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Paz y Ciencia

martes, 31 de mayo de 2011

Donald Winnicott: Vocabulario Esencial

Todo esto les parecerá a ustedes un embrollo. Pero a mí me satisface   
el simple hecho de tomar parte en un ejercicio de fertilización cruzada.
¿Quién sabe qué clase de híbrido puede resultar de este mestizaje?, DW.Winnnicott
 
El miércoles 8 del próximo mes se presenta a las 20 horas, en la sala Pilar Sinués del Paraninfo (antigua Facultad de Medicina), el día miércoles 8 de junio, a las 20 horas. La laudatio correrá a cargo de la vicerrectora de la Universidad, doña Concha Lomba.
 
El título del libro es Donald Winnicott: Vocabulario Esencial.
Ha sido un trabajo duro de Javier Lacruz Navas, amigo, psiquiatra y psicoanalista en el que hemos colaborado unos cuantos allegados para la obra final, de gran belleza.
 
Se trata de un libro referente de Winnicott, donde poder estudiar a este autor, conocer y profundizar en su obra, pensamiento y clínica. ¡Qué lo disfruten!
 
 
 
Donald Winnicott: vocabulario esencial




Autor: Javier Lacruz Navas

Editorial: Mira Editores S. A., Zaragoza



940 páginas, 24 x 17 cm (tapa dura)

Colección: El gesto espontáneo, n.º 1

ISBN: 978-84-8465-388-2

PVP: 35.00 euros



Librería Central, Zaragoza

Corona de Aragón, 40

50009 Zaragoza



E-mail: info@libreriacentral.com

Telf: 976 35 41 65

Fax: 976 35 10 43

lunes, 30 de mayo de 2011

Sobre el papel del terapeuta

Muchos terapeutas desarrollan una coraza defensiva para evitarque su sensibilidad interfiera en el tratamiento, he escuchado a grandes terapeutas decir que han llorado con pacientes en la sesión.
Este trabajo es íntimo, de cara a cara, se despliegan las emociones y para el terapeuta la contratransferencia es fundamental, esto es, las emociones que produce en él el relato, la actitud y los gestos del paciente.
No se trata de un trabajo técnico, cuando no hablamos de modificación de conducta, donde el papel es de una figura de autoridad que marca unas pautas protocolarias.
En psicoterapia dinámica hay un circuito de ida y vuelta entre las emociones del paciente y las del terapeuta.
La empatía es fundamental para el desarrollo de una correcta relación terapéutica, el paciente, cuando se sabe comprendido y aceptado mejora.
El tener una tenue barrera defensiva tiene un costado malo y otro bueno, el "maligno" es que se puede incurrir en errores y el "bueno" es que la cercanía con el paciente es mayor. Sería lo más cercano a esa relación auténtica y genuina.
En cualquier caso, la relación terapéutica debe estar basada en la madurez, en unos sólidos criterios de rigor, tanto científicos como personales y un objetivo claro, el ayudar a la persona a esclarecer el motivo de su sufrimiento, acompañarle y sostenerle emocionalmente.
De una correcta praxis deriva el bienestar del paciente y del terapeuta, aun así es recomendable que el terapeuta tenga contacto con otro terapeuta para drenar las angustias de un trabajo muy tóxico donde se derraman angustias, miedos, impulsos autolíticos y otras cuestiones que hay que trabajar para que el terapeuta esté al cien por cien en su trabajo clínico. También he visto a psicólogos que nunca han realizado este movimiento y que se sorprenden de la gravedad de los pacientes, perplejos por el dolor que sienten.
El psicólogo elige la profesión por un interés genuino en la naturaleza humana y una vocación fuerte de ayuda a los demás, amar el trabajo es una de las formas de ayudar a los pacientes.

Melancolía

[...]el interés de Freud por la melancolía, que él incluye en 1924 («Neurosis y psicosis») en la categoría de las «neurosis narcisistas», categoría distinta de las de neurosis y psicosis, tiene que ver necesariamente con el contexto alemán de los grandes tratados de psiquiatría y, en este marco, con la atención prestada al discurso de los enfermos en la estela del pensamiento de J. Herbart. Además, Freud subrayó en primer lugar, y desde 1895, en los manuscritos E y G de las cartas a Fliess, esa gran tensión o excitación sexual psíquica (psychische Sexualspannung o Liebespannung) propia del enfermo melancólico, que parece abrumarlo a tal punto que termina por cavar una especie de agujero (Loch) en el psiquismo, por el cual se derrama y se pierde sin cesar la energía sexual psíquica, en otras palabras, la libido. Esta explicación metapsicológica anticipada, con la cual Freud distingue también la melancolía de la neurastenia, en la que sitúa el derrame de la energía sexual en lo somático, converge todavía con la preocupación de presentar la melancolía como una organización psíquica singular, de la que faltaría reconstruir la génesis metapsicológica.






La inhibición generalizada y la imagen del agujero





Es conocido el estado de postración típico del enfermo melancólico y la inhibición generalizada que él indica. La expresión consagrada de «anestesia psíquica» califica bien esta apatía a la que parece resignado el enfermo, al que nada puede afectar. A diferencia del sujeto depresivo, el sujeto melancólico no intenta siquiera aliviar su sufrimiento, y con gran frecuencia cae en un profundo mutismo. Ha nacido con mala estrella, y está determinado por la fatalidad; la realidad le es definitivamente hostil, y lo llevará inevitablemente a la catástrofe si llega a investirla de alguna manera. El sujeto melancólico se distingue también del sujeto depresivo porque en general este último no sólo identifica el origen de su mal, sino que incluso y sobre todo mantiene con el prójimo una relación afectiva que se expresa en la queja y la agresividad. El sujeto melancólico, en cambio, piensa que todo ha sido siempre así, y no puede entrever ninguna causa a su estado. Fuerte en una verdad que él afirma poseer, y que apunta al sin-sentido de la vida, presenta un tipo de discurso muy original, centrado en una lógica puramente formal, sin que nunca se transparenten las representaciones o los afectos correspondientes. El razonamiento se cierra sobre sí mismo y recomienza indefinidamente en la condena de un futuro totalmente determinado por el pasado. «Puesto que ha sido... es y será siempre así»; la antigua lógica de los megarenses podría servir de modelo a esta racionalización patológica que, como objetaba Aristóteles, confunde la «cosa en acto» con la «cosa en potencia»; en otras palabras, confunde la realidad efectiva con la lógica de lo posible. Este modo de razonamiento circular refuerza en el plano del discurso la imagen del agujero característica de la melancolía, al insistir sobre el aspecto repetitivo del movimiento en remolino propio de la organización psíquica del sujeto.



«El complejo melancólico se comporta como una herida abierta que atrae hacia sí energías de investiduras de todas partes (las energías que, en las neurosis de transferencia, hemos denominado "contra-investiduras"), y vacía el yo hasta empobrecerlo por completo.» Desde la hemorragia interna de las cartas a Fliess hasta el vaciamiento del yo de «duelo y melancolía», se trata entonces del mismo «remolino que cava», y que da incluso al discurso melancólico su forma y su mecanismo. Ahora bien, si en el manuscrito G se comprende que la energía sexual psíquica se derrama como por un agujero a falta de representaciones sexuales suficientes, representaciones que, proyectadas sobre el objeto exterior, hacen posible su investidura, esta misma carencia de representaciones se encuentra en el formalismo del discurso melancólico, cuya figura circular cumple oficio de borde. ¿A qué referir esta figura y este mecanismo, a qué modelos psicopatológicos remiten? El modelo habitualmente evocado es el del duelo, que presenta el mismo estado afectivo, sin que por ello surja de la misma dinámica psíquica. En efecto, el sujeto en duelo puede presentar el mismo estado de postración y el mismo rechazo del mundo que el melancólico, con la diferencia de que ese estado finalmente llega a un término, y él recupera entonces su apego a la vida. Se podría decir que el melancólico vive en un estado de duelo perpetuo, o incluso que la melancolía se asemeja a un duelo que no termina; la melancolía explica además algunas características propias del enfermo, como las autoacusaciones o las injurias que se dirige a sí mismo y que no aparecen en la persona en duelo.




http://www.herreros.com.ar/melanco/melancopsi.htm

viernes, 27 de mayo de 2011

15M, Plaza Catalunya

El 15-M recupera la plaza de Catalunya tras irse la policía.

Dos detenidos y 121 heridos leves al desmontar la policía y los Mossos la acampada temporalmente para proceder a tareas de limpieza por "motivos de salubridad"
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Con la excusa del partido de la Champions, la Generalitat ha dado luz verde a este barullo de golpes ante personas indefensas, la policía ha dicho que algunos de ellos han dañado el equipamiento de limpieza pero considero que jamás es esto motivo para golpear en la cabeza a alguien que se "resiste pasivamente".
No ha existido enfrentamiento según las imágenes que he visto, pueden verlo en la página de EL PAIS o de otros periódicos.
Aquí no suelo hacer alusión a temas políticos o pseudopolíticos pero cuando se trata de una fábrica de ilusiones construida en España para reformar, cambiar y construir otra política creo que es interesante el hacer eco de los movimientos que se están dando en las ciudades.
No voy a cargar más tinta sobre "la brutalidad policial", creo que los policías han cumplido con órdenes elevadas pero hay que tener un respeto y una sensibilidad a quienes se están manifestando hace días de forma pacífica. Con la simpatía de una gran parte de la, con la sorpresa de otra parte o la perplejidad pero en la mayor parte de los casos con una veta de cariño hacia lo que se está tratando de hacer en esos campamentos.
Cambiar el estado de las cosas me resulta algo fundamental, no contentarse con lo establecido es propio de la joventud rebelde y es sano que así sea, aunque pueda adolecer de cierta desorganización e inocencia, es un movimiento espontáneo que ha surgido del pueblo y quien más o menos conoce porque se ha pasado por las plazas o porque le han contado algo referente al mismo.
Los medios de comunicación se están haciendo eco de este movimiento, donde hay jóvenes mayoritariamente pero también, no tan jóvenes, protestar contra el sistema de elecciones y la participación ciudadana me parece una manera de hacer más democrático el país, mayor participación implicaría mayor aparato electoral, sí, pero también mayor reciclaje de los políticos.
Existen muchas personas desencantadas, gente que ha perdido su empleo y cuyos hijos, estudiantes y con trabajos precarios, están apuntalando las ilusiones de una familia en crisis.
El pueblo está hablando, al menos una parte de el y las urnas también han hablado, con un giro copernicano de color y pigmentación ideológica que en la práctica tal vez no se note. Por eso, creo que hay que apoyar desde el lugar que se pueda a estas personas que aun mantienenen viva una esperanza de cambio y reforma y que no han hecho daño a nadie.
Recuerdo que un paciente llevó a sus criaturas a ver el movimiento asambleario de Zaragoza, para que fueran partícipes de otro sistema de gobierno y autoorganización, que algunos llamaran despectivamente "bolchevique", léase Libertad Digital y otros medios de la derecha española que se han arrimado al movimiento mostrando la oposición al Gobierno, no la oposición al sistema democrático actual, han querido confundir una parte con un todo.
Sin adhesiones políticas solo quiero transmitir mi apoyo a las personas golpeadas de Plaza Catalunya (y no golpeadas) y darles fuerzas para que sigan creyendo en sus ideales como fuerza motriz de cambio y como propósito vital.
Un saludo, Rodrigo Córdoba Sanz.

Patología del espíritu del tiempo y de las neurosis colectivas

Cada época tiene sus oportunidades y sus miserias, y ambas cosas se presentan a la valoración por parte de las sucesivas generaciones de manera distinta a como fue en realidad. Siempre es más fácil hablar a toro pasado... En la época a la que uno pertenece, las miserias abruman más de lo que ayudan las oportunidades. Esto ocurre también hoy, en este nuevo siglo. Muchos peligros globales se están cerniendo sobre nosotros de manera amenazadora: la posibilidad de un futuro digno del hombre para todos los pueblos parece cada vez más reducida.
Entre las preocupaciones históricas y ciertas tendencias patológicas (las "neurosis colectivas") existen sin duda importantes relaciones, que en "su tiempo", a mediados del siglo XX, Frankl describió con gran lucidez. Sus advertencias contra posturas existenciales provisionales ("Ahora disfrutaré al máximo de la vida, y después de mí, el diluvio"), posturas existenciales fatalistas ("De todos modos, esto no depende de mí), pensamientos colectivistas generalizadores ("¡Esos extranjeros imbéciles!") y posturas fanáticas ("¡Al enemigo ni agua!") en amplias capas de la población, apenas si han perdido fuerza en nuestros días. De ahí que el "remedio" científico Frankl llamó por su nombre se nos antoje más actual que nunca. Para plantar cara al materialismo y al nihilismo -también en su forma psicológica y sociológica- donde quiera que se escondan, hay que apelar a una gran fe en el sentido, más concretamente, a una fe inquebrantable en nosotros mismos, en nuestro prójimo, en nuestro mundo, en un Dios bondadoso. Ésta es la única prevención eficiente de la crisis colectiva que nos invade. En esto, Viktor E. Frankl se muestra de acuerdo con Albert Einstein, quien proclamó en cierta ocasión, con motivo del Seminario de Teología de Princeton: "El pensamiento por sí solo no puede revelarnos el sentido de los fines más elevados y fundamentales". No, el pensamiento no entiende lo que le es propio y más importante, pues tiene "puntos ciegos", algo que nuestra sociedad industrial técnicamente avanzada hace tiempo que ya experimenta claramente. La fe percibe más cosas de las que la razón puede saber.
En suma, pues, esta lista de los cinco ámbitos de aplicación nos muestra que la Logoterapia es una traspasafronteras. Se mueve entre la medicina y la filosofía, la psicoterapia y la religión. Esto, que la convierte en blanco fácil por parte de dos agentes sobre todo -los empíricos empedernidos y los dogmáticos de mente estrecha-, la hace al mismo tiempo sumamente amable: en ella el ser humano se reencuentra a sí mismo.
Pues ahora los humanos estamos en casa "tanto aquí como allá".

Elisabeth Lukas

Elisabeth LUKAS


Logoterapia. La búsqueda de sentido.

Barcelona: Paidós. 2003.

Mucha gente sufre simplemente por el hecho de vivir o porque su existencia ya no es lo que era. Quien tiene problemas sexuales, no sólo ha perdido la espontaneidad, sino también la capacidad para saber qué es esencial y qué no lo es en su cotidianidad. Quien se extravía en los callejones sin salida de las neurosis o busca una solución en el alcohol o las drogas, ha perdido, sin duda, el rumbo que daba sentido a su vida. Por eso, si se busca consejo y ayuda, el pensamiento de Viktor E. Frankl siempre será útil y beneficioso.

Basándose en las teorías de este gran terapeuta, la autora explica que aquello que, a lo largo de la humanidad, han dicho los grandes artistas o pensadores también puede adaptarse al marco de la práctica terapéutica. Según Frankl y la logoterapia, hay que superar la "psicología sin espíritu", enfrentarse a las limitaciones racionalistas de la imagen que la psicoterapia convencional da del hombre moderno, volver a valorar al individuo como personalidad moral y espiritual y, simultáneamente, someter el sufrimiento humano a la fuerza de lo espiritual, al "obstinado poder del espíritu".

jueves, 26 de mayo de 2011

Logoterapia: Elisabeth Lukas

Una posibilidad de sentido es una posibilidad de transformar la realidad (constructivamente). Semejante posibilidad se plasma o bien de manera que -siempre y cuando esto sea posible- la situación quede cambiada o bien de manera que el ser humano -siempre y cuando esto resulte necesario- se cambie a sí mismo. Victor E. Frankl.

Para entender bien la logoterapia, conviene recordar que la palabra griega logos significa sentido; así, la logoterapia es una psicoterapia que gira en torno al sentido. Fundada por el neurólogo y psiquiatra vienés Viktor E. Frankl (1905-1997), fue ulteriormente desarrollada por sus alumnos.
La teoría de la motivación que está en la base de la logoterapia parte del presupuesto según el cual, el ser humano es un ser en busca de sentido. Si su innata "voluntad de sentido" se ve frustrada, diversos trastornos anímicos, como, por ejemplo, depresiones, agresiones o adicciones manifestarán esa sensación de pérdida de sentido. Naturalmente, la logoterapia no puede ni quiere "crear" sentido por decreto, sino que se limita a preguntarse cómo se puede encontrar sentido incluso en las situaciones más difíciles de la vida. De este modo numerosas investigaciones internacionales en el ámbito logoterapéutico han demostrado que, por mucho que exista una sensación de pérdida de sentido, ninguna situación es tan dramática que carezca, a pesar de todo, de alguna posibilidad de sentido.
Pero la logoterapia no se ocupa sólo de detectar el "dolor causado por una vida sin sentido aparente", sino que además propone para los distintos trastornos anímicos diversos métodos de curación. Elisabeth Lukas

miércoles, 25 de mayo de 2011

Pensamientos de Victor Frankl


Una paciente interesada en el mundo de la psicología consiguió un libro clave sobre Victor Frankl, la edición era la que sacaba a la venta la revista Mente Sana, editada por Jorge Bucay. Allí participan personas de primera línea, básicamente de la línea gestalt pero sin desatender el psicoanálisis, que fue, de hecho, la raíz de la gestalt y del pensamiento de Jorge Bucay. Rápidamente bajé al quiosco para conseguir el libro cuyo prólogo es de Álex Rovira, un autor de divulgación que conoce también ciertos entresijos de la historia de la psicoterapia, más aún en esta vertiente del análisis existencial que practicaba Frankl con su Logoterapia.
El libro es de Elisabeth Lukas y aparecen entrevistas, pensamientos de Frankl y un breve recorrido por la vida y obra, así como su manera de entender el mundo y la psicoterapia bajo el prisma de Lukas.
Se trata de un libro muy interesante que se puede encontrar fácilmente en las librerías, la revista Mente Sana ha facilitado y acercado a un público lego el trabajo de este gran hombre que puso en relieve el amor y el significado de la existencia para poder tener un propósito en la vida y ser felices.
Allí van algunas de sus ideas, sácanle jugo:

Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.

Sinceramente: el simple enamoramiento nos vuelve en cierto modo ciegos; pero el verdadero amor nos vuelve videntes.

Sólo el olvido de sí conduce a la sensibilidad, y sólo el don de sí conduce a la creatividad.

El sentimiento puede ser mucho más sensible que aguda la razón.

En los campos de concentración, los seres humanos se diferenciaban más. Los cerdos se desenmascaraban y los santos, también. El hambre los desenmascaraba. El hambre era la misma tanto en uno como en otro caso; pero los seres humanos se diferenciaban.

La inmunología depende, entre otras cosas, de la situación afectiva, y ésta a su vez, básicamente, de la plenitud de sentido interna.

La neurosis "noógena" no remite a complejos y conflictos en su acepción convencional, sino a conflictos de conciencia, a colisión de valores y a una sensación de carencia de sentido.

Si un paciente nos expone que no sabe qué es eso del sentido de su vida, nosotros debemos contestarle que su tarea primordial, inmediata, consiste precisamente en encontrar un camino propio y en porfiar hasta encontrar ese sentido.

El suicidio es un no a la pregunta por el sentido.

La psicoterapia echó a andar en el momento en el que la gente se propuso ver más allá de los síntomas físicos y encontrar causantes anímicos, es decir, descubrir la psicogénesis de los mismos. Pero ahora se trata de dar un paso adelante y, más allá de los psicógeno del ser humano, descubrir su pobreza espiritual... para poder ayudarle a partir de esto.

Nunca se trata de una técnica, sino de la persona que maneja dicha técnica; es decir, del espíritu con el que ésta se vuelve manejable.

En lugar del automatismo de un aparato anímico, la Logoterapia se plantea la autonomía de la existencia espiritual.

La idea de una "voluntad de sentido" no debe entenderse erróneamente en el sentido de una llamada a la voluntad. Apelar a la "voluntad de sentido" significa, antes bien, dejar que el sentido se ilumine a sí mismo y dejar a la voluntad la libertad de desearlo.

La medicina psicosomática nos permite entender no tanto por qué uno enferma, sino más bien por qué uno sigue estando sano ... Está bien claro que donde hay un desempeño desde lo anímico, desde allí también debe haber alguna especie de prevención.

La persona espiritual es susceptible de ser acosada, pero no destruida, por una enfermedad psicofísica.

