E. M. Cioran en “Breviario de Podredumbre” ed. Santillana, S.A., 1997, España, Pág.214
La naturaleza del Self. Concepto General :
Diversos autores hablan de ‘ideas contrastantes’ y otros de ‘controversias’ acerca del concepto self. Se preguntan cuan importante es, si es necesario o imprescindible, si se trata de un concepto más que debe/puede ser añadido a la metapsicología clásica, o es más bien una nueva metapsicología que reemplaza a la anterior (Tutman 17, Rangell 21). Todo esto puede ser debido, manifiestan, al hecho de que el self es algo tanto subjetivo cuanto objetivo, el observador y el observado, el que siente, cuanto lo que es sentido.
Lichtenberg piensa que el Self, aun siendo un término psicoanalítico específico, se ha mostrado dificil para ser integrado en la teoría psicoanalítica y que esto es debido, tal vez, a la manera imprecisa en que se le ha venido usando.
Para Seymour Epstein las definiciones que se ofrecen no son muy sólidas, puesto que no tienen un referente muy significativo y más bien tienden a la circularidad. Agrega, sin embargo, que hay un número de científicos de la conducta para quienes el concepto es no sólo un constructo explicativo útil, sino también necesario. Los teóricos del self identificados como fenomenólogos, consideran que el Self es el concepto central de toda la psicología y que provee la única perspectiva desde la cual la conducta de un individuo puede ser entendida. (Seymour Epstein, 33)
Para Kohut, por ej., su importancia es extrema, tanto que lo llega a considerar un concepto psicoanalítico `supraordinario’, es decir que esta por encima de los demás. Algunos otros analistas tienen la misma impresión, aunque sin participar del resto de las ideas de Kohut. Para otros no es tan importante; sería solo un concepto más, aunque aclaratorio por cierto.
Harold Blum dice que los conceptos referentes al Self varían tremendamente, comprendiendo diferentes marcos de referencia y distintos niveles de discurso. Varían desde un modo de expresión coloquial-fenoménico (como cuando uno habla de ‘la conciencia de uno mismo’) hasta construcciones metapsicológicas muy abstractas.
Blum, al igual que otros autores, afirma también que, en las formulaciones o teorías de la psicología del self, no se hace una dilucidación clara, ni se intenta una definición de lo que se quiere decir con el termino self . (Arnold Richards, 26)
Como concepto, el Self aparece por momentos como algo elusivo, definido en términos muy generales y algo abstractos. Por ejemplo cuando E. Jacobson habla de un `self psico-fisiológico primario’ que seria ‘un estado indiferenciado del desarrollo’. Igual Otto Kernberg, cuando habla del self como una `representación indiferenciada del self-objeto’. Recordemos que Fairbairn habló de un ‘ego prístino’ existente desde el nacimiento (prístino significa primitivo, original). (Otto Kernberg, 22)
Se podría decir que hay corrientes exclusivistas, que mantienen que el concepto Self es enteramente una novedad, un paso más allá de la teoría freudiana clásica, una nueva metapsicología. Inclusive, se propone reemplazarla. Otros mantienen todo lo contrario, llegando inclusive a decir que el concepto self esta implícito en la teoría freudiana, pero que no llego a desarrollarse por circunstancias históricas (Leo Rangell la cataloga como una ‘reacción narcisista’ a la idea freudiana de que el Yo no es el amo en su propia casa y mantiene que “el Self está en competencia con el Yo como sistema.” 21). Por último, tenemos los conciliadores, quienes valoran al self como un nuevo aporte conceptual, pero sin enfrentarlo a todo lo anterior, sino mas bien, integrándolo a éste. Para ellos, no se trata sino del énfasis puesto en una distinta faceta del binomio analítico, del mismo modo como lo han hecho otros en el pasado (aportes kleiniano, winnicottiano, bioniano, etc.). Un claro representante de este último movimiento es Robert Wallerstein (3).
