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Paz y Ciencia

martes, 31 de enero de 2017

Es Lacan Estructuralista...



A finales los cincuenta, el foco de atención de Lacan deja de ser la palabra y pasa a ser el lenguaje. Hablar es un acto que implica al sujeto y a otro. El lenguaje, en cambio, es una estructura y como tal no supone un sujeto. El lenguaje no tiene nada de humano, si se lo ve como un sistema formal de diferencias y se lo distingue claramente de la palabra.
Lacan, no podría ser considerado un estructuralista. El estructuralismo apuntaba a prescindir del sujeto y de la noción de un agente subjetivo, poniendo en su lugar la autonomía de las estructuras lingüísticas. Como señaló Jacques-Alain Miller, aunque Lacan comparte esta concepción de la autonomía de lo simbólico, al mismo tiempo le preocupa seriamente dar cabida al sujeto. Ese es el problema: si el lenguaje es una estructura abstracta, ¿qué sujeto puede concebirse para él?
¿Cómo puede el ser humano encontrar una estructura que le es intrínsecamente ajena?
Lo que escribe es diferente de uno. Puede representarlo, pero debe enfrentar de que las palabras no van a ayudarle. No fueron creadas pensando en ti. (Las palabras me representan pero no están destinadas a mí).
Surge así una nueva teoría de la alienación en Lacan. Sus primeras obras situaban la alienación en el registro de la imagen, en tanto que ahora la alienación es situada en el registro del lenguaje. Si antes se veía en el habla un factor que le daba al sujeto cierta identidad, ahora se ve que la función del lenguaje es bloquear la identidad. Esta es la diferencia entre la concepción lacaniana en 1953 y en 1958: el sujeto ya no es reconocido sino abolido.
Pérdida y Lenguaje: Desde la infancia recurrimos al habla para expresar nuestras necesidades, pero tan pronto usamos las palabras a fin de expresar algo, ya estamos en otro registro. Si lo que queremos es agua, el solo hecho de pedirla modifica las cosas. (El agua importa menos que mi madre me la de o no... En otros términos cómo manifiesta amor la mama.
El objeto de la necesidad es pulverizado por la dimensión del lenguaje: ahora lo que importa no es el objeto (el agua) sino el signo de amor. Por lo tanto, el habla introduce una forma particular de pérdida en el mundo. Hablar es desvanecer el objeto, porque uno siempre le habla a alguien. El objeto de la necesidad queda eclipsado por la demanda.


Utilidad de la Hipertimia



Parece razonable suponer que las características de una persona con temperamento hipertímico puedan ser útiles en una sociedad que tiende a privilegiar la actividad y el desempeño. Son individuos alegres, optimistas y expansivos, cálidos, de fácil contacto y extravertidos, tienden a ser locuaces y divertidos, necesitan pocas horas de sueño, incluso los fines de semana, son activos, emprendedores y realizan actividades imprevisibles, desinhibidos, ávidos de sensaciones, pero pueden ser excesivamente optimistas y confiados. En ocasiones, impertinentes, entrometidos y promiscuos. Tales rasgos pueden convertirlos en dedicados al trabajo y otras actividades, obteniendo notorios avances laborales y profesionales, con un optimismo que los convierte en perseverantes y resistentes a la adversidad. Estas personas con facilidad entran en sintonía con su medio ambiente, facilitando el contacto interpersonal.
Todo lo anterior nos lleva a sugerir la posibilidad que, de alguna forma, la transmisión de genes que permiten una mejor expresión en el campo de la creatividad, llevando a un mejor desempeño en el área laboral y educacional, pero lamentablemente, en la misma persona, al encontrarse en determinada disposición, causaría la enfermedad del ánimo.
Pedro Retamal
Eduardo Grecco
Rodrigo Córdoba


Bipolaridad y Adaptación

"... El posible significado adaptativo de las conductas depresivas o inhibidas pueden ser mejor comprendidas en una perspectiva evolutiva: un grupo humano reunido para enfrentar un pesado invierno podría lograr mejor convivencia al presentar disminución del interés sexual, alimentación e interacción social llevando tranquilidad a sus miembros. La inactividad conservaba la energía, asunto primordial puesto que los humanos comparados con otras especies tiene menos protección natural (tamaño, rapidez, piel, pelo). Por el contrario, en los períodos estivales las características hipomaníacas pudieran haber ayudado a cumplir con las tareas necesarias para la subsistencia en un período más bien breve: mayor interés en la actividad sexual y en la interacción social, con más vigor y laboriosidad, permitiendo cumplir con las necesidades".
Pedro Retamal
Rodrigo Córdoba Sanz. Experto en TLP y Bipolaridad

Quiero estar bien

¿Qué idea tiene el cliente/paciente del bienestar?
A veces el cliente se refiere al bienestar como un estado permanente de felicidad caracterizado por la ausencia de dificultades y conflictos. También puede que tenga la fantasía que todo lo que diga, haga, sienta y piense se corresponda siempre con la imagen ideal que tiene de sí mismo, y que nunca sucede nada que ponga en cuestión tal imagen: "es que no quiero ser tal cosa", o "es que no quiero sentir esto".
Este tipo de fantasías es muy frecuente, por ejemplo, en parejas que quieren que "todo vuelva a ser como antes".
Vistas así las cosas, lo que caracteriza a la demanda fantasiosa es que, cuando se concreta, aparece claramente como una demanda "loca" o "imposible".
Algunas demandas aparecen ya formuladas, ya de entrada, de esta manera. Son los casos de clientes que dicen, por ejemplo: "estoy siendo maltratado por mi pareja y quisiera dejar de sentir odio hacia esa persona", o, "acabo de separarme y quisiera dejar de sentir dolor".
Entonces procede ponerse didáctico: sobre lo que es posible y lo que no, sobre lo que es natural e inevitable en determinadas situaciones, donde la cuestión no puede plantearse en términos de cómo podemos librarnos de algo sino de cómo podemos llevarlo de otra forma.
Los cognitivistas se refieren a Epícteto, quien decía que las cosas no son como son sino como creemos que son.
La didáctica de la profesión supone explicar en que consiste una terapia. Se le explica, por ejemplo, que puedo ayudarle a estar claro en lo que quiere y ayudarle en proponerlo con mayor firmeza o con mayor cuidado: hasta ahí puedo llegar. Hasta aquí depende de sí mismo. Que el otro haga o deje de hacer una cosa no depende sólo del cliente.

¿Se trata de una demanda fantasiosa, imposible? ¿O se trata más bien de una demanda equivocada o, incluso, manipulativa?
El objetivo, desde luego, no es clasificarla, sino saber qué hacer con ello.

Francisco Sánchez Gavete
Terapia Gestalt. Una guía de Trabajo
Rodrigo Córdoba Sanz. Terapeuta Humanista y Psicodinámico

lunes, 30 de enero de 2017

Huellas de Experiencias Infantiles en los Bipolares

Algunas de las experiencias de las personas bipolares en relación con sus tiempos infantiles son:

1) Familia como un fuerte aislamiento del entorno. En la conciencia del grupo familiar, el aislamiento se justifica por varias razones: culturales, educativas, económicas, étnicas o de enfermedad, y es percibido, además, como algo de mucha importancia, frente a lo cual se deben desarrollar esfuerzos de sobreadaptación para lograr la aceptación social.

2) Niños educados en la dependencia. Entrenados por los padres "en la escuela" de la dependencia extrema con respecto a las opiniones y valoraciones externas.

3) Madre y Padre. En general, la madre es percibida por el niño como "la fuerte" y el referente de autoridad, mientras que el padre es visto como afectuoso pero débil, incluso a veces como fracasado, aunque realmente no lo sea. Es común que la madre sea ambiciosa y desvalorice los logros y la personalidad del terapeuta.

4) Expectativas de los padres. Desde la concepción, sus padres demuestran un deseo de aceptarlo, cuidarlo y protegerlo. Sin embargo, este deseo está dictado más por una exigencia moral que por un verdadero sentimiento de entrega. Pero lo cierto es que desean dar al hijo todo lo que colme sus necesidades. Lo educan en la escuela "de la receptividad y la pasividad", y el niño se hace fuertemente dependiente del suministro de afecto (sobre todo) de la madre. Esta dependencia se extiende luego a la totalidad de los adultos significativos y a los valores que éstos transmiten, y lo lleva a desarrollar una conducta de "complacer a los demás".

5) Relación padres-hijo: Los primeros tiempos de vida están caracterizados por una presencia simbiótica, casi sobreprotectora y un alto grado de bienestar, satisfacción y nutrición, que dan al bebé seguridad y confianza.
A medida que el niño crece va adquiriendo autonomía, en movimiento y pensamiento, y se va volviendo rebelde genera en la madre sentimientos de incomodidad y rechazo, que la llevan a un cambio en su relación con su hijo. De ser una persona maternalmente abnegada y cumplidora pasa, de manera abrupta, a ser una madre exigente.
Esta actitud materna transforma radicalmente el universo del niño.
Como consecuencia, comienza a sentirse solo, ansioso y preocupado, entonces, su problema central, que consiste en no poder integrar las dos imágenes opuestas de su madre que ahora se le revelan. Por una parte la percibe como una persona bondadosa, cordial, tierna, y por otra, como poco afable, dura y exigente.
Esta falta de confluencia produce una ambivalencia. Dos tendencias impuestas, que si no se trabajan, disocian al niño. Esto implica la desintegración e inestabilidad emocional, por tanto.

