miércoles, 18 de abril de 2012
Medicina/Psicología Psicosomática
La medicina psicosomática estudia las influencias de los factores psíquicos sobre las enfermedades orgánicas, su modo de acción y los nuevos tratamientos que se imponen. Más allá de una especialidad, la medicina psisomática también es un modo de enfoque de toda enfermedad. La misma considera a esta en su "unidad psicosomática" (psique=alma; soma=cuerpo). Como especialidad, abarca un número creciente de enfermedades ligadas a factores emocionales; a modo de enfoque, la medicina tiene en cuenta las reacciones subjetivas del enfermo, que pueden perjudicar su salud física.
Para algunos autores, la medicina psicosomática no es más que un retorno a las antiguas tendencias precientíficas traducidas a nuevas formas científicas. Los importantes progresos de la moderna medicina psicosomática están ligados, por una parte, al nacimiento y al desarrollo del psicoanálisis y por otra a los descubrimientos de la neurofisiología, que ha sacado a luz las relaciones entre el sistema nervioso simpático (que domina el equilibrio de las funciones orgánicas) y la corteza cerebral (que domina la vida de relación).
Poniendo en evidencia los mecanismos psicológicos de la histeria (actualmente pertenece al espectro de los trastornos somatoformes), Freud establece el origen inconsciente de ciertas perturbaciones orgánicas. Más adelante, la noción de "neurosis de órgano" sirve de designación a un malestar orgánico de origen psicológico. Se trataría de una respuesta fisiológica de los órganos viscerales a un retorno constante o períodico de ciertos estados emocionales cuyo contenido no es aceptable para la conciencia.
Dedicado al problema de la úlcera gastroduodenal, el americano Franz Alexander quedó sorprendido por la frecuencia de su aparición en las personas que llevaban una vida especialmente activa (Patrón de Conducta Tipo A). Demostró que el origen se encontraba en una necesidad de ternura nacida en la infancia y que se oponía al yo adulto. Dicha necesidad se compensa a menudo mediante una agresividad y una actividad desmesuradas. Pero no por ello desaparece, y cuandto más se intensifica la actividad, más se acrecienta el sentimiento infantil inconsciente. Se expresará entonces por medio de una demanda no menos infantil: la demanda de alimentación, que se traducirá simbólicamente en una secreción excesiva de jugo gástrico que entraña la formación de la úlcera.
Entonces se vuelve necesario asociar íntimamente dos formas de terapéutica: una de ellas, analítica, explorar el inconsciente e investigar la necesidad infantil; la otra, orgánica, cuidar la úlcera. Solo combinando estas dos terapéuticas resulta posible la curación. Los trabajos posteriores de Alexander y de otros autores han mostrado igualmente la importancia de los factores psíquicos en las enfermedades más orgánicas: asma, afecciones cutáneas, problemas cardíacos, hormonales, etc. Lo que sigue siendo incomprensible es la razón por la cual la enfermedad suscitada por el conflicto psíquico se expresa unas veces mediante una psiconeurosis de defensa (histeria -trastorno somatoforme-, fobia, neurosis obsesiva...), y otras por una enfermedad psicosomática.
La medicina y psicología psicosomática ha evolucionado mucho en los últimos tiempos, podemos entenderlo como una característica de personalidad, por ejemplo, es frecuente el que exista un trastorno de personalidad (p.ej. Trastorno Histriónico), con comorbilidad con trastornos del Eje I, por ejemplo, el trastorno somatoforme, la ansiedad, la depresión, etc. La obsesividad es una característica esencial de los trastornos de personalidad, esto remite a la Identidad y, por tanto, requiere un trabajo minucioso a nivel de psicoterapia.
Rodrigo Córdoba Sanz. Miembro de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia.
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