas, perdiendo de vista la virtualidad sana. Lucía lo percibió y me seguía poniendo a prueba a los gritos: “¡Me tenés envidia porque nunca fuiste a una plaza! Lo que me dicen Badaracco y vos no sirve para nada, es demasiado intelectual, no siento nada!”.



Lucia continúa hoy en tratamiento.

miércoles, 17 de junio de 2009

Carta a un adolescente


Hoy he ido a hacerme el DNI, como no quería perder compromisos establecidos he tenido que madrugar, circunstancia de la que no me gusta excederme con estos propósitos tan prosaicos. Pero he acudido a una primera comisaría y me ha explicado un Sr. Agente que un grupo de "personas mayores", no ha especificado más, se habían presentado a las 5:30 y habían dado las 10 citas posibles para renovar el DNI. Así que me ha dirigido a una segunda comisaría. Tampoco ha habido suerte pero he hecho cola, a las 7 de la mañana estaba releyendo "Todo (no) terminó". Y poco después, dado que lo había empezado ayer por la noche (razón por la que he dormido pocas horas) he empezado otro: "Carta a un adolescente", de un simpático italiano que escribe con claridad a un público adolescente. Esto ha sido en la tercera comisaria. El libro es de un autor italiano llamado Vittorino Andreoli.
Lecturas de cola de DNI, sobre quienes somos. Curiosa circunstancia que el funcionario de la tercera oficina no ha contemplado demasiado. Ha mirado los libros y me ha preguntado por mi DNI viejo y me ha señalado lo despistado que soy por dos razones al menos: no haber acudido a la cita telefónica, haber perdido el DNI y por ello tenerlo que renovar tan pronto.
La verdad es que estas fechas son malas para reafirmarse en plástico sobre quién es uno y cuál es su familia. Pero les puedo dejar algo que he leído en la cola del DNI aun a pesar de que piensen que estos libros vienen a ser de gestas de caballeros en Castilla.

"En resumen, si la adolescencia es una metamorfosis, algunos adolescentes añaden metamorfosis a la metamorfosis.
Me estoy refiriendo obviamente a la droga, a la posibilidad de consumir sustancias químicas y de tener sensaciones inmediatas que te sorprenden, te modifican. Y te parece que estás bien si antes estabas insatisfecho, o más sociable si antes temías parecer reservado y tímido. Incluso fuerte si te sentías débil, potente si pensabas que eras sexualmente frígido. Una metamorfosis de toda tu persona hasta hacerte creer que eres un hombre nuevo". Esta es la página 70 de RBA.

Más adelante habla sobre el hic et nunc , el imperio, propio del adolescente entre otros, del "aquí y ahora". Todo ha de darse en un instante exacto.
Cuenta un hecho que tuvo que estudiar y una persona a la que tuvo que atender.
Se trata de un muchacho que estaba haciendo el servicio militar y estaba pensando en salir con sus amigos ese sábado y ver a esa chica que había conocido, guapa y dulce.
El sargento le dijo que tenía que doblar turno de guardia y él al poco rato, giró el fusil y lo dirigió al pecho disparándose. Como la bala se alojó en los pulmones y no alcanzó el corazón tuvieron que atenderlo en regimen "psi".
El "psi" le dijo ante la explicación del muchacho de porqué había hecho eso que podía haber quedado otro fin de semana con la chica y los amigos. El muchacho se rio, bostezó y le miró como pensando este señor no se entera de nada, se lo voy a volver a explicar...
El muchacho sólo podía atender la importancia que tenían en ese justo momento sus planes, no podía contemplar lo que podía pasar en el futuro. Esa dificultad es un problema importante que cuesta mucho daño. Aunque este ejemplo (real) parezca demasiado no lo es.

Decidme cómo es un árbol




Os copio antes del artículo del diario EL MUNDO el mensaje que me ha llevado a pensar en este poeta, de un psicoanalista amigo que a su vez lo ha recibido de una psicoanalista de Madrid, que conoce en un Seminario sobre las Psicosis y en especial, la obra de Piera Aulagnier
. Los premios no me terminan de gustar pero las personas me interesan aunque probablemente, como decia Nietzsche: "Humano, demasiado humano", con su sentir característico.
A ver que les parece este extracto.