Un autor que se ha referido a lo anterior es Arnold Richards, quien mantiene que, en lo que se refiere al status del concepto self en la teoría psicoanalítica, hay dos posiciones:
- Una es la de aquellos que mantienen que no hay que hacer ninguna modificación fundamental en el corpus teórico creado por Freud y luego desarrollado por los analistas que lo siguieron, tanto para dar cuenta de todo lo relacionado al self, cuanto para entender las actuales formas de psicopatología y Otra es la de aquellos que piensan que es necesaria una revisión radical de la teoría psicoanalítica, porque la tradicional es deficiente y limitada. Entre estos, Arnold Richards cita a George Klein, quien mantiene que la metapsicología debe ser eliminada porque concierne primariamente a consideraciones energéticas, lo cual es ahora irrelevante; a John Gedo, quien se centra en las deficiencias especificas de la teoría psicoanalítica de la terapia; y a Heinz Kohut, quien aunque no se pelea con la metapsi-cología y sus metáforas energéticas, incide en la necesidad de una nueva teoría del cambio terapéutico y un nuevo giro en la conceptualización de la psicopatología.
Para Leo Spiegel el self es la persona total, es decir, seria un término inclusivo (como lo es para otros analistas también) y por lo tanto engloba al sistema yo-ello-superyo. El termino self conlleva la idea de totalidad.
Para nuestro propósito, es importante e interesante entender la frase en ingles `sense of self. Sense’ quiere decir tanto un ‘estado’ de la mente, cuanto un ‘sentimiento, impresión o apreciación’, así como también un ‘sentido o significado’. Como se ve, podemos hablar tanto del sentido del self, cuanto del self sentido. Al self se le siente y por lo tanto tiene un significado. (Joseph Lichtenberg, 13)
Leo Spiegel traduce el `Ich-Gefiihr de Freud como ‘I feeling’ (sentimiento del Yo), pero yo prefiero redefinirlo como Self feeling’ (sentimiento del Self/si-mismo). La Dra. Hilke Engelbrecht me informa que esta palabra alemana denota tanto sentimiento como sensación (igual que el `sense of self en ingles, menos lo de significado). Freud usa este término en varias partes de su obra. (Leo Spiegel, 15)
Otra palabra que Freud utiliza es Selbst, como en la Interpretación de los Sueños, cuando habla de su Selbstanalyse refiriéndose al análisis de su sueño “La disección de su propia pelvis” (no se refiere a Ichanalyse).
Creo que en castellano podemos usar la palabra persona o sujeto para contraponerla a otras personas u objetos, reservando la palabra Self para indicar la conciencia o el sentido/sentimiento de ser uno mismo.
Freud no perdió de vista al sujeto, a lo que hoy en día se entiende por self, a pesar que lo dividido en compartimientos para su mejor entendimiento y estudio. Pero, no teorizo sobre el sujeto como tal. Algunos piensan que esto se debió a que Freud no se dedicó al estudio de pacientes psicóticos, sobre todo esquizofrénicos. Otros agregan que a diferencia de Jung, Freud no hizo sus investigaciones con pacientes hospitalizados (lo cual habla de la gravedad de la patología). Jung habla de la unidad del Self, describiéndolo como el centro y lo sustantivo del individuo, criticando a Freud por dividir la psique en partes y perdiendo de vista al individuo como un todo. Jung introdujo el concepto `individuación’ para indicar el proceso por el cual la persona deviene psicológicamente un individuo, una unidad indivisible o totalidad. Jung quería conducir al paciente, a través de la sabiduría y la serenidad, hacia la restauración de la `unidad original’. Para él, el self es “la imagen primordial o arquetipo que expresa las necesidades del individuo por alcanzar la unidad y completud o totalidad y sus mas altas aspiraciones.” Este es el ideal. (Ernest Ticho, 20)
En armonía con la teoría estructural (1923) han emergido varios conceptos del self que están basados unos en la metapsicología y otros en la Psicología del Self y la teoría del desarrollo. Así tenemos los conceptos de Hartmann (1950), Spitz (1965), Schur (1966), Jacobson (1964), Mahler (1975) y Kernberg (1982). Las teorías de Fairbairn (1952) y Guntrip (1969) enfatizan la vulnerabilidad del self y las relaciones que satisfacen las necesidades básicas, que son consideradas más primarias que las basadas en la descarga de los impulsos como motivadores de la conducta. (Saul Tutman, 17)
Hartmann (1950, 1953) señaló como falla de Freud la no diferenciación entre el Yo como sistema o estructura psíquica y el Self como persona total o personalidad.