Juan Gelman: Aparto el amor con la derecha, la locura con la izquierda, para que no se mezclen por tu culpa.

Por tanto los bipolares tienen dos identidades diferentes (una bondadosa y otra destructiva), pues en ambos extremos de su oscilación bipolar cada una de estas facetas está reflejando, precisamente, los aspectos opuestos, separados y disociados del Yo.

Todo esto forma parte de la predisposición, y sobre ella actúan los factores desencadenantes: pérdidas, rupturas, mudanzas, sobreesfuerzo para alcanzar los logros, abandonos.

Eduardo Grecco Constelaciones Familiares y Bipolaridad
Rodrigo Córdoba Experto en Trastorno Bipolar y Trastorno Límite

domingo, 29 de enero de 2017

La consciencia inmediata y la finalidad de la psicoterapia



El objetivo para un terapeuta Gestalt es la recuperación del paciente, en cuanto a su espontaneidad. Al contactar con el entorno, de estar plenamente en la frontera-contacto. En efecto, la presencia plena y espontánea es para nosotros un sinónimo de consciencia inmediata. La consciencia inmediata es la capacidad intrínseca de cada ser humano de experimentar en todos sentidos el propio estar-con y estar-en, o sea, hacer contacto en una situación dada.
En otras palabras, el fin de la terapia Gestalt es que el paciente recupere su propia espontaneidad de estar en el mundo, la propia capacidad de elegir deliberadamente (función-yo) sobre la base de las seguridades corporales adquiridas (función ello) y de definiciones sociales -o relaciones- de sí mismo (función personalidad).
En Gestalt, este proceso ha sido entendido de varias formas: algunos lo identifican con la recuperación de la consciencia inmediata del paciente, otros con recuperar capacidades de contacto perdidas: Y, en efecto, las dos cosas coinciden.
Los terapeutas de la Gestalt que se identifican con la perspectiva fenomenológica -o situacional- creemos que el cambio terapéutico  gestáltico es la percepción de la frontera-contacto entre el paciente y el terapeuta. En consecuencia, es un cambio que se da no sólo en el paciente sino también en el terapeuta. Es una co-creación de una nueva frontera-contacto.
Margherita Spaugnolo Lobb
Rodrigo Córdoba Sanz.
Terapia Humanista y Psicodinámica

Winnicott La capacidad para estar solo



En su artículo titulado La capacidad para estar solo (1958), Winnicott se refiere a ese momento privilegiado que se arraiga en la experiencia del bebé de estar solo en presencia de la madre. Según él, la aptitud para permanecer solo (y para encontrar placer en la soledad) tiene su fundamento paradójico en la experiencia infantil de la soledad con alguien. Este aspecto específico de la relación es descriptivo con la expresión "relación en el yo", que Winnicott opone al concepto de relación pulsional.
"La relación en el yo es la que se produce entre dos personas, donde al menos una está sola - o tal vez las dos. Sin embargo a cada una importa la presencia de la otra. Pienso que si se compara el verbo like con el de love, se percibe que el primero pertenece al dominio de la relación en el yo, mientras que el segundo más bien atañe a una cuestión de relaciones pulsionales..."
"Solamente cuando el bebé está solo, es decir, en presencia de alguien puede descubrir su vida personal. La alternativa patológica es una existencia falsa, construida sobre reacciones a excursiones externas. Cuando está solo en el sentido en el sentido en que empleo esta palabra, es capaz de lo que en el adulto se llamaría distraerse.
Lo es posible entonces llegar a un estado de no integración (...) El terreno está preparado para una experiencia instintiva. Una percepción o una pulsión llega, en ese marco,  la percepción o la pulsión será experimentada como real y constituirá verdaderamente una experiencia personal".
Donald Woods Winnicott
Rodrigo Córdoba Sanz

Predisposición para la Bipolaridad



Vemos que existe una vulnerabilidad genética para la Bipolaridad, basada en respuestas originalmente útiles de la especie que incluso desarrolló un tipo físico, el pícnico, en donde la Bipolaridad predomina, hay huellas genealógicas ciertas, como el desgarramiento entre los padres de los padres, muertes escondidas en la historia familiar, transgresiones no perdonadas, figuras masculinas ausentes, ausencia repentina de miembros de la familia, migraciones, partidas sin despedidas, representación por lealtad de miembros excluidos...
También, huellas arquetípicas que se vinculan mucho con las genéticas y con los arquetipos de pionero (llenar, despertar, expandir, acelerar).
Finalmente, es necesario incluir dos cuestiones que exceden los límites de nuestro presente trabajo. La primera, el hecho de que en la construcción de los patrones bipolares no están ausentes las experiencias prenatales y perinatales, tales como la hipoxia, depresión materna durante el embarazo o en los primeros o en los tiempos gestativos fuera del vientre materno, abandono o rechazo paterno antes del nacimiento, adicciones de la madre o estrés materno excesivo.
La segunda se refiere al tema de las memorias del alma, urdimbre de naturaleza tan sorprendente como concluyente, pero que a partir de lo que enseña de un modo estupendo el doctor José Luis Cabouli en sus libros, se alcanza a comprender la importancia que juega en el armado de nuestras dolencias e inclinaciones.
Constelaciones Familiares y Bipolaridad. Eduardo Grecco
Terapeuta Humanista y Psicodinámico. Rodrigo Córdoba Sanz. Experto en Trastorno Bipolar y Trastorno Límite

sábado, 28 de enero de 2017

Vanidad



Según el Eneagrama, desarrollado por Claudio Naranjo durante decenios, yo destacaría el Eneatipo 3 como, lo que Erich Fromm llamaba "orientación mercantilista". ¿Por qué digo tal cosa? El Eneatipo 3. Vanidad, corresponde al espíritu de la época. Alguien que da más importancia a su imagen que a su interior. Volcados sobre el exterior, con cierto éxito social, por ejemplo, un abogado narcisista que explota a su secretaria.
Gasta más energía en mantener la imagen idealizada que guste al otro, dar la imagen deseable es su objetivo. Es camaleónico y, con tal de gustar, se convierte en cualquier cosa, en la encarnación de lo que el otro quiera ("quiero ser normal"), pueden decir en psicoterapia para referirse a lo que "no tienen". En realidad, están más centrados en la ostentación y su imagen corporal que mirarse a sí mismo.
Se pone coqueto y glamuroso, y es superficial. Tras su máscara bonita, y muchas veces esteriotipada, como de plástico (que a ojos de los demás resulta ridícula, pero que al 3 sexual cree que es lo que atrae), es el subtipo que más puede contactar con un vacío interior profundo.
El 3 sexual envía mensajes eróticos solo para atraer, no está dispuesto a dar lo que promete. Quiere ser deseado pero que no le toquen, porque se valida el deseo del otro. Distingue el sexo del amor, y en el sexo está preocupado por lo que le gusta y le apetece al otro, y por hacerlo bien.
Le gusta brillar, estar atento a todas las tendencias y tener un armario repleto para cada momento, joyas y todo tipo de búsqueda de fama y admiración. Le gusta conquistar personas, aplausos, reconocimiento, lugares. El brillo es un deseo de llamar la atención. Sabe presentarse, tiene encanto y modales, tiene todos los accesorios. Es eficaz, enérgico y lanzado. Se mueve con elegancia y facilidad, como una persona "de mundo".
Cuando no conoce el ambiente, la necesidad está vinculada al control. Cuando no conoce el ambiente no se muestra, la necesidad de reconocimiento le lleva a no mostrarse: uno se muestra cuando tiene la certeza de que va a ser aceptado
[...]
Claudio Naranjo
Rodrigo Córdoba Sanz. Terapia Humanista y Psicodinámica

viernes, 27 de enero de 2017

El bebé en los brazos de la madre



El adulto con un niño en brazos recrea el código de sus antiguos, pone en funcionamiento su saber en actos. El adulto con el niño en brazos lo hace mecer, girar, elevar, caer. Los Juegos de Sostén se desarrollan en un espacio corpóreo: en, desde y sobre el cuerpo del adulto. Más allá del cuerpo del cuidador está el vacío, caída sin rumbo, con destino incierto. El cuerpo-adulto es plataforma de lanzamiento y pista de aterrizaje, territorio de la escena lúdica. Aquí la caída y el desprendimiento son ilusorias, jugadas, falsos riesgos. Para temer no es necesario que algo ocurra, el miedo nace del presagio del pre-sentimiento. Para Winnicott El jugar es siempre aterrador y por eso es tan importante que alguien confiable esté presente para ponerse a jugar.
En los juegos de sostén, la "presencia" no consiste en la observación o en la asistencia momentánea, sino en una presencia en actos, en contactos y separaciones, presencia de sostén, donde la confianza se pre-siente. En los juegos corporales de la crianza se juegan escenas temidas, actualizadas por el adulto en la relación con el niño. La caída es  separación, los juegos de crianza elaboran la separación de los cuerpos, al mismo tiempo que ponen a prueba la confianza en el sostén de apoyo que el adulto le ofrece. En un sentido son rituales actos simbólicos. Es aquí donde cabría la cita de Jorge Luis Borges: Los actos son nuestros símbolos. Así como en los Juegos de Ocultamiento se elabora la pérdida de la referencia visual, en Los Juegos de Sostén, la disminución, variación y/o pérdida de la referencia táctil, es el elemento dominante, junto con la afirmación de la confianza en el cuerpo que sostiene y apoya.
Carmels, en el texto de Eduardo Grecco: Constelaciones Familiares y Bipolaridad.
Rodrigo Córdoba Sanz. Terapeuta Humanista y Psicodinámico