[http://www.unpremioparamarcosana.org/


Querido/a amigo/a:

Diversos colectivos estan promoviendo una recogida de firmas para apoyar la solicitud del Premio Principe de Asturias de la Concordia al escritor Marcos Ana, uno de los héroes de la Resistencia Española contra el Franquismo.

Marcos Ana, que encarna la integridad moral y los valores de la resistencia española contra el franquismo, que permaneció en las cárceles franquistas durante 23 años, sostiene que "vivir para los demás es la mejor manera de vivir para uno ´mismo".

Escritor y poeta de 89 años, ha publicado recientemente su autobiografía "Decidme como es un árbol" que ha sido un exito de ventas y que está siendo traducida a otros idiomas.

Pedro Almodovar proyecta hacer sobre ella su proxima película.

Arriba te indico la página en la que se están recabando las firmas de apoyo

Ojalá que lo consigamos!

Un fuerte abrazo]

EL MUNDO.

Marcos Ana
Otra Fuente, globalizada: http://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_Ana

Fernando Macarro procede de una familia muy humilde y profundamente católica. Con quince años se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y abandonó la religión. En julio de 1936 marchó al frente, pero le devolvieron a casa por ser menor de edad. Se incorporó finalmente en 1938 llegando a ser comisario político del partido comunista. Al acabar la guerra fue encarcelado y torturado. Se le juzgó en dos ocasiones y las dos salió con condena de muerte. Cumplió casi 23 años de prisión. En la cárcel comenzó a escribir poemas firmando como Marcos Ana. Fue indultado en 1961. Ya libre, marchó a Francia y se dedicó a viajar por todo el mundo convertido en un símbolo de la solidaridad internacional y de la lucha antifranquista.

Tengo la friolera de 82 años, aunque, como digo siempre, esos son años de edad. De vida tengo 59, que son los que quedan al restar los 23 que pasé en la cárcel. Entré con 19 años en mayo del año 1939 y salí en el año 1962 con 42. Soy la persona que más tiempo seguido ha pasado en las cárceles franquistas.

Yo procedo de una familia muy humilde. Mis padres eran campesinos sin tierra y analfabetos. Cuando tenía seis años, nos trasladamos a Madrid y nos afincamos en Alcalá de Henares. Allí viví mi adolescencia y mi juventud hasta que comenzó la guerra. No pude ir al colegio, ya que mi familia no tenía recursos y enseguida me tuve que poner a trabajar. O sea, que yo estudié prácticamente las cuatro reglas, como se decía entonces. Mis padres no pertenecían a ningún partido. Eran profundamente católicos. Eran tan sumisos que cuando pasaba el amo hacían la señal de la cruz, como si se tratara de un representante de Dios en la tierra. Por ese motivo yo en mi infancia era católico y, en mi adolescencia, más de una vez me sangraron las rodillas de hacer penitencia en las iglesias. Un día, sería el año 35, con quince años, asistí con un grupo de jóvenes católicos a un mitin de las Juventudes Socialistas en Alcalá para repartir nuestra propaganda. Me quedé escuchando lo que decía el orador y me di cuenta de que aquel hombre estaba hablando de mí, de mi casa y de mis problemas. Me empecé a interesar por lo que aquella gente decía. Pasé por un proceso de transición muy difícil. En esta época, a lo mejor durante el día estaba vendiendo los periódicos de las Juventudes Socialistas pero después no me acostaba sin hacer mis oraciones. Acabé afiliándome y, durante la guerra, me pasé al Partido Comunista. Todavía continúo defendiendo las mismas ideas. Hemos cometido muchos errores, sin embargo mi corazón sigue en el mismo sitio.

