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Paz y Ciencia

lunes, 19 de abril de 2021

Reseña de Byung-Chul Han

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Psicoanálisis. Zaragoza -Gran Vía- Teléfono: 653 379 269 IG:@psicoletrszaragoza Twitter:@psicoletra Página Web: www.rcordobasanz.es


SUS LIBROS TRADUCIDOS RECIENTEMENTE POR HERDER HAN GENERADO UN IMPORTANTE IMPACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA, REACTUALIZANDO LAS DISCUSIONES SOBRE LAS FORMAS DE DOMINIO Y CONTROL EN EL S XXI. ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA TECNOLOGÍA EN TODO ESTO? EN ESTE ARTÍCULO PODRÁN ENCONTRAR UNA BREVE INTRODUCCIÓN A SU OBRA.

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El tiempo parece avanzar más rápido que nuestra capacidad de conceptualizar los cambios culturales, políticos y económicos que se generan sin descanso. En ese desconcierto general hay algunos personajes que logran atisbar, en un pequeño destello, el funcionamiento de la gran maquinaria. Gracias a ellos podemos dar un paso al costado y mirar las cosas desde una nueva perspectiva. Un claro ejemplo es la aparición del filósofo surcoreano Byung-Chul Han que, con casi una veintena de libros que cultivan un estilo sencillo, casi zen, nos ha ofrecido a sus lectores un panorama renovado y sin pretensiones de la relación entre control y tecnología.

Podríamos afirmar que esta visión crítica de las nuevas formas del capitalismo se desprende de una experiencia de primera mano en dos de los países donde el sistema funciona de manera más aceitada: Corea del Sur y Alemania. Por un lado, Corea del Sur, como Japón, es uno de los países orientales que mejor se ha adaptado al capitalismo; por otro, Alemania, es, actualmente, la capital económica y cultural de Europa. Originario de Seúl, llegó a Alemania buscando estudiar literatura. Su falta de conocimiento del idioma lo llevó a seguir con filosofía porque “para estudiar a Hegel la velocidad no es importante”.

Si Foucault fue el pensador de las relaciones de poder disciplinarias del s.XIX, Byung-Chul Han sigue los pasos del francés Gilles Deleuze y su “Post-scriptum sobre las sociedades de control” que, a su vez, tiene su origen en la Hipótesis Cibernética, que surgió la Segunda Guerra Mundial como estrategia para afianzar un nuevo sistema de control que suplante a la hipótesis liberal. ¿Qué quiere decir esto? Que el poder ya no ejerce su capacidad de control a través de la disciplina y el castigo. Por el contrario, actualmente, el control es más invisible que nunca: números, experiencia cuantificada, algoritmos, capacidad de predicción y Big Data. Es en este contexto que Byung desarrolla su teoría. De su lectura de la realidad han surgido una serie de conceptos que permiten pensar de manera más clara cuáles son las relaciones de poder que subyacen a nuestro uso de redes sociales, nuevas relaciones de explotación, las relaciones inter-personales, y la destrucción del erotismo y el tiempo como lo conocíamos.

En el enjambre

El enjambre es, en pocas palabras, la forma de coexistencia de los usuarios de internet. En el enjambre (como en el de abejas o avispas) no hay ni silencio ni distancia. El ruido que produce la hiper-comunicación y el exceso de información del enjambre digital destruyen el silencio esencial que necesita el alma para pensar.

A diferencia de la masa tradicional, el enjambre es un espacio virtual en el que los cuerpos están ausentes y, al mismo tiempo, aislados. Esta fragmentación de los vínculos sociales imposibilita el impulso de acciones transformadoras de la realidad. Mientras todos los sujetos del enjambre participan pensando que ejercen de manera plena su libertad, más inmersos se encuentran en la imposibilidad. Las acciones efectivas han sido transformadas en “likes”, es decir, una forma de participación que solo compromete a la entidad virtual que confía en el ejercicio virtual de su libertad.

Al ruido y la ficción de participación, se suma el problema de la “shit-storm”. Literalmente “tormenta de mierda”. Este es el concepto que utiliza Byung para describir la ausencia de respeto en los vínculos sociales cibernéticos. Para Byung el respeto es el resultado de la distancia entre interlocutores. El ciber-espacio carece de dimensiones de la misma manera que carece de cuerpos reales. Estas ausencias constitutivas de la comunicación en internet predisponen a los usuarios a activar la “shit-storm” frente a cualquier información o negatividad que los ponga en cuestión.

El enjambre digital atenta contra la organización social y, esto es aún más peligroso, contra el verdadero ejercicio de la libertad: la disidencia. El enjambre es el “sentido común” llevado a un estado etérico y de participación masiva, casi ubicuo. Como si fuera un panal de abejas africanas autistas, cualquier elemento que exprese un cuestionamiento a ese status quo sufrirá una coerción violenta, cuando no destructiva.

Psicopolítica

Foucault desarrolló, hacia el final de su vida, el concepto de biopolítica. Ese proyecto inacabado fue continuado por el filósofo italiano Giorgio Agamben, sin embargo, Byung dice que ese concepto ya no es productivo para pensar el presente. Mientras la biopolítica implica la idea de cuerpos intervenidos por el poder (control de natalidad, medidas eugenésicas) a través de la medicina, la psicopolítica supone, nuevamente, un nivel más etéreo, invisible e internalizado: el ejercicio del poder sobre la construcción psíquica de los sujetos. 