Eneatipo 3. El Artificial. El Vanidoso



Un abogado se compra un BMW nuevecito y sale a mostrárselo a otros abogados del tribunal. Llega y estaciona sobre la derecha, abre la puerta para salir y en ese momento pasa un camión y le arranca la puerta entera.
El abogado se pone a maldecir como un loco. Coge su teléfono móvil y llama a la policía, que llega muy pronto:
- ¡Mi coche recién sacado del concesionario! ¡Este animal, bestia, me ha arrancado la puerta!
Sigue hasta que la policía le dice:
- Pero, señor, ¿cómo puede ser usted tan materialista?, ¿no se ha dado cuenta de que el camión, al llevarse la puerta, también le ha arrancado el brazo desde el codo?
El abogado se mira el muñón atónito  y dice:
- ¡Mierda! ¿Dónde está mi Rólex?
En la Grecia clásica era considerado idiota aquel que se preocupaba más de sí mismo y de sus intereses privados y particulares sin prestar atención a los asuntos públicos o políticos. ¡Que buena definición para un E3 y en general para todo narcisista.
Según Claudio Naranjo, la vanidad es una preocupación apasionada por la propia imagen. Los vanidosos viven para los ojos de los demás y quitan el foco de interés de la experiencia de otro. De ahí que el vanidoso parezca no solamente preocupado por la estética, sino también insustancial, pues vive consagrado ciegamente a su imagen.
Sienten terror al sospechar que detrás de su imagen no hay nada. Su forma de fijación es el autoengaño en relación con los sentimientos. El E3 suele estar desconectado de lo que siente: prefiere simular que siente qué es lo más adecuado para su propia imagen.
Erich Fromm llamó "orientación mercantilista" a esta faceta de la personalidad, tan extendida, que Claudio Naranjo ha escrito un libro dedicado a este Eneatipo. Lo que indica que es un mal para Sanar la Civilización.

miércoles, 25 de enero de 2017

Psicoanálisis y Fe



Partamos de las observaciones de Freud para comprender el discurso de Julia Kristeva.
Freud, en los fundamentos de la cura dijo: "Nuestro Dios Logos", en el Porvenir de una ilusión. Evoca también los siguientes postulados evangélicos: "En el comienzo era el verbo" y "Dios es Amor".
El paciente recurre al analista por falta de amor. Y es mediante la restitución de la confianza y la capacidad amorosa en el vínculo transferencial - antes de tomar distancia de sí mismo - como conduce su experiencia analítica. A partir de ser el sujeto de un discurso amoroso durante los años del análisis durante los años del psicoanálisis (y en el mejor de los casos después de éste) toma contacto con sus potencialidades de transformación psíquica, de innovación intelectual, e incluso de innovación intelectual, e incluso de modificación física. Este tipo de experiencia parece ser el aporte específico de nuestra civilización moderna a la historia de los discursos amorosos: en efecto, el espacio analítico explícitamente designado por el contrato social en donde hay derecho de hablar de heridas, y de buscar nuevas personas, nuevos discursos.
Julia Kristeva: Al comienzo era el amor. Psicoanálisis y fe.
Gedisa, 2002, Barcelona.
Rodrigo Córdoba Sanz. Apoyando el discurso de la genial Kristeva.
Sea leído con un enfoque crítico, no destructivo, y, a poder ser, poco escolástico.

Qué es en realidad la sincronicidad




¿Qué es en realidad la sincronicidad? Concepto de Jung desarrollado por el premio Nobel de Física, Wolfgang Pauli.
Sunchronos es el tiempo que va al unísono, tiempo que coincide con él mismo. Dicho de otro modo, se trata de dos acontecimientos sin ninguna relación entre sí según la causalidad clásica, y que, por lo tanto, al ocurrir simultáneamente, adquieren sentido para la persona que es sujeto de ellos.
De ahí la impresión de magia que suele dar, pero sin que la magia sea precisamente escenificada, como sería el caso de forma camuflada si admitiéramos, por ejemplo, que esos acontecimientos tienen su causa en última instancia en el psiquismo del observador, digamos, su inconsciente.
La sincronicidad nos invita a introducirnos en el terreno de la acuasalidad. El acontecimiento sincronístico responde a una meta del inconsciente, sin que éste, sin embargo, haya podido provocarla.
Retomando las viejas distinciones de Aristóteles sobre este punto, no se trata en ningún caso de causa final que reintroduciría subrepticiamente la causalidad repudiada - y nos reconduciría a una acción mágica, desde luego, y más filosóficamente refinada, pero en cierto modo también más intelectual y científicamente escandalosa.
Entre una instancia y otra, se efectúa un salto o, como dice Jung en su escrito canónico Tertium Datur, se da un tercer término que establece la relación y extrae el sentido - pero lo hace después, y que consiste precisamente en la interioridad del sujeto.
Si Jung proporcionó el concepto de sincronicidad, fue para escapar a esa tentación siempre tan viva en el hombre y para ofrecer a los fenómenos constatados en su práctica (en su clínica del inconsciente), el marco de referencia adecuado.
La genealogía que realizó iba de una ciencia a la filosofía. Un intento riguroso de pensar en sus datos de la experiencia. Del Unus Mundus del teólogo Escoto Erígena, a la armonía establecida de los composibles de Leibniz, por no hablar del Tao y de la estructura tan particular del tiempo que refleja su línea de pensamiento.
La sincronicidad, como queda constatado, es un tema que puede llevar muy lejos, dada la proximidad de su radicalidad conceptual, y nos reclama una reflexión nueva (o renovada) y ampliada.

martes, 24 de enero de 2017

Al Comienzo Era el Amor. Psicoanálisis y Fe



Julia Kristeva, representante de vanguardia de las ciencias humanas, psicoanalista, semióloga, crítica literaria, nos dice que el psicoanálisis, según los postulados de la fe católica sean un error, sino que propone descifrar los contenidos inconscientes fundamentales que en ella residen.
Por otra parte, la actual primacía dada al lenguaje por el psicoanálisis así como la importante función que cumple el amor en la transferencia lo emparentan con la fe.
Sin embargo, la cura, en la medida en que se apoya en las fantasías y en lo imaginario, se separa radicalmente de la fe.
La cura disuelve el vínculo transferencial que liga al paciente con su psicoterapeuta y hacer del sujeto analizado un ser autónomo, solitario, sin pertenencia y sin Iglesia, dominado tan sólo por los lazos que le unen a su propio deseo.

Raíz última del malestar global



Los budistas afirman que las raíces del mal surgen del sentido del yo o del sentimiento de ser individuos atomizados. En la medida en que pensemos que hay un yo fijo y separado de los demás y nos aferramos a él para crearnos una falsa sensación de seguridad en la permanencia, creamos y nos creamos los problemas.
Buda pensaba que no hay nada inmutable dentro de nosotros, sino que la vida es eternamente fluida.
Los budistas también afirman que, en origen, el sufrimiento tiene tres causas básicas, a las que llaman los tres venenos.
- La primera de ellas es el odio o la aversión, que aparece cuando algo perturba nuestra seguridad o amenaza nuestro sentido del yo. El racismo, el partidismo, la competitividad y la guerra son ejemplos típicos del comportamiento aversivo.
Se plasma como desapego patológico o de rechazo hacia el otro, y quizá también hacia sí mismos. Se trata de personas excesivamente racionales, que lo fían todo al intelecto, personas, casi, analfabetos emocionales.
- El segundo de los venenos es el apego o la avaricia, opuesto al odio o la aversión. Es algo así como el deseo neurótico de aferrarnos a las cosas, las actitudes o las ideas que apoyan nuestra sensación de tener un yo permanente. El estatus social, el dinero, la búsqueda de una identidad definida, la identificación con un equipo o bando, incluso el amor apegado, celoso o limitador, son asuntos relacionados con el apego.
En la vida cotidiana, la gente vive el apego como una exagerada tendencia a los sentimientos desaforados, más bien propios de niños que de adultos.
- En tercer lugar, y como origen y raíz última del mal, de la que fluyen las dos raíces, es la ignorancia. Es la ignorancia lo que nos lleva a apegarnos a lo agradable, al éxito, al placer, a la comodidad, y a rechazar lo desagradable, como la crítica, el fracaso o el dolor. Se trata de personas viscerales, poco dadas a reflexionar sobre sus actos, tendentes a explotar, a pensar con las tripas. Tienen una compulsión a la acción, es una especie de llenar el vacío ontológico, moviéndose de un lado para otro.
Son muchas las tradiciones espirituales que han señalado la ignorancia como el origen de todo mal.
Sócrates decía que se sufre por ignorancia, y San Agustín escribió que la mitad del pecado original es la ignorancia.
La ignorancia no es la falta de conocimientos intelectuales, sino que se trata de una ignorancia espiritual. No reconocer las cosas como realmente son, un mirar hacia otro lado sin afrontar lo que sucede, una dificultad de vivir fluyendo con lo que ocurre.
David Barba. El Eneagrama del mulá Nasrudín


