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Paz y Ciencia

viernes, 30 de abril de 2021

Espíritu, Energías, Polaridades

 



Las siete leyes fundamentales o principios universales fueron dados a conocer por el sabio ENOC, quien fue conocido en Egipto como Hermes el grande, el padre de la sabiduría, el fundador de la astrología, el descubridor de la alquimia. Los egipcios lo edificaron bajo el nombre de Dios Tot. Años después los griegos le llamaron Hermes Trimegisto, o el tres veces grande, y lo adoraron como el Dios de la sabiduría. Los detalles de su vida se pierden en la gran inmensidad de las edades.

Es por medio de estas leyes cósmicas fundamentales como el adepto logra alcanzar estados de mayor evolución y desenvolvimiento; por ellas, conoceremos toda la verdad del universo y lograremos igualmente elevarnos hacia el mundo mental superior, para lo cual están dadas todas las condiciones, ya que la humanidad en su gran mayoría se encuentra preparada para recibir estas enseñanzas, lo cuál es normal dado que nos estamos adentrando en la era de acuario, era en la cual la mente se expresa ampliamente.

Los principios de la verdad son siete pero en esencia son uno sólo ya que están íntimamente interrelacionados y dependiendo los unos de los otros en forma armónica. Quien logre comprenderlos poseerá la clave mágica ante la cual todas las puertas del templo se le abrirán totalmente.

Estos principios universales son: el principio del mentalismo que dice: “todo es mente”, el universo es mental. Luego sigue principio de correspondencia que nos dice: “como es arriba esa bajo, como esa bajo es arriba”. Posteriormente encontramos el principio de vibración que dice “todo vida nada está quieto” todos se mueve, hasta la pierda más tosca está en constante movimiento. Luego viene principio de polaridad que nos dice: “todo tiene su parte opuesta”; igualmente encontramos las dos leyes de causación que son el principio del ritmo que nos dice: “todo fluye y refluye” todo tiene sus períodos de avance y retroceso, y el principio de causa y efecto, el cual nos indica que “toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa” y por último encontramos el principio de generación, el cual expresa que “todo tiene su principio masculino y femenino”, todo tiene dos el polos positivo y el negativo.

Ley del mentalismo

energia ciencia cosmica 1La ley del mentalismo se basa en un aforismo que dice “todo es mente, el universo es una creación mental”. El universo en que vivimos es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

Todo lo que existe es producto de la mente divina y toda manifestación captada o no por nuestros sentidos físicos es esencia mental. Dicen los diferentes textos bíblicos que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, esta semejanza o imagen divina proviene del fluido mental del cual formamos parte; es por ello, que como hijos de Dios creamos con nuestra propia mente todo lo que nos rodea en el mundo físico o en los planos de cuarta dimensión, que ha sido elaborado por la mano del hombre, o lo que elaborará en el porvenir existe desde siempre en la mente universal, donde todo lo que existe ese mente de origen superior y perfecto. De allí es traído por la mente humana a este plano físico, pero como el hombre está dotado de libre albedrío, éste le permite usar la mente para el bien para el mar. Cada pensamiento tiene forma tricolor y puede ser visto por nuestros propios ojos en el plano astral o plano psíquico; por ello se dice que la mente es la matriz del cosmos y es el pilar de quien aspira a la maestría. Por medio de ella creamos nuestro propio destino, ya que es por medio del mentalismo como la energía del cosmos actúa y nos obedece.

El temor y la duda son energías concentradas, por lo tanto se manifiestan casi que instantáneamente en el momento en el que por medio de la mente las creamos. El hombre con su mente vive creando temores: temor a perder el trabajo, temor a que le roben, temor al engaño, así como pensamientos de desgracia y preocupación. Debemos aprender a controlar nuestra mente, ya que por medio de ella construimos nuestro mundo, el cual no puede ser diferente de nuestra forma de pensar; es por ello que se dice que todo en el mundo es una apariencia, y la apariencia sólo se vive de acuerdo al pensamiento que estamos emitiendo desde nuestra mente.

Podemos crear cosas buenas o malas, pero si vemos que estamos creando cosas malas podemos utilizar el mismo principio del mentalismo para cambiar la situación. Lógicamente esto no va hacer nada difícil puesto que llevamos casi toda una vida decretando “no puedo”, o “mi mala memoria”, o “mi mal sueldo” y muchas otras afirmaciones negativas. Con ello lo que estamos haciendo es crear y alimentar energéticamente esa condición a nivel de nuestro subconsciente, el cual ópera, muy similar a una computadora o una grabadora, la que, al ser activada en forma consciente o inconsciente se encarga de que lo creado por nosotros se manifieste y si esto lo alimentamos constantemente nosotros o por otras mentes, ya sea porque lo escuchamos, lo hablamos, o lo pensamos, o por medio de terceros que lo piensen o manifieste con respecto a nosotros, va penetrando a nuestro subconsciente y sufre un proceso de inteligenciamiento y puede quedar tan grabado que pasa a nuestras esferas mentales formando allí una auto imagen o cristalización mental que nos puede acompañar en muchas vidas; sin embargo, con una constante vigilancia de nuestra mente y el uso controlado de la misma, y por medio de la afirmación constante y consciente de aquello que anule lo negativo, podemos ir limpiando nuestro mundo mental.

Lo que nunca recordamos es que en el mundo que estamos viviendo fue creado usando casi siempre mal nuestra mente; pero ahora podemos invertir en forma consciente la condición, ya que quien comete un delito en forma consciente o inconsciente, lo cual no tiene ninguna diferencia, se condena, por lo que el delito fue cometido y el acto fue llevado a cabo. De igual manera, quien piensa algo, está creando como acto eso que piensa, porque la mente precipita; la mente es creadora, la mente lleva a cabo las cosas y además por vibración atrae hacia si lo semejante.

La acción de nuestra mente puede anularse negando lo negativo, lo cual es posible puesto que en el universo no positivo se impone sobre lo negativo; en él existen cuatro grados positivos y tres grados negativos, complementándose así la acción séptuple con predominio de no positivo. Por lo tanto, procuremos pensar positivamente ya que los pensamientos positivos siembran en nosotros y en nuestro subconsciente un semillero maravilloso de vibraciones luminosas, que salen de nuestros cuerpos mentales y van a tocar otras mentes estimulándolas en el sentido positivo, trayendo el éxito a nuestro mundo y a nosotros mismos. El que tiene confianza en sí mismo llegara adonde se lo propone, si busca el camino actuando inteligentemente con fe y entusiasmo.

Ley de Correspondencia 4-anahata

La ley de correspondencia se basa en el enunciado de:“como es arriba es abajo como es abajo es arriba”. Este principio encierra la verdad de que entre los diferentes planos que se manifiesta la vida y todo cuanto existe en el cosmos, hay una concordancia o correspondencia que los unifica y nos permite entenderla y reconocer la clave para dar respuesta a las grandes inquietudes e interrogantes que encontramos en el transcurso de nuestra vida y en la naturaleza, ya que aplicando este principio veremos que las formas más minúsculas son un perfecto reflejo de las mayores. Veremos que el macrocosmos es igual al microcosmos y que al hombre mismo; al estudiar el átomo comprenderemos un sistema planetario y viceversa.

Para facilitar el estudio de esta ley la filosofía hermética considera que la vida se manifiesta en los planos principales: primero, el plano físico; segundo, el plano mental y tercero, el plano espiritual. En realidad son uno solo, únicamente están separados uno del otro por su grado de vibración electromagnética de tal forma, que a mayor vibración tanto más elevado es el respectivo plano. Por lo tanto no existe exactamente una línea que los separe sino que se van esfumando el uno del otro hasta construir un todo armónico, siendo su punto de manifestación más bajo o denso, la materia y el más alto o sutil, el espíritu. Podemos pasar de plano físico espiritual en forma ascendente, o bien, del plano espiritual al físico en forma descendente. Para pasar de plano físico en mental es necesario aprender a catalizar la mente y para pasar del plano mental al espiritual es necesario catalizar los tres.

Por medio de la ley de correspondencia podemos, partiendo del átomo, conocer las moléculas, los tejidos y el microcosmos y a partir del microcosmos analizar los sistemas solares, planetas y lunas, lo cual nos lleva conocer las galaxias y de ahí al cosmos. Igualmente podremos conocer la correspondencia que existe en el plano físico y astral y comprender, como un ser al desencadenar, por correspondencia va al lugar que le corresponde, de acuerdo al manejo de energía realizado por él durante su vida como encarnado.

