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Paz y Ciencia

domingo, 31 de octubre de 2010

Sobre el análisis existencial de Binswanger

Ludwig Binswanger

1881 - 1966



Dr. C. George Boeree



Traducción al castellano: Dr. Rafael Gautier









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¡Quién soy, quién soy!


La tierra produce el grano,


Pero yo soy estéril,


Soy una concha desechable,


Rota, inútil, una cáscara desvainada.


Creador, Creador,


¡Devuéveme!


Créame por segunda vez


¡Y créame mejor!



Ellen West fue siempre un poco rara. Era una “pajarita” comiendo y oponía gran resistencia a todo aquel que intentara forzarle a comer algo que no le gustara. De hecho, su terquedad era lo que la mantenía en pie. Siempre tenía que ser la primera en todo lo que le gustara y no soportaba enfermar y quedarse en casa. En los tiempos de su adolescencia su lema era “¡O César o nada!”, pero nada prepararía a su familia para lo que iba a venir.



Teniendo 17 años, su poesía empezó a tomar un giro curioso. En uno de esos poemas, llamado “Kiss Me Dead” (Besarme hasta la muerte), habla de la solicitud al Rey del Océano a que la tome en sus fríos brazos y le bese hasta morir. A partir de este momento, se vuelca sobre el trabajo y sostiene en sus escritos que el trabajo es “la bendición de nuestra vida”. En estos tiempos de su vida, está fascinada y al mismo tiempo horrorizada de la brevedad y futilidad de la vida en general.



A los 20 años, hace un viaje a Sicilia. En este tiempo, come bastante y gana algo de peso, cosa de lo que se burla su amiga, a lo que ella responde con grandes atracones de comida. Comienza entonces a obsesionarse con la idea de ser gorda; se odia a sí misma por ello y empieza a considerar la muerte como una cura a su desgracia.



Durante un corto periodo de tiempo, se recupera apoyándose en el trabajo y sale de su depresión, pero siempre acarrea consigo un sentimiento de temor. Se vuelca activamente a los cambios sociales, aunque en secreto considera que no sirve de nada.



Cuando sus padres interfieren en su compromiso con un estudiante, cae en picado y regresa de un centro vacacional demacrada y enferma, aunque considere que ¡esta obsesión con estar delgada es realmente el camino hacia su salud!. Cuando su médico le recomienda reposo y recupera su peso, se desanima y se propone duramente a volver a su estado anterior de demacración.



A los 28 años, se casa con su primo con la esperanza de que el matrimonio le ayudará a deshacerse de su “idea fija”. Después de un aborto, se tiene que enfrentar al dilema de desear un hijo y al mismo tiempo no desear ingerir comida propia de embarazadas. A sus 35 años, Ellen llega a tomar entre 60 y 70 pastillas de laxantes vegetales durante el día; vomita durante la noche y tiene diarrea el resto del tiempo. Se queda en 92 libras de peso y parece un esqueleto viviente.



Es en estos momentos donde decide ir a un psiquiatra...y luego a otro. Hace dos intentos infructuosos de suicidio y finalmente se le traslada al Sanatorio Kreuzlingen, donde se acomoda bastante bien en compañía de su marido y bajo la tutela y cuidados de Ludwig Binswanger. A través de una dieta de mantenimiento y sedantes, poco a poco se recupera físicamente, pero sigue sintiendo una sensación opresiva de temor.



Dado que sigue intentando matarse, tanto a ella como a su marido se les enfrenta a una seria elección: o se le confina a una “vigilancia permanente”, donde se deterioraría inexorablemente, o se le da el alta. Ambos decidieron al alta.



Cuando se toma esta decisión, Ellen se siente mucho más recuperada, ya que sabe lo que hará. Empieza a comer felizmente, incluso algunos chocolates y se siente llena por primera vez en trece años. Habla con su marido, escribe algunas cartas a amigos y toma una dosis letal de veneno.



El por qué esta triste historia es uno de los casos clínicos más famosos entre los estudiantes no es tan sorpresivo (la anorexia no es, desafortunadamente, tan poco común) ni siquiera por el curso tan particular de los eventos, sino por la habilidad de Ellen West para expresar su perspectiva de su propio problema y del hecho de que su psiquiatra, Ludwig Binswanger, adoptó una escucha muy cercana de su paciente.



Veamos otro de sus poema



Me gustaría morir como lo hace el pájaro

Que abre su garganta en gran júbilo;

Y no vivir como el gusano que vive en tierra

Volviéndose viejo y feo, ¡monótono y tonto!

No, sentir por una vez como las fuerzas en mí se encienden

Y salvajemente ser consumida por mi propio fuego.



En algún momento de su niñez, Ellen dividió su vida en dos campos opuestos: por un lado está el “mundo sepulcral”, que incluye su existencia física y social. Su cuerpo con sus bajas necesidades, le distrajo de sus propósitos. Se hace vieja cada día. Su sociedad es burguesa y corrupta. A la gente que le rodea no parece importarle toda la maldad y el sufrimiento. En el mundo sepulcral todo se degenera y está degenerado, todo es atraído hacia abajo, hacia la tumba, hacia un agujero negro.



Por otro lado está el “mundo etéreo”, el mundo del alma, pura y limpia, un mundo donde las necesidades están completadas, donde los actos se suceden sin esfuerzo, donde no hay resistencias materiales. En el mundo etéreo podemos ser libres y volar.



Existen algunas personas que intentan ignorar el “mundo etéreo”. No se sienten cómodos con las ansiedades y responsabilidades que vienen con la libertad. Algunos prefieren más bien que se les diga lo que tienen que hacer, de manera que se adhieren a una secta o banda o a una corporación multinacional. Pero aún así, se siguen sintiendo temerosos, porque saben que esto no está bien. No viven su vida, por tanto nunca serán felices.



Otros buscan una dirección en su cuerpo. Empiezan por buscar placeres simples, pero pronto ven que éstos se vuelven cansinos. Entonces intentan otra droga o una nueva perversión o cualquier otra cosa. Después de un tiempo, tampoco esto satisface. Fallan, no porque los placeres no den placer, sino porque solo hay una parte de ellos mismos en los placeres buscados.



Ellen West intentó ignorar el “mundo sepulcral”. Quería volar más allá de lo material y mundano hacia lo etéreo, dentro de lo bueno, correcto y puro. Y, en un pequeño dominio, estuvo cerca de lograrlo: se arregló para reducir su cuerpo hasta ser un esqueleto, pero nunca es suficiente.



No podemos ignorar una parte de lo que somos por la búsqueda de otra parte. No puedes ignorar tu cuerpo o tu alma, cualquier otro aspecto de lo que eres. Nos guste o no, somos tanto pájaro como gusano. Cualquier otra cuestión no es solo no humana; es sencillamente ¡nada!









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Biografía

Ludwig Binswanger nació el 13 de abril de 1881 en Kreuzlingen, Suiza, dentro de una familia bastante acomodada en la tradición médica y psiquiátrica. Obtuvo su licenciatura de la Universidad de Zurich en 1907. Estudió bajo la tutela de Carl Jung y como él mismo estuvo haciendo su internado con Eugen Bleuler, compartiendo su interés por la esquizofrenia.



Jung le presentó a Sigmund Freud en 1907. En el 1911 Binswanger ocupó la plaza de Jefe Médico y Director en el Sanatorio Bellevue en Kreuzlingen, posición ocupada previamente por su padre y su abuelo. Al año siguiente, enfermó y recibió una visita de Freud, quien raramente se alejaba de Viena. Su amistad duró hasta la misma muerte de Freud en 1939, incluso a pesar de sus divergencias teóricas. En los primeros años de la década de los veinte, Binswanger cultivó un interés especial sobre las obras de Edmund Husserl, Martin Heidegger y Martin Buber, inclinándose paulatinamente hacia una perspectiva existencialista más que freudiana. En los años 30, podríamos decir con franqueza que fue el primer terapeuta verdaderamente existencialista. En 1943, publicó su trabajo más importante, Grundformen und Erkenntnis menschlichen Daseins, el cual aún no se ha traducido al inglés.



En 1956, Binswanger abandonó su posición en Bellevue después de 45 años como Jefe Médico y Director. Continuó estudiando y escribiendo hasta su muerte en 1966.







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Teoría

La psicología existencial (o existencialista), así como la freudiana, es una “ escuela de pensamiento”, una tradición teórica, de investigación y práctica a la que se dedican muchas personas, pero les diferencia que en la primera no existe un único fundador. De hecho, la psicología existencialista tiene sus raíces en el trabajo de un diverso grupo de filósofos de la segunda mitad del siglo diecinueve, especialmente de Soren Kierkegaard y de Friedrich Nietsche.



Ambos eran tan distintos como el día y la noche, de manera que resulta un tanto difícil imaginar una escuela derivada de la conjunción de los dos.



Kierkegaard estaba interesado en recuperar la profundidad de la fé de la seca religión de Copenhague de esos días, y Nietzsche, al contrario, es famoso por su célebre exclamación “¡Dios está muerto!”; si bien es cierto que eran más diferentes de los filósofos que le precedían que entre ellos mismos. Ambos se acercaron a la filosofía desde el punto de partida de la gente real, apasionadamente envuelta en las dificultades de la vida cotidiana. Los dos creían que la existencia humana no podía limitarse a sistemas racionales complejos, ya fuesen religiosos o filosóficos. Ambos estaban más cerca de ser poetas que lógicos.



Desde Kierkegaard y Nietzsche, muy pocos filósofos y más recientemente unos cuantos psicólogos, han intentado clarificar, extender y promover las ideas del existencialismo. Desafortunadamente, muchos no han sido muy buenos poetas, por lo que dedicar la lectura a ellos no suele ser muy agradable, mas bien doloroso. Pero debemos tener en cuenta que estas personas han estado luchando contra una corriente de siglos de filosofía altamente sistemática, racional y lógica y contra una psicología reducida a la fisiología y al comportamiento. Con frecuencia, aquello que quieren transmitir se percibe como raro, precisamente porque estamos acostumbrados a la lógica tradicional y a la ciencia.



Fenomenología

La fenomenología es un completo y cuidadoso estudio de los fenómenos y constituye básicamente una invención del filósofo Edmund Husserl. Los fenómenos están constituidos por el contenido de la consciencia, las cosas, cualidades, relaciones, eventos, pensamientos, imágenes, memorias, fantasías, sentimientos, actos, etc., que experimentamos. La fenomenología es un intento de permitir que estas experiencias nos “hablen”, que las vivamos, para que las podamos describir de la manera más imparcial posible.



Si eres de los que ha estado estudiando psicología experimental, esto podría ser otra manera de hablar sobre la objetividad. En la psicología experimental, así como en la ciencia en general, intentamos deshacernos de la subjetividad y ver las cosas como son realmente. Pero los fenomenólogos sugerirían que no puedes deshacerse de la subjetividad, aunque te empeñes en hacerlo. El verdadero intento de ser científico significa acercarse a las cosas desde un particular punto de vista, el de científico. No podemos dejar de lado la subjetividad dado que no es algo separado, para nada, de la objetividad.



La filosofía moderna en casi toda su extensión e incluyendo la filosofía de la ciencia, es dualista. Esto quiere decir que separa al mundo en dos partes, la parte objetiva, usualmente concebida como la material, y la subjetiva o consciente. Entonces nuestras experiencias serían una interacción entre estas partes subjetivas y objetivas. La ciencia moderna se ha inclinado hacia esta postura enfatizando lo objetivo, la parte material y quitándole importancia a la parte subjetiva. Algunos llaman a lo consciente un “epifenómeno”, o un subproducto no muy importante de la química cerebral y otros procesos materiales; algo más bien como una molestia. Otros, como B.F. Skinner, ni siquiera consideran como algo a la consciencia.



Los fenomenólogos consideran que esto es un error. Todo aquello con lo que lidia un científico viene “a través” de la consciencia. Todo lo que experimentamos esta coloreado por lo “subjetivo”. Pero, una forma mejor de decirlo sería que no existe experiencia que no comprenda tanto lo que hemos experimentado como lo que se experimenta. Esta idea es llamada intencionalidad.



De manera que la fenomenología nos pide que dejemos aquello que estamos estudiando, ya sea una cosa ahí fuera o un sentimiento interno o de otra persona, o la existencia humana, y dejemos que se nos revele. Podemos lograrlo estando abiertos a la experiencia, sin negar lo que está ahí porque no encaje con nuestras ideas filosóficas o psicológicas o nuestras creencias religiosas. En especial, nos pide que apartemos o pongamos entre paréntesis la cuestión de la realidad objetiva de la experiencia, lo que es de verdad la realidad. Aunque aquello que estamos estudiando parezca que es más que lo que estamos experimentando, no es más que lo que experimentamos.



La fenomenología es también una tarea interpersonal. Mientras que la psicología experimental puede utilizar a un grupo de sujetos de manera que se pueda remover la subjetividad de sus experiencias estadísticamente, la fenomenología puede usar un grupo de co-investigadores de manera que sus perspectivas puedan agruparse para obtener una comprensión más rica y llena del fenómeno. A esto le llamamos intersubjetividad.



Este método, así como sus adaptaciones, ha sido utilizado para estudiar emociones distintas, psicopatologías, cosas como la separación, soledad y solidaridad, la experiencia artística, la religiosa, el silencio y el habla, la percepción y el comportamiento, etc. También se ha usado para estudiar la existencia humana en sí misma, más notablemente por Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre. Y esto es la base propiamente dicha del existencialismo.



Para más detalles del método fenomenológico, diríjase a The Qualitative Methods Workbook especialmente la primera parte (en inglés).



Existencia

En una ocasión, Kierkeggard nos compara con Dios, y por supuesto, salimos perdiendo. Tradicionalmente, consideramos a Dios como omnipresente, omnipotente y eterno. Nosotros, por otro lado, somos abismalmente ignorantes, ridículamente débiles y demasiado mortales. Nuestras limitaciones son claras.



Muchas veces queremos ser un poco más como Dios, o por lo menos como los ángeles. Supuestamente, los ángeles no son tan ignorantes y débiles como nosotros, ¡y son inmortales!. Pero, como Mark Twain señaló, si fuésemos ángeles, no nos reconoceríamos a nosotros mismos. Los ángeles no hacen más que cumplir órdenes de Dios. No pueden hacer otra cosa. Simplemente son los llamados “mensajeros” del Señor y nada más y nada menos que ¡para toda la eternidad!.



Una tabla es más parecida a un ángel que nosotros. La tabla tiene una naturaleza, un propósito, una esencia, que le hemos dado nosotros. Está ahí para servirnos de una cierta manera, como un ángel sirve a Dios.



Las marmotas son como esto también. También tienen un plan, un propósito, un cianotipo, si se quiere, en su genética. Hacen lo que sus instintos le dicen que hagan. Raramente requieren de algún tipo de enseñanza.



Quizás podría ser algo triste ser una tabla o una marmota, o un ángel, pero desde luego ¡es fácil!. Podríamos decir que su esencia está antes que su existencia: lo que son está antes que lo que hacen.



Pero, dicen los existencialistas, esto no es así para nosotros. “Nuestra existencia precede a nuestra esencia”, tal y como dijo Sartre. No sé para que estoy aquí hasta que haya vivido mi vida. Mi vida, lo que soy, no está determinado por Dios, por las Fuerzas de la Naturaleza, por mi genética, por mi sociedad, ni incluso por mi familia. Cada uno de ellos podría proveerme de materiales básicos para llegar a ser lo que soy, pero es lo que escojo ser en la vida lo que hace que sea yo. Yo me creo a mí mismo.



Si el científico es el modelo de humanidad para George Kelly y los psicólogos cognocivistas, el artista es el modelo de los existencialistas.



Podríamos decir que la esencia de la humanidad (aquello que todos compartimos y nos hace distintos del resto de las cosas del mundo) es nuestra falta de esencia, nuestra libertad. No podemos ser capturados por un sistema filosófico o una teoría psicológica; no podemos ser reducidos a procesos físicos y químicos; nuestros futuros no pueden predecirse con estadísticas sociales. Algunos de nosotros somos hombres, otros mujeres; algunos somos negros, otros blancos; algunos provenimos de una cultura, otros de otra; algunos tenemos imperfecciones y otros otras distintas. Los “materiales básicos” difieren de forma dramática, pero todos compartimos la tarea de hacernos a nosotros mismos.



Dasein

Binswangger adoptó los términos y conceptos introducidos por el filósofo Martin Heidegger. El primero y más importante de los términos es Dasein (literalmente, ser ahí) al que muchos existencialistas se refieren para hablar de la existencia humana. Aunque, como hemos dicho significa literalmente “estar ahí”, acarrea consigo otras connotaciones sutiles: el término original en alemán sugiere una existencia continua o la continuidad de la existencia, la sobrevivencia, la persistencia. Además, el énfasis en la parte “da” o “ahí”, tiene el sentido de estar en el medio de todo, en el grueso de las cosas. También este énfasis tiene el sentido de estar ahí como lo opuesto a estar aquí, como si no estuviésemos adonde pertenecemos; como si estuviésemos más dirigidos hacia otra cosa.



Aunque no existe una traducción precisa del término, muchas personas utilizan la palabra existencia o existencia humana. Existencia se deriva del latín existare, que significa el hecho de existir; vida del hombre y por oposición a esencia, realidad concreta de un ente cualquiera. Tal y como se puede percibir, esta definición acarrea consigo algunos de los conceptos subyacentes a la palabra dasein: ser distinto, ir más allá de uno mismo, volver a ser.



Aún existen otras acepciones para Dasein: Heidegger se refería al mismo como apertura (Lichtung), igual que pradera, apertura en el bosque, ya que Dasein es lo que permite al mundo revelarse. Sartre también comparte este sentido de apertura, al referirse a la existencia humana como la nada. De la misma forma que el agujero solo existe en virtud de algo sólido, Dasein se erige en un agudo contraste a la “estrechez” de todo lo demás.



La cualidad principal de Dasein, siguiendo a Heidegger, es el cuidado (atención) (Sorge). El “estar ahí” nunca es una cuestión de indiferencia. Estamos constantemente envueltos en el mundo, en los demás y en nosotros mismos. Estamos comprometidos o envueltos con la vida. Podemos hacer muchas cosas, pero el descuidar no es una de ellas.



Lanzamiento

El lanzamiento se refiere al hecho de que somos “lanzados” a un universo que no hemos escogido. Cuando empezamos a escoger nuestras vidas, empezamos por muchas elecciones hechas para nosotros: genética, ambiente, sociedad, familia...todos esos “materiales básicos”. Una forma mejor de entender esto sería considerar que “Yo” consciente y libre, no estoy separado del “aquello”, físico y determinado.



Pensemos por ejemplo en nuestro cuerpo. Por un lado, somos nuestro cuerpo, nuestro cuerpo somos nosotros. Cuando lo deseamos, caminamos, o hablamos, o miramos, o escuchamos. Percibimos, pensamos, sentimos y actuamos “con él”, “a través” de él. Es muy difícil concebir la vida sin él. Pero, al mismo tiempo es como cualquier otra “cosa”. Puede resistirse; puede fallarnos; podemos perder un miembro; podemos enfermar y perder esta u otra función, pero seguimos siendo nosotros. A veces el mundo entra en nosotros, como por ejemplo si me colocan un corazón artificial o una válvula cardiaca. Otras veces nos extendemos dentro del mundo, usando un telescopio, un teléfono o una caña. Estamos atrapados en el mundo y el mundo en nosotros y no hay manera de saber dónde termina uno y dónde empieza el otro.



El lanzamiento también se refiere al hecho de que nacemos en un mundo social establecido de antemano. Nuestra sociedad nos precede, así como nuestra cultura, nuestro lenguaje, nuestras madres y nuestros padres. En nuestro desamparo, como infantes y niños, debemos depender de ellos.



Incluso como adultos, dependemos de otros. En ocasiones, “caemos víctimas” del “Otro”, esa generalización sin rostro a la que frecuentemente llamamos “personas” (como cuando decimos “las personas están mirando”) o en el “nosotros” (como cuando afirmamos “nosotros no hacemos eso”) o en el “ellos” (“A ellos no les gusta nada eso”). Pagamos con nuestra libertad y nos permitimos esclavizarnos por nuestra sociedad. A esto se le llama Caida.



Binswanger, siguiendo al filósofo Martin Buber, añade una nota más positiva a la idea de caida: lo aplica a la noción de “amplitud” hacia los otros (Yo-hacia ti) y al amor. Si el Dasein es una apertura, podemos abrirnos hacia los demás. No estamos “encerrados” en nosotros mismos como algunos existencialistas parecen sugerir. Binswanger percibe este potencial como una parte intrínseca de Dasein, e incluso le otorga un lugar especial refiriéndose a él como estar-más-allá-del-mundo.



Ansiedad

Los existencialistas son famosos por puntualizar que la vida es dura. El mundo físico nos provee tanto de dolor como de placer; el social puede conducirnos a la angustia y la soledad así como al amor y al afecto; y el mundo personal, de manera prevalente, contiene ansiedad y culpa dentro de él, así como la consciencia de nuestra propia mortalidad. Y estas cuestiones, difíciles de soportar y no meras posibilidades en la vida, son inevitables.



Ser libre significa crear oportunidades. De hecho, estamos “condenados” a escoger, como dijo Sartre, y lo único que no podemos escoger es no escoger. Incluso, como puntualizó Kierkegaard, tenemos que escoger lo que pensamos; somos de hecho ignorantes, débiles y mortales; esto es, nunca tendremos suficiente información para tomar una buena decisión, ¡casi nunca podemos llevarla a cabo cuando creemos que estamos preparados, y moriremos antes de lograrla!.



Kierkegaard, Heidegger y otros existencialistas usan la palabra Angst, Ansiedad, para referirse a la aprehensión que sentimos cuando nos movemos hacia la incertidumbre de nuestro futuro. A veces se traduce como pavor para enfatizar la angustia y el desasosiego que viene junto a la necesidad de escoger, pero ansiedad es la palabra que más globaliza el concepto. La ansiedad, a diferencia del miedo o el pavor, no tiene un objeto bien definido. Es más un estado del ser que cualquier otra cosa más específica.



Los existencialistas hablan muchas veces de la nada en relación con la ansiedad: dado que no somos como tablas, ángeles y marmotas, determinados de forma preciosa, a veces sentimos como si fuéramos a caer en la nada. Nos gustaría ser rocas (sólidas, simples, eternas), pero nos damos cuenta que somos remolinos. La ansiedad no es un inconveniente temporal que nos pueda quitar el amigable terapeuta; es parte de ser humano.



Culpa

Parece entonces que el existencialismo no es una filosofía “fácil”. Provee de muy pocas vías de evitar las responsabilidades derivadas de los propios actos. No podemos echar la culpa a nuestro ambiente, a nuestra genética, o a nuestros padres, o a tal enfermedad psiquiátrica, o al alcohol y drogas, o a la presión de mi pareja, o al mismo Diablo.



Heidegger utiliza la palabra alemana Schuld para referirse a la responsabilidad con nosotros mismos y significa tanto culpa como deuda. Si no hacemos lo que sabemos que deberíamos hacer, sentimos culpa; hemos adquirido una deuda con nuestro potencial. Y como el Dasein es siempre una cuestión de potencial, por principio natural nunca se verá satisfecho del todo. Por tanto, hasta cierto punto siempre estaremos “en deuda” con el Dasein.



Otra palabra que encaja bien aquí es remordimiento. La culpa es ciertamente una cuestión de arrepentimiento sobre aquellas cosas que hemos hecho (o dejado de hacer) dañina para otros. Pero también sentimos remordimiento sobre decisiones pasadas que no han hecho daño a los demás pero sí a nosotros mismos. Cuando hemos escogido el camino más fácil, o no nos hemos comprometido con nosotros o con otros, o hemos decidido hacer menos en vez de más; cuando hemos perdido nuestro nervio (impulso), sentimos remordimiento.





Muerte

En ocasiones se les critica a los existencialistas su preocupación con la muerte. Es cierto que de hecho discuten en mayor profundidad el tema que la mayoría de los teóricos, pero no con un interés morboso. Es enfrentándonos a la muerte cómo podremos llegar a una comprensión de la vida. En su obra teatral Las Moscas, Sartre dice que “la vida empieza más allá de la desesperanza”.



Heidegger nos llama ser-hacia-la-muerte. Parece ser que somos la única criatura consciente de su propio final y cuando nos damos cuenta de esto, intentamos quitárnoslo de la cabeza trabajando o haciendo cualquier otra cosa en el mundo social. Pero esto no nos ayuda. Evadir la muerte es evadir la vida.



Una vez me percaté que mientras sujetaba a mi hija en brazos pensaba en la muerte (quizás sea algo raro, pero pensar en estas cosas me ayuda en mi trabajo de vida). Cuando acerqué su cara durmiente a la mía, pensé en cuán pronto tanto ella como yo moriríamos. En ese momento estaba abrumado por mi amor hacia ella. Es precisamente porque tenemos tan poco tiempo juntos lo que hace que el amor vaya más allá de un simple arreglo familiar. Cuando eres verdaderamente consciente de que vas a morir, cada momento que pierdes, se pierde para siempre.



Autenticidad

A diferencia de otros teóricos de la personalidad, los existencialistas no hacen ningún esfuerzo para evitar juicios de valor. Fenomenológicamente, lo bueno y lo malo son tan “reales” como un residuo sólido o una tostada quemada. De manera que ellos tienen claro que existen formas mejores y peores de vivir la vida. Las mejores formas se asocian al término auténtico.



Vivir de forma auténtica implica ser consciente de uno mismo, de nuestras circunstancias (lanzamiento), de nuestro mundo social (caída), de nuestro deber de crearnos a nosotros mismos (comprensión, entendimiento), de la inevitabilidad de la ansiedad, de la culpa y de la muerte. Más allá, significa aceptar estas cosas como un acto de autoafirmación. Implica compromiso, compasión y participación.



Nótese que el ideal de salud mental no es placer o ni siquiera la felicidad, aunque los existencialistas no tengan precisamente nada en contra de estas cosas. La meta es hacer lo que más puedas o lo que mejor hagas.



Inautenticidad (Falsedad)

Alguien que no es auténtico ya no está “creciendo”, simplemente “es”. Ha cambiado la apertura por la cerradura, lo dinámico por lo estático, las posibilidades por la actualidades. Si la autenticidad es movimiento, sencillamente esta persona se ha detenido.



Los existencialistas evitan las clasificaciones. Cada persona es única. En principio, empezamos con diferentes “materiales básicos” (genética, cultura, familias y demás). Luego a partir de estas bases empezamos a crearnos a nosotros mismos en virtud de las elecciones que tomamos. Por consiguiente, hay tantas formas de ser auténtico como personas existen, así como de no serlo.



La convencionalidad es la forma más común de no ser auténtico. Incluye la ignorancia de la propia libertad y de vivir una vida conformista y de un materialismo superficial. Si te las ingenias para ser como cualquier otro, no necesitarás escoger ni crear elecciones. Puedes dirigirte a la autoridad, o a tu pareja o a la publicidad para que te “guíen”. Entonces caerás en lo que Sartre llamó mala fé.



Otra forma de inautencidad es la neurosis existencial. De cierta forma, el neurótico está más atento que la persona convencional: él sabe que se enfrentan a elecciones que tomar y se asusta ante esto. De hecho, le asusta tanto que se sobresatura. Se queda estupefacto o entra en pánico, o cambia su ansiedad existencial y culpa por una neurosis ansiosa y culposa: encuentra algo “menos fuerte” (un objeto fóbico, una obsesión o compulsión, un blanco para su ira, una enfermedad o la pretensión de una enfermedad) para hacer más objetivas las dificultades de su vida. Un psicólogo existencialista diría que aunque puedas deshacerte de los síntomas con un buen número de técnicas, al final tendrías que enfrentarte a la realidad del Dasein.



Binswanger considera la inautenticidad como una cuestión de elegir un simple tema en la vida, o incluso un pequeño número de temas que permita al resto del Dasein ser dominado por éstos. Aquellos sujetos que poseen una personalidad que los freudianos llaman “anal-retentiva”, por ejemplo, puede estar dominada por un tema de “retener” o “mantener dentro de uno”, o de rigidez o perfección. Aquel que no se siente en control de su vida puede estar dominado por un tema de suerte, o de destino o de espera. Una persona que come de forma ansiosa puede estar dominada por un tema de vacío y de la necesidad de llenarse a sí mismo. Un adicto al trabajo puede estar dominado por un tema relacionado con la pérdida del tiempo o de ser superado.





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Análisis Existencial

Diagnóstico

Binswanger y otros psicólogos existencialistas centran la atención en el descubrir a su cliente su visión de su mundo (o diseño del mundo). No es necesariamente una cuestión de discutir la religión o filosofía de la vida del sujeto. Lo que Binswanger quiere saber es tu “Lebenswelt”, palabra de Husserl para “el mundo vivido” (En este sentido, en castellano podemos utilizar el vocablo “vivenciar” o el “mundo vivenciado” para expresar la connotación de experiencia emocional del sujeto sobre lo que ha vivido. N.T.). El autor busca, en definitiva, aquel punto de vista concreto de su vida cotidiana.



Por ejemplo, intentaría comprender cómo ves tu Unwelt o mundo físico (cosas, edificios, árboles, mobiliario, gravedad...)



También le gustaría entender tu Mitwelt, o mundo social: tus relaciones con otros individuos, con tu comunidad, con tu cultura y demás.



Y finalmente intentaría comprender tu Eigenwelt o mundo personal. Esto incluye tanto tu mente como tu cuerpo, en tanto creas que es una parte importante de tu sentido de quién eres.



Binswanger también está interesado en tu relación con el tiempo. Le gustaría saber cómo percibes tu pasado , tu presente y tu futuro. ¿Vives más bién en el pasado, intentando siempre recuperar aquellos maravillosos años? ¿o vives en el futuro, siempre esperando y preparándote para una vida mejor?. ¿Percibes tu vida como una aventura compleja y larga? ¿o como un instante; aquí, ahora y mañana adiós?



También de interés es la forma en que tratamos el espacio. ¿Tu mundo es abierto o cerrado? ¿Es íntimo o es vasto? ¿Es acogedor o frío?. ¿Percibes tu vida como algo en movimiento, como una cuestión aventurera y de viajes, o la ves desde una postura inmóvil?. Por supuesto, ninguna de estos cuestionamientos significan algo por sí mismos, pero al combinarse con los demás a través del proceso íntimo relacional de la terapia, pueden llegar a ser una gran fuente de información.



Binswanger también habla de diferentes modos: algunas personas viven de un modo singular, solos y autosuficientes. Otros viven de un modo dual; más como un “tú y yo” que un “yo”. Algunos viven de un modo plural, pensando en sí mismos en términos de su pertenencia a algo más amplio que ellos mismos (una nación, una religión, una organización, una cultura). E incluso hay quien vive de un modo anónimo, quieto, secreto, escondido detrás de la vida. Y la mayoría de nosotros vivimos en todos estos modos de tiempo en tiempo y de lugar en lugar.



Como podemos observar, el lenguaje del análisis existencial es metafórico. La vida es demasiado amplia, demasiado rica, para ser capturada por algo tan crudo como la prosa. ¡Mi vida es ciertamente muy rica para ser enmarcada en palabras que ya sabías antes de conocerme!. Los terapeutas existencialistas permiten a sus pacientes revelarse a sí mismos, dejarse ver a sí mismos, en sus propias palabras, en su propio espacio temporal.



Los existencialistas podrían preocuparse por tus sueños, por ejemplo, pero en vez de interpretarlos, te preguntarían lo que significan para ti. Podrían incluso sugerirte que dejes que tus sueños te inspiren, que te guíen, que te sugieran sus propios significados. Podrían no significar nada en absoluto, y podrían significarlo todo.