Al empezar la guerra, la JSU formamos un batallón al que llamamos batallón Libertad. Yo, con 16 años, era la mascota. Fuimos a la zona de Peguerinos, en la sierra de Madrid. A los pocos meses el ejército se regularizó, y a los menores nos enviaron a casa. Entonces me dediqué al trabajo político en Alcalá. Fui secretario general de esa comarca hasta el año 38. Ese año, los jóvenes tuvimos la idea de movilizar a los menores de edad. Organizamos dos divisiones de lo que se llamó Voluntarios de la Juventud. De vez en cuando aparecía el padre de algún chico y se lo llevaba de allí a caponazos. Era increíble, ¡chicos de 15 y 16 años movilizados! Cuando cumplí los 18 años me incorporé al ejército. Fui comisario político en una unidad. Después fui instructor de la juventud en el Ejército del centro hasta el final de la guerra. Se corrió la voz de que quienes tuviéramos responsabilidades políticas debíamos concentrarnos en el puerto de Alicante, porque nos iban a sacar de España. Nos concentramos a miles, pero nuestros barcos nunca llegaron. Los que llegaron fueron los de Franco. Y la División Littorio, que llegó por tierra. Nos atraparon a todos. Me llevaron al campo de prisioneros de los Almendros y, a los pocos días, me trasladaron al de Albatera, de donde me escapé, lo que resultó relativamente fácil ya que había muchísima gente. Conseguí llegar a Madrid y me escondí en casa de un amigo. A los pocos días un confidente me entregó a la policía. Me cogieron por ingenuo y por impaciente. En pleno año 39 estaba tratando de organizar la resistencia, contactando con los amigos. Uno de los que llamé se había hecho confidente y me denunció.

Me llevaron a la cárcel de Porlier, un antiguo colegio. Muchas veces me paseo por ahí y veo un espectáculo que me recuerda a nuestra época. Las madres van a buscar a sus hijos y eso me recuerda a cuando nuestras familias iban a recoger nuestros paquetes o a llevarnos los suyos. También iban a buscar los cuerpos de los que habían sido fusilados. Muchas veces las madres llegaban con el paquete y se tenían que volver. «No, señora, su hijo ha sido fusilado». Yo estaba condenado a muerte, lo habitual en esos días. Hasta tal punto, que cuando la gente iba al consejo de guerra al volver estábamos todos esperándoles para saber que condena traían. A lo mejor venían con los ojos llenos de lágrimas: «¡Treinta años! ¡Treinta años!». Y te abrazaban, porque traer treinta años de condena era una suerte, era evitar el fusilamiento.

Desde el principio empezamos a montar una organización clandestina en la prisión. Una organización muy cerrada y muy opaca. Cada miembro conocía sólo a dos compañeros, el que te pasaba las cosas y al que tú se las pasabas. En el año 43 creamos un periódico al que llamamos 'Juventud', destinado a mantener el ánimo de los presos y a mantenerlos informados. Estaba primorosamente hecho, incluso llevaba dibujos. Un día sorprendieron a un chico leyéndolo. El chico confesó y yo entonces decidí entregarme para evitar que cayera más gente. Estuve casi un mes en la Dirección General de Seguridad, donde me torturaron cruelmente. Me machacaron vivo, pero no delaté a nadie. La tortura es una pelea extremadamente difícil. Llega un momento en que temes por tu razón. El problema es que mientras tú estás bien, aunque te machaquen, si tienes moral, lo soportas. Lo malo es que pasa el tiempo y empiezas a temer, Por qué dices: «¿Pero hasta dónde voy a controlar mi cabeza?» Mi fortaleza era imaginarme mi vuelta a prisión. A mí, en la prisión, todo el mundo me quería. Me llamaban el chaval porque era de los más jóvenes, y todos me conocían. Yo pensaba: «Si vuelvo sin haber entregado nada, después de haber salvado la situación y habiendo resistido, ¡joé!, la gente me va a comer a abrazos. Pero ¿y si vuelvo después de haber hablado? No me voy a atrever a mirar a nadie a la cara, seré como un pelele, siempre solo en un rincón del patio» Eso era lo que me daba fuerza. Después de estas torturas, me condenaron por segunda vez a muerte. Cuando las penas de muerte se conmutaron por treinta años, a mí me cayeron sesenta.