Este mismo principio nos permite entender que tal como es arriba un padre todopoderoso creador, abajo es un hijo que también tiene la capacidad de crear, porque ha sido creado a imagen y semejanza del padre creador. Igualmente este principio nos permite conocer estudiando la respiración, por ejemplo, la creación y transformación de los mundos y sistemas. En igual forma conociendo la estructura misma del ser humano, veremos que ésta tiene una similitud con los mundos; por eso se dice que las almas y los mundos se parecen, porque hay una correspondencia o correlación.

Ley de vibración atomo

El principio o ley de vibración nos dice:“nada está inmóvil, todo se mueve”.Todo en el cosmos vibra desde el todo que es puro espíritu hasta la más tosca forma material, desde el gran universo hasta el más pequeño de los átomos, la diferencia esta dada por la rata vibratoria: cuanto más alta es la vibración, más elevada es su posición en la escala. La vida es vibración, desde lo más lejana pulsación de un quásar hasta la leve pulsación del minúsculo insecto que despliega sus alas al nacer el día, y muere cuando cae la noche. Absolutamente todo lo que el ser humano percibe a través de sus cinco sentidos incipientes son diferentes grados de vibración que se hacen palpables y visibles en el suave color de una rosa, en el rumor de la brisa, o en la apacible quietud de la piedra aparentemente estática.

La ciencia actual ha comprobado que todo lo que se conoce como materia y energía, son diferentes modos de movimiento vibratorio. Que todo manifiesta en mayor o menor grado de vibración, lo cual produce los cambios de temperatura, de calor y sonido; igualmente ha comprobado que toda partícula tiene movimiento circular al igual que los planetas y los sistemas planetarios, los cuales a su vez giran en torno de otros más grandes y así hasta el infinito.

Este principio explica las diferencias existentes entre las diversas manifestaciones de la materia, de la mente y el espíritu, y nos permite vislumbrar que es posible pasar de plano material al espiritual o viceversa. Un ejemplo que nos puede ayudar entender esta verdad sería el de una hélice, la cual al principio veríamos estática con sus aspas palpables y densas que nos permiten tocarla y ubicarla. Si la hacemos girar constantemente vamos aumentando su velocidad de giro hasta límites casi imaginarios, podríamos observar, que al comienzo sus aspas son plenamente visibles y comienza producir un sonido o ruido de tono grave.

A medida que la vibración aumentando, el sonido se va siendo más sutil hasta que llega un momento en el que no escuchamos nada, ya que gradualmente con el incremento de la velocidad o rata vibratoria vamos pasando por toda la escala musical incluyendo los suprasonidos, los cuales no son captados por el oído humano. Sin embargo, vemos algo que se mueve hasta el punto de desaparecer de nuestra vista material y comienza surgir un color rojo oscuro. A medida que la velocidad aumenta se va tornando en un rojo brillante que pasa posteriormente al naranja, de este al amarillo, del amarillo al verde, luego al azul y posteriormente al violeta, hasta que de pronto se vuelve blanco y entramos en la escala de los supracolores, el ultravioleta y todas las demás tonalidades no captadas por nosotros físicamente.

Con la física experimental se nos dice que un cuerpo llega a superar la velocidad de la luz se descompone, lo que pasa es que entra en una dimensión de vibración mayor. Ahora bien. Por medio de la ley de vibración podemos entender los diferentes grados a nivel dimensional; en la tercera dimensión se manifiesta el plano físico; en la cuarta dimensión está la contraparte de ese plano, allí la vibración es mayor, es por ello que los seres desencarnados no son percibidos por nuestros ojos físicos, ya que ellos se encuentran aquí mismo, solo que vibrando más alto.

Si nos adentramos en el mundo de la quinta dimensión, las cosas serán mucho más brillantes, su vibración será tan elevada que es imperceptible para nosotros y la luz de esos planos están alta, tanto a nivel de calor y luminosidad, que nosotros con esta débil material en la cual estamos sosteniendo nuestros espíritus, nos quemaríamos y no podríamos soportar ni resistir su radiación. Es por ello que los seres que moran en las altas esferas no descienden al plano físico en forma directa, ya que podrían ocasionar un caos.

Por medio de esta ley y con la aplicación consciente del mecanismo de la ley de correspondencia, podremos nosotros elevar nuestra rata vibratoria, lo que nos permitirá dirigirnos junto con la tierra a estratos de mayor vibración (un vez se den los cambios definitivos de la era de piscis a acuario); para ello hemos de desdensificar nuestra materia, hemos de limpiar nuestro cuerpo físico, limpiar nuestras células, eliminar toda serie de toxinas, limpiar nuestros vehículos sutiles para ponernos a tono con la nueva vibración de acuerdo al estrato dimensional en el cual el planeta se está adentrando en esta nueva era. De esta manera, podremos manifestarnos como hombres luz o superhombres. Si nosotros polarizamos nuestra mente en una alta vibración, las bajas vibraciones no nos afectarán. Esto demuestra claramente que lo que yo siento no depende de lo que piensen los demás sino de lo que yo mismo pienso.

Entonces no podemos echarle la culpa a nadie si nos sentimos mal, si tenemos preocupaciones o dolores, ya que todo esto lo hemos ocasionado nosotros mismos a través de manejo inadecuado o adecuado de nuestro libre albedrío o voluntad.

Ley de polaridad polos

El principio o ley de polaridad nos dice que: “todo tiene su par de opuestos, todo es dual, todo tiene dos polos, los semejantes y los antagónicos son lo mismo, los supuestos son idénticos, pero diferentes en grado, los extremos se tocan”.

La ley de polaridad explica que lo que separa a cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados y afirma que todo par de puestos pueden reconciliarse mediante la aplicación de este principio, el cual ha servido de punto de partida para grandes avances de la ciencia y que nos ha llevado a comprender como todo movimiento es un todo, o sea el resultado de dos fuerzas contrarias: una centrifuga y otra centrípeta.

Veamos cómo se manifiesta esta ley en los diferentes planos: por ejemplo en el plano físico, podremos ver que el calor y el frío aunque parecen ser dos cosas diferentes son realmente una misma temperatura expresada en diferentes grados de una misma escala térmica. Lo que nos permite conocer el calor es la existencia del frío y viceversa; lo mismo nos permite apreciar como existe lo negro y lo blanco, la luz y las tinieblas, lo grande y lo pequeño. Cuando se dice que toda verdad es relativa, o que las verdades son semiverdades es por la razón de que nada es definitivo; tenemos el caso de la oscuridad y la claridad: si partimos de la oscuridad llegará un momento en el que poco a poco irá penetrando la luz y tendremos un momento en que no sabemos si hay oscuridad o claridad pues habrá penumbra y si seguimos ascendiendo en grados de luz llegara un momento en que donde teníamos oscuridad terminará por haber claridad, de tal modo que lo que estaba oscuro era susceptible de ser transformado; por lo tanto, esa oscuridad no era verdad definitiva sino una verdad a medias.

Jamás existe la oscuridad total, ya que siempre dentro del átomo hay un centro que es luz, aunque no sea perfectible por nuestros ojos, o sea que dentro de la oscuridad habita la luz. Otro ejemplo podría ser el viajar con rumbo norte: si avanzamos y avanzamos llegara un momento en el que estaremos viajando rumbo sur.

En el plano mental también podemos observar este principio: es así como encontramos que el amor y el odio parecen dos sentimientos opuestos, totalmente irreconciliables, pero aplicando el principio de polaridad, encontraremos que no existe un amor absoluto ni un odio absoluto y que el amor mismo puede transmutarse en odio o bien suceder al contrario. Un hombre temeroso puede pasar a lo largo de una línea miedo, valor y llegar a un estado de valentía-heroísmo. Un individuo perezoso puede por medio de grados de voluntad llegar a ser muy activo o también puede darse lo contrario. El espíritu y la materia son polos de la misma cosa, siendo los estados intermedios solamente diferentes grados vibratorios. Todo es cuestión de grados y de acuerdo con ello se clasifican en positivos y negativos; es así como el amor es positivo y el odio negativo; la fe es positiva y el miedo negativo.

La práctica de este principio nos facilita comprender mejor nuestros estados mentales, así como los de los demás y nos prueba que estos son únicamente diferencias de grados, los cuales podemos elevar por medio de nuestras vibraciones interiores a voluntad y hacernos dueños de esos grados en lugar de ser sus servidores. Igualmente, por medio del uso adecuado de la ley podremos ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones, pero antes debemos adquirir el arte y el poder de polarizamos nosotros mismos, ya que de otra manera no podremos polarizar otros ambientes, personas o cosas, hay que comenzar por uno mismo.

Ley del ritmo

 

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Esta ley o principio nos dice que: “todo fluye y refluye”, todo tiene sus periodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende, todo se mueve como un péndulo, la medida de su movimiento hacia la derecha la misma de su movimiento hacia la izquierda.

El ritmo es la ley de compensación, es el reflejo de la vida misma. En el universo todo se manifieste en un determinado movimiento de ida y vuelta. Todo asciende y desciende, todo tiene su avance y retroceso porque todo obedece a periodos cíclicos en los cuales podremos observar tres etapas o momentos: expansión, descenso y recuperación.

En la tierra tenemos como expresión de la ley del ritmo las mareas, la forma como suben y bajan; el ir y venir de las olas del mar ilustran perfectamente estos tres pasos o etapas. Esta ley rige al igual que todas las demás para el cosmos, los planetas, soles, animales, plantas, el hombre y su medio. Igualmente se manifiesta en los gobiernos, la economía, los negocios, y la resultante de todos ellos, nuestros estados anímicos y emocionales. Por medio de ella nos podremos explicar la razón por la cual a una gran alegría desbordante, le sigue un periodo de tristeza; a una risa descomunal, le sigue el llanto; a momentos de dolor y angustia le suceden y superan momentos de placer y tranquilidad. Esto nos lleva al conocimiento de que si aprendemos aportar los goles de la vida podremos alcanzar los momentos felices de la misma.

Al lograr elevarnos al plano superior escapamos de la oscilación y por lo tanto escapamos de la rueda kármica o rueda de encarnaciones y nos ubicamos en un punto tal, que lograremos alcanzar el amor, la perfección y la verdad. Esa verdad que es una sola y que es todo lo bueno y perfecto, aquella verdad a la cual se refería el maestro Jesús cuando decía “conoced la verdad y ella os hará libres”.

Ley de causa y efecto 20070706170851-294-v-aiki-33-480

La ley de causa y efecto nos dice: “toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”. Todo sucede de acuerdo con la ley, la suerte no existe, no es más que el nombre que se le da una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la ley.

Es por esta ley que todas las cosas son, han sido y serán. Es la misma ley conocida en la filosofía como principio de causalidad. En el materialismo dialéctico se le conoce como la unidad de los contrarios; en la ciencia actual la encontramos expresada en la tercera ley de Isaac Newton: la ley de acción y reacción; además se encuentra expresada en casi todos los libros sagrados de las diferentes religiones, con muy variados ejemplos como el pasaje bíblico que nos dice, es aquello que sembremos eso mismo habremos de cosechar.

En el universo, todo movimiento tiene su verdadera resonancia, su propio efecto; todo cuanto sucede, las consecuencias de esos sucesos y todo acontecimiento son causales y no casuales; es por ello que nada se da al azar, ni siquiera la caída de una hoja; todo en el universo se concatena.

La ley de causa y efecto se manifiesta tanto el plano físico como en los planos de cuarta dimensión, ya que ni con la desencarnación podemos apartar el efecto de la causa y es aquí donde encontramos la explicación a la reencarnación o secuencia de vidas en las cuales tiene lugar la adquisición de experiencias y la aplicación de la justicia retributiva. Sin embargo, el proceso evolutivo del hombre y del universo no se limita simplemente a un ajuste de causas y efectos; si fuera así, nos encerraría en un camino circular que nos llevaría dar vueltas continuamente sin llegar nunca un fin; por lo tanto, todas las cosas y el hombre mismos se mueven en ciclos progresivos, de manera que puedan gozar de todas las ventajas y de todas las oportunidades de desarrollo que el universo puede ofrecerles. Es por ello, que la vía evolutiva, sendero tridimensional, “la espiral” que siempre va adelante y hacia arriba.

Esto quiere decir que tal como el anochecer trae como efecto el amanecer, el sol sale cada mañana, pero cada mañana ha progresado o adelantado más en su jornada anual. Del mismo modo, el hombre regresa mediante la reencarnación para adquirir nuevas experiencias, y por medio de la aplicación de las leyes universales, va dominando sus modalidades, sus costumbres negativas y aumentando su nivel vibratorio, logrando progresar o avanzar más hacia la meta de la perfección hasta lograr la unificación en los planos del mundo espiritual.

El hombre, los grupos sociales, las naciones del mundo, están sujetos a la ley universal. Todos nuestros males, nuestras enfermedades, así como los males, las enfermedades y las tristezas del mundo, obedecen a lo que realmente merecemos. Por lo tanto, dominando el hombre sus actitudes, sus pensamientos y sus obras podrá lograr su verdadero avance evolutivo de hacer de su mundo un verdadero paraíso.

Ley de generación Almas_Gemelas

Esta ley nos dice que: “la generación existe por doquier. Todo tiene sus principios masculino y femenino, la generación se manifiesten todos los planos”.

La palabra generación deriva de la raíz latina que significa “concebir, procrear, producir” y tiene un significado mucho más amplio que la del sexo. Todo cuanto existe tiene sus principios masculino y femenino es decir todo contiene los principios activo y positivo, en todo se manifiesta la acción del ánodo y el cátodo. La polaridad y la generación se manifiestan en todos los planos tanto en el físico como en el elemental y el espiritual.

En el plano físico este principio se reconoce por la diferencia de los sexos, pero de ninguna manera tiene que ver algo con las degradantes teorías de varias escuelas o sectas enseñan a la humanidad, llevándola a un mala utilización de esta energía; nada tiene que ver el principio de generación con ese aspecto tan sublime para el hombre: hemos de saber, que para el ruin todas las cosas son ruines y para el puro todas las cosas son puras. Este principio de generación está igualmente presente en los reinos vegetal y animal, al igual que en el ser humano donde el hombre es el elemento pasivo que imprime la energía para que la mujer o principio activo lleve a cabo la maravillosa labor de la procreación; por otra parte cada uno de los seres humanos independientemente de que sea una mujer tiene su complemento o alma gemela; no existe ningún ser solitario, a menos que sea andrógino, dependiendo de la evolución planetaria de la cual sea originario como es el caso de los seres de Urano; ellos también tienen el principio masculino y femenino, sólo que integrados en un solo ser.

En el plano mental reconocemos este principio en la forma negativa como la mente consciente, activa y voluntaria; en tanto que la forma positiva corresponde a la mente pasiva, inconsciente y subjetiva. También lo encontramos a nivel de la ciencia y la religión, donde la ciencia representa al padre, que es el aspecto positivo es la inteligencia que da impulso, que genera; por el aspecto femenino está la religión que representa a la madre, su finalidad es la cohesión o el amor divino. Unificados estos dos aspectos darán la verdadera sabiduría: EL HIJO. Asimismo el hombre y la mujer se constituirán en un solo ser una vez logre el séptimo grado de evolución donde se unificaran y tendremos la unión de almas gemelas, cumpliendo así las palabras bíblicas de “lo que Dios ha unido el hombre no podrá separar”.

Ahora bien, es necesario aclarar, que los términos positivo y negativo son generalmente aplicados en forma errónea, ya que la palabra positivo sugiere algo real y fuerte en comparación con la irrealidad o debilidad del negativo; pero nada está más lejos de la verdad, ya que en las manifestaciones eléctricas, como es el caso de una batería, el polo negativo es realmente el polo en y por el cual se manifiesta la generación de producción de formas y energías nuevas; nada hay de negativo en él; por esta razón, los hombres de ciencia está utilizando el término cátodo en lugar de negativo, el cual significa recibir, germinar, producir, dar forma. Igualmente el término ánodo se emplea en lugar de positivo y significa atraer, estimular, sembrar.

En ésta forma quedan descritos las siete leyes o principios universales, las cuales se pueden complementar a través de lecturas adecuadas y aún de las propias experiencias. Usémoslas con sabiduría y un buen discernimiento y lograremos poseer la herencia del padre y seremos los dueños de nuestro propio destino y nuestro mundo.

Convertir las leyes en vida

La ley solo en papel puede convertirse en letra muerta.

Ello según lo que hemos visto, significa que esta semilla permanecerá latente, mientras no la coloques en el terreno abonado de tu corazón y de tu mente.

espiralcreacionLas leyes universales son parte integral de tu vida. Actúan en ti, quieras o no quieras.

Tienes la obligación de hacer de su conocimiento una herramienta para tu avance. O esperar que ellas sigan actuando por sí mismas, sin que te hagas responsable de tus consecuencias.

Si decides convertir las leyes en tu elección de vida, vuelve a cada instante a la reflexión de las mismas, hasta que ellas formen parte de tu ser. Hasta que se hayan internado en tu corazón y sean capaces de convertirse en tu pensamientos y expresarse con tus palabras.

Cuando ello sea así, las leyes universales serán tus aliadas en el camino de tu progreso integral.


