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Paz y Ciencia

domingo, 31 de agosto de 2008

El Psiquismo Creador: Un collar de perlas de Héctor Juan Fiorini


HÉCTOR JUAN FIORINI: “EL PSIQUISMO CREADOR”.

Colección MúsicaArteYProceso. 2007. Vitoria. (Extracto de su obra).


En la clínica somos convocados a crear. Se trata de una postura general que cabe desplegar: cuando individuos, grupos o comunidades nos consultan, no lo hacen sólo para que les digamos qué ocurre, sino también para que podamos contribuir a crear algo diferente con lo que ocurre. De ese modo, la clínica se transforma también en un espacio de creación.

Winnicott ha destacado en Realidad y Juego que el problema de la creatividad lleva a otro más amplio que es el vivir creador: “Cuando se pierde la experiencia creadora, desaparece el sentimiento de una vida real y significativa”.

Sartre dijo: “En todo padecimiento humano se encuentra oculta alguna empresa”.

Tenemos a Albers intentandotrazar relaciones acerca de esos elementos. Él está ya creando un campo entre elementos. Este campo me recuerda lo que Winnicott decía: que en el espacio intermediario entre madre e hijo, ese de los fenómenos transicionales, surgen los procesos creadores. En ese espacio intermedio, en un espacio de terceridad, es donde ocurren las producciones creadoras que relacionan, ligan y crean formas que vinculan a esos objetos que han sido convocados.

Considero formaciones de proceso terciario a estas formas de organización del pensamiento:

- que articulan y distinguen espacios de: dado, imposible y posible;

- que desorganizan formas constituidas y trabajan la reorganización de nuevas formas o nuevos sentidos;

- que convocan elementos en sus diferencias, enlazan sus oposiciones haciéndolas converger a la vez que divergen, arborizando con estas formas, redes de sentido;

- que constituyen así objetos abiertos a múltiples significaciones;

- y que hacen coexistir en ellos diferentes formas de temporalidad.

Esa fuerza de abrir camino es la que puede asumir en nosotros la pulsión creadora, si la captamos en toda su potencia, si comprendemos su capacidad de ensanchar en nuestro psiquismo espacios de trascendencia y libertad.

Fernando Pessoa, en su poema “Tabaquería”, comenzó dándonos la síntesis de esta posición que hace al sujeto creador:

No soy nada.

Nunca seré nada.

No puedo querer ser nada.

Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños

Del mundo.

Precisamente sobre Fernando Pessoa decía Octavio Paz (“El Desconocido de Si Mismo, 1992): “Los poetas no tienen biografía. Su obra es su biografía. Pessoa quiere decir persona. Máscara, personaje de ficción, ninguno: Pessoa. Su historia podría reducirse al tránsito entre la irrealidad de su vida cotidiana y la realidad de sus ficciones…Así no es inútil recordar los hechos más salientes de su vida, a condición de saber que se trata de las huellas de una sombra. El verdadero Pessoa es otro”. Este otro es para nosotros el sujeto creador.

En un trabajo anterior (Fiorini, 1993) caracteriza un sujeto creador que podía ser pensado como sujeto de operaciones: “El sujeto de la creatividad aparece como conjunto de funciones y operaciones que comprenden, por un lado, múltiples funciones yoicas y a la vez numerosos procesos de aprendizajes en trabajos transformadores…funciones de registro, confrontación, evaluación, elaboración…que van construyendo capacidades para regular una serie de equilibrios y movimientos. Movimientos y equilibrios entre: desorganizar objetos y reorganizar objetos, entre regresiones y progresiones, entre análisis y síntesis, entre crear desorden y crear orden, entre instalar un caos y organizar un cosmos”.

Un cuadro no se acaba nunca,

Tampoco se empieza nunca,

Un cuadro es como el viento:

Algo que camina siempre

Y sin descanso

JOAN MIRÓ

Denominamos psicoanálisis abierto a una orientación de la teoría y de la práctica psicoanalíticas que coloca el encuadre, la estrategia, los recursos técnicos y sus lecturas interpretativas sobre las fuerzas en conflicto, en función de los procesos creadores comprendidos en cada una de esas instancias. Un carácter abierto del psicoanálisis que esté a la altura de los elementos que en el conflicto tienden a abrir mundos, no únicamente a cerrarlos. Carácter abierto del psicoanálisis para hacerse cargo del carácter abierto inherente al objeto y al sujeto de los procesos creadores, así como de sus procesos de pensamiento.

Fiorini (1993): “Veamos si podemos aprender a ser sensibles escultores. Permitamos que nuestro material se pueda ir modelando en el proceso mismo de enseñarnos a modelarlo”.

“El paciente, escultor de terapeutas”. Tal fue el acertado título de un panel de trabajo que nos (les) reunió en Buenos Aires, en 1992 (Jornada de Aiglé, “Confluencias y Contrastes de las Psicoterapias”). Volvimos entonces a pensar en los parámetros de la apertura modeladora.

¿Qué se crea? Primero, la experiencia de un vínculo inédito, porque este modo de vincularse que la terapia ofrece no es conocido antes ni en otros ámbitos. Pero, además, se va creando un nuevo texto. Porque esa mezcla de interpretación, desciframiento, historización que vamos haciendo sobre la vida de alguien, va modelando un nuevo tezto que no estaba escrito.

Lo sugiere François Roustang cuando dice: “Escribimos una novela y el paciente es su novelista”. El paciente y el analista van escribiendo esta especial novela que es el análisis de alguien. Esa novela no es la que estaba escrita en la vida de él, sino que se está creando, que refiere a la vida de él y que intenta acceder a la mayor verdad posible sobre partes de su vida. Sería una biografía novelada. No la escritura de una biografía, sino la biografía puesta en el interior de un nuevo texto, una novela de esa vida...Se va creando un nuevo texto y algo interesante, que es la actitud de ir escribiéndose a sí mismo.