Pensemos, por ejemplo, en el burn-out que produce el exceso de trabajo y sus consecuencias más directas: ansiedad y depresión. De esta manera, el sistema capitalista ya no necesita poner en práctica métodos de coerción que impliquen violencia física. La capacidad de pensar y organizarse se ven disminuidas por la inestabilidad mental y el cansancio. A eso se suma la capacidad de operar sobre niveles enormes de información que los usuarios ofrecen a través de sus acciones en las redes sociales. Ese caudal de información llamado Big Data es comercializado y procesado por algoritmos que permiten predecir no ya lo que deseamos sino lo que vamos a desear. Es decir, a mayor cantidad de información, son mayores las chances de los algoritmos para calcular las excepciones. De esta manera el deseo se ve coercionado a través del cálculo de los datos ofrecidos por nuestras compras, nuestros likes y costumbres.

La psicopolítica instaura una nueva idea de libertad que construye las bases para la autoexplotación y autosujeción del hombre. Nuestras costumbres tecnológicas permiten que nuestra libertad o, mejor dicho, el imperativo de libertad que imponen las redes sociales, se transforme en otro método de captura y análisis, más refinado y más eficiente. De esta manera, el poder ya no depende de la centralización de la vigilancia y el poder. Cada usuario es su propio espía cibernético que entrega de forma voluntaria toda la información necesaria para que el sistema manipule luego información que ni él logra identificar.

En siglo XXI el poder ya no busca intervenir directamente los cuerpos sino colonizar el inconsciente. Una sociedad atravesada por el poder procesador de los algoritmos pierde la libertad en tanto delega su poder de elección a un sistema que los particulariza y segmenta según sus consumos. Al mismo tiempo, los nuevos tipos de organización del trabajo, como por ejemplo el auge del free-lance y la proliferación del concepto “be your own boss” han derivado en un nuevo sistema de auto-explotación sin límites en el que el sujeto del neoliberalismo se siente enteramente responsable de su éxito o su fracaso, incapaz de comprender su relación con el contexto social y económico.

En pocas palabras, el concepto de psicopolítica es imprescindible para entender por qué nuestro siglo se ha transformado en el siglo de las enfermedades mentales, los fármacos y las smart-drugs, potenciadoras de la producción.

La sociedad del cansancio y la sociedad de la transparencia

Ambos tipos de sociedad coexisten y son el resultado de los nuevos mecanismos de dominación del capitalismo en su etapa neoliberal. La sociedad del cansancio es el resultado de la psicopolítica.

El siglo XXI, a diferencia del siglo XIX, ya no funciona a través del poder coercitivo concreto al que uno puede oponerse, por el contrario, ha eliminado todas las barreras de la negatividad. ¿Qué quiere decir esto? Pensemos, por ejemplo, las nuevas estructuras de las empresas friendly en las que el jefe se postula a si mismo como un compañero o amigo y no como una autoridad. Esa construcción del jefe-amigo implica que es más difícil oponerse a alguien que no se caracteriza frente a nosotros como autoridad. ¿Cómo rebelarse u oponerse a alguien que decide no oponerse a nosotros, no oprimirnos de manera directa? La situación del empleado de la empresa friendly es muy similar, entonces, a la del esclavo que festeja el buen trato de su amo, cómo si eso fuera una dádiva, lo que refuerza la explotación.

Otro ejemplo, más extremo, de esta forma de explotación, es el del trabajador free-lance. La gran victoria del neoliberalismo ha sido la construcción de un nuevo sujeto, aislado de su contexto que asume su libertad de una manera radical. Esta libertad aparece bajo el concepto de “sé tu propio jefe”. Ser el jefe de uno mismo implica considerarse responsable de todo éxito y fracaso, y ser, a la vez, sujeto y objeto de la explotación. Esa internalización del imperativo de ser “productivo”, sumada a la condena social del fracaso y la fragmentación absoluta de lo social logran sumir al free-lancer a un nivel de auto explotación sin límites. Esa explotación produce efectos a corto y largo plazo: depresión, burn-out y ansiedad. Esto explica el increíble incremento de enfermedades mentales diagnosticadas en lo que va del siglo.  Ahí en donde aparece la psiquiatría y la industria farmacológica como garante del sustento de esta sociedad del rendimiento, permitiendo perpetuar la dominación a través de drogas que mantengan en funcionamiento a los sujetos en crisis.

La sociedad de la transparencia, por otra parte, es el resultado de las nuevas formas de vigilancia. Si en algún momento la información era algo que el poder debía conseguir con el uso de la fuerza, hoy la entregamos día a día, a través de nuestro uso de redes sociales, Youtube, Mercadolibre, Amazon y Apps para Smartphones. Cada vez que compramos o damos like a una publicación, esa información es registrada y procesada de manera tal que sea útil para las empresas. Este caudal enorme de información es la Big Data. Por esta razón la Big Data es uno de los negocios que más dinero mueve hoy en el mundo. Esta información permite personalizar la oferta de productos a la medida del usuario, de manera tal que le sean ofrecidos productos que puede llegar a desear de acuerdo a sus consumos o interacciones recientes. Sin embargo, eso es solo uno de sus aspectos ¿Alguien ha leído alguna vez las condiciones que acepta a la hora de instalar una aplicación? ¿Alguien tiene consciencia real de la implicancia de ceder el acceso a la cámara y al micrófono de cada dispositivo?

Es hora de preguntarse ¿Dónde está la libertad?

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