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Paz y Ciencia

lunes, 30 de junio de 2008

Winnicott y Kohut. Carlos Nemirovsky. Nuevas perspectivas en psicoanálisis, psicoterapia y psiquiatría.

Winnicott y Kohut. Carlos Nemirovsky. Nuevas perspectivas en psicoanálisis, psicoterapia y psiquiatría. La intersubjetividad y los trastornos complejos. Grama Ediciones, 2007.

Mi relación será fiel a la realidad

o en todo caso

a mi recuerdo personal de la realidad,

lo cual es lo mismo.

Borges (1975)


* Capítulo 1- El desarrollo psíquico temprano después de Freud

Acerca del concepto de self

Stern, D. (1985) escribe: “El sí mismo y sus límites están en el corazón de la especulación filosófica sobre la naturaleza humana, y el sentido del sí mismo y su contraparte, el sentido del otro, son fenómenos universales que influyen profundamente en todas nuestras experiencias sociales. Si bien no hay dos personas que se pongan de acuerdo sobre lo que es, como adultos tenemos un sentido muy real de sí mismo que impregna cotidianamente la experiencia social. Es un fenómeno que aparece en formas múltiples. Está el sentido de un sí mismo que es un cuerpo único distinto, integrado; está el agente de acciones, el experimentador de los sentimientos, el que se propone intenciones, el arquitecto de planes, el que traspone la experiencia del lenguaje, el que comunica y participa el conocimiento personal. Por lo general estos sentidos del sí mismo están fuera de nuestra percatación conciente (como la respiración), pero pueden ser llevados a la conciencia y mantenidos en ella. Instintivamente procesamos nuestras experiencias de un modo tal que parecen pertenecer a algún tipo de organización subjetiva única que comúnmente denominamos sentido del sí mismo.

Incluso, aunque la naturaleza del sí mismo eluda por siempre a las ciencias de la conducta, el sentido del sí mismo subsiste como una importante realidad subjetiva, un fenómeno fiable y evidente que las ciencias no pueden dejar de lado. El modo en que nos experimentamos en relación con los otros proporciona una perspectiva organizadora básica para todos los acontecimientos interpersonales.

Freud (1930) ha escrito poco al respecto: “Normalmente no tenemos más certeza que el sentimiento de nuestro sí-mismo, de nuestro yo propio”. Lo que refleja que si bien es difícil conceptualizar la idea, conocemos acerca de nuestro sí mismo como aquello que constantemente somos, podríamos decir, lo que reconocemos de nosotros mismos, nuestra identidad.

Winnicott (1970) confiesa que es un término difícil de definir para él: “Me pregunté si podría escribir algo acerca de este término pero desde luego tan pronto me puse a hacerlo descubrí que hay mucha incertidumbre, incluso en mí propiamente, sobre su significado. Comprobé que había escrito lo siguiente: Para mí, el self, que no es el yo, es la persona que soy yo y solamente yo, que tiene una totalidad basada en el funcionamiento del proceso madurativo” […]”el self se encuentra naturalmente situado en el cuerpo, pero en ciertas circunstancias puede disociarse del cuerpo, en los ojos y la expresión de la madre, así como en el espejo que ‘puede llegar a representar el rostro de la madre.”

Kohut (1977) señala que el self es incognoscible en su esencia: “No podemos, mediante la instrospección y la empatía penetrar en el sí mismo per se; sólo son accesibles sus manifestaciones psicológicas introspectiva o empáticamente percibidas […] el sí mismo no es un concepto de una ciencia abstracta, sino una generalización derivada de datos empíricos […] Podemos reunir datos sobre la forma en la que se establece gradualmente una serie de experiencias internas introspectiva o empáticamente percibidas a las que más tarde llamamos “yo” y podemos observar ciertas vicisitudes características de esa experiencia.

Schafer, R. (1989) entiende que nuestra identidad está formada por varios selfs narrativos, coincidiendo con Mitchell, S (1991) respecto a que la salud mental también depende de la tolerancia a las múltiples facetas con las que estamos constituidos.

Capítulo 3- Semejanzas y diferencias entre los enfoques de Winnicott y Kohut

Adriana Anfusso (2001) desde Uruguay, en nota al pie (pág. 75) comenta: “Winnicott no escribe explícitamente acerca de metapsicología, pero se infieren de su lectura abundantes conceptos metapsicológicos: el pensamiento paradojal, la agresión no intencional, la regresión a la dependencia, las fallas del analista como oportunidad, la actitud profesional vs. la neutralidad, lo informe, el concpeto de uso y el uso de la interpretación, la necesidad, el self, las potencialidades innatas, los tres tipos de objeto (subjetivo, transicional, objetivo), la función materna (holding, handling ,presentación de objetos), la preocupación maternal primaria, la bisexualidad primaria, la continuidad existencial, self verdadero/falso, los tres espacios (interno, transicional, externo), la preocupación por el otro, la clasificación psicopatológica, la transicionalidad en el tratamiento, el concepto de salud, la analizabilidad, el tratamiento como posibilitador de ediciones.”

Cierto es el metamensaje de la nota, Winnicott en 1954 escribe a Anna Freud diciendo: “Tengo una manera irritante de decir las cosas en mi propio lenguaje en lugar de aprender a utilizar los términos de la metapsicología psicoanalítica”.

  • Capítulo 4- La salud en el pensamiento de D. Winnicott y de H. Kohut. El déficit y el conflicto.

La madurez a la que se refiere Winnicott es la que corresponde a la evolución del individuo, más que a su edad cronológica, así lo señala: “un desarrollo del yo o una conciencia de sí, no son más sanos cuando sobrevienen prematuramente, que cuando sufren atraso”.

“La tendencia a la maduración forma parte de lo heredado. El desarrollo depende, en particular al principio, de una aportación del medio circundante suficientemente bueno…es decir, que facilita las tendencias heredadas del individuo.”

Luis Rosales lo sintetiza así: “…crear es ir a buscar lo necesario inexistente

(Vía del creare como indica más adelante Nemirovsky, refiriéndose a la edición de lo no creado a través del vínculo, lo intersubjetivo, el marco: Nota de R. Córdoba Sanz).

…Fairbairn (1941) propone a la líbido como buscadora de objetos y no de placer; a las zonas erógenas como canales mediadores, y a las fases libidinales como “técnicas del yo” para regular las relaciones con los objetos, fundando las bases para una concepción que podemos denominar del “impulso primario” (búsqueda de objetos, como motor central del psiquismo), divergente de aquella de “impulsos secundarios” sostenida por Freud, la sexualidad cabalgando sobre los instintos (anaclisis).

(Acerca de las estructuras deficitarias el autor propone un encuadre específico para cada caso, considerando también que los recursos y la clínica cambia por el contexto histórico-social, de esta manera podemos atender con todo lujo a un analizando cada quince días, hacer intervenciones telefónicas o no usar diván, por citar unos ejemplos, por trabajar así no dejamos de ser analistas, y puede que más conectados con la realidad del presente; Nota de R. Córdoba Sanz).

Para aquellos pacientes deficitarios que necesitan del encuadre como una “acción específica”, éste resultará la forma por la cual el analista ejerce profesionalmente la provisión ambiental especializada, permitiéndole al paciente, que usufructe de ella, desarrollar en la transferencia aspectos del self que habían sido congelados en el trayecto de su evolución…

Nuestra tarea con los aspectos conflictivos del paciente nos dispone a ayudarlo a enfrentarse a sus impulsos develando los significados ocultos (vía del levare), mientras que en la patología asentada en el déficit intentaremos facilitar que el paciente experimente el sentido de sí mismo: “ no se trata de encontrar algo sino de sentir que algo existe”, señala Killigmo (1989).

Este autor denomina “intervenciones afirmativas” (oponiéndolas a las “intervenciones interpretativas” adecuadas para los aspectos conflictivos) a las que intentan discernir las representaciones de sí mismo y del objeto, llevar claridad a las difusas o distorsionadas percepciones de si mismo y “permitir la internalización de las relaciones objetales que todavía no se ha alcanzado en la evolución previa”…Este tipo de intervención afirmativa de complejidad diversa, incluye habitualmente el contener y el sostener…Previamente a Killigmo, Meltzer (1975) contempla un abordaje similar cuando plantea en su trabajo referente a la identificación adhesiva la inexistencia de un objeto interno en las áreas deficitarias de estos pacientes y por ende, la necesidad de crearlo. “No podemos cavar para rellenar un agujero”, dice refiriéndose a la ineficacia en estos casos de la interpretación por vía del levare. (Interpretaciones inteligentes diría D.W.W.; (Nota de R.C.S.).