Castoriadis cree que “es necesario romper a cualquier precio el aislamiento esquizoide en el cual se encierran los psicoanalistas”. Agregaremos que felizmente, no todos. Es necesaria la convergencia de muchas otras visiones sobre lo humano para comprender qué es lo que se pone en juego en la clínica. El estudio de los procesos creadores abre, a nuestro juicio, ese camino.

La naturaleza y la calidad de la experiencia, están determinadas con exactitud por un lugar en una escala ascendente y descendente de energías de diferentes intensidades…la ciencia no tiene aun modo de reconocer que las experiencias suben y bajan de intensidad continuamente. Hilos de Tiempo, Madrid, Siruela, 2003, pág. 86.

Peter Brook, Director inglés de teatro.

Se trata de acorralar lo fantástico en lo real, hasta realizarlo.

Cortázar.

viernes, 15 de agosto de 2008

Comentarios sobre Creatividad en la obra de Winnicott

En cursiva la Lic Susana Levantini para PsicoMundo, en edupsi.com:

Bergson dice lo siguiente: .."Una existencia no puede ser dada sino en una experiencia. Esta experiencia se llamará visión o contacto, percepción exterior en general, si se trata de un objeto material; tomará el nombre de intuición cuando se refiere al espiritú. "Plantear el problema no es solamente descubrir sino inventar. El descubrimiento se realiza sobre lo que ya existe... es pues seguro que aparecerá tarde o temprano..."
Para Winnicott la creación artística requiere de un talento especial, mientras que el vivir creativamente es un tendencia universal.
Bergson al referirse a la intuición, como forma de percepción inmediata, señala: .."es el sentimiento que poseemos de ser creadores de nuestras intenciones, de nuestras decisiones, de nuestros actos, de nuestro carácter y de nosotros mismos. Artesanos de nuestras vidas, hasta artistas cuando queremos, laboramos continuamente para heñir, con la materia suministrada por el pasado y el presente, por la herencia y las circunstancias, una figura única, original, imprevisible como la forma que el escultor da a la arcilla. Ese trabajo y lo que posee de único lo advertimos sin duda mientras se hace, pero lo esencial es lo que hacemos."
Para Winnicott la posibilidad de ser creativa en una persona tiene sus orígenes en el jugar.
Bergson señala..."El niño es investigador e inventor siempre al acecho de la novedad, más cerca de la naturaleza que el adulto,... el niño es como una planta nueva que apetece echar tallos; la invención da el ser a aquello que no existe, el niño deberá reinventar la obra o apropiarse hasta cierto punto de lo ya dado..."


La creatividad para Winnicott está dentro de la tendencia genéticamente determinada del individuo a estar vivo y permanecer vivo, relacionándose con los objetos que se interponen en su camino cuando llega para él el momento de esforsarse por conseguir cosas. En este sentido la creatividad está integrada dentro de la tendencia general del desarrollo. Todo individuo posee el germen de la creatividad. El vivir creativo es vivir la propia vida, conservando algo personal, quizás secreto, que sea incuestionablemente uno mismo.

Rodrigo Córdoba Sanz:

La experiencia de crear significa por tanto construir el mundo desde el objeto subjetivo, hacia el objeto transicional, hasta el objeto objetivo (de lo interno a lo externo). Para ello la relación con la madre pasa de la dependencia absoluta a la casi absoluta, a la depencia relativa. El bebé tiene la experiencia de crear el mundo, incluyendo a su madre, esa experiencia de omnipotencia, gradualmente en el área de ilusión es desilusionado por la presencia de la mama que inevitablemente falla y así, el bebé se da cuenta de que no es omnipotente. También comenta la autora de arriba la reparación como elemento unido a la creatividad, el bebé trata de reparar el daño que haya podido hacer a la mamá pero esto pertenece a otra metapsicología ya que el bebé no destroza a la madre como el bebé kleiniano, otro bebé más devorador, que envidia y ataca los objetos internos a través de proyecciones. El bebé winnicottiano se encuentra con una creatividad dada de antemano y que sólo necesita de una madre que poco a poco se deje usar y se permita fallar para que gradualmente la experiencia de ilusión-desilusión construya primero la experiencia de crear, la ilusión de construir y después se contenga el pensamiento omnipotente.
Al principio el bebé despliega su mundo interno, objetos subjetivos, omnipotencia, la madre debe dejar que esos objetos se presenten y gradualmente, por la superposición de su propia subjetividad se irán entralazando las dos áreas, el sólo hecho de estar y fallar permitirá la aparición de un espacio transicional donde se solapen dos espacios para jugar: un espacio transicional, un lugar para vivir (creativamente) y un lugar para crecer emocional y cognitivamente. Si ese espacio es impuesto o inhibido el infans (que depende todavía de la madre) -estamos hablando de la teoría de un pediatra que se basa en una amplísima casuística, más de 40.000 pacientes-desarrolla por reacción ante un ambiente que no facilita su dotación, un falso self, así lo denominó Winnicott. Éste es el nombre que recibe el poético concepto de esa formación construida cuando se ha tenido que forzar y adaptar el bebé a las necesidades de la madre, impidiendo el natural desarrollo de sus potencialidades innatas, incluído el desarrollo de una vida creativa, forma plena de existir según la mirada de Bergson y Winnicott.
Es significativo que para Winnicott el falso self tenga tanta conexión con el abandono de una vida creativa. Esto es útil para entender la genética -evolutiva y para comprender manifestaciones psicopatológicas dentro de un contexto psicoanalítico vivo.

Miguel Labordeta



MIGUEL LABORDETA
España, Zaragoza (1921-1969)
RETROSPECTIVO EXISTENTE

Me registro los bolsillos desiertos

para saber dónde fueron aquellos sueños.

Invado las estancias vacías

para recoger mis palabras tan lejanamente idas.

Saqueo aparadores antiguos,

viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,

estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,

pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba

no me explican dónde fueron mis minutos,

y aunque torturo los espejos

con peinados de quince años,

con miradas podridas de cinco años

o quizá de muerto,

nadie,

nadie me dice dónde estuvo mi voz

ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía

esculpida en presurosos desayunos,

en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,

mientras los otoños sedimentaban

de pálidas sangres las bodegas del Ebro.