Para Erikson (1956): tanto el self como la identidad son conceptos abstractos, pero también experienciales y pueden ser intercambiables.
Jacobson (1964) se refirió al self como la persona total, incluyendo psique y soma. El self y los objetos existen como representaciones mentales dentro de la estructura del Yo. Encontró este concepto indispensable para la investigación de los desordenes psicóticos (lo mismo pienso yo).
Para Moore and Fine, en su `Glossary of Psychoanalytic Terms and Concepts’ de 1968, el self es un concepto ‘de sentido común’ (por referirse a la persona total, etc.) y sus aspectos clínicos y metapsicológicos caen bajo los conceptos de ‘imagen del self , ‘representación del self , etc.
Christopher Bollas enfatiza el aspecto experiencia) del self y lo ve como una forma de expresión única de la organización psíquica del sujeto. Aparte de este self sensible, que siente, Bollas habla también de un self reflexivo. Habría una relación dialéctica entre ambos. Bollas compara esta experiencia del self con la experiencia espiritual, estética y religiosa. Lo que no es muy convincente es su idea de que esta experiencia sea una ‘ilusión’. Desde su punto de vista, la Madre adquiere preeminencia para el infante como ‘objeto transformacional’, por lo cual concluye que no hay un fenómeno mental unificado, al cual pudiera llamársele self. ( Christopher Bollas, 23 y 24).
Para Gedo la meta del Self es la autonomía. Para otros la meta es la cohesión, la unidad, la armonía, etc. Considero que la autonomía es fundamental, puesto que esto es lo que determina, en última instancia, la verosimilitud de la libertad e independencia del sujeto frente a la invasión de cualquier objeto externo, dando lugar a la experiencia de unicidad y originalidad que es lo crucial en la producción de un self auténticamente sano.
Para Heinz Kohut el Self es equivalente a todo lo que es ‘psicológicamente significativo’ para la persona y es `supraordinario’ desde que subsume todo lo que puede ser caracterizado como mental. (Heinz Kohut, 1970-1977)
Para Harold Blum el self tiene caracteres tanto estructural, experiencia) y súperordinario. El self tanto crea la personalidad cuanto la refleja. Desde un punto de vista teórico hablaríamos de una ‘visión self-narcisística de la personalidad’ vs. una ‘visión tripartita-estructural’, ie. lo que se ha dado en llamar ‘El hombre trágico’ vs. ‘El hombre culpable’. Blum coincide con mi pensamiento cuando dice: “El hombre trágico y el hombre culpable resultan estar relativamente unidos antes que en polos opuestos. El hombre culpable, en realidad, es el sujeto de toda gran tragedia. También la mortificación y la glorificación narcisistas coexisten con el conflicto, con el triunfo, la derrota y la culpa edipicos.” (pág. 967 en Arnold Richards, 26). La relación analítica es fundamentalmente una relación humana y por lo tanto muy compleja como para andar despedazándola.
Barnett (citado por Levenson) habla de dos aspectos del self: el representa-cional y el operacional. Yo agregaría un tercero: el 'vivencial o experiencial’ (el sentir perceptual y el sentir emocional). (Edgard Levenson, 10)
La experiencia puede ser tanto consciente como inconsciente (Sandler y Joffe, citado por Lichtenberg, 13).
Podemos hablar de ‘cualidades del Self y entre éstas mencionar: su cohe-sión, su continuidad en el tiempo y su igualdad en medio de los cambios propios del desarrollo de una persona. (Lichtenberg, 13)
Cabe hacerse esta pregunta: ¿es el self una estructura? (pensando en un paralelismo con el yo/ello/superyo).