Un día, cuando me encontraba en la Dirección General de Seguridad tirado en la celda, lleno de sangre y hecho un guiñapo, de repente sentí que me lanzaban un papel por el ventanuco. A rastras, como pude, cogí el papel. Era un retrato de Lenin, que alguien había arrancado de algún libro. Nunca supe quién me lo mandó. Lo cierto es que, para mí, desde ese momento, fue como si yo ya no estuviera solo. Como si alguien estuviera vigilando y controlando mi situación y mi comportamiento. Tenía el retrato enterrado bajo la arenilla del suelo de mi celda. Cuando bajaba, lo desenterraba y hablaba con él: «Mira, camarada, cómo me han puesto, pero no temas, que yo tendré fuerza suficiente para defender al partido». Un día, estando en el calabozo, oí unos gemidos y me asomé por el ventanuco de mi puerta. Vi que traían en brazos a un preso al que habían torturado. Me di cuenta de que aquel hombre estaba entregado. Que ya había confesado algo y que estaba vencido. Yo, que era todavía un niño, tenía 21 o 22 años, desenterré el retrato de Lenin y le dije: «Tú sabes que por nada del mundo me desprendería de ti, pero te necesitan en la celda número 27». Cuando me sacaron al servicio, pasé delante de su celda y le tiré la foto. Parecerá un milagro, pero al día siguiente, cuando oí que venía este preso, me asomé y observé que venía andando por su pie y en su mirada había una luz tensa y distinta a la del día anterior. Aquel hombre se había rehecho. Recibir la fotografía lo resucitó. Años después, en la cárcel de Ocaña, oí a un hombre contar la historia. Entonces me di a conocer. «¡Yo soy el que te pasé la foto!» Me confirmó que ya había denunciado a alguien y que, cuando se encontró con el retrato, se golpeaba contra la pared, desesperado. Muchos años después, en Moscú, visitando el museo de Lenin, Yeltsin me enseñó el papel en el que yo escribí esta historia junto a la famosa fotografía de Lenin con un pionero en la Plaza Roja. Se lo enseñaban a todos los españoles.

En la prisión, en un primer momento, lo único importante era sobrevivir, hasta el punto de que en Porlier, al poco tiempo de entrar, no quedaba ni un hierbajo en el suelo. Las hierbas del patio las cogíamos, las metíamos en agua a hervir y nos las comíamos como podíamos. Muchas mañanas te encontrabas con que, no sólo faltaban los compañeros que habían fusilado, sino que también muchos aparecían muertos a tu lado, de hambre o de frío. La situación cambió coincidiendo con el fin de la Guerra Mundial. Nuestras familias se habían rehecho y nos podían ayudar. Europa pudo volver sus ojos a España y se empezaron a organizar comités de amnistía, socorro popular... Y comenzó a llegar algo de esta solidaridad, que nos ayudó a sobrevivir.

En esa época empezamos a estar más tranquilos y más alimentados y gracias a eso empezamos a organizarnos mejor. Éramos como un estado dentro de otro estado. Montamos clases clandestinas. Teníamos cientos de libros escondidos. Era muy fácil introducir libros en la cárcel. Lo difícil era mantenerlos ocultos. Lo que hacíamos era coger de entre los libros de la biblioteca de la cárcel, casi todos religiosos, el libro más parecido al que queríamos camuflar. Desencuadernábamos los dos libros, cogíamos las tapas del libro legal con las cien primeras páginas, que era donde aparecían el sello de la cárcel y las firmas del director y del capellán e íbamos intercalando cien páginas de nuestro libro y cien del otro y así sucesivamente. Como teníamos buenos artesanos, componíamos de nuevo el libro que, por fuera, era La historia de Santa Genoveva y, por dentro, El capital. Teníamos de todo, y todo clandestino. Había una escuela de pintura e incluso organicé una tertulia literaria en los últimos tiempos. También hacíamos una revista, que sacábamos de la cárcel y que se reproducía y se difundía fuera.

