Los problemas psicológicos sin embargo no suelen enfocarse desde el ámbito de la búsqueda de una vida plena, donde haya un gusto por lo que la persona realiza y lo que significa para el mundo y para sí misma, no hay un sentido de la trascendencia y sólo un anuncio de un coche a popularizado la pirámide de Maslow, asociando el coche a una necesidad básica del individuo para ser feliz, lo cual es una perversión.
El concepto de libertad está en desuso, vivimos en una sociedad donde el tiempo apremia, los compromisos son mayores y no hay espacio ni sentido para plantearse interrogantes.
Muchas personas sufrientes, como Cristina Martín (Princesa Inca) indica, sufren mucho, pero también es cierto que piensan en unas franjas donde una persona "normal" no suele alcanzar, las facultades de filosofía y matemáticas están llenas de gente rara dice la gente de la calle.
El libro de Radio Nikosia es interesante por ser testimonios de personas que se han reunido con un propósito, tener una voz que salga en antena, un proyecto común, un grupo de pertenencia, y un espacio de difusión de sus ideas, deseos, anhelos, pensamientos, fantasías...
Es saludable el pensar, cierto es que estamos imbuidos en una sociedad donde cada vez es más frecuente el contacto superficial, conversaciones superfluas que llenan el día a día, el ejemplo es el encuentro en el ascensor: "Hace buen día". Es el modelo de relación que se toma para relacionarse con el otro.
Con los amigos puede haber mayor complicidad, cercanía, sintonía y la amistad, tan cercana al amor puede facilitar que broten los sentimientos.
Debemos pensar en un mundo en el que podamos ser ricos al margen de los mensajes que nos envían por la televisión, yo particularmente sólo veo películas en la televisión y además gozo intensamente, hace poco vi Shutter Island de Leonardo di Caprio y pasé un rato un poco malo porque quizá mi sensibilidad no está preparada para descansar con una película que me remita tanto al trabajo y a las lecturas que realizo diariamente excepto días como hoy, que he ido a saludar a Jaca a unos amigos que han tenido un bebé muy simpático y sanote. Ha sido muy lindo jugar con él y ver esa cara sonriente, reflejo de lo que ve a su alrededor, plácidamente descansando mientras sus papás comían. Un niño muy rico, que se suele decir aquí.
Para mí la vida es algo trascendente, importante, y en cada instante hay que aprovechar el hecho de estar vivos y realizar algo que sea creativo y gozoso para nuestro espíritu, una de las traducciones que da Frankl a logos es espíritu. Considero que la persona tiene poco contacto con su mundo interno, que cada vez se presta menos atención a los sueños, creo que las librerías están desplazando la psicoterapia por los libros de autoayuda que son una mofa superflua que puede servir, en el mejor de los casos de bálsamo, jamás de cura, en todo caso de confusión, más controvertido aún es el momento en el que se dan libros técnicos para leer a un paciente, el cual puede no entender o digerir mal según que interpretaciones, por ello, por norma es mejor no prestar ni recomendar libros técnicos y comunicarse a través de la palabra, con la que hemos construido el mundo externo e interno, siguiendo la nomenclatura de Winnicott.
El mundo de la psicoterapia es, con el paso del tiempo y el trabajo conjunto de los dos miembros de la relación terapéutica permite, de a poquito, como diría una amiga argentina, abrir las puertas del mundo interno, las fantasías, ese tesoro interno que tenemos y que al abrirlo, frente al miedo de la caja de Pandora encontramos un profundo alivio al vernos acompañados en el proceso de descubrimiento de nuestra existencia, de nuestro potencial, de nuestra creatividad y de nuestro sufrimiento. La psicoterapia, si cambiamos la cita de Unamuno, es una disciplina que se caracteriza porque la ciencia acaba en el diagnóstico y después empieza el arte. Crear entre dos, construir entre dos, asistir, ayudar, apoyar, sostener, contener, son vocablos que me oyen y me leen porque articulan la clínica que considero óptima para el consultante. Estoy pensando en un psiquiatra amigo, más cercano a a las intervenciones conductuales, que defendía la tesis de que la vida es aburrida y que eso lo tienen que aceptar los pacientes y socializarse para poder tener un mayor ajuste a la sociedad y así disminuir sus síntomas afectivos. Sé que en el fondo tiene razón, pero en las formas carece de la profundidad y humanismo que otros aportan al mismo mensaje, los caminos para llegar a una meta son diferentes y no se puede forzar a una persona a que haga algo para lo cual no está preparada. El médico y el psicólogo no son dioses ni chamanes.
Un saludo. Rodrigo Córdoba Sanz.
mailto: rcordobasanz@gmail.com
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