¿En qué escondidos armarios

guardan los subterráneos ángeles

nuestros restos de nieve nocturna atormentada?

¿Por qué vertientes terribles se despeñan

los corazones de los viejos relojes parados?

¿Dónde encontraremos todo aquello

que éramos en las tardes de los sábados,

cuando el violento secreto de la Vida

era tan sólo una dulce campana enamorada?

Pues yo registro los bolsillos desiertos

y no encuentro ni un solo minuto mío,

ni una sola mirada en los espejos

que me diga quién fui yo.
Caricatura de Miguel Labordeta por Jose Luis Cano.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El Ambiente y el Setting


El setting fue expuesto a lo largo de la obra de Winnicott, utilizado con arte, con flexibilidad, él decía que esperaba que le recordaran por cómo variaba éste en funcion del caso que atendía. Para todos y cada uno de ellos el encuadre consistía en proveer de una "madre medio ambiente" si se me permite la metáfora regresiva, otro concepto empleado por Winnicott de manera prolija en su obra. El encuadre se diseña con esmero, incluyendo los objetos del escenario terapéutico, elementos que pueden ser para determinadas personas muy delicados, cualquier cambio puede suponer un derrumbe. Él mismo recordaba una anécdota en la que una paciente le recriminó por haberle fastidiado la semana ya que el montón de papeles no estaba donde solía estar. Esto no tiene nada de raro. El dispositivo es un útero donde se renace, tal y como apuntaba el colega Balint, donde se trata de hacer un "new beginning" y atender a este tipo de detalles no es nada extraño ni tan siquiera especial, es solamente prestar atención a la situación, necesidades y requerimientos de la persona, así como de lo que se le ofrece.

En otro plano, digital, como dirían los teóricos de la comunicación con Don Jackson, Gregory Bateson y Paul Watlawick hay que cuidar lo que se dice y como se dice, Hugo Bleichmar desde Madrid actualmente (Universidad Pontificia de Comillas-Aperturas Psicoanalíticas) nos recuerda que el tono y la forma de entonación puede y debe quizás guardar una forma complementaria según la situación emocional del interlocutor. Otros con más tendencia hacia el humanismo y sus valores de lo auténtico, genuino e ir con el pecho descubierto denuncian que esto es teóricamente brillante pero técnicamente engorroso ya que supone aquella sentencia que defiendo aunque con sosiego: "El psicoanálisis es un falso self en beneficio del verdadero self del paciente".

En definitiva, retomando a Winnicott y sus artículos sobre el setting, ésta es una forma específica de intervención y puede y debe, en ciertas ocasiones y con determinadas estructuras, ser manejada junto con la interpretación, teniendo cautela con ésta última, mencionar aquí a Piera Aulagnier. Quiero decir que el ambiente de sostén y la contención, dos conceptos relacionados también íntimamente con DWW son variables específicas que Otto Kernberg considera comunes, valga la apreciación. Por tanto, Winnicott se especializó en un determinado tipo de psicoterapia con un perfil de pacientes y se dedicó a dar primacía a aportar aquello por lo que él consideraba que habían enfermado, un medio ambiente no suficientemente bueno. Fue coherente en su teoría y en su praxis, especializarse en su forma de trabajo supone apartarse de manera ineludible de los postulados clásicos para los casos en los que él variaba la forma freudiana. Hay que tener muy presente a este autor.

Feliz Verano.

Criterios de Bienestar

La salud como negativo de enfermedad ya fue superado incluso por los preceptos de la Organización Mundial de la Salud. La salud conlleva ampliar los límites mucho más lejos, sentirse vivo es más que estar sano, puede que no signifique siempre estar feliz o incluso estar propiamente entero físicamente. A veces la persona puede tener dolores psíquicos o físicos por separarlos esquemáticamente. Si pensamos sobre el bienestar podíamos convocar a Lao-Tsé o a Shakespeare, "ser lo que uno realmente es", "ir con el corazón en la mano", nos dírian que puede ser la manera de sentirse vivo. Esto resulta una quimera, casi una ingenuidad.
Quizá por esto, y no tanto por una extraña razón estamos en una "zeitgeist", de películas apocalípticas (véase Monstruoso), discos como el de los Smashing Pumpkins (Zeitgeist), novelas que denuncian esta vida parasuicida de ocultamiento de la verdadera esencia del género humano. Por eso los libros de Erich Fromm se siguen vendiendo como rosquillas y el modelo de Freud que veía la naturaleza humana como potencialmente indómita a merced de un ello devastador se ve con recelo, miedo y asco, algo más que resistencias. Como ya nos anunciaba el mismo genial autor un siglo antes en su obra. Winnicott, Maslow y Rogers, por citar unos pocos de pensamiento difuminado, tuvieron una ocurrencia en la que coincidían, la creatividad como forma de vida. Antes Freud y su hija Anna Freud habían hablado de la sublimación como el más excelso de los recursos defensivos para drenar las pulsiones. La creatividad como actitud se fue construyendo en los modelos psicológicos dentro de una forma de vida, un estilo, una actitud, una dimensión de la personalidad. Una manera de ser, más avanzado que el hacer. Melanie Klein trabajó también sobre ello en su obra, haciendo alarde de una capacidad creativa asombrosa analizando novelas y juegos infantiles entre otros productos de la psique.
Es desalentador el asistir al "teatro de la vida", tal y como le llaman algunos, desempeñando un papel estereotipado, esa forma fútil de existencia supone ser otro yo, alguien distinto, una impostura, un personaje, esto, aunque no se recoja específicamente en los DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), es desastroso para el desarrollo de personalidades armónicas, sintónicas y con capacidad para disfrutar de sí mismos y de lo que les rodea. Es tarea de las ciencias humanas y probablemente de la medicina también el alertar sobre esta forma de vida superficial alentada por la contagiosa ventana de los mass media. Sin embargo no atribuiría nunca la responsabilidad al recadero. Es un problema para pensar dentro de cada uno de nosotros, porque todos podemos desarrollar un falso-self, muchas veces funcional y operativo, esto estaría bien y podría ser divertido. El vernos sometidos al imperio de un falso self por fuerza es arena de otro costal. Sobre esto consulten Winnicott, Deutsch, Bick, Meltzer y otros.

