PEACE

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Paz y Ciencia

jueves, 30 de abril de 2009

Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos


Así reza una frase de Ubik, libro de Philik K. Dick, americano que intentaremos esbozar en estas líneas, personaje de abigarrada condición. Glenn Runciter escribe en un baño esas líneas para que Joe Chip lo lea, Joe se considera vivo y entiende a Runciter como muerto. El tiempo revela que lo que vive Joe es una ilusión creada por Jury, una especie de deus ex machina o el maligno Dios de Descartes que se esconde enseñándonos una realidad ilusoria. La realidad del texto es que Joe Chip está en una semivaina (semivivo) y Runciter lleva a su atractiva esposa a ayudarle. Deus ex machina es una expresión latina, traducción de la locución griega απó μηχαυης Θεóς (apo mikhanis theos), que significa un dios surgido como por arte de magia, como se conocía en el teatro clásico la súbita aparición en escena de una deidad, que venía literalmente volando a rescatar prodigiosamente a los protagonistas de alguna situación desesperada. Dioses (Deus), que aparecían desde fuera (ex) de la acción teatral accionados por poleas (machina).
Porque en el género de la ciencia-ficción se manejaba este escritor llamado PK Dick, un señor que fue seguidor de las realidades paralelas, del cristianismo, de las drogas y los fármacos y del psicoanálisis, en particular de Jung. Otras fueron sus obsesiones pero cito las más lúdicas. También arrastró "traumas", así se expresa el biógrafo Enmanuelle Carrere, aparece la muerte de una hermana por inanición. Recuerda a lo disociativo del psicoanalista Harry Guntrip por ver en el regazo de su madre a su hermana muerta.
La biografía es muy interesante ya que navega en la realidad intermedia de la ciencia-ficción y la realidad empírica, la vida de Dick tuvo como leitmotiv
buscar un sentido a lo que era y a lo que vivía, encontrar significado y buscar la verdad le llevó a trepidantes interpretaciones de la realidad, muy interesantes para aquellos que leyeron sus personajes en la extensísima obra sazonada de anfetaminas.
El biógrafo hace una biografía novelada mitómana en la que deja bien claro la imagen ensalzada de este buen hombre que además queda con la portada de un buen dibujante de cómics que le muestra como una especie de visionario con los ojos perdidos. Nubes que queda en el horizonte, psicótico o genio, tal vez las dos cosas. Escribió sobre las psicosis, maestro de la paranoia se creía perseguido por la CIA, con la droga y el aislamiento su vida errante le llevó a la desorganización y perdió parte de esa chispa que cautivaba al público. Tenía un sentido especial para persuadir, cuenta el biógrafo que consiguió que el psiquiatra de pareja internara a una de sus numerosas esposas (Anne) en un hospital psiquiátrico. Su vida es tanto o más fascinante que el género que el alimentó cuidadosamente. Antes de las recomendaciones echar un vistazo al título de la biografía, que cita a Runciter. El pudo referir estar en un estado de supraconsciencia que le permitía acceder a registros que otros obvian, la inteligencia paranoide que tiende a buscar más allá de lo aparente, a buscar detrás de las puertas, a ver cámaras, vigilancia, control y persecución, a buscar el futuro, a perseguir el destino último, a descubrir la verdadera realidad, a olfatear los aromas definitivos de lo que acontece, a tener un sexto sentido. Así fue Dick y por eso pudo estar vivo y los demás muertos, no obstante murió con la duda de si el muerto era él o no, si era Dios, un profeta o un esquizofrénico.
Recomendar "Ubik", "Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos", "Los clanes de la luna Alfana", "El Hombre en el Castillo", "Los tres estigmas de Palmer Edritch", "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?-Blade Runner-", sus "Cuentos Completos" tienen una intensidad especial.
http://www.philipkdick.com/

miércoles, 29 de abril de 2009

El Dinero como Síntoma

En un receso he pensado en el Dr. G y he podido hablar con él. Me decía:
graves problemas sociales y un cambio de paradigma económico
yo me veo de maestro de escuela cobrando en huevos, leche y patatas
estamos en decadencia como especie dominante


(Pido disculpas a los economistas por el comentario)

Conectando conversaciones pienso en lo imaginario y en la fantasía. En la prensa, ubicua esta temporada, provocando enojo y frustración. Últimamente los semanarios y los periódicos se dedican a la crisis y a sus efectos, un incremento en la demanda de ayuda a los profesionales.
Y es que a mi humilde y honesto sentir la crisis genera un caldo de cultivo para que las angustias que estaban encubiertas o latentes emerjan con fiereza. Es un momento de "incertidumbre" donde no se puede estructurar el tiempo, el espacio y los modos de supervivencia. No se sabe qué nos deparará el "destino" y no podemos controlar lo que vendrá. Esto produce desasosiego. Perdemos la seguridad de una rutina, lo que significa para configurar nuestra identidad, muchas veces endeble, basada en el refuerzo social y que pasa de manera ineluctable por una profesión. Un predicado del sujeto.

Modelo depredador-presa

Marco teórico

Este modelo se considera como la primera teoría determinista sistematizada de la dinámica de poblaciones, creada por El matemático italiano Volterra.
El concepto depredador-presa se puede definir mediante un ejemplo ahora podemos considerar un hábitat en donde coexisten dos especies que interaccionan entre ellas. Por una parte, tenemos la especie P (la presa: conejos) y que en ausencia de depredadores, es capaz de crecer de forma ilimitada a una tasa de crecimiento a > 0 (los conejos se alimentan de hierba y en un ambiente sin depredadores y con recursos ilimitados, crecerá). Por otra parte, tenemos la otra especie D (depredador: zorros)
que en ausencia de presa y, por tanto, de comida, decrece con una tasa negativa ¡b. Es decir,

P0(t) = aP(t); si D = 0

D0(t) = ¡bD(t); si P = 0

Pero, obviamente, los zorros se comen a los conejos y, por tanto, la población de conejos se vera mermada en presencia de zorros y viceversa, la población de zorros se vera aumentada en presencia de conejos. Esta ley explica la interacción existente entre ambas especies y nos da pistas para encontrar los términos adecuados que modelicen esta situación. En términos de las tasas de crecimientos y mortalidad parece natural asumir que la tasa de mortalidad de la presa P debe ser proporcional al número de depredadores presentes, es decir, ¡cD, de forma que la tasa de crecimiento de P será a¡cD. De forma similar, la tasa de nacimientos del depredador D será proporcional al número de presas, eP , de forma que la tasa de crecimiento de este es de la forma ¡b+eP .


Pues este Dr. que se ve recibiendo los honorarios como Fernando Fernán-Gómez en "La lengua de las mariposas" cuando le dan un par de capones para que espabile al hijo del terrateniente.
Y es que las peores opiniones tildadas de catastróficas como las de Al Gore o las de los ecologistas de Green Peace se aproximan a las distopías escritas: 1984, Fahrenheit 451, Un Mundo Feliz, Watchmen, etc.
Tal vez somos predadores que acaban por devorar su propia cultura, en nombre de la voracidad, el deseo de tener. Construimos un lenguaje, una civilización y regredimos hacia un estado de funesta confianza en nuestro propio producto, la cultura. Confío en la calidad de la naturaleza humana y considero que la antropología y la sociología surgen de ésta. Me niego a mirar a la crisis como un factor externo que provoca trastornos, que es cierto, parece que todo provoca trastornos. La crisis no provoca trastornos, es la necesidad, el deseo, el déficit y la adaptación al medio ambiente lo que provoca trastornos. No obstante existen todavía posturas pseudomarxistas que entienden que es el capital lo que provoca los desequilibrios sociales. Es la búsqueda en el dinero de algo que no está ni estará nunca en el dinero, la dichosa y aburrida felicidad (vía dinero). Equivocamos prioridades, convertimos al primer plano lo que fue un elemento para poder funcionar, alegremente se me ocurre tratar el dinero como un síntoma de la infantilidad del ser humano que necesita una autoridad, un control, un reglaje y una medida de todas las cosas para poder tener unos límites que le definan. El dinero no es la medida de los hombres y en realidad no necesitamos demasiado dinero para vivir ni para ser, necesitamos dinero para aparentar y eso forma parte de nuestra naturaleza depredadora que devora a los débiles y ensalza a los fuertes (pobres-ricos). El Dr. G me lleva a pensar en un texto donde tengo la cartilla: "Tener y Ser", de Erich Fromm.

lunes, 27 de abril de 2009

Sobre un Comentario: afecto, lenguaje y esquizofrenia

Cito el comentario de un Doctor en Biología (Jorge González Casanovas) sobre el post de abajo -Una cara del poliedro de la depresión-:

No entiendo mucho de psicoanálisis, pero intuyo desde una perspectiva biológica (véase Eric Kandel: "en busca de la memoria"). La depresión pre y post psicótica se puede deber a una cierta fragilidad de la membrana que separa el ELLO del YO. El sistema de represión, freudiano, permite distinguir entre depresión neurótica por exhacerbación del sistema de represión (se bloquean las pulsiones del cerebro profundo "reptiliano") y la depresión psicótica que es una cierta labilidad de este mecanismo de represión. Afloran retazos del ELLO, y esto sume en una cierta melancolía "ecotónica" entre consciente e inconsciente.

Entre dos sistemas, en ecología, se da una franja de transición llamada ecotono. Es una zona limítrofe entre ambas comunidades en la que hay una "tensión", aparecen especies propias de cada sistema (sumación) y se excluyen otras, pero hay ciertas especies púramente ecotónicas (emergencia). El subconsciente sería un sistema de ideas profundas reprimidas (especies del subconsciente) y eso genera una tensión con la consciencia propiamente dicha. Cuando ambos sistemas entran en preconsciencia y quieren "aflorar" en un sentido psicológico, podría darse una cierta melancolía. Sólo es una hipótesis, pero sería una melancolía ecotónica. Toda esa tensión entre estados de consciencia es algo muy dinámico y por tanto "transicional".

Ahora cito a Freud en "Lo Inconsciente" (1915):

...el estudio de la esquizofrenia nos ha impuesto la hipótesis de que, después del proceso represivo, no busca la líbido sustraída ningún nuevo objeto, sino que se retrae al yo, quedando así suprimida la carga de objeto y reconstituido un primitivo estado narcisista, carente de objeto...
En la esquizofrenia, que tampoco rozamos aquí sino en cuanto nos parece indispensable para el conocimiento del inconsciente, surge la duda de si el proceso represivo que en ella se desarrolla tiene realmente algún punto de contacto con la represión de las neurosis de transferencia. La fórmula de que la represión es un proceso que se desarrolla entre los sistemas Inc. y Prec. (o Cc.) y cuyo resultado es la distanciación de la conciencia, precisa ser modificada si ha de comprender también los casos de demencia precoz y otras afecciones.

Hace unos días se trataba de lo dinámico, económico y tópico de lo inconsciente. González se refiere "intuitivamente" a la depresión psicótica, Freud en el año 1915 estaba en la primera tópica, cuando "El Yo y el Ello" no había sido escrito. En ese mismo texto Freud se plantea la posibilidad de reformular la tesis sobre la líbido, González incluye el modelo del 23 de Freud cuando ya no sólo hay estratos de conciencia sino estructuras con su funcionamiento, donde queda integrado el modelo de 1900 (La Interpretación de los sueños). Intuiciones siempre sugerentes.

Una cara del poliedro depresivo


La caída de la ilusión y la idealización lleva a perder parte de esa inversión libidinal en el objeto y una pérdida en lo económico y en lo simbólico. Idealizar supone un ejercicio "divertido" que suele ser confrontado con el principio de realidad llevando a potentes golpes. Cuando se pierde ese objeto parte del yo también se pierde en ese trámite. "La sombra del objeto cae sobre el ego". El negativo de ese objeto externo en el mundo interno también se pierde con la sensación de falta, de vacío.
Un depósito de afecto en un objeto del mundo externo supone una gran inversión libidinal.
Idealizar tiene que ver con la ilusión y con la imaginación.
Hablando en términos más prácticos el ejercicio del analista es desilusionar al analizando de forma que tome contacto con el principio de realidad y pueda acceder al conflicto profundo. Esto puede generar tensión, genera ansiedad, de hecho es saludable que un cierto grado de ansiedad se movilice para realizar nuevas catexias.
La caída de los mitemas trae consigo la tristeza, la desarticulación de la estructura defensiva y con ello la expresión en su pura esencia del conflicto inconsciente, es decir el tapón es liberado y brota la angustia latente de forma que puede modularse o expresarse en síntoma, la psicoterapia tiende a utilizar como arcilla la angustia para reestructurar el psiquismo y dar acceso a lo latente.
Existen tiempos y formas distintas de psicoterapia, especializadas para el tiempo y el curso de la patología.
No obstante quiero hacer constar que desilusionar deja sin defensas y clínicamente se puede dar paso a síntomas depresivos, no obstante desde el lado psicoanalítico sería un logro ayudar a transitar desde la posición esquizo-paranoide a la posición depresiva. De la defensa maníaca al duelo y la reparación, esto último es el instrumento de la creatividad.