Factores a tener en cuenta al elegir un instrumento de medida

Existen tres parámetros básicos para evaluar la calidad del instrumento: su consistencia, su fiabilidad y su validez. En las escalas de seguimiento debe añadirse un cuarto: la sesibilidad al cambio. Otros parámetros a considerar son la redundancia, la transferencia cultural y el "coste-utilidad" de utilización de un instrumento para el propósito del estudio.
La selección apropiada de instrumentos de evaluación subjetiva es primordial para cualquier investigación clínica. Obviamente, deberá elegirse aquél que más se adecúe a nuestras necesidades.
Aspectos clave a tener en cuenta para ello serían:
1. Identificación del motivo-¿por qué usar un instrumento?
2. Identificación del problema-¿cuál es el objetivo principal del estudio?
3. Identificación de la relevancia-¿son relevantes las escalas y cuestionarios utilizados para el estudio?
4. Evaluación del coste-utilidad-¿qué información aporta el instrumento en relación al coste empleado en su elaboración?
En cualquier caso, la situación ideal sería seleccionar un grupo de instrumentos básicos para su utilización clínica y de los que pueda obtenerse información suficiente para derivar indicadores para la evaluación del programa. Sin embargo, el elevado número de cuestionarios y escalas existentes y sus diferentes objetivos y estructuración, hacen difícil consensuar los más indicados.

De Egipto a España


De Egipto a España y más...: La Autonomía es un virus*


(Reflexiones a partir de los eventos de Argentina

surgidos a partir de diciembre de 2001) Parte1

Por Yago Franco

yagofranco@elpsicoanalitico.com.ar







I. La imaginación está suelta

De la nada, en diciembre de 2001 en Argentina, y en medio del avance de la insignificancia acaecido durante la década de los 90, surgen nuevos modos de estar en sociedad. ¿De la nada? Se trata de una nueva forma de lo político, que no surge en la nada. 2001 ha sido un año plagado de un estado de oposición al poder político: año en el que casualmente (¿?) se cumple el 25 aniversario del golpe que instituyó la última dictadura militar. El plan de ajuste anunciado por el ministro de Economía López Murphy termina con una protesta en las calles que lo lleva a la renuncia; el movimiento piquetero se hace ver y oir cada vez más; el inédito número de votos en blanco e impugnados en las elecciones parlamentarias de octubre (más del 20%, que sextuplica las cifras del año 1983, año de regreso a los procedimientos democráticos), denominado "voto bronca” hace su irrupción; la consulta del Frente Nacional contra la Pobreza (por un seguro de desempleo) muestra que el colectivo en su gran mayoría quiere otra cosa. El "gobierno", mientras tanto, y como de costumbre, mira para otro lado - hacia los lobbies por supuesto - y no escucha. Principios de diciembre trae la nueva de una muerte ya anunciada: la de la llamada convertibilidad (el invento de la paridad del peso con el dólar). Caos del sistema bancario, corralito (los fondos depositados en cuentas bancarias no pueden retirarse, mientras se produce una maxidevaluación, que lleva a que la paridad finalice, llevando el dólar a un valor de tres pesos). Comienzan las protestas en la calle, se inician los saqueos. El presidente De la Rúa al anunciar el estado de sitio da origen a un cacerolazo que inicia - ex - nihilo, de la nada, pero no en la nada, decíamos - una nueva etapa. El imaginario social instituye nuevos modos de ejercicio político. La respuesta al decreto presidencial es salir a la calle, desoyéndolo, enfrentándolo. Represión, muerte de manifestantes y huida presidencial. Se crea una nueva significación, que toma la forma del "que se vayan todos". Ya asoman las primeras asambleas barriales, el pueblo empieza a deliberar salteándose a los representantes. La loca de la casa, la imaginación, será el lugar del poder durante un breve tiempo, lo suficiente como para erosionar un poder político que no podrá volver a reinar tan fácilmente como lo hizo hasta entonces.





II. Poetas anónimos y colectivos



Los hombres creamos nuestros mundos tal como los poetas sus poemas: un mundo cristiano, judío, griego, nazi, capitalista, incaico, de reducidores de cabezas ... Volcamos nuestra imaginación mediante el imaginario social instituyente de lo colectivo, y creamos significaciones imaginarias sociales que a su vez crean sujetos en sintonía con ese mundo y con el fin de reproducirlo. Siempre de un modo más o menos inestable, por la misma presencia socavante y corruptora de la imaginación: el totalitarismo y su prohibición de pensar [dramatizada en 1984, de G. Orwell] es la expresión caricaturesca del poder instituido defendiéndose de ese otro poder: el instituyente, ese que anida agazapado en el colectivo, que echa raíces en la imaginación radical de la psique. Poder instituyente que encuentra su lugar a partir de la creación de nuevas formas de lo social, sometidas a la reflexión del colectivo. Diciembre de 2001 muestra el proceso simultáneo de crisis de las significaciones políticas imperantes hasta ese momento, y el surgimiento de nuevas. La creación - en medio de una situación socioeconómica gravísima - encuentra su expresión. Inesperadamente hace su aparición el ejercicio de democracia directa, para espanto tanto del poder oficial, como de las organizaciones de izquierda, primeramente desubicadas ante una práctica desconocida por ellas, y luego intentando dominar-dirigir las asambleas barriales, llevando en muchos casos a su parálisis y disolución. Aunque dicha parálisis y disolución también se produce debido a que evidentemente éstas no pueden pasar de la deliberación, ya que no se han creado nuevas formas de gobierno. Es necesario considerarlas como creaciones en el sentido en que no pueden explicarse acabadamente, no podemos recomponer la situación de origen a partir de lo que se ha instituido. Esto cuestiona, sin más, la idea de determinación total de los acontecimientos. No estaba contenido en lo previo (los elementos mencionados al inicio de este texto) lo que luego devino. Es más: no era de ningún modo inevitable que surgieran asambleas, cacerolazos, etc. La importancia de esta consideración es crucial, ya que contrasta con toda idea de teleología de la historia, presente tanto en Hegel como en el marxismo o en toda idea de progreso que incluye también al liberalismo.





III. Autonomía como virus



Al calor de esas jornadas escribo un texto ( luego publicado en la Revista Claves N° 21, 2004) ) donde sostengo que la autonomía es una "creación humana que va a contrapelo de las tendencias que han sido absolutamente preponderantes en la historia de la humanidad, y que hacen que las mujeres y hombres depositen/deleguen su poder en instancias que lo vuelven contra ellos, mediante complejos mecanismos donde se conjugan elementos explícitos - opresión política y/o militar, determinación económica, política, jurídica, etc - con inconscientes - superyó, sentimiento inconsciente de culpabilidad, masoquismo originario, etc - y fenómenos mestizos, como la ideología". Las sociedades tienden a crear un Amo de la significación, una instancia vivida como exterior a la misma, que tomará la forma de procedimientos de funcionamiento político, orden jurídico-legal (apropiados por una parte de la sociedad que domina a la otra), o tiranos, brujos, etc, todos vividos como naturales, incuestionables, originados en leyes divinas, o en héroes de una historia devenida novela, etc. Ciertamente que con diferencias de grado que van desde sociedades religiosas fuertemente heterónomas, hasta las que habitamos nosotros, con bolsones de autonomía. La erección del Amo de la significación es el final de un recorrido que se inicia para el sujeto en los estados originarios de su psiquismo, pasando por el pecho materno, la madre en sí, luego el padre, y a continuación el cerco de significación que contiene la sociedad en lo instituido. Este instituido suele tener una clase social que lo custodia, pero, lo más importante, un lugar de dominio en la psique de los sujetos (en sus instancias del superyó y de los ideales del yo). Un estadio posterior de esto es el de la subjetividad reflexiva, que puede poner en la picota lo instituido, e impele al cambio social, subjetividad en la que el yo como instancia de la psique ha tomado contacto con su imaginación radical, y puede imaginar otra sociedad, otras instituciones, otras significaciones sociales y modos de instituirlas. Momento clave en el cual si ese movimiento se asocia a principios como los instituidos por la modernidad, da lugar a revoluciones y cambios sociales tendientes a la igualdad, la justicia, libertad … Castoriadis señalará a la Grecia del siglo V AC, la Revolución Francesa, la Revolución rusa de 1917, y en general las luchas emancipatorias de los proletarios, mujeres, jóvenes, et.c durante el siglo XX, como ejemplos de ruptura de la heteronomía a manos de una subjetividad reflexiva y deliberativa. La autonomía, una vez activada, se expande como un virus en el colectivo: hay un placer en ejercer la autonomía, es decir, en darnos nuestras propias leyes, darnos de modo lúcido un modo de lo social opuesto a la heteronomía, entendiendo a ésta como a un estado del colectivo en el cual la ley nos es dictada, nos es dada aún en ignorancia de que esto ocurre.

Durante momentos de 2002, este placer en la autonomía fue instalándose, al tiempo que tomaba la forma de pasión democrática, visualizable en la deliberación tanto como en la participación. Si una nueva significación imaginaria social es creada, un sujeto acorde a la misma emerge, al mismo tiempo que la crea. Podemos decir que durante 2002 un nuevo modo de la subjetividad se hizo presente. Una subjetividad reflexiva, cuestionadora, deliberativa. Instituciones y sujetos fueron instituidos en un movimiento de creación del colectivo, de modo no determinado, aunque sí condicionado por lo existente al momento de la creación, y por la historia. ¿Cuál ha sido el destino de dichas creaciones?.





IV. Los círculos de lo instituido



Vemos durante 2002 cómo lo instituido se hace presente tanto a nivel más amplio del colectivo - asambleas, movimiento piquetero- , como también en todo el cuerpo institucional, donde el ejercicio de la democracia directa y del cuestionamiento de lo instituido se extiende como mancha de aceite (hospitales, escuelas, asociaciones profesionales, prácticas autogestivas en empresas recuperadas, etc.) haciéndose presente por lo menos un alto nivel de deliberación; y en medio de dicho instituido, un sujeto que siente, representa y hace a partir de las significaciones instituidas: pasión democrática, de participación directa, de mirada reflexiva sobre el ser del histórico-social, pasión por hacer experiencias significativas del nuevo modo de la sociedad. Como una piedra que golpea un espejo de agua, se va expandiendo el círculo de lo instituyente, acompañado de pasión por la autonomía, que lleva a un movimiento ilimitado de cuestionamiento de lo dado (lo instituido). La creación de nuevas significaciones imaginarias sociales produce entonces nuevos modos del representar, el hacer y el sentir sociales. Esto va ocurriendo en medio de una situación de catástrofe social, en la cual la exclusión del sistema socioeconómico también se extiende como mancha de aceite, produciendo a su vez otro tipo de significaciones ligadas a lo catastrófico. Una confluencia de factores enmarcan la detención del movimiento instituyente: lo catastrófico que dio impulso es también un límite, lo mismo que el enunciado "que se vayan todos", imposible que impulsa tanto como se ofrece de cerco. El límite que encuentra la revuelta - debido a múltiples factores, que exceden nuestro análisis - va llevando a una "vuelta a la normalidad". ¿Pero es ésta tal?