Rodrigo Córdoba Sanz. Terapia humanista y psicodinámica


lunes, 23 de enero de 2017

Winnicott en el dominio del Juego



Uno de los rasgos esenciales de la visión de Winnicott consiste en abordar la psicoterapia desde un punto de vista lúdico: "Jugar es una terapia en sí misma. Hacer lo necesario para que los niños sean capaces de jugar, es una psicoterapia que tiene una aplicación inmediata y universal".
Winnicott propone el psicoanálisis y la psicoterapia unidos y, añade que un terapeuta que no es capaz de jugar no está hecho para la profesión.
"...El juego es universal y corresponde a un estado de salud: la actividad lúdica facilita el crecimiento y, por lo tanto, a la salud. El hecho de jugar conduce a establecer relaciones grupales. En psicoterapia, el juego puede ser una forma de comunicación, y, en último término, diría que el psicoanálisis se ha desarrollado como una forma muy especializada del juego puesto al servicio de la relación consigo mismo y con los demás.
Jugar es lo natural, y el fenómeno altamente refinado del siglo XX es el psicoanálisis. Sería bueno recordarle constantemente al analista no sólo lo que debe a Freud,  sino también lo que debemos a eso que es natural y universal, el juego".
Donald Woods Winnicott
Pediatría y Psicoanálisis
Rodrigo Córdoba Sanz

Alice Miller maltrato por tu propio bien



La psicoanalista Alice Miller escribió un libro fascinante, Por tu propio bien. Escribe su tesis de cómo los traumatogénicos métodos alemanes de crianza produjeron a un Hitler. Miller habla de la "pedagogía negra" para describir cómo, con el objetivo de que el niño sea "bueno", no mienta ni se porte mal, se lo somete a castigos físicos, se los chantajea emocionalmente y se lo amenaza y castiga constantemente. Así, a través de este intento de dominar la voluntad del niño y convertirlo en una persona dócil, los niños aprenden a tomar partido por el punto de vista de sus padres "por su propio bien", con lo que, cuando llegan a adultos, acatan fácilmente a las autoridades, por tóxicas que sean, incluso si se trata de líderes autoritarios o dictadores. Al recibir este trato, y siendo muy difícil admitir que nuestros padres nos dañaron, el esquema vuelve a repetirse en la siguiente generación y, en cierto sentido, los nuevos padres se vengan de sus padres en la figura de sus hijos, ejerciendo el poder que a ellos mismos los aplastó, en una espiral que, además, es apoyada por la escuela y otras instituciones. 


Esto tampoco significa que todos los padres sean responsables absolutos del comportamiento de los hijos: todos tenemos una responsabilidad sobre nuestros propios actos, y una responsabilidad existencial en darnos cuenta de nuestras neurosis, en cuanto maduramos y comenzamos a tomar decisiones por nosotros mismos.
Daniel Segel ofrece un consejo en el libro Ser padres conscientes: "Si quieres ayudar a tu hijo trabaja en ti mismo".
Friederich Nietzsche recuperó para la cultura occidental el dionisismo y la animalidad perdidos. Más allá del bien y del mal denuncia que vivimos en una época dominada por el desprecio hacia nosotros mismos, el sometimiento ciego al orden establecido y el olvido del placer y el dejarse ir. Nietzsche nos dice "Lo que se hace por amor está más allá del bien y del mal". También, "La madurez del hombre es haberse vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño". Y aún más: "Las épocas de mayor esplendor de nuestra vida son aquellas en las cuales reunimos el valor suficiente para declarar que lo malo que hay en nosotros es lo mejor de nosotros mismos".
Todas estas frases recuerdan a una reivindicación del eros, del gozo espontáneo de vivir que sienten los niños y que los adultos hemos perdido como consecuencia de una domesticación cultural, religiosa y social".


domingo, 22 de enero de 2017

Sombra y Conciencia



Desde la fundación de la psicoterapia, un trabajo entre dos para aliviar y curar al paciente, el objetivo era "hacer consciente lo inconsciente", según Freud. Jung prefería denominar "nuestro encuentro con la sombra".
En paralelo a este proceso de develamiento, la construcción de una relación interpersonal es esencial. La psicoterapia equivale tanto a la relación con uno mismo, por el sendero de ir arrancándole oscuridad su señorío.
Freud suscitó la necesidad teórica de la comprensión histórica de los pacientes, para hacer viable el movimiento de arrojar luz a la oscuridad, como diría Jung. Se trata de un conocimiento para "tomar conciencia" capaz de producir significados. Esto implica una concepción que deja atrás el antagonismo entre situación e historia, y que enfoca su tarea a incluir en sus reflexiones la totalidad de la relación del paciente.
Al revisar las diferentes versiones  sobre el proceso de "darse cuenta" podemos apreciar el acuerdo en torno de que el producto de su actividad engendra una progresiva inclusión, un proceso anteriormente disociado. En suma, se crece uniendo lo que estaba separado.
Tal dinámica comporta pensar que lo denominado "nuestra sombra" implica una relación lógica (no espacial) que abarca todos los aspectos que la persona rechaza de sí misma y, puesto que no los admite dentro de sí, el proceso de individuación no puede cumplirse. Para que esto suceda se hace ineludible la integración del todo del individuo.
La sombra representa, pues, nuestra cara oculta y excluida, a la cual Jung se refiere como "nuestra hermana de la oscuridad, que aunque invisible forma parte de nuestra totalidad".
Este reino inconsciente es atemporal y está regido por una lógica que evade las leyes de la causalidad, y su constitución está nutrida por la presencia de una operación psicológica que Freud describe como represión. Dispositivo inherente a la vida psíquica, que opera tanto en la filogenia como de la ontogenia. En el primer caso, este acontecimiento se ubica en el momento del paso hipotético de la naturaleza a la cultura, en el segundo, se despliega en torno de los procesos que, desde el nacimiento en adelante, actúan como los responsables de suprimir los contenidos rechazables y dolorosos para la conciencia. En este sentido, la represión funciona como defensa aunque en contra del crecimiento, maduración emocional, autorrealización e individuación.
La sombra, en este caso, va creciendo, manteniendo lejos de la conciencia los elementos que pueden ayudar a sanar. Dice Jung: "El consciente se puede amaestrar como un papagayo, no, sin embargo el inconsciente". Por esta razón, San Agustín ha expresado su agradecimiento a Dios por no haberle hecho responsable de sus sueños".
Como consecuencia de esta lucha por sujetar a la sombra, por una parte el Yo se va empobreciendo en sus capacidades creativas, y por otra, lo reprimido retorna, de manera deformada como síntomas, sueños y vínculos. Es justamente mediante la observación de estas figuras como podemos interpretar el tenor de lo ocultado. Por tanto, mientras la sombra permanece, el hombre se ve esclavizado a sus dictados e impedido de sanar los desgarrones de su integración. Por eso el camino para sanar esta herida consiste en enfrentar la sombra y abrazarla.
A partir de este lugar, la función del terapeuta consiste en ser "partero" de la sombra del paciente. Ayudarlo a que dé luz aquello que se mantiene en la oscuridad del inconsciente y que lo preña de padecimientos psicofísicos y desdichas vinculares. Un parto, en general, similar al propio y "natural" de las mujeres, aunque no siempre doloroso. Sí existe un dolor evolutivo que hace avanzar y que, luego de pasado, invade de gozo y disminuye la ignorancia.
Desde el punto de vista del terapeuta involucrado en el marco de la relación terapéutica con el paciente, a quien está ayudando a enfrentarse con su sombra, vale aquí la reflexión de Nietzsche: "Hay casos en que los psicólogos somos los caballos. Nos asustamos de nuestra propia sombra, que se mueve delante de nosotros. El psicólogo tiene que apartarse de su ego para ver". Para ver su lado oscuro y temido.
Es interesante reseñar que cuando la persona ha superado su sombra se vuelve más compasiva, ya que para desplegar este sentimiento necesita haber vivido la experiencia de atravesar un dolor, padecido en carne propia, y sobre el cual haya prevalecido.
Así, el encuentro con la sombra -que nunca es casual, que siempre es sincronístico, que siempre sucede como parte de un trabajo, aun cuando no sepamos lo que estamos haciendo- forma parte del proceso más global de la evolución. Por lo tanto, como estamos destinados a tener que aprender y evolucionar, somos forzados a toparnos con la sombra. Más tarde o más temprano, según la disposición de nuestra personalidad a aceptar los dictados de nuestra alma.
El hacernos uno con la sombra, supone estar realizando un trabajo para el desarrollo en nuestro mundo, alcanzar mayor compasión, más sabiduría sobre nosotros mismos y, especialmente un dominio de nuestros talentos y nuestras fuerzas, que dejan de actuar enajenados, alienados por la conciencia, para ponerse al servicio de la unidad del amor.

sábado, 21 de enero de 2017

Afectos y Razón



"En el mundo de la ciencia muchas veces se escucha a científicos decir 'Eso es un buen razonamiento. Mi teoría estaba equivocada', y cambian su enfoque para descubrir nuevas cosas. Sin embargo, no recuerdo la última vez que un político o un religioso dijera lo mismo". Carl Sagan
Cómo conciliar historia con trama, explicar con comprender, causalidad (traumas, constelaciones familiares, genes) con sincronicidad, es un arte. Pero un arte que no sólo queda implicado y circunscrito en el ámbito de la terapéutica, sino, que es parte de la vida. Conocer de causas de las cosas nos da tranquilidad a la conciencia, pero no despeja la incertidumbre del alma. El alma demanda alcanzar significados, comprender el para qué de los procesos y recordemos que quien pone sentido a la vida es el sentir. De manera que, mientras la explicación se recuesta del lado de la razón, la sincronicidad lo hace en los afectos y el alma.
Pero afectos y razón no deben separarse sino complementarse. Sin embargo, cada uno tiene su propio espacio y persiguen fines diferentes. Los afectos -a diferencia de la razón,  que busca analizar, distinguir, separar-,  están alentados por una insaciable ambición simbólica, acompañada por una intensa exigencia de orientarse hacia lo concreto. El pensamiento abstrae, discontinúa, los afectos materializan, asocian. ¿Cómo armonizar inclinaciones que, a toda luz, son tan disímiles?

