PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 10 de junio de 2008

Winnicott sentado contigo

Winnicott plantea frente al laissez faire un dejar ser, dejar existir, para ello habla de manera figurada de las aptitudes de la madre suficientemente buena (good-enoug-mother).

El plano del crecimiento emocional se expande en tres hojas, la del holding que vendría a perfilar la integración, la del handling, referente a la personalización y, por último, la presentación de objetos, fundamental para el desarrollo de relaciones objetales, la relación con el mundo, lo que Binswanger, lector de Heidegger llamara Dasein, “estar-en-el-mundo”, Sartre y Lacan también se empaparon del filósofo.

“La integración resulta de la reunión de los componentes psíquicos y somáticos de las experiencias emocionales. Gradualmente esto incluye la orientación espacial y la noción de tiempo”. Sonia Abadí, Transiciones, ed. Lumen.

El holding es la función materna consistente en servir de continente donde depositar y facilitar el crear espontáneo del bebé, desde la omnipotencia del principio de realidad hasta el objeto transicional y objetivo que se alcanza por la experiencia de la desilusión. Se trata de prover de lo que necesita el bebé para desarrollar un yo fuerte. De ahí la expresión “eso que llaman infans no existe”, es la madre en unión con el niño quien la da significado en última instancia. Winnicott se enriqueció de su trabajo previo como pediatra.

La personalización consiste en “que la psique habite cuerpo”, en palabras de DWW. Para ello se apela al handling (manejo, manipulación o asistencia corporal). Margaret Little nos relata en un texto encomiable cómo Winnie le sujetaba las manos mientras ella, presa del pánic se escondía detrás de la manta. Ese calor proporcionaba, apoyo y contención es la forma de trabajar winnicottiana, fiel a su estilo, un estilo cálido que tiene como finalidad reinstaurar la madurez emocional a través de un contacto cálido y de un “marco” terapéutico que instale unos límites del propio yo.

La presentación de objetos es lo que Javier Lacruz llama “dar una asistencia” al analizando. Esta expresión de un juego viene a indicar que además de desmenuzar y separar las partes de ese todo discursivo, de las representaciones mentales y los afectos hay que presentarlas de manera progresiva para que puedan ir siendo introyectados, incorporados o asimilados. A modo de exquisitas brochetas.

Una diferencia importante con Melanie Klein va a darse desde la propia nomenclatura, Winnie habla de etapa de concern (preocupación e inquetud), Klein de posición depresiva. Para Klein en esa fase la culpa tiende a buscar el reparar el daño imaginado y real que ha podido hacerse a la madre por la agresión primaria de la fase esquizo-paranoide. Para Winnicott, es el ambiente facilitador, el mundo externo a través de la madre (y el padre) quienes reparan el daño que haya podido hacer el bebé manteniéndose indestructibles, para que esa omnipotencia se torne en objeto objetivo, por tanto la reparación la hace la madre para su bebé.

En fin, largas discusiones podremos tener sobre estos autores y otros muchos. Winnicott, dejó que el tiempo y el desarrollo de la ciencia del psicoanálisis y el arte de los psicoanalistas se dejara enriquecer por la experiencia inédita de cada analizando para poder seguir las hojas de ruta planteadas en su magnífica obra.

No hay comentarios: