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Paz y Ciencia

lunes, 23 de abril de 2012

Alteración de la Identidad y Afectividad

“La pintura es un estado del Ser…todo buen artista pinta lo que es”. Paul Jackson Pollock.
La alteración de la identidad se entiende como un déficit muy importante en el suministro afectivo interno, que crea la sensación (no la realidad) de que la persona no tiene criterio, orientación, deseos, gustos, etc. Lo que sucede es que esta persona se lleva mal consigo misma y no valida ni reafirma su posición, dudando de ella e incluso negándola; además, por la consiguiente "sobreutilización" del suministro afectivo externo, se tiene una alta necesidad de agradar y, con ello, se adoptan posturas de otras personas o ideologías con capacidad de influencia en el individuo. Esto ocasiona una auténtica "empanada" en la que uno no escucha su voz y, además, escucha demasiado la voz ajena para congraciarse con los demás, para satisfacer demandas afectivas intensas. Reestablecer el equilibrio afectivo debería ser la línea principal de trabajo. Este problema es típico en trastornos de personalidad. Se suele hablar de trastornos de personalidad y menos de los trastornos de identidad. Un trastorno típico que tiene este problema de alteración de identidad es el Trastorno Límite de Personalidad (la alteración de la identidad es uno de los criterios diagnósiticos). No obstante, existen otros muchos problemas y situaciones donde se da este problema. Los trastornos de personalidad suelen tener comorbilidad con otros problemas como trastornos del estado de ánimo y ansiedad. El tratamiento más eficaz para resolver estos problemas es la psicoterapia, y en particular, aquella que enfoca las emociones, los afectos, los sentimientos. Este problema de "alteración de la identidad" da lugar a diversas patologías y es la esencia de estas. El trabajo puede ser muy gratificante y positivo para la evolución del paciente. Se suele dar con más frecuencia entre personas adolescentes y jóvenes, decir que en la adolescecencia esa "alteración de la identidad" no es un trastorno en sí mismo sino una parte de la evolución natural de la persona. Una forma de estar en el mundo. Un problema del psicoanálisis es que señala este tipo de problemas haciendo sentir mal al paciente y familiares. En ocasiones, los propios familiares percuten en este problema, y pudiera darse el caso de que los propios padres tengan un poco que ver con la génesis de estos problemas. Por ejemplo, creando una imagen de la persona que no corresponde con la realidad, que no "encaja" con la forma de sentir de la persona. De forma que, por ejemplo, la persona está en la encrucijada de ¿quién soy?, la persona que me han enseñado o la persona que siento que soy, es la imposición (inconsciente) del deseo del otro. Por otro lado, no siempre son los padres los responsables (de una forma determinista) de este problema. De hecho, es operativo no volver al pasado, a no ser que la persona lo requiera, es inevitable en un tratamiento psicoterápico. Donald Woods Winnicott introdujo la expresión falso self en 1960 para designar una distorsión de la personalidad que consiste en emprender desde la infancia una existencia ilusoria (el sí-mismo inauténtico) a fin de proteger mediante una organización defensiva un verdadero self (el sí-mismo auténtico). El falso self es por lo tanto el medio de no ser uno mismo, en diversas gradaciones, que llegan hasta una patología de tipo esquizoide, en la cual el falso self es instaurado como única realidad, y en consecuencia significa la ausencia del verdadero self. El término self (verdadero y falso) se impuso en lengua francesa en su forma inglesa, aunque a veces se lo traduce como "so". En un artículo de 1960 titulado "La distorsión del yo en función del verdadero y el falso self", Donald W. Winnicott introdujo su célebre "Falso self", que haría carrera en la historia del psicoanálisis. Como siempre en su pluma, el concepto aparece construido de manera luminosa a partir de un caso clínico (la historia de una mujer que tenía la impresión de no haber existido nunca), para ampliarse a continuación a una comprensión general de naturaleza existencial de lo "auténtico" y lo "inauténtico", en la cual la relación con la madre se revela como determinante. Winnicott extrae de esta observación una enseñanza fructífera para la técnica psicoanalítica, y muestra cómo desbaratar en la transferencia las numerosas astucias mediante las cuales el falso self recubre al verdadero, al punto de hacer impracticable la cura en sí. En Winnicott el self está en el núcleo de su teoría del desarrollo emocional primitivo. El término self es reflexivo en la lengua inglesa, y en castellano cabe traducirlo por sí mismo. Admite también otras traducciones, como un concepto equivalente al de identidad (la personalidad en relación con un otro significativo) o mismidad; y trasciende la noción de personalidad porque es relacional (si bien hoy día se tiende a respetar su grafía inglesa para evitar que se desvirtúe su sentido original). El propio Winnicott comenta que este vocablo originariamente no es un término psicológico sino una palabra que todos los ingleses usan a diario. El self es una expresión que amalgama la mismidad con la otredad, lo personal con lo interpersonal o intersubjetivo. Véase: www.elgestoespontaneo.com y http://www.tuanalista.com/

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