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Paz y Ciencia

miércoles, 22 de marzo de 2023

SIMÓN BIANCO. EL PODER DE LA PALABRA

SIMÓN BIANCO. "EL PODER DE LA PALABRA"

@PSICOLETRAZARAGOZA

Los beneficios de la meditación están establecidos con evidencia científica y son reconocidos para personas de todas las edades. Desde el alivio de la ansiedad y el estrés hasta mejoras en el sueño y en el rendimiento cognitivo, las ventajas de esta práctica milenaria son numerosas y lo mejor de todo es que podemos alcanzarlas con apenas una sesión diaria de cinco o diez minutos. Pero a pesar de esto, muchas personas siguen pensando que meditar es algo no está a su alcance. En su libro Libérate de las emociones negativas (Editorial Luciérnaga), el psicólogo Simón Bianco se propone hacer accesible este conocimiento, poniendo siglos de sabiduría al servicio de la salud emocional. A través de las técnicas de meditación, explica, es posible alcanzar el bienestar y la estabilidad emocional.

—¿Qué hay detrás de las emociones negativas que experimentamos?

—Desde la perspectiva de la psicología budista, nosotros tenemos todo un abanico de emociones, empezando por el apego y la aversión, que crean toda la amalgama de emociones negativas que tenemos: la ira, los celos, el orgullo, la baja autoestima, la tristeza y la ansiedad. El apego, que sería la raíz de todas las emociones negativas, viene a su vez causado por una cognición innata y errónea de la realidad. Nosotros nacemos con esta cognición innata, que tiene diferentes niveles y que nos acaba haciendo sufrir. La cognición errónea más común que tenemos es la de la permanencia. Sabemos que la realidad es impermanente, que todo es transitorio y todo está cambiando momento a momento: desde nuestro cuerpo y nuestras células, hasta el universo. En cambio, nuestra percepción es lo contrario. No vemos que las cosas cambien de esta forma. Por eso nos altera mucho cuando algo cambia en nuestra vida, cuando nos separamos de nuestra pareja, o se muere un familiar, o nos echan del trabajo. Cualquier cambio que se produce en la realidad, a nivel emocional, nos shockea, porque nosotros tenemos una percepción de que las cosas son permanentes. De repente hay un cambio y la mente entra en shock.

—¿Cómo podemos salir de esa lógica del apego?

—Si atacamos la causa raíz, que sería esa percepción errónea del yo y de la realidad, eso ayuda a que todas nuestras emociones negativas se vean reducidas. La meditación es la herramienta de la psicología budista para mejorar nuestra mente. Hay distintos tipos de meditación y el más popular es el mindfulness, que ayuda a calmar la mente, a lograr permanencia en la calma. En base a esta práctica del mindfulness, lo que hacemos es lograr que la mente penetre en una percepción más profunda de la realidad mediante el análisis. Es la diferencia entre el conocimiento intelectual y el conocimiento cognitivo. Si te sabes de memoria la teoría de la relatividad de Einstein, ese es un conocimiento intelectual. Pero eso no reducirá tus emociones negativas, porque no se traduce en un cambio cognitivo. La meditación consigue que pases de una idea intelectual a una percepción a un nivel más profundo y esto tiene un impacto muy grande en las emociones.

—¿Cuáles son los tipos de meditación que hay para lograr esto?

—Tenemos dos grandes tipos de meditación. La primera sería la meditación contemplativa. No es una meditación en la que analices nada, sino que, mediante tres factores, que son la atención, la alerta y la ecuanimidad, lo que haces es apaciguar la mente. Esto se usa en psicología para calmar la ansiedad y la neurociencia ha demostrado que funciona. La otra gran técnica es la meditación analítica. Se dice que pensar mucho es malo, pero en realidad, depende de lo que pensemos. Pensar puede ser bueno. Las emociones negativas son formas de pensar, pero puedo pensar de otra manera y sentir empatía, compasión u otras emociones. Entonces, puesto que todas las emociones son procesos analíticos de la mente, el budismo utiliza el análisis para desmontarlas y para desarrollar emociones opuestas que son sanas y son fuente de felicidad. Y dentro de la meditación analítica, hay dos subtipos. Una es la meditación analítica objetiva, que consiste en hacer que la mente perciba más profundamente la realidad, entendiendo la impermanencia, y la otra es la subjetiva, que consiste en desarrollar una cualidad dentro del sujeto, por ejemplo, meditar en la humildad, la compasión o la alegría.

