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Paz y Ciencia

sábado, 28 de abril de 2012

Comorbilidad en el Trastorno Bipolar

El término "comorbilidad" se refiere a la coexistencia de dos o más trastornos mentales en la misma persona. Muchas personas tienen más de un trastorno mental definido en el "terrible" DSM-IV-TR. En realidad en dos estudios cuidadosamente diseñados realizados en Estados Unidos sobre los trastornos mentales de la población general -el National Comorbidity Survey y el Epidemiologic Catchment Area- se llegó a la conclusión de que del 56% al 60% de las personas con algún trastorno mental tienen dos o más trastornos. En la práctica clínica se suelen dar múltiples diagnósticos a los pacientes, a veces porque tienen más de un trastorno y a veces porque el profesional no está seguro de cuál es el más adecuado y, en consecuencia, diagnostica más de uno. ¿Cómo aparece una persona con dos o más trastornos coexistentes? Los trastornos que suelen aparecer junto con el trastorno bipolar suelen ser el trsatorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad, el trastorno ciclotímico, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno depresivo mayor recidivante y trastornos de ánimo inducidos por sustancias. Lo anterior es el enfoque clínico clásico y académico. No obstante, el trastorno bipolar supone algo más profundo que un conjunto de signos y síntomas. Melanie Klein escibió un trabajo fantástico sobre la psicosis maniaco-depresiva, que es así como los nostálgicos del psicoanálisis denominan la patología. Allí profundiza más allá de la sintomatología y habla del "splitting" o disociación. Este es un mecanismo fundamental de esta patología. Por tanto, aunque fenomenológicamente, los trastornos "comórbidos" citados anteriormente son los más frecuentes en la persona afectada, existe un mecanismo fundamental que explica el fundamento del trastorno. Citaré dos ejemplos, uno con respecto al TDAH y otro en relación al Trastorno Límite de la Personalidad. Para ello hay que explicar que según el enfoque de las personas que trabajamos con la estructura de personalidad y sus trastornos, quizá focalizamos más en los trastornos de personalidad y los diagnosticamos más y mejor. Ahora bien, no siempre que existe un trastorno bipolar hay un trastorno de personalidad. Ahora bien, el trastorno bipolar también supone un profundo trstorno en la estructura de personalidad. Suelo explicar a los pacientes que tienen un trastorno de personalidad el modelo explicativo de Theodore Millon. Este "personólogo" norteamericano, ha publicado libros muy interesantes sobre los trastornos de personalidad. El modelo explicativo que comparto con mis pacientes es el siguiente, en forma de círculos concéntricos, desde el exterior al interior sigue esta pauta que encuentra su analogía con lo médico (ya saben ustedes, que la persona que acude a un psicólogo, sin haber acudido antes a ningún profesional de la salud mental, vienen con ese "modelo médico" interiorizado, que tiene que ver con una actitud pasiva, es decir, de toma de pastillas o interconsultas con el urólogo, el ginecólogo, el endocrinólogo, etc.) Entonces la explicación resulta más sencilla, funciona como metáfora y penetra en el hemisferio derecho: el modelo es así, en la parte del exterior estarían los problemas del Eje IV del DSM y que tienen qu ver con las situaciones estresantes, por ejemplo, problemas económicos, problemas en el hogar, problemas en el trabajo, etc. Esto, Millon, lo equipara a lo que serían las bacterias. En el eje inmediatamente interior están los trastornos de personalidad, cuya analogía tiene que ver con el sistema inmunológico, es decir, tener una alteración de identidad-un trastorno de personalidad supone que la persona es más vulnerable a tener patologías del eje I como son la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, etc., Millon hace la analogía con la tos, la fiebre, etc. Entonces los círculos van desde los problemas relacionados con el estrés, luego los trastornos de personalidad, eje II y finalmente los trastornos del Eje I, que son los que llevan a las personas a acudir a la consulta. Los trastornos de personalidad son "egosintónicos" y los trastornos del eje I son "egodistónicos", esto significa que una persona que tiene mucha ansiedad o está