viernes, 20 de enero de 2017

Hanna Segal sobre Melanie Klein


HANNA SEGAL


"La obra de Melanie Klein, una de las piedras fundamentales en el edificio del conocimiento psicoanalítico, ha llegado a ser conocido por los lectores de habla castellana a través de la traducción de varios de sus libros. Sin embargo, la complejidad y riqueza de los conceptos desarrollados por la teoría kleiniana resultaron sólo accesibles en forma completa a un número limitado de personas: aquellas que poseían una larga experiencia en la labor psicoanalítica... Hanna Segal ha escrito este libro... como guía para su cultura. En mi opinión, este intento se ha visto coronado por el mayor de los éxitos, ya que ha logrado exponer de manera sumamente clara y didáctica la esencia de los conceptos kleinianos,  ilustrándolos con la aportación de valiosos ejemplos clínicos procedentes de su experiencia en análisis de niños y adultos".
Presentación de León Grinberg
Primera edición en España, 1981.
Octava edición en España, 2015


Trama y Argumento



El sistema de creencias sobre uno mismo y el mundo es la identidad.
Tenemos un mundo interno, donde predomina lo connotativo y la realidad "compartida", la realidad externa.
El mundo interno es lo que constituye la realidad psíquica y los terapeutas sabemos que no coincide con la realidad externa.
Los hinduistas indican que para avanzar en el proceso de liberación hay que disolver la identidad.
Las creencias y la identidad se conforman desde pequeñitos, esta tarea de modelaje se llama complejo materno.
Para Aristóteles, la trama es el alma de la tragedia. Idea, también, de Alejandro Magno.
Una historia tiene alma, la fuerza que le anima, pero esa alma encarna en una personalidad para cobrar existencia. La personalidad es lo visible, y el alma, lo que no lo es.
La primera se muestra por presencia, la segunda por ausencia. Sin embargo, es a través de la narración de la personalidad de la historia donde se manifiesta el alma.
Pero del mismo modo que una relación puede vaciarse de afectos y convertirse en un vínculo, es posible asesinar el alma de una historia y transformarla en una cronología.
Nosotros, narramos de forma singular nuestra historia, pero en realidad es la historia lo que nos narra.
El cuento que hacemos de nuestra vida nace de una estructura, donde los trozos y trazos entrelazados del relato tienen una línea de sentido que se encuentra más allá de la conciencia. El Yo la verbaliza, pero hay otro interior que escribe el guión.
Muy a menudo, la persona que pide ayuda quiere transformar su trama. Prefiere parches, soluciones rápidas y sencillas. El Ego se resiste a un cambio interior, la historia que cuenta, lo que refleja, son los desvelos yoicos, la intención es que el Yo no sufra, pero sin que nada se modifique. Es que el Yo guarda una lealtad ciega a la trama de su vida.
Este orden perceptivo-cognitivo-emocional no sólo se configura como un aprendizaje que deja huella en lo psíquico, sino que se cristaliza como una vía registrada en los senderos del psiquesoma. La parte orgánica se ve afectada por cambios en la fisiología del sistema nervioso. La danza de los neurotransmisores y el canto de las conexiones axonales acompañan este proceso, para consolidarlo como un patrón que se resiste en mudar en algo diferente.
La trama, entonces, se hace memoria en la carne.
Eduardo Grecco
Rodrigo Córdoba Sanz 653 379 269
Zaragoza

Conceptos de la Terapia Dialéctico Conductual para el Trastorno Límite



Esta terapia, cuya pionera es Marsha  Linehan, es una teoría biopsicosocial del TLP, trastorno límite de la personalidad.
Su tratamiento se hace con técnicas cognitivo conductuales, dialécticas y de la práctica del Zen.
La teoría biopsicosocial sostiene que los pacientes con TLP se caracterizan por:
- Vulnerabilidad emocional biológica con dificultades para regular las emociones negativas y una hiperreactividad a los estímulos.
- Auto-Invalidación de sus respuestas emocionales, pensamiento, creencias y conductas. Puede incluir vergüenza, odio y rabia a sí mismas.
- Crisis implacables, frecuentes, estresantes, con eventos negativos incesantes. Algunas de las crisis son causadas por el estilo de vida, otras por ambientes inadecuadas y otras por una ansiedad flotante muy elevada.
- Duelos no elaborados con tendencia a inhibir y controlar las emociones negativas asociadas con las pérdidas, tristeza, rabia, culpa, vergüenza, ansiedad y pánico.
- Cierta pasividad activa como estilo de resolución de problemas interpersonales y de la vida diaria, junto con peticiones inapropiadas de ayuda por sentirse desamparados y desesperanzados.
- Autosuficiencia aparente al mostrarse más competentes de lo que son. Pueden ser brillantes y boicotearse.
Rodrigo Córdoba Sanz. Experto en Trastornos de Personalidad. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza. 653 379 269

jueves, 19 de enero de 2017

Historia y Trama



Los síntomas están inscritos en el lenguaje. El psicoanálisis es primo hermano de la historia. La biografía de un ser humano es el mapa, que no el territorio, dicho territorio se esclarece en el proceso terapéutico.
Sartre nos deja claro, con brillantez, que la historia no es lo acontecido sino lo que lo hemos hecho con lo sucedido.
En la comprensión del quehacer terapéutico se percibe con nitidez que, merced a su dimensión temporal, la historia no consiste en el anudamiento de una secuencia de eventos separados entre sí, sino, por el contrario, en el paso de una configuración a otra, de manera incesante y encadenada.
Esto se aprecia con mayor robustez en las personas que piden ayuda terapéutica. Ellas creen advertir que los sucesos de su biografía -aun en su fragmentación- son parte de un proceso de transformación continúa,  y aunque no se percaten de los eslabones que los unen, tienen conciencia de que los entreteje un hilo conductor. Es como si hubiera una necesidad imperiosa de dar continuidad a lo vivido, y cuando no se es capaz de procurarlo desde la conciencia, la sombra se encarga de ello.
Es interesante ver que esta secuencia no responde a un orden cronológico sino subjetivo, como si la narración histórica fuese una reescritura ficcional y no la descripción objetiva de hechos. En la biografía personal no importa la verdad histórica como tal, sino la mítica, la trama desde donde cada quien imagina sus recorridos, que narra y hace jugar precisos papeles a los personajes de esa novela.

miércoles, 18 de enero de 2017

Teoría Nasrudín de las neurosis



Muchos representantes de la "ciencia dura", enamorados del DSM, El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, un libro infame para realizar diagnósticos asociados a los psicofármacos.
Es cierto que se está prestando más atención a la Psicología Humanista, como reacción y contrapunto de muchos de nosotros que consideramos el Eneagrama como el comienzo de un proceso psicoespiritual, antes de un pseudoparche medicinal.
Partiendo de Gurdieff y Óscar Ichazo, Claudio Naranjo aplicó su conocimiento holístico, donde cabe la psiquiatría y la psicología.
El DSM gobierna en lo académico y es un insulto a la psicología humanista.
Por otro lado, se han aprovechado y desnaturalizado esta herramienta y su viaje con fines antagonistas al espíritu del Eneagrama.
El Eneagrama nos descubre que somos autómatas e ignorantes por un engorde del ego fruto de una educación empalagosa, por medio de la educación, medios de comunicación, escuela y, a su vez, la enfermedad, la neurosis, el ego de nuestros propios padres y cuidadores. Hay que Cambiar la educación para cambiar el mundo.
Somos verdugos y víctimas de una violencia estructural que, a menudo, nos pasa desapercibida. Ante esa realidad el Eneagrama se convierte en un instrumento de sanación, una grieta en esa armadura oxidada que nos comprime y nos impide tocar y ser tocados por el prójimo.
El Eneagrama del mula Nasrudín. Aceptar el ego para transformar la conciencia. David Barba
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo. Terapeuta humanista y psicodinámica.

Mente Patriarcal



Decía Albert Einstein que no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.
Para arreglar el mundo necesitamos una mente nueva. Necesitamos volver a pensar con el hemisferio derecho y, en última instancia, reconciliar ambos hemisferios en un todo integrado. La base de nuestros problemas radica en esa mentalidad opresiva, mercantilista y excesivamente radical que lo contamina todo: las relaciones, el medio ambiente, la necesidad de darle un sentido a nuestras vidas... Claudio Naranjo llama a esto mente patriarcal.

