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Paz y Ciencia

viernes, 20 de abril de 2012

Simbólico

En psicoanálisis, el adjetivo sustantivado simbólica ha sido empleado por Freud en femenino, para designar el conjunto de figuras que permiten a los elementos reprimidos aparecer en los sueños. La simbólica también se encuentra en la imaginación incosciente y en las representaciones colectivas: el folklore, los mitos, los proverbios. Freud pone en guardia contra una sobreestimación de la importancia de los símbolos. Para él -en oposición a Jung- la intepretación de los símbolos. Para él -en oposición a Jung- la interpretación de los símbolos no interviene más que a título auxiliar. Completa, en el estudio de los sueños, el análisis de los procesos de desplazamiento y condensación. Empleado en masculino por Jacques Lacan, el término simbólico adquiere un sentido diferente y ocupa a partir de entonces un lugar central en el psicoanálisis. Designa el orden de la cultura, de la ley y del lenguaje, y engloba el conjunto de elementos que estructuran, de modo subyacente, las relaciones que el hombre mantiene con los demás y consigo mismo. Para Jacques Lacan, toda realidad humana no adquiere su sentido más que cuando no solo es pensada y representada, sino también enunciada. No existe nada en lo vivido ni en las pulsiones que no esté marcado por la impronta del significante. Lacan afirma, así, la supremacía de lo simbólico sobre lo real. En esta perspectiva, explica que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Hay que matizar que los textos de Lacan tienen un cierto carácter críptico. En antropología se da el mismo sentido y la misma importancia al término simbólica. Para Claude Lévi-Strauss, por ejemplo, los sistemas de parentesco son sistemas de símbolos: no existen más que en la conciencia de los hombres y no corresponden necesariamente al parentesco biológico. Lo mismo ocurre en las relaciones económicas, en el arte y en la religión. La diferencia entre "la" simbólica de Freud y "lo" simbólico de Lacan aparece entonces netamente: en el último caso, no se subraya la relación entre el símbolo y lo que es simbolizado, sino sobre la articulación de símbolos entre sí.´ En tanto para Freud la simbólica es utilizada por el sujeto como un medio de llevar a la conciencia elementos reprimidos, lo símbólico de Lacan es constitutivo del sujeto. En tanto vuelve posibles las relaciones entre los hombres, lo simbólico hace ser a los hombres lo que son. Cada individuo está situado en un universo ya simbolizado, que determina sus comportamientos. Lejos de crear y de dirigir los símbolos, es tributario, inconscientemente, de los hábitos lingüísticos del grupo al que pertenece. Después de haber afirmado la supremacía de lo simbólico sobre lo real, Lacan afirma la supremacía de lo simbólico sobre lo imaginario. Toda relación imaginaria entre dos personas (el niño y la madre) carece de salida; crea un mundo cerrado que no soporta la existencia de un rival. Sin la intervención de lo simbólico, bajo la forma de la ley, la relación imaginaria se vuelve patológica. El ingreso del padre en la relación del niño con la madre y la prohibición del incesto, permiten al niño abrirse verdaderamente a otros, acceder a la cultura y el lenguaje. Asimismo, lo simbólico rige los efectos determinantes del equilibrio del sujeto, que son el repudio, la represión y la negación.

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