V. De la imaginación a la reflexión: el proyecto de sociedad autónoma



Sostuve durante todo el año 2002 que Argentina estaba atravesada por la catástrofe y la creación. Esto hacía - y aún hoy hace - correr el riesgo tanto del triunfalismo como del derrotismo. Lo cierto es que diciembre de 2001 abrió un inédito cuestionamiento del poder instituido. Sería ingenuo afirmar que este cuestionamiento haya sido radical. Pero también lo es pensar que se haya desvanecido sin dejar trazas y posibles brechas. O que la forma política que hoy está instituida en Argentina a nivel gubernamental haya sido el mejor y final resultado de la revuelta. Esta forma ha acogido al interior algunos de sus elementos – es cierto, y muchas veces esterilizándolos – pero vemos claramente que el espíritu, las significaciones, el pathos de diciembre de 2001, está presente en cada asamblea ambiental, en cada asamblea ciudadana. Y como potencia en el cuerpo social todo: probablemente esté trabajando en las profundidades - de los sujetos, los grupos, las instituciones -. Seguramente nada vuelva a ser como antes de diciembre de 2001 - ni en los sujetos, ni en los grupos, ni en las instituciones -.



Continuará en la parte II la semana próxima.





Texto relacionado: Lukánicos, el griego.





* Fragmento del texto que con el título La autonomía es un virus, forma parte del libro colectivo Insignificancia y autonomía. Debates a partir de Cornelius Castoriadis. Ed. Biblos, Buenos Aires, 2007, que se publica con algunas modificaciones que lo actualizan.

Las mujeres en la ciencia, ayer y hoy

Les pongo un artículo de una página amiga, elpsicoanalitico.com.ar con grandes aportes al mundo del psicoanalisis, la psicoterapia, el arte y otras disciplinas afines.


Las mujeres en la ciencia, ayer y hoy



Por María Luján Bargas

mlbargas@elpsicoanalitico.com.ar







Durante siglos, las mujeres quedaron excluidas formalmente de la educación y principalmente de la producción de conocimiento legítimo. En la Grecia Antigua estaban excluidas de la vida pública y, con ello, inhabilitadas para la educación y el ejercicio de la ciencia: la actividad política y cultural quedaba en manos de los ciudadanos atenienses. Las únicas capaces de recibir educación y ser instruidas en las ciencias eran las hetairas (cortesanas), casi todas extranjeras. En la Edad Media – donde la ciencia estaba al servicio de la religión, dedicada a justificar dogmas teológicos – los monasterios eran la única vía de acceso a la cultura y a la educación que tenían las mujeres, aunque únicamente las hijas de los señores feudales contaban con este privilegio. Sin embargo, en el siglo XI, los monasterios mixtos fueron suprimidos y las mujeres fueron perdiendo paulatinamente esa vía de estudio.



Si bien en la Edad Media surgió la Universidad, ésta constituía un ámbito exclusivamente masculino y continuó siendo así hasta el siglo XIX y en algunos países hasta el XX. Más allá de la raza, el credo o el mérito, a todas las mujeres, sin otra razón que por su sexo, se les prohibió estudiar en las universidades europeas desde su surgimiento en el siglo XII hasta ya entrado el siglo XIX. Sin embargo, Italia constituyó una excepción ya que les permitió no sólo estudiar sino también enseñar en sus universidades.

En el Renacimiento con la revolución científica, fueron apareciendo distintas instituciones de producción de conocimiento donde encontraron espacios de participación. Las primeras de éstas fueron las cortes de los príncipes donde sólo las mujeres de clase alta tenían acceso. También los talleres artesanales constituyeron ámbitos donde se practicaba la astronomía y la entomología. De esta manera, hijas y esposas de artesanos podían participar como aprendizas y trabajadoras.



En los siglos XVI y XVII surgen los salones y círculos científicos que constituyeron instituciones intelectuales dirigidas exclusivamente por mujeres. Si bien esto significaba un gran avance en materia de participación femenina, el hecho de que ésta no estuviese legitimada contribuía a mantenerlas en la periferia de la ciencia. La ciencia oficial era aquella que se producía en las Academias Científicas, ámbito exclusivamente masculino que contribuyó a la aparición de la ciencia moderna y su institucionalización, momento desde el cual la actividad científica se convirtió en una profesión vedada expresamente para las mujeres.



La caída del viejo orden (el sistema gremial de producción artesanal y privilegio aristocrático) en el siglo XIX les cerró el acceso informal a la ciencia. La profesionalización de esta última (proceso gradual desde hacía dos siglos) y la privatización de la familia, constituyeron dos sucesos cruciales para ellas. Con la polarización de las esferas pública y privada, la ciencia emigró hacia la esfera pública de la industria y la universidad, mientras que la familia se trasladó a la esfera privada del hogar. Asimismo, las instituciones científicas -como academias, universidades e industrias- comenzaron a estructurarse sobre la concepción de que los científicos debían ser hombres con esposas en casa que cuidaran de ellos y sus familias. Como consecuencia, a las mujeres le restaron dos opciones para continuar una carrera científica: estudiar en las universidades – que si bien comenzaban a admitirlas, la mayoría de ellas encontraba serias dificultades para acceder a la enseñanza universitaria – o bien continuar participando como “asistentes invisibles” de sus maridos, padres o hermanos científicos en el ámbito privado.

Ya en el siglo XX, la ciencia deja de ser una actividad individual ejercida con recursos propios y se transforma en una actividad colectiva desarrollada en el ámbito universitario, en la industria y en los centros de investigación estatales. La discriminación formal hacia las mujeres comienza a ceder y éstas van ganando terreno en el ámbito científico especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando comienzan a ponerse de manifiesto de manera progresiva las barreras institucionales y socio - psicológicas que habían obstaculizado su acceso, como así también los mecanismos explícitos e implícitos de discriminación (Fernández Rius, 2006).





Mecanismos implícitos de segregación y discriminación



Si bien hoy en día la exclusión por razón de sexo no existe de un modo explícito y formal en las instituciones científico - tecnológicas occidentales, aún persisten mecanismos implícitos e informales de segregación y discriminación hacia las mujeres, que dan lugar a una subrepresentación femenina en las llamadas “ciencias duras” y en puestos de decisión y poder en el sistema científico. La menor cantidad de éstas en carreras científico - tecnológicas y su escasez en puestos jerárquicos funciona como síntoma de una problemática de género que se da por igual en países con diferente desarrollo socioeconómico, con independencia del nivel de recursos en ciencia y tecnología, e inclusive en aquellos que tienen una legislación novedosa en materia de equidad de género (Estébanez y otros, 2003).



Las mujeres soportan formas encubiertas de discriminación y microdesigualdades en el campo de la formación, investigación y práctica científico – tecnológica. Las microdesigualdades constituyen comportamientos de exclusión que parecen insignificantes y que por ello pasan desapercibidos – inclusive para las propias mujeres que los padecen – pero que contribuyen a crear un entorno hostil que las disuade de ingresar, permanecer o ascender en carreras científicas y tecnológicas [1].

Una vez que las mujeres se han integrado a los ambientes científicos y académicos, deben pasar por una serie de obstáculos entre los que encontramos barreras internas y externas, segregación territorial y jerárquica, desigualdad salarial y minorización, entre otros (Maffía, 2008). Entre las barreras internas podemos mencionar la falta de modelos de identificación, ya que la mayoría de las científicas atribuye su decisión vocacional y su inspiración para la carrera a maestros varones, debido a la dificultad de conformar equipos de investigación con mujeres. Esto hace que se refuerce el estereotipo con respecto al género. Entre las barreras externas encontramos que las científicas internalizan los valores masculinos en el mundo laboral y no problematizan la desigual distribución del trabajo doméstico.



Los mecanismos informales de segregación que funcionan en el ámbito científico son básicamente de dos tipos: segregación territorial u horizontal y segregación jerárquica o vertical. Se entiende por segregación territorial u horizontal al mantenimiento de una división en el mercado laboral que produce la mayor concentración femenina en sectores de actividad que tienen menor consideración social y en general, peores condiciones de trabajo. De esta manera, las mujeres quedan relegadas a disciplinas y tareas concretas marcadas por el sexo, produciéndose la feminización de carreras y trabajos que se consideran rutinarios, y a los cuales se les atribuye menor valor justamente por ser realizados por mujeres. Paralelamente, se mantienen obstáculos que impiden que éstas ocupen posiciones en ámbitos considerados masculinos, como el desarrollo tecnológico y las ciencias duras (Pérez Sedeño, 2000, 2005).



La segregación jerárquica o vertical, también llamada “techo de cristal”, hace referencia a la existencia de límites en las posibilidades de ascenso de las mujeres. Supone barreras invisibles en tanto no existen leyes ni códigos manifiestos que les impongan limitaciones. Pero si bien estas barreras no producen su exclusión formal de la ciencia, sí producen su subestimación fuera de los ámbitos tradicionales, dificultando con ello su desarrollo profesional. A pesar de que se registra una democratización en el acceso a distintos puestos de trabajo, los lugares de jerarquía y autoridad siguen siendo mayormente patrimonio de los varones (Pérez Sedeño, 2005, Guil Bozal, 2006). La importancia de ocupar un lugar jerárquico en la carrera de investigación supone no sólo reconocimiento académico, sino autonomía en la elección de la línea de investigación y en el manejo de fondos (Kohen y otros, 2001).



La segregación jerárquica se pone en evidencia en la escasez de mujeres en puestos de poder y posiciones destacadas, en la disparidad en la distribución de jerarquías con los mismos antecedentes y en el predominio femenino en puestos administrativos. Esta situación de discriminación responde a obstáculos provenientes de modelos tradicionales, estereotipos, creencias y mitos que tienen lugar dentro de las comunidades científicas, de la familia, la educación y la sociedad en general (Guzmán Cáceres y Pérez Mayo, 2005). Entre estos obstáculos encontramos la puja entre las demandas laborales y las familiares. La mayoría de las veces, la situación familiar incide sobre la vida laboral de la mujer científica, ocasionando su permanencia en un puesto de menor importancia porque demanda menos cantidad de horas y de esta manera, le permite conciliar su trabajo con las tareas de madre y esposa. Como consecuencia, el hecho de que realicen tareas de menor importancia y con menores chances de promoción hace que tengan menos posibilidades de capacitación a lo largo de su vida laboral para poder aspirar a puestos más importantes.