Estado de completo bienestar físico,
mental y social y no solamente la
ausencia de enfermedad. OMS-1946


Artículo sobre la defensa maníaca y el falso self:http://www.aap.org.ar/publicaciones/dinamica/dinamica-4/tema-4.htm

Tema comentado por Rodrigo Córdoba Sanz en artículos anteriores.

martes, 12 de agosto de 2008

La Obsesión como Mecanismo de Defensa


La obsesividad es una función que puede y funciona para conectar con un pensamiento racional los contenidos emocionales que colapsan la tolerancia anímica del sujeto pensante. Por ello, es sorprendente cómo somos capaces de elaborar, como apuntó Ernest Jones con el concepto de “racionalización”, alambicados argumentos para explicar motivaciones subyacentes de pigmentación claramente afectiva. De esta forma la aislamos de contenido emocional, la controlamos y evitamos conectar directamente con esa zona peligrosa que puede ponernos en el límite del miedo al derrumbe. Es allí, donde la desintegración se avecina, o su miedo colindante, cuando la racionalización (mecanismo de defensa por el que se tiende a dar una explicación lógica a los sentimientos, pensamientos o conductas que de otro modo provocarían ansiedad o sentimientos de inferioridad o de culpa), y la intelectualización (el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para controlar o minimizar sentimientos que le causan malestar). Dichos procesos son potentes recursos que nos distancian de nuestros sentimientos y evitan, al mismo tiempo el colapso, el funcionar de esa manera es un indicador de alarma, de un aparato defensivo grueso, resultado de un mundo interno alborotado pero hay que ser cautelosos en su desmantelamiento porque esos recursos cuando existen y son duraderos, como señas de identidad, pueden efectivamente, desorganizar a la persona. Guárdenlos, consérvenlos, préstenles atención y tengan presente que pueden vivir sin dar explicación a cada bocanada de aire que toman, quizá puede resultar la vida un poco más fácil, sólo tal vez.

La Distorsión del yo en Hermanos del self verdadero y falso (1960)

Siguiendo con este mes y el anterior, en los que estamos profundizando en las formulaciones psicoanalíticas y fenomenológicas del verdadero self y la existencia reproduzco aquí un fragmento de un trabajo célebre de Winnicott para seguir pensando sobre la raíz del sufrimiento psíquico y sus correlatos sintomáticos, así como sus cristalizaciones caracteriales.

Historia
Este concepto no es nuevo en sí mismo. Aparece en diversas formas en la psiquiatría descriptiva, y sobre todo en ciertas religiones y algunos sistemas filosóficos. Evidentemente existe un estado clínico real que merece estudiarse. Y este concepto le plantea al psicoanálisis un desafío etiológico. El psicoanálisis se interesa en los interrogantes siguientes:
(1) ¿Cómo surge el self falso?
(2) ¿Cuál es su función?
(3) ¿Por qué en algunos casos el self falso es exagerado o enfatizado?
(4) ¿Por qué algunas personas no desarrollan un sistema de self falso?
(5) ¿Cuáles son los equivalentes del self falso en las personas normales?
(6) ¿Qué podría llamarse "self verdadero"?
A mi juicio la idea de self falso, que proviene de nuestros pacientes, puede discernirse en las primeras formulaciones de Freud. En particular, vinculo lo que yo divido en un self verdadero y falso con la división freudiana del self en una parte central y dotada de energía por los instintos (o por lo que Freud denominó sexualidad pregenital y genital), y una parte vuelta hacia afuera y relacionada con el mundo.
Contribución personal
Mi propio aporte a este tema deriva de mi trabajo simultáneo
(a) como pediatra con madres e infantes, y
(b) como un psicoanalista cuya práctica incluye una pequeña cantidad de casos fronterizos tratados con análisis, pero que necesitan experimentar en la transferencia una fase (o fases) de regresión importante a la dependencia.
Mi experiencia me ha llevado a reconocer que los pacientes dependientes o en regresión profunda pueden enseñarle al analista sobre la infancia temprana más que lo que se aprende de la observación directa de infantes, y más de lo que se aprende en el contacto con madres relacionadas con infantes. Al mismo tiempo, el contacto clínico con las experiencias normales y anormales de la relación infante-madre influye en la teoría analítica del profesional, puesto que lo que sucede en la transferencia (en las fases de regresión de algunos de sus pacientes) es una forma de relación infante-madre.
Me gusta comparar mi posición con la de Greenacre, quien también se mantuvo en contacto con la pediatría mientras proseguía con su práctica del psicoanálisis. También en el caso de esta autora parece claro que cada una de las dos experiencias influyó en su evaluación de la otra.
La experiencia clínica en el campo de la psiquiatría del adulto puede tener en un psicoanalista el efecto de introducir una brecha entre su evaluación del estado clínico y su comprensión de la etiología. Esa brecha proviene de la imposibilidad de obtener una historia confiable de la infancia temprana, obtenida del paciente psicótico, de la madre o de observadores menos comprometidos. Los pacientes analíticos que hacen regresión a una dependencia importante en la transferencia llenan esta brecha revelando sus expectativas y necesidades en
las fases dependientes.


