PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

sábado, 27 de julio de 2013

Fernando Pessoa: Escritos sobre Genio y Locura



El metafísico menos anormal es propiamente un ligero neurasténico, afectado por la manía de la duda. Así lo ve el hombre normal, por grande que sea su inteligencia en cuanto hombre normal (cuya inteligencia será normal de dos maneras: carácter intuitivo y facultad de raciocinio).

Ahora bien, un grado más arriba se encuentra el hombre maniático de la duda, que se plantea con gravedad problemas más elevados que un hombre normal, pero que se siente confundido por verlos sin claridad. Más arriba, más allá, el hombre de genio ve claramente esos problemas, construye sistemas, asienta en ellos edificios de pensamiento. Pero nunca se puede olvidar que la suya es una lucidez en la oscuridad, como la facultad que tienen los ojos de los gatos de ver en lo oscuro. Esta comparación no es muy noble, pero sí lo suficientemente significativa.

Ningún hombre sano es metafísico. En este sentido, Rousseau tenía razón: "El hombre que piensa es un animal depravado" ("L'homme qui pensé est un animal dépravé")

De alguna manera hemos entendido la naturaleza del genio; es un gran poder en la debilidad; en cierto sentido, una gran cantidad de mala calidad. Su base, como vemos, es anormal; en sí, el genio es una expansión de la anormalidad; de cierto modo, una normalización superior. Captamos ahora la relación entre éste y la locura. Su asiento es la locura; la enajenación mental es el terreno sobre el cual está construido todo el edificio.

Esto explica en gran medida, por ejemplo, la aparición en el genio de fenómenos tan contradictorios como una mayor conciencia y, al mismo tiempo, inconciencia o sonambulismo. Podemos incluso decir, sin esbozar una paradoja más que superficial, que cuanto mayor es la consciencia, menor es la conciencia. Esto significa simplemente que cuanto mayor es la exultación, mayor es la depresión.

Fernando Pessoa: "Escritos sobre Genio y Locura". Ed. Acantilado

No hay comentarios: