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Paz y Ciencia

lunes, 16 de abril de 2012

¿Qué ven los demás cuando un afectado tiene Trastorno Bipolar?


"TENGO MIEDO DE MORIR AHORA PORQUE NO QUIERO DEJAR A MI
MUJER NI A MI HIJA".
"ADMIRO A LA GENTE QUE VIVE SIN PROBLEMAS, QUE MIRA EL MUNDO CON DESPREOCUPACIÓN. A DIFERENCIA DE ELLOS, YO SUFRO MÁS DE LA
CUENTA".
"NO QUIERO QUE MI HIJA CREZCA PARA QUE ALGÚN DÍA SEA MALTRATADA POR SUS COMPAÑEROS DEL COLEGIO...NO QUIERO QUE
LA GENTE LE DIGA EN LA CALLE QUE SUS PADRES ERAN UN DESASTRE".
" USANDO UN VESTIDO PUEDO DEMOSTRAR QUE PUEDO SER TAN FEMENINO COMO QUIERO. SOY UN HETEROSEXUAL...GRAN COSA. PERO SI FUERA
UN HOMOSEXUAL, TAMPOCO ME IMPORTARÍA."
"SI ODIAS A LAS MUJERES Y SI ODIAS A LOS HOMOSEXUALES, NO VENGAS A NUESTROS CONCIERTOS".
"ES MEJOR QUEMARSE QUE DISOLVERSE LENTAMENTE".
"LAS ESTRELLAS ESTÁN AHI, SOLO DEBES MIRARLAS".
"SOY UNA PERSONA DEMASIADO VERSATIL, SOMETIDA A CAMBIOS DE HUMOR Y CARENTE DE PASIÓN. "

Fotografía y citas de Kurt Cobain, líder de la Banda Nirvana. Él tenía un Trastorno Bipolar y antecedentes en la familia de problemas psicológicos. Les dejo con un tema traducido de Nirvana "Smells Like Teen Spirit": http://youtu.be/HZur19rBy6U


Carol, una joven de 20 años de edad, había tenido varios episodios de trastorno bipolar. Su hermana mayor describía así su conducta maníaca:

Se embarca en esos proyectos creativos que todos queremos apoyar, como decorar platos a mano o hacer esculturas de jabón que más tarde intenta vender. Pero luego parece llevar las cosas demasiado lejos. Intenta venderlas por Internet, empieza a desesperarse y se queda toda la noche colgada del ordenador... Al final se derrumba y todos sus proyectos se quedan en nada.

Los cambios rápidos de energía y de actividad que acompañan las subidas y bajadas del estado de ánimo suelen ser causa de conflictos familiares. Para los observadores, la conducta de la persona afectada durante las fases maníacas al principio puede parecer atractiva o alentadora, sobre todo si acaba de salir de una depresión. Pero pierde todo su atractivo cuando la persona alcanza un estado más y más maníaco y su conducta empieza a ser frenética y carente de sentido. Con todo, es frecuente que los observadores no sean conscientes de la sensación de determinación que la persona afectada puede estar experimentando. Sus familiares o amigos pueden sentirse enojados por su actitud agitada e "impulsiva" y por su aparente falta de interés por los demás. En los estados maníacos extremos, los familiares temen que la persona se acabe haciendo daño.
Por otro lado, durante las fases depresivas pueden sentirse frustrados por su inactividad y quizás intenten "levantarle la moral", aumentando así sus sentimientos de culpa e inutilidad.
Para un médico, el aumento de la actividad de la persona afectada es la señal más clara de un episodio hipomaníaco o maníaco, pero es probable que busque pruebas de que esta conducta se activa de forma sistemática en distintas situaciones. El simple hecho de que una persona se haya embarcado en más proyectos de los normales no es suficiente para determinar que se encuentra en una fase maníaca. Por lo tanto, el médico puede preguntar a la persona cuántas llamadas telefónicas ha hecho, cuántas horas ha trabajado, cuántas horas ha dormido, cuántas reuniones sociales ha organizado y cuánto deseo o actividad sexual ha tenido. También pueden formarse una opinión sobre el estado de la persona a partir del comportamiento durante la entrevista si puede sentarse quieta, si responde a las preguntas con rapidez o interrumpe mucho, si se retuerce las manos, si no para de tocar cosas, si no para de moverse. Del mismo modo, durante las fases depresivas, el médico buscará señales de "lentificación psicomotriz", (reducción de la velocidad de los movimientos) y expresiones faciales de confusión o aletargamiento.
Un aspecto esencial que debemos tener presente es que, para la persona afectada, los aumentos de energía y de actividad que acompañan a los episodios maníacos pueden sentarle muy bien y parecerle productivos y llenos de sentido. Pero para los demás, incluyendo el médico o el psicólogo, estos aumentos de energía y de actividad pueden parecer inútiles y poco realistas, o pueden indicar el desarrollo de una enfermedad. Estas percepciones diferentes pueden ser causa de conflictos entre la persona afectada y los demás, por lo que es importante que la persona esté abierta a las perspectivas de los demás mientras explica la suya.

David J. Miklowitz: "El Trastorno Bipolar. Una guía para familiares y pacientes", Paidós, 2004, Barcelona. Pp. 43-44.

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