Comprender y Explicar



Comprender, en principio, supone poner el acento en los motivos que alientan una conducta que obliga a bucear en las intenciones interiores de una persona, tratando de conectar las vivencias que en ella acontecen, sin pretender con eso elaborar ninguna teoría, ni deducir leyes, sabiendo que los resultados de este enfoque cualitativo tendrán conclusiones relativas -, por el solo hecho de muestra participación subjetiva en el acto de comprender. De manera que esta dirección del conocimiento permite descubrir sentidos, a partir de la comprensión del mundo interior de una persona, pero tiene limitaciones a la hora de expandir esta deducción a otras o para generalizar conclusiones.
Explicar, por su parte, implica hallar las causas que provocan una conducta. Por esta razón obliga a la observación desde el exterior de la persona, conectando los hechos tal como aparecen, intentando formular teorías y encontrar leyes, sostenidas en datos cuantitativos que permitan predicciones precisas, y recolectados a partir de experimentos objetivos, en una relación mediatizada por instrumentos y distenciada de lo subjetivo.
Por este camino, el conocimiento que se se logra permite establecer leyes que facilitan determinar las conductas posibles cuando existen ciertas causas específicas, pero resulta poco útil a la hora de entender lo que sucede en la intimidad de la persona que expresa esa conducta.
La cuestión clínica, entonces, gravita en interrogarse acerca de cómo es susceptible articular estos dos relojes, para así explicar la naturaleza de la génesis de un padecer, y al mismo tiempo comprender su significado. Es decir, bucear por la historia y la trama al mismo tiempo.

Jorge Luis Borges



Jorge Luis Borges decía en una entrevista: "Uno puede darse cuenta de que el otro es inteligente, aunque el otro no diga nada. Uno está recibiendo continuamente algo, hasta los sufrimientos, hasta los sacrificios, hasta los maleficios, todo tiene algún fin. En el caso del poeta, todo lo que pasa es una especie de arcilla que tiene que transformar, que moldear en la belleza, y así todas las cosas se justifican, y los males también. Yo debo agredecer esos dones, aunque, a veces, sean o parezcan terribles".
Muchos amanecen cada día buscando mejorar y armonizar su vida. Creen que si superan con esfuerzo sus defectos -o al menos intentar controlarlos-, si hacen obras de caridad y le dedican sesenta minutos diarios a la meditación, un día descubrirán "el despertar de la conciencia". Si bien estas acciones orientan a vivir de modo consciente, el inicio del proceso sea, quizás, el menos esperado, más mundano y a la mano, y menos dramático.

martes, 17 de enero de 2017

La búsqueda del ser



Todos nos sentimos vacíos, sin falta de sentido a nuestra existencia. Aparece el ego como una forma de deformación de la esencia y la aparición de una neurosis, una enfermedad que remite en nuestra personalidad.
Esto se va troquelando con la educación de lo social, familiar y medios de comunicación.
El ego oscurece la esencia, no tiene connotación positiva.
Del vacío existencial surgen las pasiones que a todos nos mueve: un impulso emocional determinado para llenar el vacío. La pasión que tiene cada eneatipo responde a ese centro emocional. Las nueve pasiones que describe el Eneagrama conforman el núcleo fundamental de cada eneatipo.
Intentamos, desde el hemisferio izquierdo (mente racional) desarrollar estrategias o planes, recibe el nombre de fijación. Así cada uno de los nueve eneatipos parten de una fijación mental: ideas irracionales acerca de cómo llenar ese vacío. La solución que urge a los lectores, ávidos de soluciones, no existen de manera rápida porque la transformación curativa es un proceso espiritual (del hemisferio derecho). Un trayecto que pasa por reconocer las trampas de su ego y trascender, desde lo espiritual (no necesariamente religioso).
El eneatipo 1 se aferra a la perfección y se apoya en los demás para mejorar.
El eneatipo 2 niega su necesidad de apoyo de los demás mejorándose a sí mismo.
El eneatipo 3 glorifica la eficacia, el prestigio, el éxito e intenta demostrarse que puede solo.
El eneatipo 4 evita frustrarse optando por vivir en la frustración. Manteniendo su dolor, está desconectado de su ser.
El eneatipo 5 se aferra al conocimiento como un sucedáneo de la vida.
El eneatipo 6 busca la seguridad en la jerarquía y la devoción obsesiva.
El eneatipo 7 idealiza y busca el placer como forma de escapar de la frustración.
El eneatipo 8 reacciona enfadándose ante la pérdida de apoyo y lucha por recuperaron.
El eneatipo 9 evita cuidadosamente su inferioridad, se sobreadapta a la situación como si todo fuera bien, lo que le condena a existir de un modo mecánico y carente de vida.
Cada uno de los caracteres se aferra, de este modo, a un sustituto de su ser.

lunes, 16 de enero de 2017

Diversión y Conocimiento

"Diviértete e intenta aprender,  fastidiarás a alguien. Si no lo haces, fastidiarás a alguien".
Mulá Nasrudín

Nuestros padres y abuelos han intentado penetrar, en el siglo pasado y más de una vez, el muro del mal social con todo tipo de teorías sociales, programas políticos, reformas, resoluciones y revoluciones. En cada intento han fracasado miserablemente. Ni un solo intento de mejora del destino humano ha tenido hasta ahora. Más que eso, o más bien, peor que eso: con cada intento la miseria se profundizó y aumentó la confusión. La generación actual, a saber, aquellos que están en su madurez ahora, aquellos que tienen entre treinta y sesenta, han heredado esta confusión y han intentado duramente, y en vano, salir de ella: algunos han sido capaces de levantar la cabeza por encima del caos, otros han sido arrastrados por un remolino para no salir nunca más. En otras palabras: hemos fracasado miserablemente como constructores de una nueva orientación vital para la vida. Estuvimos demasiado agobiados con nuestros propios embrollos pasados. Íbamos cargados con cadenas en nuestras piernas,  mientras intentábamos salir hacia la libertad. Hemos caído, y, como generación, no nos levantaremos nunca más.
¿No hay, entonces, esperanza?  Hay esperanza, mucha esperanza, si solo mostramos el valor y la dignidad de ser conscientes de nuestro miserable fracaso. Entonces, y solamente entonces, seremos capaces de ver dónde y cómo ayudar.
Wilhelm Reich

La vida cotidiana como regocijo



Hay que aprender a dejarse conducir por el alma en las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Cuando en este plano se aprende fluir con las mareas de la vida, luego es más sencillo operar en las grandes causas de la existencia.
Algunas personas desvalorizan lo cotidiano porque les parece insuficiente, olvidando que "la totalidad de la vida es simbólica porque todo en ella tiene significado". Boris Pasternak, o que "se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas". Walt Whitman. Estar en lo cotidiano es vivir la vida aquí y ahora, pero "algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos  a vivir aquí y ahora". John Lennon.
Vivir en lo cotidiano y acercarse a la sincronicidad por esta calle entraña que la persona ha logrado el punto de estar centrada en su interior, ser profundamente fiel a sí misma y habitar en la vida de un modo sencillo. Simplicidad que no presume, necesariamente, dicha.
Sigmund Freud declaraba, con cierta ironía, en una confesión autobiográfica ilustrativa: He sido un hombre afortunado en la vida: nada me fue fácil. Sin embargo, lo difícil tampoco requiere infelicidad, así como lo cotidiano no por ser lo que es resulta aburrido e insípido. Todo es una cuestión de miras, ya que "todos vivimos en la tierra, pero algunos levantamos los ojos hacia las estrellas". Oscar Wilde.
Cuando se acepta la sincronicidad de lo cotidiano, se descubre la sincronicidad de lo que no lo es. De la misma manera que es imposible conectarse con la guía espiritual sin antes haber enlazado con lo terrenal, es inviable vivir lo trascendente sin previamente haber pasado por lo diario y familiar. La puerta de acceso a lo excepcional es lo habitual.
Carl Gustav Jung aseguraba que la sincronicidad era un memorando psíquico, un recordatorio de que el universo tiene un orden fundamental que no se ajusta a la lógica de la causalidad. Leer ese orden permite avanzar, con paso firme, por el camino de la evolución.

Mirando jugar al niño



El psicoanálisis, demasiado absorto por el contenido del juego, se olvidó de mirar al niño que juega. De esa manera abordó el juego en sus aspectos periféricos: como expresión de los fantasmas o como vía de descarga de las tensiones pulsionales. No obstante, para el niño el niño el juego es menos un medio que un fin. Es una de esas actividades humanas inherentes al hecho de vivir. En ese estadío, vivir y jugar son una misma cosa. Evidentemente, se puede centrar la atención sobre la relación entre el juego y los fantasmas, pero lo que se obtiene no es otra cosa que el juego en vías de degradación.
"Cuando el niño juega, el elemento masturbatorio está totalmente ausente: en otras palabras, si cuando un niño está jugando, la excitación física resultante de la implicación pulsional se vuelve manifiesta, entonces el juego cesa, al menos se deteriora". Winnicott
Desde luego que jugar es excitante, lo sabemos bien, pero la excitación que proviene del juego obedece más a la precariedad del espacio en que se desarrolla, que a las pulsiones que moviliza: entre la subjetividad que confina a la "alucinación" (y que sitúa el juego en cierta proximidad con la locura) y la realidad objetiva, "compartida".

domingo, 15 de enero de 2017

Sentidos Sincronísticos



Desde la sincronicidad, la vida no es fruto de causas sino de sentidos que se asocian entre sí. Es decir, las relaciones que se establecen entre los sucesos, personas o cosas, no son obra de agentes causales, sino de misteriosas conexiones atemporales, en donde la convergencia de significados es lo que cuenta.
La malla de nuestra historia, el cristal de nuestra vida, y que de ese modo, en el cristal de la vida las palabras esclarecedoras, interpretaciones, revelaciones e insight, asisten a las personas en su labor de adquirir claridad y ver mejor tras esos cristales.
Esos cristales pueden ser una elección del alma para llevarnos a aprender lecciones de vida, nunca se van a disolver, que jamás las personas van desistir de tener cristales, pero que no es lo mismo ver la realidad por medio de un cristal sucio o empañado, que a través de otro límpido y despejado. Cuanto más transparentes sean, más libres de creencias, apegos, modelos e influencias ajenas. Más cerca está la persona de verse y ver el mundo tal cual es.
Jung designa esta naturaleza de significados que coexisten como sincronía.
La sincronía nos empuja a la transformación personal. Es una fuerza de cambio. La causalidad conmociona, la segunda conmueve. Y ya conocemos la repulsa de los seres humanos para abrirse al cambio interior.
A medida que la conciencia se va abriendo y dejando guiar por la sincronicidad, aparece con más fuerza, pero si no es escuchada se aleja de la conciencia, de la existencia.
Llevando este concepto al desarrollo del proceso enfermar-curar, cobra sentido tal afirmación, tan reiterada por Jung, acerca de que la sincronicidad es, por una parte, guía que reorienta a la persona en "la noche oscura del Alma", cuando abandona las seguridades de la conciencia y la razón, y por otra, el timón que la dirige hacia donde le corresponde ir a ella, como la ballena de Jonás.
¿Cómo se logra que la sincronicidad adquiera tal rol? Trabajando en los pequeños detalles la vida cotidiana y dejando que la gracia del alma se derrame sobre la conciencia.