—En el libro explica que esta meditación analítica es diferente a la emoción negativa de la duda. ¿Cuándo nos perjudica esa duda?

—El apego, la aversión, la ira, los celos, la tristeza, el orgullo, los miedos y la baja autoestima son algunas de las emociones negativas más frecuentes. Pero la duda y la culpa también aparecen bastante. La duda no es esa duda científica que es buena para poder masticar las cosas, sino una duda que nos bloquea. La vida está llena de decisiones que tenemos que ir tomando. ¿Dejo el trabajo y me cojo este otro? ¿Dejo a mi pareja? Son muchas decisiones y la duda nos puede hacer mucho daño. Yo encuentro a muchas personas en mi trabajo que acuden a terapia porque tienen que tomar una decisión y no saben qué hacer. Es difícil a veces. Es posible reducir esta emoción negativa para tomar decisiones. Una cosa que nos suele bloquear es querer acertar. Nunca queremos fallar y esto viene del orgullo y del apego. En cambio, si somos más humildes, tendremos menos miedo a fallar y dudaremos menos.

—Las emociones pueden tener dos estados, latentes o manifiestas. ¿Cómo podemos gestionar las emociones antes de que se manifiesten?

—Es importante entender cómo las emociones están todas conectadas entre ellas. Normalmente, veo que la gente solo quiere quitarse lo que la hace sentir mal. Es un enfoque erróneo, porque la emoción viene de muchas otras cosas. Tú pretendes quitarte la ansiedad dejando de sentir ese malestar, pero si no tratas las emociones que la causan, no vas a superarla. A lo mejor viene de la ira, de los miedos o del apego que tienes. Si no tratas lo que hay detrás, la ansiedad no va a remitir. La mente tiene una parte muy grande que es inconsciente y siente muchas cosas de las que no nos damos cuenta. Cuando la emoción es lo suficientemente intensa, se hace consciente y nos desborda. En ese momento, en función de cómo tengamos la mente, podremos aplicar unos métodos de gestión emocional u otros. Por ejemplo, el mindfulness, cuando la emoción se manifiesta, sería una práctica indicada. Cuando estoy preso de una emoción negativa, en ese momento no cabe analizar nada. La mente está totalmente ocupada con la emoción negativa. Cuando la gente está enfadada, cualquier cosa que le digas le enfada más. Pero es válido para cualquier otra emoción negativa. Si lo que hago es relajarme, calmarme, la emoción es más manejable.

—¿Todo el mundo puede aprender a meditar?

—Sí, todo el mundo se puede beneficiar de aprender a meditar. Cualquier persona puede practicarlo.

—Mucha gente dice: «La meditación no es para mí». ¿Qué les diría a esas personas?

—Es muy posible que no les hayan enseñado de una manera personalizada. Es algo que yo hago mucho de forma individual. A veces, ese es el problema. La gente va a un curso con muchas personas y a veces necesitamos que nos den una guía un poco más personalizada para aprender. Por ejemplo, si viene a consulta alguien que tiene mucha ansiedad, primero le voy a enseñar relajación y después meditación, muy paso a paso. Es una herramienta que cualquier persona puede aprender.


ESPIRITUALIDAD


@psicoletrazaragoza

DESPERTAR

Para despertar busca toda la ayuda que puedas, lee los libros que encuentres, asiste a los encuentros que te inviten, medita, respira y espera. Todo ayudará, pero finalmente sólo tú harás la alquimia, pues nada puede precipitarla, sólo tu intención que suceda.

Y aún si no hicieras nada de nada, espera tranquilo, igual ocurrirá...

Si ya has despertado y ves cómo duermen los demás a tu alrededor, entonces camina de puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos.

Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo los ayudará a despertar sin necesidad que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estás siendo arrullado y cuidado.

Despertar no es un acto de magia, aunque llenará de magia tu vida.

Despertar no tiene nada que ver con tu mundo externo, aunque todo lo que te rodea parecerá tener un nuevo brillo.

Despertar no cambiará tu vida, si bien sentirás que todo ha cambiado.

Despertar no borrará tu pasado, pero al mirar atrás lo percibirás como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sentirás que ese alguien ya no eres tú.