Sin embargo, muchas mujeres que se desempeñan en ramas científico - tecnológicas y que han conseguido ocupar puestos jerárquicos no reconocen la existencia de microdesigualdades en el ámbito laboral ni haber sufrido discriminación de género. Por el contrario, perciben las barreras y renunciamientos a lo largo de su carrera profesional como dificultades personales y no como obstáculos externos que manifiestan la ideología de género imperante en nuestra sociedad (Kochen y otros, 2001). La negativa a interpretar las barreras en sus carreras como obstáculos vinculados a su condición de género refuerza la presunta neutralidad del sistema científico e impide crear lazos de solidaridad con otras mujeres.





Algunas reflexiones finales



Muchos científicos, e inclusive muchas científicas, consideran que el escaso número de mujeres en las disciplinas científico - tecnológicas y en los puestos jerárquicos responde a decisiones personales o a la falta de capacidad, dedicación o compromiso (Kochen y otros, 2001). Las excepciones de científicas que lograron ocupar puestos de prestigio refuerzan esta idea en vez de visibilizar la existencia de barreras que producen segregación territorial y jerárquica.



Sin embargo, para revertir la situación de escasez de mujeres en carreras científico - tecnológicas y en puestos jerárquicos, no basta con la adopción de medidas especiales tendientes a aumentar la masa crítica de investigadoras porque el aumento en el número no se traduce en una participación equitativa y en la eliminación de los prejuicios y valores asociados a los estereotipos tradicionales de género. Lo que se necesita son modificaciones profundas en los contenidos y estructura de la ciencia, en las prioridades de investigación, como así también en varias instancias sociales íntimamente relacionadas, como la educación, la cultura, la vida doméstica y su relación con la profesión, entre otras. Por supuesto que estas modificaciones no suponen simplemente cambios al interior de las instituciones sino que requieren transformaciones en las significaciones que orientan, empapan y animan a la sociedad, en pos de abolir la situación de subordinación y opresión que viven las mujeres en diferentes órdenes sociales.



Asimismo, es sumamente importante que las científicas sean conscientes de los mecanismos informales de exclusión y discriminación, ya que la “falta de sensibilidad al sesgo de género impide la gestión colectiva de demandas de acción afirmativa para subsanar esa brecha” (Maffía, 2008). Como bien señala Londa Schiebinger (1999), las mujeres no deberían esperar triunfar felizmente en una empresa que en sus orígenes estuvo estructurada para excluirlas. Por consiguiente, se necesita que las científicas reconozcan la existencia de microdesigualdades en el terreno científico - tecnológico para que puedan constituirse en un colectivo capaz de impulsar acciones desde el interior mismo del sistema científico tendientes a revertir esa situación de discriminación.

martes, 24 de mayo de 2011

El mundo vincular y la clínica psicoanalítico

El mundo vincular y la clínica psicoanalítica 1**




Hector Krakov*



Primera parte

1.- Introducción



Será mi propósito en este trabajo articular desarrollos de la teoría vincular con la clínica psicoanalítica. Para ello voy a delimitar inicialmente lo que a mi criterio son dos vértices en psicoanálisis, los que a su vez interjuegan potenciándose recíprocamente: el que da cuenta del mundo intrasubjetivo, por un lado, y el referido al mundo vincular por otro. Expondré también una secuencia de materiales clínicos con el sentido de que el lector pueda cotejar y correlacionarla con la propia clínica. El primer material será una viñeta que corresponde a una entrevista inicial de un paciente individual. El segundo se trata de un sueño de una paciente tratada también individualmente y el tercero es el relato de un tratamiento de pareja. Solo como una breve síntesis introductoria me interesa puntualizar que las nociones psicoanalíticas que considero incluidas en la denominada teoría de la intrasubjetividad corresponden a la dimensión representacional freudiana, que tiene como eje central el concepto de objeto para el psicoanálisis, en particular objeto de deseo, y también las que se refieren a mundo interno y a relación de objeto desarrolladas por la escuela inglesa. En lo que concierne a la teorización vincular expondré ideas sobre conceptos como vínculo, sujeto del vínculo, mundo vincular, otro del vínculo.2



Intentaré con cada ejemplificación clínica aclarar las nociones centrales de uno y otro vértice, con la expectativa de poder señalar los puntos de conjunción entre las distintas teorizaciones así como la pertinencia conceptual a las que se refieren.



Espero finalmente conseguir marcar las continuidades y discontinuidades interteóricas, así como la complejidad por la cual unos desarrollos se incluyen en otros o quedan ubicados en niveles cualitativos distintos.



2.- Sobre los hallazgos y las anomalías explicativas3



En 1982, Janine Puget y Leonardo Wender escribieron "Analista y paciente en mundos superpuestos". En dicho artículo intentaron dar cuenta del impacto en sus vidas personales y en su tarea como analistas de un suceso del mundo externo que los implicaba tanto como a sus pacientes4, referido en ese caso a candidatos en formación. Planteaban que las teorías de las que disponían hasta entonces no les permitían conceptualizar, e implementar técnicamente, la permanente invasión de información que transitaba por los consultorios e inundaba la asociación libre y la atención flotante así como la transferencia y contratransferencia.



En las sesiones las temáticas referidas al "mundo externo" contaminaban el campo analítico ya que los datos que provenían de sus pacientes, como "noticia, información o chisme", ingresaban "por un orificio diferente, como metáfora, del mundo objetal ajeno y de las primeras relaciones del paciente y de su anecdótica".



A esa zona de mundo en común, entre paciente y analista, optaron por llamarla "mundo superpuesto". Notaban que al instalarse una comunicación de tipo especular se interrumpía la función analítica al transformarse "epistemofilia en escoptofilia". Por último, decían al final del artículo que la problemática de mundos superpuestos se inscribía en "el dilema no resuelto de la realidad externa y psicoanálisis".5



Veinte años después de aquel episodio, en Lo vincular. Clínica y técnica psicoanalítica, Isidoro Berenstein y Janine Puget dicen, en relación con la misma problemática, que "Los psicoanalistas tenemos -como ya lo señalamos- gran experiencia para detectar indicadores y pensar formulaciones acerca de los objetos y la estructura del mundo interno. Tenemos más dificultad cuando se trata de definir y caracterizar representaciones inconscientes de este otro mundo, el sociocultural, al que llamamos transubjetivo". Era la forma de plasmar conceptos psicoanalíticos sobre las raíces del sentimiento de identidad y pertenencia social, en los que ambos autores ya habían trabajado activamente.



Un hito científico, que significó un salto cualitativo muy importante, ocurrió en el transcurso de esas dos décadas. Se trata de la construcción laboriosa, y aun en marcha, de la teoría vincular. La ampliación metapsicológica que implica la noción de Tres espacios psíquicos es un fiel exponente de tal modificación conceptual.



También asistimos en el transcurso de esta ampliación conceptual a reformulaciones de términos vinculares que parecían inamovibles. Se reformuló la definición de vínculo conceptualizada como dos yoes y un conector a favor de la noción de ligadura entre representaciones y luego a la de sujeto vincular. Narcisismo originario y represión primaria de lo vincular pasaron a ocupar el lugar que originalmente tuvo el Objeto único, con lo que se modificó también la noción de zócalo inconsciente y de objeto-pareja.6 Ideas como irrupción del acontecimiento, imposición por presencia y poder adquirieron fuerza actualmente, si bien son aún conceptos en vías de consolidación teórica.



3.- Los Mundos en los que vivimos



Isidoro Berenstein7 se refiere a la triple espacialidad psíquica del siguiente modo: un paciente al hablar del padre puede estar refiriéndose a un objeto interno si lo hace en una sesión individual, al otro del vínculo si está con él en una sesión familiar, o aludiendo al lugar Padre.



Entiendo que la enorme riqueza que nos ofrece la noción de triple espacialidad psíquica se basa en que postula un sistema de triple inscripción y registro simultáneo de un mismo suceso o fenómeno.8 Se inscribirían así simultáneamente un objeto interno, un vínculo y un Lugar.9 Los encuadres terapéuticos dejarían de ser, a partir de estas ideas, intercambiables unos por otros ya que cada uno sobredeterminará la aparición de material específico en función también del contexto teórico al que el analista se adhiera. Como consecuencia de lo anterior, la oposición Mundo interno/Mundo externo que nos legara Freud y se enriqueciera luego con el concepto de identificación proyectiva propuesto por la escuela inglesa, se vio amplificado enormemente con los espacios psíquicos. Desde esta perspectiva viviríamos simultáneamente en diferentes mundos psíquicos, con leyes de funcionamiento y características propias, en calidad de habitantes del mundo intrasubjetivo, del intersubjetivo y del transubjetivo.10



Ciertas ideas de Thomas Kuhn hacen relevante la propuesta recién mencionada, si bien este autor no se refiere a poder vivir en una multiplicidad de lugares psíquicos. Para Kuhn algo similar a un paradigma está incluido, como requisito previo, en la naturaleza del proceso de la percepción. Dice que lo que "vemos" en nuestras disciplinas depende tanto de lo que observamos como de aquello que la experiencia visual y conceptual previa nos ha preparado para ver. Y agrega: "Cuando cambia un paradigma los datos mismos cambian... Es en este sentido en el que podemos afirmar que, después de una revolución, los científicos trabajan en un mundo diferente".



¿Debiéramos quizás considerar lo vincular como un nuevo paradigma dentro del psicoanálisis? Unos breves recortes de la clínica con parejas nos puede orientar en ese sentido.



Una pareja con dificultades crónicas en las relaciones sexuales inicia una sesión diciendo que habían visto la película "Un extraño entre nosotros". Comentan entonces partes del argumento y relatan que se trata de una comunidad religiosa con normas muy estrictas con relación a lo sexual. Los hombres y las mujeres viajan en un mismo ómnibus pero están separados por una cortina. Tienen también regulaciones específicas para el intercambio sexual en el matrimonio. En un momento se comete un crimen y aparece una mujer policía, de otra religión, que tiene que investigar el asesinato.



En un segundo material, otra pareja luego de mencionar que se habían separado innumerables veces y otras tantas habían vuelto a convivir dijeron "Estamos atados por una cadena de goma. Cuanto más se estira más nos vuelve a juntar".