Posibilitaremos así una tercera vía que podremos denominar del creare para lograr eficacia conservando la actitud ética de evitar la intrusión en el mundo afectivo del paciente de atributos del analista, en el contexto de un espacio transicional.

En la formulación de esta modalidad de intervención es necesario aguzar al máximo nuestra empatía hacia los afectos del paciente, trabajando siempre con un campo abierto de significaciones, de manera que no seremos taxativos…sino que le propondremos una variedad de opciones semánticas para que sea la resonancia afectiva que en él resulte más sintónica y que sea él ruin eelija aquellas palabras que más se acercan a la nominación de su estado afectivo (con tono y timbre de voz adecuado a la situación…-Nota de RCS; esto suscita controversias por restar autenticidad al terapeuta, por otro lado elimina componentes contratransferenciales no controlables y modula la forma de la intervención-…Winnicott señala reiteradamente el derecho del bebé de ser adivinado por su madre –en estado de preocupación primaria- quien procede nominando sus estados afectivos.

  • Capítulo 5- Lo traumático después de Freud

Kohut sostiene que las frutraciones de la niñez pueden ser útilmente manejadas en la situación terapéutica cuando se movilizan dentro de magnitudes aceptables. La elaboración gradual de esas frustraciones posibilita la construcción de estructura psicológica. (Nota de RCS; guarda cierta relación con la “sensibilidad” que Bowlby proponía).

Para Bowlby, este vínculo tan especial incluye la disponibilidad física de la figura de apego y la calidad de la respuesta empática de la misma. Cualquier perturbación empática de estos dos factores predispone una situación traumática en la concepción teórica del paradigma de la teoría que fundamenta. Éste es el vértice de la relación interpersonal del niño con la persona de la madre. Ahora debemos ocuparnos del otro vértice del vínculo de apego: la internalización que el niño hace de las características del vínculo con su figura de apego, a la que Bowlby llama el “modelo operativo del vínculo de apego”. La diferencia con la teoría de las relaciones objetales consiste en que los modelos operativos del vínculo de apego son una representación fidedigna de las cualidades reales del vínculo de la madre y su niño.

Por tanto, el concepto de trauma para Bowlby consiste en una interacción dinámica interdependiente entre el trauma externo, la calidad del apego en los modelos del mundo, interno y de la disponibilidad de figuras de apego que puedan ayudar en la elaboración del trauma, en el momento en que se produce.

(El concepto de trauma para Winnicott, Kohut y los autores afines, Escuela Húngara, Bowlby, Middle Group y nuevas perspectivas vinculares e intersubjetivas consideran al trauma como un ambiente sórdido, de negligencias, ausencias, dureza, frialdad, trastorno de la comunicación y otras variables que cristalizan en el niño un proceso deficitario de maduración emocional, razón por la que Winnicott considera que se produce precisamente el enfermar psíquico, por no haber madurado emocionalmente lo suficiente, más allá de fijaciones, tal y como explica en sus artículos y libros de difusión; Nota de RCS).

Nemirovsky recoge estas ideas en un aforismo que dice así: “Estos niños se sienten profundamente culpables de desear lo que sus cuidadores no les pueden dar”.

Ferenczi, S. (1929) sobre las situaciones traumáticas dijo: “Es importante darse cuenta hasta qué punto son sensibles los niños pero los padres no lo creen […] y se conducen en su presencia como si los niños no sintieran nada ante las escenas a las que asisten.”

Respecto al aspecto transferencial, Winnicott (1965) expresa que: “El paciente tiene necesidad de recordar su locura original, pero ocurre que ésta corresponde a una etapa muy temprana (anterior a la organización del yo) previa a los procesos intelectuales capaces de abstraer las experiencias catalogadas y presentarlas a la memoria conciente para su uso. La locura sólo puede ser recordada reviviéndola […] la finalidad del paciente es enloquecer dentro del encuadre analítico, que es lo más próximo al recordar”…”el derrumbe temido ya se produjo. Lo que se conoce como la enfermedad (actual) del paciente es un sistema de defensas organizado en relación con ese derrumbe pasado”.

Y también: “La locura es la incapacidad de encontrar a alguien que nos aguante […] para lo cual, entran en juego dos factores: el grado de enfermedad del paciente y la capacidad de tolerancia de los síntomas que manifieste el ambiente (Winnicott, 1961)

Rousillon, R. (1991) llama prepsíquicos a los traumas aún no editados ya que no hay aún una representación psíquica de aquello traumático. (Nota; pensemos en Harry Guntrip y su amnesia con respecto a su difunto hermano muerto en los brazos de su madre, analizado por DWW). EL sujeto no estaba allí para representar, ya que el trauma es previo a su constitución. Quedará la ausencia, la falta, lo negativo. “Lo traumático, al no ser propiamente una experiencia, no se constituye como memoria por lo tanto, no puede ser recordado, ni olvidado.” (Jordan, J.F., 2001).

Khan, M (1963) discípulo de Winnicott –así le llama Nemirovsky- propone el concepto de trauma acumulativo a partir de las fisuras en el rol de la madre como protección contra las excitaciones, a lo largo del curso total del desarrollo del niño. Fisuras, dice, “…que se acumulan silenciosa e inevitablemente”.

  • Capítulo 6- Trastornos Narcisistas. Pacientes graves: psicóticos y borderlines

Cita del escritor Gudbergur Bergsson en La Magia de la Niñez, Ed. Tusquets:

Los poetas lo construyen todo sobre sus propias opiniones y sus propias experiencias, no conocen nada fuera de ellos mismo. Para ellos, las demás personas no son más que una conjetura.

Las patologías narcisistas descriptas por Kohut son los trastornos primarios del self (psicosis, borderlines, adicciones) y las secundarias (Los trastornos narcisistas de la personalidad) y las neurosis.

Kohut, Kernberg y Gabbard han descrito diferentes personalidades narcisistas, las de Kohut se caracterizan por ser Vulnerables/Sensibles, los de Kernberg son Grandiosos/Exhibicionistas, el modelo de TNP de Kernberg es el que se refleja en el DSM IV.

Winnicott siempre fue reacio a emplear el concepto de narcisismo. Dice en 1966 que “nunca me satisfizo el uso de la palabra ´narcisista´ […] pues el concepto íntegro de narcisismo excluye las enormes diferencias resultantes de la actitud general y la conducta de la madre”. Concibe al narcisismo primario como el estado en que el individuo considera al ambiente como parte de su self, correspondiendo al momento del vínculo subjetivo con el objeto.

Masud Khan (1973) considera parte del trauma los “sucesos psicofísicos de la etapa preverbal de la relación madre/hijo, cuando la madre falla como protectora de excitaciones, especialmente de su odio a la criatura”.

¿Cuándo es un paciente grave en psicoanálisis según diversos esquemas referenciales?

Quienes no distinguen recuerdo y transferencia (Freud).

Aquellos severamente traumatizados de lo que comenta Masud Khan, Herbert Rosenfeld y Joyce McDougall.

Quienes no han podido desarrollar un espacio transicional (Winnicott, 1971).

Quienes viven sólo en la transferencia objeto-del-self (Kohut, 1977)

Aquellos que no han logrado una representabilidad que los proteja del terror los describen los Botella (1997).

Grave es quien no posee como herramienta psíquica un yo observador que posibilita la distancia del “como si”.

O el que necesita que el terapeuta se preocupe por él.

O el que requiere de los otros como objetos para satisfacer las necesidades y no los deseos.

También quien necesita una red sostenedora, demandando a los demás esta función.

O el que necesita algo más que las palabras del terapeuta.

O el que no maduró en el momento oportuno, y que por ende se aleja de la salud, resultando “seudo” o “sobre” adaptado.

Esquemas psicoanalíticos sobre la patología borderline:

Kernberg (1975) destaca en el borderline la “forma estable y crónica de la estructura yoica (organización patológica específica) que implica una detención del desarrollo. Son sus características:

Ansiedad difusa, constante.

Neurosis polisintomática.