Melanie Klein:
En este estadio, el deseo de reparar al objeto dañado entra en juego de lleno. Según hemos visto anteriormente, esta tendencia se halla inextrincablemente ligada a sentimientos de culpa. Al sentir el bebé que sus pulsiones y fantasías de destrucción están dirigidos contra la persona total de su objeto amado, surge la culpa en toda su fuerza y, junto con ella, la necesidad dominante de reparar, preservar o revivir el objeto amado dañado. En mi opinión, estas emociones conducen a estados de duelo; y las defensas movilizadas, a tentativas por parte del yo a superar el duelo.Puesto que la tendencia a reparar deriva en última instancia del instinto de vida, origina fantasías y deseos libidinales. Esta tendencia forma parte de todas las sublimaciones y constituirá, a partir de este estadio en adelante, el medio más poderoso por el cual se mantiene a raya y se disminuye la depresión.

Las fluctuaciones entre la posición depresiva y la maníaca son parte esencial del desarrollo normal. El yo está conducido por ansiedades depresivas(ansiedad por miedo a que tanto él como los objetos amados sean destruidos)a construir fantasías omnipotentes y violentas, en parte con el propósito de controlar y dominar los objetos "malos", peligrosos, y en parte para salvar y restaurar los objetos amados. Desde el comienzo mismo ,estas fantasías omnipotentes , tanto las destructivas como las de restauración, estimulan todas las actividades, intereses y sublimaciones del niño y entran en ellas.(...) Sin una negación parcial y temporaria de la realidad psíquica, el yo no podría soportar el desastre por el que él mismo se siente amenazado cuando la posición depresiva llega a su cúspide.



Un enlace interesante: http://www.psicomundo.org/klein/obra/p2.htm

Encontramos en la posición esquizo-paranoide los puntos de fijación de la esquizofrenia y la paranoia; en los inicios de la posición depresiva los puntos de fijación de la manía y la melancolía. Como es evidente, el concepto de posición reformula el de regresión , el cual es en la teoría kleiniana un movimiento relativamente fluido entre las distintas ansiedades y defensas.
Nos hemos referido a los efectos de los procesos de síntesis sobre la ansiedad; desde el punto de vista de las pulsiones, la integración del objeto y del yo fortalece las pulsiones genitales, las que a su vez son otra fuente de intensificación de las identificaciones con el objeto.

domingo, 26 de abril de 2009

Montante de angustia


Es una carga de afecto la que penetra en el psiquismo y en donde cabe pensar la estructura de la primera tópica: consciente, preconsciente, inconsciente.
Dicha carga de afectivo e ideacional penetra en estos estratos de forma dinámica, esto significa que puede estar latente y en determinados momentos emerger a la conciencia.
En cualquier caso puede la representación estar inconsciente y sin embargo darse la angustia de base que permanece latente. Es esa la fuente del malestar.
Los cognitivistas se basan en conceptos extraídos de los textos de Freud, por ejemplo: "La Represión" o "Lo inconsciente". Allí se explica cuidadosamente como la carga afectiva e ideativa de nuestro psiquismo tiene un tránsito por las estructuras citadas anteriormente. A partir de 1923, con "El yo y el ello" se bosqueja el segundo modelo. Además de hablar de lo económico, de lo dinámico y lo descriptivo de lo inconsciente se empieza a esbozar lo que es el yo para el ello.
Dicho en jerga menos obtusa, existen imágenes mentales-representaciones mentales y afectos-emociones, las representaciones ligadas a emociones son los sentimientos. Cuando existe una angustia no elaborada por el psiquismo, esto significa no consciente, la angustia se expresa, Freud pone el ejemplo de la histeria de conversión (ej.: parálisis del brazo), Freud era buen amigo de Charcot, también se refiere a la Belle Indiference. Esto significa que es un indicador de un conflicto, o bien del mundo interno con la realidad o del yo con el ello o del yo con el superyo, esto es, psicosis, neurosis de trasferencia y neurosis narcisistas, respectivamente.
Estas representaciones mentales son la forma de expresión simbólica de la angustia y sugiere cierto grado de acceso, las angustias que no encuentran salida quedan ejerciendo un efecto y se expresan mediante los canales y mecanismos que invita a reflexionar Freud y la psiquiatría clásica, Anna Freud en 1936 escribe "El Yo y los mecanismos de defensas", los más malvados piensan que dictado por su padre. Formación reactiva, desplazamiento, negación, proyección, racionalización (Ernest Jones), intelectualización...
La "talking cure" o "chemney sweeping" (Anna O.), consiste entonces en ligar las angustias y representaciones a lo interno y externo que contribuye a originar el monto de angustia que se trasforma en síntoma. Freud hablaba de un arqueólogo que explora en los lugares recónditos de la psique del individuo enfermo.
Tras intentos desde la neurología fue acercándose a la psicología, desde la biología fue aproximándose al ambiente. Es en ese espacio intermedio donde nacen las profesiones "psi" actuales.
Ahora se me ocurre un ejemplo biológico, uno de los problemas del tabaco es que genera radicales libres en el organismo, moléculas que se ligan a otras pudiendo destruir y producir sustancias tóxicas. Esas sustancias tóxicas son las que hacen toser o se acumulan pudiendo crear tumores. El propio cuerpo tiende a expulsar esas sustancias nocivas.
Entender lo psíquico desde lo biológico fue el punto de partida de Freud y es la línea más prometedora de investigación. Ahora bien, unir las distintas disciplinas es imprescindible para entender un campo tan amplio y exclusivo del humano.

sábado, 25 de abril de 2009

Una sección de Monte


Andando entre montañas de un valle al que se accede por un congosto, camino enterrado por las cabras y asfaltado para las bestias de los neumáticos,
andando por un valle sin rumbo fijo, entre árboles y el rumor del río. Cerca de los árboles, esquivando las ramas en la senda que lleva más cerca del cielo.
Andando diviso las cumbres, y la blancura reposa en la cima, dejando paso a un negocio de temporada y una población forastera concreta.
Andando encuentro los restos de quienes pasaron por donde ahora piso, zorros, caballos, vacas y cabras, puede que algún coche invasor en zonas de mayor recorrido, tal vez algún excursionista o un oriundo que trabaja en esas tierras.
Tierras donde plácidamente reposo mirando al cielo azul, las montañas nevadas y restos de una vida rural, ahora contaminadas por la civilación de varias culturas exteriores, bien acogidas, por otra parte, por la sed de dinero del lugar. La metamorfosis se da con gusto y esmero, procurando recoger preferencias en lo gastronómico y en lo estético, también en las aficiones e incluso el habla.
Porque donde voy andando ya andaron otros muchos y la tierra queda con las pisadas de todos nosotros. Hablo de un lugar de Aragón, una tierra desde donde se llega a las pistas de esquí, a una zona donde defienden y hablan un curioso idioma de gran impacto, al cielo, al prado, a besar a una vaca que mira curiosa hacia el objetivo de la cámara, o la cabra que de camino a un pantano está custodiada por el perro guardián, que ladra cuando huele un humano. La cabra también posa, al margen de lo que se cuece fuera, en la civilización.
Zona contaminada de una particular cultura, y con ella parte de lo etéreo y lo superfluo, de las angustias urbanitas, de las necesidades infundadas. Hablo del Pirineo Aragonés, de una zona para soñar, una ventana a lo más recóndito de tu ser, que te permite estar en comunión con la madre tierra y sentirte en paz, regocijado por la presencia omnipresente de la Naturaleza, madre que te acuna, arropa y enmarca tus sentimientos. La historia de una escapada de esa morada donde las vacas son sustituidas por tiendas de telefonía móvil y las montañas por solemnes edificaciones.
A pocos minutos de esa zona que describo existen lugares donde puedes recordar y recargar tu teléfono móvil y también acercarte a otros que desde sus cavernas urbanizadas se asoman al espacio virtual de la globalización para echar un vistazo a saludar a otros que como yo, curiosean husmeando lo que nos rodea.
Un saludo. Rodrigo Córdoba Sanz.

miércoles, 22 de abril de 2009

El Malestar en la Cultura


En este escrito de Sigmund Freud se lee lo que será duramente criticado por Erich Fromm y Karen Horney, por ejemplo. Existen temas princeps como el sentimiento de culpabilidad, en continuidad con "El Porvenir de una ilusión" se habla de religión, "Tótem y Tabú" también guarda reminiscencias.
Y quiero escribir sobre el sentimiento de culpabilidad según se desprende del texto que estoy releyendo en Alianza Editorial por resultar más manejable, la traducción es de Luis López-Ballesteros y de Torres.
Tendríamos que hablar de algo que Fromm se apropia y es de Freud, me refiero a la influencia de lo social en el desarrollo del superyó y como la familia tamiza y es portavoz de ese ideal.
Freud habla de la "tensión entre el yo y el superyo" como naturaleza del sentimiento de culpa. Nos explica la conciencia moral opera desde el superyo para apelmazar la conciencia y buscar la tranquilidad, la intranquilidad de la conciencia surge cuando se imagina el haber obrado con un perjuicio. Por tanto depende de la elasticidad o severidad del superyo. El superyo se forma por las frustraciones culturales que representa la familia y por sus propios mitos familiares. En "El Malestar en la cultura" se pone más peso en lo social como fuente que limita "los instintos" de forma que reprime y al mismo tiempo socializa. Por otra parte la tensión entre el yo y la sociedad, además de devenir en frustración puede buscar otros derroteros, los de la sublimación, forma de encontrar una descarga pulsional dentro de los límites de la cultura.
La formación del superyo puede tener una ingente cantidad de material de análisis y es en cada caso en particular donde se debe reflexionar y desbrozar. Pero en ocasiones las propias intelecciones del analizando señalan como fuente de ese sentimiento de severidad y conciencia punitiva la familia de origen. En "El Malestar en la Cultura" Freud alude a la sociedad como puente para la formación de las investiduras libidinales.
Esboza de nuevo la líbido objetal (que se dirige a los objetos) y la líbido narcisista (que se vuelca sobre el yo), la segunda líbido suele ir acompañada, y esto lo matiza mejor Fromm en el 48 que Freud en el 30, por una pérdida de esa energía sexual que Jung estimaba como energía psíquica en global para disgusto del maestro Freud. Esa pérdida significa un descenso en la autoestima, es decir que la líbido se vuelva hacia el yo no significa según el narcisismo secundario que en el individuo revierta el amor sobre sí mismo sino que se desprende de los objetos, los objetos internos y los objetos externos.

martes, 21 de abril de 2009

Teoría de la Alucinación


ANÁLISIS DE LA TEORÍA DE LA ALUCINACIÓN, DE CASTILLA DEL PINO* JOSÉ GUTIÉRREZ MALDONADO
Facultad de Filosofía y Letras Sanatorio Villablanca (Tarragona)



RESUMEN En este trabajo se realiza un análisis sistematológico, formal, epistemológico y metodológico de la teoría de la alucinación de CARLOS CASTILLA DEL PINO. Se modifican y añaden algunas definiciones y teoremas y se concluye que la teoría es de carácter formal representacional, por lo que puede ser útil para avanzar en el conocimiento de los mecanismos de la alucinación, pero debe superar sus presupuestos dualistas para aportar una auténtica explicación, así como proporcionar contenido operacional a sus definiciones para poder contrastarla empíricamente.