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Terapia

La esencia de la terapia existencial es la relación terapéutica entre el terapeuta y su paciente, o encuentro. Esta es la genuina presencia de un Dasein ante otro, una “apertura” de uno sobre otro. A diferencia de otras terapias mas “formales”, como la freudiana, o más “técnicas” como la conductual, la terapia existencial parece depender más de ti o estar más cerca de ti. La transferencia y la contratransferencia se consideran partes propias y naturales del encuentro; sin abusar, por supuesto y tampoco sin dejarlas de lado.



Por otro lado, los humanistas considerarían al terapeuta existencialista como más formal y más directivo que ellos. En este sentido, el terapeuta existencialista es más “natural” con su paciente (usualmente tranquilamente escuchando, pero expresando en ocasiones sus propias opiniones, experiencias e incluso emociones). “Ser natural” también implica el reconocimiento por parte del paciente de sus propias diferencias internas. El terapeuta tiene el entrenamiento y la experiencia y después de todo, es el paciente quien presumiblemente tiene los problemas. La terapia existencial también se considera un diálogo, y no un monólogo del terapeuta ni tampoco del paciente.



Pero el análisis existencial tiene como meta la autonomía del paciente. De la misma manera en que enseñamos a un niño a montar en bicicleta, debemos sujetarles por un tiempo, pero eventualmente tendremos que dejarles ir solos. El niño podría caerse, pero si nunca le soltamos, ¡nunca aprenderá a montar! Si la “esencia” del Dasein (ser humano) es responsabilidad y libertad en la propia vida, entonces no puedes ayudar a alguien a hacerse un humano más completo a menos que estés preparado para liberarle.







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La parte más positiva de la psicología existencial es su insistencia en la mayor adherencia posible al “mundo vivencial”. En fenomenología, hemos invertido mucho esfuerzo y tiempo en un método riguroso para describir la vida y cómo se vive la misma. La teoría, las estadísticas, el reduccionismo y los experimentos se apartan, al menos en un momento. Los existencialistas dicen, ¡primero, tenemos que saber de qué estamos hablando!



Esto hace que la psicología existencial se aplique de forma natural: se mueve casi sin querer en el campo de la diagnosis y psicoterapia; muestra su presencia en el campo de la educación e incluso puede que algún día se adentre en la psicología industrial y organizativa.



Tiene bastante menos éxito en el respeto como método de investigación. Existen dos revistas psicológicas que hablan de investigación fenomenológica y unas pocas revistas dedicadas a la educación y a la enfermería se abren a ella. Pero prácticamente el grueso de la psicología la rechaza, y de forma más bién grosera. Es considerada simplemente como no científica, ya que no tiene que ver con hipótesis ni estadísticas y mucho menos con variables dependientes e independientes o con grupos de control y muestras aleatorias; todo esto la hace prácticamente descartable para los programas de post-grado, tesis doctorales y maestrías en universidades.



Dificultades

Sin embargo, las dificultades por las que el existencialismo ha ganado respeto no es precisamente por su falta de psicología tradicional en sus bases y práctica. Se cree muchas veces que es porque es poco bien entendida o malinterpretada por la corriente angloparlante de psicólogos.



Si bien es cierto que las nuevas ideas son difíciles de expresar y necesitan de nuevas palabras y nuevas formas de uso de las antiguas, muchos de los términos de la psicología existencial son innecesariamente oscuros. Muchos de ellos provienen de tradiciones filosóficas, probablemente familiares a los filósofos, pero no a la mayoría de psicólogos. Otros son alemanes o franceses y están muy mal traducidos. Y algunos de ellos son simplemente caprichosos o pretenciosos.



Lo que necesitamos es un verdadero escritor existencialista de habla inglesa (y desde luego castellana). Después de todo, el lenguaje de las experiencias ordinarias de la gente común debería ser un lenguaje ordinario ¿no?. Rollo May y Víctor Frankl han hecho un considerable esfuerzo en este sentido, pero hace falta hacer mucho más.



Los existencialistas también tienden a ser un poco prepotentes, incluso hasta el punto de discutir quien entre ellos tiene la “verdadera” comprensión sobre Husserl o Heidegger o cualquiera que sea. Pueden ganar un buen pulso, especialmente si establecen su acercamiento de forma que pueda ser aceptado a las corrientes principales de la psicología, prestando especial atención a personas como Alfred Adler, Erich Fromm, Carl Rogers y otros teóricos, investigadores y practicantes que no son de hecho existencialistas, pero con frecuencia se expresan bastante mejor.



El mayor peligro en el que creo que caen los existencialistas es su tendencia a mantenerse en un a oposición a la corriente. Es cierto que la psicología tiene dos amplias “culturas”, los experimentalistas “duros” por un lado y los clínicos más inclinados al humanismo por el otro. Al denigrar la cultura experimental, sencillamente ¡están siendo antagonistas de la mitad de la psicología!.



Si soy un poco duro con los psicólogos existencialistas, es en parte porque soy uno de ellos (aunque mi tendencia personal está más cercana a la psicología dinámica, comprendo y comparto muchas de las cuestiones básicas del existencialismo.N.T.). Es como el patriotismo: mientras más amas a tu país, mñas te preocupan sus fallos. No obstante, creo que la psicología existencial tiene mucho que ofrecer. En particular, ofrece una base filosófica sólida donde los adlerianos y rogerianos y neofreudianos, así como otros existencialistas marginales puedan desarrollar y refinar su comprensión de la vida humana.







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Lecturas

El trabajo de Bingswanger fue presentado en inglés por vez primera de la mano de may, Angel y Ellenberger en un volumen de artículos en Existencia (Editorial Piados en versión castellana y traducida del inglés). Luego se han ido recolectando varios artículos en Being-in-the-World. Mucho de su trabajo permanece aún sin traducir, en especial Grundformen und Erkenntnis menschlichen Daseins (The Foundations and Cognition of Human Existence). Para ver la traducción al inglés de la tabla de contenidos, haz clic aquí.



Con respecto a la psicología existencial y filosofía en general, léase Existential-Phenomenological Alternatives for Psychology, editado por Valle y King, o una introducción clásica, Irrational Man, por William Barrett.



Si eres lo suficientemente bravo, quizás quieras intentar algo de los grandes originales en fenomenología y existencialismo, como Edmund Husserl o Martin Heidegger. Kierkegaard y Nietszche son fascinantes, igual que Jean-Paul Sartre, quien ofrece una versión diferente del existencialismo de Heidegger.



Si necesitas algo más accesible, intenta A Primer in Phenomenological Psychology de Keen, el clásico de Steiner Martin Heidegger, Phenomenological Psychology de McCall's (que posee una sección muy interesante sobre la terminología de Heidegger), y Exploring Phenomenology de Stewart y Mickunas' . Para una historia sobre la psicología existencial y psiquiatría, Phenomenology in Psychology and Psychiatry de Spielberg. En este libro también se mencionan otros psicólogos existencialistas.



Existen un sin fin de libros en castellano sobre varios autores considerados existencialistas, simplemente teclee en cualquier buscador en Internet la palabra clave “existencialismo” y aparecerán.(N.T).

Los Girasoules



A veces el sujeto tiene una fuerza interior que trasvasa los límites de la normalidad, con una capacidad fuera de lo común, es la persona con una gran capacidad de amar, llena de pasión y entrega, si a esa persona le rompemos su proyecto sentimental estamos cercenando su vida más sentimental su fuero interno.
No puedo olvidarte te veo en todas partes como me cuesta vivir sin ti, dice la canción...

Física

"-Cuando le damos la espalda al mundo, el mundo no desaparece -dijo el físico de pronto-."



Stanislaw Lem. 1991. Fiasco. Alianza editorial. Madrid.

Dreams on Fire



Imaginen que pasean por un dulce camino o quizá viajan con su automóvil desde un lugar bonito, satisfechos del trabajo realizado, contentos con lo que están haciendo, habiendo trazado un recorrido profundo a su vida. Desde allí pueden situarse con perspectiva mirando hacia detrás y hacia delante con el cuerpo henchido de satisfacción, orgullo y placer. Son cubiertos de una experiencia maravillosa que les inunda y que les impulsa a seguir el camino, son invitados a la esperanza y a la ilusión en el mejor de los sentidos. Son unos soñadores que alargan su mano y alcanzan su meta, son personas que consiguen lo que desean. Son personas que cumplen sus sueños, sus anhelos y cuya presencia en la Tierra les cubre de satisfacción. Todo el mundo puede sentirse así, unos hablarían de omnipotencia otros de experiencia cumbre, otros de plenitud, otros se callarían y dirían que son mamarrachadas que la vida es mucho más sencilla y que hay que vivir en el "aquí y ahora" simplemente cubriendo las demandas del mundo externo, realizando el trabajo que le hace llegar a fin de mes y disfrutando con su pareja. Pero tal vez la vida nos ofrezca una posibilidad mucho mayor, Lapide, un teólogo con el que escribe un opúsculo Victor Frankl como diálogo podría decirnos que la presencia de Dios es esperanzadora para muchas personas. Conozco a pacientes que tienen sus vírgenes y santos devotos y a ellos les piden ayuda día tras día, proporcionándoles confianza y esperanza. Otros se agsarran a otro tipo de creencias más científicas y otros pasean por el mundo anclados al principio del placer intentando que llegue el fin de semana. Decía Federico Giménez Losantos, un ejemplo de gran inteligencia fracasada siguiendo los conceptos de Jose Antonio Marina, que había que esperar para ver lo que el lunes nos podía ofrecer, como una invitación a empezar la semana de manera poética y linda.
Los sueños están a nuestro alcance, sólo tenemos que luchar para obtenerlos y para ello tenemos dos herramientas la libertad y la responsabilidad, si a esto le sumamos otras facetas como la creatividad podremos transformar nuestra vida en algo más enriquecedor, más bello y hermoso. El trabajo de la psicoterapia además de acabar con el dolor y dar un sentido a la experiencia sufriente, analizando las causas y proporcionando una meta a la existencia también propone expandir la salud, desarrollar los potenciales latentes, de ese modo, la persona mejora y va acercándose a sus sueños, que antes podían estar muy lejanos. La pereza, los hábitos aprendidos y lo que los psicoanalistas llaman (llamamos) resistencia son artificios del aparato psíquico para el inmovilismo, para distanciara afectivamente a una persona de su terapeuta.
El otro día me llamo una persona que decía que su terapeuta gestáltico le había invitado a acabar con la terapia por dependencia emocional, sin duda hay mucho más detrás de este discurso porque es obvio que se desarrolla cierta relación emocional con un terapeuta, es el primer paso para pasar a una dependencia relativa y después a una autonomía e individualización. Creo que tienen que que tienen que quedar claras esas ideas puesto que son princeps en psicoterapia. La paciente me decía como señalada, "es que yo soy muy dependiente afectivamente". Bueno, un señor de Valencia con el que realicé una formación, Jorge Castelló ha escrito un libro sobre dependencia emocional, queriéndolo añadir a la nosología existente. Sin embargo esto está inscrito en el marco de las relaciones de pareja, no en las relaciones terapeuta-paciente.
También hay un camino inverso, el terapeuta desarrolla una conexión emocional (rapport) con el paciente y vive desde sus zapatos el dolor que siente, contratransferencia útil. Tenemos que desmontar ciertas estructuras dialécticas para llegar a la verdad del sufrimiento, esto sin confianza no se puede realizar fácilmente.
RCS



pasan los años y cada uno toma su rumbo, y se pierden viejos amigos, pero los buenos quedan, pero la distancia nos aleja, pero pese a la tristeza de la cancion es una añoranza a aquellos momentos tan felices juntos. Autor Anónimo