Inestabilidad objetal y gran dependencia con labilidad vincular e inconstancia.

Afectos específicos: rabia, pánico y defensas yoicas primitivas frente a los mismos.

Intolerancia a la frustración y otras expresiones de debilidad yoica.

Adaptación superficial a la realidad.

Sexualidad polimorfa, a veces perversa.

Personalidad múltiple en base a identificaciones superficiales.

Grinker, R. y otros (1968) mencionara cuatro características básicas:

Afecto de rabia o cólera.

Dependencia y rigidez en las relaciones afectivas.

Falta de identidad consistente (se perciben jugando un rol).

Depresión vacía.

Pac, C. (1969): Algunas características señaladas por este autor son:

Los borderlines no diferencian los impulsos de los afectos y de las sensaciones corporales.

Confunden pasado y presente.

No pueden posponer la descarga (tendencia a la impulsividad).

No alucinan ni deliran pero tienen una perturbación del juicio.

A. Green (1975) plantea con acierto, que el boderline es un “estado límite…de analizabilidad”, y señala que “…el modelo implícito de los estados fronterizos nos remite a la contradicción formada por el par angustia de separación-angustia de intrusión”. Describe en los pacientes fronterizos cuatro defensas extremas: la exclusión somática, la expulsión por el acto, la escisión y la desinvestidura.

Kohut, H. (1981) no los considera analizables, agregando que un paciente para un analista puede ser borderline y para otro no, dependiendo de la posibilidad de que se establezca o no un vínculo empático.

Otro aporte es el que habíamos mencionado de Winnicott en el sentido que para él un borderline es centralmente un psicótico que ha logrado defensas neuróticas.

Podemos entender a los casos borderline como deficitarios a partir del desamparo, provocado por fallas del desarrollo temprano, que han logrado establecer defensas neuróticas “protectoras”.

La idea del borderline fue evolucionando con el tiempo y hoy en día lo encontramos conceptualizado –y tratado- como una patología más cercana a los trastornos afectivos que a la esquizofrenia.

Las frecuentes depresiones del borderline no son culposas sino vacías, llenas de aburrimiento y hastío y sólo matizadas por la rabia como sentimiento principal. Este sentimiento de rabia, que eclosiona como un ex abrupto, permite la salida de esa angustia tan particular de desintegración que expresan como la vivencia tan insoportable de vacío.

Respecto de las psicosis Winnicott (1967) comenta que “La locura no es en general una regresión, pues la regresión implica un elemento de confianza; es más bien un muy bien elaborado acondicionamiento de defensas cuyo objeto consiste en prevenir al repetición de la desintegración.

Es así que para Winnicott, la enfermedad psicótica está relacionada con el fracaso ambiental en una frase precoz del desarrollo emocional del individio. Los sentimientos de futilidad y de irrealidad son propios del desarrollo del un self falso que se desarrolla como protección del self verdadero.

  • Capítulo 7- Edición-reedición: reflexiones a partir de los aportes de D. W. Winnicott a la comprensión y tratamiento de las psicosis y otras patologías graves

“Edición” (Lerner y Nemirovsky, 1989, 1990, 1992) –que difiere de la clásica reedición transferencial- que se posibilita el registro de lo aún no vivenciado para su posterior integración en el self.

Algunos comentarios acerca del diagnóstico de psicosis

Podremos encontrar en las descripciones términos como desorganización severa de la personalidad, marcada regresión libidinal y yoica, o descripciones fenomenológicas como las de conductas bizarras, ideas delirantes, reacciones afectivas lábiles e intensas y, sin duda, una significativa perturbación en el contacto con la realidad. Alucinaciones, dificultades en el curso del pensamiento e hipocondría, serían, también, rasgos prominentes. Kaplan, Sadock y Grebb (1994) seleccionan tres parámetros que resultan, a juicio de los autores, importantes para delimitar las psicosis: “Incapacidad para distinguir la realidad de la fantasía, evaluación de la realidad deteriorada y creación de una nueva realidad”.

Recordemos –dice Nemirovsky- a Freud (1917-1919) cuando se quejaba del hombre de los lobos, diciendo: “Ciertas peculiaridades personales, un carácter nacional ajeno al nuestro, volvieron trabajosa la empatía.” Y sigue: “La divergencia entre la amable y solícita personalidad del paciente, su aguda inteligencia, sus nobles ideas, por un lado, y su vida pulsional enteramente indomeñada, por el otro, hizo necesario un prolongadísimo trabajo de preparación y educación que dificultó la visión panorámica”.

Winnicott diría: “En el estudio del infante real ya no es posible no tomar en cuanta e4l ambiente. Por lo tanto, el término regresión tiene ahora una aplicación clínica en la regresión a la dependencia. Se trata de la tendencia al restablecimiento de la dependencia y en consecuencia el comportamiento del ambiente pasa a ser algo que no puede ignorarse cuando se usa la palabra regresión. Esta palabra sigue conteniendo la idea de regresión al proceso primario. Ahora la tendencia a la regresión es vista como parte de la capacidad del individuo para producir su autocuración. Representa una indicación del paciente al analista acerca de cómo debe comportarse este último, más bien que acerca de cómo una reacción a la angustia asociada al complejo de Edipo, ni a una regresión a un punto de fijación, ni se la vincula específicamente con una posición del proceso del desarrollo instintivo individual. En lugar de ello puede postularse que la tendencia regresiva de un caso psicótico es parte de la comunicación del individuo enfermo, comunicación que el analista puede comprender del mismo modo que entiende como comunicación el síntoma histérico. La regresión representa la esperanza del individuo psicótico de que puedan revivirse ciertos aspectos del ambiente que originalmente fallaron, pero revivirlos de un modo tal que en lugar de fallar en su función de desarrollar y madurar la tendencia heredada, esa vez tenga éxito.” (Winnicott, 1959).

Sobre la “Confianza Básica” habló Erikson, E. H., trazamos el paralelismo con Winnicott:

Erikson: “…una sensación de comodidad física y una experiencia mínima del temor o incertidumbre. Si se aseguran estos elementos, [el bebé] extenderá su confianza a nuevas experiencias –y más adelante- el mantenimiento de las funciones corporales representadas por la respiración, la ingestión, la digestión y los movimientos motores son las únicas preocupaciones del organismo joven y estas últimas incluyen su finalidad inmediata de interacción con el medio. El resultado de un buen pasaje por esta primera estaba dejará como remanente el sentimiento de esperanza.”

Winnicott: “…el analista está preparado para aguardar hasta que el paciente sea capaz de presentar los factores ambientales en términos que permitan su interpretación como proyecciones. En un caso bien escogido, este resultado surge de la capacidad del paciente para confiar, que es redescubierta en la confiabilidad del analista y en el encuadre profesional. A veces el analista tiene que esperar mucho y en el caso mal elegido para el psicoanálisis clásico es probable que la confiabilidad del analista sea el factor más importante (o más importante que las interpretaciones) porque el paciente no la experimentó en el cuidado materno de la infancia y para poder hacer uso de ella necesitará encontrarla por primera vez en la conducta del analista”. (Winnicott, 1960).

  • Capítulo 8- Encuadre e interpretación. Reflexiones alrededor de conceptos de D.W.Winnicott

(Nota de RCS; en esta pieza de la reseña pondré varias citas de DWW y finalizaré con el propio Nemirovsky en un soneto de cuerda).

“En la labor que estoy describiendo [con pacientes en cuya “historia personal precoz no hubo un cuidado infantil suficiente”…de sus necesidades] el marco cobra mayor importancia que la interpretación.” D.W. Winnicott (1955-56).

Zukerfeld, R. (1999) propone, en diversos trabajos, la inclusión de lo que llama “Procesos Terciarios”, de gran utilidad en la clínica actual. Él dice: “no es posible pensar al funcionamiento psíquico sólo en términos de procesos primarios y secundarios. Conviene precisar que el proceso primario saturado correspondería a la clínica del impulso y del desorden del pensamiento y el proceso secundario a la clínica de la intelectualización y la palabra vacía […] reformulamos la noción de proceso terciario como la puesta en relación con lo escindido o inenarrable constituyendo una verdadera creación”.

