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Paz y Ciencia

viernes, 20 de abril de 2012

Trastorno Bipolar: Cambios de pensamiento y de la percepción

"La esperanza es la fe que extiende su mano en la oscuridad de la noche"
http://www.youtube.com/watch?v=9H0lN0xQ45w&feature=colike Vals de "El Lago de los Cisnes"; de Tchaikovsky, sufrió un trastorno bipolar y también "disfrutó" de la "energía creativa" que este trastorno favorece. Vean el texto: "La Bipolaridad como Don", de Eduardo H. Grecco.
"Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros". Hermann Hesse.
Cambios del Pensamiento y de la Percepción. Siento la cabeza como si fuera una de esas postales con vistas nocturnas de la ciudad, con el objetivo abierto. Las luces parece que tengan cola. El mundo entero se mueve a toda velocidad: es algo que me encanta. Tengo la cabeza tan llena de pensamientos que parece que me vaya a estallar. Mujer de 26 años de edad con trastorno bipolar I. Los estados maníacos y depresivos casi siempre suponen cambios en la manera de pensar. En las fases maníacas estos cambios suponen la aceleración de las funciones mentales (pensamiento acelerado) y la expresión verbal de un pensamiento tras otro a toda velocidad (fuga de ideas). Muchas personas afectadas experimentan el mundo de una manera distinta: los colores son más brillantes y los sonidos pueden alcanzar un volumen intolerable. Las fases maníacas más avanzadas pueden estar acompañadas de confusión mental: el mundo se parece a una noria que gira sin control. Durante una fase maníaca, la memoria puede parecer extremadamente nítida y clara, la persona siente una gran agudeza intelectual, puede relacionar fácilmente unas ideas con otras y puede recordar sucesos con todo detalle. Sin embargo, esta aparente mejora de la memoria suele ser ilusoria; las personas que se encuentran en una fase maníaca piensan que recuerdan mejor las cosas, pero no es así. En realidad, la atención y la concentración pueden quedar muy afectadas durante un episodio maníaco. La persona no puede concetrarse solo en una cosa porque su mente intenta procesar demasiadas cosas al mismo tiempo. Su atención se puede distraer fácilmente con cualquier estímulo, como ruidos, las expresiones faciales de otras personas o el roce de la ropa contra la piel. A medida que la fase maníaca avanza, los pensamientos de la persona afectada pueden llegar a ser confusos y hasta incoherentes. Cuando habla a otras personas puede que no la entiendan. Es probable que los demás intenten hacer que se concentre y le pidan que se calme. Y es probable que la persona afectada encuentre molestas estas respuestas y piense que los demás don tontos y poco interesantes. Durante las fases maníacas, algunas personas desarrollan alucinaciones (percepciones que no son reales) e ilusiones (creencias poco realistas o falsas). Los "delirios de grandeza" son especialmente comunes, como pensar que se posee un talento excepcional en un ámbito donde la persona no ha seguido una formación formal, creer que se tiene unan inteligencia excepcionalmente elevada, creer que se sabe lo que piensan los demás, creer que se tienen unos poderes especiales, o tenerse por un importante personaje público o incluso creerse Dios: Cuando estaba entrando en la fase maníaca me vino a la cabeza la idea de que tenía que dar una fiesta para todas las personas que conocía. A medida que iban pasando los días, creía que todos mis médicos -todos los que me habían tratado alguna vez- iban a venir. Poco después empecé a creer que vendrían Bruce Springsteen y Michael Jackson y oí la voz de Dios que me decía: "Ve a buscar a Dennis [su ex novio]; aún te quiere. Mujer de 19 años de edad con trastorno bipolar. Los parientes y amigos de las personas afectadas suelen reaccionar con temor a sus ilusiones, delirios y alucinaciones, a los que consideran signos claros de "locura. Los médicos se fijan especialmente en la presencia de estos síntomas y también buscan la presencia de señales menos espectaculares de un pensamiento distorsionado. Consideremos la siguiente conversación entre un psicólogo y un paciente de 20 años de edad que acababa de pasar la cresta de un episodio maníaco. El joven estaba sentado con un libro de derecho en la mano, sosteniendo que podía obtener el título de abogado sin asistir a la facultad de derecho y que demandaría a quienquiera que se lo impidiera: PSICÓLOGO: ¿Has tenido alguna experiencia o algún pensamiento fuera de lo normal durante esta semana? PACIENTE: Pues no, la verdad es que no. PSICÓLOGO: ¿Alguna sensación de que tienes poderes especiales o de ser una persona famosa? La semana pasada pensabas mucho en Dios y tenías... PACIENTE (interrumpiendo): ¡Pero eso fue la semana pasada! (risas). No, ya no me veo así; más bien me veo como un dios joven, como una especie de maestro (risas). Creo que tengo mucho que ofrecer a todos los demás. Este paciente aún sufría de delirio. Su manera de pensar solía causarle problemas con otras personas y, sobre todo, con sus padres, que estaban muy preocupados por su incapacidad de conservar un trabajo. Les sacaban de quicio sus creencias irracionales sobre él mismo y sus elaborados ardides para combatir el sistema educativo. En cambio, durante la depresión incluso es difícil concentrarse en una sola cosa. La persona experimenta la lentificación de sus funciones mentales como una dificultad para concentrarse o tomar decisiones simples. Los colores parecen apagados. Las alteraciones de la memoria son frecuentes y la persona puede tener dificultades para recordar números de teléfono que usa con frecuencia, acordarse de citas o seguir un programa de televisión. La cavilación, en la que la persona no deja de darle veltas a un suceso dado, suele acompañar a la depresión. Durante las fases depresivas, las cavilaciones suelen adoptar la forma de autorreproches. Por ejemplo, Margie no dejaba de darle vueltas a un pensamiento: "¿Se ha sentido insultado Paul [su jefe] porque no me he sentado a su lado en la reunión?". De modo similar, Cameron decía: "Cuando estaba en una fase maníaca le había preguntado en broma a un amigo si su mujer estaba "caliente" y, después, cuando caí en la depresión, no podía dejar de pensar en lo estúpido que había sido ese comentario". Las cavilaciones típicas de la depresión suelen incluir sentimientos de culpa, vergüenza, inutilidad, desesperación o desamparo. Pueden llegar a dominar la vida cotidiana de la persona. Cuando Patrice se deprimía, se encontraba "recitando como una mantra" frases como: "Soy una mierda...soy detestable...Soy una mala puta". David J. Miklowitz: "Trastorno Bipolar: Una guía práctica para familias y pacientes", Paidós, 2004, Barcelona. Pp. 44-47. >“La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.” Los renglones torcidos de Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ME LLAMO MELI TENGO 43 AÑOS , PADEZCO TRASTORNO BIPOLAR DESDE LA ADOLESCENCIA,ME SIENTO IDENTIFICADA CON TODOS LOS SINTOMAS QUE HE LEIDO, ESTOY MUY BIEN MEDICADA(EUTIMICA) Y ADMITO QUE PROVOCO LA FASE MANIACA CON EXCITANTES(CAFE,COCA-COLA,RED BULL).ULTIMAMENTE CONTROLO LOS EPISODIOS DEPRESIVOS.

Anónimo dijo...

Hay algún tratamiento eficaz para la aceleración del pensamiento??