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Paz y Ciencia

sábado, 21 de abril de 2012

Forclusión (Repudio)

"La primera virtud del conocimiento es la capacidad de enfrentarse a lo que no es evidente." Jacques Lacan (1901-1981)
El término repudio ("forclusión") se origina en el vocabulario jurídico. Significa la clausura de una acción judicial en la que una de las partes no respeta los plazos legales para cumplir ciertas formalidades. La parte en cuestión queda excluida del derecho a discutir en el marco de un litigio en virtud de no haber respetado dichos plazos; se la declara "a foro exclusio", de ahí el término en el psicoanálisis de "repudio" o más exacto "forclusión". Jacques Lacan ha introducido el término en el psicoanálisis. Resulta de la traducción de la palabra alemana Verwerfung, empleada por Freud en su "Extracto de la historia de una neurosis infantil: el hombre de los lobos" (1918). Entonces, el repudio designa el rechazo, por parte del sujeto, de representaciones que no puede soportar. Les prohibe el derecho a la palabra. Este rechazo se cumple por intermedio de alucinaciones. Se inscribe en un mecanismo de defensa propio, la psicosis, enfermedad mental donde la relación entre el sujeto y la realidad exterior está perturbada. El principal texto de Jacques Lacan en el que explica lo que entiende por repudio se titula "Una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis". Allí muestra, por ejemplo, que el repudio es un medio que utiliza el sujeto para superar el miedo a la castración, miedo provocado en cuanto el niño se entera de que la niña carece de pene. Así, repudio o forclusión no es sinónimo de represión, forma específica de defensa qeu mantiene las representaciones no placenteras fuera de la conciencia. El sujeto debe poder olvidarlas. En tanto la represión las rechaza en su vida interior, el repudio -por el contrario- supone que el sujeto debe liberarse de esas representaciones proyectándolas al exterior de sí mismo, al seno de lo real. Asi es como aparecen las alucinaciones propias de la psicosis. La represión censura; el repudio transforma. Lo que es reprimido pertenece al inconsciente; lo repudiado, a la percepción consciente, bajo una forma alucinatoria. En su "Respuesta al comentario de Jean Hippolyte sobre la Verneinung de Freud", Jacques Lacan se opone a la traducción habitual de la palabra alemana Verwerfung por "juicio que rechaza y que elige". Al proponer el término "repudio", sobreentiende que lo diferencia de la negación (Verneinung), que es el resultado de un juicio. Lacan se apoya en la demostración de Freud con respecto al miedo a la castración y al rechazo de su representación por "El hombre de los lobos". El repudio consiste en no simbolizar lo que debió serlo (la castración) y en producir a cambio alucinaciones para desviar. Pero el mecanismo psíquico se desarrolla sin que el sujeto tenga necesidad de tomar una decisión premeditada. La experiencia de la realidad de un objeto necesita dos operaciones simultáneas: debe ser imaginado y simbolizado. La ausencia de una de estas funciones permite comprender el carácter particular de lo "real" psicótico. En la esquizofrenia, la función imaginaria está alterada, y el sujeto vive en un mundo simbólico que se vuelve progresivamente abstracto y hermético. En el delirio paranoico la realidad es experimentada de un modo puramente imaginario. La pérdida de la función simbólica impide la distancia en relación con las cosas. La realidad se vuelve imagen.

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