“El comportamiento del analista, representado por lo que he llamado `el marco`, por ser suficiente en lo que hace a la adaptación a la necesidad, es percibido gradualmente por el paciente como algo que da pie a una esperanza de que el verdadero self pueda, por fin, correr los riesgos propios de empezar a experimentar la vida.” D.W. Winnicott (1955-1956)

En 1954, Winnicott señala que “…todo el marco en el que se desarrolla el psicoanálisis constituye una enorme tranquilización, especialmente en lo respecta a la objetividad y comportamiento del analista”. En esta oportunidad menciona a Bettelheim (1960): “La terapia psicoanalítica es, en esencia, un medio ambiente muy especial que tienen consecuencias singulares. Estar en situación psicoanalítica equivale a haber cambiado el medio natural de la persona por otro muy especial. Además, estudiar las reacciones del hombre en este ambiente particular sólo puede conducir a actitudes y descubrimientos afines a la situación.”

Bleichmar, N. y otros (2001) cuando plantean que los tratamientos psicoanalíticos no se ocupan de la curación de enfermedades, sino de favorecer el crecimiento mental del individuo, crecimiento que lleva implícito el cambio en la estructura de su personalidad.

Nemirovsky: La interpretación, podría decir Winnicott, no deja de ser un squiggle (garabato) que requiere que sea construida con la participación de ambos protagonistas.

  • Capítulo 9- Psicoanálisis Relacional e Intersubjetivo

Stolorow, R y Atwood (1992) son los exponentes más conspicuos de la corriente intersubjetiva, ellos plantean: “Los contextos intersubjetivos específicos en los cuales el conflicto toma forma son aquellos en los que el estado afectivo central del niño no puede ser integrado porque falla el requisisto de una responsividad empática por parte del entorno cuidador. Estos estados afectivos no integrados se vuelven fuente de conflicto interno durante toda la vida, porque son experimentados como amenazas para la organización psicológica preestablecida de la persona y para el mantenimiento de los vínculos que son imprescindibles para la supervivencia. Estas operaciones defensivas de disociación de ciertos afectos vuelven a entrar en juego cuando reaparecen en la situación analítica en forma de resistencia […] El origen de lo que tradicionalmente se ha denominado “inconsciente dinámico” puede encontrarse en el secuestro defensivo de los estados afectivos centrales, que se remonta a tempranos fracasos en la integración de los afectos […] desde esta perspectiva, el inconsciente dinámico no se considera constituido por derivados pulsionales reprimidos, sino por estados afectivos que fueron tapiados defensivamente porque no habían conseguido evocar responsividad empática por parte del entorno de la infancia”.

  • Capítulo 10- La Psiquiatría después de Winnicott

Hoy es excepcional que encontremos al profesional médico o psicólogo que reconozca al psicoanálisis como su única formación. Seguramente ha aprendido, ya en sus primeros años de ejercicio, que como bien dice Maslow “para el hombre que sólo tiene un martillo como herramienta, cada problema luce como un clavo”.

En nuestras discusiones, no concebíamos la idea de una ciencia fundada en la evidencia. Lo “evidente” suele imponerse como un prejuicio, que obtura el pensar intersubjetivo que se (nos) irá construyendo en el curso del tratamiento.

Ya señalamos que Winnicott propone jerarquizar la interpretación en las patologías “profundas” o en los aspectos profundos de pacientes predominantemente tempranos. Aquello que resulta más profundo irá apareciendo si (y solo si) posibilitamos la resolución a través del desarrollo de lo tempranamente fallido. Es necesario en este tema remitirse al clásico artículo “El temor al derrumbe” (Winnicott, 1974).

Nemirovsky nos incita a participar de la paradoja winnicottiana: “no se puede andar con el corazón en la mano”, a la vez que “es una tragedia no ser encontrado, pero es una desgracia ser hallado”. (Nota de RCS; lo terrible es no ser comprendido y ser invalidado, vía interpretación, diagnosis u otras intervenciones intrusivas, hablamos, claro está, de las patologías objeto de estudio en el texto).

domingo, 29 de junio de 2008

Louise Bourgeois. Por Javier Lacruz Navas

Heraldo de Aragón, suplemento cultural Artes & Letras

La escultora Louise Bourgeois, la “grande dame” del arte, tras presentar su retrospectiva en la Tate Modern de Londres, lo hace en el Centre Pompidou de París, antes de seguir ruta hacia NY, Los Ángeles y Washington. La exposición cumple sobradamente los dos principales requisitos de este tipo de eventos: ofrece una panorámica de su trayectoria mostrando sus principales etapas, y lo hace, como es de rigor, con obras clave de su producción artística. Pero además ofrece un plus de goce, pues en su caso, su obra va soldada a la piel de su mente y a los tejidos sensitivos que recubren su cuerpo. Su profundidad la supo captar como nadie el fotógrafo Robert Mapplethorpe, en un retrato del 82, donde su sonrisa pícara acentúa los surcos de su cara en justo equilibrio con “Fillette”, la escultura-pene que sostiene debajo del brazo. Este retrato es el de la Gioconda del interfaz de estos siglos.

La obra de LB es inclasificable. Y ha convivido con los ciclos de las vanguardias, autónoma, sin apenas contaminarse. Su condición femenina y su no adscripción a las modas y modos epocales le valieron el desdén crítico y el ostracismo, hasta rendirse el mundo a sus pies por la ley de la evidencia poética. Esta nonagenaria nos habla de soledades y duelos, de certezas y miedos, del arco de la histeria “d’après Charcot”, de fragmentos del cuerpo y prótesis, en suma, de su propia biografía. Como punto de partida sitúa ciertas pinturas de casas, origen del hogar y de la violencia doméstica. Una paradoja que traza caminos en series como los “janos”, las “cells” (¿celdas o células?), las “arañas”, las “mamelles”, y sus personajes y rostros cosidos y recosidos, torturados, lacerados por el dolor sin límite. Una obra poderosa que atiende los adarmes del sufrimiento humano. “Art is a guaranty of sanity”, escribió a lápiz sobre papel rosa. La doxa de su ser en un dibujo

sábado, 28 de junio de 2008

Cassius Marcellus Coolidge











Este artista pintó una serie de 16 óleos por la que se hizo trascendente. En ella estos animales aparecen en actitudes antropomórficas. Es conocida "Dogs playing Poker", de principios del Siglo XX. En la colección, nueve de ellos muestran a perros jugando al póquer, y en el resto podemos ver a los animales en otras situaciones, como jugando al billar, leyendo el periódico, o haciendo de trileros. En 1903, Coolidge firmó un contrato con la tabacalera Brown & Bigelow para crear la serie de 16 ilustraciones de perros en situaciones más propias de humanos. Ya entonces la industria sabía moverse muy bien, de hecho algunas de estas obras son iconos en el mundo de los jugadores de cartas, para los aficionados de los Simpson y en este último caso, Matt Groening ha recreado esa escena ya parte del inconsciente colectivo en varios capítulos. Es un referente en el mundo del Pop-Art difundido en medios y vendido en reproducciones en todo tipo de tiendas (p.ej. Ikea) y en cualquier formato. Un concepto para pensar.

La Niña de los Sueños XXXII

Música romántica y barroca como bandas sonoras de sus humores, una semana en la habitación, alguna excursión abajo para conseguir víveres y cierto aire de cansancio, quizá de tedio, probablemente futilidad y hastío. Había pensado hacer aleatorias las apariciones nocturnas, debían seguir siendo por la noche porque la guardia estaba menos presente y la atmósfera parecía reconfortarla de esa forma. Decidió escribir una carta al muchacho del mercado. En ella le agradecía su complicidad y ayuda así como las muestras de afecto recibidas, le señalaba un camino hacia un futuro que dejara atrás aquél espacio sombrío y frío. Todo lo que podía imaginar tenía que ver con trascender y volar más allá de los infranqueables límites que suponían el vivir dentro de esa fortaleza de poder y ostentación. Puede que considerar que la dificultad estaba en el espacio físico fuera una ligereza del pensamiento de una muchacha como ella, a pesar de ello, algo inefable le exhortaba a seguir peleando, más allá de terrenos razonables, entre la ignominia y la locura, quizás bordeando la fantasía y la desilusión. El precipicio de una hendidura entre dos fragmentos de tierra, tales como la adultez y la pasión ingobernable, de momento había hecho uso de ese manantial de ideas inconexas vía lírica y de ese modo permanecía en un estado de Nirvana, en la "Gran Habitación de la Dama", entre partituras, libros y pequeños grandes objetos, parte de su "self", expresión que gustaba emplear con cierta frecuencia para el regocijo de sus hermanos. Por ello la tildaban de egocéntrica. No sin razón, pero sin interés denotado.