Causas y Síntomas



Todo ocurre de forma conectada, nada está aislado, cualquier hecho, incidente, gracia o desgracia, se encuentra ligado a otros en un dinámico proceso de interacción, un evento se continúa con otros, la causa precede al efecto. De esta condición última se desprende la necesidad de la línea de tiempo que supone la causalidad y el hecho de que la causa siempre se encuentra en el ayer de lo causado.
El reloj causal es el que habla de las influencias que determinan resultados, consecuencias, secuelas y frutos. Su acción se resume en frases como: Todo efecto tiene una causa-No existe efecto sin causa-Todo cuanto comienza a existir debe tener una causa eficiente-Todo cuanto existe de manera contingente tiene causa eficaz.
Sin embargo, la causalidad unívoca se vio obligada, por su insuficiencia, a ampliarse a lo "multi" o "pluri".
La multicausalidad es aplicable en la naturaleza, y, por tanto mucho más en los humanos.
Sin embargo, incluso contando con la noción de sobredeterminación es la apreciación de los procesos humanos, y aceptando la noción de sobredeterminación en la apreciación de los seres humanos, y aceptando la posibilidad de que esta perspectiva permita descifrar la génesis de un síntoma, conducta o cualquier otra manifestación, tal perspectiva sólo alcanzaría a predicar eso (que no es poco), pero no lograría poner en evidencia el significado existencial de tal producción.
Con Sigmund Freud la causa fue, al principio de sus reflexiones, el trauma. Luego el Complejo de Edipo, y más luego el de la castración, otros investigadores hablan de complejo de inferioridad, abandono materno, etc. Incluso, de lo personal se avanzó a lo no personal: anclajes arquetípicos, constelaciones familiares, memorias del alma. Es igual: aunque cambiemos el motivo, nos extendamos en el espacio o retrocedamos en el tiempo, todo se restringe a buscar causas en el pasado. Esto indica la cartografía de un organismo, pero no de las intenciones que lo alienta. Para eso, hace falta dar un paso más.

viernes, 13 de enero de 2017

Lacan y Claude Lévi-Strauss

"He aprendido muchas cosas de Lévi-Strauss", dice Lacan. En primer lugar que la estructura simbólica domina. ¿Qué?  Lo social, las relaciones de parentesco, la ideología, pero también, para cada uno, su relación con el mundo, sus relaciones afectivas, su complejo familiar. Después, que ciertos guiones imaginarios, a saber, los mitos y los ritos que ellos fundan, son necesarios para velar las contradicciones de la realidad económica y social. Tercera lección: estas formaciones se transforman: lo hacen siguiendo leyes, que son matemáticas.

Lacan aplica estas lecciones al psicoanálisis. El sujeto confrontado a un real imposible de simbolizar produce un guión fantasmático que pone en escena un comportamiento estilizado, el cual puede verse como una auténtica ceremonia o como un verdadero delirio....

Cada vez que logra coincidir consigo mismo, su partenaire sexual se desdobla, cuando su vida amorosa se unifica, entonces aparece un doble narcisista que vive por procuración en su lugar.

Jaques-Alain Miller

¿Ser Superdotado?



¿Los superdotados son simplemente una cuestión de moda?
El efecto amplificador y a veces deformador de los medios de comunicación puede hacer creer que se trata de una población que surge por generación espontánea, creada por los padres en busca de autosatisfacción o por los psicólogos a quienes fascinan estos "supercerebros".
Es cierto que el interés por aquellos que antes se pensaba que lo tenían "todo" es relativamente reciente.
¿Qué ha sucedido? Que ha tenido lugar un conjunto de varios factores, como el aumento del número de visitas al psicólogo por parte de niños y adolescentes y la generalización de los chequeos psicológicos, lo cual ha conllevado una constatación a menudo alarmante: los niños con un coeficiente intelectual elevado tienen dificultades escolares graves y en ocasiones experimentan problemas psicológicos graves. Otros desarrollan problemas de comportamiento y de adaptación social que ponen en peligro su educación. Los adultos sensibilizados ante el desarrollo personal de su hijo o ante el sesgo que toman sus actitudes personales,  incrementan, en función de sus dificultades y desamparo, el número de visitas al psicólogo.
¿Qué tienen en común?
Son superdotados y tienen dificultades. Son superdotados y buscan respuestas adaptadas a su malestar, a sus problemas vitales y de integración, así como a las cuestiones relativas al éxito.
Durante estos años se han realizado numerosos estudios médicos y psicológicos, sin arrojar luz sobre el fenómeno del malestar de estos niños y adultos. Lo que buscan y necesitan estos niños y adultos es comprensión, compañía y apoyo.
Sobre todo, la hipótesis que considera al superdotado como una persona aventajada sigue siendo la más común y domina todavía la mayor parte de las teorías.
¿Cómo integrar y admitir esta paradoja esencial que debilita la trayectoria del superdotado: la relación íntima que se da entre la inteligencia extrema y la vulnerabilidad psíquica?
"Qué relaciones tan curiosas. ¿Acaso el pensamiento extremo abrirían el mismo horizonte?
¿Es que sufrir sería, al fin y al cabo, pensar? "
Maurice Blanchot

Jung. Arquetipos



"El Yo no sólo contiene el depósito y la totalidad de toda la vida pasada, sino que también es un punto de arranque, el suelo fértil a partir del cual brotará toda la vida futura. La premonición de lo futuro está tan claramente impresa en nuestros sentimientos más íntimos como lo está el aspecto histórico". Jung
Los arquetipos son indicadores.
"La vida no sigue líneas rectas, ni líneas rectas, ni líneas cuyo curso pueda verse con gran antelación". Jung
El modo que tenía Jung de trabajar con imágenes arquetípicas no era la interpretación y traducción a lenguaje conceptual, o la reducción a una imagen más general y abstracta, sino lo que el llamó amplificación: conectar la imagen al mayor número de personas asociadas, mantenimiendo así el proceso de imaginar. La cuestión es ponernos en contacto con su multiplicidad, su fecundidad, el sentido de interconexión viviente entre ellas, no con su dependencia de algún origen común. Amplificar nos ayuda a ir más allá de nuestras estrechas identidades personales y a "recordarnos con una imaginación más amplia".
Las imágenes arquetípicas nos proporcionan un "autorretrato" de la psique y revelan su carácter proteico y de múltiples facetas. Nuestra vida está configurada por una pluralidad de imágenes arquetípicas.
"En el inconsciente los arquetipos individuales no están aislados unos de otros, sino en un estado de contaminación, de fusión e interpretación completa y mutua". Vio que a menudo es "un empeño prácticamente imposible separar un sólo arquetipo fuera del tejido viviente de la psique".
Las imágenes arquetípicas suelen aparecer como parte de un tándem: anima animus, puer y senex, madre e hijo. El anima aparece de modo diferente cuando la enlazamos con el animus en vez de con la sombra. Las madres aparecen de modo diferente a los hijos que a las hijas, y ser hija significa algo distinto para una hija que para una madre.
En relación con la imagen consciente no se trata de fortalecer el ego sino de relativizarlo y llegar a ver que el ego es también un arquetipo.
Como dijo Carl Gustav Jung:
"La vida es loca y a la vez está llena de sentido. Y cuando no nos reímos de un aspecto y especulamos sobre el otro, la vida se hace extremadamente gris y todo se reduce a la misma escala. Entonces hay poco sentido y poco sinsentido".






jueves, 12 de enero de 2017

Técnicas del Tratamiento del Trastorno Límite de la Personalidad



Tratamiento del TLP. Borderline
Identificación y expresión apropiada del afecto. Esto se hace clarificando y nombrando los afectos continuamente, comprendiendo el detonador inmediato de los estados emocionales dentro de las relaciones actuales, entendiendo los sentimientos en el contexto de relaciones pasadas y presentes, expresando apropiada, adecuada y constructivamente los sentimientos dentro del contexto de una relación terapéutica.
Establecimiento de sistemas representacionales estables.
La manera de realizarlo es enfocar los estados mentales actuales, hacer una jerarquía de estos de acuerdo a su complejidad, no asumir que el paciente puede trabajar fluidamente con ellos y volver a trabajarlos continuamente.
Formación de un sentido coherente del autoconcepto.
A lo largo de todas las sesiones se deben enfocar los estados del autoconcepto y las percepciones de la mente de los demás, al tiempo que se monitorean las respuestas contratransferenciales del terapeuta, se detectan las transferencias y se validan las percepciones adecuadas de otros o del terapeuta, tratando de comprender cómo las acciones o sentimientos de los demás fueron parcialmente inducidos por el paciente.
Desarrollo de una capacidad de formar relaciones seguras.
Una forma de promover esta capacidad es enfocarse en las relaciones interpersonales actuales y pasadas, identificando elementos constructivos y destructivos, explorando síntomas y comportamientos con relación al mundo interpersonal,  identificando relaciones que son positivas y que evocan placer y discutiendo a quien acude el paciente cuando se siente preocupado para explorar el efecto de esa interacción.
Rodrigo Córdoba Sanz. Experto en Trastorno Límite y Trastorno Bipolar