La cárcel fue mi universidad. Conocí a mucha gente. Coincidí con Buero Vallejo y con Miguel Hernández entre otros muchos. Miguel Hernández era una persona entrañable, murió de franquismo en la prisión de Alicante en el año 42. Unos años después le hicimos uno de nuestros homenajes: Esperábamos a la noche, a que cerraran las galerías. Entonces montábamos un pequeño escenario con mantas y sábanas. En las ventanas algunos presos se dedicaban de la vigilancia y así, en el silencio terrible de la cárcel, hacíamos los homenajes. El de Miguel Hernández lo titulamos Sino sangriento, que es el nombre de uno de sus versos. Tenía tres actos, con los nombres de tres de sus libros: El rayo que no cesa, Vientos del pueblo, que trata de la guerra y Cancionero y romancero de ausencias, que era el de la cárcel. Unos narradores relataban los hechos y una pequeña banda de música se colocaba detrás del escenario con sus instrumentos realizados con los palos de las escobas y con cosas así. Era muy ingenioso: se cortaba un trozo de escoba de caña. Unas gomas sujetaban un papel de fumar en cada punta y se le abrían unos orificios. Sólo con eso salía una música preciosa, que era como un zumbido, pero muy bonito. Una cosa tremenda. Esa bandita, compuesta por cuatro o cinco personas, iba poniendo música a determinados pasajes. Cuando los locutores contaban la parte de la guerra de España y de los soviéticos se oía La Internacional. Con los franceses y André Martí... se oía La Marsellesa. Los mexicanos con Siqueiros y tal... Se oía La Cucaracha. Todo a media voz. Se titulaba Homenaje a voz ahogada a Miguel Hernández. Fue algo impresionante, en medio del silencio de la prisión. De vez en cuando, oías el «alerta» de los centinelas desde las garitas. Toda la noche: «¡Alerta el uno!, ¡Alerta el dos!, ¡Alerta el tres!» Eso se hacía para que el cabo de guardia supiera que no se había dormido ninguno de los centinelas. Hicimos otros homenajes a Rafael Alberti y Neruda. Creo que jamás se podrá concebir un homenaje más emocionante que éste.

Ésta fue mi escuela y la de mucha gente, y así pasé los años de prisión. Hoy miro aquello casi con nostalgia, «¡Joder, aquélla fue una de las épocas más hermosas de mi vida!» Sabías que el futuro te pertenecía, aunque estuvieras sufriendo y te pudieran llenar la cabeza de plomo, aunque te tocara caer, pero nos parecía que el futuro era nuestro. Se vivía con esperanza. El talón de Aquiles del preso era la familia. Si veías a alguno triste, preocupado, andando solo por el patio, es que su familia tenía algún problema.

Empecé a escribir en la década de los cincuenta. Todo empezó porque me sacaron de la galería y me llevaron castigado a celdas. Allí estaba aislado. Los funcionarios te sacaban el petate por la mañana y no te lo devolvían hasta la noche para que fuera imposible tumbarse durante el día. Entonces los compañeros, los destinos, que eran quienes barrían y hacían la limpieza, se encargaban de introducir comida o lo que fuera en el petate antes de devolvértelo. Una de las veces me metieron unas hojas arrancadas de libros de Rafael Alberti y de Neruda. Las manoseaban antes para que el sonido del papel dentro del colchón fuera imperceptible, porque los guardias a veces lo inspeccionaban para ver si notaban algo raro. Releí aquellas hojas más de mil veces, y eso me creó un clima un poco particular, que hizo que empezara a escribir con un pequeño lapicero que me habían pasado. Cuando salí de celdas me animaron a continuar diciéndome que lo que había escrito estaba muy bien. Lo sacamos al exterior, como el náufrago que lanza un mensaje al mar en una botella sin saber si va a llegar a algún destino. No le di más importancia. Tiempo después, llegó un paquete de México, en el que nos mandaban revistas y otras cosas que nuestras familias nos pasaban clandestinamente. Entre todas esas cosas, venía un librito mío, con ocho o diez poemas. Aquello me hizo pensar que esta era una forma más de ayudar a que la gente comprendiera nuestra situación. Entonces pensé que debía adoptar un nombre para firmar mis cosas. Pensando en mis padres me puse Marcos Ana. A mi padre lo habían matado en la guerra y mi madre murió, la pobre, cuando me condenaron por segunda vez a muerte. Anduvo deambulando por la puerta del penal de Burgos intentando verme. No lo consiguió. La encontraron muerta en una zanja. Poco a poco empecé a contactar con los poetas en el exilio. María Teresa León y Rafael Alberti, se valieron de que Paco Rabal pasaba por Buenos Aires y le dieron una pequeña nota, que me pasaron dentro de un tubo de pasta, que decía: «Cuéntanos algo de tu vida». Entonces les compuse un pequeño poema:

Mi vida
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio
y un trocito de cielo donde a veces pasan
una nube perdida y algún pájaro
huyendo de sus alas.

A partir de aquel poema, que titulé Mi corazón es patio, empecé a ser conocido fuera de las cárceles. En el extranjero la campaña en mi defensa fue muy fuerte. Entonces el Gobierno promulgó un decreto, según el cual las personas que llevaran más de veinte años ininterrumpidos en prisión serían excarceladas. Fue una cosa insólita, ya que fui el único al que le afectó. Normalmente, nadie estaba en prisión más de veinte años o, como mínimo, se entraba y se salía cumpliendo la condena en dos o tres veces. Pero yo estaba condenado a sesenta años y fui el único que salí de la cárcel gracias a ese decreto.

Cuando conseguí la libertad a finales de 1961, salí en los periódicos de todo el mundo. Fraga, que entonces estaba en el Ministerio de Información y Turismo, reaccionó con un folleto que se titulaba: Marcos Ana, asesino, en el que me atribuían todo lo que había pasado en Alcalá de Henares durante la guerra. Si eso hubiera sido cierto, me hubieran fusilado muchos años atrás. De todas maneras, sólo puedo agradecérselo, porque eso me dio todavía más publicidad.

Sabía que el aparato clandestino francés iba a venir a buscarme. Estuve unos días en Madrid, en casa de mi hermano, hasta que vino a buscarme un matrimonio francés. Querían que me aprendiese de memoria mi nombre en francés, pero yo ni me aprendía mi nombre ni nada. Entonces, la mujer me puso una bufanda, me tapó un poco y salimos. El coche era de una marca importante y el hombre iba ataviado con gorra y uniforme de chofer. La mujer se sentó detrás conmigo y, cuando llegamos a Irún, le dijo al guardia: «Por favor, dése prisa porque mi marido está enfermo». Y así, con pasaporte falso, pasamos la aduana. Cuando llegué, lo primero que hice fue organizar el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE) presidido por Picasso, pero dirigido por mí. Había muchísima gente: Yves Montand, Piccoli, Jean
Paul Sartre, Jean Cassou... Desde allí empecé a organizar las campañas de solidaridad internacional. He viajado por casi todo el mundo. Mi vida ha sido muy intensa y apasionante. Me ocurrieron cosas muy graciosas. Siempre he parecido mucho más joven de lo que soy. Salí de la cárcel con 41 años, pero sin embargo parecía que tenía veintitantos. En una ocasión, había ido a Inglaterra para pronunciar una conferencia en el parlamento. Me acompañaba un intérprete, que era un ex brigadista, profesor de español que tenía lesiones de guerra y estaba cojo, e iba con un bastón. Tendría 45 años, pero estaba muy envejecido. Cuando nos hicieron pasar, yo, como siempre he sido nervioso, entré deprisa, subiendo la escalera a gran velocidad. Me extraño que nadie se moviera cuando aparecí en el escenario. Cuando, unos segundos después, entró el intérprete con su bastón, cojeando, todo el mundo se puso en pie, aplaudiendo. Para un inglés era inconcebible que yo, que parecía un jugador de rugby, hubiera estado 23 años en la cárcel, torturado y condenado a muerte, tenía que ser el otro, que iba con su bastoncito.