La Niña de los Sueños XXXI

Y allí estaba ella, reclinada en esa silla de mimbre, con el laud a su lado y el piano delante. A su espalda esa cristalera que dejaba pasar la luz a raudales. Y quedó muda, escuchando el sonido del exterior, procurando abstraerse a lo de dentro, intentando atender sólo éso que venía de afuera. ¡Qué difícil empresa! Se decía en pensamientos. La verdad es que era todo bien complicado. La vida resultaba difícil, cuesta arriba, las personas ya seres sin vida, le rodeaban máquinas, por otro lado protomáquinas, robots en pruebas, humanoides que ritualizaban una vida y una y otra vez repetían lo mismo, lo curioso es que fuera con una sonrisa en la boca. Ella era distinta, tenía algo diferente, esa manera de verse le daba problemas, esa forma de verla producía monstruos. Tan sólo se tenía a ella, y por eso naufragaba en su planeta particular queriendo llegar a otro lugar, quizás otra galaxia lejana aunque sin duda eternamente insatisfecha, a veces en momentos de lucidez con carácter retroactivo llegaba a conformar la idea de un problema como algo interno. Aquéllo le desmoronoaba le producía tan desasosiego que tuvo que cerrar los ojos para no marearse, por lo que fuera manifestaba sus tensiones vía cuerpo, y esa observación le había llevado a los mejores médicos de la comarca y después del país, la solución estaba en ella y sólo la anábasis le llevaría hacia el Santo Grial, el cáliz desde donde beber la pócima de su yo para poder pensarse y reconocerse como otra, distinta, puede que ni mejor. La idea era el eterno movimiento de Heráclito de Efeso.

martes, 17 de junio de 2008

Sobre el Perfume del Ser




Sobre el Perfume del Ser

Es delicado trabajar con adolescentes y sus familias. Millones de páginas no harían justicia a un sólo minuto de estos encuentros vinculares padres-hijo, ya sea en el imaginario de los padres o del adolescente, esto es, en entrevistas separadas o conjuntas, entrevistas, estas últimas marcadas por un clima de tensiones que aportan muchísimo material, intervenir aquí es difícil y el naciente psicoanálisis vincular promovido por René Kaes, Isidoro Berenstein, Janine Puget y Emilce Dio Bleichmar contribuye a dar una forma más al ilimitado arsenal terapéutico.
En este espacio hablamos de Winnicott, en un “curso lectivo” en el que hemos trabajado su obra y a su través el psicoanálisis y otras psicoterapias derivadas del psicoanálisis.
Para trabajar con adolescentes y sus padres se requiere una especial tolerancia a la paradoja, incluso al absurdo. El motivo de consulta acostumbra a ser un caballo de Troya donde se esconden los temores, las angustias, los deseos de los padres y cierta desconfianza hacia su rol de padres y el papel del terapeuta.
Winnicott teoriza sobre su trabajo como pediatra, después de su análisis con J. Strachey y con J. Riviere. Análisis con mucha enjundia que despertaron en sus analistas una viva contratransferencia canalizada hacia la rivalidad. La mediocridad es un rasgo del carácter independientemente de la brillantez intelectual. A partir de allí estudió y teorizó sobre el psicoanálisis, innovando en cuanto al origen de las patologías borderline y esquizoide. Margaret Little y Harry Guntrip fueron dos de sus analizandos más prolíficos y reconocidos en el mundo de la psiquiatría y la psicología.
Hasta ese momento la interpretación era el instrumento elemental del psicoanálisis, a partir de allí ya no sería este fundamento freudiano reformulado por Klein vía la fantasía. Desde el nacimiento de la obra de Winnicott el psicoanálisis y la psicoterapia renace. René Spitz y John Bowlby en sus trabajos: “El primer año de vida del niño” y “El Apego”, respectivamente trabajaron en esta línea.
Matizar que Winnicott practicaba la técnica psicoanalítica clásica para las neurosis, pero para todo lo demás se desempeñará según su experiencia con “los bebés y sus madres”, título de una de sus obras. Momento evolutivo en el que se enturbia el desarrollo emocional. Esto provocó un gran revuelo por la hegemonía política y la búsqueda de un líder, de un padre y una madre del psicoanálisis. Winnicott entonces resultó un contestatario, ahora empieza a ser reconocido globalmente.
Winnicott es hijo teórico de Freud y de Klein pero sin adscribirse de manera incondicional, dejando un lugar para su creatividad y su derecho a discrepar. Carl Gustav Jung y Alfred Adler fueron criticados ferozmente por Freud en su Autobiografía por no estar en la línea de la “causa psicoanalítica”. Winnicott no fue un disidente de esa magnitud, era un tipo que sabía moverse entre kleinianos y freudianos. Incluso Klein quiso que analizara a uno de sus hijos con la condición de hacerle una supervisión, Winnicott rehusó la propuesta.
En el trabajo del psicoanálisis no se puede hacer siempre lo mismo, tener siempre la misma actitud, defender siempre el mismo marco teórico y sobre todo emplear siempre la misma técnica. Si es imprescindible el crear junto con el paciente un marco de trabajo, un encuadre serio y riguroso para que se pueda jugar dentro de él con unos límites firmes y flexibles que contengan al paciente. Con otros pacientes, de naturaleza neurótica, las coordenadas pueden cambiar.
Dice Winnicott, citado en Winnicott Insólito: “Si el espejo de la madre no responde, el espejo pasa a ser una cosa que se puede mirar pero en la cual uno no tiene que mirarse.” De aquí deriva la técnica analítica puesta en ejercicio por Winnicott: “La psicoterapia y el psicoanálisis no consisten en dar interpretaciones astutas o sutiles. Es cuestión de dar, en reintegro, al paciente lo que el paciente aporta. Se trata de un derivado complejo del rostro que refleja lo que está allí para ser visto”. En un capítulo de Juego y Realidad elabora un concepto que se inspira en el “Estadío del Espejo” de Jacques Lacan.
Y cito otro fragmento que a mi parecer representa en gran medida el método de Winnicott visto desde los ojos de Jean-François Rabian: “Estas descripciones resultantes de la observación directa coinciden con la experiencia clínica del propio Winnicott, marcada por su trabajo con pacientes fronterizos y por consultas terapéuticas madre-hijo. Winnicott describió los trastornos en el niño asociados a las disfunciones del humor materno (repliegue o intrusión). Mostró también que, cuando la madre es incapaz de responder de manera sensible al gesto espontáneo del bebé, éste se somete al humor materno y se vuelve un niño conformista y dócil. Este bebé podrá entonces adaptarse a las particularidades de la madre y desarrollar un falso self. No habrá podido vivir durante tiempo suficientemente largo la época de ilusión en la que él mismo era el creador del pecho, el creador de su madre”. Aquí se habla del falso self, un trastorno del carácter derivado de intrusiones maternas, de imposición y que promueve una sobreadaptación patológica y una renuncia al verdadero self, a lo esencial y distintivo del yo, a la parte genuina y auténtica. Por otro lado lo esquizoide consistiría en un repligue de esa membrana del self hacia el interior evitando el contacto externo por tempranas fallas ambientales. Esto se puede ver en pacientes con madres desvitalizadas o deprimidas, no pienso que sea la única forma y que sea determinante. Por otro lado, aquellos pacientes con padres agresivos desarrollan otra estructura de repliegue y esos microtraumas generan punzadas en la membrana del self dejando sin contencion a las angustias, al borde del “colapso”, expresión con que Winnicott se refería al brote psicótico.
Winnicott, dibuja en La Naturaleza Humana, unos diagramas en los que aparecen las membranas del self. Cuando estas membranas están muy cerca del núcleo del self o bien están invadidas se desarrolla una patología por intrusión. Pensemos, siguiendo el dibujo, en una infección y los movimientos dinámicos autoinmunes.
Sobre esto René Rousillon escribe en el texto de referencia: “En la mayoría de los casos, se trata del punto que Winnicott examina al comienzo de su artículo de 1965. Estos potenciales manifiestan entonces su presencia durante la infancia en forma de síntomas neuróticos polimorfos cuya fluctuación y variaciones hacen posible cierta integración relacional y psíquica. Cuando el polimorfismo de la sintomatología se ve impedido de desplegarse, por razones ligadas al grado de intolerancia del entorno, a sus puntos de dificultad y no integración, lo irracional de esa sintomatología, su “locura”, queda sin expresarse y contenerse, cobijada bajo el resguardo del marco familiar; permanece escindida, fuera del yo y de la subjetivación”.
Winnicott dejó huella y R. D. Laing trabajó sobre lo esquizoide y la esquizofrenia siguiendo el legado de Winnicott y llevándolo a la tendencia opuesta a Klein. Laing responsabiliza a los padres de la esquizofrenia siguiendo el “aforismo” de Winnicott: “la psicosis es una enfermedad por falla ambiental”. En el otro lado está Klein quien atribuye al niño un superyó temprano y por tanto envidia, agresión y pulsión de muerte. Estas fantasías serían analizadas con éxito en muchos pacientes de Melanie Klein. Sintetizando, Laing atribuye al mundo externo toda responsabilidad etiológica de la esquizofrenia, Klein parece apuntar hacia las fantasías singulares del paciente, una perspectiva más cercana a la psiquiatría fenomenológica y descriptiva, aunque centrándose en el mundo interno en lugar de los emergentes sintomáticos. La inferencia y la evidencia.
En definitiva, no existe una forma única para trabajar con el paciente y cada autor imaginario debe quedar asimilado por identificación introyectiva en función del analizando. Éste trabajo se hace en las primeras consultas, a veces basta unos minutos para escuchar y ver dónde se sitúa el origen de la neurosis, de la psicosis o de lo borderline.
Para finalizar este fragmento de una obra eternamente inconclusa, como le gustaría decir a DWW desde el árbol del jardín de su casa materna: “La psicoterapia y el psicoanálisis no consisten en dar interpretaciones astutas o sutiles. Es cuestión de dar, en reintegro, al paciente lo que el paciente aporta. Se trata de un derivado complejo del rostro que refleja lo que está allí para ser visto”. Nos vemos jugando.

