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Paz y Ciencia

sábado, 27 de julio de 2013

El descubrimiento psicoanalítico



El psicoanálisis es, en primera instancia, una "búsqueda". Por ese motivo, conviene abordarlo por una "heurística", es decir, una caracterización del dispositivo de "indagación" que habrá de definirlo, antes de que sea caracterizado como "saber", "técnica" e, incluso, "antropología". Hay siempre algo que "encontrar" en psicoanálisis y este objeto es el que dicta de algún modo el dispositivo ad hoc, el "procedimiento" -término que como se ha visto, recurrente en las definiciones básicas del psicoanálisis.
Trato de desentrañar los "ingredientes" de la heurística freudiana, lo que supone comprender el modo en que ha encontrado su propio camino. Esto implica, con seguridad, elementos de una biografía intelectual de su fundador, así como recurrir a una evocación de su trayectoria. Pero aquí nos importará poner de manifiesto más "prácticamente" cómo se ha forjado este modo de investigación en sí mismo.
¿Cómo Freud, producto de una formación de alto nivel de la medicina científica y de la neurología, apoyado, por una parte, en el saber de sus maestros y, por otra, en la fecundidad de encuentros con figuras importantes, "carismáticas", llegó a ser él mismo el inventor de un modo de investigación de índole "analítica"?
La vocación heurística del psicoanálisis se expresa mediante la referencia de Freud a la imagen del "conquistador" o a la de Fausto: la búsqueda es por cierto un medio de hacer y de conocer, pero es en primera instancia, de algún modo, un fin en sí misma. Si bien Freud diagnostica en sí pocas dotes de propiamente "experimental", se reconoce una vocación por el "descubrimiento", puesta en evidencia de un cierto no visto o no dicho, de fenómenos y de relaciones ignorados, en el terreno del síntoma.

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