Estas conferencias nos permitieron dar a conocer nuestra lucha. Solían preguntarme qué había sido lo más difícil. Lo más difícil para mí, después de tantos años de prisión, fue la libertad. Yo en la cárcel sabía vivir. Era como un pedazo más de aquellas piedras. Lo difícil fue salir a los 41 años, después de 23 encarcelado. Fue como si me hubieran abandonado en un planeta extraño. Para mí fue una cosa tremenda: la adaptación a la vida, a la libertad... Fue lo más difícil. Al principio, vomitaba los alimentos, no podía subir a los vehículos, incluso los ojos se me enrojecieron, puesto que el nervio óptico, en la prisión, se va retrayendo. Como se tienen paredes o muros delante en todo momento, se acostumbra a enfocar siempre cerca, y va perdiendo facultades. Si estaba en una habitación o en una calle donde hubiera edificios altos, la vista se protegía y estaba tranquilo. Pero cuando salía al campo me mareaba, como si me hubieran puesto unas gafas que no eran mías. Fue un tiempo difícil, porque no conocía y no entendía muchas cosas del mundo al que había salido. Tenía conciencia de que era un ser adulto, pero, al mismo tiempo, tenía la candidez y la inexperiencia de un adolescente. Por ejemplo, nunca había estado con una mujer. Cuando salí en libertad, uno de mis amigos vio que me quedaba atontado mirando a las mujeres por la calle. Salimos una noche juntos a un cabaret y él pensó que lo que más ilusión me haría sería irme con una mujer. De modo que cogió a una chica, le dio mil pesetas y le dijo: «Toma, para que te vayas con mi amigo». Cuando me quedé a solas con esa chica, yo quería que me tragara la tierra, porque no sabía cómo comportarme. Ella se creía que estaba borracho y cuando intentó devolverme el dinero, tartamudeando, le conté lo que me sucedía. Que había pasado 23 años en la cárcel, no conocía a ninguna mujer y ésa era mi primera experiencia sexual. Ella me dijo: «Mira, yo voy a perder contigo unos cuantos miles de pesetas». Dimos un paseo. Luego me llevó a cenar a la Torre de Madrid. Lloró conmigo cuando le contaba las cosas de la prisión. Recuerdo que me besaba las manos llorando. Le hablaba de un mundo que ella desconocía. Luego fuimos al hotel. A pesar de mi timidez y de todas mis inhibiciones, esa mujer consiguió con una ternura y una humanidad extraordinarias que yo hiciese el amor por primera vez.

Me despertó por la mañana. Había traído chocolate con churros. Me marché a casa con un nudo en la garganta, sabiendo que esa noche no tendría dinero para volver con ella. Al llegar, descubrí en mi bolsillo las mil pesetas y una nota que decía: «Para que vuelvas esta noche». Estuve todo el día haciendo tiempo, deseando que llegaran las ocho o las nueve de la noche para poder ver de nuevo a esa mujer. Pero, poco a poco, me fue asaltando la idea de que si la veía se iba a romper el encanto de la noche anterior. Esas mil pesetas las había ganado ella, y, si iba a verla con ese dinero, yo iba a tratarla como una prostituta, es decir, que yo iba a prostituirla más. Decidí no ir, pero continuamente sentía la necesidad de volverla a ver. Me decía: «Qué importa. Ella conoce todas las noches a cuatro o cinco o diez hombres. ¡Qué le importará a ella!» Mientras deambulaba, pasé por delante de una floristería y, sin pensarlo demasiado le dije a la mujer: «Mil pesetas de flores». Hicimos un ramo enorme, y lo dejé en el hotel con una tarjeta con su nombre, Isabel Peñalva. No la olvidaré nunca.

En el CISE, en París, estuve hasta que murió Franco. Bueno, en realidad no volví hasta finales del 76, porque yo fui de los últimos a los que proporcionaron el pasaporte. Cuando volví a España, me tuve que ir inmediatamente a Burgos, a encabezar la lista de diputados comunistas en esta provincia, como símbolo de los miles de demócratas que habían dejado su vida en el penal de esta ciudad. No salí elegido, ya que Burgos era muy difícil. Luego, el partido me puso al frente del departamento de Solidaridad Internacional. Se decía: Ayer por España; hoy España por los pueblos. Yo me sentía un hijo de la solidaridad y quería devolver la solidaridad que a mí me habían prestado en la cárcel y en el exilio.

Al comienzo de la guerra, es justo reconocer que en los dos bandos se cometieron actos descontrolados. Cuando las pasiones están desatadas, es comprensible que puedan ocurrir algunas cosas. Es cierto que se quemaron iglesias y que la gente estaba descontrolada. Sin embargo, a partir del año 37, la cosa se controló y esos actos no se produjeron más. Esto no tiene comparación con lo que pasó en el otro bando. Esta gente ganó la guerra y durante cuarenta años mantuvo un ideario gubernamental cuyo objetivo fue exterminar al enemigo. Lo que hicieran durante la guerra es justificable, pero después se dedicaron a arrancar hasta las raíces del enemigo. Hubo miles de fusilados. Un exterminio total.