En seguida resulta posible clasificar las organizaciones del self falso como sigue:
(1) En un extremo, el self falso se establece como real y es lo que los observadores tienden a pensar que es la persona real. Pero en las relaciones de vida, de trabajo, en las amistades, el self falso empieza a fallar. En situaciones en las que se espera una persona total, el self falso presenta alguna carencia esencial. En este extremo el self verdadero está oculto.
(2) Extremo inferior: el self-falso defiende al self-verdadero; pero el self verdadero es reconocido como potencial y se le permite una vida secreta. Este es el ejemplo más claro de enfermedad clínica como organización con una finalidad positiva: la preservación del individuo a pesar de las condiciones ambientales anormales. Se trata de una extensión del concepto psicoanalítico del valor del síntoma para la persona enferma.
(3) Más hacia la salud: el self falso tiene como interés principal la búsqueda de condiciones que le posibilitan al self verdadero hacer valer sus méritos. Cuando esas condiciones no pueden encontrarse, hay que organizar una nueva defensa contra la explotación del self verdadero y, si hay duda, el resultado clínico es el suicidio. En este contexto, suicidio es la destrucción del self total para evitar la aniquilación del self verdadero. Cuando el suicidio es la única defensa que queda contra la traición al self verdadero, al self falso le toca organizar el suicidio. Desde luego, éste supone su propia destrucción, pero al mismo tiempo elimina la necesidad de su
existencia continuada, puesto que su función es proteger de afrentas al self verdadero.
(4) Aún más hacia la salud: el self falso se basa en identificaciones (por ejemplo, en el caso de la paciente mencionada, cuyo ambiente infantil y cuya niñera real dieron gran colorido a la organización del self falso). En la salud: el self falso está representado por la organización total de la actitud social cortés y bien educada, un "no decir las cosas con franqueza y sinceridad". Ha aumentado mucho la capacidad del individuo para renunciar a la omnipotencia y al proceso primario en general, gracias a lo cual se ha ganado un lugar en la sociedad que nunca podría haberse obtenido o mantenido gracias al self verdadero solamente.

Pedazos de Winnicott sobre la psicosis en la familia

El efecto de los padres psicóticos
sobre el desarrollo emocional del niño
(1959) (Un Fragmento) DWWinnicott


La enfermedad psicótica
La psicosis de los padres no ocasiona psicosis infantil; la etiología no es un problema tan simple. La psicosis no se transmite directamente como el cabello oscuro o la hemofilia, ni tampoco a través de la leche con que la madre amamanta a su hijo. Para los psiquíatras que no se interesan tanto en las personas como en las enfermedades -enfermedades mentales, como dirían ellos- la vida es relativamente fácil, pero para quienes tendemos a considerar a los enfermos mentales no tanto como un conjunto de enfermedades, o casos, sino como seres humanos que integran la lista de bajas en la lucha del hombre para poder desarrollarse, adaptarse y vivir, la tarea resulta infinitamente más compleja. Cuando vemos a un paciente psicótico, pensamos "éste, si no
fuera por la gracia de Dios, bien podría ser yo". Conocemos el trastorno, del cual sólo vemos en el paciente un ejemplo exagerado.
Quizás algún tipo de clasificación ayude a distinguir los diversos tipos de enfermedad. En primer lugar, podemos dividir a los progenitores psicóticos en padres y madres, pues hay ciertos efectos que sólo tienen que ver con la relación madre-hijo, dado que ésta se inicia tan temprano, o bien, si se refieren al padre, lo hacen en tanto aquél actúa como sustituto materno. Cabe señalar aquí que un padre puede desempeñar un papel mucho más importante, a través del cual humaniza algo en la madre y anula en ella un elemento que, de otro modo, se vuelve mágico y potente y menoscaba la actitud maternal de la madre. Los padres tienen sus propias enfermedades, cuyo efecto sobre los hijos es posible estudiar, pero que no afectan a los niños en la más temprana infancia. Además, es necesario que el niño sea antes lo bastante grande como para reconocer al padre como un hombre. Luego dividiría a la psicosis desde un punto de vista clínico en psicosis maníaco-depresivas, y los trastornos esquizoides en cuyo extremo está la esquizofrenia propiamente dicha. Junto con estos últimos, se da un grado variable de delirio de persecución, sea el que alterna con la hipocondría o el que aparece como una hipersensibilidad paranoide general.
Consideremos ahora la esquizofrenia, la más grave de todas estas enfermedades, y avancemos hacia la salud clínica (dejando de lado la psiconeurosis, que no nos interesa aquí).
Si consideramos las características de las personas esquizoides, encontramos una delimitación muy imprecisa entre la realidad interna y la externa, entre lo que se concibe subjetivamente y lo que se percibe objetivamente.
Sí observamos un poco mejor, encontramos en el paciente sentimientos de irrealidad y, asimismo, que las personas esquizoides tienen una mayor facilidad para fusionarse con objetos e individuos que las personas normales y experimentan mayor dificultad para vivirse como entidades separadas. Notamos también una relativa imposibilidad para establecerse sobre la base de un yo corporal: la psiquis no está claramente vinculada con la anatomía y el funcionamiento del cuerpo. Existe una mala relación operativa entre la psiquis y
el soma y quizás los límites de la primera no correspondan exactamente a los del cuerpo. Por otro lado, puede suceder que los procesos intelectuales pueden ser los más afectados. Los individuos esquizoides no entablan relaciones fácilmente ni las mantienen, una vez establecidas, con objetos que son exteriores a ellos, o reales en el sentido corriente del término. Se relacionan en sus propios términos y no en función de los impulsos de los demás.
Los padres que poseen estas características fracasan en múltiples y sutiles maneras en el manejo de sus hijos, excepto en la medida en que, conscientes de sus propias deficiencias, los dejan en manos de otras personas.


El efecto de la psicosis en la vida familiar
(1960)



