TODAS LAS MUJERES PUEDEN AMAMANTAR
Cualquier mujer puede ser capaz de amamantar y las causas que contraindican
la lactancia materna (algunas enfermedades o medicamentos…) son
muy raras, casi excepcionales. Hoy en día, casi todas las enfermedades maternas
tienen algún tratamiento que se puede hacer sin tener que suspender la lactancia
materna.
El tamaño de las mamas no influye para amamantar
Todos los pechos son válidos para amamantar y el tamaño mayor o menor de las
mamas no influye en la cantidad de leche que producen. La cantidad de leche que
la madre produce depende de la eficacia y frecuencia con la que mame el bebé.
Se produce más leche cuantas más veces y más tiempo mame el bebé.
Todos los pezones son válidos para amamantar sin importar su tamaño,
incluso los llamados pezones invertidos, pues se mama del pecho, no del pezón.
Es muy importante empezar la primera toma lo antes posible, para aprovechar el
tiempo de alerta máxima del recién nacido y su mayor instinto de succión.
El pecho no necesita ninguna preparación especial
para amamantar
No se recomienda lavar el pecho en cada toma. Se ha demostrado que tanto
el jabón como el alcohol aumentan la incidencia del dolor del pezón, pues se destruye
la protección natural que aportan las pequeñas glándulas que rodean la
areola. Es suficiente con la ducha diaria.
Si hay un problema de dolor en los pezones o de grietas, la causa es una
posición incorrecta del bebé al pecho y para resolver el problema hay que adoptar
una postura correcta como veremos más adelante.
LA LECHE MATERNA
La leche materna proporciona nutrientes de alta calidad que el bebé absorbe fácilmente
y utiliza con eficacia. La leche también contiene toda el agua que el bebé
necesita. No requiere ningún otro líquido. Normalmente, la leche materna sigue
siendo una fuente importante de energía y nutrientes de gran calidad durante el
segundo año de edad y después.Todas las madres producen leche de calidad y en
la cantidad adecuada. La leche materna se adapta a las necesidades del bebé y va
cambiando su composición, desde el calostro, de color amarillo y cremoso, a la leche
de transición de aspecto blanco amarillento, y las semanas siguientes la leche madura
de color blanco o blanco grisáceo.
El calostro se produce durante los primeros días después del parto, es un concentrado
de anticuerpos que protege al recién nacido y muy especialmente a los
bebés prematuros porque contiene mayor concentración de defensas frente a las
infecciones y satisface todas las necesidades nutritivas del bebé durante los primeros
días. No necesita nada más, ni siquiera agua o suero glucosado.
Se ha demostrado que cuanto más a menudo maman los niños durante los primeros
días de vida, menor es la incidencia y severidad de la ictericia fisiológica, porque
el calostro facilita la eliminación del meconio (las primeras heces de color
negruzco).
La leche materna también cambia según el momento de la tetada. La leche del principio
es de aspecto más grisáceo, «aguado», muy rico en lactosa, que da el sabor
dulce a la leche y es de excelente calidad y diferente de la leche final de la tetada
de color más blanco porque contiene más grasa y es la que aporta más calorías y
deja al niño saciado. Esta leche del final sólo la puede tomar el bebé si se le deja
que mame todo el tiempo que necesite y para cada niño es un tiempo diferente.
EL COMIENZO
La necesidad más importante de un
recién nacido es estar en contacto con el
cuerpo de su madre
La madre y el bebé se inducen mutuamente la producción
de hormonas y sustancias que les proporcionan bienestar
y relajación, que les permite dormir juntos plácidamente. El
recién nacido está preparado para mamar del pecho y lo
sabe encontrar por sí mismo. Si nada más nacer se le deja
sobre el abdomen materno, sin intervenir, comienza una
serie de movimientos: arquea la espalda, mueve las piernas,
agarra con las manos, mueve brazos y «gatea» impulsado
por el olor del pecho de la madre, emite una serie de ruidos,
gemidos, que van motivando a su madre, y en una
hora aproximadamente, se puede enganchar al pecho por
sí mismo y empezar a succionar.
Se recomienda iniciar la lactancia lo antes posible, para
todas las situaciones, tanto si el parto ha sido vaginal
como por cesárea, aprovechando que el recién nacido en
esos momentos está más despierto y con un instinto de
succión poderoso, porque después de la primera hora el
bebé se queda adormecido y es más difícil comenzar.
El inicio inmediato de la lactancia materna y las tomas frecuentes,
sin limitar el tiempo de cada toma, aumentan la
producción de calostro y por tanto el peso del bebé,
además de facilitar al recién nacido el aprendizaje y la coordinación de los movimientos
necesarios para succionar, tragar y respirar.
