Y por alguna razón memorizó en esos días de encierro en el cuarto y excursiones al piso de abajo un fragmento de un poema de Esquilo: "...A aquel dios que encamina a los mortales a la sabiduría, y dispuso que en el dolor se hiciesen señores de la ciencia. Hasta en el sueño mismo el penoso recuerdo de nuestros males está destilando sobre el corazón, y aún sin quererlo nos llega el pensar con cordura".
Días de clausura y penitencia, flagelación simbólica y dolor. Días grises, tullidos. La muchacha había perdido peso, las manos amenazaban huesudas, el pelo estaba sucio, se caía y era muy difícil de manejar, "pelo de brujilla", le llamaba ella cuando se miraba en el espejo y emprendía esas dicharacheras conversaciones con su reflejo aletargado y escurrido.
Sus fuerzas menguaban, su corazón latía más despacio, sus músculos jugaban con dolores agudos y punzantes, era el momento de volver al cascarón, soñar y doblarse en la cama abrazando sus piernas, justo en medio de ese enorme lecho de sedosos tejidos exóticos.
Tanta belleza y tan desaprovechada se decía, toda la vida y todavía no sabía por qué extraña razón no era capaz de disfrutar tal y como lo hacían en el mismo medio sus hermanos, no podía decir lo mismo de su padre, quien había dado su vida al trabajo tras el fallecimiento de su madre, antes fue otro hombre, lo recordaba joven, entusiasta e idealista. Incluso justo. Todo aquello terminó, las ilusiones de ambos se desvanecieron en un terrible asidero de fantasmas y mélancolía. Allí arrancaba el trágico dolor de una muerte fugaz y el oportuno miedo. Todo aquello resultaba confuso, mareaba, el estómago vacío pero tenía ganas de vomitar.
Cerró los ojos y soñó que estaba en medio de la cúpula de cristal de la sala de la entrada y allí tumbada en la madera daba vueltas alrededor de sí misma. Despertó y tuvo que bajar a beber un poco de agua y recuperar el aliento, un poco de luz de una vela le recordó el edificio y la realidad donde estaba contenida, eso le hizo respirar con un poco de consuelo, regresó a su cuarto y allí durmió, dejándose morir, de nuevo.
martes, 29 de julio de 2008
lunes, 28 de julio de 2008
Sobre la Integración y sus excesos
Aquellos que luchan de manera agotadora por un entente cordiale entre su yo y su superyó pueden desarrollar un distanciamiento del núcleo de su self para volcarse en los otros, forjándose de este modo, los orígenes de un falso self (Winnicott), una personalidad as if(Deutsch).
En algunos casos, se construye la vida para los otros, al servicio de los demás, construyendo su identidad a partir de los pedazos de otros, en función del bienestar del otro, leit motiv de su existencia.
Coincide, con hermosa perplejidad, que dichas personas acostumbran a tener un control y dominio bastante ajustado del mundo externo, sin embargo han ido abandonándose, dejando de lado su propia vida, siendo sujetos al deseo e interés de los demás, más allá de aforismos lacanianos.
Así pues, la "sobreadaptación" (Liberman y cols, 1981) significa este fenómeno de quienes han desempeñado funciones de sostén y amarre de otros necesitados, postergando su propia madurez emocional e independencia. De esta forma podemos encontrarnos con eclosiones sintomáticas por traumas acumulativos (Masud Khan) y/o un sentimiento de futilidad y terror sin nombre (Winnicott-Bion).
Este tipo de personas suelen presentar un aparato defensivo bastante bien cimentado, sólido y voluminoso en su fría piedra, que desempeña el cometido de proteger del miedo de la irrealidad que supone no haber podido construir para sí un mundo con objetos buenos interiorizados. Haber sacrificado la existencia en una agotadora misión donde olvidar el propio dolor psíquico.
Entrar en esa fortaleza no es cosa de técnica interpretativa sino de setting (si es que van separados), un ambiente-encuadre suficientemente bueno y cálido creará las condiciones de seguridad y confiabilidad para que el puente deje pasar a ese invitador de explorador en un terreno rico, fértil y, desde luego, desguarnecido en su sala interior. De ahí, el extramuro y el vuelco sobre lo externo.
Rodrigo Córdoba Sanz, en sintonía con"simalme", inquieta investigadora.
En algunos casos, se construye la vida para los otros, al servicio de los demás, construyendo su identidad a partir de los pedazos de otros, en función del bienestar del otro, leit motiv de su existencia.
Coincide, con hermosa perplejidad, que dichas personas acostumbran a tener un control y dominio bastante ajustado del mundo externo, sin embargo han ido abandonándose, dejando de lado su propia vida, siendo sujetos al deseo e interés de los demás, más allá de aforismos lacanianos.
Así pues, la "sobreadaptación" (Liberman y cols, 1981) significa este fenómeno de quienes han desempeñado funciones de sostén y amarre de otros necesitados, postergando su propia madurez emocional e independencia. De esta forma podemos encontrarnos con eclosiones sintomáticas por traumas acumulativos (Masud Khan) y/o un sentimiento de futilidad y terror sin nombre (Winnicott-Bion).
Este tipo de personas suelen presentar un aparato defensivo bastante bien cimentado, sólido y voluminoso en su fría piedra, que desempeña el cometido de proteger del miedo de la irrealidad que supone no haber podido construir para sí un mundo con objetos buenos interiorizados. Haber sacrificado la existencia en una agotadora misión donde olvidar el propio dolor psíquico.
Entrar en esa fortaleza no es cosa de técnica interpretativa sino de setting (si es que van separados), un ambiente-encuadre suficientemente bueno y cálido creará las condiciones de seguridad y confiabilidad para que el puente deje pasar a ese invitador de explorador en un terreno rico, fértil y, desde luego, desguarnecido en su sala interior. De ahí, el extramuro y el vuelco sobre lo externo.
Rodrigo Córdoba Sanz, en sintonía con"simalme", inquieta investigadora.
viernes, 25 de julio de 2008
El Temor a la Muerte, un aporte de Klein
Melanie Klein habla en el texto "Sobre la Identificación" sobre la disociación, el splitting, la integración, la no integración, la desintegración, la identificación proyectiva, la introyección y otros fenómenos y mecanimos, esquizoides y variopintos. Transcribo un pasaje sobre el miedo a la muerte.
Copio de la siguiente edición: El Sentimiento de Soledad y otros ensayos. Ed. Hormé. Paidós. Buenos Aires. 13 de Noviembre de 1969.
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También sugerí que la internalización es de la mayor importancia para los procesos proyectivos, en particular que el pecho bueno internalizado actúa como punto focal en el yo, desde el cual pueden proyectarse sentimientos buenos en objetos externos. Fortalece al yo, contrarresta los procesos de disociación y dispersión y aumenta la capacidad de síntesis e integración. El objeto bueno internalizado constituye así una de las precondiciones de un yo integrado y estable y de buenas relaciones objetales. La tendencia a la integración, que rivaliza con la disociación es, a mi juicio, desde la más temprana infancia, un rasgo predominante de la vida mental. Uno de los principales factores que fundamentan la necesidad de integración es la sensación del individuo de que la misma implica estar vivo, amar, y ser amado por el objeto bueno interno y externo; es decir, existe una estrecha relación entre integración y relaciones objetales. Recíprocamente, el sentimiento de caos, de desintegración, de falta de emociones como resultado de la disociación, pienso que se vincula estrechamente con el temor a la muerte. Sostuve en "Schizoid Mechanisms" que el temor a la aniquilación por las fuerzas destructivas de adentro es el más intenso de todos los miedos. La disociación, en cuanto defensa primaria contra el mismo, es efectiva en la medida que produce una dispersión de la ansiedad y una supresión de emociones. Pero fracasa en otro sentido porque deriva en un sentimiento análogo a la muerte -que esto es lo que significan el sentimiento de caos y la desintegración concomitante-.
http://www.elortiba.org/mklein/melanie.klein.1.htm Biografía y Obras de Melanie Klein.
jueves, 24 de julio de 2008
La Niña de los Sueños XXV
PSEUDOEXISTENCIA. Así lo había escrito en el encabezado de la hoja. El resto quedaba en blanco. Un hálito corrupto dejaba la hoja blanca cargada de monstruosas pesadillas y aliento de ajo. Era uno de esos momentos, de despertar inquieto en los que no se encontraba, miraba para dentro y veía eso que no le gustaba, en aquellos momentos no se reconocía, no se aceptaba, no se toleraba, se daba cierto asco, repugnancia, por momentos como aquellos su vida se veía teñida de ese color gris, tan habitual en esas altitudes, en esas actitudes. Y mientras su cabeza resteñaba odio para si decidió distraerse con su próximo y reparador ascenso a la colina de la fortaleza de madera, allá donde vería todo desde arriba, con su túnica de seda y sus botas de montar a caballo, quizás allá pueda sentirse viva de nuevo. Para ello, esta vez deba sortear a la guardia que su padre ha colocado para que "esos subversivos" no acaben con "el orden necesario para gobernar este pueblo". Odio, y ese vaivén no era agradable de vivir. Afortunadamente para ella, su pseudoexistencia, aunque perenne como la acacia del bosque donde se refugió tiempo atrás con el muchacho, solía oscilar con registros más dulces y los colores vivos daban una divertida sonrisa a su rostro que hacía las delicias de las personas de "las habitaciones de abajo", donde se preparaban los manjares de Palacio y limpiaban las delicadas ropas. Bien, la tormenta llegó, cesó y la sonrisá recobró nuestra princesa, quien tomó de nuevo la pluma con cariño y pudo escribir. Quedó rendida de subir y bajar, le despertó la Institutriz con la cabeza reposando sobre el escritorio, un garabato con la tinta corrida escondía lo que había debajo, una linda princesa subida en la atalaya, con el Sol a sus espaldas, dando de comer a su pueblo, una idea loca. Afortunadamente nadie lo vio.
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Rodrigo Córdoba Sanz
Sobre la "Segunda Piel"
El sujeto puede precisar de una segunda piel, una madre medio ambiente, diría Winnicott, un continente, Bion. Alguien que ejerza la capacidad de reverie, esto es, de metabolizar los elementos beta en alpha. Para ello usa la piel, el setting terapéutico. Las normas de encuadre, tiempo, forma, modales y normas internas de la metodología de trabajo son las condiciones de seguridad, confort y respeto para que tenga ese envoltorio del yo-piel de Didier Anzieu. A mi, me resulta grato y fascinante como distintos autores, aun de corrientes teóricas distintas convergen en lo fundamental, es absolutamente fascinante. Da credibilidad y belleza a un trabajo difícil y de una gran precisión donde tenemos que estar coordinando dos psiques en continuo movimiento.
Esther Bick en el artículo "La Experiencia de la Piel en las Relaciones de Objeto Tempranas" nos habla de cómo se provisiona el analizando de las condiciones del mundo externo que le provee el analista para introyectar elementos en su mundo interno y, al mismo tiempo, generar una capa de protección en su maltrecha personalidad-cuerpo.
Meltzer, quien también investigó en esta línea, la de la identificación adhesiva, trabajó con niños autistas y llegó a conclusiones similares.
Dice Bick: <<estos trastornos de la función pueden determinar la función de una "segunda piel", mediante la cual la dependencia con respecto al objeto es reemplazada por una pseudo-independencia, y por el uso inadecuado de ciertas funciones mentales o quizás, de talentos innatos, utilizados ahora con el fin de crear un sustituto de esa función de contención que debía cumplir la piel>>.
Esther Bick en el artículo "La Experiencia de la Piel en las Relaciones de Objeto Tempranas" nos habla de cómo se provisiona el analizando de las condiciones del mundo externo que le provee el analista para introyectar elementos en su mundo interno y, al mismo tiempo, generar una capa de protección en su maltrecha personalidad-cuerpo.
Meltzer, quien también investigó en esta línea, la de la identificación adhesiva, trabajó con niños autistas y llegó a conclusiones similares.
Dice Bick: <<estos trastornos de la función pueden determinar la función de una "segunda piel", mediante la cual la dependencia con respecto al objeto es reemplazada por una pseudo-independencia, y por el uso inadecuado de ciertas funciones mentales o quizás, de talentos innatos, utilizados ahora con el fin de crear un sustituto de esa función de contención que debía cumplir la piel>>.
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miércoles, 23 de julio de 2008
La Experiencia de la Piel en las Relaciones de Objeto Tempranas, por Esther Bick
La Experiencia de la Piel en las Relaciones de Objeto Tempranas*.
en su forma más primitiva, las partes de la personalidad se vivencian como si estuvieran carentes de una fuerza capaz de unirlas, por lo cual resulta necesario asegurar su cohesión en una forma que se experimenta pasivamente, mediante el funcionamiento de la piel, que obra como un límite.
Esther Bick **
Introducción.
El tema principal de esta breve comunicación se refiere a la primera función que ejerce la piel del bebé y sus objetos primarios en relación con la unión más primitiva de las partes de la personalidad que aún no están diferenciadas de las partes del cuerpo.En el psicoanálisis resulta particularmente fructífero estudiarla en relación con el problema de la dependencia y de la separación que se lleva a cabo dentro de la relación transferencial.Sugiero que en su forma más primitiva, las partes de la personalidad se vivencian como si estuvieran carentes de una fuerza capaz de unirlas, por lo cual resulta necesario asegurar su cohesión en una forma que se experimenta pasivamente, mediante el funcionamiento de la piel, que obra como un límite.Pero esta función interna –la de contener las partes del self—depende inicialmente de la introyeccíon de un objeto externo, el cual debe ser vivenciado a su vez como capaz de cumplir esa función. Más adelante, la identificación con esta función del objeto reemplaza al estado de no integración y da origen a la fantasía del espacio interno y del espacio externo.Sólo entonces se da el marco necesario para que puedan comenzar a actuar la disociación (splitting) primaria y la idealización del self y del objeto que describe Melanie Klein. Hasta que no se hayan introyectado las funciones de contención, es imposible que aparezca el concepto de un espacio dentro del self. Y en este caso, la introyección, esto es, la construcción de un objeto en un espacio interno resulta menoscabada, por lo cual la identificación proyectiva continúa inevitablemente sin mengua y se ponen de manifiesto todas las confusiones relativas a la identidad.El estado de disociación (splitting) primitiva y la idealización del self y del objeto pueden comprenderse entonces como el resultado de este proceso previo de contención del self y del objeto dentro de sus respectivas “pieles”.Las fluctuaciones que se dan en este estado primitivo se ilustrarán mediante el material obtenido a través de la observación de niños muy pequeños, a fin de mostrar la diferencia que existe entre lano integración, tal como se da en una experiencia pasiva de desvalimiento total, y la desintegración producida por los procesos de disociación (splitting) que actúan como defensa activa al servicio del desarrollo.Nos encontramos pues, desde un punto de vista económico, frente a situaciones conducentes a ansiedades catastróficas dentro de un estado de no integración, que contrastan con las ansiedades persecutorias y depresivas de naturaleza más limitada y especifica.Parecería que, en el estado infantil no integrado, la necesidad de encontrar un objeto contenedor lleva a la frenética búsqueda de un objeto, sea este una luz, una voz, un olor, o algún otro objeto sensual que sea capaz de mantener la atención y, por lo tanto, susceptible de ser vivenciado por lo menos temporariamente, como algo que une las diversas partes de la personalidad.El objeto óptimo es el pezón dentro de la boca, junto con la madre que sostiene al bebé, le habla y de la cual emana un olor familiar.El material mostrará que este objeto que sirve como continente se vivencia concretamente como una piel. El desarrollo deficiente de esta función primitiva resulta de la inadecuación del objeto real o bien de los ataques fantaseados contra él, todo lo cual entorpece la proyección. Estos trastornos de la función pueden determinar la función de una “segunda piel”, mediante la cual la dependencia con respecto al objeto es reemplazada por una pseudo-independencia, y por el uso inadecuado de ciertas funciones mentales o quizás, de talentos innatos, utilizados ahora con el fin de crear un sustituto de esa función de contención que debía cumplir la piel. El material que sigue incluye algunos ejemplos de la formación de una “segunda piel”.
Material Clínico.
En esta breve comunicación, sólo puedo indicar los tipos de material clínico en que se basan estos hallazgos. Mi propósito actual es el de iniciar la exploración de este tema, con vistas a un examen más detallado en el futuro.
1. Observación de Bebés: Alice.
Un año de observación de una madre joven e inmadura y de su primer bebé demostraron que hubo, en las primeras doce semanas, una mejoría gradual de la función de ser “piel-continente”. A medida que la madre toleraba con mayor facilidad la intimidad con su hija, disminuía la necesidad de excitarla a fin de provocar en ella manifestaciones de vitalidad y, en consecuencia, los estados de no-integración de la niña se hicieron menos frecuentes.Dichos estados habían estado caracterizados por temblores, estornudos y movimientos desorganizados. Pero luego la familia se mudó a otra casa, aún no terminada, lo cual afectó seriamente la capacidad “contenedora” de la madre y la llevó a apartarse de su hija.Comenzó entonces a darle de comer mientras miraba la televisión, o bien por la noche, en la oscuridad y sin tenerla en los brazos. Como resultado, la niña sufrió una verdadera inundación de trastornos somáticos y un aumento de los estados de no-integración.Por esa época una enfermedad del padre empeoró aún más la situación, y la madre tuvo que volver a trabajar. Comenzó entonces a imponer a la niña una pseudo-independencia, obligándola a sentarse en el orinal e introduciendo un andador durante el día, al tiempo que se negaba a responder a su llanto durante la noche.Reapareció en la madre, además, la tendencia previa a estimular en la niña actitudes agresivas que provocaba y admiraba. A los seis meses y medio, su hija era una criatura hiperactiva y agresiva, a quien la madre llamaba “boxeadora” por su hábito de golpear a la gente en la cara. Vemos aquí la formación de un tipo muscular de contención del self; la formación de una “segunda piel” que tomará el lugar del continente-piel adecuado.
2. Análisis de una Niña Esquizofrénica: Mary.
Algunos años de análisis, que la niña inició cuando tenía tres años y medio, nos permitieron reconstruir en este caso los estados mentales reflejados en la historia de su trastorno infantil. Los hechos son los siguientes:Nació de un parto difícil, se prendió del pezón desde el comienzo, pero era perezosa para succionar. Tuvo suplemento de mamadera a las tres semanas, pero siguió mamando hasta los once meses. Un eczema infantil a los cuatro meses la obligó a rascarse hasta sangrar. Se aferraba extremadamente a la madre, mostraba gran intolerancia para esperar la comida y su desarrollo parecía atrasado y atípico en todas las áreas.En el curso del análisis, se manifestó desde el comienzo una seria intolerancia frente a las separaciones, a través del destrozo sistemático de todo el material tras de las primeras vacaciones. Se pudo observar y estudiar la dependencia total con respecto al contacto inmediato, a través de las características de no-integración que tenían sus posturas y su motilidad, por un lado, y su pensamiento y modo de comunicación, por el otro.Todo ello se manifestaba al comienzo de cada sesión, mejoraba durante el transcurso de la misma y reaparecía cuando llegaba el momento departir. En efecto, entraba a lahabitación encorvada, rígida y grotesca, como una “bolsa de papas”, tal como ella se describió a sí misma más tarde, que emitía un explosivo “Ssbick”, en lugar de un “Buenos días, señora Bick”.Esta bolsa de papas parecía estar en constante peligro de diseminar su contenido debido, en parte, a que la niña se pellizcaba constantemente la piel, la cual representaba la “bolsa” de piel del objeto que contenía las partes de sí misma, esto es, las “papas” (identificación proyectiva).El que dejara de caminar encorvada y pudiera mantenerse erguida y, asimismo disminuyera la intensidad de su dependencia total, se logró más bien mediante la formación de una segunda piel basada en su propia muscularidad que mediante la identificación con un objeto que sirviera de continente.
3. Análisis de un Paciente Neurótico Adulto.
En este caso se pudo estudiar la alternancia de dos tipos de vivencia que el paciente tenía de su self: la de ser una “bolsa de manzanas”, y la de ser un “hipopótamo”. Las dos vivencias se hallaban en relación con la cualidad con la que eran vividos el contacto y la experiencia de separación en la transferencia.Ambas estaban vinculadas con trastornos en la alimentación. En el estado correspondiente a la “bolsa de manzanas”, el paciente se mostraba susceptible, vanidoso, necesitado de atención y elogios constantes, fácilmente lastimable, y siempre a la espera de una catástrofe, tal como la de sufrir un colapso cuando se levantara del diván.En el estado de “hipopótamo”, el paciente era agresivo, tiránico, hiriente e inflexible en cuanto a hacer las cosas a su manera. Ambos estados estaban relacionados con la organización que había tenido la “segunda piel”, dominada por la identificación proyectiva. La piel de “hipopótamo” y la “bolsa” reflejaban la piel del objeto dentro del cual el paciente existía, mientras que las manzanas dentro de la bolsa de piel, delicadas y fáciles de magullar, representaban el estado de las partes de su self ubicadas dentro de ese objeto insensible.
4. Análisis de una Niña: Jill.A
Comienzos del análisis de una niña de cinco años, cuyo período de lactancia estuvo caracterizado por la anorexia, surgieron problemas relativos a la piel-continente. Por ejemplo, durante sus primeras vacaciones analíticas le exigía constantemente a la madre que le pusiera ropa ajustada y le atara fuertemente los cordones de los zapatos. El material posterior puso de manifiesto una intensa ansiedad y la necesidad de distinguirse de los juguetes y las muñecas, con respecto a los cuales decía: “Los juguetes no son como nosotros; se rompen en pedazos y no se arreglan. No tienen piel. Nosotros tenemos piel”.Resumen1. En todos los pacientes con trastornos en la formación de una primera piel, la reconstrucción analítica revela serios conflictos ocurridos durante el período de la lactancia, aunque los padres no siempre hayan podido observarlos.2. Dichos trastornos determinan una fragilidad general en las integraciones y organizaciones posteriores.3. Esta se manifiesta a través de estados de no-integración, distintos de los estados de regresión, y que incluye los tipos más básicos de no-integración, parcial o total del cuerpo, la postura, la motilidad y las funciones mentales correspondientes, en particular la comunicación.4. El fenómeno de una “segunda piel” que reemplaza a la integración de tipo primera piel, se manifiesta como una especie parcial o torradle caparazón muscular o una muscularidad verbal correspondiente.5. La investigación analítica del fenómeno de la formación de la “segunda piel” tiende a provocar estados transitorios de no-integración.6. Sólo un análisis que persevera hasta lograr una elaboración cabal de la dependencia primaria con respecto al objeto materno puede fortalecer esta fragilidad subyacente.7. Es necesario señalar que la función del continente de la situación analítica radica especialmente en su marco y, por lo tanto, constituye un área donde la firmeza de la técnica resulta esencial.·
* Publicado en el International Journal of Psychoanalysis, 1968, XLIX, 2-3.·
** Dirección: Flat 4, 36 Compayne Gardens, N.W. 6. Londres, Inglaterra.
en su forma más primitiva, las partes de la personalidad se vivencian como si estuvieran carentes de una fuerza capaz de unirlas, por lo cual resulta necesario asegurar su cohesión en una forma que se experimenta pasivamente, mediante el funcionamiento de la piel, que obra como un límite.
Esther Bick **
Introducción.
El tema principal de esta breve comunicación se refiere a la primera función que ejerce la piel del bebé y sus objetos primarios en relación con la unión más primitiva de las partes de la personalidad que aún no están diferenciadas de las partes del cuerpo.En el psicoanálisis resulta particularmente fructífero estudiarla en relación con el problema de la dependencia y de la separación que se lleva a cabo dentro de la relación transferencial.Sugiero que en su forma más primitiva, las partes de la personalidad se vivencian como si estuvieran carentes de una fuerza capaz de unirlas, por lo cual resulta necesario asegurar su cohesión en una forma que se experimenta pasivamente, mediante el funcionamiento de la piel, que obra como un límite.Pero esta función interna –la de contener las partes del self—depende inicialmente de la introyeccíon de un objeto externo, el cual debe ser vivenciado a su vez como capaz de cumplir esa función. Más adelante, la identificación con esta función del objeto reemplaza al estado de no integración y da origen a la fantasía del espacio interno y del espacio externo.Sólo entonces se da el marco necesario para que puedan comenzar a actuar la disociación (splitting) primaria y la idealización del self y del objeto que describe Melanie Klein. Hasta que no se hayan introyectado las funciones de contención, es imposible que aparezca el concepto de un espacio dentro del self. Y en este caso, la introyección, esto es, la construcción de un objeto en un espacio interno resulta menoscabada, por lo cual la identificación proyectiva continúa inevitablemente sin mengua y se ponen de manifiesto todas las confusiones relativas a la identidad.El estado de disociación (splitting) primitiva y la idealización del self y del objeto pueden comprenderse entonces como el resultado de este proceso previo de contención del self y del objeto dentro de sus respectivas “pieles”.Las fluctuaciones que se dan en este estado primitivo se ilustrarán mediante el material obtenido a través de la observación de niños muy pequeños, a fin de mostrar la diferencia que existe entre lano integración, tal como se da en una experiencia pasiva de desvalimiento total, y la desintegración producida por los procesos de disociación (splitting) que actúan como defensa activa al servicio del desarrollo.Nos encontramos pues, desde un punto de vista económico, frente a situaciones conducentes a ansiedades catastróficas dentro de un estado de no integración, que contrastan con las ansiedades persecutorias y depresivas de naturaleza más limitada y especifica.Parecería que, en el estado infantil no integrado, la necesidad de encontrar un objeto contenedor lleva a la frenética búsqueda de un objeto, sea este una luz, una voz, un olor, o algún otro objeto sensual que sea capaz de mantener la atención y, por lo tanto, susceptible de ser vivenciado por lo menos temporariamente, como algo que une las diversas partes de la personalidad.El objeto óptimo es el pezón dentro de la boca, junto con la madre que sostiene al bebé, le habla y de la cual emana un olor familiar.El material mostrará que este objeto que sirve como continente se vivencia concretamente como una piel. El desarrollo deficiente de esta función primitiva resulta de la inadecuación del objeto real o bien de los ataques fantaseados contra él, todo lo cual entorpece la proyección. Estos trastornos de la función pueden determinar la función de una “segunda piel”, mediante la cual la dependencia con respecto al objeto es reemplazada por una pseudo-independencia, y por el uso inadecuado de ciertas funciones mentales o quizás, de talentos innatos, utilizados ahora con el fin de crear un sustituto de esa función de contención que debía cumplir la piel. El material que sigue incluye algunos ejemplos de la formación de una “segunda piel”.
Material Clínico.
En esta breve comunicación, sólo puedo indicar los tipos de material clínico en que se basan estos hallazgos. Mi propósito actual es el de iniciar la exploración de este tema, con vistas a un examen más detallado en el futuro.
1. Observación de Bebés: Alice.
Un año de observación de una madre joven e inmadura y de su primer bebé demostraron que hubo, en las primeras doce semanas, una mejoría gradual de la función de ser “piel-continente”. A medida que la madre toleraba con mayor facilidad la intimidad con su hija, disminuía la necesidad de excitarla a fin de provocar en ella manifestaciones de vitalidad y, en consecuencia, los estados de no-integración de la niña se hicieron menos frecuentes.Dichos estados habían estado caracterizados por temblores, estornudos y movimientos desorganizados. Pero luego la familia se mudó a otra casa, aún no terminada, lo cual afectó seriamente la capacidad “contenedora” de la madre y la llevó a apartarse de su hija.Comenzó entonces a darle de comer mientras miraba la televisión, o bien por la noche, en la oscuridad y sin tenerla en los brazos. Como resultado, la niña sufrió una verdadera inundación de trastornos somáticos y un aumento de los estados de no-integración.Por esa época una enfermedad del padre empeoró aún más la situación, y la madre tuvo que volver a trabajar. Comenzó entonces a imponer a la niña una pseudo-independencia, obligándola a sentarse en el orinal e introduciendo un andador durante el día, al tiempo que se negaba a responder a su llanto durante la noche.Reapareció en la madre, además, la tendencia previa a estimular en la niña actitudes agresivas que provocaba y admiraba. A los seis meses y medio, su hija era una criatura hiperactiva y agresiva, a quien la madre llamaba “boxeadora” por su hábito de golpear a la gente en la cara. Vemos aquí la formación de un tipo muscular de contención del self; la formación de una “segunda piel” que tomará el lugar del continente-piel adecuado.
2. Análisis de una Niña Esquizofrénica: Mary.
Algunos años de análisis, que la niña inició cuando tenía tres años y medio, nos permitieron reconstruir en este caso los estados mentales reflejados en la historia de su trastorno infantil. Los hechos son los siguientes:Nació de un parto difícil, se prendió del pezón desde el comienzo, pero era perezosa para succionar. Tuvo suplemento de mamadera a las tres semanas, pero siguió mamando hasta los once meses. Un eczema infantil a los cuatro meses la obligó a rascarse hasta sangrar. Se aferraba extremadamente a la madre, mostraba gran intolerancia para esperar la comida y su desarrollo parecía atrasado y atípico en todas las áreas.En el curso del análisis, se manifestó desde el comienzo una seria intolerancia frente a las separaciones, a través del destrozo sistemático de todo el material tras de las primeras vacaciones. Se pudo observar y estudiar la dependencia total con respecto al contacto inmediato, a través de las características de no-integración que tenían sus posturas y su motilidad, por un lado, y su pensamiento y modo de comunicación, por el otro.Todo ello se manifestaba al comienzo de cada sesión, mejoraba durante el transcurso de la misma y reaparecía cuando llegaba el momento departir. En efecto, entraba a lahabitación encorvada, rígida y grotesca, como una “bolsa de papas”, tal como ella se describió a sí misma más tarde, que emitía un explosivo “Ssbick”, en lugar de un “Buenos días, señora Bick”.Esta bolsa de papas parecía estar en constante peligro de diseminar su contenido debido, en parte, a que la niña se pellizcaba constantemente la piel, la cual representaba la “bolsa” de piel del objeto que contenía las partes de sí misma, esto es, las “papas” (identificación proyectiva).El que dejara de caminar encorvada y pudiera mantenerse erguida y, asimismo disminuyera la intensidad de su dependencia total, se logró más bien mediante la formación de una segunda piel basada en su propia muscularidad que mediante la identificación con un objeto que sirviera de continente.
3. Análisis de un Paciente Neurótico Adulto.
En este caso se pudo estudiar la alternancia de dos tipos de vivencia que el paciente tenía de su self: la de ser una “bolsa de manzanas”, y la de ser un “hipopótamo”. Las dos vivencias se hallaban en relación con la cualidad con la que eran vividos el contacto y la experiencia de separación en la transferencia.Ambas estaban vinculadas con trastornos en la alimentación. En el estado correspondiente a la “bolsa de manzanas”, el paciente se mostraba susceptible, vanidoso, necesitado de atención y elogios constantes, fácilmente lastimable, y siempre a la espera de una catástrofe, tal como la de sufrir un colapso cuando se levantara del diván.En el estado de “hipopótamo”, el paciente era agresivo, tiránico, hiriente e inflexible en cuanto a hacer las cosas a su manera. Ambos estados estaban relacionados con la organización que había tenido la “segunda piel”, dominada por la identificación proyectiva. La piel de “hipopótamo” y la “bolsa” reflejaban la piel del objeto dentro del cual el paciente existía, mientras que las manzanas dentro de la bolsa de piel, delicadas y fáciles de magullar, representaban el estado de las partes de su self ubicadas dentro de ese objeto insensible.
4. Análisis de una Niña: Jill.A
Comienzos del análisis de una niña de cinco años, cuyo período de lactancia estuvo caracterizado por la anorexia, surgieron problemas relativos a la piel-continente. Por ejemplo, durante sus primeras vacaciones analíticas le exigía constantemente a la madre que le pusiera ropa ajustada y le atara fuertemente los cordones de los zapatos. El material posterior puso de manifiesto una intensa ansiedad y la necesidad de distinguirse de los juguetes y las muñecas, con respecto a los cuales decía: “Los juguetes no son como nosotros; se rompen en pedazos y no se arreglan. No tienen piel. Nosotros tenemos piel”.Resumen1. En todos los pacientes con trastornos en la formación de una primera piel, la reconstrucción analítica revela serios conflictos ocurridos durante el período de la lactancia, aunque los padres no siempre hayan podido observarlos.2. Dichos trastornos determinan una fragilidad general en las integraciones y organizaciones posteriores.3. Esta se manifiesta a través de estados de no-integración, distintos de los estados de regresión, y que incluye los tipos más básicos de no-integración, parcial o total del cuerpo, la postura, la motilidad y las funciones mentales correspondientes, en particular la comunicación.4. El fenómeno de una “segunda piel” que reemplaza a la integración de tipo primera piel, se manifiesta como una especie parcial o torradle caparazón muscular o una muscularidad verbal correspondiente.5. La investigación analítica del fenómeno de la formación de la “segunda piel” tiende a provocar estados transitorios de no-integración.6. Sólo un análisis que persevera hasta lograr una elaboración cabal de la dependencia primaria con respecto al objeto materno puede fortalecer esta fragilidad subyacente.7. Es necesario señalar que la función del continente de la situación analítica radica especialmente en su marco y, por lo tanto, constituye un área donde la firmeza de la técnica resulta esencial.·
* Publicado en el International Journal of Psychoanalysis, 1968, XLIX, 2-3.·
** Dirección: Flat 4, 36 Compayne Gardens, N.W. 6. Londres, Inglaterra.
Identificación Adhesiva (artículo técnico)
Identificación adhesiva o adhesión por Susana Bidolsky
DEFINICIÓN
Término que designa un tipo de identificación narcisista forjado en el marco de los desarrollos poskleinianos. La identificación adhesiva se relaciona con los fenómenos de imitación que toman en consideración elementos formales y superficiales de los objetos. El funcionamiento mental opera allí en la bidimensionalidad (Meltzer, 1979).
1) Se relaciona con dificultades en la constitución de la fantasía de un espacio interno o mental, y de su equivalente en los objetos, que carecerían así de interioridad.
2) Se relaciona con la construcción de un objeto continente de las distintas experiencias con un objeto, registrado sensorialmente, tomándose como modelo las experiencias de la piel tanto en su función de registro como de límite.
3) Se relaciona tanto con un momento en la constitución psíquica del espacio interno (dimensión evolutiva) como con una modalidad defensiva ante estados de desmembramiento (ansiedades catastróficas) o desmantelamiento pasivo ante el fracaso de la función continente del objeto.
4) Se refiere a las experiencias de pasaje del plano senso-perceptivo (biológico) al psicológico. La identificación adhesiva se ubica en el origen del funcionamiento mental y en la construcción de la organización narcisista.
ORIGEN DEL CONCEPTO
Según D. Meltzer (1974) el proceso de identificación adhesiva fue trabajado separadamente por él y por Esther Bick a partir de 1960.
Bick trabajaba en la observación de lactantes y con niños psicóticos, en tanto que Meltzer lo hacía con niños autistas.
Estos trabajos los llevaron a desarrollar la hipótesis de que, antes de la disociación propia de la posición esquizo-paranoide descripta por Melanie Klein o simultáneamente con ella, era necesaria la identificación con un objeto continente que mantuviera unidas las distintas experiencias del self. La identificación con esa función de contención permitiría los posteriores procesos de integración. Para Bick (1968) ésta sería la función primaria de la piel y de los objetos primitivos en la etapa en que no hay aún diferenciación entre los aspectos primitivos de la personalidad y las partes del cuerpo.
La identificación adhesiva haría frente a las ansiedades catastróficas, más primitivas que las persecutorias y depresivas descriptas por Klein.
DESARROLLO DEL CONCEPTO
Los desarrollos de Bick y Meltzer se centraron en las experiencias propias de las primeras semanas de vida posnatal. En esa línea, entroncan con los trabajos de M. Mahler con niños normales y psicóticos. Esta autora postula una etapa de autismo normal que también es retomada por Francis Tustin (1987) en sus trabajos sobre autismo y psicosis en los niños: "[...] las habilidades adquiridas con 'objetos-sensación' que no han sido reconocidos como separados del cuerpo sirven de ayuda en el uso posterior de objetos que son reconocidos como 'no-yo'. Su función es sostener al niño en las adaptaciones necesarias en el estadio en que los objetos 'no-yo' van apareciendo". Este estadio en que la madre es aún "experimentada como un 'objeto-sensación', ha sido denominado autismo primario normal".
En relación con este estadio Mahler (1977) dice: "Conceptualizando metafóricamente el estado del sensorio, hemos aplicado a las primeras semanas de vida el término autismo normal, pues en este estadio el infante parece hallarse en una situación de desorientación alucinatoria primitiva, en la cual la satisfacción de necesidades perece pertenecer a su propia órbita ' incondicionada', omnipotente y autística". En esta fase, los "aparatos de autonomía primaria obedecen a las reglas de la organización cenestésica del sistema nervioso central: la reacción a cualquier estímulo que sobrepase el umbral de recepción es global, difusa, sincrética". Basándose en estas ideas, José Bleger (1978) formuló la hipótesis de una posición glischro-cárica anterior a la esquizo-paranoide kleiniana, que poseería estas características de sincretismo. En ella describe un objeto característico que llamó "objeto aglutinado".
Bick identifica esa primera etapa con lo que llamó "posición adhesiva" a la manera de las posiciones kleinianas esquizo-paranoide y depresiva, a la que regresaríamos cada vez que atravesáramos una etapa crítica en nuestra vida. Esta regresión actualizaría fenómenos de "pegarse" y "adherirse". Diferencia estas experiencias de las de "ser tenido en el interior de la madre" propio de las fantasías ligadas a la operatoria de la identificación proyectiva, correlativas de la existencia de una interioridad tanto del objeto como del sí mismo. Los fenómenos de adhesividad estarían más acá de la constitución de una "piel psíquica". Es interesante la idea de que puede transitoriamente volverse a esas experiencias de indiferenciación aun en pacientes neuróticos que, al decir de Tustin, conservan "bolsillos de autismo", que es necesario alcanzar en los tratamientos psicoanalíticos para asegurar su equilibrio psíquico.
De las investigaciones llevadas a cabo en niños autistas deriva la concepción de una "identidad adhesiva" que sería prevalente en el autismo infantil patológico, pero que en el desarrollo normal alternaría con otro tipo de identificaciones tanto proyectivas como introyectivas recuperables transferencialmente (Bick, Meltzer).
En sus estudios sobre autismo, Meltzer describe una organización narcisista de la personalidad que funciona con una construcción psíquica bidimensional del espacio y una noción circular del tiempo. En ese modo de organizar el mundo opera la identificación adhesiva.
Las teorizaciones de Bick y Meltzer se fundamentan en ideas bionianas acerca de un funcionamiento protomental en el que no operan investiduras sino tropismos positivos o negativos al modo del orden biológico. Bion se refirió a ello como Grupo de Supuesto Básico, del cual describió tres. La identificación adhesiva estaría vinculada al Supuesto Básico de Dependencia. Cabe aclarar que identificación adhesiva no es un término utilizado por Bion.
También D. Anzieu (1986) hizo referencia a los mismos fenómenos clínicos en sus trabajos sobre "el Yo-piel".
Sin embargo, no podemos cerrar esta reseña sin señalar que se trata de un concepto que tendría su referencia primera en la concepción freudiana del yo como proyección de una superficie, ligada entonces a la constitución misma de una representación cerrada de "sí mismo". "El yo es ante todo un yo corporal, no es solamente un ser de superficie, sino que él mismo es la proyección de una superficie. [...] El yo deriva, en último término, de sensaciones corporales, principalmente de las que se originan en la superficie del cuerpo" (Freud, 1923). Recordemos que el primer tiempo de la constitución psíquica se refiere a la apertura de las zonas erógenas, zonas de intercambio con el objeto, tiempo del autoerotismo, en que no hay diferenciación entre el yo y el no-yo. Ese "nuevo acto psíquico" que establece una continuidad entre las distintas zonas erógenas determinadas biológicamente, ¿sería la identificación adhesiva?
BIBLIOGRAFÍA
Anzieu, D.: Le Moi-peau, París, Dunod, 1986.
Bick, E.: "The experience of the skin in early object relations", International Journal of Psychoanalysis, 1968.
Bion, W.: Recherches sur les petits groups, París. PUF, 1965.
Bleger, J.: Simbiosis y ambigüedad, Buenos Aires, Paidós, 1978.
Freud, S.: El yo y el ello, A. E., tomo XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 1976.
Haag, G.: "Identification Adhesive, Identite Adhesive, Adhesivite",
Hinshelwood, R. D.: Diccionario del pensamiento kleiniano, Buenos Aires, Amorrortu, 1992.
Laplanche, J. y Pontalis, J.-B.: Diccionario de psicoanálisis, Barcelona, Labor, 1981.
Mahler, M. y otros: El nacimiento psicológico del infante humano, Buenos Aires, Maynar, 1977.
Meltzer, D.: "Identificación Adhesiva", en D. Meltzer y otros, Exploración del autismo, Buenos Aires, Paidós, 1979.
Tustin, F.: Estados autísticos en los niños, Buenos Aires, Paidós, 1987.
DEFINICIÓN
Término que designa un tipo de identificación narcisista forjado en el marco de los desarrollos poskleinianos. La identificación adhesiva se relaciona con los fenómenos de imitación que toman en consideración elementos formales y superficiales de los objetos. El funcionamiento mental opera allí en la bidimensionalidad (Meltzer, 1979).
1) Se relaciona con dificultades en la constitución de la fantasía de un espacio interno o mental, y de su equivalente en los objetos, que carecerían así de interioridad.
2) Se relaciona con la construcción de un objeto continente de las distintas experiencias con un objeto, registrado sensorialmente, tomándose como modelo las experiencias de la piel tanto en su función de registro como de límite.
3) Se relaciona tanto con un momento en la constitución psíquica del espacio interno (dimensión evolutiva) como con una modalidad defensiva ante estados de desmembramiento (ansiedades catastróficas) o desmantelamiento pasivo ante el fracaso de la función continente del objeto.
4) Se refiere a las experiencias de pasaje del plano senso-perceptivo (biológico) al psicológico. La identificación adhesiva se ubica en el origen del funcionamiento mental y en la construcción de la organización narcisista.
ORIGEN DEL CONCEPTO
Según D. Meltzer (1974) el proceso de identificación adhesiva fue trabajado separadamente por él y por Esther Bick a partir de 1960.
Bick trabajaba en la observación de lactantes y con niños psicóticos, en tanto que Meltzer lo hacía con niños autistas.
Estos trabajos los llevaron a desarrollar la hipótesis de que, antes de la disociación propia de la posición esquizo-paranoide descripta por Melanie Klein o simultáneamente con ella, era necesaria la identificación con un objeto continente que mantuviera unidas las distintas experiencias del self. La identificación con esa función de contención permitiría los posteriores procesos de integración. Para Bick (1968) ésta sería la función primaria de la piel y de los objetos primitivos en la etapa en que no hay aún diferenciación entre los aspectos primitivos de la personalidad y las partes del cuerpo.
La identificación adhesiva haría frente a las ansiedades catastróficas, más primitivas que las persecutorias y depresivas descriptas por Klein.
DESARROLLO DEL CONCEPTO
Los desarrollos de Bick y Meltzer se centraron en las experiencias propias de las primeras semanas de vida posnatal. En esa línea, entroncan con los trabajos de M. Mahler con niños normales y psicóticos. Esta autora postula una etapa de autismo normal que también es retomada por Francis Tustin (1987) en sus trabajos sobre autismo y psicosis en los niños: "[...] las habilidades adquiridas con 'objetos-sensación' que no han sido reconocidos como separados del cuerpo sirven de ayuda en el uso posterior de objetos que son reconocidos como 'no-yo'. Su función es sostener al niño en las adaptaciones necesarias en el estadio en que los objetos 'no-yo' van apareciendo". Este estadio en que la madre es aún "experimentada como un 'objeto-sensación', ha sido denominado autismo primario normal".
En relación con este estadio Mahler (1977) dice: "Conceptualizando metafóricamente el estado del sensorio, hemos aplicado a las primeras semanas de vida el término autismo normal, pues en este estadio el infante parece hallarse en una situación de desorientación alucinatoria primitiva, en la cual la satisfacción de necesidades perece pertenecer a su propia órbita ' incondicionada', omnipotente y autística". En esta fase, los "aparatos de autonomía primaria obedecen a las reglas de la organización cenestésica del sistema nervioso central: la reacción a cualquier estímulo que sobrepase el umbral de recepción es global, difusa, sincrética". Basándose en estas ideas, José Bleger (1978) formuló la hipótesis de una posición glischro-cárica anterior a la esquizo-paranoide kleiniana, que poseería estas características de sincretismo. En ella describe un objeto característico que llamó "objeto aglutinado".
Bick identifica esa primera etapa con lo que llamó "posición adhesiva" a la manera de las posiciones kleinianas esquizo-paranoide y depresiva, a la que regresaríamos cada vez que atravesáramos una etapa crítica en nuestra vida. Esta regresión actualizaría fenómenos de "pegarse" y "adherirse". Diferencia estas experiencias de las de "ser tenido en el interior de la madre" propio de las fantasías ligadas a la operatoria de la identificación proyectiva, correlativas de la existencia de una interioridad tanto del objeto como del sí mismo. Los fenómenos de adhesividad estarían más acá de la constitución de una "piel psíquica". Es interesante la idea de que puede transitoriamente volverse a esas experiencias de indiferenciación aun en pacientes neuróticos que, al decir de Tustin, conservan "bolsillos de autismo", que es necesario alcanzar en los tratamientos psicoanalíticos para asegurar su equilibrio psíquico.
De las investigaciones llevadas a cabo en niños autistas deriva la concepción de una "identidad adhesiva" que sería prevalente en el autismo infantil patológico, pero que en el desarrollo normal alternaría con otro tipo de identificaciones tanto proyectivas como introyectivas recuperables transferencialmente (Bick, Meltzer).
En sus estudios sobre autismo, Meltzer describe una organización narcisista de la personalidad que funciona con una construcción psíquica bidimensional del espacio y una noción circular del tiempo. En ese modo de organizar el mundo opera la identificación adhesiva.
Las teorizaciones de Bick y Meltzer se fundamentan en ideas bionianas acerca de un funcionamiento protomental en el que no operan investiduras sino tropismos positivos o negativos al modo del orden biológico. Bion se refirió a ello como Grupo de Supuesto Básico, del cual describió tres. La identificación adhesiva estaría vinculada al Supuesto Básico de Dependencia. Cabe aclarar que identificación adhesiva no es un término utilizado por Bion.
También D. Anzieu (1986) hizo referencia a los mismos fenómenos clínicos en sus trabajos sobre "el Yo-piel".
Sin embargo, no podemos cerrar esta reseña sin señalar que se trata de un concepto que tendría su referencia primera en la concepción freudiana del yo como proyección de una superficie, ligada entonces a la constitución misma de una representación cerrada de "sí mismo". "El yo es ante todo un yo corporal, no es solamente un ser de superficie, sino que él mismo es la proyección de una superficie. [...] El yo deriva, en último término, de sensaciones corporales, principalmente de las que se originan en la superficie del cuerpo" (Freud, 1923). Recordemos que el primer tiempo de la constitución psíquica se refiere a la apertura de las zonas erógenas, zonas de intercambio con el objeto, tiempo del autoerotismo, en que no hay diferenciación entre el yo y el no-yo. Ese "nuevo acto psíquico" que establece una continuidad entre las distintas zonas erógenas determinadas biológicamente, ¿sería la identificación adhesiva?
BIBLIOGRAFÍA
Anzieu, D.: Le Moi-peau, París, Dunod, 1986.
Bick, E.: "The experience of the skin in early object relations", International Journal of Psychoanalysis, 1968.
Bion, W.: Recherches sur les petits groups, París. PUF, 1965.
Bleger, J.: Simbiosis y ambigüedad, Buenos Aires, Paidós, 1978.
Freud, S.: El yo y el ello, A. E., tomo XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 1976.
Haag, G.: "Identification Adhesive, Identite Adhesive, Adhesivite",
Hinshelwood, R. D.: Diccionario del pensamiento kleiniano, Buenos Aires, Amorrortu, 1992.
Laplanche, J. y Pontalis, J.-B.: Diccionario de psicoanálisis, Barcelona, Labor, 1981.
Mahler, M. y otros: El nacimiento psicológico del infante humano, Buenos Aires, Maynar, 1977.
Meltzer, D.: "Identificación Adhesiva", en D. Meltzer y otros, Exploración del autismo, Buenos Aires, Paidós, 1979.
Tustin, F.: Estados autísticos en los niños, Buenos Aires, Paidós, 1987.
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Revista "Psicoanálisis: Ayer y Hoy"
martes, 15 de julio de 2008
Meteoro
Navegando, continuamos el camino hacia el interior, la anábasis, esa expedición hacia el interior del discípulo de Sócrates, Jenofonte, en su relato de La Marcha de los Diez Mil. Y de viajes y exploraciones estamos en un momento previo a la fuga estival, una época de regresiones donde los comportamientos propios de épocas anteriores son buscadas para liberar ese Yo niño que comentaba Eric Berne en su particular visión del Modelo Estructural de Freud. Para este autor, fundador del Análisis Transaccional, un tipo de psicoterapia dinámica en el que se integran tres instancias en las funciones del yo, el yo niño (digamos, equivalente al Ello); el yo padre (el Superyo) y el yo adulto (el yo) tienen un interjuego dinámico que van actuando en función del contexto. Por tanto cuando una persona se dirige desvalida a otro a pedir socorro estaría comunicándose con su yo niño pero también puede ir creciendo en esa relación terapéutica hacia un yo adulto, en ese crecimiento va desarrollando nuevas funciones a su yo y se va dando un razonable crecimiento y la pertinente madurez emocional que apaga la tempestad de la psicopatología.
El tratamiento psicoterápico suele acompañar a cambios profundos en la vida y personalidad de la persona interesada en cambiar, nótese aquí que debe estar interesada, como acostumbra a suceder en muchos contextos en los que el consultante solicita ayuda libremente, esto hace falta anotarlo ya que adolescentes, niños y personas en prisiones no tienen esa libertad. Por tanto, si seguimos con Eric Berne, su yo, está comunicando desde el yo niño y por tanto está en situación de desvalimiento.
