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Paz y Ciencia

domingo, 15 de mayo de 2011

Fronteras, Funciones Centrípetas y Centrífugas

Si las relaciones mantenidas por el sistema familiar con sus miembros y con la sociedad son regidas por un conjunto de reglas susceptibles de evolucionar en el tiempo, estas relaciones dependen también de la manera en que se establecen las fronteras entre el individuo y su sistema familiar o entre el sistema familiar y el entorno social. Por lo general, no sólo existen tales fronteras, sino que tienen efectivamente la función de marcadores "territoriales". En las mejores condiciones son flexibles, a la vez limitantes y permeables, a fin de permitir al sistema los cambios necesarios para su supervivencia (la analogía con la membrana semipermermeable de la célula viva). Si las fronteras son demasiado permeables, el sistema pierde su integridad. Si están "estancadas", muy rígidas, la interacción con el entorno es muy pobre y el sistema se expone a una entropía creciente.
Las fronteras representan, pues, las interfaces entre la familia y el entorno social (y entre los diversos subsistemas internos -subsistema conyugal, subsistema de fratría, de sexos, territorios individuales) se puede concebir el dispositivo de separación como la membrana del sistema familiar. No sólo le permite comunicar con el entorno, sino que negocia con él la distribución de competencias implicadas en su desarrollo. De esta manera, la familia tiene un papel mediador entre sus miembros y el entorno social: es quien selecciona la información intercambiada en ambos sentidos. Según el estadio evolutivo o las necesidades de los miembros, facilita o frena los intercambios directos entre cada uno de sus sujetos y el entorno social; de ahí la necesidad de asumir una doble serie de funciones, las funciones "centrípetas" y las funciones "centrífugas".
Las funciones centrípetas consisten, por ejemplo, en proteger a los miembros de la familia, a alimentarlos, a satisfacer sus necesidades afectivas, a hacerles partícipes de la solidaridad económica familiar, a facilitarles el descanso y la posibilidad de una regresión natural, etc. Las funciones centrífugas consisten en preparar a los niños y a los adolescentes para su futura emancipación, facilitando el desarrollo de sus propias competencias, favoreciendo su socialización progresiva, fortificando su tolerancica a las separaciones, todo ello permitiendo a los padres reforzar su propia autonomía afectiva, económica y social, tanto en el plano conyugal como en el plano individual.

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