La ansiedad no es algo divertido. Quienes han sentido sus efectos lo saben bien. La persona que padece este estado experimenta una gran gama de síntomas, que van desde lo físico (como gastritis, sudoración o palpitaciones) hasta la sensación de que no tienen control sobre sus vidas ni son capaces de hacer lo que desean.
Los terapeutas están profesionalmente capacitados para enseñar a las personas ansiosas distintas herramientas para ayudarlas a sobrellevar sus síntomas. La psicóloga Anna Prudovski, directora clínica de Turning Point Psychological Services explica que existen métodos tomados de la praxis clínica para aprender a controlar la ansiedad. La doctora aclara que, con estas prácticas, el individio aprenderá que “la ansiedad no tiene que controlar su vida”.
Con algunos de los ejercicios explicados a continuación, recomendados por especialistas en el área, usted podrá empezar a lidiar en el día a día con su ansiedad, logrando sentirse cada vez mejor. Recuerde que la ansiedad es difícil de sobrellevar, pero no tiene por qué apoderarse de su vida.
Todas estas técnicas, como verá a continuación, tienen como objetivo sacar a la persona de la espiral ascendente de ansiedad y llevarla de vuelta hacia el mundo real. Practíquelas y notará una gran diferencia.
1. Sostener un cubo de hielo
Parece una sugerencia irracional, pero funciona sostener un cubo de hielo en su mano cuando tenga dificultades para controlarse. La psicoterapeuta Edie Stark explica que el cerebro opta por concentrarse en la frialdad de la mano en vez de alimentar la sensación de pánico. La incomodad ocasionada por el frío también actúa como una “distracción intencional”.
2. Nombrarla en voz alta
¿Reconoce que está empezando a sentirse atacado por los nervios? Solo dígalo: “Oh, ahí viene mi ansiedad de nuevo”. Prudovski aclara las razones de este truco: “Esto transfiere la actividad cerebral de la parte emocional del cerebro al lado del pensamiento, reduciendo así la ansiedad”. Por lo tanto, al separar la reacción ansiosa de la emoción que la genera, la ansiedad disminuye.
3. Beber algo caliente
Las razones por las que funciona este truco son similares a las del cubo de hielo. El sistema nervioso y el cerebro deben atender de inmediato a otras señales: el cambio de temperatura, la necesidad de concentrarse en el proceso de elaboración del té o el café, los sabores, olores y sensaciones que llegan al organismo y que necesitan ser identificados, todos ellos restan atención a la ansiedad. Incluso puede agregar a esta técnica una respiración controlada y acompasada entre sorbo y sorbo.
4. Oler una fragancia
La aromaterapia conoce este truco. Asociar un olor (Stark recomienda la lavanda, el eucalipto o la menta) con la relajación es una buena idea, así como llevar siempre consigo un pequeño frasco para oler cada vez que se sienta ansioso.
5. Escribir sobre la ansiedad
La doctora Sarah Allen invita a la persona con ansiedad a poner sus preocupaciones por escrito. No solo debe ser lo más específico posible en las descripciones, sino también relatar si lo que lo preocupaba ocurrió en verdad, si era tan malo como lo esperaba y lo que hizo para lidiar con el evento. “Esto lo ayuda a entender mejor su ansiedad, a distinguir entre las preocupaciones que son útiles y las que son inútiles”. De este modo podrá conocer tanto su ansiedad que finalmente logrará tenerla bajo control.
6. Investigar
Existen modos de aprender sobre la ansiedad. Leer de noche hasta la saciedad buscando sus síntomas puede que solo contribuya a ponerlo más ansioso. Pero ir aprendiendo a identificar sus síntomas físicos (la sudoración de las manos, malestares intestinales, ataques de rabia o pánico) así como las experiencias emocionales y cognitivas es positivo porque reconocer los síntomas cuando empiezan ayuda a reducir la ansiedad.
El psicólogo Fawn McNeil-Haber dice que no es inmensamente difícil comprender la ansiedad. Todo lo contrario. Y conocerla es un modo de aprender a dominarla.
7. Dedicar tiempo a la preocupación
Puede sonar paradójico, pero saber que tiene un rato de su tiempo cada día destinado única y exclusivamente a angustiarse ayuda a que esta no se dispare insistentemente. Al principio la persona deberá entrenarse para no pensar en sus preocupaciones en otros momentos del día distintos al escogido, pero progresivamente el truco funcionará. La terapeuta Allen recomienda seleccionar que el individuo escoja el momento, lugar y duración más conveniente para él. En ese tiempo podrá sentirse tan ansioso como quiera así como evaluar opciones para controlar su trastorno.
8. Alejarse un paso
En un ataque de ansiedad, salir al aire libre a tomar un descanso puede ser de ayuda pues evita la sensación de estar prisionero, lo que dispara los síntomas. Caminar y sentir el aire fresco vuelve a activar la capacidad de concentración del cerebro, según el psicoterapeuta Stark. Pero no se limita exclusivamente al exterior: caminar por los pasillos de una oficina o vivienda cumple el mismo efecto. Lo importante es alejarse unos momentos.
9. Respirar
Esta es una recomendación que incluso las abuelas hacen. La respiración es indispensable para la supervivencia y se puede controlar a voluntad. Por eso también es empleada como una herramienta de relajación efectiva. Stark describe una técnica de respiración profunda: “Inhalar a la cuenta de cinco, aguantar contando dos y exhalar a la cuenta de diez. Repitiendo el proceso le envía señales al sistema nervioso para que se relaje”.
10. Volver a la realidad
Cuando la ansiedad se apodera de su cerebro puede emplear la siguiente técnica de la doctora Crystal I. Lee para “tocar tierra”. La misma consiste en mencionar cinco cosas que vea a su alrededor, cuatro cosas que sienta en su piel, tres cosas que pueda oír donde se encuentre, dos que pueda oler en ese momento y una que tenga la posibilidad de probar. Obligar a sus sentidos y su cerebro a responder (como en los primeros cuatro trucos anteriormente descritos) trae a la persona de vuelta al presente y baja los niveles de ansiedad.
11. Ir despacio
Muchas personas ansiosas tienen la tendencia de “aumentar la velocidad” cuando se sienten ansiosos, empeorando la situación. Por ello debe aprender a “desacelerarse”. Existen avisos de relajación para el cerebro como empezar a caminar más despacio, sentarse unos minutos para buscar la calma. Esos son modos que la terapeuta Patricia A. Farrel sugiere para romper con el ciclo de la ansiedad.