También es posible que durante un tratamiento psicoterápico intenso y profundo se de una cierta regresión como parte del proceso, véase los trabajos de Donald Woods Winnicott quien consideraba que la regresión formaba parte del proceso de la conducción de la cura. Margaret Little escribió su experiencia personal con este analista recientemente destapado. En estos momentos de regresión el terapeuta debe estar firme, dejándose “usar” y manteniéndose indemne ante lo que pueda pasar. No es este el espacio propicio para comentar esos entresijos pero en todo caso hay que guardar una actitud profesional insoslayable, siempre.
La trasferencia es el pilar del psicoanálisis, se trata de lo que se repite en la situación analítica, en el marco y en la persona del analista, entre el analista y el analizado. Dicha situación tiene vestigios de épocas y escenas remotas que tiñeron el fuero interno de la persona que pide ayuda y que, de alguna forma, han bloqueado sus recuerdos y su manera de vivir, entre otras razones que ocupan millones de páginas, ésta es una de las más hermosas explicaciones por las que este trabajo, es diferente y significativamente distinto de otro encuentro de salud mental. El “teatro privado” de la trasferencia consiste en aquella gramática de la fantasía del paciente que ha ido construyendo el lenguaje de sus sueños, de sus emociones, sus vínculos y sus pensamientos. A través de esa relación y el análisis delicado (destacar esta palabra aquí), puede servirse el paciente de la ayuda del terapeuta para poder salir, poco a poco de semejantes ataduras y poder vivir ese “nuevo comienzo”, tal y como gustaba decir a Michael Balint.
El tratamiento psicoterápico suele acompañar a cambios profundos en la vida y personalidad de la persona interesada en cambiar, nótese aquí que debe estar interesada, como acostumbra a suceder en muchos contextos en los que el consultante solicita ayuda libremente, esto hace falta anotarlo ya que adolescentes, niños y personas en prisiones no tienen esa libertad. Por tanto, si seguimos con Eric Berne, su yo, está comunicando desde el yo niño y por tanto está en situación de desvalimiento.
También es posible que durante un tratamiento psicoterápico intenso y profundo se de una cierta regresión como parte del proceso, véase los trabajos de Donald Woods Winnicott quien consideraba que la regresión formaba parte del proceso de la conducción de la cura. Margaret Little escribió su experiencia personal con este analista recientemente destapado. En estos momentos de regresión el terapeuta debe estar firme, dejándose “usar” y manteniéndose indemne ante lo que pueda pasar. No es este el espacio propicio para comentar esos entresijos pero en todo caso hay que guardar una actitud profesional insoslayable, siempre.
La trasferencia es el pilar del psicoanálisis, se trata de lo que se repite en la situación analítica, en el marco y en la persona del analista, entre el analista y el analizado. Dicha situación tiene vestigios de épocas y escenas remotas que tiñeron el fuero interno de la persona que pide ayuda y que, de alguna forma, han bloqueado sus recuerdos y su manera de vivir, entre otras razones que ocupan millones de páginas, ésta es una de las más hermosas explicaciones por las que este trabajo, es diferente y significativamente distinto de otro encuentro de salud mental. El “teatro privado” de la trasferencia consiste en aquella gramática de la fantasía del paciente que ha ido construyendo el lenguaje de sus sueños, de sus emociones, sus vínculos y sus pensamientos. A través de esa relación y el análisis delicado (destacar esta palabra aquí), puede servirse el paciente de la ayuda del terapeuta para poder salir, poco a poco de semejantes ataduras y poder vivir ese “nuevo comienzo”, tal y como gustaba decir a Michael Balint.
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Psicoanálisis,
Psicoterapia,
Rodrigo Córdoba Sanz,
Trasferencia
lunes, 14 de julio de 2008
Estelas de lo Profundo
Quizás navegar en el ignoto terreno de lo emocional causa desazón, en ocasiones esto vuelca el barco, desmorona, casi desconyunta. Navegar en un tratamiento psicoterápico supone confiar en un capitán de un navío destino a las profundidades de la más hermosa sima, el territorio oculto donde sentimos, pensamos, recordamos y construimos la realidad, las relaciones y el amor que nos conecta con nosotros, con el mundo y con los demás. Jung, un genial autor que tuvo el mal gusto de pensar distinto que Freud, habló del “estar para dentro” (introversión) y del carácter social, tal y como dice Erich Fromm para referirse a un subtipo de la extroversión, quizás a ese falso self winnicottiano relacionado con lo que esperan de nosotros en el momento en que se estima necesario.
Pasamos la vida siendo lo que otros esperan que seamos, Winnicott decía que “el niño se ve a través de los ojos de la madre”, dado que esta metáfora vale para la eternidad, nuestro self, a modo especular se construye en relación a nuestros objetos-self, como dice Kohut. Y así navegamos, rumbo a nuestro interior, acompañados por otro, un terapeuta, con nuestros miedos y desconfianzas, armados de valor, coraje y esfuerzo. Tesón, todo aquel necesario para doblegar la pereza y la resistencia al cambio, una tendencia al inmovilismo universal que cuesta de desmantelar. Así seguimos, acompañados, con otro que nos enseña ese territorio en el que hemos vivido pero que jamás habíamos podido ver iluminado y apreciar todos sus preciosos matices.
Desde luego que conocer tiene un valor, el “insight” es terapéutico por sí mismo pero quizás tiene más valor, si cabe, el vínculo recíproco, ese campo interactivo de fuerzas en juego, ese “juego refinado”, donde divirtiéndose podemos ir desvelando los entresijos de un espacio subjetivo e intersubjetivo. Es en esta segunda área donde procuramos intervenir de manera activa, a veces desde el silencio del experto, que acostumbra a revelar más datos que la maníaca retahíla de preguntas.
Este trabajo es hermoso porque permite a dos personas conocerse de verdad, al menos conectar de verdad, se trata de una relación de confianza, basada en la comunicación, el descubrimiento y el amor a la verdad. Para ello es necesario el respeto y el gusto por conocer y tolerar ciertos niveles de ansiedad. Por esto es imprescindible hacer una previa valoración de la persona en un psicodiagnóstico o entrevistas preliminares para hacer una detallada imagen de la estructura caracterial del entrevistado y de esa forma poder manejar los niveles en un estado óptimo respetando las áreas de conflicto y favoreciendo las libres de problemas (Balint). Esta labor resulta un trabajo de relojería, fina, delicada y meticulosa, cuanto más se conoce al otro, mayor es el nivel de ajuste, de ensamblaje y es allí donde la capacidad de jugar ya se ha ido desarrollando. Respetemos siempre los tiempos de cada uno de los consultantes.
La labor de la psicoterapia es probablemente, cuando se hace con pasión y cabeza, por las dos partes, el proceso más hermoso y reparador que se conoce, además, con unas condiciones no demasiado exigentes que distan de los criterios de analizabilidad (para personas inexistentes en la vida real), el tratamiento puede resultar atractivo, interesante, bello y poético, no entiendo este trabajo, científico, sin dejar que el consultante a través de la palabra hablada cree una nueva realidad que habitar.
Pasamos la vida siendo lo que otros esperan que seamos, Winnicott decía que “el niño se ve a través de los ojos de la madre”, dado que esta metáfora vale para la eternidad, nuestro self, a modo especular se construye en relación a nuestros objetos-self, como dice Kohut. Y así navegamos, rumbo a nuestro interior, acompañados por otro, un terapeuta, con nuestros miedos y desconfianzas, armados de valor, coraje y esfuerzo. Tesón, todo aquel necesario para doblegar la pereza y la resistencia al cambio, una tendencia al inmovilismo universal que cuesta de desmantelar. Así seguimos, acompañados, con otro que nos enseña ese territorio en el que hemos vivido pero que jamás habíamos podido ver iluminado y apreciar todos sus preciosos matices.
Desde luego que conocer tiene un valor, el “insight” es terapéutico por sí mismo pero quizás tiene más valor, si cabe, el vínculo recíproco, ese campo interactivo de fuerzas en juego, ese “juego refinado”, donde divirtiéndose podemos ir desvelando los entresijos de un espacio subjetivo e intersubjetivo. Es en esta segunda área donde procuramos intervenir de manera activa, a veces desde el silencio del experto, que acostumbra a revelar más datos que la maníaca retahíla de preguntas.
Este trabajo es hermoso porque permite a dos personas conocerse de verdad, al menos conectar de verdad, se trata de una relación de confianza, basada en la comunicación, el descubrimiento y el amor a la verdad. Para ello es necesario el respeto y el gusto por conocer y tolerar ciertos niveles de ansiedad. Por esto es imprescindible hacer una previa valoración de la persona en un psicodiagnóstico o entrevistas preliminares para hacer una detallada imagen de la estructura caracterial del entrevistado y de esa forma poder manejar los niveles en un estado óptimo respetando las áreas de conflicto y favoreciendo las libres de problemas (Balint). Esta labor resulta un trabajo de relojería, fina, delicada y meticulosa, cuanto más se conoce al otro, mayor es el nivel de ajuste, de ensamblaje y es allí donde la capacidad de jugar ya se ha ido desarrollando. Respetemos siempre los tiempos de cada uno de los consultantes.
La labor de la psicoterapia es probablemente, cuando se hace con pasión y cabeza, por las dos partes, el proceso más hermoso y reparador que se conoce, además, con unas condiciones no demasiado exigentes que distan de los criterios de analizabilidad (para personas inexistentes en la vida real), el tratamiento puede resultar atractivo, interesante, bello y poético, no entiendo este trabajo, científico, sin dejar que el consultante a través de la palabra hablada cree una nueva realidad que habitar.
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Rodrigo Córdoba Sanz
domingo, 13 de julio de 2008
Niveles de Psicoterapia
NIVELES DE PSICOTERAPIA
Niveles de Cawley
Superficial (apoyo y orientación)
Una escucha comprensiva puede aliviar los problemas.
Hablar abiertamente de los sentimientos dentro de una relación de apoyo.
Intermedio
c. Discusión de los problemas actuales sin que la persona que dispensa la ayuda emita ningún juicio.
d. Clarificación de los problemas, su naturaleza y sus orígenes, en el contexto de una relación a nivel más profundo.
e. Confrontar las defensas.
Más profundo
f. Interpretación de los motivos inconscientes y los fenómenos transferenciales.
g. Repetición, rememoración y reconstrucción del pasado.
h. Regresión a funcionamientos menos adultos y lógicos.
i. Resolución de conflictos mediante su reexperienciación y elaboración dentro de la relación terapéutica.
1. Niveles Superficiales
La psicoterapia de apoyo es el término dado a la forma más común de psicoterapia practicada tanto en medicina como en psiquiatría general. Su principal objetivo (Hobbs, 1996) es restaurar y mantener el statu quo en dos grupos diferentes de pacientes: el primero engloba aquellos que pasan por una situación de crisis (divorcio, duelo, pérdida de puesto de trabajo, dificultades académicas); el segundo grupo comprende comprende a los pacientes con severos déficits, tanto emocionales como interpersonales, debidos a patologías severas del espectro psicótico, por citar al ubicuo Winnicott, para los casos de psicosis y tendencias antisociales, este autor no hablaba de psicoanálisis sino de “Conducción de la Cura” y “Case-Management”.
La terapia de apoy, según Colmes (1995) incluye: sostén y contención, un terapeuta activo y preparado, un reforzamiento positivo, trababar activamente en las defensas, ayudar a que el paciente no se sienta sobrepasado por los problemas, y un uso prudente de la transferencia y de la contratransferencia. El sostén y la contención implican una capacidad de no hacer nada, simplemente, “estar con” el paciente (Wolf, 1971) o, durante las crisis, hablar por teléfono y ofrecer visitas de urgencia si se considera apropiado.
Sobre este tipo de intervenciones decir que se está trabajando mucho y reformulándose este “no trabajar en profundidad”, para trabajar de otra forma, de tal manera que no se ataque a las defensas, para así mantener el equilibrio estructural y al mismo tiempo perfeccionar una serie de técnicas y marco terapéutico donde poder proporcionar el espacio de crecimiento: Kernberg y su “Análisis del self”, con su alusión al objeto-self; Winnicott con su concepto de Marco terapéutico como ambiente proveedor de ese medio ambiente del que se ha visto deprivado el paciente que presenta una patología grave son dos de las muchas y modernas teorizaciones para diseñar tratamientos específicos que permitan desarrollar un “insight” cuando esto no es lo buscado en este plano de psicoterapia.
La Orientación es el nombre que se da a otra forma de psicoterapia dentro de este nivel más superficial y que ha tenido un desarrollo rápido como método de ayuda para unos pacientes determinados.
Rowland (1993) ha definido la orientación como “un trabajo ético en el cual el consejero forma una alianza terapéutica con el paciente y usa una serie de capacidades para facilitarle la resolución de sus problemas”. El componente psicoterapéutico más importante se sitúa, generalmente, en el nivel superficial, donde pueden aflorar los problemas actuales y ser discutidos; ello proporciona recursos al paciente para llevar a cabo decisiones válidas y apropiadas.
La Psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers (1961), el pionero del “Movimiento del Encuentro” ha tenido una gran influencia en las técnicas de orientación no directivas.
Él y sus seguidores han demostrado que las terapias efectivas son aquellas que poseen tres características: empatía acertada (la cual pueden comunicar al paciente), calidez no posesiva (que acepta todo lo que el paciente muestra de sí mismo), y autenticidad (autoconocimiento y capacidad de ser sincero en la relación). Según Rogers el proceso terapéutico consiste, esencialmente, en que la relación pueda ser cada vez más franca dentro del intercambio terapéutico, logrando un aumento del conocimiento de sí mismo. La actividad del consejero es, sobre todo, reflejar lo que el paciente dice; incluso parafrasear sus palabras. Estos métodos parecen dar lugar, de manera especular, a una mayor aceptación del propio self la cual se expresa mediante una reducción de la discrepancia entre la percepción de lo que el paciente piensa que es y de la manera que le gustaría ser.
No hay duda de que el método de orientación de Rogers es psicoterapéutico en el sentido de que se basa en una relación de confianza, en la comunicación verbal, y en el intento de aumentar la comprensión. Pero hay que tener en cuenta que, en general, en la terapia de Rogers no se trabajan las defensas y no se interpretan procesos inconscientes como, por ejemplo, la transferencia; en otras palabras, no se lleva a cabo una exploración en profundidad a diferencia de lo que ocurre en las terapias analíticas.
2. Niveles Intermedios
En estos niveles, el terapeuta estimula en cierto grado los sentimientos positivos del paciente hacia él para que lo viva como una persona represetantiva a nivel imaginario, “como si”, en quien pueda confiar, pero evita la emergencia de sentimientos transferenciales más intensos, sean positivos o negativos; este darse cuenta e las defensas y las complejidades de la transferencia y contratransferencia, aún no ha llegando a gran profundidad, posibilita el que se trabaje con el paciente de manera más efectiva.
Balint (1957) coordinó unos grupos con médicos de atención primaria para atender a la forma de escucha de estos profesionales, de cómo escuchaban estos médicos a sus pacientes y a qué elementos prestaban atención. Finalmente, se dieron a conocer fenómenos interesantes, uno de ellos se trata de lo que Balint llamó la “función apostólica” del médico que consiste en que su lenguaje es aprendido por el paciente y así se desarrolla una cultura particular de la queja, el tratamiento y el diagnóstico. Las quejas que trae el paciente, generalmente físicas, pueden darse por válidas sin más o considerar que detrás de ellas hay un problema personal, ahora se sabe que hay un porcentaje altísimo en el que estos elementos humanos son poco sintonizados.
Balint le dio el nombre de “la medicina centrada en el paciente”, en contraste con “la medicina centrada en la enfermedad”, aquí lo importante es la experiencia personal del paciente y su relación con ese objeto parcial que es la enfermedad.
3. Niveles Profundos
La psicoterapia dinámica permite y favorece el pasar de nuevo en la transferencia por las experiencias primitivas perturbadoras. Esta repetición facilita la comprensión del origen de las mismas (Freud, 1912), y ello posibilita el poder explorar más profundamente los traumas y conflictos que están en la base de los síntomas; todo ello ayudado por las condiciones que permiten la regresión psicológica de poder ver al niño dentro del adulto. Las defensas, cuando son comprendidas, pueden ser trabajadas y modificadas, lo que capacita al paciente para funcionar de manera más flexible.
La comprensión que se busca es más emocional que intelectual: el insight ha de ser una experiencia emocional que afecte profundamente el punto de vista que una persona tiene sobre sí misma. Además, es necesaria la elaboración o working through para que el paciente pueda resolver sus conflictos y se establezca una manera nueva de conectar con su self y también sus relaciones, frente a las resistencias provenientes de las ansiedades y defensas persistentes.
Por tanto, no se limita al alivio del síntoma sino que promueve un cambio global del sentir, pensar, relacionarse y comportarse que requiere cierta tolerancia a la frustración y fortaleza del yo, de allí el moverse con delicadeza entre niveles. Persigue reintegrar los aspectos disociados y producir cambios en el funcionamiento de la personalidad, tanto en el área intrapsíquica como en la interpersonal, buscando como meta una mayor integración, madurez y realización personal.
Similitudes y diferencias entre psicoterapia de apoyo y psicoterapia profunda
Similitudes
Alivio de los problemas
Entrar en contacto con los sentimientos
Discusión de los problemas
Apoyo dentro del campo de la “alianza de trabajo”
Poder confiar respecto al tiempo y el lugar
Diferencias Psicoterapia de apoyo Psicoterapia profunda
Defensas se apoyan y refuerzan se trabajan y modifican
Ansiedad se mantiene al mínimo se busca el nivel óptimo
Transferencia se acepta y minimiza se fomenta, desvela y analiza
Regresión se frena se permite en la sesión
Relato/Sueños no se estimula son útiles
Consejos se dan si se consideran no se dan
necesarios
Medicación se ofrece si se considera ídem
necesaria
Véase: Introducción a la Psicoterapia. Manual de la teoría y técnica psicodinámicas. Anthony Bateman, Dennis Brown, Jonathan Pedder. Albesa, 2005. Barcelona.
Niveles de Cawley
Superficial (apoyo y orientación)
Una escucha comprensiva puede aliviar los problemas.
Hablar abiertamente de los sentimientos dentro de una relación de apoyo.
Intermedio
c. Discusión de los problemas actuales sin que la persona que dispensa la ayuda emita ningún juicio.
d. Clarificación de los problemas, su naturaleza y sus orígenes, en el contexto de una relación a nivel más profundo.
e. Confrontar las defensas.
Más profundo
f. Interpretación de los motivos inconscientes y los fenómenos transferenciales.
g. Repetición, rememoración y reconstrucción del pasado.
h. Regresión a funcionamientos menos adultos y lógicos.
i. Resolución de conflictos mediante su reexperienciación y elaboración dentro de la relación terapéutica.
1. Niveles Superficiales
La psicoterapia de apoyo es el término dado a la forma más común de psicoterapia practicada tanto en medicina como en psiquiatría general. Su principal objetivo (Hobbs, 1996) es restaurar y mantener el statu quo en dos grupos diferentes de pacientes: el primero engloba aquellos que pasan por una situación de crisis (divorcio, duelo, pérdida de puesto de trabajo, dificultades académicas); el segundo grupo comprende comprende a los pacientes con severos déficits, tanto emocionales como interpersonales, debidos a patologías severas del espectro psicótico, por citar al ubicuo Winnicott, para los casos de psicosis y tendencias antisociales, este autor no hablaba de psicoanálisis sino de “Conducción de la Cura” y “Case-Management”.
La terapia de apoy, según Colmes (1995) incluye: sostén y contención, un terapeuta activo y preparado, un reforzamiento positivo, trababar activamente en las defensas, ayudar a que el paciente no se sienta sobrepasado por los problemas, y un uso prudente de la transferencia y de la contratransferencia. El sostén y la contención implican una capacidad de no hacer nada, simplemente, “estar con” el paciente (Wolf, 1971) o, durante las crisis, hablar por teléfono y ofrecer visitas de urgencia si se considera apropiado.
Sobre este tipo de intervenciones decir que se está trabajando mucho y reformulándose este “no trabajar en profundidad”, para trabajar de otra forma, de tal manera que no se ataque a las defensas, para así mantener el equilibrio estructural y al mismo tiempo perfeccionar una serie de técnicas y marco terapéutico donde poder proporcionar el espacio de crecimiento: Kernberg y su “Análisis del self”, con su alusión al objeto-self; Winnicott con su concepto de Marco terapéutico como ambiente proveedor de ese medio ambiente del que se ha visto deprivado el paciente que presenta una patología grave son dos de las muchas y modernas teorizaciones para diseñar tratamientos específicos que permitan desarrollar un “insight” cuando esto no es lo buscado en este plano de psicoterapia.
La Orientación es el nombre que se da a otra forma de psicoterapia dentro de este nivel más superficial y que ha tenido un desarrollo rápido como método de ayuda para unos pacientes determinados.
Rowland (1993) ha definido la orientación como “un trabajo ético en el cual el consejero forma una alianza terapéutica con el paciente y usa una serie de capacidades para facilitarle la resolución de sus problemas”. El componente psicoterapéutico más importante se sitúa, generalmente, en el nivel superficial, donde pueden aflorar los problemas actuales y ser discutidos; ello proporciona recursos al paciente para llevar a cabo decisiones válidas y apropiadas.
La Psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers (1961), el pionero del “Movimiento del Encuentro” ha tenido una gran influencia en las técnicas de orientación no directivas.
Él y sus seguidores han demostrado que las terapias efectivas son aquellas que poseen tres características: empatía acertada (la cual pueden comunicar al paciente), calidez no posesiva (que acepta todo lo que el paciente muestra de sí mismo), y autenticidad (autoconocimiento y capacidad de ser sincero en la relación). Según Rogers el proceso terapéutico consiste, esencialmente, en que la relación pueda ser cada vez más franca dentro del intercambio terapéutico, logrando un aumento del conocimiento de sí mismo. La actividad del consejero es, sobre todo, reflejar lo que el paciente dice; incluso parafrasear sus palabras. Estos métodos parecen dar lugar, de manera especular, a una mayor aceptación del propio self la cual se expresa mediante una reducción de la discrepancia entre la percepción de lo que el paciente piensa que es y de la manera que le gustaría ser.
No hay duda de que el método de orientación de Rogers es psicoterapéutico en el sentido de que se basa en una relación de confianza, en la comunicación verbal, y en el intento de aumentar la comprensión. Pero hay que tener en cuenta que, en general, en la terapia de Rogers no se trabajan las defensas y no se interpretan procesos inconscientes como, por ejemplo, la transferencia; en otras palabras, no se lleva a cabo una exploración en profundidad a diferencia de lo que ocurre en las terapias analíticas.
2. Niveles Intermedios
En estos niveles, el terapeuta estimula en cierto grado los sentimientos positivos del paciente hacia él para que lo viva como una persona represetantiva a nivel imaginario, “como si”, en quien pueda confiar, pero evita la emergencia de sentimientos transferenciales más intensos, sean positivos o negativos; este darse cuenta e las defensas y las complejidades de la transferencia y contratransferencia, aún no ha llegando a gran profundidad, posibilita el que se trabaje con el paciente de manera más efectiva.
Balint (1957) coordinó unos grupos con médicos de atención primaria para atender a la forma de escucha de estos profesionales, de cómo escuchaban estos médicos a sus pacientes y a qué elementos prestaban atención. Finalmente, se dieron a conocer fenómenos interesantes, uno de ellos se trata de lo que Balint llamó la “función apostólica” del médico que consiste en que su lenguaje es aprendido por el paciente y así se desarrolla una cultura particular de la queja, el tratamiento y el diagnóstico. Las quejas que trae el paciente, generalmente físicas, pueden darse por válidas sin más o considerar que detrás de ellas hay un problema personal, ahora se sabe que hay un porcentaje altísimo en el que estos elementos humanos son poco sintonizados.
Balint le dio el nombre de “la medicina centrada en el paciente”, en contraste con “la medicina centrada en la enfermedad”, aquí lo importante es la experiencia personal del paciente y su relación con ese objeto parcial que es la enfermedad.
3. Niveles Profundos
La psicoterapia dinámica permite y favorece el pasar de nuevo en la transferencia por las experiencias primitivas perturbadoras. Esta repetición facilita la comprensión del origen de las mismas (Freud, 1912), y ello posibilita el poder explorar más profundamente los traumas y conflictos que están en la base de los síntomas; todo ello ayudado por las condiciones que permiten la regresión psicológica de poder ver al niño dentro del adulto. Las defensas, cuando son comprendidas, pueden ser trabajadas y modificadas, lo que capacita al paciente para funcionar de manera más flexible.
La comprensión que se busca es más emocional que intelectual: el insight ha de ser una experiencia emocional que afecte profundamente el punto de vista que una persona tiene sobre sí misma. Además, es necesaria la elaboración o working through para que el paciente pueda resolver sus conflictos y se establezca una manera nueva de conectar con su self y también sus relaciones, frente a las resistencias provenientes de las ansiedades y defensas persistentes.
Por tanto, no se limita al alivio del síntoma sino que promueve un cambio global del sentir, pensar, relacionarse y comportarse que requiere cierta tolerancia a la frustración y fortaleza del yo, de allí el moverse con delicadeza entre niveles. Persigue reintegrar los aspectos disociados y producir cambios en el funcionamiento de la personalidad, tanto en el área intrapsíquica como en la interpersonal, buscando como meta una mayor integración, madurez y realización personal.