Se recomienda que la madre y el recién nacido permanezcan en contacto
piel con piel, la madre desnuda de cintura para arriba se mete en la cama
con su bebé vestido sólo con pañal, en un ambiente de intimidad para favorecer el
encuentro entre ambos, protegiendo a la díada madre y criatura de todas las visitas
que perturban esos primeros momentos tan importantes para establecer una lactancia
satisfactoria.
Si la madre y el bebé están piel con piel, sus funciones vitales, ritmo respiratorio y
cardíaco y temperatura se sincronizan. La madre puede subir hasta 2º C su temperatura
corporal si la temperatura del bebé está baja y puede descenderla 1º C para
enfriar a la criatura si está demasiado caliente.
LOS PRIMEROS DÍAS
Es necesario amamantar con frecuencia, los 15 o 20 primeros días de vida
se recomienda que el bebé mame al menos de 8 a 12 veces en 24 horas.
Se puede ofrecer el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto
a mamar (movimientos de la boca buscando el pezón, hociqueo…) sin esperar
a que tenga que llorar para pedir el pecho, pues el llanto es un
signo tardío de hambre.
Si el bebé está adormilado conviene animarle a que tome el pecho cada hora
y media, o poco más intentando:
• Ofrecer el pecho cuando está despierto o en un ciclo de sueño más ligero
(si hace movimientos rápidos de sus ojos bajo los párpados, o mueve brazos
y piernas o los labios o cambia de expresión su cara).
• Evitar que la luz deslumbre sus ojos
• Evitar el calor excesivo que da sueño
• Cambiar el pañal
• Acariciar su cabeza, sus manos y pies
• Masajear su espalda desnuda
• Hablarle, contactar con sus ojos
• Darle un baño, piel con piel
• Mojar suavemente su carita con una toalla húmeda
• Trazar círculos con la yema del dedo en sus labios
• Dejar caer un poco de leche en sus labios
• Cambiar de posición cuando pierde interés por
mamar
Los primeros días es necesario emplear mucho tiempo
para amamantar, y estar madre y bebé juntos piel con piel
de día y de noche facilita la lactancia.
Si no es posible amamantar inmediatamente tras el parto
o el bebé no lo desea todavía, conviene saber que incluso
madres que no han tenido hijos, como puede ser el
caso de madres adoptivas, también pueden amamantar.
Evitar chupetes y tetinas
No es recomendable el chupete durante las primeras
semanas, hasta que la lactancia esté bien
establecida, según recomienda la Organización Mundial
de la Salud, porque confunden al bebé y dificultan la
lactancia materna. Una tetina no se «chupa» de la misma
forma que el pecho, por lo que el recién nacido puede
«confundirse» y después agarrar el pecho con menos
eficacia.
El niño que ha tomado un biberón tiene menos
hambre y mama menos. En consecuencia, la falta de
estímulo provocará menos producción de leche.
Cuando toma pecho a demanda no necesita agua ni
zumos ni infusiones. No obstante, si en algún caso fuera
necesario, es mejor dárselo en vaso, cucharilla o cuentagotas
en vez de biberón.
DURACIÓN Y FRECUENCIA DE LAS TOMAS
¿Cuánto tiempo necesita el bebé en cada pecho?
Al principio de la tetada el bebé mama unas cuantas veces con rapidez y luego
empieza a hacerlo más profunda y rítmicamente. A veces mama un rato para
luego descansar, volver a mamar unas cuantas veces y volver a descansar de
nuevo. Es muy variable la duración de cada mamada. Algunos niños, sobre todo al
principio, necesitan veinte o treinta minutos en un pecho; otros, cuando tienen
varios meses de práctica, acaban en menos de tres minutos y ya no quieren más.
Es normal que no aguanten las tres horas sin tomar, casi ninguno lo hace.
No es conveniente contar los minutos ni limitar la duración de la
toma porque esto puede impedir que el bebé tome la leche que necesita.
¿Es suficiente con un solo pecho?
Mientras que el bebé muestre interés por mamar en un pecho se le deja mamar
hasta que se suelte por sí mismo o se quede dormido. Después se ofrece el
segundo pecho, aunque no todas las veces lo querrá, es variable. Lo más importante
es que vacíe bien el primer pecho antes de pasar al segundo.
Después de terminar el primer pecho se puede cambiar el pañal si es necesario
antes de ofrecer el segundo, que no siempre querrá tomar.
El bebé suele eructar sin dificultad al incorporarle. También se puede colocar
sobre el hombro, y no es necesario darle golpecitos en la espalda, con un suave
masaje es suficiente. No obstante, no es totalmente imprescindible que lo haga y,
además, si se ha quedado dormido no es necesario despertarle.
