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Paz y Ciencia

miércoles, 13 de octubre de 2010

Evaluación y Tratamiento.

El contacto entre dos personas que trabajan juntos para explorar su vida debe tener dos vertientes, una es de herencia médica, tiene que ver con registrar a través de un psicodiagnóstico los problemas psicológicos que presenta la persona. La otra vertiente trata de descubrir recursos, potenciales de salud, capacidades y aptitudes que quizá en ese preciso momento están latentes pero que han sido recursos en otros momentos de la vida, por ejemplo, el sentido del humor, siempre y cuando no sea una forma de recurso defensivo sino algo que invita a un contacto más cercano es saludable e indica un buen pronóstico.
EL psicodiagnóstico puede oscilar entre 3 y 5 sesiones, el psicoanalista ortodoxo lo hará empleando la palabra. A veces también podemos utilizar pruebas estandarizadas, hay cientos de ellas y exactas para cada cuadro sintomático. El propio proceso de diagnóstico en muchas ocasiones puede movilizar los recursos del paciente y el propio insight, favoreciendo la instrospección y solapándose con la intervención terapéutica. Esto es muy importante.
En mi clínica acostumbro a usar test proyectivos, cuestionarios de personalidad y escalas de valoración psicométrica, pero siempre con un fin terapéutico, excepto en el caso de la elaboración de un informe que tiene un propósito de diagnosticar e informar a un tribunal, un médico de atención primaria, etc.
Psicodiagnóstico y tratamiento se pueden retroalimentar y hay que saber cómo usarlo, cuándo usarlo, con quién usarlo y para qué usarlo. Yo soy partidario de emplear la palabra, los instrumentos diagnósticos pueden resultar apasionantes para algunos pacientes pero creo que generan otras veces una distancia entre la persona del terapeuta y la de la persona que pide ayuda.
Por venir de una tradición médica, estas pruebas no están elaboradas para medir los recursos de salud de las personas y creo que para elaborar un informe completo y fiel a la realidad es justo y necesario el apuntar los recursos que tiene e individuo para afrontar la vida. Los instrumentos que le ayudan al bienestar.
Es inmensamente valioso el contacto con el profesional, que se produzca una conexión empática que pueda resultar una experiencia emocional correctora, incluso la administración de pruebas puede tener este resultado. Existen personas que prefieren la ciencia dura y otros que se desenvuelven en primeros contactos más cómodos en una atmósfera confiable y de diálogo, de compartir juntos los vericuetos de sus experiencias.
El diagnóstico multiaxial del DSM-IV comprende un eje clínico, mal llamado así, porque los demás también lo son. un eje (II) para evaluar los trastornos de personalidad, un eje III para las enfermedades médicas. Un eje IV para evaluar problemas psicosociales y ambientales y en el eje V existe una escala para evaluar la actividad global. Creo que cuanto más amplia sea la evaluación más variables existirán y más fiel a la realidad se producirán.
Para la devolución de la información es necesario, reitero apoyar lo evaluado con los recursos que tiene el paciente para superar esa situación patógena. A veces el potencial de salud mantiene a flote a un paciente y disipa mucha angustia a través de mecanismos de defensa sofisticados.
Rodrigo Córdoba Sanz.

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