Similitudes y diferencias entre psicoterapia de apoyo y psicoterapia profunda
Similitudes
Alivio de los problemas
Entrar en contacto con los sentimientos
Discusión de los problemas
Apoyo dentro del campo de la “alianza de trabajo”
Poder confiar respecto al tiempo y el lugar
Diferencias Psicoterapia de apoyo Psicoterapia profunda
Defensas se apoyan y refuerzan se trabajan y modifican
Ansiedad se mantiene al mínimo se busca el nivel óptimo
Transferencia se acepta y minimiza se fomenta, desvela y analiza
Regresión se frena se permite en la sesión
Relato/Sueños no se estimula son útiles
Consejos se dan si se consideran no se dan
necesarios
Medicación se ofrece si se considera ídem
necesaria
Véase: Introducción a la Psicoterapia. Manual de la teoría y técnica psicodinámicas. Anthony Bateman, Dennis Brown, Jonathan Pedder. Albesa, 2005. Barcelona.
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Niveles de Psicoterapia,
Rodrigo Córdoba Sanz
La Niña de los Sueños XXIV
Era un buen día para subir a lo alto de esa fortificación de madera vieja y desvencijada. Los días habían transcurrido calmados, sin sobresaltos, tan sólo con la resonancia y reverberación de sus recuerdos e impresiones, lo cual ya resultaba un acicate suficiente para emprender una acción que resultaba reparadora por si misma. Mientras tanto había buceado, como de costumbre en sus cosillas, dejándose llevar a través de los ensueños, dibujando, componiendo y tocando la música que indicaba su alma desolada por un denostado e incomprendido mundo real. Lo alternativo era posible, o al menos así lo vivía, enfadándose muchísimo cuando no era reconocido en sus firmes convicciones, por tanto solía vivir en los momentos de reunión social, esto es, comidas, banquetes y ceremonias como homenajes y fiestas ostentosas como un pato del lago en medio del camino empedrado, sin rumbo ni lugar, desubicada.
Solía dar visiones diferentes de estos encuentros, ofrecer miradas simples y parsimoniosas de los distinguidos caballeros que iban a cortejarla, también es cierto que tendía a repeler a estos señores que, ella pensaba, la embadurnaban de todo lujo de piropos por ser aquella dulce princesa de Palacio, mucho antes de conocer quien era, dentro de ella. Pero esto era parte del teatro privado de su vida que convertía su relación con el mundo en un universo mágico de control mental ligado a su microcosmos, teñido por tanto de una esfera de conexiones emocionales y afectos a menudo intensos que solían poner tildes a los discursos enlazados con los otros, dejando, la mayor parte de los veces a los demás en mal lugar. Y así su vida se situaba en u plano algo etéreo donde el resto estaba denostado y ella casi casi, supeditada al imperio de su fuero interno, descontrolada aun pensando que quizás no fuera así, estaba echa un lío. En momentos de fugaz lucidez, que eran frecuentes pero no demasiado aceptados por motivos que no entraremos ahora, se echaba las manos a la cara, tapándose los ojos y hacía un amago de llanto, esos eran los instantes en los que sus ojos brillaban y parecían humedecerse, sus hermanos solían preocuparse aunque su humor un tanto rudo e hiperandrógino solía hacer reaccionar a la Niña un gesto de reafirmación hacia esa impostura de enrocamiento. Prefería encerrarse en su cuarto por si alguien, alguna vez y como por arte de magia pudiera entender el mensaje, puede que así empezara tiempo atrás la metamorfosis de una Princesa en Heroína de cuento.
Solía dar visiones diferentes de estos encuentros, ofrecer miradas simples y parsimoniosas de los distinguidos caballeros que iban a cortejarla, también es cierto que tendía a repeler a estos señores que, ella pensaba, la embadurnaban de todo lujo de piropos por ser aquella dulce princesa de Palacio, mucho antes de conocer quien era, dentro de ella. Pero esto era parte del teatro privado de su vida que convertía su relación con el mundo en un universo mágico de control mental ligado a su microcosmos, teñido por tanto de una esfera de conexiones emocionales y afectos a menudo intensos que solían poner tildes a los discursos enlazados con los otros, dejando, la mayor parte de los veces a los demás en mal lugar. Y así su vida se situaba en u plano algo etéreo donde el resto estaba denostado y ella casi casi, supeditada al imperio de su fuero interno, descontrolada aun pensando que quizás no fuera así, estaba echa un lío. En momentos de fugaz lucidez, que eran frecuentes pero no demasiado aceptados por motivos que no entraremos ahora, se echaba las manos a la cara, tapándose los ojos y hacía un amago de llanto, esos eran los instantes en los que sus ojos brillaban y parecían humedecerse, sus hermanos solían preocuparse aunque su humor un tanto rudo e hiperandrógino solía hacer reaccionar a la Niña un gesto de reafirmación hacia esa impostura de enrocamiento. Prefería encerrarse en su cuarto por si alguien, alguna vez y como por arte de magia pudiera entender el mensaje, puede que así empezara tiempo atrás la metamorfosis de una Princesa en Heroína de cuento.
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Rodrigo Córdoba Sanz
martes, 8 de julio de 2008
Ilustres que hablaron sobre lo profundo
Principios Psicodinámicos en base a comentarios de figuras punteras del campo de las ciencias humanas, ciencias médicas y del arte.
Entiendo por Psicoterapia una relación personal con un profesional con el cual puedan compartirse las ansiedades y explorar la naturaleza profunda de los problemas y, posiblemente, cambiar algunos de los factores que los determinan mediante la experiencia de fuerzas desconocidas dentro de la persona. Sutherland.
Son pocas las personas que no se protejen del intenso dolor que supone darse cuenta de lo que han hecho, de lo que sufren y de lo que realmente son. Es agradable mirarse al espejo ya que solamente nos muestra la apariencia de lo que somos. Samuel Butler. “Erewhon”.
El corazón tiene sus razones, que la razón desconoce. Pascal. “Pensées”.
No existe ningún movimiento automático nuestro del cual podamos hallar la causa en nuestros corazones, si sabemos buscarla”. Rousseau.
Yo lo hice, dice mi memoria. No puedo haberlo hecho, dice mi orgullo, y permanece inflexible. Finalmente, la memoria cede. Nietzsche.
Alrededor del año 1880 había un considerable interés sobre la importancia de la represión de la vida emocional e instintiva y su influencia en la conducta humana (la obra El doctor Jeckyll y Mr. Hyde de Stevenson fue publicada en 1886). Por ejemplo, Schopenhauer había ya anticipado la existencia del psicoanálisis. Según el mismo Freud, “no sólo reivindicó la importancia de la sexualidad, sino que también se dio cuenta del mecanismo de la represión”.
Nietzsche (1884-1900) destacó la importancia de los instintos y de la sublimación, del autoengaño y de los sentimientos de culpa que aparecían debido a la retención interna de los impulsos que no podían descargarse hacia el exterior. Dostoyevski e Ibsen exploraron, tanto en el campo literario como en el dramático, el tema de las pasiones que acecha debajo de la superficie y dictan las acciones de la persona, la cual puede estar engañándose a sí misma pensando que es un ser racional.
Existe una deficiencia del yo que puede ser debida a la herencia, al ambiente y a caprichos de la maduración interna, es decir, por influencias no controladas. Anna Freud, 1976.
El propio Freud intuía que podía haber otras causas de conflicto psíquico, así lo dejaba entrever: “En todos los casos que he analizado, la vida sexual de la persona era la que había dado lugar a un afecto angustioso…Desde el punto de vista teórico no es imposible que este afecto pudiera surgir en otras áreas; me limito a decir que, hasta ahora, no he hallado ningún otro origen". 1894.
Descúbranlo todo respecto a los sueños y lo habrán descubierto todo respecto a la locura. Dice el aforismo del neurólogo Hughlings Jackson (1835-1911).
Otro eminente neurólogo, Antonio Damasio escribió que cuanto más avancemos en la neurociencia más se confirmarán las tesis psicoanalíticas.
Al respecto Freud avisó sobre la dificultad que supone el aceptar la existencia de ciertos postulados.
El filósofo Schopenhauer (1788-1860) se anticipó a Freud al escribir: “La oposición de la voluntad a permitir que lo que es repelente sea conocido por el intelecto, es por donde la locura puede abrirse camino hacia el alma”.
Mozart explicaba en una carta vívida experiencia de su genio creativo cuando las ideas parecían fluir de golpe:
"No sé de donde o cómo vienen, no lo sé ni puedo forzarlas...ni siento en mi imaginación las diversas partes de manera sucesiva, pero las oigo como si vinieran todas a la vez...todas las creaciones e ideas ocurren como si se tratara de un sueño vívido y placentero".
El proceso creativo de Bertrand Russell era de una gestación más pausada, dejando reposar: "Parecía como si después de haber consultado un libro sobre algún tema, y después de haberle prestado una primera y profunda atención, necesitaba un período de incubación, sin prisas, era como si alguna cosa dificultara el pensar deliberado...Si durante un rato de concentración muy intensa situaba el problema en mi subconsciente, era como si germinara hasta que, de pronto, emergía la solución con claridad meridiana, momento en que lo único que tenía que hacer era poner por escrito lo que había aparecido como una revelación".
Entiendo por Psicoterapia una relación personal con un profesional con el cual puedan compartirse las ansiedades y explorar la naturaleza profunda de los problemas y, posiblemente, cambiar algunos de los factores que los determinan mediante la experiencia de fuerzas desconocidas dentro de la persona. Sutherland.
Son pocas las personas que no se protejen del intenso dolor que supone darse cuenta de lo que han hecho, de lo que sufren y de lo que realmente son. Es agradable mirarse al espejo ya que solamente nos muestra la apariencia de lo que somos. Samuel Butler. “Erewhon”.
El corazón tiene sus razones, que la razón desconoce. Pascal. “Pensées”.
No existe ningún movimiento automático nuestro del cual podamos hallar la causa en nuestros corazones, si sabemos buscarla”. Rousseau.
Yo lo hice, dice mi memoria. No puedo haberlo hecho, dice mi orgullo, y permanece inflexible. Finalmente, la memoria cede. Nietzsche.
Alrededor del año 1880 había un considerable interés sobre la importancia de la represión de la vida emocional e instintiva y su influencia en la conducta humana (la obra El doctor Jeckyll y Mr. Hyde de Stevenson fue publicada en 1886). Por ejemplo, Schopenhauer había ya anticipado la existencia del psicoanálisis. Según el mismo Freud, “no sólo reivindicó la importancia de la sexualidad, sino que también se dio cuenta del mecanismo de la represión”.
Nietzsche (1884-1900) destacó la importancia de los instintos y de la sublimación, del autoengaño y de los sentimientos de culpa que aparecían debido a la retención interna de los impulsos que no podían descargarse hacia el exterior. Dostoyevski e Ibsen exploraron, tanto en el campo literario como en el dramático, el tema de las pasiones que acecha debajo de la superficie y dictan las acciones de la persona, la cual puede estar engañándose a sí misma pensando que es un ser racional.
Existe una deficiencia del yo que puede ser debida a la herencia, al ambiente y a caprichos de la maduración interna, es decir, por influencias no controladas. Anna Freud, 1976.
El propio Freud intuía que podía haber otras causas de conflicto psíquico, así lo dejaba entrever: “En todos los casos que he analizado, la vida sexual de la persona era la que había dado lugar a un afecto angustioso…Desde el punto de vista teórico no es imposible que este afecto pudiera surgir en otras áreas; me limito a decir que, hasta ahora, no he hallado ningún otro origen". 1894.
Descúbranlo todo respecto a los sueños y lo habrán descubierto todo respecto a la locura. Dice el aforismo del neurólogo Hughlings Jackson (1835-1911).
Otro eminente neurólogo, Antonio Damasio escribió que cuanto más avancemos en la neurociencia más se confirmarán las tesis psicoanalíticas.
Al respecto Freud avisó sobre la dificultad que supone el aceptar la existencia de ciertos postulados.
El filósofo Schopenhauer (1788-1860) se anticipó a Freud al escribir: “La oposición de la voluntad a permitir que lo que es repelente sea conocido por el intelecto, es por donde la locura puede abrirse camino hacia el alma”.
Mozart explicaba en una carta vívida experiencia de su genio creativo cuando las ideas parecían fluir de golpe:
"No sé de donde o cómo vienen, no lo sé ni puedo forzarlas...ni siento en mi imaginación las diversas partes de manera sucesiva, pero las oigo como si vinieran todas a la vez...todas las creaciones e ideas ocurren como si se tratara de un sueño vívido y placentero".
El proceso creativo de Bertrand Russell era de una gestación más pausada, dejando reposar: "Parecía como si después de haber consultado un libro sobre algún tema, y después de haberle prestado una primera y profunda atención, necesitaba un período de incubación, sin prisas, era como si alguna cosa dificultara el pensar deliberado...Si durante un rato de concentración muy intensa situaba el problema en mi subconsciente, era como si germinara hasta que, de pronto, emergía la solución con claridad meridiana, momento en que lo único que tenía que hacer era poner por escrito lo que había aparecido como una revelación".