¿Cuántas veces se da de
mamar al bebé?
Durante la lactancia, tanto el cuerpo del
hijo como el de la madre están preparados
para regularse mutuamente de forma
natural. El pecho da más leche cuanto
más se da de mamar.
Cada niño o niña tiene su propio
ritmo. Algunos, por ejemplo, duermen
varias horas por la mañana, pero pasan la
tarde mamando continuamente.
Existen periodos en los que el bebé está
inquieto y cambia su ritmo pidiendo más
a menudo. Esto es normal y así aumenta
la producción de leche necesaria para su
crecimiento.
El pecho no tiene horario.
Se recomienda amamantar
sin horarios.
Simplemente, cada vez que el bebé busque
o llore, se ofrece el pecho sin
mirar el reloj.
¿Cómo se sabe por qué pecho
hay que empezar?
Por el pecho que está más tenso y
si no se nota diferencia entre los dos
pechos, se ofrece el último que tomó el bebé si no lo vació de forma completa.
¿Es necesario despertar al bebé para darle el pecho?
El recién nacido mama entre 8 y 12 veces en 24 horas, aunque no importa
si mama menos si va aumentando de peso. Si duerme cinco horas seguidas y
al despertar muestra poco interés por mamar, habrá que comprobar si moja
de seis a ocho pañales con orina clara y si progresa su peso lo suficiente,
de no ser así sería conveniente despertarlo para que mame cada dos o tres
horas.
¿Qué hacer cuando llora?
¿Dejarle llorar hasta que «le toque»? ¿Entretenerlo en brazos con ayuda del chupete?
¿Darle un biberón con agua o leche? Ninguna de las tres ideas es una buena
solución.
Para comprobar si llora por hambre, se ofrece el pecho al bebé aunque haya
mamado hace poco tiempo porque la leche materna no empacha y se digiere
fácilmente.
¿Cómo aumentar la producción de leche?
La lactancia frecuente y sin restricciones aumenta la producción de
leche y la ganancia de peso. Algunas madres piensan que no tienen suficiente
leche o que se quedan sin ella.
Cuanto más mama el bebé, más leche se produce, porque la succión estimula la
secreción de prolactina y ésta regula la producción de leche. Si hay demasiada
leche, el niño mama menos y disminuye la producción.
Si hay poca leche, el niño mama más y aumenta la producción. Por
ello es necesario no alterar este equilibrio con el uso del biberón o chupete,
o siguiendo un horario rígido.
El pecho no tiene horario, hay que escuchar al bebé, él sabe cuándo tiene
bastante. Seguir un horario para dar el pecho es una de las causas de fracaso de
la lactancia.
¿Qué ocurre cuándo el bebé pide el pecho
continuamente?
Los días que el bebé pide el pecho continuamente se conocen como días de
crisis de crecimiento y aparecen en distintos momentos (a las dos semanas,
tres meses, es variable según cada bebé). Durante uno o dos días, el bebé
necesita aumentar la producción de leche y para ello mama más veces de lo
habitual.
¿Y durante la noche?
En los primeros meses lo más frecuente es que el bebé se despierte para mamar
por la noche. Tanto si está nervioso como si tiene hambre, se le puede calmar con
el pecho sin levantarse de la cama. El pecho es mucho más que un alimento, da
compañía y consuelo.
Amamantar de noche resulta muy cómodo si el bebé está cerca de
la madre y no es necesario cambiarle de pañal si se queda dormido
después de mamar.
La madre puede dar el pecho tumbada, es una posición muy cómoda
pues permite descansar y además se evita la molestia de dar el pecho sentada
en la cama, lo que dificulta mucho una buena posición o tener que levantarse de
la cama cada vez para dar el pecho en una silla. Cuando se da el pecho acostada
es importante asegurarse de que la barriga del bebé está tocando la de la
madre.
Dar de mamar de noche produce una mayor descarga de prolactina y ésta hace
que aumente la producción de leche.
POSICIÓN
Amamantar no duele y es placentero
para la madre y su bebé. Una buena
posición al pecho permite al bebé un
menor esfuerzo y un estímulo adecuado
y eficaz para alcanzar una
buena producción de leche, el bebé
se queda satisfecho, el aumento de
peso es el adecuado, la madre no
tiene sensación dolorosa ni grietas y
ambos disfrutan de la lactancia.
Si hay dolor es signo de que la postura
se ha de corregir. En este caso se
puede romper el vacío de la boca del
bebé metiendo un dedo por la comisura
de su boquita y comenzar de
nuevo.