Caricias y Análisis Transaccional



El Análisis Transaccional es heterodoxo y todavía depende mucho de Eric Berne.
Claude Steiner, en Los guiones que vivimos, completa la obra de manera muy creativa, tratando de ir más hayá que Berne.
Steiner fue uno de esos pocos  pensadores de esta rama que se alimentaron de Laing, Szasz, Cooper y el espíritu de su época.
Un ejemplo de su trabajo es "La ley de economía de caricias" (1971). Éste principio es deudor de Reich y Marcuse, es la necesidad de control social para salvaguardar la ordenación sexual existente. Según Steiner una de las formas de control sería el razonamiento de las caricias que pasan así a convertirse en un objetivo a conseguir. Los temas de su interés son la indefensión del Niño ante los mandatos del guión. Por tanto estamos hablando de una perspectiva intrapsíquica, familiar y social.
Los fundamentos que van asomando en la obra de Berne son: alienación, poder, alfabetismo emocional, el énfasis en el Padre Cerdo (ahora llamado enemigo), etc.
Su obra está impregnada de la Psiquiatría Radical y la Psicología Humanista. En estos últimos años Steiner ha estado muy interesado en el análisis de fenómenos que observa en su ámbito social. Su enfoque toma otro interés, más cercano a lo social y no tanto clínico. Una concepción del ser humano que era, al mismo tiempo intrapsíquica y social. Cimientos de la Psicología Social.
En realidad los conceptos de juego psicológico y guión pueden enriquecerse desde la perspectiva de la identidad y representaciones sociales o de los procesos de categorización, y éstos pueden encontrar en aquéllos unos referentes de explicación funcional de la conducta humana de fácil utilización.
Todos, sabiéndolo o no, representamos un papel, vivimos de acuerdo con un guión (script). Casi siempre, este guión nos es impuesto y arranca de decisiones tomadas en la infancia: es un guión -nuestro guión vital- que a veces puede conducir a la depresión, el alcoholismo, la infelicidad e incluso el suicidio. O, sentir una insatisfacción vital permanente, una peculiar impotencia.
Ese es el caso de quienes se sienten incapaces de mantener una relación amorosa con otras personas. O el caso de seguir el guión de "Mamá": preocupada de todos menos de ella misma. O el caso que representa a "Gran Papá": un ser exageradamente responsable, regente absoluto de su familia y que siempre "lo sabe todo".
Los guiones de vida son patrones de actuación que nos impiden vivir una existencia libre y propia.
Su mensaje central es de la máxima importancia: no es demasiado tarde para salir de nuestra propia trampa y recomenzar una existencia de auténtica libertad y plenitud.

Posfeminismo y Lo Real en Lacan



Lo real es a la vez la maldición y la gloria de cualquier sistema, pues implica la posibilidad tanto de mantener esos sistemas en su lugar como de cambiarlos. Hasta aquí, la filosofía y el psicoanálisis coincidirían. En el discurso académico, lo Real es confundido con "la realidad" y sus objetos son seleccionados por ensayo y error por  los seres humanos. Lacan distingue así lo que existe (la realidad cotidiana de los objetos familiares) de lo que ex-siste, lo que "está por fuera" (lo real, el fundamento del cual esas cosas son seleccionadas).
Para el filósofo, a partir del presocrático Heráclito, lo real es un continuum, el río que no es idéntico a sí mismo y que por lo tanto nunca puede ser atravesado dos veces. Para el psicoanalista, la relación de la repetición con lo real implica la invasión de la conciencia por parte del inconsciente. La repetición con lo real puede verse en la transferencia psicoanalítica, esa emergencia de los deseos inconscientes que se produce en el encuentro analítico cuando el paciente proyecta sobre el analista sus relaciones pasadas con sus otros significativos: "Lo que se repite, en efecto, es siempre algo que se produce... como al azar". Lacan habla aquí de un "encuentro fallido", un término que articula, por un lado, el ser subyacente de la experiencia (el "encuentro") y, por el otro, el hecho de que no es comprendido, no es reconocido. Y no lo es porque es irrepresentable, inasimilable, y sin embargo es precisamente eso lo que causa la repetición. La tarea del análisis es descubrir cómo lo real queda atrapado en las repeticiones mecánicas, orientadas a satisfacer las expectativas del Otro.
Lo real es solamente experimentado, nunca completamente conceptualizado. Es aquello a lo que se aplican las palabras, los conceptos, los preceptos. Por lo tanto, cualquier separación producida por lo simbólico, especialmente en los momentos del infans producirá una experiencia caótica y lo conmocionará. "Fallar" el encuentro es no lograr aprehender la experiencia bruta. Lo simbólico actúa sobre lo real por medio de la repetición, pero nunca se convierte en él. La realidad cotidiana aguarda su construcción a partir de lo real, sin embargo, la construcción no es algo que pueda alterarse completamente según el capricho del sujeto, pero puede ser abordado mediante una intervención seria.

El Síntoma como emergente



He hecho de mí lo que no sabía, y lo que podía hacer de mí no lo he hecho. Fernando Pessoa
La enfermedad no es un mal a combatir sino una oportunidad de saber más de nosotros mismos.
Desde esta percepción, cada uno de nosotros realiza una travesía espiritual a través de la enfermedad, y al llevarla a cabo de un modo acertado, esta excursión nos acerca más a la salud y a la dicha.
Los movimientos de este viaje, adversidades que se presentan inesperadamente, encuentros y desencuentros impostergables, logros que se realizan contra toda  esperanza, no acontecen de modo casual sino, por el contrario, están provocados por el interjuego de dos fuerzas, complementarias en su antagonismo. La una y la otra reconocen intereses desiguales y responden a preguntas diversas, pero ambas contribuyen a dar razón de dos dimensiones de la enfermedad: causa y sentido.
Es muy cierto que, si bien hay un reloj causal que permite explicar la razón de emerger de un síntoma en nuestra vida, las influencias que participan en su construcción y génesis, también hay que reconocer la existencia de otro reloj, la sincronicidad, que brinda la posibilidad de comprender su sentido. Y aquello que da sentido a la vida, es sentir. De modo que la pérdida de sentido -que provoca por sustitución la aparición del síntoma en la vida de una persona, manifestación destinada a ocupar el lugar de un afecto que falta-, radica, en última instancia, en la ausencia o bloqueo de la expresión emocional. Así, lo que enferma no es sentir sino reprimir el sentir, el asedio injustificado al fluir de los afectos.
En este punto, es forzoso tener presente que, allí donde un afecto se ha visto impedido de expresión, el síntoma asoma como su representante. Cuando esto sucede, el afecto sofocado se abre a la posibilidad de retornar como afección. De modo que los síntomas son estelas que rememoran antiguas situaciones en donde determinados sentimientos fueron ahogados. Son un lenguaje que narra la historia de una expresión tímica impedida, apagada o extendida. Significantes de un significado extraviado para la conciencia.
Que lo excluido de la vida retorne, y que conozcamos los mecanismos por lo que esto sucede, y que conozcamos los mecanismos mediante los cuales esto ocurre, nos permite conocer las causas que, de una manera más o menos segura, están en la raíz de un síntoma. Sin embargo, esta explicación no dice mucho acerca del lugar que éste ocupa en la trama de la vida de quien lo padece. Tampoco da cuenta  de su significación, ni lo que enseña. Las causas, por más sofisticadas y holísticas que se perfilen, sólo responden al porqué de las cosas. La historia narra y explica que el acontecer de una enfermedad, pero es muda a la hora de comprender su para qué.
Es cierto que la reconstrucción de una biografía aporta un conjunto de respuestas teleológicas reveladoras en torno de los cursos posibles de una enfermedad. Sin embargo, esto no implica deducir sentido en relación a la trama de la vida. Es que la significación de un síntoma en el marco de la terapéutica y dentro de la vida de una persona y dentro de la vida de una persona son dos cosas diferentes.
En la consulta, las explicaciones precipitan sentido (aunque no lo tenga) en la conciencia del paciente.  Sin embargo, cada paciente es una persona que trasciende los límites de un consultorio o de una teoría científica. La explicación nunca calma el dolor, sólo posterga la sentencia sobre él, y muchas veces aumenta la ignorancia de sí mismo y embota la comprensión de la situación en la cual se encuentra.
Esto no conlleva que explicar y comprender sean perfiles que mantengan entre ellos, de manera obligada, un maridaje tormentoso. Por el contrario, es posible hacerlos converger, pero no pretender que uno u otro hagan lo que no les corresponde.
La vida es un viaje experimental, realizado sin querer. Es un viaje del espíritu a través de la materia, y como es el espíritu el que viaja, es dentro de él donde se vive. Fernando Pessoa