Análisis existencial y ontología dimensional

Análisis existencial (Existenzanalyse) y logoterapia son realmente lo mismo, en cuanto ambosd representan un determinado aspecto de una misma e idéntica teoría. Sin embargo, Existenzanalyse no debería confundirse con Daseinanalyse, aun cuando ambos términos alemanes se hayan traducido a otras lenguas como "análisis existencial".
El análisis existencial y el daseinanalyse se esfuerzan ambos por algo así como el esclarecimiento de la existencia (Existenzerhellung, Karl Jaspers). El acento lo pone, no obstante, el daseinanalyse en el esclarecimiento de la existencia entendida en el sentido del ser. El análisis existencial, en cambio, por encima y más allá del esclarecimiento del ser, se propone avanzar hasta el esclarecimiento del sentido. El acento pasa así  de un esclarecimiento de realidadesóntico-ontológicas a un esclarecimiento de posibilidades de sentido. Por esto quizás el análisis existencial va más allá del simple análisis y es una terapia, a saber, logoterapia, mientras que el daseinanalyse por lo menos de acuerdo con las definiciones dadas por los mismos "analistas del dasein" líderes, nop representa de por sí una (psico) terapia en el verdadero sentido de la palabra. Como dice Medard Boss: "El daseinanalysis no tiene nada que ver con la práctica psicoterapéutica".  Logos, ante todo, significa sentido. Por ello, la logoterapia es uan psicoterapia orientada al sentido y reorienta al paciente hacia el sentido.
Resumen y revisiómn de una ponencia leída en Cuarto Congreso Internacional de Psiquiatría, Barcelona (España), 5 de septiembre de 1958. XI Capítulo de "Psicoterapia y Existencialismo". Herder.
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Hay que matizar algunos aspectos de Frankl, él era defensor de la  "terapia" electroconvulsiva y de los psicofármacos. Cambió diagnósticos y medicaciones a judíos para que no fueran a la cámara de gas por aquello de la eugenesia nazi. Incluso algunos arios fueron eliminados por padecer síndromes psiquiátricos.
Esta persona lucho y vivió en tres campos de concentración, que recuerde, Auschwitz y Dachau. Observó lo que pasaba a sus "camaradas" y descubrió que la falta de sentido a la vida producía un colapso psicofísico que hacía disminuir las defensas inmunológicas. Algo que está muy estudiado en psicoinmunología y que todos los médicos saben. Para mejorar la salud de un órgano hay que mejorar la salud a nivel holístico.
Frankl es un hombre que se aferra con fiereza a sus preceptos de orden existencial, con sintonía con la gestalt y otras terapias integrativas. Él estudió y trabajó con Freud y Adler los dos primeros psicoterapeutas de Viena y creo su propia escuela, una escuela que aún tiene repercusión en el mundo.
Frankl también creo un método concreto, una técnica concreta de psicoterapia, la intervención paradójica,
muchos terapuetas la conocen aunque quizás no tanto sus orígenes. La psicoterapia breve y estratégica de Paul Watzlawick o Giorgio Nardone pone en situación el contexto en el que han sido usados esta técnica, para movilizar en pocas sesiones los recursos del paciente.
Frankl cita un caso, se trata de un médico al que le sudaban mucho las manos y le daba vergüenza dar la mano a sus colegas y pacientes. Frankl, debido a su hibrofobia, le dijo que procurara sudar más, esto hizo que el paciente médico se dijera "voy a sudar 4 litros" y curiosamente, cuando contactaba con los colegas su mano ya no transpiraba como antes. La interpretación de este hecho puede ser muy variada, pero el disminuir la angustia y la culpa por sudar haciendo bueno el hecho de sudar convirtió el problema en algo más relativo e intrascendente, fue paradójicamente un paso hacia delante en una intervención concreta de una sesión.

Sobre la Creatividad

La creatividad ha sido estudiada durante mucho tiempo de forma atomista. Se ha analizado según la premisa científica de A es a A, según principios lineales. Para estudiar la creatividad hay que realizar entrevistas profundas, donde se pueda valorar la dimensión humana global de la persona, su modo de estar-en-el-mundo, eso tan propio del Daseinanalyse, y que se diferencia del análisis existencial de Frankl por la diferencia de años en que surgió y porque Binswanger forma parte de los psicoanalistas y se carteó con Freud y Frankl duró poquito en la "nómina" de los psicoanalistas formando la tercera escuela vienesa de psicoterapia: la logoterapia.
La creatividad es difícil de medir, ségún Pearson hay dos factores de la inteligencia, los generales (G) y los específicos (E), en la creatividad puede suceder lo mismo.
Lo importante es el gesto espontáneo, el gesto creativo, no el producto creativo. Para vivir de forma creativa da igual ser artista que fontanero. Es la dimensión humana de la persona lo que trasciende a las pruebas de inteligencia y a las preguntas cerradas sobre creatividad.
En una tesis doctoral se realizó un trabajo que a mí me parece muy acertado, se puso en una columna las características que Maslow considera propio de la autorrealización y las características de la creatividad, como puede ser el pensamiento divergente.
La creatividad de una persona está inscrita en su dimensión humana, en su identidad, en su personalidad, en su trayectoria vital, en su biografía como le gustaba estudiar a Castilla del Pino, quien realizó un estudio de la depresión que sólo podía ser entendido (y puede) por los que conocen la violencia de la guerra civil española: "Un estudio sobre la Depresión".
Hablemos de creatividad y dejemos la digresión, una persona tiene un potencial creativo, en función, según el estudio referido antes, por las características de autorrealización. Por ejemplo, y este estudio también me parece relevante, se analizó las características de "experiencia cumbre" de mujeres embarazadas y su estado antes y después del parto. Aquellas mujeres que habían tenido un parto satisfactorio demostraban una plenitud y un estado de salud holística considerable que transformó su psiquismo, quien haya sido madre puede avalar este estudio. Pensar en la creatividad es pensar en la capacidad del ser humano para trascender y reestructurar el self.
Dentro de la pintura, sin embargo, nos encontramos con ejemplos varios y célebres de personas con algún tipo de problema psíquico que sin embargo alcanzaron ese punto que Winnicott llama riqueza psíquica, probablemente el concepto más parecido a las experiencias cumbres de Maslow. Estos pintores y escritores padecieron de graves problemas, podemos empezar con Artaud, que estuvo sometido a electroshocks y que se le presupone una esquizofrenia, tras luchar con su editor consiguió que se publicaran las cartas que compartieron el editor y él pero no sus poemas. Los "agujeros" de su discurso le distanció de su propósito, no cumplía con los "estándares" de la línea editorial. Sin embargo André Bretón le rescató de ese vacío existencial y esa frustración para pasar a ser uno de los estandartes del surrealismo. Gauguin es calificado hoy en día con un análisis retrospectivo de trastorno bipolar, así como Kurt Kobain e incluso Britney Spears, según dice alguno. Volviendo al pasado es conocida la obra de Van Gogh en Arles donde produjo grandes obras y el "mal carácter" de Picasso, quien decía: "La inspiración existe pero que te coja trabajando".
En otro orden de cosas, estos son ejemplos de productos imperecederos, pero una señora o señor que realiza unas lentejas puede ser una persona creativa en su vida. Esto depende de factores, como señalaba antes mucho más importantes que el valor de su obra, las lentejas son baratas pero saben deliciosas, sobre todo si se hacen con amor, qué les voy a contar.
Winnicott estudió la creatividad y llevó una vida creativa, el hecho de tocar el piano después de trabajar, el juego del garabato, el inventar nuevas técnicas aplicadas a las demandas de sus pacientes y compatibles con el psicoanálisis, el jugar con su esposa Clare Britton, la preocupación por los niños deprivados y llevar uno a su casa sufriendo las penurias de un muchacho con tendencia antisocial produjo un desgaste tremendo para la pareja quienes sufrieron los arrebatos de cólera de este chico.
Maslow, Rogers, Winnicott, Binswanger, Frankl, fueron personas que inventaron, que se sobrepusieron a las dificultades del "medio ambiente" y que consiguieron establecer una línea teórica y de acción diferente que ha cautivado a miles de terapeutas en todo el mundo.
Podríamos decir que la creatividad es el punto final del proceso de curación de una persona, la autorrealización, la experiencia cumbre, el proyecto existencial alcanzado, el contacto con la esperanza. Los atributos de la creatividad contribuyen a hacer que la vida merezca la pena de ser vivida y esto es una experiencia que cubre la dimensión holística de la persona e invita a seguir creciendo, a seguir evolucionando y a que se realice un crecimiento mental. Tal vez existen discrepancias teóricas entre la maduración emocional y el crecimiento mental en lo concerniente a la creatividad, porque sí se puede ser creativo estando enfermo. Los investigadores, generalmente ajenos a la clínica argumentan que la mayuor producción se realiza en intervalos libres de la enfermedad. Así pues, se puede estar enfermo y ser creativo aunque esto no concuerde con lo que dice Maslow, probablemente la enfermedad en términos de Maslow, como la de Perls es otro concepto que tiene más una veta experiencial, vivencial y existencial que nosológica. Esto lo diferencia de la psicología académica y la psiquiatría clásica. Y en esos parámetros nos hemos movido.
Rodrigo Córdoba Sanz. 31-10-2010

sábado, 30 de octubre de 2010

Days Gone By




  Dias pasados, como agujas, dias iguales a los que sobrevivir pero con el optimismo y el coraje por bandera, mi muro levantado e inaccesible, incluso para mi. Anónimo