«Abrazar» es la mejor
imagen que se puede
asociar a la posición
para amamantar
Puede parecer complicado entender
tantos pequeños detalles, y se simplifi-
IMPORTANCIA DE LA POSICIÓN PARA AMAMANTAR 29
ca bastante si tenemos presente en todo momento que para amamantar hay que
abrirse mutuamente, abandonarse, dejar fluir, sentir, amar. Amamantar es algo más
que hacer pasar la leche con eficacia desde la glándula mamaria a la boquita del
bebé, es una forma de expresión de amor.
En su raíz árabe, la palabra amamantar viene de amalgamar, significa transformación,
madre y criatura se transforman.
Posición del cuerpo de la madre
• Si la posición es sentada, la espalda debe estar recta, no recostada hacia atrás.
La silla tendrá el respaldo recto, los pies bien apoyados en el suelo y las rodillas
ligeramente más altas que el regazo, a veces es conveniente ayudarse de un
reposa-pies.
• Facilita la posición, al menos las primeras semanas, colocar al bebé sobre una
almohada en el regazo de su madre.
• Tanto si la madre está tumbada o sentada, para una buena posición conviene
que el bebé esté cerca del cuerpo de la madre, barriga con barriga, todo el
cuerpo mirando al de la madre, no sólo con la cabeza.
• El pecho debe estar delante del niño, no encima, y en posición sentada la cabeza
del bebé reposa sobre el antebrazo de la madre, no en el pliegue del codo
ni en la muñeca.
• Si la madre necesita sujetar el pecho porque es demasiado grande, conviene
que lo haga poniendo la mano en forma de C, con el pulgar encima y los demás
dedos por debajo.
• No es conveniente sujetar el pecho en forma de pinza, ni presionar el pecho ni
hacer un hueco para que el bebé respire mientras mama, porque al hacerlo se
desplaza la posición del pezón y se dificulta la succión.
• Un indicador de posición correcta, cuando la madre está sentada, es que la
oreja, el hombro y la cadera del bebé estén en línea recta.
30 LACTANCIA MATERNA
IMPORTANCIA DE LA POSICIÓN PARA AMAMANTAR 31
32 LACTANCIA MATERNA
Colocación del bebé
En todas las posiciones lo fundamental
es la posición de los labios y la lengua
del bebé y para favorecer esto es
conveniente que el bebé tenga:
• En el momento de prepararse para
darle el pecho, la nariz del bebé a la
altura del pezón.
• Acercar el bebé al pecho y no el
pecho al bebé.
• Antes de atraerlo hacia el pecho,
cuando va a empezar a mamar, la
boca del bebé debe estar abierta
completamente, como cuando
bosteza, para que pueda tomar una
buena parte del pecho y no sólo el
pezón.
• Los brazos del bebé rodean a la
madre en un abrazo, uno por encima,
y el otro rodea el cuerpo de la
madre y no debe quedarse atrapado
entre ambos.
SIGNOS DE UNA POSICIÓN
CORRECTA
• Labios doblados hacia fuera. El labio inferior
queda doblado hacia fuera, la barbilla contra
el pecho materno.
• Se ve más areola por encima de la boca que
por debajo.
• La nariz se apoya ligeramente sobre el
pecho. La barbilla presiona el pecho todo el
tiempo.
• Las mejillas del bebé están redondeadas y se
mueven su mandíbula, sien y orejita.
• La lengua del bebé está debajo del pecho
• El bebé succiona y traga con pausas ocasionales
y se oye cuando traga.
• El pecho se ve redondeado mientras mama
el bebé.
• La madre no tiene sensación dolorosa.
• El bebé suelta el pecho espontáneamente.
• La cabeza del bebé está más o menos inclinada
según sea la dirección del eje del
pecho.
SIGNOS DE UNA POSICIÓN
INCORRECTA
La posición incorrecta se produce cuando el
bebé mama sólo del pezón, esto lo daña causando
dolor y grietas a la vez que se impide
vaciar bien el pecho, provocando ingurgitación,
inflamación y, a veces, mastitis por no vaciarse
bien el pecho. El bebé necesita mamar más
tiempo (30 minutos o más) y nunca suelta el
pecho por sí mismo.
• Más areola por debajo de la boca que por
encima, o la misma cantidad por encima que
por debajo
• La boca del bebé no está bien abierta.
• El labio inferior está doblado hacia adentro.
• El mentón no toca el pecho.
• Las mejillas del bebé se hunden hacia dentro
mientras mama, succión rápida y ruidosa
(chasquidos).
• El pecho está tirante como si lo estiraran
durante el tiempo que mama.
• El pezón queda aplastado después de mamar.
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