lunes, 16 de junio de 2008

Winnicott Inédito

De un tiempo a esta parte los niños y adolescentes plantean unos problemas que antes fueron entendidos y tratados de manera diferente. Los adolescentes buscan su identidad, se rebelan contra lo que no consideran justo y critican de manera mordaz lo que piensan es suyo. Con comportamientos que podrían ser tildados de negativistas o de tendencia antisocial. Reinvindican lo que es suyo, una falta, una carencia.

Lo comunican de manera singular, desde lo simbólico, expresando quejas, desde el acting, conduciendo a gran velocidad, a través de una singular vestimenta y formando grupos, por así decir, de autoayuda, donde muchas veces un líder (portavoz de la mayor expresividad de enfermedad y agresión). Sin embargo no todo es enfermedad, los niños son inquietos en líneas generales, y así deben seguir siéndolo aunque exista el metilfenidato para eso llamado TDAH, gran descubrimiento de marketing.

Dice Winnicott en su texto “El concepto de individuo sano”[1], inédito: “Luego viene la pubertad, anunciada, en general, por una fase prepuberal en la que puede manifestarse una tendencia homosexual. Llegados a la edad de los catorce años, el varón o la niña que no han entrado aún en la pubertad suelen ser presa, en forma natural y sana, de un estado de confusión y duda. Podemos recurrir, aquí, a la expresión “ideas negras” (doldrums). Insisto sobre este punto: es normal que, en plena pubertad, un varón o una niña se compliquen, se atasquen. No se trata de una enfermedad.” Pág. 15.

Para Winnicott la locura se debe a momentos pregenitales, a momentos preverbales en los que no ha habido un holding adecuado, una suerte de sostén emocional. Cuando esto se interrumpe durante estadíos posteriores puede emerger la tendencia antisocial. Winnicott tuvo serios problemas en su día por considerar que la enfermedad era el resultado de “una falla ambiental”. Considero que ésta es una hipótesis etiológica fundamental en muchos casos.

Winnicott habla de la locura y de la salud en “El concepto de individuo sano”, para él, la locura puede dar paso a un tránsito de salud, lo que en su más paroxística expresión la psicosis, sería el delirio restitutivo, que comenta, por citar un ejemplo, Jacques Alain-Miller en “El saber delirante”.

Explica Winnicott: “La locura no es en general una regresión, pues esta última implica un elemento de confianza; es más bien un acondicionamiento, sumamente elaborado, de defensas cuyo propósito es prevenir la repetición de la desintegración. La integración como proceso es un rasgo de la vida infantil que reaparece en uno u otro momento en el psicoanálisis de la mayoría de los pacientes”. Pág. 20.

Con respecto a la tendencia antisocial, Winnicott llevó a su casa a un muchacho de un reformatorio, pudo presenciar y dirigir espacios terapéuticos para muchachos sin padres ni madres, muertos durante la 2ª Guerra Mundial. Los muchachos que pasaron por ese crecimiento sin una madre suficientemente buena presentaron altos índices de criminalidad. En su epígrafe Omisiones del texto citado arriba “El concepto de individuo sano”, cedido por su segunda esposa Clare Winnicott, expone lo siguiente:

Debo dejar aquí de lado el problema específico de la tendencia antisocial. Ésta se encuentra ligada a la deprivación, es decir, al hecho de que una época feliz ha tocado a su fin cuando el niño, al comprobar sus resultados en cierto punto de su crecimiento, no ha podido hacerles frente.

Tampoco voy a considerar el problema de la agresividad. Sólo diré que los miembros enfermos de una comunidad se ven llevados, por motivos inconscientes, a entrar en guerra y atacar para defenderse de lo delirios de persecución, o bien para destruir e lmundo, ese mundo que aniquiló individualmente a cada uno de ellos durante su primera infancia.”

Finalmente, expone de manera sucinta en otro título de cabecera “Las tres áreas de la vida”. Dice lo siguiente:

Para terminar, diré unas pocas palabras sobre las tres vidas que viven las personas sanas.

  • 1. La vida en el mundo, con las relaciones interpersonales que permiten también la utilización del entorno no humano.
  • 2. La vida de la realidad psíquica personal (llamada, a veces, “interior”). Esto es lo que hace de una persona más rica que otra, más profunda y, cuando es creativa, más interesante. De ella forman parte los sueños o el terreno en el que brota el material del sueño.

Conocemos bien estas dos vidas y sabemos que una y otra pueden ser utilizadas como defensa: el extrovertido tiene necesidad de hallar la fantasía en el vivir, y el introvertido puede volverse autosuficiente, invulnerable, aislado... Pero existe otra área de la que puede disfrutar la salud, y los términos de la teoría psicoanalítica no dan exacta cuenta de ella.

  • 3. Es el área de la experiencia cultural.

La experiencia cultural comienza con el juego y conduce a todo aquello que constituye la herencia humana: las artes, los mitos históricos, el lento avance del pensamiento filosófico y los misterios de las matemáticas, de las instituciones sociales y de la religión.”

Esta tercera vía es la del espacio transicional, “dicha experiencia comienza en el espacio potencial entre un niño y la madre cuando lo vivido por él le ha dado una gran confianza en ella, confianza por la cual el niño sabe que, si súbitamente la necesita, su madre no dejará de estar allí”.

Winnicott habla de las madres, en todo autor genial podemos ver ecos de sus vivencias, incluso en los analistas más avezados como Freud, Klein o Winnicott. Winnicott fue el único hermano varón en una familia donde su padre era distante, irónico y burlón. Vivió en un ambiente femenino y allí es donde instaura la maduración emocional del individuo tal y como lo conoce. Por otro lado, Winnicott empezó a escribir sobre psicoanálisis en textos dirigidos a maestros, puericultoras, juristas, madres y médicos de distintas especialidades. Su forma de escribir es fácil de entender, aunque con esa forma famosa y fabulosa paradojal. Cómo si no escribir sobre los vericuetos de las emociones y la dinámica familiar. Cómo si no, poder hablar de la salud sin enfermedad. Como dijo el propio Winnicott: “en verdad que pobres somos si sólo estamos cuerdos”.



[1] L´Arc, nº69, 1977.