Toda persona tiene su refugio, un lugar en el que cierra los ojos y se siente transportado y seguro, aquellas personas que se refugian en su mundo interior para evitar los daños que le causa o le han caiusado la realidad externa tienen cultivado este mundo interior de ricas fantasías, sueños, sentimientos y actitudes que plasman en el concepto de sí mismos, en el concepto con el otro y en vínculo emocional que generan. Existen alguna suerte de persona que sus experiencias le han enriquecido y han sobrevivido a la adversidad con aplomo pero con un desgaste psíquico importante, son personas que han tenido que crecer muy pronto y que la maduración emocional no ha podido acompasar sus experiencias vitales. Esas personas se introducen en ese mundo tan privado, íntimo e inefable y tal difícil de transcribir que poco a poco van siendo atravesados de las experiencias de esos hábitos cognitivos y conductuales. Esto les paraliza y les hace encontrarse caundo no están ocupados con su verdadero yo, un yo frágil y lastimado cuyo recuerdo es enormemente duro. El integrar esos dos mundos, la careta social y el mundo interior es un trabajo que cuesta trabajo porque tal vez, esa costumbre se ha generado para sobrevivir, de forma que la separación produce tal desgaste psicofísico que la personalidad se construye con heridas y fallas. Estas personas necesitan un nuevo comienzo, calor y retomar la vida desde donde son capaces de realizar su proyecto. Desarrollando su fuerza, vitalidad y potencial podrán crecer aunque estén en un momento psicopatológico, el territorio de la salud mental es más amplio que el dolor y entender el sufrimiento es conmovedor.

viernes, 29 de octubre de 2010

Princesa Inca (Cristina Martín) cuenta su recuperación con los Beatles de Víctor


La vida merece la pena de ser vivida

Esta frase puede aparecer en un texto de Perls, de Maslow, de Frankl o de Winnicott. Este último fue psicoanalista, pero se escurrió de los modelos imperantes creando una propia escuela que no consideraba rígida y que invitaba a que se fuera expandiendo y adaptando a la época y al paciente.
Pero es importante el tronco común que les une, Winnicott en una pequeña biografía que encontré lo representaban como "psicoanalista humanista" o tal vez fuese "psicoanalista existencialista". En verdad el objetivo de la psicoterapia humanista y de Winnicott como otros psicoanalistas es trabajar la salud, potenciar la parte creativa de la persona que sufre y avalar sus percepciones así como validar su dolor. Poco a poco, como dice Hugo Bleichmar, ahora en la Universidad de Comillas, es el crecimiento mental lo que contribuye a que se lleve a cabo la curación. Hugo Bleichmar es un psicoanalista de corte más clásico, que conoce a Winnicott y da seminarios de profundidad pero su formación es clásica, sin embargo él ha integrado las neurociencias y el cognitivismo en su teoría, su mujer, Dio Bleichmar ha hecho lo propio centrándose más en los niños y las relaciones con sus padres. Abarcando toda la clínica.
La vida merece la pena de ser vivida de forma creativa, se trata de un aforismo winnicottiano que dice lo que otros han pensado, Winnicott consideraba que había que hablar de lenguaje vivo y lenguaje muerto, consideró que el lenguaje kleiniano era muerto y así lo dijo, con la consiguiente retaliación de la SPB. Él lucho por hacer ver a sus interlocutores y pacientes que el ser humano trasciende la enfermedad, que es mucho más que eso, por ejemplo dijo la ausencia de síntomas es el punto de partida para la salud.
Su objetivo era la riqueza psíquica, la capacidad de aceptar sin resolver las paradojas de la vida y llevar una vida creativa que llenara al sujeto, como Maslow hablara de experiencia cumbre y autorrealización, de personas creativas no de personas enfermas. Todos ellos consideraban que sacar a delante el potencial existencial y el proyecto de vida que les produjera satisfacción podría ser beneficioso para su desarrollo vital y esto redundaría en toda la dimensión humana. Todo esto sin ceñirse a realizar un trabajo dirigido a la psicopatología como se enseñaba desde el siglo XIIX: Griesinger: Las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro. Se puede entresacar grandes lecturas de los postulados de Freud, por ejemplo el hecho de hacernos ver que hay un sótano oscuro allá abajo pero como él dice, queda por estudiar el resto del edificio y esto es lo que han hecho sus sucesores variando el estilo, forma y filosofía de la psicoterapia para estar más cercanos al dolor, más próximos a la persona que sufre y ayudar con autenticidad y de manera genuina a la persona que sufre un problema determinado de carácter psicológico.
Se trata, entonces de tener en el punto de mira la salud y el desarrollo pleno del individuo, dejando atrás los conceptos de centrarse en la psicopatología, esto hay que saberlo detalladamente pero es más pleno el trabajo como consideran los autores citados y yo mismo cuando la relación emocional que se desarrolla entre paciente y terapeuta alcanza unos grados cálidos de confiabilidad, compromiso, confianza y constancia.
Como decía Michel Foucault de la teoría se infieren técnicas que hay que aplicar como instrumentos. Es sólo eso. Más allá hay que construir un espacio vivo y creativo, las contribuciones de la arteterapia pueden resultar interesantes para incluir con alguna suerte de pacientes.

Sueños y Existencia

Sufrir la muerte propia
y renacer
no es fácil.

Fritz


Mil flores de plástico
no hacen de un desierto un jardín
Mil caras vacías
no llenan una sala vacía.

Fritz


[...] Así llegamos a la definición de salud. Salud es un equilibrio, la coordinación de lo que somos. Noten que hago hincaipé en la palabra "somos", porque desde el momento en que decidimos que "tenemos" un organismo o que "tenemos" un cuerpo, introducimos una escisión, una división: es como si hubiera un yo en posesión del cuerpo y del organismo. "Somos" un cuerpo, somos alguien. "Yo soy alguien", "Yo soy nadie", La cuestión está más bien en "ser" que en "tener". Por esto llamamos a nuestro enfoque el enfoque existencial. Existimos "como" un organismo, como una almeja, como un animal, etc., y nos relacionamos con el mundo externo tal como cualquier organismo de la naturaleza. Fue Kurt Goldstein quien primero introdujo el concepto de "organismo como un todo", rompiendo con la tradición médica de que "tenemos" un hígado, que tenemos esto y aquello y que todos estos órganos pueden ser estudiados por separado. Se aproxima bastante a la realidad, pero la realidad es más bien lo que se llama el aspecto ecológico. No se puede separar un organismo del ambiente. Una planta fuera de su ambiente, si se le priva de oxígeno y alimentos, etc. Tenemos que considerar siempre al segmento del mundo en que vivimos como parte nuestra. A donde vayamos llevamos una especie de mundo con nosotros.

Fritz Perls: "Sueños y Existencia". Cuatro Vientos.

Fritz Perls fue un promotor esencial en la psicoterapia gestalt, un señor un tanto peculiar que luchó por difundir el existencialismo y el humanismo como forma de enfocar la vida, y esto era lo que sugería a sus pacientes. En este libro hay dos segmentos, su teoría, de la que se desprende la técnica, él consideraba que las técnicas son "trucos" y parece ser un responsable más cercano a na actitud que a una impostura clínica dogmática. Recuerdo leer una anécdota: él estaba invitado en un lugar sagrado a dar una conferencia junto a Carl Rogers y a Skinner, dos pesos pesados de la psicología. Le dijeron que no podía fumar. Cuando tocaba su turno el responsable le buscó por dentro y fuera de las instalaciones y finalmente llamó a su casa. Él dijo que era libre y que se había marchado para poder fumar. Así era Fritz, revolucionario, transgresor e innovador, aunque este simple ejemplo no represente toda su vida sino una anécdota graciosa.
El libro está escrito en un lenguaje claro y sencillo, con ejemplos y viñetas ilustradoras. La segunda parte está destinada a la forma en que Fritz invitaba a los pacientes a buscar el sentido y significado trascendente de sus sueños, un acompañamiento y asistencia sin interpretación, una nueva manera de ver el análisis de sueños, un análisis que realizaba el paciente. Recuerdo a un paciente que me dijo que su analista le había interpretado un sueño y que no estaba de acuerdo con la interpretación (Algo frecuente). Él había soñado estar embarazado y el analista le interpretó que eso constituía la razón por la que él estaba tan preocupado, que era la publicación de un libro. Él señor consideraba que se refería al nacimiento de su segundo hijo, en tiempos de crisis y de un estado emocional algo turbulento.
Recomiendo su lectura, un abrazo. Rodrigo Córdoba Sanz.

jueves, 28 de octubre de 2010

Neurosis Colectivas de la Actualidad

Neurosis Colectivas de la Actualidad

Stern cuando decía: "Por desgracia, la filosofía reductiva es la parte más aclamada del pensamiento analítico. Armoniza excelentemente con aquella típica mediocridad <>, que se asocia al desprecio por lo todo lo espiritual". Bien, al desprecio por todo cuanto pertenece al espíritu y a la religión en particular, llega con suma facilidad el neurótico promedio con ayuad de un psicoanálisis mal entendido. Con todos los respetos debidos al genio de Sigmund Freud y a sus logros pioneros, no debemos cerrar los ojos ante el hecho de que Freud mismo fue una criatura de su tiempo, para nada independiente del espíritu de su época. Las ideas de Freud sobre la religión en cuanto ilusión o neurosis obsesiva y sobre Dios en cuanto imagen paterna no eran sino una expresión de este espíritu. Pero incluso hoy día, transcurridas ya varias décadas, no debe desestimarse el peligro del que nos advierte Karl Stern. Con todo, tampoco era Freud el tipo de hombre que menospreciara todo lo que fuera espiritual y moral. ¿No decía acaso que el hombre era, no sólo más inmoral de lo que él mismo creía a menudo, sino también mucho más moral de lo que él creía? Me gustaría completar esta fórmula añadiendo que el hombre es a menudo mucho más religioso de lo que él sospecha. No quisiera excluir de esta regla ni siquiera al mismo Freud. En última instancia, fue él quien es cierta ocasión se refirió a "nuestro Dios Logos. [...]

[...] Acabo de referirme al nihilismo. En este sentido desearía señalar que el nihilismo no es aquella filosofía que dice que sólo la nada existe, nihil, y que, por tanto, no hay Ser; el nihilismo es esa actitud hacia la vida que dice que el Ser, y sobre todo la propia existencia, carecen de sentido. Pero, aparte de este nihilismo teórico y académico, hay también un nihilismo práctico, por así decir, el nihilismo "vivido": hay gente -y esto es hoy día mucho más manifiesto que nunca- que es incapaz de ver sentido en su existencia y, por tanto, piensa que no tiene valor alguno.
En lo más profunfo de, en mi opinión, al hombre no lo dominan ni la voluntad de placer ni la voluntad de poder, sino lo que yo llamo la voluntad de sentido: su esfuerzo y su lucha profundamente arraigados por un sentido úlitmo y elevado de su existencia. Esta voluntad de sentido puede frustrarse. Llamo a esta situación frustración existencial y la contrapongo a la frustración sexual, tan a menudo incriminada como etiología de las neurosis.
Cada época tiene sus neurosis y cada época necesita su propia psicoterapia. La frustración existencial desempeña hoy día, a mi entender, un gran papel en la formación de neurosis, tal como anteriormente hizola sexual. Una neurosis noógen, esto es, aquella cuyas raíces no son complejos y traumas psicológicos, sino problemas espirituales, conflictos morales y crisis existenciales, requiere en calidad de neurosis espiritualmente enraizada, una psicoterapia centrada en el espíritu; es la psicoterapia en un sentido  más restringido del término. Sin embargo, la logoterapia resulta también indicadad en numerosos casos neuróticos cuyo origen no es noógeno, sino psicógeno.

Victor E. Frankl: "Psicoterapia y Existencialismo" , Herder. Capítulo X Neurosis Colectivas de la Actualidad.

Nuevo libro de Andre Green

Para André Green, «pensamiento» y «clínico» son dos palabras que difícilmente se asocian: «El pensamiento habita campos de actividad diversos, pero hasta el presente no ha penetrado todavía el ámbito clínico. El pensamiento puede ser filosófico, científico, religioso, etc. El nivel de elaboración teórica en que se apoya su exigencia interna no parece autorizar a la clínica a pretenderlo. (...) La clínica observa, percibe, persigue, adivina. Resultaría dificultoso encontrar en ella la sombra de un pensamiento; su coherencia es más de una vez problemática».

I´ll Be With You: Dare



Cierren los ojos e imaginen a una persona que vuela en su coche hacia la gloria de encontrar un reconocimiento a su trabajo, una persona que se siente cubierta, una experiencia cumbre, estar con una sensación de plenitud y autorrealización que cubre la dimensión humana pudiendo aportar un brochazo de vida y unas pinceladas de color y matices suaves y poderosos a la existencia. Un sentido a su persona, a su estar en el mundo, una fuente de calor humano y profesional. Ésta es la Banda Sonora. Una experiencia maravillosa acompañada de una buena canción de un grupo casi desconocido.
Disfrútenla.


I'll Be With You Lyrics


Dare



He's got the world,

Upon his shoulders,

Running faster the harder it falls.



No one had gone,

And he ran his letter till the dawn,

Though the pages were torn.



I'll be the wind in the trees my son,

I'll be the road that you walk upon,

(I will be with you)

I will be with you when I'm gone,

And you carry on, and you carry on.



So many words,

We left unspoken,

Let the road take you where you will go,

And some day you will know,

The path that burns so brightly it never dies,

And I'm always by your side.



I'll be the wind in the trees my son,

I'll be the road that you walk upon,

(I will be with you)

I will be with you when I'm gone,

And he carries on, and he carries on.



I will be there for you,

I'll be the shelter from the rain for you,

And you always know



[Instrumental]



I will be with you when I'm gone,

And he carries on, and he carries on,



I'll be the wind in the trees my son,

I'll be the road that you walk upon,

Even the letter inside the (something??)

And he carries on, and he carries on.



I'll be the wind.... fade out :)

miércoles, 27 de octubre de 2010

Concierto en Zaragoza: La Chispa adecuada. Héroes del Silencio



Tras un recuerdo borroso, tal vez la dejada vuelta de tuerca que quiso sembrar el odio se remueve y agita nuestro amigo, un pesado bulto lleva en la espalda. Puede ser la culpa, la agresividad, el autodesprecio, pueden ser tantas cosas...
Sin embargo continúa luchando con ahínco, magnificando los pensamientos que le vuelcan hacia el profundo dolor, un recuerdo amargo, un desamor, un proyecto inacabado, un proyecto inconcluso, una forma de vida donde el sentido ha sido atacado por las condiciones del medio ambiente.
De manera concomitante su constitución, su mundo interno y sus fantasías han construido un microcosmos donde se refugia, donde reverberan los fantasmas y que le aísla del mundo exterior, dejándole encerrado en un mundo sin alicientes, donde su vacío afectivo sólo puede ser llenado por un sostén emocional y divertidos juegos que casi son oprobios a su fuerza y poderosa exigencia. Nuestro compañero lucha incesantemente, con una gallardía y una creatividad que ahora tal vez más apagada busca la CHISPA ADECUADA, para poder salir de ese atolladero en el que se ve envuelto y realizarse a través de lo que le llena, la creatividad y el potencial de salud ligado a su trabajo y a su vida secreta, un vida íntima llena de riqueza, de esplendor y belleza. Para él un fuerte abrazo.

Experiencias de Psicoterapia de Grupo en un campo de concentración


[...] La tarea más urgente era prevenir contra el choque de ingreso. Tuve éxito en esto hasta cierto punto con la ayuda de un equipo de psiquiatras y de trabajadores sociales, formado por personal entrenado de todas partes de Europa Central, puestos a mi disposición. Se me asignó también una joven rabí, Miss Jonas -en cuanto sé, la única o por lo menos la primera mujer rabino del mundo (discípula del Dr. Leo Baeck). Encontró también su fin en Auschwitz. Hablaba magníficamente y tan pronto nos llegaba la noticia de un nuevo transporte recién llegado, nos acercábamos -nos  llamábamos la tropa de choque- a las frías galerías o a los oscuros compartimentos de los barracones de Theresienstad, donde ancianas y débiles figuras de infortunados cubrian el suelo, y allí improvisábamos charlas que pretendían recobrar a aquellas gentes.
Todavía recuerdo cómo se agachaban y escuchaban devotamente a la rabí; y, entre aquellas gentes, recuerdo a una mujer anciana, con una trompetilla para oír en su mano y el semblante iluminado.
Teníamos que concentrarnos en particular en los casos especialmente peligrosos, los epilépticos, psicópatas, los "asociales" y, sobre todo, en la gente mayor y en los enfermos. En esos casos era necesario tomar medidas especiales y hacer arreglos especiales. Había que repeler el vacío mental de aquellas gentes. Un vacío que se ejemplifica en las palabras de una mujer mayor que, al preguntársele qué había hecho durante todo el tiempo, contestó: "Por la noche duermo y durante el día me aflijo". Para dar sólo un ejemplo: una de mis ayudantes era filóloga, anglista, y a ella tocaba distraer a la gente mayor intelectual de aquella situación interna y externa tan miserable, manteniendo conversaciones en una lengua extranjera.

Se organizó también una sala de pacientes psicoterapéuticos externos. Particularmente extraordinarios fueron los esfuerzos de un psiquiatra de Berlín, llamado doctor Wolf, que utilizaba el "entrenamiento autógeno" de J.H. Schulz en el tratamiento de sus pacientes. Murió también en el campo, de tuberculosis pulmonar. Registraba sus propias observaciones con un sistema estenográfico, que se había construido en los estadios terminales de su sufrimiento. Por desgracia el que guardaba estos registros también murió. Yo mismo intenté varias veces un medio similar para distanciarme convenientemente de tanto sufrimiento como nos rodeaba, específicamente por el recurso de procurar objetivarlo. Recuerdo que una mañana salí del campo, incapaz ya de soportar por más tiempo el hambre, el frío y el dolor en los pies, hinchados por edema, congelados y supurantes y metidos en unos zapatos destrozados. Mi situación me parecía estaba más allá del mínimo confort y de la mínima esperanza. Entonces me imaginé a mí mismo de pie frente a un atril en una grande, hermosa, cálida y luminosa sala de conferencias y ante una atenta audiencia. Iba a comenzar una conferencia titulada "Experiencias de psicoterapia de grupo en un campo de concentración", y hablaba precisamente de todas aquellas cosas por las que justamente estaba entonces pasando.
Créanme, en ese momento no podía esperar en modo alguno que llegara un día que realmente pudiera dar esa conferencia.

Documento leído en el Segundo Conrgreso Internacional de Psicoterapia, Leiden, Holanda, 8 de septiembre de 1951. Capítulo VIII de "Psicoterapia y Existencialismo". Herder.

Inteligencia emocional. Victor Frankl.

11/may/2010 · psicologia.com. 2009; 13(2)




Inteligencia emocional. Víctor Frankl.

Autor-es: Maite Nicuesa.. Investigadora en la Universidad de Navarra

Victor Frankl es el fundador de la logoterapia, una escuela psicológica que tiene como idea principal el hecho de que toda vida humana, incluso en las peores circunstancias, es digna de ser vivida, en definitiva, tiene un sentido que el hombre debe encontrar ya que no le viene dado a la conciencia de manera inmediata. El sentido ayuda a mitigar el propio sufrimiento ya que existen muchas formas diferentes de enfrentarse a él. Victor Frankl fue un médico judío que sobrevivió a los campos de concentración nazi, si bien, su familia no corrió la misma suerte y sus padres murieron. En tales circunstancias, Frankl luchó internamente para no dejarse vencer interiormente y dejarle ganar la batalla al sin sentido, o lo que es lo mismo, al nihilismo, que promueve que todo es un absurdo. El hecho de dotar de sentido experiencias tales como la enfermedad o la muerte produce consuelo en el ser humano ya que aporta razones o motivos para sobrellevar de una manera más optimista esa carga tan difícil. Así afirma: “no hay ninguna situación en la vida que realmente carezca de sentido. Esto significa que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y en especial esa triada trágica en la que se incluyen dolor, culpa y muerte, pueden también llegar a transformarse en algo positivo cuando se afrontan con la postura y actitud correctas”1.



Por esta razón, afirma Frankl que la labor del médico no es meramente restituir la salud corporal del paciente sino también ayudarle a encontrar la actitud adecuada para enfrentarse a su situación. El hombre es un ser de una grandeza y una nobleza extrema, por esta razón, el autor afirma que un médico que no se haga cargo de este tipo de funciones no se diferenciará en nada de un veterinario, con la diferencia de que el objeto de estudio es distinto: en un caso, las personas, en otro, los animales: “Si se frustra la voluntad de sentido, el hombre está igualmente inclinado a quitarse la vida a pesar de la abundancia y el bienestar que le rodean. Basta con ver las asombrosas cifras de suicidios en los países típicamente prósperos, como Suecia y Austria”2.



La psicología de la «voluntad de sentido» propia de la logoterapia se opone a la psicología de la «voluntad de placer» propia de la escuela freudiana, y a la psicología de la «voluntad de poder» propia de Adhler. De hecho, Frankl mantuvo contacto al principio de su carrera con Freud, sin embargo, abandonó tal corriente de pensamiento porque consideraba que reducía al ser humano a pura biología.



“El hombre en busca de sentido” es la obra en la que Frankl describe la dureza de su experiencia en el campo de concentración: falta de alimento, exceso de trabajo, malas condiciones de higiene, conciencia de las pocas opciones de supervivencia, incomunicación con los seres queridos… Es un libro que realmente merece la pena leer por su gran riqueza humana. En aquellas condiciones, realmente infrahumanas, Frankl cuenta que muchos de sus compañeros en el campo se dejaron vencer por el sin sentido, sin embargo, él lucho para mantener viva la esperanza en su vida.