Para Lichtenberg el concepto self es una ‘construcción’, similar a la de yo-ello-superyo. Entiendo que el autor quiere decir ‘construcción teórica’. Yo creo que es más que eso.
El Ser es un concepto muy importante para Lacan. Este autor manifiesta que el ser es común a las tres categorías (lo imaginario, lo simbólico y lo real) pero que los excede y modifica, siendo más radical que ellos e inclusive condicionándolos. Mantiene, sin embargo, un vínculo privilegiado con lo simbólico. Desde otro ángulo, se podría afirmar que las tres categorías elementales de lo simbólico, lo imaginario y lo real, sin los cuales no podemos distinguir nada en nuestra experiencia, se sitúan en la dimensión del ser. En particular, ¿cómo se sitúa el ser con respecto a lo real y a lo simbólico? Balmes nos dice que, por la década del 50, Lacan parece vacilar entre dos respuestas: una, en la que mantiene que el ser es lo que instaura la dimensión simbólica como tal, y la otra, que sitúa al ser como una irrupción de lo real en lo simbólico. Otras veces los hace coexistir, sin preocuparse por elegir entre uno u otro.
Lacan establece un vinculo estrecho entre el ser y la palabra. Esta idea la mantuvo siempre.
El ser, el verbo mismo, solo existe en el registro de la palabra, siendo uno tan inasible como el otro. La dimensión del ser es el de la palabra. Acceder al ser es acceder a la palabra y ser reconocido en ella. Solo hay ser porque hay lenguaje. (Francois Balmes, 30)
En vez de un sujeto que al hablar es la fuente y el autor del discurso y del significado, Lacan propone un sujeto que es articulado por el lenguaje mismo y es a la vez, el lugar de representaciones, inscripciones y significados. (Henrietta Moore, 32)
Para Lacan, el self es siempre un self dividido porque esta basado en la relación entre el Yo y un Yo alterno. El sujeto, para ser tal, debe internalizar `otredad’ como condición de su posibilidad. Según Lacan, el niño internaliza su propia imagen en el espejo y se identifica con él o al revés. O sea, pues, que es, al mismo tiempo, el y el otro. Por lo tanto, el Self no es autónomo, ni autocontenido, sino intersubjetivo y dependiente de su relación con el otro. El sujeto permanece dividido al tomarse a si mismo como objeto. (Henrietta Moore, 32)
Lacan compara su concepto del ser con la idea del ‘ombligo del sueño’ de Freud, y así, dice: “Hay un punto que es imposible captar en el fenómeno, el punto de surgimiento de la relación del sujeto con lo simbólico. Esto es lo que yo llamo Ser.” La realización del ser se inscribe en la dimensión de la existencia, es una cuestión existencial. La existencia seria la manifestación del ser (como sustantivo y verbo). (Francois Balmes, 30)
Aquí hay una correlación con las ideas de Heidegger, lo que veremos mas adelante.