ANÁLISIS SISTEMATOLÓGICO (Metateoría de la alucinación) Pluralismo Integrado «La Psico(pato)logía es la ciencia de la conducta y del sujeto de la conducta (...) Su nivel lógico no es el biológico sino el del discurso que constituye la conducta (...) Aunque lo biológico es condición necesaria de lo psicológico, la condición de suficiencia de éste es la interrelación no de los organismos sino de los sujetos sociales». El pensamiento de CASTILLA DEL PINO, así expresado, nos permite situarle en la corriente filosófica del pluralismo integrado. MARIO BUNGE define el concepto de nivel como «agregado de cosas de un tipo determinado y tal que pertenezca a una línea evolutiva, aunque no necesariamente a una línea de descendencia biológica» (WHYTE, 1969). Ejemplos de niveles y delíneas evolutivas serían: • Partículas elementales. Núcleos atómicos. Átomos. Moléculas. Cuerpos. • Procesos físicos. Procesos químicos. Procesos biológicos. Procesos psíquicos. Procesos sociales. Una de las hipótesis metafísicas del pluralismo integrado es que todo nivel posee cierta autonomía y estabilidad. Epistemológicamente se afirma, consecuentemente, que todo nivel científico posee cierta autonomía y estabilidad. La realidad puede analizarse en niveles integrativos y cada uno de estos niveles puede caracterizarse por variables y leyes propias. Pueden establecerse dos grandes clases de leyes: leyes intranivélicas y leyes internivélicas; metodológicamente habrá que empezar por averiguar o aplicar leyes intranivélicas y, sólo en elcaso de que esta estrategia fuese insuficiente, se aplicarán leyes internivélicas. * La primera elaboración fue realizada en 1985 en la Facultad de Filosofía y Letras de Tarragona y la revisióndefinitiva se concluyó en 1987 en el Sanatorio Villablanca. Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoA tenor de lo dicho podemos clasificar a CASTILLA DEL PINO como teórico no reduccionista sino constructivista. El reduccionismo puede darse tanto con respecto a un nivel anterior comoposterior en la línea evolutiva; en el primer caso se trataría de un reduccionismo fisiológico o psicofisiológico y en el segundo, sociológico o psicosociológico. El reduccionismo fisiológico busca la explicación de la conducta en el soma del sujeto, es el más frecuente en Psicología y parece que cada día goza de mejor salud. Las teorías constructivistas se diferencian de las re-duccionistas en que no buscan la explicación de la conducta en niveles distintos del psicológico:la conducta debe explicarse por las leyes mismas de la conducta. Otro ejemplo de teórico constructivista de la Psicología es, como propone Tous (1980), SKINNER, para el que son las contingencias, entendidas como conjunto de leyes inferidas de la propia conducta, las que la determinan, si bien, como veremos más tarde, SKINNER se diferencia de CASTILLA DEL PINO(entre otras cosas) en que, mientras aquel propone una teoría descriptiva, éste propone una teoría representacional. Conducta La distinción de DESCARTES entre conducta voluntaria y conducta involuntaria daría lugar, con el paso de los años y según el método de recoger los datos, a la Psicología mentalista, por una parte, y a la psicología fisiologista, por otro. La primera corriente estudiará aquellas conductas causadas por la actividad mental y entenderá la conducta como adecuación, mientras que la psicología fisiologista se ocupará de las conductas causadas por la actividad ambiental y entenderá la conducta como movimiento. PAVLOV unificará más tarde bajo el concepto de ejecución ambas tendencias y pasará a considerar la conducta como comportamiento. La conducta pasará a ser con PAVLOV el resultado de una reacción, y la diferente consideración de su causa dará lugar a las teorías reduccionistas y constructivistas. TOUS(1980), desde una perspectiva constructivista, dará una definición amplia de conducta como actividad de los organismos. La teoría de la alucinación conceptualiza de forma similar el fenómeno conducta y especifica un poco más al afirmar que se trata, en todos los casos, de actividad comunicativa. Aun las formas más diferenciadas de conducta cumplen una función comunicativa y pueden ser consideradas como actos de habla. Todo acto de conducta es, pues, acto de habla (aunque no todas las actividades son conducta; las hay aconductuales como, por ejemplo, un estornudo). Desde un análisis molecular la conducta puede estudiarse como compuesta de actos de conducta, es decir, como relaciones específicas y determinadas espacial y temporalmente entre el sujeto de la conducta y el objeto. Los componentes del acto de conducta y determinantes del tipo de relación que se establece entre el sujeto y el objeto son la indicación (componente denotativo) y la estimación (componente connotativo). Mediante la indicación se define el objeto, es decir, se le dota de significado denotativo y mediante la connotación se da a ese objeto una intención, sentido o interpretación. Si se entiende la conducta como actividad comunicativa, entonces los componentes denotativo y connotativo adquieren, respectivamente, las características de mensaje y metamensaje.Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoEn la vida real el acto de conducta aislado no existe sino formando parte de un texto. Se llama co-texto a la secuencia de actos de conducta que componen un texto, y contexto a la componente extralingüística del discurso. El texto es el discurso en el que se dan las condiciones que permiten las acciones comunicativas, es decir, el potencial locutorio o posibilidad de metamensaje. A grandes rasgos podría definirse la psicosis como aquel proceso mediante el cual se generan actos de conducta en los que se evidencia la proyección del ámbito interno del sujeto en el ámbito empírico y la alucinación como un tipo de conducta psicótica. Ya hemos dicho que toda conducta es un acto de relación por lo que la alucinación es, también, un acto de relación, más exactamente, un acto de relación de tipo psicótico. Junto a los actos de conducta psicóticos se dan actos de conducta no psicóticos, por lo que no puede hablarse de psicóticos sino de sujetos que generan determinados actos de conducta psicóticos. Concluyendo, la conducta psicótica es un tipo de conducta y, por lo tanto, debe ser explicada desde la perspectiva de una teoría general de la conducta. Ejecución Como TOUS(1980), CASTILLA DEL PINO piensa que la conducta debe inferirse de observables. Ésta es la condición de necesidad. El proceso que el sujeto lleva a cabo al alucinar sólo es inferible a partir del análisis de sus formulaciones verbales o extraverbales (alucinemas). Pero la ejecución únicamente permite afirmar si una conducta se ha producido o no; pero no se puede responder, basándose únicamente en la ejecución, cómo se ha llegado a producir. Plantear esta pregunta e intentar responderla supone dar un repaso más allá de la teoría descriptiva para pasar aun a teoría más profunda que permita ofrecer una explicación mediante un mecanismo. Trataremos este punto con más detalle más adelante. Baste decir por ahora, que la condición de suficiencia que nos permite afirmar que una conducta determinada es (o no) de tal o cual clase reside en la presencia (o no) del indicador pertinente. El indicador no es la causa de la conducta sino el aspecto observable que permite decidir a qué clase de conducta pertenece determinada ejecución. El acto de conducta se comporta, tanto en la indicación como en la estimación, como juicio de realidad (loguema), es decir, como correcto, incorrecto o indeciso. La indicación se compone de cinco predicados: diacrítico (catalogación), gnóstico (reconocimiento), nominativo (denominación), espacial (espacialización) y temporal (temporalización). A cada uno de los predicados le corresponden los 3 valores veritativos. La denotación (el loguema) es correcta si, y sólo si, los 5 predicados que la componen lo son. Hasta aquí tenemos el aspecto ejecución. No hay razón para pensar que todos los loguemas incorrectos (aloguemas), sean de la misma clase. Se hace necesario encontrar el indicador que nos permita afirmar si determinado aloguema es psicótico o no. Un indicador tal lo hallaremos a partir del análisis del predicado diacrítico. Un loguema con el predicado diacrítico incorrecto es un loguema (aloguema) psicótico. Los errores en los demás predicados no dan lugar a loguemas psicóticos. La diacrisis se convierte así en el indicador de la alucinación. El fallo en la diacrisis (indicador) explica cómo se ha producido el aloguema (ejecución) y permite clasificarlo como aloguema psicótico (ejecución clasificada mediante el indicador). Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoANÁLISIS FORMAL El método científico no utiliza los objetos de forma directa para elaborar su contenido sino conceptos abstractivos, es decir, términos denotativos que carecen de sobresignificado y que pueden ser de dos clases: constructores o variables (TOUS, 1978). En realidad el objeto de la ciencia no son las cosas en sí mismas sino las relaciones entre las cosas (las propiedades de los sistemas reales), capaces de provocar hechos. Una teoría es, por tanto, un lenguaje explicativo. En los primeros estadios de la construcción de teorías este lenguaje suele tener la vaguedad y ambigüedad propias del lenguaje ordinario y no se respetan estrictamente las convenciones lógicas. Cuando se da el paso de la formalización la teoría verbal es reconstruida y sus componentes quedan formulados con clari-dad y simbólicamente. Una enumeración posible de los componentes de una teoría formalizada sería la siguiente: 1. Presupuestos (componente sistematológico de la teoría). 2. Presupuestos formales (lógicos y matemáticos). 3. Primitivas (símbolos).4. Reglas sintácticas de formación y transformación (su numeración es redundante si se enumeran los presupuestos formales).5. Axiomas. 6. Reglas semánticas (de interpretación).Los supuestos iniciales o axiomas son generalmente en número finito y de ellos se deducen infinitas consecuencias lógicas o teoremas con la ayuda de las reglas de inferencia y trucos «ad hoc» adecuados a la finalidad perseguida. Mediante las reglas de interpretación las primitivas, los axiomas y los teoremas adquieren significación no formal conceptual, es decir, se determinan losposibles modelos del formalismo. Mediante la interpretación objetiva se establece una correspon-dencia entre el símbolo y una propiedad del sistema real independientemente de las condicionesde contrastación. La interpretación operacional se hace necesaria en la fase de contrastación de lateoría y establece una correspondencia entre el símbolo y resultados de una operación, actual o posible, que permita observar o medir la misma propiedad del mismo sistema real. En el primer caso se tratará de constructos hipotéticos y, en el segundo, de variables. En conclusión y siguiendo aBUNGE(1969), los objetivos de la teorización son los siguientes: 1. Sistematizar el conocimiento. 2. Explicar los hechos. 3. Incrementar el conocimiento. 4. Reforzar la contrastabilidad de las hipótesis.La sistematización del conocimiento se consigue estableciendo relaciones lógicas entre entidades antes inconexas y requiere unidad formal o sintáctica y material o semántica. La unidad formal seda cuando existen relaciones lógicas entre las fórmulas de la teoría de tal modo que ninguna fórmula queda aislada, es decir, constituyendo un cuerpo cuyas partes son o bien hipótesis iniciales o bien consecuencias de ellas. La unidad material es la referencia común de esas partes, lo cual se refleja en la recurrencia de ciertos conceptos clave. Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del Pino Los presupuestos generales de la teoría de la alucinación han sido tratados en la parte dedicada a la sistematología. En cuanto a los presupuestos formales, son éstos a nuestro juicio: la lógica elemental, la lógica modal y la teoría de conjuntos elemental. Reglas de formación y reglas de transformación Hemos dicho anteriormente que todo acto conductual establece una relación entre un sujeto (S) y un objeto (O). Esta relación es de carácter comunicativo y se compone, por lo tanto, de: a)indicación (I) y b) estimación (E), lo que puede expresarse de la siguiente manera:Los componentes del aC son I, E y O. A su vez, cada componente posee subcomponentes: I: d, g, n, e, t; E: d, g, n; O: i, im, e. Y a cada uno de los subcomponentes de I y de E le corresponden 3 valores veritativos (v, f, ?). La forma de F determina la relación S/O. PrimitivasS: un conjunto no vacío O: un conjunto formado por los subconjuntos: iO: formando los subconjuntos: iO miOpiO eO imO aC: correspondencia entre S y O F: Tipo de correspondenciaF: IE Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del Pino Reglas de interpretación I(S): Sujeto de la relación. No podemos decir de él más de lo que nos permita la inferencia a partir del tipo de relación que mantiene con O. Queda hipostasiado por I y por E. I(O): Conjunto que compone la realidad. I(eO): Objetos empíricos. Son denotados externos. I(iO):Objetos internos. Son denotados internos. I(imO): Imágenes de objetos externos. Derivados de la organización que S efectúa de los eO para su ulterior operación con ellos. I(miO): Objetos mnésicos. Representación del objeto. Objetos con los que el (S) ya se relacionó. I(piO): Objetos prolépticos. Objetos con los que el S proyecta la relación. i(aC): Acto de conducta. F: Functor. Tipo de relación entre S y O. Al: aC es un acto de relación entre S y O y, más específicamente, de comunicación, en el que S denota y connota a O. Según el tipo de O denotado, el aC queda expresado en una de lassiguientes formas: iIEeIEimIEA2: Como ya hemos dicho, la denotación se compone de cinco momentos: 1. Diacrítico (d) 2. Gnóstico (g) 3. Nominativo (n)4. Espacial (e) 5. Temporal (t) A cada uno de estos momentos le corresponden los tres valores veritativos. A2 establece que la denotación es correcta si, y sólo si, lo son los 5 momentos que la componen. Cuando al menosuno de los componentes es falso, queda constituido un aloguema. La incorrección en el predicado diacrítico da lugar a loguemas psicóticos. Dl: Expresión del proceso mediante el cual se fractura la diacrisis dando lugar a aloguemas psicóticos. A1 menos un iO es convertido por el sujeto en eO y se transforma en eO alucinado. TI: Se deduce de D1, Al y A2 y es la expresión del alucinema. D2: Es la fórmula del proceso ilusorio y expresa que el eO se convierte en miO el cual, a suvez, se transforma en eO ilusionado. T2: Ilusema: Se deduce de D2, A1 y A2. Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoD3: Ilusión criticada. eO se convierte en míO, miO se transforma en eO ilusionado y éste se transforma de nuevo en el eO original. T3: Ilusema criticado. Se deduce de D3, Al y A2. D4: Proceso dislusorio. imO se convierte en una imO distorsionada y es tomada como la imagen real del objeto dando lugar a la dislusión. En este proceso el sujeto no pierde la conciencia del carácter subjetivo de la distorsión. T4: Dislusema. Se deduce de D4, Al y A2. D6: Dislusión criticada. T5: Dislusema criticado. Se deduce de D5, Al y A2. D6: Definición introducida por nosotros. Es la fórmula del proceso pseudoalucinatorio. Por larapidez con la que se efectúa la crítica no se llega a la estabilización del iO como iO alucinado. El iO se convierte en eO por un fallo en la diacrisis pero, a diferencia de lo que ocurre en elproceso alucinatorio, el eO no se transforma en eO alucinado sino que vuelve a ser verificado como iO. T6: Pseudoalucinema. Se deduce de D6, A1 y A2. D7: Introducida por nosotros. Es la definición del proceso alucinatorio falso en el que un iO de carácter mnésico es traído a la conciencia, es decir, se convierte en eO pero no llega a serexpulsado sino tan sólo vivido con especial intensidad. Estas falsas alucinaciones son también llamadas alucinaciones experimentales ya que son evocadas normalmente mediante excitaciones de determinadas zonas corticales. A nuestro juicio se trata de un tipo especial de sonoridad del pensamiento. T7: Teorema también introducido por nosotros, se trata del falso alucinema. Se deduce de D7, A1 y A2. D8: Fórmula de la sonoridad del pensamiento. CASTILLA DEL PINOafirma que no se trata de un proceso delirante sino alucinatorio. A nuestro juicio la sonoridad del pensamiento no es un proceso alucinatorio ya que el iO se convierte en eO por un fallo en la diacrisis pero no se transforma en eO alucinado sino que sigue siendo iO sólo que vivido con especial intensidadAfirmamos esto basándonos en la definición del proceso de alucinatorio (DI) creemos que de la comparación de las fómulas D7 y D8 se infiere que las alucinaciones experimentales son un tipo especial de sonoridad del pensamiento. T8: Fórmula de la sonoridad del pensamiento expresada en términos proposicionales. Se deduce de D8, Al y A2.D9: Escisión de S en S alucinante y S alucinado. Si eO se da si, y solo si, se da S, entonces eO alucinado se da si, y solo si, se da S alucinado, siendo S no igual a S'. Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoT9: Introducido por nosotros. Se deduce de D9, A1 y A2. T10: Se deduce de Dl y D9. Expresa que el sujeto al que pertenecen los iO que se convierten en eO se transforma en S' al que pertenecen los eO alucinados. Es la fórmula de las polialucinaciones. D10: Proceso alucinatorio mnésico. En los procesos de degradación de las formacionesalucinatorias el S se refiere a menudo a las alucinaciones en pretérito. El eO alucinado setransforma en miO alucinado. Tll: Se deduce de D10, A1 y A2. Dll: Introducido por nosotros. El mismo proceso puede darse con los objetos prolépticos, con los que S proyecta una relación alucinada. En este caso el eO alucinado se transformaen piO alucinado. T12: Introducido por nosotros. Se deduce de Dll, A1 y A2. D12: Introducido por nosotros. Cuando el fallo en la diacrisis no se ha establecido aún completamente no puede hablarse de alucinación. Si el S duda acerca de la catalogación del iO, entonces se trata de un proceso prealucinatorio. El iO se convierte en iO o en eO. Si la disyunción se resuelve en favor de eO, entonces eO se transforma en eO alucinado. El paso que se da en el proceso de formación es análogo al que ocurre en la degradación de las alucinaciones cuando éstas pasan a postalucinaciones y, posteriormente, a alucinaciones criticadas. T13: Se deduce de D12, A1 y A2. D13: Fragmentación. Algunos de los elementos de la estructura interna del S son expulsa-dos al exterior. El eO alucinado aún pertenece al S. Creemos que esta definición entra encontradicción con D9 y T10 según los cuales el eO alucinado implica necesariamente un S alucinado al que pertenece siendo éste distinto del sujeto alucinante. Esta contradicción no lo sería si se establece previamente que el eO alucinado pertenece tanto al S alucinado como al S alucinante, con lo cual actuaría como elemento en la intersección de dos conjuntos. D14: Disgregación. El proceso prealucinatorio puede resolverse de tres maneras. En el pri-mer caso la disyunción implicada en eO?d no se transforma en eO. En el segundo caso ocurre lo que en D12. Y en el tercer caso la disyunción se mantiene. T14: Se deduce de D9 y Dl. Se desdobla en S alucinante y S alucinado. CASTILLA DEL PINOofrece en las páginas 105 y 106 de su libro las siguientes fórmulas de la alucinación y del alucinema: Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
--------------------------------------------------------------------------------Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del PinoFórmula general de la alucinación:Nosotros hemos optado por no utilizarlas ya que no se corresponden con las fórmulas Dl y TI, dadas con anterioridad y sí, sin embargo, con D7, D8 y T7, T8 que son las fórmulas de la alucinación experimental (falsa alucinación) y de la sonoridad del pensamiento. Creemos que se da eO alucinado si, y sólo si, se da S alucinado (D9) y que, por lo tanto, la escisión en S alucinante y S alucinado es condición necesaria para que aparezca la alucinación. Si no se da escisión de S, es decir, si e0 falso no es expulsado, deberá lla-marse al proceso sonoridad del pensamiento (iO que son vividos con especial intensidad) y no alucinación. Dl es la definición de la alucinación y D8 la de la sonoridad del pensa-miento.