Frankl describe que existen tres vías que ayudan a dotar de sentido la existencia humana:



a) El trabajo, por esta razón, es fundamental que un ser humano descubra cuál es su vocación, es decir, se oriente hacia aquello que está llamado a ser no sólo en el terreno personal sino también en el profesional. La naturaleza humana está orientada a la acción teniendo en cuenta que el ser humano tiene la capacidad de decidir. Por otra parte, el propio organismo vivo trabaja continuamente como muestra el palpitar continuado de nuestro corazón o la circulación de la sangre.



b) La creatividad propia del arte o cualquier disciplina científica o humanista apela directamente a la esencia personal única e irrepetible del sujeto. El ser humano debe potenciar y reforzar sus habilidades mediante la constancia y el trabajo.



c) La actitud personal: existen personas que reaccionan de forma totalmente diferente ante un mismo hecho, por tanto, cada quien puede elegir en parte la forma en la que se enfrenta a determinada situación.



El sentido es importante para Frankl hasta el punto que afirma que no puede decir con rotundidad que todos aquellos que se suicidan lo hagan porque han perdido el sentido en sus vidas, sin embargo, sí tiene la convicción de que el impulso al suicidio desaparecería desde el momento en que encontrasen un motivo para vivir. El ser humano por naturaleza se hace preguntas que muchas veces no tienen una respuesta clara. Por ejemplo, cualquier enfermo de cáncer puede preguntarse sin éxito por qué le tuvo que suceder a él. Existen interrogantes difíciles de responder ya que su causa o motivo en realidad es incierto y la duda provoca intranquilidad en el conocimiento ya que el intelecto por norma tiende a buscar la certeza. Por esta razón, otorgar sentido a una situación puede ser una forma de orientarse hacia la verdad y dotar de significado cualquier experiencia por trágica que sea. El mejor regalo que puede recibir un ser humano es la esperanza; la búsqueda de sentido siempre reporta confianza en el futuro.

Notas

1 Frankl, V., La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona, 1985, 110.



2 Frankl, V., La idea psicológica del hombre, Rialp, Madrid, 1984, 205.



Bibliografía

Victor, F., Ante el vacío existencial; hacia una humanización de la psicoterapia, Herder, Barcelona, 1982.

Victor, F., La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona, 1977.

Victor, F., El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona, 2004.

Victor, F., El hombre en busca del sentido último: el análisis existencia y la conciencia espiritual del ser humano, Barcelona, Paidós, 1999.

Victor, F., Psicoanálisis y existencialismo; de la psicoterapia a la logoterapia, Fondo de Cultura Económica, México, 1992.

Victor, F., La voluntad de sentido: conferencias escogidas de logoterapia, Barcelona, Herder, 1988.

Victor, F., En el principio era el sentido: reflexiones en torno al ser humano, Barcelona, Paidós, 2000.

Victor, F., La idea psicológica del hombre, Rialp, Madrid, 1986.

Lukas, E., Apoyo para la vida con orientación hacia el sentido según Victor Frankl, San Pablo, Buenos Aires, 1995.

Lukas, E., También tu sufrimiento tiene sentido: alivio en la crisis a través de la logoterapia, Lag. México, 2000.

Lukas, E., Una vida fascinante: la tensión entre ser y deber ser: un libro de logoterapia, San Pablo, Buenos Aires, 1998.

Freire, J., El humanismo de la logoterapia de Victor Frankl: la aplicación del análisis existencial en la orientación personal, Pamplona, Eunsa, 2007.

Guttman, D., Logoterapia para profesionales: trabajo social significativo, Desclée de Brouwer, 1998.

Fizzotti, E., De Freíd a Frankl: interrogantes sobre el vacío existencial, Eunsa, Pamplona, 1977.

Sentido y esperanza: la misión de la logoterapia en el nuevo milenio, I Congreso mexicano de logoterapia: Memorias, Lag, México, 2000.

Brito Crabtree, L., Los nuevos caminos de la libertad: del psicoanálisis a la logoterapia, Diana, México, 1998.

Psicoterapia y Existencialismo: Rogers y Campos de Concentración

[...]En psicoterapia lo importante es la relación humana entre el doctor y el paciente. Lo importante parece ser el encuentro personal o, en términos de Jaspers, la "comunicación existencial". "El encuentro cálido, subjetivo y humano entre dos personas", dice Carl Rogers, "es mucho más efectivo para facilitar el cambio que el más preciso conjunto de técnicas que se derivan de la teoría del aprendizaje o del condicionamiento operante". En otro lugar, dice también Rogers: "el cambio de personalidad si inicia por las actitudes que adopta el terapeuta, más que primariamente por su conocimiento, sus teorías, o sus técnica... Puede ser una nueva manera de experimentar, de una experiencia más inmediata y fluida, con mayor aceptación, que es la característica esencial del cambio terapéutico, más que, por ejemplo, el beneficio de la comprensión o de la lenta penetración de la relación de transferencia, o el cambio en el concepto de sí mismo".

[...]Ahora bien, el que no puede agarrarse a un punto final, a un futuro, a un punto de apoyo corre peligro de dejarse colapsar interiormente. Quizás, en vez de recurrir a largas consideraciones y exposiciones teóricas, sea más adecuado mostrar, mediante un ejemplo concreto, cómo este colapso físico-psíquico, que se produce cuando se ha bloqueado la dirección normal de la existencia humana hacia un futuro, afecta a las funciones vegetativas. A comienzos de marzo de 1945, había tenido un sorprendente sueño. Una voz que decía ser profética le dijo que podía preguntarle cualquier cosa, porque podía responderlas todas. Y preguntó a la voz cuándo iba a acabar para él la guerra. La respuesta fue: el 30 de marzo de 1945.
El treinta de marzo caía cerca, pero nada parecía que la voz pudiera tener razón. El 29 de marzo, mi camarada se puso febril y delirante. El día 30, quedo inconsciente. El 31 de marzo murió; se lo llevaron fiebres tifoideas. El 30 de marzo, el día en que perdió la conciencia, la guerra había literalmente terminado para él. No nos equivocamos si suponemos que, debido al desencanto que le había producido el curso real de los acontecimientos, el "biotono" (Ewald", la inmunidad y la capacidad de resistencia del organismo, se vinieron abajo y la infección hasta entonces latente en su interior se desarrolló con suma facilidad.

martes, 26 de octubre de 2010

DSM y Depresión Melancólica

EL Doctor Miguel Ferrández Payo, que trabaja en el centro Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, de Zaragoza (HH Hospitalarias) y en su despacho privado lleva largo tiempo investigando y reuniéndose con otros profesionales para escribir. Ha publicado recientemente dos obras, una de ellas es "De Abraham a Klein. A un siglo de las primeras contribuciones psicoanalíticas de la depresión melancólica (1911-1945).
Editado por Cultivalibros es un trabajo técnico y riguroso, preciso y estricto, casi diría puntilloso y preciso, donde se remite siempre a las palabras de los autores de referencia, él es un experto en Karl Abraham y de la historia del Grupo Secreto que formó Freud donde se fueron forjando las tesis psicoanalíticas.

Aquí voy a trasladarles un fragmento más cercano, se trata de un desarrollo en el que realiza un paralelismo entre la depresión mayor del DSM-IV-TR y los conceptos de Freud y Abraham. Interesante. Allá va:

En torno al DSM-IV-TR

Recientemente destacados psiquiatras de distintas orientaciones (Akiskal, Klein, Michels, etc) abogan porque la melancolía, descrita como depresión endógena, endógena o psicótica se posicione en la próxima clasificación (DSM-V) como un síndrome afectivo específico (Parker and cols., 2010) basándose en su clínica, alteraciones biológicas y respuesta al tratamiento.

Desgranaremos los síntomas de la melancolía en relación a los criterios diagnósticos de episodio depresivo mayor con síntomas melancólicos del DSM IV TR, reseñando comentarios alusivos de Freud y Abraham.

Con síntomas melancólicos (puede aplicarse al episodio depresivo mayor actual o más reciente de un trastorno depresivo mayor y a un episodio depresivo mayor de un trastorno bipolar I o bipolar II sólo en caso de que éste sea el episodio afectivo más reciente).
a. Presencia de uno de los siguientes síntomas durante el período más grave del episodio actual:
1. Pérdida del placer en todas o casi todas las actividades: hemos visto que iría encubierto en la agresión a los demás. Freud hablaba de "inhibición de toda productividad" en el duelo y decía que en la  melancolía "nos impresiona como algo enigmático".
2. Falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros (no se siente mejor, ni siquiera temporalmente cuando sucede algo bueno): Abraham hablaba de cese de su interés por el mundo exterior, lo que conduce a un estrechamiento de su horizonte mental, y puede levar hasta el "monodeismo" y la inhibición mental (hemmung), lo que considera el rasgo cardinal de la depresión, para el que señalaba dos causas: que busca inconscientemente su apartamiento del mundo y una tendencia hacia una negación de la vida. Freud hablaba de "cese de interés por el mundo", qu en el suelo se habría hecho "pobre y vacío", y en la melancolía, "eso le ocurrre al yo mismo".

b. Tres ( o más) de los siguientes factores:
1. Experimentar el ánimo con una cualidad diferente a la de la muerte de un ser querido: la comparación de la melancolía con el duelo podría quedar descalificada ante este criterio, que nuestra experiencia clínica nos hace sospechar que, aunque el DSM no lo considera así, podria ser fundamental y aprender a reconocerlo clave para el diagnóstico diferencial.
2. Empeoramiento matinal: Freud habla de lo mismo, alivio al atardecer debido a "un factor probablemente somático".
3. Despertar precoz ( al menos dos horas antes de la hora habitual de despertarse): Freud habla de insomnio.
4. Enlentecimiento o agitación psicomotores: Abraham parece referirse también al abatimiento cuando lo hace acerca de inhibición mental pues a continuación añade que en sus más altos grados, como el estupor depresivo (9) representan una muerte simbólica aunque admite, otros determinantes relacionados con las circunstancias individuales del paciente.
5. Anorexia significativa o pérdida de peso: Freud hablaba de anorexia y Abraham, de rechazo al alimento como expresión de una tendencia suicida.
6. Culpabilidad excesiva e inapropiada: Abraham, hablaba de ideación de culpabilidad y autorreproches, y Freud, de "autorreproches y autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo", extendiendo "su autocrítica hasta el pasado" y mostrando una "acuciante franqueza qeu se complace en el desnudamiento de sí mismo" por haber "perdido el respeto por sí mismo".

Hasta aquí el texto del autor. Un trabajo cuanto menos, curioso. Una integración de la nueva y vieja ciencia.
La foto es de Karl Abraham