deprimida pide consulta, sin embargo, una persona que tiene un trastorno narcisista, explota a los demás y tiene un ego grandioso no suele tomar conciencia de que su forma de ser es un problema hasta que no desarrolla trastornos del Eje I. Primero pondré en ejemplo que transmite David J. Miklowitz sobre la comorbilidad con el TDAH y después pondré un ejemplo con el trastorno límite de personalidad: 1. Comorbilidad entre el trastorno bipolar y el TDAH: Elena había sufrido varios episodios depresivos prolongados durante los cuales había tenido problemas para conservar el trabajo. Sus períodos hipomaníacos se caracterizaban por irritabilidad, pensamiento acelerado y trastornos del sueño. Su esposo, Chris, era comprensivo con sus depresiones, pero se enfurecía cuando intentaba hablar con ella de su situación laboral y Elena desviaba la mirada y parecía no escucharle. Chris también se quejaba de que cometía muchos errores por descuido: cuando enviaba su curriculum solicitando algún puesto de trabajo, muchas veces faltaba una página o la impresión era defectuosa. También era frecuente que se olvidara de las visitas al médico. Su mala memoria y su falta de atención parecían caracterizar su conducta la mayor parte del tiempo, incluso cuando no estaba deprimida. Hace poco, una lectora me preguntaba por qué su psiquiatra le había prescrito fármacos estimulantes en lugar de fármacos sedantes. La medicación para el TDAH es el metilfenidato, un fármaco que tiene un efecto paradójico y cuyo ojetivo es disminuir la atención y disminuir la hiperactividad. Esto también pasa con personas que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo o un trastorno de angustia y les prescriben un antidepresivo, piensan que no están deprimidas y que no les hace falta ese fármaco. 2. Comorbilidad entre el trastorno bipolar y el trastorno límite: Alicia vino a consulta derivada por su psiquiatra para realizar psicoterapia. Acababa de hacer un intento de suicidio serio (tuvieron que coserle los cortes en las muñecas). Tuvo la fortuna de que entraron sus padres en el baño aunque no estaba previsto que acudieran a la casa. Inmediatamente después de su intento de suicidio y el inicio de la psicoterapia "viró" y empezó a dormir poco, a comprarse mucha ropa y encontró una pareja que le proporcionaba el afecto necesario que le faltaba para sentirse más entera, "la ilusión de completud". Alicia tíene una hija enfermera que "utiliza" como medicina, esto es, como apoyo a base de llamadas, acompañarle a las visitas, hablar con los médicos. Alicia decía que su hija hacía de madre para ella. Yo no dejaría de lado el hecho de que su madre "real" tenía un enfermedad psicótica con delirios de infidelidad. Entonces, podemos entender que tenía un componente importante de depedencia y de trastorno obsesivo-compulsivo de la personalida, con lo cual, no solo había comorbilidad entre el trastorno de estado de ánimo (trastorno bipolar II) y el trastorno límite, sino que también existía coexistencia de varios trastornos de personalidad, circunstancia muy frecuente. Apuntar que cuando no existe un trastorno de personalidad puro o "de libro" se dice que es un trastorno de personalida no especificado con rasgos (en este caso) límites, obsesivo-compulsivos y de dependencia. Como pueden ver, lo que el manual DSM transmite no es más que una parte muy superficial del sujeto. ¿Dónde está el sujeto en la psicología clínica oficial, o en el DSM? La psicología, desafortunadamente, ha heredado el modelo de la medicina y está subyugada a esta en lo institucional y en la praxis. Como ejemplo, un psiquiatra al que derivé una paciente con un trastorno psicosomático (en el DSM -Trastorno Somatoforme-), dijo a la paciente que le enseñara yo, técnicas de relajación para disminuir su ansiedad. Otro psiquiatra le dijo a una paciente alcohólica que los psiquiatras estudiaban muchos años más que los psicólogos y ridiculizó la profesión de la psicología. Estas actitudes de superioridad son frecuentes. En cuanto al trastorno bipolar, existe un modelo médico dentro de lo denominado medicina conductual que entiende que el trastorno bipolar es crónico y nada se puede hacer para curarlo, solo intervenir de manera paliativa a nivel farmacológico, como todos los psicofármacos, y a nivel psicoterápico con la psicoeducación. El