Quizás convendría que intentara explicar primero qué significa para mí la palabra psicosis. Es una enfermedad de naturaleza psicológica pero no es una psiconeurosis. En algunos casos tiene una base física (por ejemplo, arteriosclerosis). Es una enfermedad que se da entre los seres humanos, y las personas que la padecen no son bastantes sanas como para ser psiconeuróticas. Resultaría más sencillo comprender esto si se pudiera decir que psicosis significa "muy enfermo" y psiconeurosis "bastante enfermo"; pero la complicación radica en que las personas sanas pueden "juguetear" con la psicosis, mientras que ello no sucede a menudo con la psiconeurosis.
La psicosis es algo mucho más concreto y más relacionado con los elementos de la personalidad y la existencia humanas que la psiconeurosis, y, para citarme a mí mismo, sin duda somos muy pobres si somos totalmente cuerdos.
Psicosis puede tomarse como el término popular que designa esquizofrenia, depresión maníaca y melancolía con complicaciones más o menos paranoides. No existe una clara división entre una enfermedad y otra, y a menudo sucede que una persona obsesiva, por ejemplo, se vuelve deprimida o confusa, para luego regresar a su estado obsesivo; aquí las defensas psiconeuróticas se transforman en psicóticas y recuperan luego su carácter habitual. O bien ocurre que personas esquizoides se transforman en depresivas. La psicosis representa una organización de las defensas, y detrás de todas las defensas organizadas existe la amenaza de la confusión,
de un derrumbe de la integración.
Lo que nos revelará con mayor claridad cuál es el efecto de la psicosis sobre la vida familiar, será el examen de casos concretos. Quienes nos interesamos por estos problemas sabemos que muchas familias se deshacen debido a la existencia de psicosis en uno de sus miembros, y que la mayoría de ellas probablemente permanecerían intactas si fuera posible aliviarlas de esa tensión intolerable. Esto constituye un tremendo problema práctico y existe una imperiosa necesidad de contar con medidas preventivas, sobre todo en la forma de una atención psiquiátrica hospitalaria para los niños. Pienso aquí en términos de un centro residencial que se hiciera cargo de los niños durante un período indefinido, y del cual fuera posible sacarlos y someterlos a un
tratamiento psicoanalítico diario a cargo de profesionales que, al mismo tiempo, trataran también otro tipo depacientes, incluyendo adultos.
Los problemas planteados por la psicosis son los mismos que los ocasionados por la deficiencia mental primaria, deficiencias físicas tales como diplejia espástica y trastornos relacionados, los efectos secundarios de la encefalitis (por fortuna, menos comunes hoy que en la década de 1920), y las diversas formas clínicas de la tendencia antisocial que revela deprivación. Con todo, para nuestros fines concretos, la psicosis propiamente dicha indicaría un trastorno del desarrollo emocional en un nivel temprano, sin que exista lesión cerebral. En algunos casos se advierte una fuerte tendencia a la psicosis hereditaria, mientras que en otros ello no constituye un rasgo significativo.

domingo, 10 de agosto de 2008

La Niña de los Sueños XXXV

Llegó sudada a la casa, el vestido desgarrado por alguna rama. El recuerdo del muchacho le hacía mantener la esperanza y la sonrisa. Aun con eso, tenía una multitud de ideas en la cabeza que se agolpaban en ese momento impidiéndole pensar con claridad. Trepó por la enredadera hasta su habitación, allá se secó el líquido salino, dejó el instrumento, bebió un poco de agua y se tumbó en la cama para callar esas voces que le colocaban en tan incómoda tesitura. Por un lado el cómodo encuentro con el muchacho, el beso, la gracioso despedida, su protección y la complicidad. Por el otro el temor a haber sido reconocida, el jinete perseguidor, su padre, la Ley y el orden que podía ponerla en una situación difícil a ella y a su familia, lo único que tenía de valor, más allá de diamantes y exquisiteces. Su cabeza tenía una actividad frenética, no podía dormir, temía perder el control, eso ya lo había vivido, todo lo que le rodeaba lo podía oler, escuchar, tocar con mayor intensidad y poesía que de constumbre, tenía los sentidos con una finura excesiva, eso le conmovía y le ponía la piel de gallina pero también padecía el miedo de una forma brutal. Así que en la cama, con los ojos abiertos, casi sin pestañear quedó inerme hasta que la luz se asomó, entonces, agotada durmió. La Institutriz le despertó, cuando esto sucedió todo estaba en orden, su mente, agotada, había dado una tregua a la princesa que guardaba ese palacio repleto de maravillas.