ANÁLISIS EPISTEMOLÓGICO Y METODOLÓGICO Profundidad y contrastabilidad La Psicología científica, aunque relativamente joven en el conjunto de las ciencias, ha acumulado a lo largo de su historia una gran cantidad de datos. Pero los datos no adquieren sentido ni relevancia más que en un contexto teórico. La profundidad de una teoría depende de la profundidad de los problemas que intenta resolver. Las teorías más profundas no se limitan a describir esquemas de comportamiento sino que intentan descubrir mecanismos explicativos. En los primeros estadios de las teorías, éstas suelen ser de tipo denominado por BUNGE cajanegristas. Estas teorías no tienen en cuenta el proceso que media entre el estímulo y la respuesta; su finalidad es establecer relaciones entre las entradas y las salidas prescindiendo de factores que pudieran hacer pensar que éstas no son consecuencia directa de aquéllas y realizando un estudio periférico de su objeto. Una vez establecida una relación entre el estímulo y la respuesta, hay que formular hipotéticamente los posibles mecanismos capaces de explicar esa relación. El recurso a tales mecanismos hace que, en esta fase, a las teorías se las denomine representacionales. El términomecanismo no implica necesariamente mecanicismo, ya que se trata de una expresión que engloba a los elementos y funciones de un proceso. El mecanismo explicativo recibe el nombre de constructo hipotético cuando está definido conceptualmente y adquiere la condición de variable (intermediaria) mediante el indicador que proporciona contenido operacional y la hacecontrastable empíricamente. Tales mecanismos han de enmarcarse en una teoría constructiva, Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162
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Gutiérrez, J. (1988): Análisis de la teoría de la alucinación, de Castilla del Pinoo sea, han de ser relacionales aunque sustentados en otros de entidad que tengan en cuenta el sustrato fisiológico de toda actividad psicológica. El uso exclusivo de constructos de entidad es propio de las teorías reduccionistas o de la caja traslúcida pero no representacionales. Por otra parte, el uso exclusivo de constructos relacionales implica una concepción dualista de la realidad que, en el caso de la Psicología, se expresa en el mentalismo. Como dice TOUS, el objeto de la Psicología es el estudio de la actividad directriz (orientación de la conducta a un fin). La dirección de la conducta es especificada por CASTILLA DEL PINO como comunicación del sujeto con el objeto. El indicador, que debe abstraerse de la respuesta del sujeto, tiene como misión poner de manifiesto la actividad directriz del organismo. La función comunicativa del acto de conducta es puesta de manifiesto por los componentes indicativo y estimativo (abstraídos de la conducta), que caracterizan el acto de conducta como juicio de realidad y es, más concretamente, la función diacrítica de la denotación la que permiteclasificar la ejecución como psicótica o no. Creemos, sin embargo, que aunque la función diacrítica reúne todos estos requisitos, carece de contenido operacional, por lo que no puede ser considerada como indicador. La teoría de la alucinación es una teoría formal representacional en la que el mecanismo indicación-estimación confiere carácter pseudoexplicativo, puesto que en la realidad puede haber procesos psicológicos pero no mecanismos psicológicos. Además, se hace necesario encontrar el indicador capaz de proporcionar contenido operacional a las definiciones conceptuales para hacer la teoría contrastable empíricamente.

BIBLIOGRAFÍA BUNGE, M.: La investigación científica. Ariel, Barcelona, 1969. BUNGE, M.: Teoría y realidad. Ariel, Barcelona, 1972.CASTILLA DEL PINO, C.: Teoría de la alucinación. Alianza Editorial, Universidad deMadrid, 1984. NOVACK, G.: Introducción a la Lógica. Barcelona, 1982 (2.a ed.) Entamara.TOUS, J. M.: Psicología Experimental. Omega, Barcelona, 1978.TOUS, J. M.: Acerca de una necesaria diferenciación entre ejecución y conducta. Universitas Tarraconensis vol. II, Tarragona, 1980. WHYTE, y otros: Las estructuras jerárquicas. AU. Madrid, 1973.Informaciones Psiquiátricas, 112, 155-162

Robinsones Urbanos

Dedicaba un espacio para un estudio teórico de la clínica maniaco-depresiva. En psicoanálisis los conceptos engloban pero no coinciden directamente con la nomenclatura típica DSM-IV, que es la que alcanza al lego. Mientras en psicoanálisis un signo de manía es la fuga de ideas, en el DSM el signo es la euforia. Los criterios del DSM son más operativos y los psicoanalíticos más ricos en detalles, aunque existen muchas formas de reunir los criterios suficientes para realizar tal diagnóstico. Este trastorno genera síntomas polimorfos, desde el insomnio, la depresión y la psicosis, lo afectivo y lo cognitivo se ven influidos, en momentos de mayor irritabilidad puede haber problemas en las relaciones interpersonales. Es difícil de distinguir del Trastorno Límite de Personalidad o de la ciclotimia, esta última como forma más leve del trastorno bipolar. Este problema se asocia con creatividad, existen y han existido fértiles y geniales personas que han contribuido desde la literatura, el cine y la pintura. Podemos citar a Hemingway, Virginia Woolf, Jim Carrey o Van Gogh. Sobre este tema de la creatividad, el pensamiento acelerado y la hiperactividad facilitan la productividad, sin embargo la manía pura y la depresión en su pura expresión bloquean y dificultan la capacidad de crear. No es apropiado el asociar ligeramente el arte con lo bipolar ya que existen gradaciones. Existe un gradiente según el cual, pintores, escultores y escritores pueden padecer problemas psíquicos, siendo los pintores los que más problemas de este tipo suelen tener. Existen trastornos como este del que hablamos que se asocia con un "temperamento artístico", pero hay otros como el trastorno evitativo o ansioso de la personalidad. En definitiva tener distintas y finísimas sensibilidades parece ser médicamente catalogado como locura, curioso elemento para reflexionar en lo ético.