El esposo de una tercera pareja, al ingresar al consultorio y sin que se hubieran sentado, le dice al terapeuta "Me permite cargar el aparato?. Nos quedamos sin batería". Antonio formulaba la pregunta mientras mostraba el teléfono celular y el cargador que tenía en la mano. Esa sesión transcurrió centrada en la insatisfacción de Manuela por la distancia emocional de Antonio. Al comenzar la sesión siguiente Manuela, quien estaba cursando la etapa final de un segundo embarazo, nuevamente hablaba indignada de la forma de ser de su marido. Explicó que había tenido una consulta con el obstetra quien le había recomendado, en función del incremento en la dilatación del cuello uterino, que hiciera reposo para que no se adelantara el parto. Antonio fue a buscarla como habían quedado y Manuela se quejaba porque mientras le contaba las indicaciones del obstetra él estaba preocupado buscando un chicle en la guantera del auto porque tenía la boca seca. En ese momento Manuela dijo: "Qué quiere que le diga Dr. Lo que pienso es que Antonio es un aparato". Y dirigiéndose a Antonio le recriminó con dolor "Sos un aparato. No quiero que estés en el parto". Al continuar la sesión surgieron las razones por las que Antonio se distanciaba emocionalmente. De chico había tenido una intervención quirúrgica importante en la que había corrido peligro su vida. Al evocar tal momento en la sesión tuvo un acceso de angustia.



Las temáticas que desplegaron las parejas mencionadas, centradas en derredor de "Un extraño entre nosotros", la "cadena de goma" o sobre cómo "cargar el aparato" ¿hubieran quedado suficientemente abarcadas si las hubiéramos analizado e interpretado con las herramientas teórico-técnicas que disponemos para el análisis individual?. Por ejemplo en el primer caso, de haber apelado al concepto de transferencia recíproca las interpretaciones acerca de las dificultades sexuales estarían centradas en él, por un lado, y en ella por el otro, para ser reenviadas luego a la vida sexual infantil de ambos. Seguramente hubiéramos hecho otro tanto con la "cadena de goma" que unía a la segunda pareja y no los dejaba separarse. Por último el sentido del "aparato" que Antonio quería cargar al comienzo de la secuencia relatada, y que en la segunda sesión fue retomado por Manuela, hubiera sido conveniente que fuera explorado siguiendo también un derrotero específico para él y para ella como paso previo a señalar las motivaciones inconscientes que determinaron la elección que ambos habían hecho del mismo significante.



Por eso me parece pertinente plantearnos si cuando atendemos parejas trabajamos con los mismos datos y por lo tanto con los mismos conceptos que se construyeron para el análisis individual. ¿Estaremos frente a la misma problemática psicológica o efectivamente la teoría vincular implicó el reconocimiento de un otro mundo, el mundo de lo vincular?.



Para responder estos interrogantes quizás convenga preguntarnos ¿a qué llama psicoanalizar el Psicoanálisis?.



4.- ¿Cómo caracterizar el material clínico intrasubjetivo?



Al rastrear la noción de objeto en la obra de Freud es posible concluir que para su creador el concepto de objeto en psicoanálisis remite a un registro psíquico, por ejemplo, del pecho que satisfizo las necesidades iniciales. No es equivalente al objeto percibido, entendido éste como un objeto natural, sino que se trata de su inscripción en Psi. En la vivencia de satisfacción queda facilitado el acceso a tal inscripción, así como al de los movimientos reflejos, cuando es estimulada nuevamente la huella que registra la necesidad. El registro del objeto se activará en calidad de identidad de percepción alucinatoria constituyendo el primer movimiento psíquico.



La escuela inglesa maximizó este concepto proponiendo una versión dramática de la mente en la que el objeto interno pasó a tener peso específico propio. Al seguir su derrotero mediante textos como Naturaleza y función de la fantasía (Susan Isaac), Notas sobre algunos mecanismos esquizoides, El origen de la transferencia, La personificación en el juego de los niños, (Melanie Klein), Transferencia situación total (Betty Joseph), Interpretación mutativa (James Strachey), Estados sexuales de la mente o El proceso psicoanalítico (Donald Meltzer), la constitución y operatoria del objeto interno resulta claramente ligada al devenir pulsional.11



Si a lo anterior le agregáramos conceptos de André Green, expuestos en la Metapsicología revisitada referidos a la función objetalizante de Eros; o una frase que Bion toma de M. Klein, por la que "pecho bueno ausente es pecho malo presente", pareciera que tales desarrollos en psicoanálisis están atravesados por la idea de positividad,12 y referidos a la creación representacional de objetos por las pulsiones.



Queda abarcada de este modo una secuencia en la que se puntualiza el aspecto medular de lo que intentamos llamar intrasubjetivo. Darían cuenta de la intrasubjetividad, según mi criterio, aquellas teorías que partiendo de Freud describieron la constitución psíquica ubicando a quien teoriza en el interior de la mente del infante, y en las que las hipótesis resultantes se hicieron con el concepto de pulsión en su vertiente endógena. Es por ello que el otro maternante, definido como objeto asistente, tendría existencia fáctica para un observador externo pero no para las teorías de referencia. El otro se termina inscribiendo en el aparato psíquico así sólo en calidad de objeto. Será a este objeto a quien el niño le va a atribuir sentidos, intenciones y emocionalidad en correspondencia con sus propios vaivenes pulsionales erótico-tanáticos.



Pensada como una lógica psíquica la intrasubjetividad podría ser definida, a mi entender, por tres conceptos: sería autogenerada (las representaciones de objeto son producto de la pulsión), autorreferencial (el self se vive a sí mismo como centro tanto de la actividad como de las características de los objetos internos), y automatizada (no habría mediatización por parte del yo. Al depender de la serie placer-displacer su activación es automática).13



Una ejemplificación posible para este modo de teorización podría ser la siguiente. Un niño autogeneraría un padre castrador toda vez que se actualice en él una fantasía incestuosa. Tenderá a explicarse de modo autorreferencial las conductas de los padres y, además, se verá expuesto de forma automática a tal dramática en función de sus alternativas pulsionales.



Por lo anterior resulta claro por qué lo que denominamos intrasubjetividad terminó convirtiéndose en el ámbito teórico desde el cual podía definirse qué pertenecía al campo estricto del psicoanálisis.



Con la finalidad de marcar diferencias con otras corrientes analíticas se puede considerar que con la escuela francesa en su vertiente lacaniana, atravesada por la antropología estructural y la lingüística, adquiere predominancia la inclusión de la categoría de otro como alternativa a la de objeto. Se conceptualizó así un otro con minúscula (a), un a' y un Otro con mayúscula, anudados en un triple registro real, imaginario y simbólico.



A su vez, desarrollos subsiguientes14 proponen ubicar el origen de la vida psíquica del infante en el inconsciente de la madre. Será el otro maternante, con su represión instalada, quien va a abrir las zonas erógenas; ejercerá la seducción originaria y propondrá significantes enigmáticos.



Por último, para aquello que sigue produciendo efectos sin que las redes identificatorias y la historia individual pudieran dar cuenta de tal emergencia, hizo su aparición el concepto de lo transgeneracional. Así podía explicarse que ciertos padecimientos de generaciones anteriores se trasmitieran por telescopaje a las siguientes, al estar inscriptos pero no representados.15



5.- El caso Leandro. Un ejemplo clínico a propósito de la intrasubjetividad.



Leandro consultaba porque se sentía mal consigo mismo ya que había sacado dinero del lugar donde trabajaba. Consideraba que lo más criticable de su actitud era que le había robado a un amigo, quien a su vez le había ofrecido esa oportunidad laboral a raíz de que Leandro estaba sin trabajo.



En la primera entrevista decía desconcertado: "Lo había hecho en los cuatro trabajos que tuve y nunca antes había afrontado la situación. Siempre dije que no había sido yo. Me estoy cagando toda mi vida. Si tengo todo por qué vendo una imagen?. No puedo decir no a nadie, ni a mi mismo. Para tapar un pozo me meto en un quilombo".



Se refería a que sus robos eran para pagar los resúmenes de cuenta de las tarjetas de crédito, con las que gastaba más dinero del que luego podía afrontar. Leandro tenía 25 años y la apariencia de un nene grande. En el curso de la entrevista me había informado que ya en la niñez se llevaba golosinas sin pagarlas de un quiosco cercano a la casa. El padre, que sabía lo que ocurría, no le decía nada y a fin de mes pagaba la cuenta que el encargado del quiosco le pasaba.



También evocó situaciones repetidas en las que conseguía irse de los supermercados comiendo chocolates sacados de las góndolas sin pagarlos. Tenía como método atravesar la línea de cajas dando a entender que no había comprado nada, con lo que terminaba burlándose tanto de los cajeros como del personal de control en sus respectivas narices.



Me aclaró luego que no era la primera vez que hacía una consulta psicológica. Había tenido experiencias terapéuticas anteriores; la primera cuando tenía 7 u 8 años. La razón de aquel primer tratamiento había sido porque Leandro padecía una encopresis secundaria, "me hacía encima, me ensuciaba", me dijo.



Ese dato, junto con el motivo de consulta y las anécdotas que había relatado, posibilitaban construir una primera hipótesis sobre su problemática. Parecía tratarse de la insistencia de un aspecto infantil que hacía síntoma en un paciente adulto, particularmente en los momentos en que "se hacía encima robándole a otros". El "Leandro grande" le prestaba el cuerpo, por así decir, a aquel niño encoprético que seguía siendo en su inconsciente. Claro que ya no se trataba de materia fecal [lenguaje infantil] sino que se había transformado en incontinencia de dinero [materia fecal adultiforme] si bien el mismo padre edípico seguía siendo seguramente el destinatario de su "encopresis" actualizada. Vale recordar aquí, por un momento, dos postulados de Freud:



a) Las represiones se constituyen en la temprana infancia, luego de lo cual no se generan otras16 y



b) La operación genuina de la terapia analítica es establecer mejores represiones.17



Para una situación como la de Leandro adquieren pleno sentido ambas postulaciones. Es dable suponer que al mantenerse la fantasmática de base, que le otorgaba eficacia a la producción de sus síntomas, el paciente consiguió transformar su encopresis en un estilo de carácter. Así Leandro seguía "haciéndose encima" pero "ensuciándose en otros" al robarles.18



¿Qué cabría esperar de un tratamiento analítico de Leandro? La repetición transferencial de robo, en calidad de puesta en acto y como despliegue en el plano fantasmático, referida a distintos aspectos de la situación analítica. A partir de lo cual analista y paciente podrían ubicar y abrir la problemática edípica en la que parecía estar enclavada la reiteración sintomática. Simultánea o sucesivamente tendría importancia el tránsito por los múltiples entrecruzamientos de sentido siguiendo el recorrido elaborativo de su encopresis tramitada en la transferencia. Por último, el paciente habilitado para cuestionar el punto de goce de su funcionamiento "encoprético", podría instalar mejores "diques" apelando al juicio condenatorio como recurso de alto nivel para terminar de frenar la compulsión repetitiva con la que "se ensuciaba" robando.