Despertar no despertará a tus seres queridos, pero ellos se verán mas divinos ante tus ojos.

Despertar no sanará todas tus heridas, pero ellas dejarán de gobernarte.

Despertar no solucionará tu situación financiera, pero te sentirás millonario.

Despertar no te hará más popular, pero ya no volverás a sentirte solo.

Despertar no te embellecerá ante los ojos de los demás, pero te hará perfecto ante tu propia mirada.

Despertar no te dará mas poder, pero descubrirás el poder que tienes.

Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te dará la libertad de ser tú mismo.

Despertar no cambiará el mundo, te cambiará a ti.

Despertar no quita responsabilidad, muy por el contrario te dará conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.

Despertar no te hará tener siempre la razón, más bien ya no sentirás deseos de tenerla.

Despertar no traerá caudales de amor a tu vida, descubrirás que ese caudal de Amor habita en ti.

Despertar tiene poco que ver con lo que imaginas y tiene todo que ver con el amor. Despertar es amarte a ti mismo, con tus límites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia... Sí, amar esta bella vida tan sorprendente y variada en todos sus matices.

Permítete disfrutar de la experiencia de ser el maravilloso Ser que ya eres. Tu vida es un acto sagrado pues es la creación del Todo que hay en ti, que eres tú.

Te amo por que me amo

porque yo soy tú

como tú eres él

y él es yo...

porque yo soy

lunes, 20 de marzo de 2023

JACQUES LACAN: INTRODUCCIÓN


@psicoletrazaragoza
Rodrigo Córdoba Sanz

Jacques Lacan para principiantes. El inconsciente es el discurso del «otro»

El inconsciente es el discurso del otroOrientación: Psicoanálisis

  • Antes:
  • 1807 El filósofo alemán G.W.F. Hegel afirma que la conciencia de sí depende de la presencia del otro.
  • 1818 El filósofo alemán Arthur Schopenhauer sostiene que no puede haber objeto sin sujeto que lo perciba, y que la percepción del objeto está limitada por la visión y la experiencia personales.
  • 1890 En su obra The Principles of PsychologyWilliam James establece una distinción entre el yo cognoscente (I) y el yo conocido (me).
  • Después:
  • 1943 El filósofo francés Jean-Paul Sartre afirma que nuestra percepción del mundo que nos rodea, o el «otro», se ve alterada cuando aparece otra persona; asimilamos su concepto del «otro» al nuestro

El inconsciente es el discurso del «otro»

jacques-lacanJacques Marie Émile Lacan nació en París y se formó con los jesuitas. Estudió medicina y se especializó en psiquiatría. Durante la Segunda Guerra Mundial permaneció en el París ocupado, trabajando en el hospital militar de Val-de-Grâce.

Después de la guerra, adoptó el psicoanálisis como herramienta clave en su trabajo, pero en 1953 fue expulsado de la Asociación Psicoanalítica Internacional tras un enfrentamiento debido a las críticas recibidas por realizar sesiones de terapia más breves de lo normal. Lacan fundó entonces la Sociedad Francesa de Psicoanálisis.

Más allá de la psicología, en sus escritos abordó la filosofía, la literatura, la lingüística y el arte, e impartió seminarios semanales a los que asistieron pensadores eminentes como Roland Barthes y Claude Lévi-Strauss. Ferviente seguidor de Freud, Lacan fundó la Escuela Freudiana de París en 1963, y la Escuela de la Causa Freudiana en 1981.

el-inconsciente-es-el-discurso-del-otro-jacques-lacanLos psicoanalistas explican el inconsciente como el lugar en que se almacenan todos aquellos recuerdos que deseamos apartar y que no son accesibles conscientemente. El inconsciente habla en ocasiones al plano consciente de maneras muy diversas: Carl Jung opinaba que el inconsciente se presenta ante el yo consciente a través de los sueños, los símbolos y el lenguaje de los arquetipos, mientras que para Sigmund Freud se expresa por medio de la conducta motivada y, accidentalmente, de los lapsus verbales. El único punto en que las diversas escuelas psicoanalíticas están de acuerdo es en que el contenido del inconsciente es más amplio que el del yo consciente. Sin embargo, para el psiquiatra francés Jacques Lacan el lenguaje del inconsciente no es el del yo, sino el del «otro».