Wilhelm Reich

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Y Psicoterapeuta. Zaragoza -Gran Vía-
Presencial Y Online Instagram:@psicoletrazaragoza WEB: Contacta rcordobasanz@gmail.com  

W.R. escribe en Alemania, 1932, Psicología de las masas del fascismo y en Maine, 1942, publica una nueva edición corregida con un prefacio donde dice que en Rusia se instauró el capitalismo de estado. Lo que hoy en día puede ser moneda corriente, en esos tiempos era una herejía. Su voz no tuvo lugar ni para las democracias ni para la URSS. Muertos León Trotski, Walter Benjamin y Antonio Gramsci, así como Sigmund Freud, Sandor Ferenczi y Sabina Spielrein ¿Qué oídos había en el mundo para escucharlo? Realiza una crítica de la investigación académica reaccionaria y, se puede decir sin desviarse de su razonamiento, que toda investigación académica es reaccionaria ya que separa “lo que es” de lo que “debe ser”, el conocimiento de la acción y contra ésta. Es que la academia se opone tanto al marxismo que intenta transformar y no explicar el mundo, como al psicoanálisis que es una experiencia y no una concepción del mundo.

1934 es un año clave para Europa. Se había consolidado el fascismo italiano, ya gobernaba Hitler en Alemania y en la URSS se desintegraba la revolución sexual, se restituía la familia, se consolidaba el estado, la iglesia recuperaba a las masas y se había prohibido el psicoanálisis, en consecuencia, se había instalado y consolidado el capitalismo de estado bajo el nombre personalista de Stalinismo. Si bien la propiedad dejó de ser individual, no pasó a ser común. En Asia se daba la expansión del imperialismo japonés. La voz de Reich estaba prohibida en el mundo.

El motor para que la sociedad suprima y el individuo reprima las pulsiones sexuales es la instancia del patriarcado

Sostiene que los revolucionarios europeos habían desechado la lucha sexo-económica contra la mística, testimonio del miedo a la sexualidad. Se pregunta ¿Por qué el fascismo superó al movimiento revolucionario? ¿Por qué el fracaso de la primera internacional y de las revoluciones europeas entre 1918 y 1924? Responde que el marxismo no tuvo en cuenta ni la estructura caracterológica de las masas ni el efecto del misticismo. El pensamiento de Marx sucumbió ante las fórmulas vacías y los esquemas rígidos del marxismo vulgar que sólo caracteriza que lo económico determina la ideología, la cual desestima, que la psicología es metafísica y los impulsos y procesos anímicos son idealistas. Al negar el psicoanálisis cayó en el psicologismo metafísico.

Lo material se transforma en lo ideal ¿Cómo sucede lo que ocurre en la cabeza? ¿Cómo repercute sobre el proceso económico? Recurre para encontrar las respuestas al psicoanálisis que, aunque examina lo individual, puede dar cuenta de procesos comunes a un grupo social, a la psicología de las masas.

Si, como dice Marx, el hombre es la base de la producción material, sujeto de la producción y que todas las circunstancias, las condiciones y funciones humanas que lo afectan modifican la creación de mercancías, entonces, dice W.R. si son “todas” incluye la vida sexual, su investigación y aplicación a nuevas condiciones sociales. Se requiere del psicoanálisis porque la ideología refleja el proceso económico pero, a su vez, lo enraíza en la estructura psíquica. La disciplina que da cuenta de ésta es el psicoanálisis, por lo que recurre a los conceptos freudianos mayores: el inconsciente, la sexualidad que no se somete a la reproducción, la represión de la sexualidad infantil, que la instancia moral -el superyó- surge de deseos y prohibiciones de las pulsiones, la repetición. Algunos de los temas que Lacan desarrolla y precisa en el Seminario sobre los conceptos fundamentales del psicoanálisis.

El motor para que la sociedad suprima y el individuo reprima las pulsiones sexuales es la instancia del patriarcado. Los intereses sexuales sirven a los económicos de poder y violencia, en el seno de la perversión, la versión del padre dirá Lacan.

Intenta dar cuenta de lo que permite la explotación y la dominación: el niño se va transformando en sumiso y humillado a partir de la represión sexual. Por la inhibición se van creando modificaciones estructurales: el individuo en la masa actúa, piensa y siente contra sus intereses. Estos procesos, las modificaciones estructurales, se pueden localizar en el contenido de una oración religiosa: “Dios mío: ahora me duermo/ envíame un angelito/ Padre mío que tus ojos/ estén sobre mi cama. Si hoy he hecho algo injusto/ Dios, no lo mires. Padre ten paciencia conmigo/ y perdóname mis culpas/ que todos los hombres grandes y pequeños/ te sean encomendados.” Esta plegaria contiene la sustancia y material de la mística. En primer lugar hay un pedido de protección, luego repetición del mismo y tercero un pedido de perdón. Que el padre no lo mire ¿Qué? El goce sexual de la masturbación. Dios lo ve todo, mira siempre y expresa el poder de la mirada, la violencia del castigo, es el goce de Dios. Ahí está la perversión. W.R. señala las dos rocas ante las que el hombre puede encallar: Dios y el sexo opuesto, lo que Lacan trabaja en los seminarios “Los conceptos fundamentales del psicoanálisis”, “De un Otro al otro”, “…ou pire” y “Encore”.

En los análisis no discutimos la existencia de Dios, destruir la mística no es la intención del analista, lo que se juega es el deseo del analista. W.R. lo dice a su modo: se trata de que se pierda la inhibición moralista y se sustituya por la regulación sexo-económica. La sexualidad no es un asunto privado, es político y esa regulación no va contra, ni es intrusión en la economía política. Forma parte de la lucha de los explotados contra los explotadores.

Existen dos elementos para determinar la actitud servil: la autoridad del padre y las exigencias de la represión sexual. De esos lazos surgen los sentimientos de lo nacional, la patria, los símbolos…

Ni el robo por hambre, ni la huelga por la explotación económica necesitan explicación. Pero ¿Por qué no roba? ¿Por qué no hace huelga? ¿Qué traba el desarrollo de la conciencia? Intenta explicar el fascismo, cuya condición ostensible es que “obnubila”, “hipnotiza” y “seduce”. Pero ¿Por qué? Hay un conflicto entre la conciencia social y la ideología del fascismo. ¿Cómo se absorben y manifiestan ambos polos? No se puede explicar ni por la “psicosis de guerra” ni por la obnubilación de las masas. Si tuviera que ver con la tradición ¿Cómo se explica? ¿Qué es? ¿Cómo la clase que puede realizar la transformación llega a absorber la ideología conservadora?

Es lo que dice Marx, la clase que tiene el poder dominante posee el poder ideológico dominante. Pero no es suficiente, falta introducir el elemento irracional, la mística que no tiene explicación socio económica inmediata. Marx da una explicación: “Las ideas de las clases dominantes son en cada época las ideas dominantes, es decir que la clase que tiene el poder material dominante en la sociedad tiene también el poder ideológico dominante. La clase que dispone de los medios de producción materiales dispone al mismo tiempo de los medios de producción ideológicos, de tal modo que las ideas de aquellos que carecen de los medios de producción están sometidas a la clase dominante. Las ideas dominantes no son sino la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, son esas mismas relaciones materiales bajo la forma de ideas, o sea la expresión de las relaciones que hacen de una clase la clase dominante; en otras palabras, son las ideas de su dominación.”1 Lenin lo observa y describe en 1905, en “Sobre la religión”: “El soldado estaba lleno de simpatía por la causa del campesino; sus ojos relucían con la mera mención del campo. A menudo el poder sobre las tropas había caído en manos de los soldados, pero casi nunca hubo un aprovechamiento pleno de ese poder; los soldados vacilaban; unas horas después de haber dado muerte a un superior odiado dejaban a los demás en libertad, entablaban negociaciones con las autoridades, y luego se dejaban matar y azotar, y aceptaban de nuevo el yugo…”2 Es necesario recurrir al sentimiento de culpa tal como lo introduce Freud. El marxista vulgar pasa por alto estos hechos y desconoce y niega al psicoanálisis. En cambio para Marx y para Lenin el hombre es el sujeto de la historia.

