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Paz y Ciencia

domingo, 8 de mayo de 2011

DSM y la Clínica

Me causa cierta hilaridad los nombres de los cluster de los trastornos de personalidad. Trastornos de Personalidad del Grupo A (raros y excéntricos) donde está el paranoide, el esquizoide, el esquizotítpico.
Personalidad del Grupo B (teatrales e impulsivos); límite, histriónico, narcisista y antisocial.
Personalidad del Grupo C (ansiosos y temerosos); dependiente, evitativo, obsesivo-compulsivo.

¿Cómo se puede reducir a una personalidad cerrada una persona, a unos criterios diagnósticos que son tan subjetivos como la propia contratransferencia del terapeuta con el paciente? También existen pruebas psicométricas, pero no podemos darles un 100% de fiabilidad y validez.

Así que tenemos que entender a la persona en todas sus dimensiones, desde lo cognitivo, lo emocional, lo espiritual, lo desiderativo, su biografía, su proyecto existencial, su situación vital actual, su entorno, su mundo interno... Todo esto resulta más complicado que compilar un libro como el DSM, eso sí, construído por profesionales de todo el mundo que quieren aunar criterios diagnósticos con un buen propósito, la comunicación entre profesionales, por ejemplo a la hora de elaborar un informe.
El resultado es que quedan diagnósticos por la periferia, diagnósticos que se sobreacentúan y se demonizan y diagnósticos que pocas veces se contemplan, como el caso de enfermedad psiquiátrica debida a enfermedad orgánica. El plano psicosomático sigue siendo un punto ciego de los profesionales de la salud.

En definitiva, entender a una persona no consiste en encasillarla, entiendo que muchas personas quieran saber qué les está pasando, deben saber qué les pasa pero en un plano más profundo. El diagnóstico muchas veces viene dado por otros profesionales que han atendido previamente a la persona o por el propio paciente, que con esmero se autodiagnosticado en internet o en una biblioteca. Romper las cadenas que esclavizan es acabar con la identidad diagnóstico-personalidad-persona-sujeto deseante.

También entiendo que las personas que sufren un problema como el TOC, el TLP, la fobia social o cualquier otro problema cree foros de autoayuda y divulgación de información pero es desaconsejable convertir la vida de asueto en introducirse en estos foros para buscar una identidad en base al diagnóstico.

La persona es mucho más importante que el diagnóstico, abarca mucho más de lo que un diagnóstico pueda decir de ella y además en muchas ocasiones se le está haciendo un flaco favor dándole un diagnóstico que puede provocar un encapsulamiento de los síntomas y un agravamiento de estos. Sin duda en psicoterapia los diagnósticos no son útiles aunque haya que conocerlos con precisión, lo importante es transmitir una voluntad de cambio y exploración en un clima cordial de curiosidad, constancia y confianza.

Una persona me ha pasado este vídeo, apropiado para acompasar estas líneas:
http://www.youtube.com/watch?v=WfI-YpOt-JA

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