Démosle un espacio a los antropólogos, para quienes habría una variabilidad cultural, modelos alternativos, un modelo dominante de la cultura europea occidental y atributos universales del self. Para ellos hay una gran variedad cross-cultural del concepto self. Así, Henrietta Moore nos dice que “los antropólogos están muy conscientes de que es imposible hablar de una cultura particular como teniendo un solo modelo de persona o de concepción del self.” (Henrietta Moore, 32) Añade que existen muchos modelos alternativos, algunos más formalizados que otros y algunos desarrollados hasta en completa contradicción con el modelo dominante. Da un ejemplo, diciendo que el modelo dominante de la persona/self en la cultura europea occidental es una que caracteriza al individuo como racional, autónomo y unitario. Este individuo es el autor de su propia experiencia y de su propio conocimiento del mundo. Sin embargo, la autora considera como ‘atributos universales’ del self la capacidad de autocon-ciencia, la habilidad para distinguir el self propio del de los demás (self identity) y la aprehensión de la continuidad del self; siendo ellos elementos esenciales para el funcionamiento humano básico. Hace también jugar un papel importante a la relación con los otros y al lenguaje, diciendo que, sin ellos, el desarrollo de la autoconciencia seria imposible. (Henrietta Moore, 32)
En lo que se refiere al Desarrollo y Evolución del self diremos que, de manera semejante a lo que se ha estatuido sobre el Yo, el Self, en su evolución, también parte de núcleos separados e incoordinados, para luego alcanzar una cohesión que se sostiene en el tiempo. (Evelyne Schwaber, 11)
Algunos analistas lo consideran una estructura inherente a la personalidad y presente desde el nacimiento (M. Klein, Fairbairn). Se puede hablar de personalidad desde el nacimiento? Otros, como Jacobson y Mahler, mantienen que la conciencia del self y del objeto se desarrollan gradualmente a lo largo de la maduración del sujeto y en el curso de la experiencia con sus mayores. Mahler, en especial, en 1968, describió el nacimiento y desarrollo del self a partir de la unidad madre-niño de la fase simbiótica. Harold Blum precisa que la existencia del Self es imposible antes de que el niño emerja de la orbita simbiótica de la madre. Su formación comienza durante la subfase de diferenciación y requiere de la capacidad de formar una representación mental. (Arnold Richards, 26). Stern nos dice que el sentido del self es algo que comienza muy temprano en la primera infancia y que hay evidencias que apoyan el siguiente itinerario: sentido de un self emergente (de 2 a 6 meses), sentido de un self subjetivo (de 7 a 15 meses) y un sentido del self verbal (más allá de los 15 meses). ( Saul Tutman, 17)
Según Lichtenberg se logra la cohesión del self en la segunda mitad del tercer año de vida. (Joseph Lichtenberg, 13)
Concluiremos este Capitulo diciendo que el Self, fenoménicamente, es el si mismo, como autoconciencia, como sensación, como sentimiento, como representación, como vivencia y como experiencia. Es, teóricamente, una estructura, un concepto específico y a la vez general, que tiene cualidades propias y hasta una meta. Es una construcción, un termino inclusivo, representacional y a la vez operacional.
Algunos autores se refieren al Self con la palabra Ser. Esto me parece muy bien, puesto que hay una correspondencia estrecha entre los términos Self: Ser: Si-mismo. Como se comprenderá, uno se inclinará por el Si-mismo cuando quiera referirse a la experiencia individual (o del sujeto) y Ser cuando teorice al respecto (aunque éste tiene también un lado experiencial).
Como se ha podido ver, el concepto self, en los últimos años, ha reemplazado al concepto de identidad como foco de la controversia teórica en el psicoanálisis.
He pensado y ahora sostengo, que el problema del Self es no sólo y no tanto, del ‘quién’, sino también-y fundamentalmente-del ‘qué’. Es decir ‘qué soy’ vs. `quién soy’ (y aquí nos contactamos con la filosofía).
En este sentido, Lichtenstein cita a Hannah Arendt diciendo: “…si tenemos una naturaleza o esencia, entonces sólo un Dios podría conocerla y definirla, y el primer prerrequisito seria que pudiera hablar de un ‘quién’ como si se tratara de un ‘qué’. (p.173) (Heinz Lichtenstein, 14)
Fue un paciente mío quien me indujo, en principio, a establecer esta diferencia entre las preguntas ‘¿quién soy?’ y ‘¿qué soy?’, pareciéndome (hasta este momento) la última más fundamental que la primera.
Aquí habría una coincidencia con Heidegger, pues para él el ser se encuentra en el ‘qué’, en lo-que-es’; en el ‘eso-es’; en la realidad-presencia disponible de las cosas; en la ‘subsistencia’, en la ‘validez’; en el `ser-ahí’ o existencia, en el ‘hay’. Terminológicamente, captamos este ente como `Dasein’ (intraducible: realidad humana, `ser-ahí, `ser-el-ahí’).
El self es lo que yo pienso ‘que’ soy; ‘quien’ soy corresponde a la identidad. El self es el yo-soy desnudo; la identidad es el yo-soy con ropaje. La identidad es el Self con nombre propio (ej. de mi paciente).