Se puede decir que el psicoanálisis termina donde la filosofía empieza.
Esta parte de un sujeto que protagoniza su propio pensar y con plena capacidad de interrogarse tanto sobre sí mismo como acerca del mundo que le rodea. El sujeto es un Ser y un devenir. Un sentido y un proceso.
Pero el sujeto es también génesis, no viene dado de antemano, ni se limita a estar ahí. Al mismo tiempo, la reflexión no agota el saber sobre el sujeto, puesto que un sector de éste, el más fundamental acaso, es inconsciente.
Por otra parte, "ser sujeto" es una meta, no un punto de partida. Nada hay estático en semejante "ser". El sujeto nace, se desarrolla y, desde luego, muere y nunca está acabado, es un lugar inestable, un espacio supremo de pensar, sentir y actuar de ser-siendo.
Nada más íntimo que la subjetividad y sin embargo nada nos es más ajeno en los comienzos que el sujeto mismo. Devenir sujeto proviene de una exterioridad, dimana del otro.
La versión psicoanalítica del vínculo es, en mi opinión, un aporte esencial para la metapsicología.
"El vínculo es el producto subjetivo y subjetivante final de una operación intrapsíquica realizada con la ayuda analítica del pecho social y de la necesidad biológica, cuyo primer tiempo (la presencia conjunta del narcisismo primario escindido y de la renegación del objeto real) es imaginario y da lugar a la "especularidad narcisista", el segundo tiempo, también imaginario, termina en la "relación objetal", un tercer y último tránsito: la relación intersubjetiva de carácter simbólico representa la cima estructural del desarrollo psíquico, ahora sí como relación de dos exterioridades con los diferentes niveles de proximidad posibles".
El vínculo posee una indudable estirpe psicoanalítica por cuanto hunde sus raíces en lo inconsciente.
La teoría de las relaciones objetales cobra una nueva dimensión con este concepto. También la última antítesis freudiana como Eros-Thánatos. Eros es todo aquello que liga, que une, que establece lazos de un sujeto con el objeto de su deseo. Como señalará Bion, Thánatos es el antivínculo, lo que se opone a la corriente vital que tiende siempre a la estructura, a la complejidad y a la diferencia, a la entropía negativa representada por el sujeto y su mundo.
Sujeto y Vínculo, dos pilares para la reflexión acerca del ser humano.
Nicolás Caparrós: "Orígenes del Psiquismo. Sujeto y Vínculo".
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