La mística extrae de la represión de la vida sexual sus energías y sus contenidos. Los hábitos cotidianos ayudan a mantener la sumisión e identificación con la clase dominante

La táctica de Hitler que se repite en todas las situaciones similares, consiste en renunciar a la argumentación y presentar sólo la “gran meta final”. Además se requieren otras condiciones: que coincida la estructura de la personalidad del líder con la de los individuos de la masa. No dependen de la personalidad o de la “psicosis”, sino de la coincidencia. También apoyarse en la pequeña burguesía que, por su lugar en la sociedad y que pesa por su número no por su peso productivo, fluctúa entre rebelarse y someterse y tiende a identificarse con la autoridad. Este sector está atrapado entre el modo de producción individualista y la familia autoritaria. Este sector de clase en el fascismo es el mismo que el de la democracia liberal, sólo que se comportan en forma diferente según el período histórico del capitalismo. Existen dos elementos para determinar la actitud servil: la autoridad del padre y las exigencias de la represión sexual. De esos lazos surgen los sentimientos de lo nacional, la patria, los símbolos… Surge en las masas la convicción de que el líder no se equivoca, aunque las cosas estén mal la confianza en él lleva a decir que “él saldrá adelante”. Lo decisivo de esa perversión se establece entre lo autoritario y la represión. La moral sexual se desliza hacia el honor y el deber. Al incrementar la presión económica se incrementa la presión moralista. El fascismo supone la unión entre familia, nación y religión. Sus fuentes se encuentran en la posición autoritaria del padre que se reproduce en los superiores jerárquicos determinando una actitud pasiva, servil. La exigencia es la represión sexual de niños y mujeres. Es decir que proviene de los lazos familiares cuyas ataduras son explicadas por el psicoanálisis. La mística extrae de la represión de la vida sexual sus energías y sus contenidos. Los hábitos cotidianos ayudan a mantener la sumisión e identificación con la clase dominante.

La raza y la sangre juegan un papel decisivo. Para el fascismo el ario es el único que participa de los intereses imperialistas, la grandeza de la nación. Los individuos se identifican con el líder y la raza, lo que, suponen, le permite salir de la condición de subhombre. El núcleo material que evita la contaminación es el miedo a la sexualidad y al orgasmo. La cuestión de lo puro y lo demoníaco es trasladado a los orígenes: la pureza de los dioses griegos y lo dionisíaco en los etruscos, el oriente medio, los no arios.

La base de la ideología totalitaria es el orden sexual patriarcal en el cual los intereses sexuales se subordinan a la dominación económica. Es el poder. La sexualidad orgástica de las mujeres cede ante la sexualidad brutal de la dominación masculina. Es la violencia. La sexualidad pura para los arios, la sucia para los demás. De tal modo que la represión sexual es un componente esencial de la dominación de clase, disimulada en la raza y la sangre. Pero esta relación entre represión sexual y sociedad de clases que culmina en ese estado, es compleja. Se entrecruza entre la herencia y la identificación de la clase productiva con los intereses de la ideología dominante.

La economía sexual necesita enfrentar a la familia autoritaria que se basa en que la sexualidad sólo es moral si el sexo está al servicio de la reproducción. La interrupción del embarazo la contradice. El eje de la reforma sexual es el derecho de la mujer sobre su cuerpo y asegurar su bienestar con la legalización y regulación del derecho al aborto. Ceder en este punto es someterse a la dominación fascista. Como tampoco se puede ceder ante la obligación de la educación sexual de los niños y jóvenes, ya que el hambre afecta a muchos niños, pero la represión sexual a todos.

La base de la ideología totalitaria es el orden sexual patriarcal en el cual los intereses sexuales se subordinan a la dominación económica

Como la propaganda fascista dice que a la moral sexual los revolucionarios oponen la anarquía sexual, no se puede enfrentarlos con la idea de que la revolución es tan o más moral que los fascistas. Por el contrario hay que sostener sin ceder que la revolución modifica, produce la subversión de la vida sexual y desecha el viejo orden familiar.

Los social demócratas y los marxistas vulgares han pretendido excluir la cuestión sexual de las luchas políticas. Esto carece de sentido y es el mejor medio de entregarse al conservadorismo. Es lo que ocurrió en Alemania en 1932. En un debate de jóvenes comunistas con un sector de la iglesia cristiana que se manifestaba anticapitalista, se le preguntó a los comunistas cual era la razón por la que no habían tocado la cuestión principal de la iglesia, la abstinencia sexual. Contestaron que era muy complejo y que no se estilaba hablar de esos temas en las discusiones políticas. Por el contrario W.R. sostiene que se entiende fácilmente cuando se explica, ante las masas, el papel reaccionario de la mística en conexión con la represión de la vida sexual. La renuncia a ello tuvo como consecuencia la derrota de los revolucionarios. La mística tiene el mismo valor que el uso de los estupefacientes.

También las sociedades de psicoanálisis se sometieron a los dictados del estado e inventaron una sociología que intentó analizar la sociedad como a un individuo, estableció una oposición absoluta entre proceso cultural y satisfacción sexual, interpretó los instintos destructores como hechos biológicos y temió las consecuencias de sus propios descubrimientos.

La forma de enfrentar el fascismo es derrotarlo en la mística de las masas ya que obtiene su potencia de las “verdades cristianas”. El papel del rechazo al goce sexual es provocar la humildad y la resignación. En cambio, defenderlo requiere una fundamentación exhaustiva. La mística se sostiene en tres elementos fundamentales: la correlación entre los fenómenos de la excitación orgástica y la excitación religiosa o la excitación de las masas sumisas ante el discurso del líder amado o ante sublimes fenómenos de la naturaleza. Podemos encontrar abordajes por parte de Freud, ante el sentimiento oceánico y de Lacan sobre el goce religioso en el seminario “Encore”. Entonces se pregunta ¿Cómo se cimentan las ideas de Dios, el pecado y el castigo? ¿Cuándo se cimentan las ideas religiosas? ¿Qué energía se emplea?

El verdadero objetivo de la revolución no es el trabajo, sino la vida y el juego sexual en todas sus formas. Si el trabajo tiende a disminuir en las sociedades actuales, W.R. se pregunta ¿Por qué no ser felices en la tierra? ¿Por qué no es el goce el contenido de la vida? Es una conquista fundamental romper con la idea de que la mujer es un ser sexual, sólo como reproductora. Aceptarla como ser sexual con pleno derecho del goce de su cuerpo implicaría el derrumbe de toda ideología autoritaria. Si se olvidan estas verdades no hay posibilidad de enfrentar a la mística. Es así que para los fascistas la posibilidad de interrupción del embarazo está en contradicción con el sentido de la familia y es un punto clave de las clases dominantes, un lugar privilegiado, de mayor importancia que la creación de un ejército industrial de reserva y la entrega de carne de cañón para la guerra imperialista. No hay que olvidar que la perversión se da por la oposición entre la moral y los impulsos.

La cuestión sexual es una cuestión política de las masas y dejarla de lado es un modo de arrodillarse ante los preceptos del fascismo, cualquiera sea la forma que adopte

La experiencia en Argentina en el último año es suficientemente elocuente para sostener que la cuestión sexual es una cuestión política de las masas y dejarla de lado es un modo de arrodillarse ante los preceptos del fascismo, cualquiera sea la forma que adopte.

Notas

1. Marx, Carlos, en Reich, Wilhelm, op. cit., p. 52.

2. Lenin, Vladimir Ilich, Ibid., op. cit., p. 54.

jueves, 29 de abril de 2021

José Antonio Marina: Inteligencia

 

Instagram: @psicoletrazaragoza.            Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza -Gran Vía- Y Online Página Web: Conoce-Contacta

José Antonio Marina es una referencia en el mundo académico. Ensayista, filósofo, profesor, pedagogo, fundador de la Escuela de Padres. Marina se muestra partidario de los deberes en casa, y de las clases de Historia porque en ellas se puede constatar el fracaso a la solución de problemas de las sociedades.

ENTREVISTA. La Voz de Galicia

-¿Por qué los gobiernos no son capaces de pactar un sistema educativo estable y respetado?

-Porque la educación siempre ha estado ideologizada. Es uno de sus males. La ideología es a la educación lo que la mixomatosis al conejo: acaba con él. Siempre ha habido contenciosos que han impedido el pacto político. Cada partido en el poder quería implantar su ideología e instrumentalizar la educación. Creo que sí es posible un pacto social por la educación, y que entonces seremos los ciudadanos los que presionaremos a los políticos para que pacten.


-¿Tiene sentido que niños de 11, 12, 13 años, después de su jornada escolar, tengan 3 o 4 horas de deberes?

-Los deberes en casa tienen problemas. Uno es el tiempo que se les va a dedicar. Soy partidario de que algunos deberes se deben hacer en casa porque se ha acortado mucho, en general, el horario escolar. Aunque lo ideal sería que se estudiara en las horas de escuela. En Francia hay un debate enorme. Se considera que si se da demasiado peso en la educación a los deberes en casa se pueden crear agravios comparativos. No todos los niños están en las mismas condiciones para trabajar en casa. La carga del estudio debe ser sobre todo en la escuela. Nosotros estamos implantando muy alegremente la jornada continua, que desde el punto de vista pedagógico no tiene mucho sentido. Dicho esto, los deberes se deben hacer. En primaria, empezar con diez minutos e ir aumentando el tiempo hasta el último curso, que sí conviene que trabajen alrededor de una hora. En secundaria hay que estudiar. -El sistema educativo es memorístico. ¿Tiene sentido en un mundo donde buscar información es fácil?-No creo que tengamos un sistema memorístico. Al contrario. Los estudiantes empiezan a recordar muy pocas cosas. En los últimos años hemos insistido demasiado en la importancia de los procedimientos, en las actividades, en la búsqueda de información. Y hemos descuidado la segunda parte: hay cosas que tienen que aprender. Hay un estúpido descrédito de la memoria. No hay nada más tonto que decir que la memoria es la inteligencia de los tontos. Es de los tontos y también de los listos. Pensamos a través de la memoria e inventamos a través de la memoria. Se empieza a extender la idea de para qué voy a aprender una cosa si la puedo encontrar en el ordenador. Es un disparate. Un burro conectado a Internet sigue siendo un burro. Los estudiantes deben saber cosas para aprovechar la riqueza de posibilidades que da Internet. Si no saben nada, no encontrarán nada.

-¿Qué se debe aprender?

-Ese es uno de los más interesantes problemas pedagógicos: discernir qué es lo que el niño, el adolescente, el universitario debe aprender y guardar en su memoria personal y lo que no vale la pena que aprenda porque a partir de lo que sabe lo puede encontrar con mucha facilidad. Nuestros adolescentes y universitarios tienen un nivel muy bajo de comprensión lectora. No entienden lo que leen. Si no tienen esta competencia ¿para que les sirve Internet?

 

-¿Qué piensa del test de inteligencia?

-Pueden detectar alguna disfunción, pero no sirven para evaluar la complejidad de la inteligencia. Hay un test interesante que se aplica a niños de cinco años. Consiste en darles un pastel y decirles: puedes comértelo, pero si no te lo comes mientras estoy fuera de clase luego te lo podrás comer y además recibirás un premio. Es el test de aplazamiento de la recompensa. Tras seguir a esos niños 16 años, se comprueba que el test de las chuches predice mejor los resultados académicos. ¿Por qué? una cosa es tener el tipo de habilidades que miden los test de inteligencia y otra es utilizarlas bien. Un niño puede hacer bien un test de inteligencia, pero de repente es perezoso o cobarde.

-¿Por qué ahora todos los niños tienen déficit de atención?

-Se dice que hay entre un 10 y 12 % de la población escolar con déficit de atención. Me pregunto, ¿puede haber una precipitación en el diagnóstico? Yo distingo entre trastornos de atención (son los que necesitan una solución médica, un 2 %) y los problemas de atención (10 %). Son niños que no han aprendido los mecanismos de la atención voluntaria.









miércoles, 28 de abril de 2021

Freud Y Lacan

 


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Rodrigo Córdoba. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza -Gran Vía- Y Online                  Teléfono: 653 379 269 WEBSITE  Contacta rcordobasanz@gmail.com


“Tía dime algo, tengo miedo porque está muy oscuro”.
Y la tía le dice: “¿De qué te servirá, si no puedes verme?”
Y el niño le responde: “Esto no importa, hay más luz cuando alguien habla”.
Tres ensayos de teoría sexual (1905)
Sigmund Freud

Con Freud situamos que el malestar en la cultura responde a la renuncia pulsional que ella implica respecto de la represión o sofocación de una satisfacción pulsional y de una “inclinación agresiva” rasgo indestructible que constituye el trasfondo de los vínculos de amor y ternura. Lo indestructible de la destrucción.

Sin embargo, Freud propone que es posible una tramitación de este rasgo a través del intento que apunta a la mezcla pulsional allí donde la libido constituye un objeto y la ternura sostiene el lazo. El semejante es pasible de ser alojado en su diferencia, en su singularidad, a condición de ubicar allí un vacío, el mismo que constituye al yo en su inconsistencia.

Esto no será posible si sólo pensamos lo colectivo en términos de masa: conformada por identificación entre los yo y al líder. Dice Freud: “Pero acaso llegaremos a familiarizarnos con la idea de que hay dificultades inherentes a la esencia de la cultura y que ningún ensayo de reforma podrá salvar. Además de las tareas de la limitación de las pulsiones, para la cual estamos preparados, nos acecha el peligro de un estado que podríamos denominar «miseria psicológica de la masa». Ese peligro amenaza sobre todo donde la ligazón social se establece principalmente por identificación recíproca entre los participantes, a la par que individualidades conductoras no alcanzan la significación que les correspondería en la formación de masa” (1920, p. 112)

Es claro que el peligro es la identificación recíproca, ya que anula lo heterogéneo, se sostiene de lo homogéneo y del racismo, de la anulación de lo diferente. Sin embargo, la identificación al líder puede ordenarla pero no la salva de ser peligrosa. La “salvación” entonces, tomando palabras de Freud, no vendrá desde allí.

También es necesario y urgente subrayar que hay malestares y malestares, y que no conviene justificar el malestar innecesario con el estructural. Si eso ocurre es una decisión política. A propósito de esto en “El porvenir de una ilusión” Freud dice:

“En cuanto a las restricciones que afectan a determinadas clases de la sociedad, nos topamos con unas constelaciones muy visibles, que por otra parte nunca han sido desconocidas. Cabe esperar que estas clases relegadas envidien a los privilegiados sus prerrogativas y lo hagan todo para librarse de su «plus» de privación. Donde esto no es posible, se consolidará cierto grado permanente de descontento dentro de esa cultura, que puede llevar a peligrosas rebeliones. Pero si una cultura no ha podido evitar que la satisfacción de cierto número de sus miembros tenga por premisa la opresión de otros, acaso de la mayoría (y es lo que sucede en todas las culturas del presente), es comprensible que los oprimidos desarrollen una intensa hostilidad hacia esa cultura que ellos posibilitan mediante su trabajo, pero de cuyos bienes participan en medida sumamente escasa. Por eso no cabe esperar en ellos una interiorización de las prohibiciones culturales; al contrario: no están dispuestos a reconocerlas, se afanan por destruir la cultura misma y eventualmente hasta por cancelar sus premisas. La hostilidad de esas clases a la cultura es tan manifiesta que se ha pasado por alto la que también existe, más latente, en los estratos favorecidos de la sociedad. Huelga decir que una cultura que deja insatisfechos a un número tan grande de sus miembros y los empuja a la revuelta no tiene perspectivas de conservarse de manera duradera ni lo merece” (1927, p. 12).       

                                                            *

¿Cuál es el malestar en la cultura contemporánea?

Con toda la dificultad que implica pensar lo contemporáneo, esa “cita a ciegas” como dice Agamben en tanto somos sus contemporáneos aventuraremos algunas lecturas. Y para eso nos remitimos a formulaciones de Lacan que no es contemporáneo y sin embargo afecta lo que intentamos pensar.

Por un lado palpamos la forclusión de las cosas del amor, de la castración (Lacan, 1971). Y también la “declinación del padre” aunque ella es anterior, es quizás lo que funda el psicoanálisis (Lacan, 1938). Es lo que Freud escucha de sus pacientes, al mismo tiempo que se construye una novela, una versión –neurótica- que lo sitúa como perturbador o seductor con la función de enmarcar el goce autoerótico como pura cantidad (Freud, 1905).
Aún advirtiendo las perturbaciones que la novela edípica ha sufrido en nuestro tiempo, queremos señalar otro efecto del padre que precisa mejor el malestar propio de la época.

En 1968 Lacan habla de “evaporación del padre” y de la marca que eso deja, marca que no es cicatriz, si entendemos como cicatriz aquello que afecta de un imposible, que agujerea inconciente y pulsión, dos huecos no reconocibles que hacen ombligo. Y un ombligo más, el que como marca en el cuerpo nos recuerda que somos “seres placentarios” (Lacan, 1968). Incalculable sujeción al otro.

Todavía un ser nace de otro y eso es lo más enigmático que hay a nivel de lo simbólico (Lacan, 1955). Vale preguntarse si con el avance de la tecnociencia la época aguantará ese agujero, ese misterio.
¿Qué quiere decir que se forcluye la castración? Se forcluye la marca que la castración real, como afectación de lalengua, imprime de imposible: lo que no puede ser dicho y la inexistencia de un objeto complementario para la pulsión que permitiera escribir la relación que no hay. Inconsistencia e incompletud del Otro, definido ahora como agujero, mostrados a cielo abierto en la época. Sin funciones que lo traten, eso -que podría ser un alivio- se transforma en un lastre.
Si ella se forcluye, el amor también.  

Considero que no se trata aquí del amor narcisista, el que completa imaginariamente, el que tiende a hacer de dos, Uno. Creo que en su última enseñanza Lacan se refiere al amor que es el del acontecimiento, el que resuena como dos saberes que no se recubren, el que como decir toca lo real. El que funda la transferencia, y con esa forclusión tenemos que vérnosla ya que interpela a nuestra práctica.

Lo contemporáneo es de una desigualdad brutal. Ese es el síntoma de la época, eso retorna en violencia, impulsiones, indiferencia, soledad, desconocimiento del otro como prójimo. Desigualdad que niega la singularidad y la diferencia.
También desprendemos este efecto del capitalismo como forclusión del amor. Si a partir del consumo y la infinita circulación de objetos que el seudo discurso capitalista impone el sujeto es simulado, será la coraza especular lo que quede a disposición para el vínculo con el otro. Pura comunicación sin transmisión ni decir, y segregación son los resultados. Yo o el otro en máxima tensión especular.   

                                                                 *

La pregunta entonces es sobre el lazo entre los seres hablantes. Si la cultura es malestar, por estructura y por plus, si la agresión es lo más primario en la constitución del yo-no yo y la vivencia de dolor y la imagen mnémica hostil un primer ordenamiento del mundo… ¿cómo enlazarnos? Por un lado diremos que tenemos un asunto en común, lalengua, y por otro que hay modos más amables de considerar al otro, como “auxiliar” por ejemplo.

Dice Freud: “La cultura espera prevenir los excesos más groseros de la fuerza bruta arrogándose el derecho de ejercer ella misma una violencia sobre los criminales, pero la ley no alcanza a las exteriorizaciones más cautelosas y refinadas de la agresión humana. Cada uno de nosotros termina por aventar como ilusiones las expectativas que alentó en su juventud respecto de los prójimos, y sabe por experiencia propia cuánto más difícil y dolorosa se le volvió la vida por la malevolencia de estos. Por consiguiente, sería injusto reprochar a la cultura su propósito de excluir la lucha y la competencia del quehacer humano. Ellas son sin duda indispensables, pero la condición de oponente no coincide necesariamente con la de enemigo; sólo deviene tal cuando se la toma como pretexto y se hace abuso de ella” (Freud, 1920, p.109)

El oponente no es un enemigo, la agresividad es constitutiva, la violencia no. Qué haremos con el odio tan publicitado? Una cosa es el malestar en la cultura, otra la cultura de la mortificación: una cultura que se arroga el derecho a la violencia y desmiente todos los demás.    

La instalación del lazo requiere de una pérdida de goce. Ilda Levin afirma “La estructura psíquica del sujeto se articula en torno a un agujero. El modo del lazo y si soporta o no ese agujero de estructura, es una clave en la clínica del sujeto” (2004). Para que el lazo enlace y no petrifique al modo del gadget capitalista debe preservarse la dimensión del agujero. En otros términos, sin pérdida de goce no hay lazo social porque ese agujero central del toro que constituye al sujeto, es el que garantiza el espacio de lo singular y de la posibilidad de la diferencia a la vez.

Apostamos al lazo porque justamente eso constituye nuestro oficio. Un oficio que, haciendo lazo transferencial, produce un decir que conmueve y modifica la posición de un sujeto en lo íntimo que es social.

                                                              *

Tanto Freud como Lacan subrayan las coordenadas sociales, marcas de su época, de un ser hablante. Al mismo tiempo que subrayan las soluciones novedosas de cada quien frente a esas marcas. Lo que quiero decir es que el deseo, lo más propio, lo más singular, no es individual: se entrama en el tejido social, por eso nuestra función tiene dos bordes, dos aristas: de la irrupción de la letra resultan ambas en un entramado sobre el que intervenimos orientados por una posición ética. Hacer del sujeto un individuo pero en términos psicoanalíticos, es la infección del capitalismo en nuestro ámbito.

Tanto en Malestar en la cultura como en Nuevos caminos de la terapia analítica, Freud está atravesado por la guerra. Pulsión de muerte en su cara más obscena. Lo que se supone cultura se vuelve voracidad; la ley, una injusticia y el progreso, inhumano.
Lacan por su parte nos advierte que “La cultura en tanto algo distinto de la sociedad no existe. La cultura reside justamente en que es algo que nos tiene agarrados. No la llevamos a cuestas sino como una plaga, porque no sabemos qué hacer de ella si no es espulgarnos. Por mi parte, les aconsejo que la conserven, porque hace cosquillas y lo despierta a uno. Les despabilará los sentimientos que tienden más bien a quedar un poco embotados” (1972-73, p. 68). Aclara que la cultura se soporta del discurso, del vínculo social, que ancla en el modo en que el lenguaje “se imprime, se sitúa en lo que bulle, a saber, en el ser que habla” (ibídem, p. 68). Señalo: cultura-lazo-traza del lenguaje en el viviente: ubico ahí la singularidad del goce resultado de ese rasgo, escrito como huella que deja la afectación por el lenguaje, que en sucesivas traducciones conforma al Otro social y a cada cultura singular.

Intentando algunos rodeos que desmadejen el malestar actual es posible considerar una masa de individuos, esféricos, que desconoce su arraigo, su raíz y fijación que haciendo lazo desde lo indecible crea un territorio. Que ese territorio sea rizomático y globalizado como hemos constatado fuertemente no evapora ese desconocimiento que deja marca. La más notable es la ausencia de afectaciones que resuenen en el cuerpo, un rechazo hacia ellas que promueve otro cuerpo, liso, sin huecos ni ecos, ligado al mercado. De allí que el ser que habla y es hablado, consumido y simulado, busque un cuerpo en impactos varios que no logran escribir el impacto de la letra en la carne. Desconociendo su codicilo confunde libertad, deseo, con soledad, vacío, adaptación acomodada. También esa posición retorna en diversas manifestaciones, con la dificultad de formar síntoma que eso implica, que habrá que alojar. Constituir la dimensión del tiempo y el espacio, de lo íntimo enlazado a lo social porque sólo se funda con el otro y entre otros.

Si el “inconciente embraga en el cuerpo” (Lacan, 1973) es porque lo pulsátil concierne. Será en muchas ocasiones la disposición a la resonancia y la afectación de un analista lo que permita tallar un decir que haga de acontecimiento y vacío, que vuelva sensible la superficie. Que algo se escriba de un encuentro.
                                                              *

Nuestra apuesta es fuerte. El ofrecimiento, contundente. Lo vemos y lo hemos visto durante todo el año. Algunas experiencias son elocuentes: Una colega cuenta que en un hospital el termómetro con el que se realiza el triage no funciona. Hacen como que hacen. Versión burocrática, canalla del cuidado al otro. Impostura deleznable que hay que saltar. Como decía Ulloa no será la queja una posición que marque la salida. Ni tampoco el reclamo a un otro que esta vez, como tantas otras, en serio, no hay. Otros pactos y acuerdos serán posibles en el mientras tanto.

Otros colegas cuentan de la falta de cuidados en la sala de internación en la que trabajan. Y al mismo tiempo traen como problema un marcado nerviosismo de los profesionales hacia los pacientes allí internados. Esta falta de miramiento se exacerba con los pacientes que se fugan y vuelven. ¿Cómo no contagiarse en caso de que ellos se hayan contagiado “afuera”? Esperan que la autoridad del hospital extienda un protocolo. No lo hace, se desentiende de su acto. Sin embargo, advertimos que los que más entran y salen son los profesionales. Los invito a autorizarse, posición que es con otros como dijera Lacan. Decidir medidas de cuidado para todos que contemplen el caso por caso.  Si no somos capaces de enlazar lo comunal, ya sabemos que no todo, no seremos capaces de un Estado que se resista a ser un servicial administrador del mercado.

Sólo desde ese enlace será posible una regulación de los goces que de algún modo genere la equidad necesaria como para que un sujeto resulte. Y el que al mismo tiempo de lugar a otro discurso que resguarda lo indecible, lo no normativizable, que contempla la singularidad, lo que hace agujero. “Se trata de discernir cuál es el oficio del discurso analítico, y volverlo, sino oficial, al menos oficiante” (Lacan, 1972-73, p. 39)                                                                

En otra supervisión un equipo se pregunta sobre el dispositivo que algunos proponen crear: llamar por teléfono a los pacientes que cursan covid, hacerles un seguimiento es el pedido de los clínicos con los que vienen trabajando a partir de la pandemia. Aparece una pregunta medio extraña como “injertada” desde otros territorios respecto de si eso no sería “invertir la demanda”. Suena  a latiguillo, revisamos que es la demanda, como pedido articulado que se dirige a otro a partir de un no saber y en esos significantes se filtra un deseo, un goce, un desencuentro inmemorial entre sujeto y objeto. ¿Es que hay demanda sin ofrecimiento? ¿Sin lectura?  Es el que escucha el que sanciona eso como demanda, para eso es condición estar. En la Dirección de la cura dice que “por el intermediario de la demanda, todo el pasado se reabre hasta el fondo del fondo de la primera infancia. Demandar: el sujeto no ha hecho nunca otra cosa, no ha podido vivir sino por eso, y nosotros tomamos el relevo” (1958, p.588).
Sabemos que el sujeto se constituye entre ofrecimiento y elección. De la urdimbre que trama lo colectivo y constituye la subjetividad de una época se desprende el sujeto como un efecto que resulta entre significantes en su división, síntoma, enunciación.
Otra de las cuestiones que aparecen en las supervisiones es el lugar de un psicólogo, practicante del psicoanálisis en los equipos de salud. “Esenciales” o “no esenciales”? ¿Qué lugar ahí? ¿Para qué? Supongo que es una gran oportunidad para afinar lo político.