Criterios para el diagnóstico de F30 Trastorno bipolar I, episodio maníaco único
(296.0)

A. Presencia de un único episodio maníaco, sin episodios depresivos mayores anteriores.
Nota: La recidiva se define como un cambio en la polaridad desde la depresión, o como un intervalo de al menos 2 meses sin síntomas maníacos.
B. El episodio maníaco no se explica mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no está superpuesto a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificar si:
Mixto: si los síntomas cumplen los criterios para un episodio mixto.
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):
Con síntomas catatónicos
De inicio en el posparto

Criterios para el diagnóstico de F31.0 Trastorno bipolar I, episodio más reciente hipomaníaco (296.40)

A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio hipomaníaco.
B. Previamente se ha presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.
C. Los síntomas afectivos provocan un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificar:
Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios depresivos mayores)
Con ciclos rápidos
Criterios para el diagnóstico de F31 Trastorno bipolar I, episodio más reciente maníaco (296.4)
A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio maníaco.
B. Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor un episodio maníaco o un episodio mixto.
C. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):
Con síntomas catatónicos
De inicio en el posparto

Especificar:
Especificaciones de curso longitudinal (con o sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios depresivos mayores)
Con ciclos rápidos







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domingo, 19 de abril de 2009

Poema de Garatusas

En la tempestad de estos tremendos tiempos
zozobra tras zozobra
me guardo aún un sueño
anclado a tu boca.
De esta desesperación horrible,
de esta pesadilla en que vivo,
por un instante insostenible
me rescatas,
tomo aire
y vuelan mis alas.


http://garatusas.blogspot.com

Estudio Psicoanalítico de la psicosis maníaco-depresiva

Estudio psicoanalítico de la psicosis maníaco-depresiva

Autora: Marga Auré
Fragmentos de su trabajo. Citas de Freud y Lacan, como no.

Históricamente, la psicosis maníaco-depresiva se considera como un modelo de enfermedad endógena. En psiquiatría se la plantea como una alteración biológica de la regulación del humor.
Para el psicoanálisis, en la psicosis maníaco-depresiva se produce la disociación entre la economía del deseo y la decisión de goce del sujeto.

A pesar de que la manía es una entidad ubicada en psiquiatría dentro de las alteraciones del humor, el psicoanálisis no considera que la euforia sea su característica más importante, ya que a menudo no está presente. El síntoma principal que caracteriza a la manía es la fuga de ideas, que por su intensidad puede dar como resultado una excitación mortal.

Manía y melancolía son entidades perfectamente delimitadas por la psiquiatría clásica y retomadas por el psicoanálisis. Freud utilizó particularmente las descripciones de Krafft-Ebing y Kraepelin. Lacan explicaba la influencia de Clérambault en su estudio de las psicosis, especialmente con la noción "núcleo psicótico de automatismo mental".

En su artículo de 1915, "Duelo y melancolía", Freud describe la manía de la siguiente forma:
"El alegre estado de ánimo, los signos de descarga de esta alegría y la intensa disposición a la actividad, son los caracteres de la manía, pero constituyen la antítesis de la depresión e inhibición, propias de la melancolía. Podemos atrevernos a decir que la manía no es sino tal triunfo, salvo que el yo ignora nuevamente qué y sobre qué ha conseguido ese triunfo.

La intoxicación alcohólica, que pertenece a la misma clase de estados, en tanto que es un estado de elación, puede explicarse de la misma forma."

"El contenido de la manía es idéntico al de la melancolía. Ambas afecciones lucharían con el mismo "complejo", el cual sojuzgaría al Yo en la melancolía, y quedaría sometido o apartado por el Yo en la manía (...) En la manía tiene que haber dominado el Yo la pérdida de objeto (o el duelo producido por dicha pérdida o quizá al objeto mismo), quedando así disponible todo el montante de contracarga que el doloroso sufrimiento de la melancolía había atraído del Yo y ligado. El maníaco nos evidencia su emancipación del objeto que le hizo sufrir, emprendiendo con hambre voraz nuevas cargas de objeto".

"El Ideal del yo se confunde periódicamente con su Yo, después de haber ejercido sobre él un riguroso dominio, (...) es indudable que en el maníaco el Yo y el Ideal del yo se hayan confundidos, de manera que el sujeto, dominado por un sentimiento de triunfo y de satisfacción, no perturbado por crítica alguna, se siente libre de toda inhibición y al abrigo de todo reproche o remordimiento."

En "Duelo y melancolía", el concepto freudiano de manía se centra en la noción de pérdida del objeto; el Yo domina dicha pérdida. En "Psicología de las masas...", Freud ve en ese dominio la huella de la indistinción, de la confusión entre Ideal del Yo y Yo. En El Yo y el Ello, la manía se articula como defensa contra la melancolía.

"La tristeza, por ejemplo, se la califica de depresión. (...) Pero no es un estado de ánimo, es simplemente una falta moral (...) una cobardía moral (...) Y lo que sigue, por poco que esta cobardía, por ser rechazo del inconsciente, vaya a la psicosis, es el retorno en lo real de lo que ha sido rechazado, del lenguaje; es la excitación maníaca por la que ese retorno se hace mortal."

La concepción lacaniana de la manía es del orden simbólico: la manía como no función del objeto a, lo que produce la falta de condensación del goce que normalmente se ubica en el objeto a. De este fenómeno se deriva la fuga de ideas, consistente en un defecto del punto de capitoné que fabrica una sucesión interminable de S1, en lugar de la articulación significante S1-S2 que representa al sujeto.

"Tantos hechos clínicos, tantos modos de funcionamiento diferentes; de ahí la necesidad de un estudio diferencial de la depresión, desde el psicoanálisis; de ahí proviene también la difracción del significante "depresión" en la clínica freudiana y lacaniana: duelo, angustia, inhibición, paso al acto, rechazo del inconsciente, melancolía, tristeza, cobardía moral, asco de sí mismo, dolor de existir, por no citar más que algunos pocos términos que reflejan los diferentes aspectos que revisten las depresiones.
La clínica psicoanalítica tiene pues que dar cuenta en términos de estructura de cada una de las muy diversas formas de depresión que encuentra, es decir, que debe elaborar cómo se inscribe cada sujeto, con su sufrimiento, en los modos de funcionamiento articulables. Esto corresponde, por ejemplo, a las maneras en que el sujeto se sostiene en la función de la castración, en que sitúa su relación con el objeto, así como su posición en relación al Otro, y esto tanto en lo que concierne a la queja que en ocasiones es lo que le lleva al psicoanálisis, como a los efectos depresivos que pueden producirse en el curso de la experiencia analítica misma."

Así describe Freud la clínica de la melancolía en "Duelo y melancolía" en 1915:
"La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo profundamente doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la disminución del amor propio. Esta última se traduce en reproches y acusaciones, de que el paciente se hace objeto a sí mismo, y puede llegar incluso a una delirante espera de castigo. Este cuadro se nos hace más inteligible cuando reflexionamos que el duelo tiene también estos caracteres."

"Hace falta seguir este texto (Duelo y melancolía) y entender lo que Freud nos indica de no sé qué decepción, que él no sabe definir, pero que está ahí. ¿Qué rasgos se dejan ver de un objeto tan velado, enmascarado, oscuro? El sujeto no puede prenderse a ninguno de los rasgos de este objeto que no se ve, pero nosotros, analistas, al seguir a este sujeto, podemos identificar algunos de ellos a los cuales el melancólico apunta como sus propias características. Yo no soy nada, no soy más que basura.
Noten que no se trata de la imagen especular. El melancólico no les dice que tiene mala pinta, o que tiene mal aspecto o que está torcido, sino que es el último de los últimos, que provoca catástrofes a toda su familia, etc. En esas autoacusaciones, está enteramente en el dominio de lo simbólico. Añádanle esto -está arruinado. ¿No está hecho esto para ponerles sobre el camino?".

El rasgo clínico más importante de la melancolía, y que le distingue del resto de estados depresivos, es la culpabilidad y el sentimiento profundo de indignidad. Es una certeza delirante de autoacusación que no concierne a la imagen especular sino que se encuentra enteramente en el terreno de lo simbólico.

J. Séglas señala la importancia de los "fenómenos fundamentales" en la melancolía. J. Cotard plantea los fenómenos de la melancolía bajo el ángulo de la negación.

"Mas, ¿en qué consiste la labor que el duelo lleva a cabo? A mi juicio podemos describirla de la manera siguiente: el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. (...) Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con el objeto es sucesivamente despertado y sobrecargado, realizándose en él la sustracción de la libido. (...) Al final de la labor del duelo, vuelve a quedar el Yo libre y exento de toda inhibición."

"La libido libre no fue desplazada sobre otro objeto, sino retraída al Yo, y encontró en éste una aplicación determinada, sirviendo para establecer una identificación del Yo con el objeto abandonado. La sombra del objeto cayó así sobre el Yo; este último a partir de este momento, pudo ser juzgado por una instancia especial, como un objeto, y en realidad como el objeto abandonado. De este modo se transformó la pérdida de objeto en una pérdida del Yo, y el conflicto entre el Yo y la persona amada, en una disociación entre la actividad crítica del Yo y el Yo modificado por la identificación."

"El análisis de la melancolía nos muestra ahora que el Yo no puede darse la muerte sino cuando el retorno de la carga de objeto le hace posible tratarse a sí mismo como un objeto; esto es, cuando puede dirigir contra sí mismo la hostilidad que tiene hacia un objeto; hostilidad que representa la reacción primitiva del Yo contra los objetos del mundo exterior."
"La miseria del melancólico constituye la expresión de una oposición muy aguda entre ambas instancias del Yo (Yo y Superyó o Ideal del Yo); oposición en la que el Ideal, sensible en exceso, manifiesta implacablemente su condena del Yo con la desvalorización y la autohumillación. (...) El objeto queda luego reconstituido en el Yo por identificación y es severamente juzgado por el Ideal del Yo. Los reproches y ataques dirigidos contra el objeto se manifiestan entonces bajo la forma de reproches melancólicos contra la propia persona."
"Volviendo a la melancolía, encontramos que el Superyó, extremadamente enérgico, y que ha atraído a sí la conciencia, se encarnece implacablemente contra el Yo, como si se hubiera apoderado de todo el sadismo disponible del individuo. (...) En el Superyó reina entonces la pulsión de muerte, que consigue con frecuencia, llevar a la muerte al Yo, cuando éste no se libra de su tirano refugiándole en la manía."
"El sujeto melancólico está condenado por la instancia exterior ya que está dividido por su propio goce, cuyo retorno está determinado por la forclusión del Nombre del Padre. El sujeto, golpeándose, manifiesta en el mismo golpe el registro de la identificación significante de la forclusión y el registro del goce."
Freud, en "Duelo y melancolía", considera como primordial en la melancolía el conflicto de ambivalencia. La identificación narcisista con el objeto produce que la sombra de éste recaiga sobre el Yo de una manera sádica. La pérdida del objeto, la ambivalencia y la regresión de la libido hacia el Yo son los mecanismos de acción en la melancolía. En "Psicología de las masas...", el Ideal del Yo condena y humilla al Yo identificado con el objeto. En El Yo y el Ello, Freud hace responsable a la pulsión de muerte del sadismo del Superyó.

"Este objeto a está habitualmente enmascarado detrás del i(a) del narcisismo; que el i(a) del narcisismo esté allí para que en el cuarto nivel el objeto a sea enmascarado, desconocido en su esencia, es eso lo que necesita el melancólico para pasar, pudiera decirse a través de su propia imagen, y atacándola de entrada para poder llegar a alcanzar en este objeto a que le trasciende, aquello cuyo dominio se le escapa, aquello cuya caída le arrastrará en la precipitación, el suicidio, con este automatismo, este mecanismo, este carácter necesario y fundamentalmente alienado con el cual ustedes saben que hacen los suicidios los melancólicos, no en cualquier cuadro: y si ocurre tan a menudo por la ventana, no es por azar, es el recurso a una estructura que no es otra que aquélla que yo acentúo como la del fantasma."

Una morada constelada


Siempre miras hacia ese lugar
procurándote un alimento
que alivie tu necesidad
y de paso a la lejana estrella
esa que te robaron
y perdiste en el camino
tu buena estrella abandonada
parte de tus propiedades dejadas en la intemperie
y tú, continuas el camino
queriendo encontrar a un hombre
que te ayude a explorar los secretos íntimos
allá sólo los más atrevidos han entrado
y salieron con vergüenza
de un terreno donde las estrellas se hicieron constelaciones


El Lobo Estepario se dirige a la mujer que le enseña a bailar -semana dedicada al Lobo Estepario de Hermann Hesse. RCS.

sábado, 18 de abril de 2009

El rescate del Lobo Estepario

En el claro de un bosque fundimos nuestro recuerdo
Queriendo atravesar las fronteras de nuestro ser
Siendo otros, atravesados de territorios paralelos
Recordando el infinito que tenemos en el horizonte
Es como viajar por un camino de dulces
El atisbar la esperanza entre los árboles
Y poder llegar así a ser un sueño proyectado
En la pantalla eterna,
Dibujado entre la bruma
Rodeado de esos fantasmas que en la soledad me dejan
Huidizo y esquivo
Perdido entre el ruido de la desesperanza y el clamor del dolor
Allí levantados, en nuestra atalaya continuamos al margen
De ese mundo maldito del que me rescataste.