Aproximaciones a las neurociencias, por la Lic. Mónica Schvartzpel

Aproximaciones a las neurociencias
Hoy, las neurociencias nos permiten acercar nuevas ideas a la doble inscripción: vemos que hay un doble circuito del procesamiento emocional: uno que pasa por la corteza, el hipocampo y determina el recuerdo conciente de una experiencia; y otro: un circuito que pasa por la amígdala y produce reacciones emocionales sin conciencia. Un estado emocional tiene entonces dos componentes: el mas inconsciente, relacionado con la memoria implícita (procedural y asociativa) y otro componente que es la memoria declarativa. Esta última le otorga un contenido a la carga emocional. Es interesante pensar de qué manera podemos relacionar esta doble vía de consolidación de memorias con el fenómeno de la disociación. Frente a un evento traumático, la memoria afectiva relacionada con el complejo amigdalino se potencia, mientras que la memoria declarativa puede estar incompleta o ausente.Esto a nivel conductual nos presentaría una exacerbación de estados afectivos frente a situaciones triviales, debiendo rescatarse los recuerdos que participaron del evento traumático. Por ejemplo: crisis de angustia y pánico en un colectivo al ver a un exhibicionista, sin poder entender porque una reacción tan desmesurada, cuando lo que no aparecía hasta ese momento era el recuerdo de la violación sufrida por un familiar siendo pequeña.Una posibilidad de volver a conectar hechos y afectos es a través de la psicoterapia, en la cual el paciente y el terapeuta le van poniendo palabras a los estados emocionales, se va reconstruyendo la memoria declarativa por medio de sucesivas resignificaciones.Podría pensarse que si los primeros engramas fueron traumáticos, esto perturbo el proceso de mentalización y ahí aparecen los pacientes más perturbados. Incluso creo que seria una línea interesante para pensar en que tipo de engramas son los que facilitan un camino directo entre el afecto y el cuerpo, como un automatismo (Freud planteaba el tema en las neurosis actuales).También vale la pena preguntarse en que medida todo lo que se desarrolla en la cura es repetición de lo antiguo y en que medida concierne a lo que nunca se vivió?Es importante entender, que no se trata de recuperar un recuerdo en el sentido más objetivo sino de simbolizarlo, de darle una inscripción conciente a través de un relato, que al mismo tiempo se pueda volver a inscribir en la memoria implícita a partir de nuevas experiencias, una de las cuales, no la única, es la relación que se establece en el vínculo psicoterapéutico. Lo que se recupera ,entonces, puede ser una sensación, ahora unida a una imagen, a una palabra, puede tratarse también de una escena traumática “olvidada”, o puede ser tomar conciencia de un vacío, de algo que faltó, y que los síntomas no pueden llenar, sino solo profundizar ese vacío.Bleichmar (2004) se refiere a la “transformación referenciada” como un proceso de cambio dentro del campo psicoterapéutico, donde la Interpretación y la relación funcionan como guía referencial e identificatoria, para no repetir conductas, o viejas formas de vínculo patológicas. Este concepto esta en estrecha relación con el descubrimiento de las “neuronas espejo”.Dice Medina (2): “La memoria como nueva adquisición del cerebro requiere de un arreglo de los circuito neurales y esto requiere de la plasticidad de la sinapsis es decir de la capacidad de nuestros sistemas neuronales para modificarse por medio de la experiencia.”Hay dos centros fundamentales en la formación de memoria: el hipocampo y el complejo amigdalino, este último respecto de las memorias aversivas, pero básicamente con impacto afectivo.“Se conocen los mecanismos moleculares de síntesis proteica en cuanto a la formación de memoria, los distintos circuitos que hasta ahora se sabe que intervienen”.Sigue Medina:” la memoria no esta en las proteínas, sino en el cambio de los circuitos neurales, de su funcionalidad y su morfología, toda vez que hay un cambio en la expresión de genes. Hay mecanismos celulares que pueden durar meses y la vida media de la proteína dura horas.”“Hay un proceso rápido modulado por ciertas cascadas de proteínas y otro mas lento modulado por otra serie de expresión de cascadas intracelulares”. Y agrega que “esto tiene que ver con la motivación, el estado de alerta, el sueño, la vigilia y la emoción”.Continúa el mismo autor: “Para concluir, hay una forma de pensar la memoria de tal manera, que por mecanismos concientes o inconscientes, la memoria se va reconsolidando o formando nuevas capas de memoria y la memoria original queda cada vez mas profunda (oculta?) .Cuando uno quiere evocar ese tipo de memoria solo evoca la superficial”.Freud planteaba la metáfora de las catáfilas de la cebolla, en el sentido de las capas que es necesario despejar para acceder al inconsciente.Esto nos da una imagen tópica de la circulación de conciente a inconsciente, como si en algún lugar geográfico de nuestro cerebro se encontrara la verdad, lo más objetivo de nuestras vivencias.Sin embargo, me inclino a pensar que nuestro funcionamiento mental es más producto de una dinámica que de una tópica. Serán las zonas de convergencia, las que favorecen ese entramado tan singular e individual entre afectos, sentimientos, pensamientos y motivaciones, que presentamos cada uno de los seres humanos.En esta dinámica cerebro-mente, es sumamente importante para el psicoanálisis el tema de la evocación, consolidación y extinción de la memoria, podría decirse que es el nudo tanto de la constitución del aparato psíquico, de los síntomas, como de la posibilidad de desanundar un conflicto. En el escrito de Freud sobre el sepultamiento del Complejo de Edipo, el autor, hace una diferencia entre represión y sepultamiento, En el marco de la neurofisiología, el sepultamiento podría ser un equivalente al olvido, mientras que la represión la podemos pensar como análoga a la extinción.Lo hasta aquí planteado nos permite pensar que a través del efecto motivacional que produce la palabra del otro, se establece una dinámica de neurotransmición que facilita la extinción o reconsolidación de la memoria, permitiendo el acceso a una nueva significación. Dice Alvano (2) “…las conexiones sinápticas se sostienen entre ellas en muchos de nosotros, la mayor parte del tiempo guardando un enlace entre los pensamientos , las emociones y la motivación, Sin embargo siempre hay nuevas conexiones esperando ser realizadas. La actividad neuronal generada por la vivencia puede modificar circuitos neuronales y así modificar pensamientos, conductas, sentimientos, de tal modo “….somos nuestras sinapsis, ellas son lo que somos (Le Doux)”.

jueves, 7 de agosto de 2008

Diálogo entre Winnicott y Rogers sobre el Verdadero Self y el Falso Self

WINNICOTT

ROGERS


- Winnicott, tomando café con un cigarro en sus manos, jugando con el humo:

La mente y el ser falso
A menudo un peligro muy especial lo representa la conexión entre el enfoque intelectual y el ser falso. Cuando el ser falso se organiza en un individuo dotado de un elevado potencial intelectual, se registra una fuerte tendencia por parle de la mente a convertirse en el sitio donde se ubica el ser falso, y entonces se desarrolla una disociación entre la actividad intelectual y la existencia
psicosomática. (Debemos suponer que en el individuo sano la mente no es algo que se ha puesto a disposición del individuo para escapar de su existencia psicosomática. Este tema lo he desarrollado con cierta extensión en Mind and its Relation to the Psyche-Soma, 1949c.)
Cuando ha tenido lugar esta anormalidad por partida doble, que consiste en:

a) la organización de un ser falso para ocultar el ser
verdadero, y

b) el intento, por parte del individuo, de resolver su problema personal mediante el uso de un excelente intelecto, se obtiene un cuadro clínico caracterizado por la facilidad con que
llama a engaño. Es posible que a los ojos del mundo el individuo aparezca como ejemplo de grandes méritos académicos y que, por consiguiente, sea difícil creer en la angustia real del individuo en cuestión, que tiene la impresión de estar viviendo «una farsa» a
medida que aumentan sus éxitos. Cuando tales individuos se destruyen a sí mismos, de una u otra forma, el hecho produce invariablemente un shock en todos quienes habían puesto grandes
esperanzas en ellos.
(Pueden leer en el mes de julio el texto "La Integración y sus excesos" de Rodrigo Córdoba Sanz).