Para ajustar nuestra oferta. Para repensar qué es la salud y la salud mental.

Como los turnos por consultorios externos están suspendidos se sostienen los tratamientos por teléfono cuando eso es posible. Además, con prisa pausada, a tiempo, arman y ofrecen escucha a la subjetividad de los compañeros médicos en el hospital o centro de salud. Intervienen ahí armando lazos que no sean de cuerpo cerrado. Un espacio para lo de cada uno (miedos, fantasías, ideales) que no se suelta del para todos. De lo que vengo escuchando las intervenciones apuntan a sostener un detalle propio en las normativas generales, ordenar la escena para guarecer el deseo. Abren un espacio entre la expectativa angustiada y el quedar a merced de lo peor. Tiempo que no hace lugar. Ahí, en un forzamiento que alumbra, abren un tiempo.
El análisis se soporta de una contingencia, confrontación de cuerpos del que resulta un buen o mal encuentro. Puntapié inicial que define las entrevistas preliminares (Lacan, 1971). En tiempos de cuarentena se sostiene de la voz. Algo se pierde, algo se concentra, algo resuena. Aparecen muy frecuentemente los sueños. Se escucha y se dice un sueño por teléfono en la intimidad de un encuentro que resiste lo más que puede. También aparece el juego que se dirige a un analista con fotos, videos, mensajes de voz. La infancia, aunque interrumpida por esta realidad que supera las ficciones constitutivas sobre sexualidad y muerte, también resiste. Hay efectos y sorpresa en el “entre”.

“Huellas: Psicoanálisis y territorio”, la revista de la que formo parte respondió ofreciendo en su presentación virtual la posibilidad de dejar dicha la experiencia disponiéndola al lazo. Esa propuesta tiene en el horizonte que la escritura amortigüe lo que no se puede decir ni callar, el trauma. Y disponerlo al encuentro con los otros, en una madeja donde cada uno oville su decir. Hay disposición al lazo y el ofrecimiento empieza a tejerse por su cuenta armando reseñas, series, entrelazando y dando a conocer dispositivos en distintos puntos del país.               

El deseo es falta. Implica haber traducido una pérdida en términos de falta, el deseo como insatisfecho e imposible, es decir movimiento que pulsa una barra, una división y su enunciación.

Ancla en el goce en tanto ambos se generan por esa cita fallida entre viviente y palabra, ese instante de tirón donde un decir toca el ser.

Es con esa orientación que un analista, cada vez, reinventando el psicoanálisis, dispone su artesanía. Espera. Presta palabra. Hace silencio. Da un lugar. Releva funciones. Señala la subjetividad. Se desprende de su moral, de sus ideales, de su saber inconciente. Se deja llevar por un deseo que es más fuerte que todo lo anterior.

En su gesto, tierno y amoroso, ofrece un lugar, soporta lo indecible, se hace vacío y por ende superficie donde escribir o reescribir una historia que agujerea el destino y los pronósticos. Acompaña sin ser cómplice. Se ahueca a la sorpresa. Resuena encuerpo.
Vale la ocasión retomar la incidencia de la ternura y el amor como intervención analítica. El amor es un decir que hace acontecimiento. Es muchas veces experiencia inédita. La ternura implica ese pasaje del goce autoerótico especular del infans a un decir singular que arma borde a lo real de cada uno instituyendo la falta. No es sin riesgo y escritura. El gesto tierno, en el buen caso, viene del otro e implica agujero, inconsistencia y amortigua el dolor de existir. Como gesto, movimiento, ademán, y también gesta-ción es extracción y escritura.

Dice Freud: “A raíz de esta hostilidad primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se encuentra bajo una permanente amenaza de disolución. El interés de la comunidad de trabajo no la mantendría cohesionada; en efecto, las pasiones que vienen de lo pulsional son más fuertes que unos intereses racionales. La cultura tiene que movilizarlo todo para poner límites a las pulsiones agresivas de los seres humanos, para sofrenar mediante formaciones psíquicas reactivas sus exteriorizaciones. De ahí el recurso a métodos destinados a impulsarlos hacia identificaciones y vínculos amorosos de meta inhibida; de ahí la limitación de la vida sexual y. de ahí, también, el mandamiento ideal de amar al prójimo como a sí mismo, que en la realidad efectiva sólo se justifica por el hecho de que nada contraría más a la naturaleza humana originaria. Pero con todos sus empeños, este afán cultural no ha conseguido gran cosa hasta ahora” (Freud, 1920, p.109)

Efectivamente, el amor no cura. Sin embargo abre un espacio. Una cura no es por amor, tampoco es sin amor. La transferencia, que Lacan define como que es del analista (1973), en tanto por amor algo le hace signo de un sujeto y allí comienza la posibilidad de escribir otra historia. No es como bien aclara Freud el amor cristiano del que se trata, ya que éste se ocupa de sacar el cuerpo del medio, desplaza el goce, produce “levitación” (Lacan, 1973). Habrá que hacerle la contra a un fanatismo religioso donde el amor es un sí mismo de la imagen que rellena y evita lo que de la falla nace con él.  

En la cultura, construir sujeto, palabra, cuerpo: decir y falta. Hacer falta. No tener nada es muchas veces consistencia de resto. Producir un vacío respecto de la palabra, de un imposible de decir. Es lo más difícil cuando hay un contundente plus de privación de derechos en varias generaciones.

Quiero agregar a los derechos sabidos (y no por eso respetados en muchas ocasiones: educación, salud, vivienda, trabajo…) el derecho a la transferencia: faltarse en otro singular que lo espera y lo dice en su silencio, en su singularidad.
Freud decía “…la técnica consistía en acomodar nuestra postura psíquica al sonido y no al sentido de la palabra, poner la representación-palabra (Wortvorstellung) (acústica) misma en el lugar de su significado dado por relaciones con las representaciones-cosa-del-mundo (Dingvorstellung)” (1905, p. 115). Es allí donde se juega la agudeza, la poesía, los juegos de palabras. Es allí, en esa disposición al decir, que se define la función del analista y su interpretación como aquello que, resonando, afecta al ser hablante.

Bibliografía:

Agamben, G.  (2007)             ¿Qué es un dispositivo? Anagrama, Barcelona, 2015.
Freud, S. (1905) Tres ensayos de teoría sexual y otras obras, en Obras Completas, Vol. VII. Buenos Aires, Amorrortu Editores.
Freud, S. (1905) El chiste y su relación con lo inconciente. En Obras Completas, Volumen VIII, Amorrortu editores, 1992.
Freud, S. (1930) El malestar en la cultura. En Obras Completas, Volumen XXI, Amorrortu editores, 1992.
Freud, S. (1927) El porvenir de una ilusión. En Obras Completas, Volumen XXI, Amorrortu editores, 1992.
Lacan, J. (1958) La dirección de la cura y los principios de su poder. Escritos 2. Siglo veintiuno editores, 2011.
Lacan, J. (1966)  Acerca de la estructura como inmixión Conferencia en Baltimore
Lacan, J. (1972-1973) El seminario de Jacques Lacan. Libro 20. Aún. Paidós. 2016.
Lacan, J. (1973-1974) Seminario 21. Inédito.
Lacan, J. (1973) Televisión. En Otros escritos. Ed. Paidós. Buenos Aires, 2012.
Lacan, J. (1978) Conferencia de Clausura a las Jornadas de la Escuela Freudiana.Inédito
Levin, I. (2004) Apuntes para una clínica del lazo social. En: http://www.efba.org/efbaonline/levin08.htm.
Ulloa, F. (2011) Novela clínica psicoanalítica. Historial de una práctica. Libros del zorzal. Buenos Aires, 2012.
Ulloa, F. (2011) Salud elemental. Con toda la mar detrás. Libros del zorzal. Buenos  Aires, 2012.