Rodrigo Córdoba Sanz

viernes, 17 de abril de 2009

Cerrado y rodeado de un muro especular
siento el hálito de la presencia de otro en la nuca
y me estremezco lleno de miedo y apremio
por mirar los ojos de aquél
que me mira desde detrás
y dejo la nuca desnuda
y el alma maltrecha gime mirando alrededor
y luego pienso, y sigo pensando
no puedo hacer otra cosa
y por eso muero, en cada contacto muero
rodeado de todos y tan solo
hablando y en silencio muero
es la ventana a la vida lo que me rodeará
un buen día del amor de un cielo hermoso
que podré contemplar y así abrir
un pedazo de mi corazón y tal vez
un hueco entre tú y yo
para compartir un instante de mi miserable vida.

Semana inspirada en "El Lobo Estepario"

Esquemas Cognitivos: diarios

ABORDAR LOS ESQUEMAS.
Utilizando las distorsiones cognitivas del paciente como indicadores de los esquemas, el paciente primero ayuda a identificar las reglas disfuncionales que
gobiernan su vida. El terapeuta ayuda a modificar esos esquemas para un funcionamiento más adaptativo. En el trabajo con los esquemas el terapeuta dispone
de varias opciones:
A- Reestructurar las etiquetas diagnósticas: traducir el rótulo diagnótico del paciente a términos operacionales. Por ejemplo, el estilo esquizoide puede escribirse como “muy individualista” o “no dependiente de otras personas”; el trastorno de personalidad por dependencia por “la fuerte creencia en el valor de aferrarse a otros” “ en gran énfasis en la importancia de ser una persona más sociable”. Se le puede ofrecer al paciente una descripción no crítica, adaptada a su particular sistema de creencias.
B- Reestructuración esquemática. Se puede comparar con una renovación urbana. Un
ejemplo sería convertir a un individuo con trastorno paranoide de personalidad en una
persona más confiada. Para construir nuevos esquemas se pueden emplear diversas técnicas:
• Diarios. Para organizar y almacenar las nuevas observaciones. Por ejemplo, una persona que cree “ soy un Inepto” puede llevar un cuaderno dividido en varias secciones, rotuladas “trabajo”, “vida social”, “paternidad”, “en soledad”. Día tras día registrará en cada sección pequeños ejemplos de aptitud. El terapeuta ayuda al paciente a identificar esos ejemplos y controla la reguralidad del registro. El paciente repasa el cuaderno para contrarrestar su creencia absoluta en el esquema negativo en momentos de estrés o fracaso, cuando las creencias negativas familiares se activan enérgicamente.
• Diarios predictivos. Sirve para debilitar los esquemas negativos y respaldar la
necesidad de esquemas alternativos. En los diarios predictivos el paciente prevé lo que sucederá en ciertas situaciones si sus esquemas negativos son correctos. Después escribe lo que ocurrió realmente y lo compara con lo previsto. Por ejemplo, una mujer con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad creía que cada día le aguardaban catástrofes terribles y que ella era totalmente inepta para enfrentarlas. Llevó un diario en el que enumeraba en la primera columna todas las catástrofes previstas. En la segunda columna anotaba si la catástrofe se había producido o no, y también cualquier catástrofe imprevista que hubiera sucedido realmente. En la tercera columna evaluaba su manejo de las catástrofes reales. Al cabo de un mes, esta mujer repasó su diario y descubrió que de cada cinco catástrofes previstas sólo una se producía realmente, y que ella podía manejarla con un 70% de aptitud.
• Diario de esquemas viejos y nuevos. Un tercer tipo de diario analiza más
activamente las experiencias cotidianas en los términos de los esquemas viejos
y nuevos. Los pacientes que han empezado a creer en sus esquemas nuevos más adaptativos, evalúan los incidentes críticos durante la semana. Por ejemplo, una paciente que creía no ser agradable si no gustaba a otros, analizó las experiencias cotidianas en las que se activaba su vieja creencia. Durante un incidente criticó a un empleado por su bajo rendimiento en el trabajo. En el diario escribió: “ Pareció molesto conmigo porque critiqué su trabajo. Con mi antiguo esquema habría sentido que era terrible y demostraba ser incapaz de agradar. Ahora puedo ver que es mi responsabilidad corregir el trabajo, y si él se enojó conmigo es cosa suya. No necesito que todos estén constantemente contentos conmigo para sentir que puedo gustar.
Los diarios de esquemas ayudan a erigir esquemas más adaptativos, aseguran que las siguientes experiencias los refuercen y contrarrestan los viejos esquemas no adaptativos en el procesamiento de los hechos nuevos y la reformulación de los antiguos.

Dr. G: Tractatus Ilogico-phenomena


En un receso de la euforia llega la tristeza y allí la ideación paranoide. Un elemento de la vida externa puede servir como catalizador de una infeliz vida de tedio infame. La vida es gris, a veces oscura, peligrosa. Barro y agua azotan la cara y el futuro incierto colapsa el pensamiento, anegando la conciencia, la esperanza y la sensibilidad.
El uso del fruto interior viene dado por otro, recién conocido, allegado, demonizado e idealizado, perseguidor y biógrafo. Un reciente descubrimiento del fantástico mundo de ensueño donde consigo todo con un chasqueo de dedos, sin embargo cuando el mundo externo se vuelve hacia mí, como la sombra alargada de un ladrón en un callejón temo y me repliego. Hacia un refugio psíquico donde puedo estar en paz, calmar mi sed de protección y horadar el fuero interno de algo de afecto propio, bastante ambiguo, ambivalente e injusto, por cierto.
Así que de este modo tiemblo rodeado de seres sencillos, que cometen atrocidades, desde guerras hasta la común y corriente manipulación, desde el engaño hasta el fastidio, desde el ataque hasta la fuga. "Siempre jodiendo" decía mi amigo. Y allí estoy en esa tierra de nadie donde yo tampoco pertenezco, tan sólo mis pensamientos frutos extraños de una salida de mi mente al léxico de la realidad. Y qué importa la realidad externa en definitiva, no tiene mayor valor que el de frustrar con el injusto principio de realidad para aburridos terrícolas cansados de imaginar, desde el holocausto de la imaginación crece el cáncer de la nostalgia y la hecatombe social. Así que creo vivir acorde a esa realidad externa, un mundo que se presume francamente terrible. Y luego me dicen que vaya a graduarme la vista. ¡Tendrán Valor!

El Dr. G nos expone su "Tractatus"

jueves, 16 de abril de 2009

Tractac del Lobo Estepario

No para cualquiera


Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no pudo conseguirlo. Acaso ello proviniera de que en el fondo de su corazón sabía (o creía saber) en todo momento que no era realmente un ser humano, sino un lobo de la estepa…
Si Harry quisiera tratar de determinar en cada instante aislado de su vida, en cada uno de sus actos, en cada una de sus sensaciones, qué participación tuviera el hombre y cuál el lobo, se encontraría en un callejón sin salida y se vendría abajo toda su bella teoría del lobo. Pues no hay un solo hombre, ni siquiera el negro primitivo, ni tampoco el idiota, tan lindamente sencillo que su naturaleza pueda explicarse como la suma de dos o tres elementos principales.; y querer explicar a un hombre precisamente tan diferenciado como Harry con la división pueril en lobo y hombre es un intento infantil desesperado. Harrry no está compuesto de dos seres, sino de ciento, de millares. Su vida oscila (como la vida de todos los hombres) no ya entre dos polos, por ejemplo en instinto y el ala, o el santo y el libertino, sino que oscila entre millares, entre incontables pares de polos….
Cuando Fausto dice aquella sentencia tan famosa entre los maestros de escuela y admirada con tanto horror por el filisteo: “Hay viviendo dos almas en mi pecho”…
Si observamos desde este punto de vista (budismo) al lobo estepario, nos explicamos por qué sufre tanto bajo su ridícula duplicidad. Cree, como Fausto, que dos almas son ya demasiado para un solo pecho y habrían de romperlo. Pero, por el contrario, son demasiado poco, y Harry comete una horrible violencia con su alma al tratar de explicársela de un aspecto tan rudimentario…En el “hombre” mete todo lo espiritual, sublimado o, por lo menos, cultivado, que encuentra dentro de sí, y en el “lobo” todo lo instintivo fiero y caótico…
Que hombres de tales posibilidades salgan del paso con lobos esteparios y “hay viviendo dos almas en mi pecho”, es tan extraño y entristecedor como que muestren con frecuencia aquella afición cobarde a lo burgués. Un hombre capaz de comprender a Buda, un hombre que tiene noción de los cielos y los abismos de la naturaleza humana, no debería vivir en un mundo en el que domina el common sense, la democracia y la educación burguesa.

Herman Hesse.

Lobo Estepario (a)

Tratado del Lobo Estepario, Rodrigo Córdoba

El lobo se llama Dr. G, se trata de un individuo que es Doctor y Lobo, es estudioso de las ciencias sociales y de las biológicas. El tiene un nombre y un apellido pero es un lobo y un hombre, quizá demasiado torpe es el referirnos para ser complejo a esa esquemática representación del splitting del yo. No hay mismidad sino que funcionan múltiples yo, una parte instintiva, el lobo, que piensa análogamente a Hobbes: “el hombre es un lobo para el hombre”, frase robada. Y que tal vez se ve en una esfera de élite. Después hay otra piel de la cebolla, el enfermo, el que se sabe enfermo, esa persona lucha denodadamente por liberarse de un estigma que le encierra en un margen sociolaboral restringido, con unas perspectivas de futuro poco halagüeñas. Después está el hombre amante, marido y amigo. Volcado al otro y tratando de ayudar.
Claro que esto resulta sencillo, demasiado simple, porque la hendidura y la ruptura biográfica deja en un mosaico de partes desconectadas al individuo, funcionando a cada temporada de un modo distinto, siendo muy difícil que permanezca durante un tiempo moderado la misma imagen del self o de los demás.
Mirarse hacia dentro supone ver un lobo y un hombre, una parte racional y otra irracional, un mundo de vigilia y otro de sueños, una parte de sentido y otra de nonsense, una parte hiperrealista y otra naïf.
El Dr. G puede alternar entre ser un genial tipo a no hacer aprecio, del apasionamiento a ignorar, del cariño al desprecio, del todo a la nada. A veces parece como si las fuentes de amor fueron tan escasas que sólo puede realizar las catexias libidinales con el mundo externo con fatigosos esfuerzos de empaquetar piezas. El Dr. G entra en Teatros Mágicos donde sólo él puede leer los letreros, la gente queda absorta ante la capacidad del increíble Dr. G. Y una vez allí el puede lograr verse y ver lo de fuera de un modo completamente distinto. Ese Teatro está siempre a su alcance, se trata de un Teatro mágico, con invitaciones para los más allegados, pero las más de las veces sólo se dan cuenta de que está allí porque regresa a casa hinchado, despistado u otros signos.
Él está dividido en múltiples partes, pero eso sólo lo sabe su amigo Hermann Hesse, quien sabe que Harry es una persona que solitario e incomunicado, se siente extraño y extrañado en un mundo insolidario y atomizado.

Rodrigo Córdoba Sanz.

Robert Graves: Dioses y Héroes de la Antigua Grecia

Los trabajos de Heracles
XVIII
Heracles, a quien los romanos llamarían Hércules, era hijo de Zeus y de Alcmena, una princesa de Tebas. Hera, enojada porque Zeus había llevado a cabo otro de sus casamientos con mujeres mortales, envió dos horrorosas serpientes para que mataran a Heracles cuando aún era un bebé. Heracles y su hermano gemelo Ificles dormían en un escudo que les servía de cuna, cuando las serpientes reptaron hacia ellos. Ificles gritó y rodó fuera del escudo. Pero Heracles, un niño inmensamente fuerte, cogió las serpientes por el cuello, una en cada mano, y las estranguló.
Cuando era un muchacho, Heracles se interesaba más por la lucha que por la lectura, la escritura o la música. También prefería la carne asada y el pan de cebada a los pasteles de miel o de frutas. Pronto, se convirtió en el mejor arquero, el mejor luchador y el mejor boxeador que existía. Cuando Lino, su profesor de música, le pegó por no prestar atención a las escalas, Heracles le golpeó con una lira hasta matarlo. Acusado de asesinato, Heracles dijo sencillamente:
—Lino me pegó primero. Sólo me defendí.
Y los jueces lo absolvieron.
Euristeo, el gran rey de Grecia, quería desterrar a Anfitrión, rey de Tebas y, ahora, padrastro de Heracles. Pero éste, noblemente, se ofreció a Euristeo para ser su esclavo durante noventa y nueve meses, si permitía que Anfitrión se quedase y conservara el trono. Hera advirtió a Euristeo:
—Acepta, pero encarga a Heracles los diez trabajos más peligrosos que puedas elegir, y que los cumpla todos dentro de los noventa y nueve meses. Lo quiero muerto.
El primer trabajo que Euristeo ordenó a Heracles fue matar al león de Nemea, una enorme bestia, cuya piel era resistente a la piedra, al cobre y al hierro. Aquel monstruo vivía en una cueva en las montañas. Primero, Heracles le lanzó flechas, pero éstas rebotaron sin hacerle daño. Luego, cogió su gran maza de madera de olivo y le golpeó en la cabeza, pero lo que se rompió fue el arma. El león sólo movió su cabeza, porque había oído un ligero ruido, bostezó y volvió a su gruta. Esta cueva tenía dos entradas. Heracles tapó la más pequeña con una red de bronce, entró por la grande y cogió al león por la garganta. Aunque el animal le arrancó el dedo corazón de la mano izquierda de un mordisco, Heracles consiguió meter la cabeza del león bajo el brazo derecho y aplastarla hasta que la bestia murió. Heracles despellejó al león usando una de las garras del mismo animal como cuchillo y luego se cubrió con la piel. Después, se fabricó una nueva maza de madera de olivo y se presentó ante Euristeo.
El segundo trabajo era mucho más peligroso: matar a la monstruosa hidra de los pantanos de Lerna. Esta bestia tenía el cuerpo grande, como el de un perro, y ocho cabezas de serpiente con largos cuellos. Heracles le disparó flechas ardiendo cuando salía de su agujero bajo las arenas de un pantano. Luego, corrió hacia ella y le golpeó las ocho cabezas. Pero conforme las aplastaba, iban apareciendo otras en su lugar. Un escorpión, enviado por Hera, se le acercó rápidamente y le mordió el pie: Heracles lo aplastó de un pisotón. Al mismo tiempo, desenvainó su afilada espada de empuñadura de oro y llamó a Yolao, el conductor de su carro. Yolao trajo inmediatamente una antorcha y, cuando Heracles cortaba una cabeza, sellaba el cuello con fuego para evitar que surgiera una nueva. Fue el final de la hidra. Heracles mojó sus flechas en su sangre venenosa. Quien fuera herido con ellas moriría dolorosamente.
El tercer trabajo fue capturar la cierva de Cerinia, una cierva blanca con pezuñas de bronce y cuernos de oro, que pertenecía a la princesa Artemisa. Heracles tardó un año entero en encontrarla. La persiguió por montañas y valles de toda Grecia, hasta que al final le disparó una flecha sin veneno, cuando pasó corriendo cerca de él. La flecha se clavó entre el tendón y el hueso de sus patas delanteras, que quedaron ensartadas, sin derramar una sola gota de sangre. Cuando tropezó y cayó, Heracles la apresó, le extrajo la flecha y se la llevó a Euristeo sobre los hombros. Artemisa se habría enfurecido si Heracles hubiera dañado a su cierva y, además, lo perdonó por su certero flechazo. Después, Euristeo liberó a la cierva.
El cuarto trabajo fue apresar al jabalí de Erimanto, una enorme criatura con unos colmillos como los de un elefante y una piel resistente a las flechas. Heracles lo persiguió por las montañas de aquí para allá, en invierno, hasta que quedó atrapado en un gran montículo de nieve. Allí, saltó sobre él y le ató las patas delanteras a las traseras. Cuando Euristeo vio a Heracles cargando el jabalí a su espalda por la avenida de palacio, huyó y se escondió en una gran vasija de bronce.
El quinto trabajo fue limpiar el inmundo establo del rey Augías en un solo día. Augías tenía muchos millares de animales y nunca se había preocupado de eliminar sus excrementos. Euristeo le encargó esta tarea a Heracles sólo para molestarlo, esperando que se cubriera de inmundicia, cuando cargara el estiércol en las cestas para llevárselo.
Augías sonrió a Heracles con desprecio:
—Te apuesto veinte vacas contra una, a que no puedes limpiar el establo en un solo día.
—De acuerdo —dijo Heracles.
Blandió su maza, derribó la pared del establo, cogió un pico y cavó rápidamente unos canales profundos desde dos ríos cercanos. El agua de los ríos atravesó el establo y lo dejó limpio en un momento.
Como sexto trabajo, Euristeo le dijo a Heracles que expulsara ciertas aves caníbales con plumas de bronce del lago Estínfalo. Estos animales parecían grullas, pero tenían picos capaces de hacer pedazos una coraza de hierro. Heracles no podía nadar en los pantanos, porque el agua estaba turbia, y tampoco podía cruzarlos caminando, porque el barro no aguantaría su peso. Cuando disparó a los pájaros, las flechas rebotaron en sus plumas.
La diosa Atenea se le apareció entonces y le dio un unos címbalos de bronce.
—¡Agítalos! —le ordenó.
Heracles lo hizo y las aves levantaron el vuelo, aterrorizadas. Disparó, mató a docenas de ellas, ya que en la parte inferior de sus cuerpos no tenían plumas de bronce, y las obligó a huir en dirección al mar Negro. Ninguna volvió jamás.
El séptimo trabajo fue capturar un toro que aterrorizaba Creta. Perseguía granjeros y soldados, destruía cabañas y almacenes, arrasaba campos de maíz, y asustaba a mujeres y niños. Este animal había aparecido cuando el hijo de Europa, Minos, dijo a los cretenses:
—¡Soy el rey de esta isla! ¡Dejemos que los dioses me envíen una señal para probarlo!
Mientras hablaba, los cretenses vieron cómo un toro muy blanco de cuernos dorados salió nadando del mar. Pero en lugar de sacrificar el hermoso animal a los dioses, como era deber, Minos lo conservó y sacrificó otro. Así que Zeus lo castigó, permitiendo que el toro escapara y causara desgracias en toda Creta.
Heracles siguió al toro hasta un bosque. Allí, se subió a un árbol, esperó que el animal pasara y saltó sobre su lomo. Tras un difícil forcejeo, consiguió clavarle una anilla en la nariz y, cruzando el mar con unas riendas atadas a su morro, se lo llevó a Euristeo.
El octavo trabajo fue capturar las cuatro yeguas salvajes del rey Diomedes de Tracia. Diomedes alimentaba a estas yeguas con la carne de los extranjeros que visitaban su reino. Heracles viajó hasta Tracia y se acercó al palacio real; fue directo a las cuadras de Diomedes, echó a los mozos y condujo a las yeguas, que se caían y coceaban, hasta la costa. Alertado por el ruido, Diomedes llamó a los guardias de palacio y salió en su persecución. Heracles dejó las yeguas a cargo de su mozo Abdero y volvió para luchar. La batalla fue corta. Dejó sin sentido a Diomedes con su maza e hizo que las yeguas se lo comieran vivo, como venganza por la muerte de Abdero que, poco antes, al no haber podido controlar a las yeguas, había sido devorado por las mismas. Antes de marcharse, Heracles también instituyó unos juegos fúnebres anuales, en memoria de Abdero. Ya de regreso, cuando Heracles vio que su barco era demasiado pequeño para que cupieran las cuatro yeguas, las enjaezó al carro de Diomedes, abandonó el barco y volvió, de este modo, a casa, cruzando Macedonia.
El noveno trabajo fue conseguir el famoso cinturón de oro de Hipólita, la reina de las amazonas que vivía en la costa sur del mar Negro, y regalárselo a la hija de Euristeo. Heracles llegó a Amazonia sin novedad. Allí, la reina Hipólita se enamoró de él y podría haber conseguido el cinturón como un simple regalo. Sin embargo, la diosa Hera, con rencor, se disfrazó de amazona y esparció el rumor de que Heracles había venido para secuestrar a Hipólita y llevársela a Grecia. Las amazonas, indignadas, montaron en sus caballos y fueron a rescatarla, lanzando flechas contra Heracles, mientras se acercaban. Aunque Heracles rechazó el ataque, Hipólita resultó muerta en la confusión de la batalla. Así que Heracles cogió el cinturón de su cadáver y se fue apenado. Le hubiera gustado casarse con Hipólita y le molestó mucho tener que darle el cinturón a la hija de Euristeo.
El décimo trabajo de Heracles fue robar un rebaño de bueyes del rey Geríones, que vivía en una isla cerca de la corriente de Océano. Geríones tenía tres troncos con sus respectivas cabezas, pero un solo par de extremidades. Hera esperaba que Heracles fracasara en este último trabajo o, al menos, que no tuviera tiempo de cumplirlo, antes de que expirara el plazo de noventa y nueve meses. Cuando llegó al extremo occidental del mar Mediterráneo, donde España y África se unían en aquel tiempo, Heracles abrió un estrecho entre ellas. Los acantilados de cada lado se llaman, aún hoy, las Columnas de Hércules. Luego, navegó adentrándose en el Océano, en una barca de oro que le prestó el Sol y usando la piel de león como vela. Cuando llegó a la isla de Geríones, Heracles fue atacado por un perro bicéfalo y por un pastor de Geríones, a los que abatió de un mazazo. Finalmente, Geríones salió corriendo de su palacio, como si se tratase de una fila formada por tres hombres. La diosa Hera, entonces, intentó ayudar a Geríones deslumbrando con un espejo a Heracles, pero éste esquivó el destello y mató a Geríones con una flecha, que atravesó a la vez los tres troncos. Luego, disparó también contra Hera, hiriéndola en un hombro. La diosa se fue entonces volando a suplicar a Apolo y a Artemisa, para que le extrajeran la flecha y la curaran.
Heracles cruzó los Pirineos con los bueyes y recorrió la costa meridional de Francia. Pero en los Alpes, un mensajero de Hera le dio a propósito una orientación errónea. Giró hacia el este y bajó hasta el estrecho de Mesina, antes de darse cuenta de que estaba en Italia y no en Grecia. Muy enfadado, se dio media vuelta y perdió todavía más tiempo en lo que hoy es Trieste, porque Hera envió tábanos, para que picasen a los bueyes en sus partes más sensibles. Los animales salieron de estampida hacia oriente y Heracles tuvo que seguir sus huellas durante ochocientos o mil kilómetros hasta Crimea, donde una horrible mujer con cola de serpiente le prometió ponerlos en la dirección correcta, con la condición de que la besara tres veces. Heracles lo hizo, aunque de muy mala gana, y por fin llegó a Grecia sano y salvo con los bueyes, justo cuando terminaba el plazo de noventa y nueve meses.
Ahora, Heracles debía ser liberado pero, aconsejado por Hera, Euristeo le dijo:
—No has cumplido correctamente mi segundo trabajo, porque pediste ayuda a Yolao, para matar la hidra. Y tampoco hiciste bien el quinto trabajo, porque Augías te pagó por limpiar su establo.
—¡Qué injusticia! —gritó Heracles—. Pedí ayuda a Yolao, porque Hera intervino: envió un escorpión para que me mordiera el pie. Y, aunque es cierto que Augías apostó conmigo veinte reses contra una a que no podría limpiar su establo en un día, yo hubiera hecho el trabajo de todos modos.
