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Paz y Ciencia

jueves, 12 de junio de 2008

¿Y el Padre?

Donald W. Winnicott escribe este epígrafe en su obra "Conozca a su niño", editado por Paidós.

Reproduzco algunas asociaciones que tienen reflejo en la clínica actual:

En el ejercicio de mi profesión, muchas madres me han hecho esta pregunta. Supongo que para todos es evidente que, en épocas normales, de la actitud de la madre depende que e lpadre llegue o no a conocer a su bebé.
...Trataré de explicar por separado de qué maneras el padre es valioso. En pimer lugar, el padre es necesario en el hogar como ayuda moral y material de la madre. Un niño es sin duda muy sensible a la relación entre los padres y, si ésta es positiva, se mostrará más satisfecho y dócil, encontrando la vida más fácil. Supongo que esto es lo que un bebé o un niño entendería por "protección social".
La unión del padre y la madre proporciona un hecho, un hecho sólido sobre el cual el niño puede construir una fantasía, una roca a la que aferrarse y a la que puede atacar y, además, forma parte de los cimientos naturales para una solución natural frente al problema de la relación triangular.
En segundo lugar; como dije, el padre es necesario para proporcionar apoyo moral a la madre, para respaldar su autoridad, y constituirse en el ser humano que representa la ley y el orden que la madre implanta en la vida del niño. Para ello no es indispensable que esté presente en la casa todo el tiempo, aunque sí con la frecuencia necesaria como para que el niño sienta que se trata de un ser real y vivo. La madre tiene a su cargo gran parte de lo concerniente a la vida del niño, y a las criaturas les gusta sentir que la madre puede manejar el hogar aunque el padre no esté presente. Sin duda, toda mujer debe estar en condiciones de hablar y actuar con autoridad; pero si tiene que serlo todo y proporcionar la totalidad del elemento severo o estricto en la vida de los niños, a la vez que el amor, soporta a no dudarlo una carga muy pesada. Por otra parte, a los niños les resulta mucho más fácil tener dos progenitores; mientras odian al otro, y ello ejerce por sí mismo una influencia estabilizadora.
...Resulta casi imposible describir las formas en que un padre enriquece la vida de sus hijos, pues las posibilidades son muy amplias. Los niños forman su ideal, por lo menos en parte, según lo que ven, o creen ver, cuando miran al padre. Se asoman a un nuevo mundo a medida que el padre les va revelando la naturaleza del trabajo al que se dirige a la mañana y del que regresa por la noche.

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