Para la teoría psicoanalítica, aún bajo los distintos matices que propone cada escuela, el "ahora sintomático" es explicado por un "entonces mítico" donde la realidad psíquica tiene preeminencia sobre la material. Así lo ocurrido quedaría deformado por efecto de teorías sexuales infantiles, por fantasías originarias o como consecuencia de la eficacia del mundo interno.



Desde este punto de vista el material de Leandro puede ser comprendido con nociones que remiten a sexualidad infantil, conflictiva edípica, falla en el control esfinteriano, encopresis, transformación de erotismo anal en carácter, y finalmente reiteración sintomática en el adulto con egodistonía. Su caso constituye quizás un ejemplo prototípico de la utilidad clínica y comprensiva que nos brinda la teoría psicoanalítica. Con ella podemos ayudar a resolver la problemática de un paciente, activa y siempre al acecho, que tiende a comandar la vida de un sujeto, como ocurría con Leandro, y que mantiene a la vez una cierta independencia del tipo de intercambio y las características de los otros con los que se efectiviza. Este es un aspecto que me importa remarcar dado que, a mi criterio, constituye una marca distintiva que posibilita discriminar en un material clínico una perspectiva intrasubjetiva de otra que luego veremos como específica de lo vincular.19



Continúa en la Segunda Parte



Notas:



1. Este trabajo es el primer capítulo del libro "La pareja y sus anudamientos.Erotismo-pasión- poder-trauma", que editara la editorial Lugar en Bs. As., en el mes de mayo del 2001.



2. Estos son desarrollos teóricos que continúan las propuestas iniciales formuladas por Berentein y Puget.



3. Hallazgos y anomalías explicativas los utilizo en el sentido que les da Thomas Kuhn en "La estructura de las revoluciones científicas".



4. Se trataba de la escisión de la Asociación Psicoanalítica Argentina ocurrida en los años 1977/78.



5. Es posible que a un lector que desconozca aquellos momentos de acaloradas discusiones teóricas le resulte hoy extraño el planteo, implícito en el artículo mencionado, acerca de la importancia de la realidad externa para el psicoanálisis.



6. Estos conceptos se publicaron originalmente en el primero libro que escribieran Isidoro Berenstein y Janine Puget, Psicoanálisis de la Pareja Matrimonial.



7. En "Vínculo e inconsciente. Apuntes para una metapsicología".



8. A veces se la equipara con el sistema de transcripción que Freud describió en la carta 52. Es una equiparación que no comparto dado que me importa jerarquizar las diferencias entre transcripción y múltiple inscripción simultánea.



9. Un desarrollo posterior, que todavía requiere ser desplegado, considera los llamados "espacios" como lógicas de inscripción. Con estas hipótesis la información que accede al mundo psíquico, de la que todo sujeto dispondrá tanto consciente como inconscientemente, se recibirá y guardará de modos diferentes ya que se procesarían mediante leyes de archivo distintas. I. Lewkowicz piensa que desde un abordaje semiológico las lógicas de inscripción están cerca de lo que se denominan gramáticas de recepción.



10. Estas ideas serían desarrollos del Spaltung freudiano referido a la escisión del yo, y de las nociones kleinianas y postkleinianas vinculadas a partes del self ocupando distintos espacios de la madre interna. Creo que se pueden considerar también afines, aunque desde un ángulo muy diferente, a la noción de escisión estructural del sujeto, sostenida por la escuela lacaniana a partir de la cual se discrimina el sujeto del enunciado del de la enunciación.



11. Doy por supuesta la existencia de matices entre autores kleinianos y postkleinianos, de los que no me ocuparé en este texto.



12. Aquí positividad está utilizada en tensión con la ideas de negatividad en psicoanálisis.



13. En las dos primeras acepciones el prefijo auto remite a la idea de "propio"; en la tercera supone inmediatez.



14. Me refiero a conceptos de Laplanche.



15. Estos temas fueron estudiados por Kaes, Faimberg, Enriquez y Baranes, entre otros. En nuestro medio se ocupó activamente de ellos Silvia Gomel.



16. Pienso que Freud se refiere así a los "diques de la sexualidad", que expuso en Tres Ensayos, y que corresponden a una de las versiones de la represión primaria.



17. En función de la nota anterior el establecimiento de mejores "diques" le pone freno al retorno de lo reprimido y por lo tanto a la producción sintomática.



18. En lenguaje coloquial a una persona que actúa como lo hace Leandro se lo llama "un cagador".



19. Esta diferencia se hace relevante al considerar al otro como resto diurno o como otro sujeto.



20. Está liderada en nuestro medio por los Drs. Isidoro Berenstein, Janine Puget y Marcos Bernard, quienes encontraron un terreno fértil para la producción de teoría en los Departamentos de Familia, Parejas y Grupos de la AAPPG.



21. Barenstein y col. piensan la subjetividad como el producto resultante de los discursos sociales, y a estos como instituyentes de subjetividad. Dicen que "Tanto el sujeto como la subjetividad se producen y reproducen, se hacen y deshacen entre los otros, por los otros, con o contra los otros". Fornari, a su vez, considera al sujeto instituyéndose, apropiándose de sí y no instituido, como un emergente "de cada acto de apropiación".



22. Encontré que en teoría de la complejidad se describen fenómenos de un modo muy similar a como estaba pensando la noción de vínculo. Por ejemplo Roger Lewin, en Complejidad. El caos como generador del orden, describe en palabras de Chris Langton lo siguiente: "De la interacción de los componentes individuales aquí abajo emerge algún tipo de propiedad global aquí arriba, algo que no se podía haber predicho a partir de lo que se sabía de las partes componentes", continuó Chris. "Y la propiedad global, este comportamiento emergente, vuelve a influir en el comportamiento de los individuos que aquí abajo la produjeron" (pág.26).



23. Me importa remarcar que la paciente no produjo asociaciones y que las conclusiones que expongo se apoyan fuertemente en el contenido manifiesto del sueño.



24. Berenstein y Puget postulan, de modo distinto a como lo estoy planteando, que el fenómeno transferencial solo se produciría en presencia de los miembros del vínculo.



25. No me refiero aquí a la reproducción transferencial de clisés ligados Imagos o a construcciones ideales-especulares, en tanto quiero diferenciar transferencia objetal del despliegue transferencial vincular.



26. El otro semejante en Lacan (a' ) y el otro pensado, formulado por Piera Aulagnier, son antecedentes teóricos del otro del vínculo.



27. Advenir sujeto de un vínculo implica una modificación y reacomodamiento representacional del mundo vincular al cual cada sujeto pertenecía hasta ese momento. Al constituirse como sujeto de un otro vínculo lo que el sujeto siente es que "el mundo cambia".



28. Entiendo por espacio vincular una determinada posición mental que implica construir, y mantener sostenidamente en el tiempo, una espacialidad virtual como lugar para la pareja. Supone para sus miembros la confirmación de saberse instalados en una parte del mundo representacional propio y del otro, vivido como espacio del vínculo.



29. Este tipo de interacción, por demás frecuente en análisis de pareja, es a mi criterio una de las formas en que se puede desplegar para su "lectura" la espacialidad vincular en la transferencia.



Este trabajo es el primer capítulo del libro "La pareja y sus anudamientos.Erotismo-pasión- poder-trauma", que editara la editorial Lugar en Bs. As., en el mes de mayo del 2001.







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* Hector Krakov - Psicoanalista - Miembro Titular en Función Didáctica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires - Especialista en psicoanálisis de las configuraciones vinculares.



Blogspot: http://drhectorkrakov.blogspot.com/



Email: krakov@fibertel.com.ar


http://www.enigmapsi.com.ar/mundovincular.html

lunes, 23 de mayo de 2011

Psicoterapia

El entramado de una psicoterapia se realiza con el corazón en la mano, mostrando autenticidad y un ser genuino, no alarmando ni diagnosticando ferozmente. El trabajo psicoterápico es una experiencia vincular que de un modo vivencial corrige las experiencias previas, informa, aconseja y ayuda a reestructurar la realidad. Para ello hay que superar esos primeros instantes de cierta tensión y dejarse llevar por la pericia del profesional que le hará encontrar un espacio confiable, cálido y confortable que hay que alimentar entre los dos, ya que la psicoterapia es cosa de dos, a diferencia de la medicina clásica.
Es una experiencia gratificante que puede cambiar el modo de ver el mundo y si nos adentramos de la psicoterapia de apoyo a una psicoterapia de insight podemos reestructurar la personalidad para que no se vuelvan a dar esos problemas que son motivo de consulta.
Suele darse el caso que el motivo de consulta no siempre coincide con el conflicto psíquico pero esto es harina de otro costal y es propio de líneas más avanzadas en la psicoterapia para establecer un clima de seguridad y esclarecimiento de los "dilemas" que se le plantean al paciente.

sábado, 21 de mayo de 2011

Homenaje a Castilla del Pino por la difusión de su obra

Presentación de las obras completas de Carlos Castilla del Pino




Todo acto de habla es predicado del hablante



Carlos Castilla del Pino



A los dos años de la muerte del psiquiatra y humanista Carlos Castilla del Pino, fallecido el 15 de mayo de 2009, se publican sus Obras Completas compiladas en catorce volúmenes. Se cumple así el íntimo deseo del autor, cuya identidad estuvo orientada hacia la construcción de un corpus psiquiátrico personal, donde vida y obra constituyeron un todo indiviso. Castilla del Pino fue un hombre de su tiempo, identificado y comprometido no solo con los temas psiquiátricos sino también con los problemas sociales de su época: identificado con una psiquiatría científica, innovadora y de progreso desmantelada por la dictadura franquista y comprometido con una sociedad que reclamaba su principio basal democrático de <>. Su contribución, pionera y puntera por igual, es la de un intelectual cuya obra incide tanto sobre la patología psíquica como sobre el devenir de la vida cotidiana, esto es, una labor atenta a la salud y a la enfermedad. Sus estudios sobre la sexualidad, la mujer, la incomunicación, la depresion, la culpa, la hermenéutica del lenguaje, el masoquismo, la alucinación, el delirio, los celos, la muerte, entre otros muchos, dan buena cuenta de sus intereses vitales y profesionales del que sin duda es el referente más ilustre y preclaro de la psiquiatría española de la segunda mitad del siglo XX.



En el marco de la Jornada de Historia de la Psiquiatría: Homenaje a Castilla del Pino, celebrada el 19 de mayo de 2011 en Bilbao, se presentaron dos volúmenes de las obras completas: concretamente, los correspondientes a sus dos libros de Introducción a la Psiquiatría, de 1979 y 1980, publicados unos meses después de hacerse cargo –tras largos años de marginación de su anhelado ingreso en la Universidad– de la plaza de profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Córdoba. El acto, presentado por el profesor José Guimón, contó con dos disertaciones introductorias de su tarea psiquiátrica: una, La obra de Castilla del Pino en la psiquiatría española del siglo XX, dictada por la psiquiatra Eudoxia Gay; y otra, La recepción de la obra de Castilla del Pino en la psiquiatría española, a cargo del psiquiatra Guillermo Rendueles. Es oportuno, pues, dar cuenta de este acontecimiento tan saludable para la psiquiatría española de la memoria vigente de la obra de Carlos Castilla del Pino.



En adhesion a este homenaje permítaseme hacer el siguiente (y breve) recuento: los que tuvimos la oportunidad de vivir justamente aquellos años fecundos de renovación de la psiquiatría, de impregnarnos de la vitalidad intelectual y clínica del profesor Castilla del Pino, de su talante y rigor científico, podemos afirmar, sin ambages, que tuvimos un privilegio inmenso en nuestra etapa de formación cordobesa. Y en un doble registro: en el profesional, porque él enseñaba una psiquiatría que aunaba la formación clásica con la psicodinámica y que se nutría de innovadoras corrientes como la psicología social norteamericana (Georhe H. Mead especialmente), o como la teoría de la comunicación de la escuela de Palo Alto de California (justo cuando yo llegué al grupo de Castilla del Pino, en septiembre de 1979, se estaba trabajando en un seminario sobre el libro Teoría de la Comunicación Humana de Paul Watzlawick) y de otras disciplinas afines como la semiótica o el estructuralismo; en el personal, por su fuerte pregnancia intelectual y moral, por su talla de humanista (uno de los grandes y últimos de su tiempo, de lo que tuve constancia nada más conocerlo), por lo que, de modo insoslayable, era un espejo en el que uno se identificaba plenamente. Y eso era así, al menos en mi caso, porque uno no tenía que adherirse incondicionalmente a lo que decía o hacía, sino que lo que te impregnaba era su forma de recorre las diversas disciplinas, su modo de transitar el conocimiento, sin dogmatismos de escuela ni clausuras teóricas. En este sentido siempre lo recordaré como lo que considero el máximo elogio posible para quien ejerce de profesor, para quien asume la noble condición de docente: ser un señalador de caminos. Y es por ello que Castilla del Pino fue, para mí, un verdadero maestro.
 
Javier Lacruz Navas, Psiquiatra y Psicoanalista

viernes, 20 de mayo de 2011

15M

La rabia adolescente impregna lo que podríamos denominar adolescentes tardíos, personas de más de 20 años que con un carácter irreverente tienen conflictos con sus padres y con la sociedad. Algunos consumen drogas para reafirmarse en su identidad difusa y otros se agregan a movimientos legítimos como el del 15M, un movimiento ingenuo pero potente y bello, que plasma el descontento de una "generación perdida".
El boom mediático está siendo este fenómeno orquestado desde Sol, en Madrid y seguido por otras ciudades españolas, al principio a través de las redes sociales. Democracia Real Ya! intenta cambiar el estado de las cosas y eso es sano, la situación que tiene el país no es buena desde hace por lo menos 4 años y ahora el Washington Post y otros medios del mundo han enfocado a este fenómeno social que carece de organización por la propia naturaleza interna, no tiene estructura, y esa ingenuidad es hermosa, como los vericuetos emocionales donde se mete un adolescente, aunque puedan conllevar sufrimiento para él y los familiares.

jueves, 19 de mayo de 2011

Pacientes Psicosomáticos

Los diversos servicios de Medicina Psicosomática, acuciados por la necesidad de respuestas prácticas han desarrollado disímiles instrumentos de exploración para pacientes psicosomáticos. Entre ellos se encuentra el test de logotipos, desde el punto de vista psíquico de P. Marty y su escuela, representado en nuestro país por J.L. Marín y otros.
El enfermo psicosomático sería un individuo afecto de una singular regresión, corporal, conversiva (aunque no histérica) de significación, basada en la actividad de pulsiones autoagresivas. Sería como una forma de regresión no psíquica, sino incluso en cierta contraposición a ella; la psicosis sería un modelo en "dirección contraria", y ello quedaría aseverado por la relativa ausencia de patología psicosomática entre sujetos psicóticos crónicos.
En un cierto sentido, la patología psicosomática, la regresión psicosomática, respeta el funcionalismo psíquico, o sea: siendo psicosomático se cuenta con una cierta "defensa" ante la psicosis. Ello a costa de padecimientos de una, posiblemente, grave enfermedad general (asma, hipertensión) con sus riesgos físicos inherentes y su evolución relativamente autónoma de los acontecimientos psicoambientales.
No permanecería "indemne", en todo caso, el mundo psíquico del enfermo. Mejor dicho: no deja de estar afectado desde un principio  la actividad que llamamos psicosomática. Lo hace en forma de una forma de hipofuncionalismo de la capacidad fantasmática, de forma que el individuo funcionaría con una especie de concretización del pensamiento (pensamiento operatorio), fijadoa lo concreto, sujeto a los acontecimientos más objetivos del devenir psíquico, sin la flexibilidad, adaptabilidad, creatividad y riqueza de suponer el drenaje de la actividad fantástica.
Nos movemos ahí en la zona del Espacio Transicional descrito por Winnicott, donde se urden la actividad de la fantasía, el juego, incluso el delirio. Una "desaparición" de esa franja de actividad psíquica implica la anulación o hipofunción del pensamiento fantástico, del pensamiento lúdico y del pensamiento delirante; de ahí la disparidad entre enfermos psicosomáticos y psicóticos, como si el psicosomático regresase a un mundo defensivo de otra naturaleza, quizá más arcaico constitucionalmente.
De esta forma, la persona regresiva psicosomática vendría caracterizada por una señalada pobreza en el funcionamiento de su pensamiento fantástico y su capacidad de simbolización, el desplazamiento, la creación y la plasticidad lúdica del pensamiento y la imaginación.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una pincelada sobre el psicoanálisis

El método psicoanalítico es, ante todo, un método de investigación clínica. El objeto de su estudio es la vida inconsciente, esa parte latente de nosotros mismos que sustenta nuestra vida psíquica. Por el estudio de los hechos psíquicos inconscientes, el psicoanálisis ha podido esclarecer los aspectos en apariencia inexplicables del comportamiento de determinados sujetos o advertir a esos mismos sujetos acerca de las motivaciones inconscientes que lo colocan, contra su voluntad, en situaciones o estados afectivos opuestos a sus deseos.

martes, 17 de mayo de 2011

Tipología de las Familias Disfuncionales

Se han propuesto clasificaciones para intentar una "tipología" familiar. Algunos autores han pasado revista y resumido los criterios que permitan distinguir las familias "sanas" de las "disfuncionales". La desventaja de este punto de vista es repetir a escala familiar el dispositivo de selección frecuentemente discutible de una segregación normativa, a la cual la psiquiatría del individuo enfermo nos ha habituado demasiado. La ventaja es la de proveer instrumentos de reflexión clínica que faciliten el trabajo terapéutico. Una revisión rápida de los parámetros propuestos por ciertos investigadores podrá ayudar a situar de manera sintética una parte de las nociones examinadas.

Bamhill enumera ocho parámetros de distinción entre familia funcional y disfuncional:
1. Individuación-Fusión
2. Mutualidad-Aislamiento
3. Flexibilidad-Rigidez
4. Estabilidad-Desorganización
5. Claridad-Distorsión (de percepciones)
6. Claridad-Confusión de roles
7. Reciprocidad-Conflictividad (de roles)
8. Claridad-Herencia (de fronteras intergeneracionales)

Fleck reparte los parámetros de otra manera, según cinco datos globales utilizables en la evaluación de la familia:
1. Leadership: personalidad de los padres; alianza parental; complementariedad de los roles parentales; disciplina en la utilización de poder.
2. Fronteras: desarrollo de fronteras del Yo en el niño; fronterasintergeneracionales; permeabilidad entre familia y comunidad del entorno.
3. Afectividad: intimidad entre los padres; equivalencia de tríadas; tolerancia a la expresión de sentimiento; unidad emocional,.
4. Comunicación: resonancia; coherencia entre lo verbal y lo no verbal; claridad formal y de sintaxis; pensamiento abstracto y metafórico.
5. Resultados (en las tareas y fines): alimentación y destete; control de separaciones y de triángulos; control y dirección del comportamiento; relaciones con los "pares"; diversiones; crisis; emancipación; ajustes posnucleares.

Beavers distingue site tipos de familias, según un doble parámetro: la competencia y el estilo. La competencia se refiere a las dos escalas de adaptación: la del individuo y la de la unidad familiar. El estilo se refiere a la tendencia centrífuga o centrípeta de la unidad familiar. Así se señalan siete tipo de familias sobre una curva que integra, a partir del eje de abcisas, el grado de competencia y, a partir del de ordenadas, la tendencia centrípeta o centrífuga.

A partir del metamodelo que han definido como paradigma evolucionista, Fivaz y cols. han establecido igualmente una tipología familiar. Distinguen tres tipos de familias según la capacidad para mantener la estabilidad pese a las fluctuaciones. Es un concepto que se liga con la resiliencia (capacidad para soportar un choque). Así, la familia sana evoluciona de tal manera que sus fluctuaciones no alcanzan los límites de resiliencia encargados de mantener la estructura. La familia en crisis es un caso límite en el que las fluctuaciones alcanzan los límites de resiliencia del sistema. Si éste no se disgrega, puede hacer una transición hacia otra estructura o bien evolucionar y limitar su dimensión. En el segundo caso, se convierte en una familia de transacción psicótica en la cual las fluctuaciones desbordan los límites de resiliencia del sistema. Este tipo de familia permite que surjan comportamientos sintomáticos en uno o más de sus miembros.

Estas clasificaciones tienen poco o nada un factor importante, la incidencia temporal de las disfunciones.