La Liga de los Hombres Extraordinarios (The league of extraordinary gentlemen)
La Liga de los Caballeros Extraordinarios
El símbolo es “un objeto cortado en dos que constituye un signo de reconocimiento en el momento en que sus portadores pueden reunir los dos pedazos”
(Dictionnaire Robert).
En las consultas de salud mental, en las entrevistas de psicoterapia, o al menos en muchos espacios de trabajo psicoterápico y psicoanalítico la escucha proporciona una imagen global de la persona que demanda ayuda muy rica en detalles. Dicha gestalt nos lleva a singularidades excepcionales, a arribar a conclusiones sobre las reales peculiaridades congnitivas, volitivas, afectivas y relacionales de las personas con las que entablamos esa relación terapéutica.
Con frecuencia, encontramos esa tendencia estadística dispersiva, esos retazos de la Campana de Gauss que encuentran en los fenómenos de su psique un intorno y un entorno de vivencia de extrañeza, de irrealidad o que no se corresponde con las normas del exterior.
El título del texto se engarza con la cita inicial por varias razones, uno es debido a la peculiaridad mencionada arriba y a que a través de un trabajo no basado en pautas comportamentales directas, la persona que no encuentra orden y significado a su funcionamiento psíquico va encontrándole un sentido, una coherencia y lo va enlazando a otros fenómenos de su psique, enlazando contenidos emocionales, pensamientos, relaciones internas y externas, impulsos, automatismos, etc. Va siendo partícipe de manera activa de su funcionamiento, unos románticos dirán siendo consciente, otros dirían dándose cuenta, otros dirían va desaprendiendo, sea como fuere, y olvidando el mundo interno del terapeuta, colapsado a menudo de su fuerte aparato teórico que sirve como amarres para sostener y contener, el trabajo psicoterápico sirve para madurar emocionalmente y esto, en última instancia ayuda a adaptarse, a crecer y a modificar conductas disfuncionales.
Otra razón por la que empleo este título de película adaptada de un cómic de Alan Moore es que el único parecido entre los personajes originales y la película es el tópico, dicen los más fieles seguidores. Aquí podemos hablar de la diferencia entre realidad psíquica y la realidad material. La realidad psíquica está teñida inexorablemente de subjetividad, es donde vivimos, desde donde pensamos, recordamos y sentimos, la realidad material es aquella realidad científica, inasible para una persona fuera de un instrumento de laboratorio. En la medida en que, a través del trabajo psicoterapéutico tratamos de mostrar cuál es la realidad interna de la persona que pide ayuda, ésta puede hacerse cargo de su componente subjetivo y de esa forma acercarse un poquito más a esa posición imposible de observador neutral.
La Liga de los Hombres Extraordinarios en referencia ahora a la película, por hablar de hombres y mujeres, consiste en todas aquellas personas que viven con la sensación de ser extraños, raros, vivir en un mundo de anonadamiento, de sentirse solo, extraño, minúsculo, gigante o cualquier otra morfogénesis. Bien lejos de ser validados y aceptados, los circuitos y canales al uso acostumbran a hacer un ejercicio de diagnosis y medicación, a veces estentórea que oblitera la libertad subjetiva de pensar como se puede, en lugar de dar un lugar a ese torbellino de ideas, sentimientos, impulsos, síntomas y demás correlatos incómodos. Es sólo un tema para pensar largo tiempo.
El símbolo es “un objeto cortado en dos que constituye un signo de reconocimiento en el momento en que sus portadores pueden reunir los dos pedazos”
(Dictionnaire Robert).
En las consultas de salud mental, en las entrevistas de psicoterapia, o al menos en muchos espacios de trabajo psicoterápico y psicoanalítico la escucha proporciona una imagen global de la persona que demanda ayuda muy rica en detalles. Dicha gestalt nos lleva a singularidades excepcionales, a arribar a conclusiones sobre las reales peculiaridades congnitivas, volitivas, afectivas y relacionales de las personas con las que entablamos esa relación terapéutica.
Con frecuencia, encontramos esa tendencia estadística dispersiva, esos retazos de la Campana de Gauss que encuentran en los fenómenos de su psique un intorno y un entorno de vivencia de extrañeza, de irrealidad o que no se corresponde con las normas del exterior.
El título del texto se engarza con la cita inicial por varias razones, uno es debido a la peculiaridad mencionada arriba y a que a través de un trabajo no basado en pautas comportamentales directas, la persona que no encuentra orden y significado a su funcionamiento psíquico va encontrándole un sentido, una coherencia y lo va enlazando a otros fenómenos de su psique, enlazando contenidos emocionales, pensamientos, relaciones internas y externas, impulsos, automatismos, etc. Va siendo partícipe de manera activa de su funcionamiento, unos románticos dirán siendo consciente, otros dirían dándose cuenta, otros dirían va desaprendiendo, sea como fuere, y olvidando el mundo interno del terapeuta, colapsado a menudo de su fuerte aparato teórico que sirve como amarres para sostener y contener, el trabajo psicoterápico sirve para madurar emocionalmente y esto, en última instancia ayuda a adaptarse, a crecer y a modificar conductas disfuncionales.
Otra razón por la que empleo este título de película adaptada de un cómic de Alan Moore es que el único parecido entre los personajes originales y la película es el tópico, dicen los más fieles seguidores. Aquí podemos hablar de la diferencia entre realidad psíquica y la realidad material. La realidad psíquica está teñida inexorablemente de subjetividad, es donde vivimos, desde donde pensamos, recordamos y sentimos, la realidad material es aquella realidad científica, inasible para una persona fuera de un instrumento de laboratorio. En la medida en que, a través del trabajo psicoterapéutico tratamos de mostrar cuál es la realidad interna de la persona que pide ayuda, ésta puede hacerse cargo de su componente subjetivo y de esa forma acercarse un poquito más a esa posición imposible de observador neutral.
La Liga de los Hombres Extraordinarios en referencia ahora a la película, por hablar de hombres y mujeres, consiste en todas aquellas personas que viven con la sensación de ser extraños, raros, vivir en un mundo de anonadamiento, de sentirse solo, extraño, minúsculo, gigante o cualquier otra morfogénesis. Bien lejos de ser validados y aceptados, los circuitos y canales al uso acostumbran a hacer un ejercicio de diagnosis y medicación, a veces estentórea que oblitera la libertad subjetiva de pensar como se puede, en lugar de dar un lugar a ese torbellino de ideas, sentimientos, impulsos, síntomas y demás correlatos incómodos. Es sólo un tema para pensar largo tiempo.
Sobre la Niña de los Sueños
La Niña de los Sueños es un relato literario escrito por un "escribiente", psicólogo y psicoterapeuta psicoanalítico, por tanto, aquellos que quieran indagar, pueden buscar referencias en Winnicott, en Klein, en Ferenczi, Balint, Freud y autores modernos como Watzlawick, Varela y Maturana, Marina, Claudio Naranjo, Green, Kernberg. De la literatura,V. Woolf y el Círculo de Bloomsbury (cercanos a Winnicott y su esposa Clare) y otros muchos. Aquí, hoy, por el último escrito voy a poner el vínculo a una descarga directa del artículo de 1963 de Melanie Klein titulado "Sobre el Sentimiento de Soledad" (1963). En este artículo Melanie Klein habla del sentimiento de soledad del esquizoide, del esquizofrénico y de la patología maniaco-depresiva, punto fuerte de su trabajo. Pionera. El vínculo es el siguiente: http://66.240.239.19/0/4/0/4069.ZIP
El sentimiento de soledad parte de la escisión, de las ansiedades paranoides y depresivas, de un superyó rígido, de una dificultad para sintetizar e integrar los objetos "buenos" y "malos". En todo caso, para tener una composición más cabal y ordenada de estas ideas habría que leer al menos: "Notas sobre algunos mecanismos esquizoides", "Psicoanálisis de Niños", "Envidia y Gratitud", "Contribución a la psicogénesis de los estados maniaco-depresivos", entre otros.
El sentimiento de soledad parte de la escisión, de las ansiedades paranoides y depresivas, de un superyó rígido, de una dificultad para sintetizar e integrar los objetos "buenos" y "malos". En todo caso, para tener una composición más cabal y ordenada de estas ideas habría que leer al menos: "Notas sobre algunos mecanismos esquizoides", "Psicoanálisis de Niños", "Envidia y Gratitud", "Contribución a la psicogénesis de los estados maniaco-depresivos", entre otros.
La Niña de los Sueños XXIII
Y del frío helado pudo saborear la nata con los trocitos de chocolate que se deslizaban, derretidos, entre las comisuras de los labios. Sabía que detestaba el género humano, había aprendido a convivir, incluso en efímeros momentos de entelequia social a disfrutar de tiempo de un compartir con otros. Sabía que odiaba a los demás. Aun siendo así había desarrollado un agudo sentido para desenvolverse con "Los Ellos", era profesora de Universidad, daba clases de matemáticas, afortunadamente, los complejos formaban parte de sus explicaciones. El helado era frío y dulce. Fuera hacía calor, en la habitación el “hacedor de aire en movimiento” generaba una sensación de viento churruscado bien extraña, donde esté un buen abanico que se quite la generación de la máquina, por qué decía ella eso.
El helado… dulce, quizás tuviera leche, preparó un tazón de este líquido elemento, con la coartada de fumarse un cigarro, esos finos cigarros de la India, robados clandestinamente del cuarto fresco de los puros, esa asociación, además de desempeñar funciones evacuatorias daba pie a su función oral, sin tapujos, en un gesto que poco a poco se tildaba ya no sólo de poco sofisticado sino de sucio e irrespetuoso. Decidió terminarse el helado y rápido paso a beber la leche, paladeando el sabor de la nata mientras con la lengua jugaba con el chocolate del intersticio. Y así continuó, pensando, o perdiendo el tiempo, como a menudo hacía en esos ratos en los que divagaba organizando su vida, preparando sus clases, ideando los exámenes, imaginando las respuestas, organizando las estanterías de sus desorganizados esquemas mentales, frenando a algunos afectos que se colaban como el buen polvo de toda estantería, en definitiva, luchando contra alguien que era ella y que de manera invariable solía colocar fuera, en otro, en otra, en otros, en la sociedad, en el sistema, quien sabe para qué, si ella lo supiera…
Bonito era escuchar el eco de sus pensamientos al otro lado de la pared, mientras jugaba su hermano con un caballo de madera que había tallado el mismo, el piano, el violín, la flauta, todo parecía irreal, su pecho le dolía, respiraba con dificultad y la espalda parecía molestarle no encontrando posición humana posible para sentirse cómoda en un mundo diseñado para humanoides cortados con un patrón distinto, ella era rara, indudablemente rara, pero qué es eso… por qué había calado en ella tan profundamente esa denominación de origen, terminó el helado, dejó de soñar y se tumbó en la cama para satisfacer sus deseos, esta vez dormida. Y se hizo la noche, así ella despertó.
El helado… dulce, quizás tuviera leche, preparó un tazón de este líquido elemento, con la coartada de fumarse un cigarro, esos finos cigarros de la India, robados clandestinamente del cuarto fresco de los puros, esa asociación, además de desempeñar funciones evacuatorias daba pie a su función oral, sin tapujos, en un gesto que poco a poco se tildaba ya no sólo de poco sofisticado sino de sucio e irrespetuoso. Decidió terminarse el helado y rápido paso a beber la leche, paladeando el sabor de la nata mientras con la lengua jugaba con el chocolate del intersticio. Y así continuó, pensando, o perdiendo el tiempo, como a menudo hacía en esos ratos en los que divagaba organizando su vida, preparando sus clases, ideando los exámenes, imaginando las respuestas, organizando las estanterías de sus desorganizados esquemas mentales, frenando a algunos afectos que se colaban como el buen polvo de toda estantería, en definitiva, luchando contra alguien que era ella y que de manera invariable solía colocar fuera, en otro, en otra, en otros, en la sociedad, en el sistema, quien sabe para qué, si ella lo supiera…
Bonito era escuchar el eco de sus pensamientos al otro lado de la pared, mientras jugaba su hermano con un caballo de madera que había tallado el mismo, el piano, el violín, la flauta, todo parecía irreal, su pecho le dolía, respiraba con dificultad y la espalda parecía molestarle no encontrando posición humana posible para sentirse cómoda en un mundo diseñado para humanoides cortados con un patrón distinto, ella era rara, indudablemente rara, pero qué es eso… por qué había calado en ella tan profundamente esa denominación de origen, terminó el helado, dejó de soñar y se tumbó en la cama para satisfacer sus deseos, esta vez dormida. Y se hizo la noche, así ella despertó.
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