La concepción del yo

Acostumbramos a dar por supuesta con demasiada facilidad la noción del yo, que cada uno de nosotros existe como un individuo separado que ve el mundo a través de sus propios ojos, conoce los límites que le separan de los demás y del mundo que le rodea, y asume dicha separación en su pensamiento y en su modo de interactuar con el entorno. Sin embargo, ¿y si no hubiera nada ahí afuera que pudiésemos reconocer como separado de nosotros mismos? En ese caso no podríamos conceptualizar nuestra noción del yo, pues no habría un ser delimitado en el que pensar. El único medio que tenemos de determinar que como individuos somos distintos del mundo que nos rodea es precisamente nuestra capacidad de reconocer nuestra separación respecto al entorno, respecto al «otro»: es eso lo que nos permite convertirnos en el sujeto «yo». Lacan concluía que cada uno de nosotros es un «yo» porque tiene un concepto del «otro».

frase-jacques-lacanPara Jacques Lacan, el «otro» es lo absolutamente ajeno que se encuentra más allá del yo; es el ambiente en que hemos nacido, y que debemos «traducir» o al que debemos dar sentido para sobrevivir y prosperar. El niño debe aprender a organizar las sensaciones en conceptos y categorías a fin de poder desenvolverse en el mundo, y esto lo hace adquiriendo gradualmente la conciencia y la comprensión de una serie de significantes: signos o códigos. Pero estos significantes únicamente pueden llegarnos del mundo exterior que se encuentra más allá del yo, y por lo tanto tienen que haber sido formados a partir del lenguaje –o el «discurso», en los términos de Lacan– del «otro».

Solo somos capaces de pensar y expresar nuestras ideas y emociones a través del lenguaje, y el único lenguaje del que disponemos, según Lacan, es el del «otro». Las sensaciones e imágenes que se traducen en los pensamientos de nuestro inconsciente deben construirse por tanto a partir de dicho lenguaje del «otro»; como escribió Lacan, «el inconsciente es el discurso del “otro”». Esta idea ha tenido una enorme influencia en la práctica del psicoanálisis y ha permitido llegar a una interpretación más objetiva y abierta del inconsciente.

El texto y las imágenes de esta entrada son un fragmento de: “El libro de la psicología”

domingo, 19 de marzo de 2023

COACHING


@psicoletrazaragoza

Citas y frases de coaching mas de 100 frases sobre coaching para que reflexiones sobre ellas

“A la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo”
Anónimo

“Acostumbrarse es otra forma de morir”
Dulce Chacón

” La felicidad consiste en unir el principio con el fin” Pitagoras

La vida es 10% lo que te pasa y 90% lo que haces con lo que te pasa

“La mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre”

“Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama” San Agustin

“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo” William Shakespeare

“Conocer bien a los otros es inteligente, conocerse bien a sí mismo, es sabiduría” Einstein

“Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen.” Concepción Arenal

“Encontrar la felicidad en nosotras mismas no es fácil, pero encontrarla en cualquier otro sitio es imposible”. Agnes Repplier

Se suele decir que “las ideas las tienes tú, pero tus creencias te tienen a ti”.

“Cuida tus pensamientos porque se convierten en tus palabras -Cuida tus palabras porque se convierten en tus acciones -Cuida tus acciones porque se convierten en tus hábitos -Cuida tus hábitos porque se convierten en tu carácter -Cuida tu carácter porque se convierte en tu destino” Pirké Avat

“Vive cada día de tu vida com si fuera el ultimo, un dia acertaras” Proverbio chino

” Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”

“Reunirse en equipo es el principio. Mantenerse en equipo es el progreso. Trabajar en equipo asegura el éxito”. Henry Ford

“El pez no sabe que esta dentro del agua hasta que le sacan de ella” Adam Smith

” No me cuentes tus opiniones como si fueran los hechos. Cuéntame los hechos y deja que yo saque mis propias opiniones”

“Si hablan mal de ti con fundamento, corrígete. De lo contrario, échate a reír.” Epícteto

“Solo se vive una vez, pero si se hace bien, con una vez basta”. J.E. Lewis)

“Los sueños parecen al principio imposible, luego improbables, y luego, cuando nos comprometemos, se vuelven inevitables.” Cristopher Reeve.

“Lo que existe detrás nuestro y lo que existe delante de nosotros es algo insignificante comparado con lo que existe dentro de nosotros” Emerson

“Si quieres mantenerte joven ten en mente más proyectos que recuerdos”.

“Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre.” A. Einstein.

“Soy de gustos sencillos: solo me satisface lo mejor.” Oscar Wilde

“Hay que dejar el pesimismo para tiempo mejores y el optimismo para los peores.” Pere Casaldaliga

“El riesgo es el abono de las oportunidades”

“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio” Porverbio hindú

viernes, 17 de marzo de 2023

LA INTELIGENCIA EJECUTIVA


Recomendación de @psicoletrazaragoza.

SINOPSIS

Nueva presentación de la obra que revolucionó nuestro concepto de educación. Un clásico de José Antonio Marina.

Durante siglos se pensó que la función principal del intelecto era conocer. Fue la época dorada de la inteligencia cognitiva. Después se reconoció la importancia de la inteligencia emocional, dada la influencia del mundo afectivo en el comportamiento humano. Ahora estamos en una nueva etapa, en la que emerge la inteligencia ejecutiva, que organiza todas las demás.

Este libro representa un paso innovador y decisivo que está llamado a revolucionar la idea que tenemos de la educación. La inteligencia ejecutiva se encarga de dirigir todas las capacidades humanas: utilizar los conocimientos, gestionar las emociones, resolver las dificultades, establecer objetivos a largo plazo, aplazar las recompensas…En ella tiene su origen la libertad humana. No es una facultad innata, sino que los más pequeños tienen que aprenderla. Ella configurará su talento. Y ayudarles a que lo consigan debe ser el principal propósito educativo, tal como lo revela esta extraordinaria obra.


jueves, 16 de marzo de 2023

VIKTOR FRANKL: SENTIDO A LA EXISTENCIA


Instagram: @psicoletrazaragoza

1. Biografía

Soy del tiempo y de la ciudad de Freud, pero no pienso como él.

Viktor Frankl

Viktor Emil Frankl (médico, psiquiatra, neurólogo, filósofo, escritor, alpinista, dibujante hábil, dramaturgo de una sola obra) nació en Viena el 26 de marzo de 1905 en el seno de una familia judía practicante. Desde los tres años expresó su deseo de ser médico. También a muy temprana edad mostró una inclinación particular por la reflexión filosófica, ante lo cual fue llamado por algunos «el pensador», e incluso «señor filósofo».

Un tema recurrente en él desde sus años escolares fue la pregunta por el sentido de la vida, que por lo demás ha sido una de las preguntas que se ha planteado la humanidad desde lo más antiguo de la historia, con lo cual podemos ver la importancia elemental de dicho cuestionamiento. A los 16 años Frankl impartía conferencias y compartía sus reflexiones al respecto.

Adolescente aún, solía allegarse al Prater, un famoso parque de Viena, junto con sus compañeros de escuela, con quienes entablaba discusiones sobre temas que le apasionaban —como la filosofía, la psicología aplicada y la experimental, el psicoanálisis, etc.—. Asimismo leía sobre estos temas y acudía a conferencias, charlas y clases nocturnas de psicología en la escuela para adultos, por lo que podemos suponer que este periodo es el antecedente primigenio de su deseo por encontrar las relaciones entre psicología y filosofía.

Por aquellos años (1921-22), Frankl comenzó a tener comunicación epistolar con Sigmund Freud, quien decidió publicar en la Revista Internacional de Psicoanálisis en 1924 un artículo enviado por el joven estudiante. Un año después, tras el desencanto por lo que él consideraba la estrechez y los reduccionismos del psicoanálisis, Frankl traslado sus intereses a la otra opción terapéutica de que podía echar mano: la psicología individual de Alfred Adler, con quien se formó como psicólogo individual, obteniendo su certificado a los 21 años. En esta escuela terapéutica Frankl se sintió más a gusto y comenzó a desarrollar su pensamiento, el cual incluía, ahora de manera explícita, la reflexión entre psicoterapia y filosofía. Un antecedente de esto se puede encontrar en el artículo publicado por la Revista Internacional de Psicología Individual en 1925.

En el seno del grupo adleriano, Frankl conoció a los médicos Rudolf Allers y Oswald Schwarz, a la postre sus maestros y amigos, quienes tuvieron una influencia decisiva en su formación médica, experimental, psicoterapéutica y, muy importante de resaltar aquí, filosófica. Allers fue un reputado filósofo escolástico, fenomenólogo y, a decir de algunos, precursor legítimo de lo que hoy conocemos como análisis existencial; Schwarz era reconocido por sus conocimientos de urología y filosofía existencial, iniciador de la medicina psicosomática.

Debido a diferencias irreconciliables en la perspectiva antropológica, ese mismo año, Allers y Schwarz se separan de Adler, poco tiempo después lo haría el propio Frankl. A partir de entonces comienza a desarrollarse la que posteriormente será reconocida como la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia: el análisis existencial y la logoterapia. (La primera escuela era la psicoanalítica y la segunda la de la psicología del individuo).

A más de lo que pudo aprender directamente de la perspectiva filosófica de estos maestros, en el año de 1927 Frankl entró en contacto con el pensamiento de un filósofo que es fundamental para comprender el análisis existencial y la logoterapia frankliana: Max Scheler, a quien reconoce como «mi gran maestro (…) fue entre todos el que más influyó en mí». De cualquier manera, el encuentro con el filósofo muniqués supuso un bálsamo para Frankl, quien por entonces atravesaba un periodo de alta angustia existencial (una de sus primeras “neurosis noógenas”), debido al predominante cinismo y nihilismo de la época. La obra de Scheler le condujo a una «reevaluación del proceso por el que atravesaba».  Particularmente, dos obras schelerianas marcaron esta fase de pensamiento de Frankl: la Ética —la cual llevaba consigo a todos lados «como una Biblia» — y De lo eterno en el hombre.

La influencia del pensamiento scheleriano (con su fundamento del poder de oposición espiritual con el que la persona puede hacer frente a la realidad atroz) sirvió para ayudar a Frankl a sostenerse de pie en una de las vivencias más desgarradoras de su vida: el internamiento en los campos de concentración y exterminio de los nazis durante la segunda gran guerra.

En los campos de concentración Frankl perdió a toda su familia (padre, madre, hermano, cuñada, esposa; sólo le sobrevivió su hermana quien logro huir antes del internamiento). A su regreso a Viena unos meses después de la liberación de los campos, Frankl busca reconectarse con sus antiguos amigos, con otros colegas, con su profesión, con algo que le permitiera afrontar el dolor por la pérdida de sus seres queridos. Frankl necesitaba contención y la encontró. A través del servicio y de retomar sus escritos inconclusos fue como pudo sostenerse en el dolor y encontrar un sentido a todo aquello. En este periodo sucedieron dos acontecimientos que cambiaron el rumbo de su vida para siempre: escribió el libro que hoy conocemos con el título de El hombre en busca de sentido y conoció a Elly, la mujer que, a decir de él mismo en una nota póstuma, lo convirtió de «un hombre que sufría en un hombre que amaba» 

A partir de entonces —todavía 1945— Frankl se dedicó a difundir el mensaje de la logoterapia, a pesar de todo, sí a la vida… el cual sonará aún más necesario en aquellas épocas en que mucho había quedado destruido, sobre todo la esperanza y la responsabilidad humanas. En lo personal, Frankl denominó el periodo de encierro en los campos de concentración como su experimentum crucis. Ahora liberado, podía dar testimonio vívido, constatar sus intuiciones juveniles, a partir de sus vivencias y observaciones de la vida en los campos, de que la vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia, no importando lo trágica y absurda que parezca; y aún más, Frankl confirmó que, entre sus compañeros de encierro, los que tuvieron más oportunidad de sobrevivir, entre muchas otras cosas fueron los que vislumbraban una misión particular hacia el futuro, un sentido que la vida les anunciaba, con lo cual se hacía realidad palpable la frase de Nietzsche tan citada por nuestro autor: «Quien descubre un para qué vivir, es capaz de soportar casi cualquier cómo». Sentido y actitud ante la vida, sean cuales sean sus circunstancias, suenan como campanas anunciantes de una vida plena.

Ya en 1946, al haber reelaborado su manuscrito fundacional sobre logoterapia, Frankl lo presenta como trabajo de oposición para obtener la plaza de docente de la Universidad de Viena. Asimismo, por intermediación de un amigo, logra convertirse en Director del Hospital Policlínico de Viena, puesto que ocuparía durante veinticinco años.

Además de la dirección del hospital y de la publicación de sus libros, Frankl comenzó a ser solicitado como conferenciante alrededor del mundo. Era conocido por muchos como un orador nato, convincente y apasionado; y también se comenzaba a conocer y difundir su obra, y mucha gente estaba dispuesta a escucharlo. Comenzó así el periplo de Frankl en los cinco continentes, recorrió el mundo en varias ocasiones, siempre para difundir el mensaje de la logoterapia y el análisis existencial.

Resultado de su obra, recibió más de veinte doctorados honoris causa por prestigiosas universidades en todo el mundo. Hablo casi en cualquier rincón del mundo, desde América hasta Oceanía, con múltiples escenarios en África, Europa y Asia.

Sus propuestas no fueron siempre tan bien recibidas y reconocidas, pues para algunos el debía tomar posturas diferentes, sobre todo respecto al holocausto y a sus perpetradores. En este sentido Frankl siempre se mantuvo firme, sostuvo que él no estaba de acuerdo en cualquier propuesta que implicara un señalamiento colectivo del pueblo alemán. Sostenía que sólo podíamos reconocer dos tipos de seres humanos, los decentes y los que no lo eran, y que todos ellos se encontraban en personas de cualquier raza, credo o postura política. Por ello, siempre defendió a personas que eran perseguidas para ser juzgadas tan sólo por su pasado nazi, incluso escondiéndolas en su propia casa, pues él las consideraba personas «decentes» que pese a su afiliación habían siempre defendido y asistido a quienes los necesitaban, sin importar su raza o credo. Esta fue una de las tareas que Frankl se trazara aún estando en los campos de concentración, se dijo a sí mismo que si sobrevivía haría lo posible por ayudar a quienes él consideraba dignos de esta ayuda.

Después de los campos de concentración, Frankl vivió todavía 52 años más, durante los cuales se dedicó fervorosamente a fundamentar, sistematizar y comprobar científicamente sus intuiciones y hallazgos respecto al sentido, a la responsabilidad humana y a la facultad de esta humanidad para hallar y desear tal sentido.

En 1997 Viktor Emil Frankl fue intervenido para una cirugía de corazón, la cual soportó a sus 95 años, sin embargo, jamás logró regresar a la conciencia, y el 2 de septiembre murió. Podríamos sintetizar su vida como él mismo lo reconociera alguna vez, de la siguiente manera: «Encontré el sentido de mi vida en ayudar a otros a encontrar el suyo sentido».

miércoles, 15 de marzo de 2023

BYUNG-CHUL HAN: CAPITALISMO Y PULSIÓN DE MUERTE

IG: @psicoletrazaragoza

Puede que todo acabe estallando, que el ser humano decida no esperar al meteorito, y mediante una serie de malas decisiones en cadena, uno haga y el otro se vea obligado a responder, y de nuevo caigan sobre la Tierra las bombas que tanto tememos, poniendo fin al capítulo humano en este bello planeta —el único que hemos conseguido poblar—. Desde las innovaciones de Oppenheimer y compañía, cuando las cosas se ponen feas, es plausible creer en el the end. Tendremos que vivir (o lo contrario) con ello. Pero en todo caso, entre que esto ocurre y no, lo que sí es más probable es que estallemos nosotros de puro agobio. Y este agobio no es solo exógeno: también viene de dentro. Tenemos el enemigo en casa: dentro de nuestra propia mente. Nosotros somos los quintacolumnistas más eficientes a la hora de sabotearnos el día y la vida. Ahora, cuando sentimos rabia por nuestra situación económica y laboral, en lugar de querer coger una antorcha, solemos proyectar la culpa hacia adentro: nosotros somos los culpables, por no saber suficientes idiomas. Si el sueldo es insuficiente, si no llegamos a fin de mes pese a trabajar cuarenta horas o cincuenta a la semana, es porque no estudiamos lo que tendríamos que haber estudiado. Hay una lista interminable de motivos por los que culparnos, de supuestos errores con los que podemos azotarnos hasta el ataque de ansiedad. El problema al final, en esencia, siempre somos nosotros, porque aunque ganemos lo mismo que casi dos décadas atrás pese a que todo sea mucho más caro, si hubiésemos sido más hábiles, más competentes, más competitivos, tendríamos un trabajo mucho mejor, o directamente, si hubiésemos invertido en viviendas o apostado por las criptomonedas como ese amigo nuestro que sí sabe ver las cosas cuando hay que verlas, ahora no tendríamos que preocuparnos por trabajar. El culpable siempre soy yo. No me he optimizado lo suficiente. No me he optimizado lo necesario. Yo, yo, yo. Por mi culpa, mi culpa, mi gran culpa.


Lo cierto es que este fenómeno tiene una explicación, una que el filósofo surcoreano nacionalizado alemán Byung-Chul Han sabe señalar y explicar de un modo muy claro a lo largo de toda su obra, y en concreto en el libro que hoy nos atañe, Capitalismo y pulsión de muerte. Artículos y conversaciones, de nuevo en el catálogo de Herder: “El problema es que esa ética [la ética neoliberal] es muy astuta, y por eso resulta tan devastadoramente eficiente. Me gustaría explicarle en qué consiste esta astucia. Karl Marx criticó una sociedad gobernada por un poder externo. En el capitalismo se explota al trabajador, y a partir de un determinado nivel de producción esta explotación por otros llega a su límite. De forma muy distinta sucede con la autoexplotación, a la que hoy nos sometemos voluntariamente. La autoexplotación es ilimitada. Nos explotamos voluntariamente hasta colapsarnos. Si fracaso, me responsabilizo a mí mismo del fracaso. Si sufro, si me arruino, el único culpable soy yo. La autoexplotación es una explotación sin dominación, porque se realiza de forma totalmente voluntaria. Y como está bajo el signo de la libertad es sumamente efectiva. Nunca se constituye un colectivo, un «nosotros», que pueda alzarse contra el sistema”. Sin duda, cometemos errores. Pero incluso cuando acertamos, somos esclavos de nuestro contexto. Leer a Byung-Chul Han es importante porque su mirada se posa sobre las enfermedades sociales que más nos afectan y que condicionan nuestras circunstancias por encima o por debajo de nuestra voluntad, que es muy limitada. Querer no es poder, ojalá. El concepto de fracaso, que por suerte todavía nos resistimos a importar de su cuna anglosajona, es un concepto perverso. Toda la retórica coach del caer y levantarse, del unas veces se gana y otras se aprende, y todas esos eslóganes de azucarillo, comparten una sustancia tóxica, la materia de la que está hecha el sufrimiento que describe el autor. Demasiada terminología del todos contra todos, del sálvese quien pueda, de lo bélico, para un mundo que necesita justo todo lo contrario. Y además, no son verdad. Su mirada, en esta ocasión, apunta también a sus miedos, aquellos que puede sentir alguien que corre el riesgo de sentirse un extraño en el que es, a todos los efectos, su país. No le faltan razones para sentir preocupación.

“Lo que hoy se necesita no es la desaceleración, sino una revolución temporal que haga que comience un tiempo completamente distinto. El tiempo que se puede acelerar es un tiempo del yo. Es el tiempo que me tomo. Pero hay otro tiempo, el tiempo del prójimo, el tiempo que le doy. El tiempo del otro como don no se puede acelerar. Es también inasequible al rendimiento y a la eficacia. La política temporal del neoliberalismo ha eliminado hoy por completo el tiempo de lo distinto, el don. Es necesaria una política temporal distinta. A diferencia del tiempo del yo, que nos individualiza y aísla, el tiempo de lo distinto genera la comunidad, e incluso el tiempo común. Es el tiempo bueno”. Insiste el filósofo en la idea de que el tiempo del que disponemos ahora es solo laboral. El tiempo del que disfrutamos —si podemos— es ese al que llamamos tiempo libre, que implica una realidad dolorosa, si uno lo piensa. Ese tiempo escaso, en todo caso, no deja de estar contaminado: los males del sueño afectan a una enorme cantidad de personas, que no logran descansar por las noches. Los límites de la jornada, ademas, se han difuminado: la autoexplotación y los canales de comunicación tipo WhatsApp van camino de borrarlos por completo. ¿Sabremos construir un tiempo nuevo, un tiempo mejor? Ahora, desde luego, no parece ser el momento. Eso de la crisis y la oportunidad no se contempla cuando uno piensa en el apocalipsis nuclear como algo no exclusivo del territorio de la ficción. ¿Nos han/hemos desactivado definitivamente? Seguramente no. Si algo nos demuestra la historia, no es que todo se repita, sino que somos capaces de avanzar hacia horizontes impensables.