Original inglés vertido en francés por Brigitte Bost.

Extraído del texto: “Winnicott Insólito”, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 2005.

jueves, 12 de junio de 2008

¿Y el Padre?

Donald W. Winnicott escribe este epígrafe en su obra "Conozca a su niño", editado por Paidós.

Reproduzco algunas asociaciones que tienen reflejo en la clínica actual:

En el ejercicio de mi profesión, muchas madres me han hecho esta pregunta. Supongo que para todos es evidente que, en épocas normales, de la actitud de la madre depende que e lpadre llegue o no a conocer a su bebé.
...Trataré de explicar por separado de qué maneras el padre es valioso. En pimer lugar, el padre es necesario en el hogar como ayuda moral y material de la madre. Un niño es sin duda muy sensible a la relación entre los padres y, si ésta es positiva, se mostrará más satisfecho y dócil, encontrando la vida más fácil. Supongo que esto es lo que un bebé o un niño entendería por "protección social".
La unión del padre y la madre proporciona un hecho, un hecho sólido sobre el cual el niño puede construir una fantasía, una roca a la que aferrarse y a la que puede atacar y, además, forma parte de los cimientos naturales para una solución natural frente al problema de la relación triangular.
En segundo lugar; como dije, el padre es necesario para proporcionar apoyo moral a la madre, para respaldar su autoridad, y constituirse en el ser humano que representa la ley y el orden que la madre implanta en la vida del niño. Para ello no es indispensable que esté presente en la casa todo el tiempo, aunque sí con la frecuencia necesaria como para que el niño sienta que se trata de un ser real y vivo. La madre tiene a su cargo gran parte de lo concerniente a la vida del niño, y a las criaturas les gusta sentir que la madre puede manejar el hogar aunque el padre no esté presente. Sin duda, toda mujer debe estar en condiciones de hablar y actuar con autoridad; pero si tiene que serlo todo y proporcionar la totalidad del elemento severo o estricto en la vida de los niños, a la vez que el amor, soporta a no dudarlo una carga muy pesada. Por otra parte, a los niños les resulta mucho más fácil tener dos progenitores; mientras odian al otro, y ello ejerce por sí mismo una influencia estabilizadora.
...Resulta casi imposible describir las formas en que un padre enriquece la vida de sus hijos, pues las posibilidades son muy amplias. Los niños forman su ideal, por lo menos en parte, según lo que ven, o creen ver, cuando miran al padre. Se asoman a un nuevo mundo a medida que el padre les va revelando la naturaleza del trabajo al que se dirige a la mañana y del que regresa por la noche.

La Niña de los Sueños XXX


Triste y solitaria imaginaba en silencio, en su espacio de protección. Podía pensarse en lo alto de esa fortaleza de madera, con los ojos del pueblo brillando y una paloma posada en su hombro.De día, con el Sol iluminando la escena mágica, el batir de las alas parecía, por el deslumbrante astro, un ala de ángel que nacía de su espalda. Y despertó con el ruido de un cristal roto. Se quebró la magia.

miércoles, 11 de junio de 2008

Existen muchas personas que Viven


Si tú me quieres
me dejaras volar.
Amaral.




Creo que la verdadera crisis está en cómo la capacidad de amar se está desvirtuando.
Pienso que la desaceleración reside en la dificultad y superficialidad de las relaciones humanas.
Estoy convencido de la rigidez del pensamiento y de sus devastadores efectos.
La pobreza está en la dificultad de sentirse y vivir de manera creativa.
Creo que vivimos una vida insípida, sin espacio para generar alternativas, para hacer lecturas distintas de las habituales, para ver la realidad desde otro ángulo.
Estamos en un mundo donde la capacidad de simbolización y la abstracción quedan enmarañados en una impostura de deberes y obligaciones. Pocas elecciones personales y demasiadas esclavitudes y ataduras.
Hablo de las adicciones, de la rigidez del carácter, del pensamiento único, de la inflexibilidad y de las fusiones colectivas como forma de absorción de la individualidad, por citar unos ejemplos.
Esto lo significan como aumento de la prevalencia de trastornos de personalidad, depresión, etc.
Se opina que se trata de una crisis de principios. Podemos ver cómo en las librerías abundan los libros de autoayuda en defecto de textos profundos, difíciles de entender quizás, como alcanzar el alto de una colina escarpada, como las Cuatro Estaciones de Vivaldi. La alternativa es el formato Operación Triunfo, los libros de Autoayuda.
Pasamos por la vida sin dejar que la vida pase por nosotros, estamos junto a otras personas pero no las conocemos, acaso, a nuestras parejas e hijos.
El imperio del mercado, ávido de tener frente al ser. Paradójicamente, los movimientos para señalar tal atadura se presentan como radicales, extremos, inflexibles en su convicción, sin tregua, de forma rígida, sin transición perceptible entre su posición y la otra.
Y para colmo hay un discurso que señala como responsables a los jóvenes, ahora los responsables de la situación en las familias, en los hogares y en las calles es de muchachas y muchachos. Títulos degradantes en su forma de presentación como “Los hijos tiranos” o “El síndrome del emperador” reflejan un sentir y pensar socialmente aceptado, difundido por quien fuera Defensor del Menor y un Psicólogo Académico, respectivamente.
Ahora, se apela a la genética, con la misma ligereza instrumental con que se responsabiliza a un niño de seis años por resultar incontrolable. Los niños no nacen con mayor carga de agresividad sino con un espacio menos facilitador para una expresión de ésta mejor canalizada. No creo que sea afortunado conjeturar posibles modificaciones cromosómicas para entender a estos “tiranos” o “emperadores”.
No hay tiempo para pensar, menos aún cuando se trata de hacerlo de forma divergente, y así seguimos, obstinados, errando una y otra vez, ofreciendo pleitesía al fantaseo y la omnipotencia de pensamiento. Pero mejor me callo, no vaya a ser que me llamen incendiario o apocalíptico.
Existen muchas personas que Viven.

Que se rompa la barrera del sonido
y que no se escuche nada
porque sobran las palabras
que decirnos.
Amaral.

martes, 10 de junio de 2008

Winnicott sentado contigo

Winnicott plantea frente al laissez faire un dejar ser, dejar existir, para ello habla de manera figurada de las aptitudes de la madre suficientemente buena (good-enoug-mother).

El plano del crecimiento emocional se expande en tres hojas, la del holding que vendría a perfilar la integración, la del handling, referente a la personalización y, por último, la presentación de objetos, fundamental para el desarrollo de relaciones objetales, la relación con el mundo, lo que Binswanger, lector de Heidegger llamara Dasein, “estar-en-el-mundo”, Sartre y Lacan también se empaparon del filósofo.

“La integración resulta de la reunión de los componentes psíquicos y somáticos de las experiencias emocionales. Gradualmente esto incluye la orientación espacial y la noción de tiempo”. Sonia Abadí, Transiciones, ed. Lumen.

El holding es la función materna consistente en servir de continente donde depositar y facilitar el crear espontáneo del bebé, desde la omnipotencia del principio de realidad hasta el objeto transicional y objetivo que se alcanza por la experiencia de la desilusión. Se trata de prover de lo que necesita el bebé para desarrollar un yo fuerte. De ahí la expresión “eso que llaman infans no existe”, es la madre en unión con el niño quien la da significado en última instancia. Winnicott se enriqueció de su trabajo previo como pediatra.

La personalización consiste en “que la psique habite cuerpo”, en palabras de DWW. Para ello se apela al handling (manejo, manipulación o asistencia corporal). Margaret Little nos relata en un texto encomiable cómo Winnie le sujetaba las manos mientras ella, presa del pánic se escondía detrás de la manta. Ese calor proporcionaba, apoyo y contención es la forma de trabajar winnicottiana, fiel a su estilo, un estilo cálido que tiene como finalidad reinstaurar la madurez emocional a través de un contacto cálido y de un “marco” terapéutico que instale unos límites del propio yo.

La presentación de objetos es lo que Javier Lacruz llama “dar una asistencia” al analizando. Esta expresión de un juego viene a indicar que además de desmenuzar y separar las partes de ese todo discursivo, de las representaciones mentales y los afectos hay que presentarlas de manera progresiva para que puedan ir siendo introyectados, incorporados o asimilados. A modo de exquisitas brochetas.