psicoanálisis es más ambicioso y busca la curación de la persona, pero, como les he explicado en "post" anteriores, lo que sucede en el contexto de una psicoterapia psicoanalítica o de psicoanálisis no se puede estudiar de manera empírica porque existen variables de tipo vincular y emocional que no se pueden someter a estudios de laboratorio. Por ello, se dice que la inervención mejor para el trastorno bipolar es la psicoeducación y las psicoterapias de tipo intepersonal y cognitivo-conductual. Me parece una actitud nihilista y creo que no es "insensato" comentar que en toda esta trama del DSM y de la actitud de la psiquiatría oficial y biológica hacia la psicoterapia está muy relacionada con la industria farmacéutica, una de las industrias más poderosas además de la industria de la guerra. Un profesional que practica el psicoanálisis humanista y la psicoterapia positiva, entre otras, debe denunciar este tipo de hechos que tienen que ver más con intereses comerciales y lucrativos de los psiquiatras que con la "mismidad" de la persona que padece un "trastorno". Jim Carrey, Elizabeth Taylor, Robert Downey Jr, Mel Gibson, Ari Telch , Alejandro Bracho y Miguel Pizarro han hecho pública su enfermedad México, 1 May. (Notimex).- A raíz de que la actriz británica Catherine Zeta-Jones confesó recientemente que padece de trastorno bipolar, Demi Lovato y Selena Gómez creen que también sufren de este padecimiento. Zeta-Jones manifestó de manera abierta sufrir el trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido anteriormente como psicosis maníaco-depresiva, que alterna de manera abrupta períodos de excitabilidad (manía) con otros de depresión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este padecimiento afecta aproximadamente al 4 por ciento de la población mundial y es la sexta causa de incapacidad laboral. Hace unos días, la esposa del también actor Michael Douglas, reconoció la importancia de pedir ayuda a tiempo, además de que si su bipolaridad ha servido para que otros se atiendan, entonces habrá valido la pena, puesto que ella ingresó en un centro de salud mental durante cinco días. Jim Carrey, Elizabeth Taylor, Robert Downey Jr, Mel Gibson, Ari Telch , Alejandro Bracho y Miguel Pizarro, son algunas de las personalidades que se han visto afectadas por el TAB, al igual que la ganadora del Oscar. El actor Jim Carrey, quien en filmes como "Irene, yo y mi otro yo" o "Mentiroso mentiroso" dio vida a enfermos mentales, y su vida no es tan ajena a estos papeles. De acuerdo a la declaración de un amigo del actor, su ruptura con Jenny McCarthy fue causada por su estado psíquico. Elizabeth Taylor, una de las musas del Séptimo Arte, fallecida el pasado 23 de abril, se casó con siete hombres con los cuales nunca logró una estabilidad y aunque nunca habló en forma abierta de su enfermedad, algunas personas han comentado que sus episodios depresivos y su adicción al alcohol provocaron múltiples fracasos sentimentales. Russell Brand, marido de Katy Perry , se ha visto afectado por este mal, al sufrir dos patologías: trastorno bipolar y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Gracias a un seguimiento muy exhaustivo puede llevar una vida normal. La madrastra del actor Robert Downey Jr., comentó a una publicación internacional que fue diagnosticado con trastorno bipolar, aunque él lo haya negado varias veces. Por su parte, Mel Gibson confesó en el documental "Acting class 1977" que era maníaco-depresivo. Muchos psicólogos han asegurado que se ha escudado en su enfermedad para justificar sus arranques de violencia y narcisismo. En México, Ari Telch , el año pasado, fue internado de urgencia en un hospital de psiquiatría de esta ciudad, debido a una crisis producto de su bipolaridad. El actor se ha visto afectado por este mal desde los 13 años. Alejandro Bracho también ha tenido que pisar el nosocomio por este tipo de trastorno, quien a causa de un proyecto que no se concretó y con el cual esperaba tener éxito, se deprimió a tal grado que lo llevó a pensar en el suicidio. Con el rostro demacrado, la voz entrecortada e incluso con la convicción de volver a intentarlo, el actor Miguel Pizarro sorprendió en 2004 al hablar sobre su enfermedad y su intento de suicidio.
http://youtu.be/ogHIUvSrQ3E

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