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Paz y Ciencia

viernes, 5 de junio de 2009

Piensa y Sueña

Sueña, corazón, no te nubles de amargura. J.L. Guerra ...



Es un ejercicio interesante el ponerse delante del ordenador a escribir sin pensar en la relevancia de lo que se escribe o su pertinencia. Lo interesante es compartir y en este formato resulta fácil porque cada cual elige si leer o no.

Si les digo lo que estoy pensando debería decir la verdad. Pienso en una oreja de cera, con colores rojo y negros, una oreja algo más grande que una cabeza. Pienso en una osa con los oseznos, en el Polo, dándole abrigo y alimento a sus crías blancas y peludas. Alrededor todo blanco.

Y pienso en la neurosis obsesiva ahora que he tornado el curso del pensamiento hacia terrenos grises de la razón.
Pienso en que un día hermoso puede darse con mucha más facilidad de lo que a veces podemos pensar. Pienso en Jorge Bucay, autor que leyó alguien hace poco con mucho agrado, fue el texto "Déjame que te cuente". Pienso de dos maneras ahora, una la "pureta" o "criticona" o "pseudointelectual" que me invita a pensar en ese texto como una divulgación que resta sustancia a la labor clínica. Por otro lado, el del afecto congelado por el imperio de la razón (obsesiva), me parece precioso, un fiel testimonio de lo que bien pudiera ser un encuentro psicoterápico de una forma psicodinámica. Sin ambages, sin artificios, sin técnicas, sin pretextos. La hermosura de conectar entre dos personas, explorar y comprender. Pienso en "Monte Miseria" de Samuel Shem, donde en sus "Leyes" explica que "Es la conexión no el yo lo que cura". "Los peores psicólogos (pone psiquiatra en el orgiginal) son los que más cobran"..."y los peores de todos son expertos mundiales". Pienso en Simalme (no me he enamorado todavía de ella pero Dios dirá), pienso en sus asignaturas de Psicoanálisis y lo dichosa que pudo ser con un enfoque humanista de la profesión.
Pienso en las Ciencias Sociales, pienso en la autobiografía de Carlos Castilla del Pino, en que estuvo internado en un colegio de Salesianos donde los "curillas" tocaban a los menores en las camas y donde se propinaban patadas y puñetazos a los niños. Pienso en los malos tratos, pienso en un vídeo de anorexia que me recomendaba ver mi enquistado youtube, pienso en que la mujer que imaginaba verse en el espejo tampoco es nada gorda y lo ridículo que suena decirlo. Pienso en aquellos que se rinden o rindieron, pienso en los que luchan, pienso en las elecciones del domingo, pienso en la prensa, pienso en las vísceras y ahora pienso en un aforismo con el que empieza un capítulo de Monte Miseria puesto en boca de Freud a propósito del Tánatos. "Por mi experiencia la mayor parte de la gente es basura".
Con citas como esa es comprensible dirigir la mirada hacia otros modelos más vitalistas por ingenuos que puedan parecer.
Pienso en unas chicas que bailaban ballet en un parque de mi ciudad, pienso en mi cuñado leyendo todavía cosas del Warhammer, freaky empleo como apelativo cariñoso...
Pienso en muchas cosas que prefiero guardar porque todavía tengo la decencia de la civilización, esa aburrida forma de ser que nos resta espontaneidad pero evita que tenga que ver el pelo del pubis de mi vecino. En fin, pienso que es viernes y que mañana plancharé mientras veo a mi equipo ascender a la primera división. Pienso en que he tenido la suerte de cenar bien y pienso en la gente que leen y que no leen esto. Pienso por qué detenerse a leer esto y pienso que porque quízá hay gente, según las estadísticas hay Mucha gente que está interesada por un testimonio y por una forma de hacer. Pienso que cualquier falseamiento de la identidad es un autoengaño y creo que debo seguir exponiéndome por muchas razones: el crecer, el hecho de escribir, el aprender, el enseñar, el asociarnos, el construir, por la curiosidad, por la razón y por el afecto. Como decía Blaise Pascal "El corazón tiene motivos que la razón no entiende".

[...] Rodrigo Córdoba Sanz.

2 comentarios:

simalme dijo...

Y porque se hizo necesidad para algunos el leerte. Y...uf...Dios diría (si es que existe y habla)que soy muy poca cosa, querido Rodrigo.

azu dijo...

Venga pareja que quien es poca cosa es dios, todo es cosa vuestra.
Un abrazo a los dos