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Paz y Ciencia

viernes, 26 de julio de 2013

Celos, Envidia, fragmentación del Yo

Desdémona: ¡Celos! ¿Le he dado yo algún motivo?

Emilia: Los celos no se satisfacen con esa respuesta; no necesitan ningún motivo. Los hombres son celosos porque lo son. Los celos son monstruos que nacen y se alimentan de sí mismos.


Sentimiento muy humano el de los celos, pero posiblemente, uno de los más dolorosos. Los celos, así como la tristeza, el amor, forman parte del carácter de cualquier persona. Todo el mundo los tiene y los padece. Tiene que ver con otros sentimientos: el de la propiedad y el de la pérdida de una persona querida. Pueden aparecer dentro de la pareja, entre hermanos y amigos. Frente al sentimiento de haber perdido la atención o el cariño de la persona frente a la que se experimenta afecto, el sujeto siente tristeza, malestar, angustia, dolor difícil de cuantificar, desesperanza, frustración e incluso puede aparecer sentimiento de venganza, frente al rival y hacia la persona querida. Existe otra variante a parte de los celos normales, que son los llamados celos proyectados. Por normal general, lo padecen personas de moral elevada. Frente al sentimiento de querer o desear a otra persona, suelen entrar en conflicto consigo mismos y solucionan su sentimiento de culpabilidad culpando a la persona querida de sus celos. Es el típico hombre o mujer que desea a otra persona y como no acepta ser él o ella quien desea, acusa de su deseada infidelidad a la otra persona.
Los celos, tienen relación con el desarrollo del niño dentro de la estructura familiar. El origen de los celos aparece cuando el niño toma conciencia que no está solo en el mundo y que los primeros privilegios que disfruta en exclusividad, más tarde tendrá que compartirlos con la figura del padre y de otros hermanos. Es como hemos dicho, un sentimiento que puede rozar la paranoia, sobre todo en personas que tienen fuerte dependencia emocional hacia otras personas. A su vez, los sujetos celosos, sufren y mucho. Porque es tal el grado de propiedad que creen tener sobre la otra persona, que les puede convertir en persona peligrosas, siendo capaces de agredir a la parte amada frente a la posibilidad de perderla. Existe un tratamiento para los celos y es el psicoanálisis, porque pueden invadir muchas áreas de la vida y deteriorarla. Las personas celosas, son capaces de abandonar su trabajo, sus actividades y condicionar la vida de la otra persona para no sentir celos, lo cual lleva a un grado de claustrofobia que acaba deteriorando la pareja, la amistad o las relaciones familiares.
Miguel Martínez Fondon

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