Una diferencia importante con Melanie Klein va a darse desde la propia nomenclatura, Winnie habla de etapa de concern (preocupación e inquetud), Klein de posición depresiva. Para Klein en esa fase la culpa tiende a buscar el reparar el daño imaginado y real que ha podido hacerse a la madre por la agresión primaria de la fase esquizo-paranoide. Para Winnicott, es el ambiente facilitador, el mundo externo a través de la madre (y el padre) quienes reparan el daño que haya podido hacer el bebé manteniéndose indestructibles, para que esa omnipotencia se torne en objeto objetivo, por tanto la reparación la hace la madre para su bebé.

En fin, largas discusiones podremos tener sobre estos autores y otros muchos. Winnicott, dejó que el tiempo y el desarrollo de la ciencia del psicoanálisis y el arte de los psicoanalistas se dejara enriquecer por la experiencia inédita de cada analizando para poder seguir las hojas de ruta planteadas en su magnífica obra.

lunes, 9 de junio de 2008

De cara al receso veraniego la llama sigue viva, "chispeando"

Intrigado por el delicioso trabajo de D.W. Winnicott y el reciente apogeo de su obra en tratados, libros y ensayos relacionados estoy preparando un verano pleno de “objetos transicionales”, que me acerquen entre el “objeto objetivo” y el “objeto subjetivo” a la clínica, recordando y reelaborando. Sonia Abadi con su texto “Transiciones”, Ripesi: “Quemar las naves”, Nemirowski con su trabajo entre Kohut y Winnicott, libros, artículos e incluso páginas web (www.espaciopotencial.com.ar) dedicadas a la obra de este autor que habló de lo psicopatológico desde la perspectiva de potencialidad, así le diría a Margaret I. Little, psicoanalista y analizando de DWW, “usted está muy enferma pero tiene una parte sana” (sic). Éste último y otros libros que se han ido adentrando en el espacio de trabajo a través de compañeros y de analizandos nutren las estanterías de mi mundo interno y tejen redes hacia el exterior, reafirmando ese “espacio potencial”, en un primer lugar clínico y también otro, por qué no, vivencial, de crecimiento personal y profesional en base a la modestia, la humildad y los “buenos modales” de este autor “chispeante”, por un decir de un analista en formación con él.

Winnicott considera el método de análisis de dos formas, una, la ortodoxa (freudiana) para los casos de neurosis más leves y otra, la que me interesa por apuntar a las patologías de estudio y profundización en mi especialidad, me refiero a adicciones y fenómenos esquizoides (Fairbairn). Winnicott fue una persona que rompió la hegemonía del sinsentido del establishment analítico, hablo de los freudianos por un lado y los kleinianos por otro. Ese “Grupo Intermedio” que formó DWW con otros como Balint, Guntrip, Khan o Fairbairn fue el primer fenómeno transicional que dejó como huella indeleble de su manera de ser y hacer.

En plano práctico, para DWW lo importante no es el resultado de la creatividad sino “el acto de crear”, por esta razón las interpretaciones en dichas estructuras mencionadas anteriormente y que podríamos denominar en términos modernos “océano borderline” (Luigi Cancrini), son el resultado de un “ambiente facilitador”, de crear una atmósfera para reparar y reconstruir las fallas ambientales, que son, para él, el origen de las patologías psicóticas: “la psicosis es una falla ambiental”. Ahora sabemos que Margaret Little pudo haber desempeñado aun mejor su obra con la contención farmacológica disponible sin necesidad de hacer paréntesis depresivos o ingresar por miedo al suicidio.

Invito a leer a este autor porque invita a reflexionar, que planteó un modelo de entender la psique-soma de manera poética, incompleta, dejando que cada uno le de un cierre subjetivo, algo inevitable como comenta A. Green en su texto “Jugar con Winnicott”, en éste libro reproduce un diálogo con Bion en el que se habla de llegar al final de cada lenguaje para poder convocar un único metalenguaje analítico, esto parece difícil y Winnicott lo resuelve ofreciendo la paradoja dialéctica como clausura. De esta forma, si tomamos su técnica, formada por la experiencia, intuición y conocimiento que da la práctica podemos desempeñar nuestra función de analistas-terapeutas de una forma más fluida y puede que también más satisfactoria para los convocados en el espacio analítico, en ese “espacio transicional”.

jueves, 5 de junio de 2008

Una noticia de prensa cariñosa

Reportaje

Un abuelo crea un navegador web para su nieto autista
Los colores, los 'banners' y los contenidos estridentes constituyen un obstáculo para estos discapacitados


OTR/PRESS 05-06-2008

Las barreras que diariamente tienen que esquivar muchos discapacitados, también están presentes en las nuevas tecnologías. Un ejemplo son los afectados de autismo, que se ven desbordados por la cantidad de información, elementos y colores presentes en los navegadores de Internet. Por eso, un informático ha creado, con asesoramiento de profesionales del tratamiento del autismo, un webBrowser específico para estos enfermos, que ha puesto a disposición de todo el mundo de forma gratuita en la Red.
Un abuelo coraje de Las Vegas, informático y con un nieto autista, se dio cuenta de que Internet podría ser una buena herramienta para la rehabilitación de su nieto de seis años. Sin embargo, lo único que consiguió fue el desánimo tras constatar que para el pequeño Zac la gran cantidad de colores, los banners y los contenidos estridentes de la Red no lo ayudaban en nada. Con sus dotes de programador, John LeSieur diseñó un navegador web específico para niños autistas, que simplifica la búsqueda de contenidos y elimina los elementos que afectan a la mente de quienes sufren esta enfermedad.John LeSieur, programador informático afincado en Las Vegas, se dio cuenta de que él mismo podría facilitar la vida a su nieto si creaba un navegador más sencillo. Aprovechando su pequeña empresa de software llamada People CD Inc., se dio a la tarea de proyectar el navegador. LeSieur sólo buscaba ayudar a su nieto Zackary Villeneuve, que vive en Saint Remi, Quebec (Canadá), pero una vez que publicó en Internet su proyecto, muchos padres quisieron probar el ''Navegador Zac para niños autistas''.Preguntando a pedagogos y rehabilitadores de autismo, el abuelo de Zac incorporó numerosas prestaciones a su navegador, como el bloqueo de algunas teclas y funciones del ordenador para que el niño no se distraiga con elementos secundarios, como el botón derecho del ratón o la tecla ''Imprimir pantalla''. "Algunas partes de la Red tienen mucho material extraño que puede estar distrayendo y para un niño que se comunica de forma no verbal, no habría ninguna posibilidad para que utilice esta información", señaló un investigador de la Brown University de Rhode Island Stephen Sheinkopf.Otros elementos del navegador, como los iconos simplificados y su gran tamaño, ayudan al pequeño a acceder de forma directa a juegos, cuentos o ejercicios mentales. "Estamos tratando de evitar aquellos sitios web que sean oscuros, agresivos visualmente o muy complicados, porque todo esto tiene qué ver con su propia autoestima. Si ellos no sienten que tienen el control, se frustrarán fácilmente", asegura John LeSieur.El navegador Zac también puede beneficiar a los demás niños, pues el filtro que utiliza bloquea contenidos violentos, sexuales o para adultos, una de las mayores preocupaciones de los padres a la hora de dejar a sus hijos frente al ordenador. Sin ánimo de lucro, LeSieur ofrece la posibilidad de descargar el ''software'' totalmente gratis desde www.zacbrowser.com.Una idea con futuroAunque LeSieur se informó con pedagogos y expertos en este tipo de desorden del desarrollo del cerebro para crear el navegador, éste no está todavía homologado. Sin embargo, todas las experiencias y opiniones sobre el navegador Zac son satisfactorias. "Es una muy buena idea", dijo la directora del Centro de Enseñanza e Investigación sobre el Autismo de la Pace University de Nueva York Dianne Zager.Pero otros expertos van más allá de darle la enhorabuena a LeSieur. El jefe de la oficina de innovación del Centro de Educación Especial Heartspring de Kansas Crhis Vacek, ha asegurado que está planteándose la posibilidad de introducir el navegador Zac en el centro. Según Vacek, la máxima ventaja del navegador es que es gratuito, ya que "muchas de las tecnologías asistenciales tienen un coste superior a 5.000 dólares y sólo funcionan con dispositivos especializados".