—¡No discutas, por favor! Hiciste la apuesta, de manera que, en lugar de trabajar sólo para mí, conseguiste veinte cabezas de ganado de otro hombre.
—¡Tonterías! Augías no me pagó. Dijo que yo no había limpiado el establo, que lo había hecho un dios-río.
—Tenía razón. El trabajo no lo hiciste tú. Debes hacer dos más, pero puedes dedicarles el tiempo que necesites.
—De acuerdo —dijo Heracles—. Y si vivo para cumplirlos, le sucederá lo peor a tu familia.
Euristeo había planeado dos nuevos trabajos muy peligrosos. El primero era conseguir las manzanas de oro de las hespérides, ninfas que vivían en el Lejano Occidente. Estas manzanas eran el fruto de un árbol que la Madre Tierra le ofreció a Hera como regalo de boda. Las hespérides, hijas del titán Atlas, cuidaban del árbol, y Ladón, un dragón que nunca dormía, lo vigilaba dando vueltas a su alrededor.
Heracles viajó al Cáucaso para pedir consejo a Prometeo. Éste le dio la bienvenida y le dijo:
—Por favor, ahuyenta a esa águila; no me deja pensar con claridad.
Heracles ahuyentó el águila, pero además disparó contra ella y la mató. Luego, pidió a Zeus que perdonara a Prometeo. Zeus decidió que el castigo ya había durado bastante y permitió que Heracles rompiera las cadenas, pero ordenó a Prometeo que llevara siempre un anillo de hierro en un dedo. Así fue cómo los anillos se pusieron de moda por primera vez.
Prometeo advirtió a Heracles: le dijo que no recogiera las manzanas él mismo, porque cualquier mortal que lo hiciera moriría en el acto.
—Convence a algún inmortal para que las recoja —le sugirió.
Tras una fiesta de despedida, Heracles partió por mar hacia Marruecos y, al llegar a Tánger, caminó tierra adentro hasta el lugar donde Atlas, el titán rebelde, sostenía la bóveda celeste. Heracles le preguntó:
—Si me hago cargo de tu trabajo durante una hora, ¿querrías recoger para mí tres manzanas del árbol de tus hijas?
—Claro —dijo Atlas—, si tú matas antes al dragón que nunca duerme.
Heracles apuntó con su arco por encima del muro del jardín y mató al dragón. Luego, se puso de pie detrás de Atlas y, separando las piernas, se colocó todo el peso de la bóveda celeste sobre la cabeza y los hombros. Atlas trepó por el muro, saludó a sus hijas, robó las manzanas y le gritó a Heracles:
—Hazme el favor de quedarte aquí un poco más, mientras le llevo estas tres manzanas a Euristeo. Con mis enormes piernas, estaré de vuelta dentro de una hora.
Heracles, que sabía que Atlas nunca entregaría las manzanas a Euristeo y que su idea era la de rescatar a los demás titanes para empezar una nueva rebelión, simuló que le creía.
—Encantado —contestó—, pero antes sosténme un momento el peso, mientras doblo esta piel de león y me hago un cojín para la cabeza.
Atlas dejó las manzanas en el suelo e hizo lo que le pedía Heracles. Éste entonces recogió las manzanas y, antes de irse, le dijo:
—Has intentado engañarme —le comentó, riéndose—, pero yo te he engañado a ti. ¡Adiós!
Cuando regresaba a casa cruzando Libia, un gigante llamado Anteo, hijo de la Madre Tierra, desafió a Heracles a un combate. Heracles se embadurnó por completo de aceite para que Anteo no pudiera sujetarlo con firmeza. Anteo, en cambio, se restregó el cuerpo con tierra. Cada vez que Heracles tumbaba a Anteo, veía sorprendido cómo el gigante se levantaba más fuerte que antes, porque el contacto con su madre, la Tierra, le renovaba su fuerza. Heracles vio lo que tenía que hacer: levantó a Anteo del suelo, le rompió las costillas y lo mantuvo separado de la Madre Tierra hasta que murió. Un mes después, Heracles le entregó las manzanas a Euristeo sin novedad.
El último y peor de los trabajos fue capturar al can Cerbero y arrastrarlo a la superficie desde el Tártaro. Al recibir esta orden, Heracles fue a Eleusis para purificarse. Allí se celebraban los misterios de Deméter. Limpio de todo pecado, Heracles bajó con valentía hasta el Tártaro, pero Carente no quiso transportar a un mortal hasta la otra orilla de la laguna Estigia.
—Destruiré tu barca —le amenazó Heracles— y te cubriré de flechas como un erizo está cubierto de púas.
Caronte tembló de terror y lo llevó al otro lado. Más tarde, Hades castigó a Caronte por su cobardía.
Heracles vio a Teseo y Pirítoo pegados al banco de Hades, mientras las furias los azotaban. Tiró de Teseo con enorme fuerza y lo arrancó del asiento, pero Teseo perdió un buen trozo de espalda. Luego, vio que era imposible liberar también a Pirítoo, si no era con un hacha, así que lo dejó allí.
Perséfone salió corriendo del palacio y cogió a Heracles de las manos:
—¿Puedo ayudarte, querido Heracles? —preguntó.
—Majestad, te ruego que me prestes a tu perro guardián durante unos días. Podrá volver a casa enseguida, cuando se lo haya enseñado a Euristeo.
Perséfone dirigió sus ojos hacia Hades:
—Por favor, esposo, concede a Heracles lo que pide. Esta tarea le ha sido encomendada por consejo de tu cuñada Hera. El promete no quedarse con nuestro can Cerbero.
—Muy bien —respondió Hades—, y puede llevarse también a ese loco de Teseo, ya que está aquí. Pero tiene la obligación de domar a Cerbero, sin usar ni la maza ni las flechas.
Hades creyó que esta condición haría imposible el trabajo, pero la piel de león de Heracles era resistente a los pinchazos de las púas del lomo de Cerbero, así que Heracles, con sus fuertes manos, apretó el pescuezo del can, hasta que sus tres cabezas se oscurecieron. Cerbero entonces se desmayó y Heracles pudo arrastrarlo con facilidad. Por desgracia, el único túnel de vuelta a la Tierra lo bastante ancho era uno que tenía la salida cerca de Mariandinia, junto al mar Negro, así que a Heracles le esperaba un viaje largo y difícil. Antes de partir, Heracles cogió una rama de laurel blanco como trofeo y se la colocó como si fuera una corona.
Cuando Heracles apareció arrastrando a Cerbero con una correa, Euristeo se dio un susto de muerte.
—Gracias, noble Heracles —dijo—; ahora, quedas liberado de tus trabajos. Pero, por favor, devuelve esa bestia enseguida.
Heracles volvió a Tebas, donde su madre Alcmena lo recibió con alegría. Pero Hera ideó un astuto plan. Le dijo a Autólico que robara un rebaño de yeguas y potros moteados a un hombre llamado Ifito, que les cambiara el color y que se los vendiera a Heracles. Así lo hizo. Ifito siguió el rastro de las pezuñas de su rebaño hasta Tirinto y le preguntó a Heracles si, por casualidad, se había llevado él las yeguas. Heracles acompañó a Ifito hasta lo más alto de una torre y, muy serio, le dijo:
—¡Mira a tu alrededor! ¿Ves alguna yegua moteada en mis pastos?
—No —contestó Ifito—. Pero sé que están cerca de aquí. Heracles perdió la paciencia, al verse considerado un ladrón y un mentiroso, y arrojó a Ifito por encima de las almenas.
Los dioses condenaron a Heracles a ser esclavo de la reina Onfalia de Lidia; el dinero por su venta, que Hermes había acordado, fue para los huérfanos de Ifito. Onfalia, que no sabía quién era Heracles, le preguntó por sus habilidades.
—Sé hacer lo que tú quieras, señora —contestó él enseguida.
La reina, entonces, le hizo vestirse de mujer con unas enaguas amarillas, le dio una rueca y le enseñó a hilar lana. A Heracles le pareció un trabajo muy descansado. Un día, un dragón gigantesco empezó a comerse a los súbditos lidios de Onfalia, así que ésta le dijo a Heracles:
—Pareces fuerte. ¿Te atreves a luchar contra el dragón?
—A tu servicio, señora.
Los dragones no eran nada para Heracles e inmediatamente disparó una flecha envenenada entre las mandíbulas del dragón y lo mató. Onfalia le devolvió la libertad, como muestra de agradecimiento.
Más tarde, Heracles se casó con una princesa llamada Deyanira, hija del dios Dionisos, y fundó los juegos olímpicos, que debían celebrarse cada cuatro años, mientras existiera el mundo. Estableció que los vencedores de cada competición serían obsequiados con coronas de laurel, en lugar de los valiosos trofeos habituales, porque tampoco a él le habían pagado nada por sus trabajos. Nadie se atrevió a luchar jamás contra Heracles, lo que defraudó a los espectadores. No obstante, un día, el rey Zeus se dignó a bajar del Olimpo. Él y Heracles mantuvieron una formidable pelea que terminó en empate y todo el mundo quedó encantado.
Heracles se vengó de los reyes que le habían despreciado cuando llevaba a cabo sus trabajos, incluyendo a Augías, y mató a tres hijos de Euristeo. Zeus le prohibió atacar al propio Euristeo, porque hubiera sido un mal ejemplo para otros esclavos liberados. El dios-río Aqueloo desafió a Heracles a un combate y perdió un cuerno durante la lucha. Heracles también peleó contra el dios Ares y lo mandó cojeando de vuelta al Olimpo.
Un día, un centauro llamado Neso se ofreció para ayudar a la esposa de Heracles, Deyanira, a cruzar un río desbordado, por una pequeña suma de dinero. Heracles le pagó, pero cuando Neso alcanzó la otra orilla se puso a correr con Deyanira en los brazos. A ochocientos metros de distancia, Heracles le disparó una de las flechas untadas con la sangre de la hidra. Agonizante, Neso le susurró a Deyanira:
—Recoge un poco de mi sangre en esta jarra pequeña de aceite. Si alguna vez Heracles ama a otra mujer más que a ti, dispondrás de un hechizo que funcionará seguro. El aceite mantendrá mi sangre fresca. Tírasela en la camisa. No te será nunca más infiel. ¡Adiós!
Deyanira siguió el consejo de Neso.
Estando al servicio de Euristeo, Heracles había participado en un concurso de tiro con arco organizado por el rey Eurito de Ecalia, cuyo premio era su hija Yole. Eurito alardeaba de ser el mejor arquero de Grecia y le sentó muy mal el verse derrotado por Heracles, así que gritó:
—Mi hija es una princesa. No puedo aceptar que se case con un esclavo de Euristeo. La competición queda anulada.
Heracles recordó este insulto años más tarde, así que saqueó Ecalia y mató a Eurito. Raptó a Yole y a sus dos hermanas, y las puso a fregar suelos y cocinar. Deyanira, entonces, tuvo miedo de que Heracles se enamorara de Yole, que era muy hermosa. Y cuando él le envió un mensajero pidiéndole su camisa mejor bordada, Deyanira pensó: «Se la quiere poner cuando se case con Yole». Fue entonces cuando esparció un poco de la sangre de Neso en el bordado rojo de la camisa, donde no se notaba, y se la dio al mensajero.
En realidad, Heracles necesitaba la camisa para un sacrificio de acción de gracias a Zeus, por la captura de Ecalia. En cualquier caso, cuando Heracles se puso la camisa y estaba vertiendo vino en el altar, sintió de repente como si unos escorpiones le estuvieran picando. El calor de su cuerpo había derretido el veneno de la hidra que había en la sangre de Neso. Heracles gritó, vociferó, chilló, golpeó el altar y trató de quitarse la camisa, pero se arrancó también grandes jirones de piel. Su sangre silbaba al contacto con el veneno. Entonces, saltó a un río, pero el veneno le quemaba aún más que antes. Heracles supo en ese momento que estaba condenado y pidió a sus amigos, con voz débil:
—Por favor, llevadme al monte Eta y construid una pira con madera de roble y de olivo.
Ellos, llorando, obedecieron. Heracles trepó hasta la plataforma que había encima y tranquilamente se tumbó sobre su piel de león y usó su maza como almohada. Ardió hasta morir. El fuego dolía mucho menos que el veneno de la hidra.
Zeus, que se sintió muy orgulloso de su valiente hijo, les dijo a los dioses del Olimpo:
—Heracles será nuestro portero y se casará con mi hija Hebe, diosa de la juventud. Si alguien no está de acuerdo, empezaré a lanzar rayos. ¡Levántate, noble alma de Heracles! ¡Bienvenida al Olimpo!
Zeus parecía tan furioso que Hera no se atrevió a decir nada. El alma inmortal de Heracles subió sobre una nube y Atenea lo presentó enseguida a los otros dioses. Sólo Ares le dio la espalda, pero cuando Deméter le pidió al dios que no hiciera el tonto, también éste le dio la mano a Heracles, aunque desganadamente.
Cuando Deyanira supo que había sido ella quien había causado la muerte de Heracles, cogió una espada y se quitó la vida.