- Carl Rogers con un libro de Kierkegaard encima de la mesa y una coca-cola en la mano le relata algo que le contó una vez un "cliente", decía así:

Cliente: "Tal como lo veo ahora, estaba peleando mis defensas, capa tras capa. Solía crearlas, utilizarlas y luego descartarlas al darme cuenta de que seguí siendo la misma. Ignoraba qué habría en el fondo y tenía mucho miedo de averiguarlo, pero debía seguir intentándolo. Al princicio creía que en mi interior no había nada... sólo un gran vacío donde yo necesitaba y deseaba que hubiera un núcleo macizo. Luego comencé a sentir que enfrentaba una sólida pared de ladrillos, demasiado alta para saltarla y demasiado gruesa para atravesarla. Un día la pared dejó de ser sólida y se volvió translúcida. Después de esto me pareció que se desvanecía, pero detrás de ella descubrí un dique que contenía aguas violentas y tumultuosas. Sentí como si estuviera soportando toda la fuerza de esas aguas y pensé que si abría aun un pequeño orificio yo y todo lo que me rodeaba seríamos arrasados por el torrente de sentimientos que ellas representaban. Por último, no pude soportar más la tensión y cedí. Todo lo que hice, en realidad, fue sucumbir a una absoluta y total autocompasión, luego al odio y después de éste, finalmente al amor. Después de esta experiencia me sentí como si hubiera saltado a la otra orilla y me encontrara a salvo, aunque todavía tituteaba un poco. No sé qué buscaba ni a dónde me dirigía, pero entonces me sentí como siempre me he sentido al vivir realmente; estaba avanzando."

Y añade tras un sorbo del elixir americano: He aquí otra aserción que también alude a ese elemento de fluidez o vivir existencial: "Todo este conjunto de experiencias y los significados que hasta ahora he descubierto en el, parecen haberme lanzado a un proceso que me fascina, pero que a veces me atemoriza un poco. Significa que me dejo llevar por mis experiencias, en una dirección que parece ser hacia delante, hacia objetivos que apenas puedo discernir, mientras intento comprender al menos el sentido de esa experiencia. Tengo la sensación de flotar en la compleja corriente de la experiencia y tengo la posibilidad fascinante de intentar comprender su complejidad siempre cambiante".

Referencias:
Deformación del ego en términos de un ser verdadero y falso, 1960. D.W. Winnicott
El Proceso de Convertirse en Persona, 1961. C.R. Rogers

Sobre la Defensa Maníaca

Elaboraré en base al tronco que nos ofrece Donald W. Winnicott el artículo con el que ingresó el 4 de diciembre de 1935 en la Sociedad Psicoanalítica Británica. Este concepto se nos presenta con frecuencia y es importante entenderlo en toda su complejidad.

La defensa maníaca consiste en una negación de la realidad interna, la presencia de una angustia depresiva y la transformación de estas emociones en las contrarias a través de una negación. Dice Winnicott: «La defensa maníaca», estriba en que forma parte de la defensa maníaca de uno mismo el ser incapaz de dar plena importancia a la realidad interior. Existen fluctuaciones en la capacidad personal para respetar la realidad interior, fluctuaciones que se relacionan con la angustia depresiva que hay en uno mismo.

Dicho proceso se engarza de manera ineluctable a la fantasía, aquí Winnicott utiliza el término en un sentido más amplio, él lo matiza. Emplea el fantaseo, a diferencia de la fantasía, concepto que elaboraría más tardíamente en su obra. El fantaseo deforma la realidad de manera omnipotente y guardando equivalencia con el anhelo, la fantasía se dirige a la integración. Nos explica DWW:
El individuo llega a la realidad externa a través de las fantasías omnipotentes elaboradas dentro del esfuerzo para alejarse de la realidad interior.

Éste es un recurso defensivo que sirve para construir una realidad psíquica más tolerable y alejar de la conciencia los contenidos frustrantes que no se pueden aceptar, para ello se realiza una suerte de estructura en la fantasía en base a una operación de defensa de tipo negación, funciona la grandeza del pensamiento que puede deformar el juicio y así nublar los latentes y pesados sentimientos de tristeza que funcionen como mociones promotoras de ese aparato defensivo reactivo. En palabras del Dr. Winnicott: Las fantasías omnipotentes no constituyen tanto la realidad interior misma como una defensa contra la aceptación de dicha realidad. En tal defensa uno encuentra una huida hacia la fantasía omnipotente, al igual que el paso de unas fantasías a otras y, siguiendo este orden, una huida hacia la realidad externa.

DWW sintetiza e integra abajo:
La defensa maníaca se manifiesta de diversas maneras, distintas aunque interrelacionadas; a
saber:
- Negación de la realidad interior.
- Huida desde la realidad interior a la realidad exterior.
- Mantenimiento en «animación suspendida» de la gente que hay en la realidad interior.
- Negación de las sensaciones de depresión -es decir, la pesadez, la tristeza- por medio de
sensaciones específicamente opuestas: ligereza, buen humor, etc.
El empleo de casi cualquier par antitético en la tranquilización contra la muerte, el caos, el misterio,etc., ideas que pertenecen al contenido de fantasía de la posición defensiva.



El término «defensa maníaca» se ha forjado para cubrir la capacidad que tiene una persona para
negar la angustia depresiva que es inherente al desarrollo emocional, la angustia que corresponde a la capacidad del individuo para sentirse culpable y también para reconocer la responsabilidad por las experiencias instintivas, y por la agresión en la fantasía que acompaña a las experiencias instintivas.

La Niña de los Sueños XXXIV

La Niña paseaba por la habitación descalza, dejando que en cada paso el suelo le dijera por donde continuar. Sobre el arcón su vestido de seda y las botas de montar, en el escritorio el dibujo difuminado de esa joven subida en la atalaya, ahora uno nuevo le hacía compañía. Era una escena en el claro del bosque donde el muchacho del mercado y ella estaban en cuclillas abrazados mientras los jinetes paseaban husmeando en busca de esa traidora a la corona. Ella no quería hacer daño a nadie, aunque podía estar poniendo en tela de juicio, por el azar impetuoso de sus instintos a quien gobernaba la zona. Esa situación provocaba en ella una situación de doble tendencia por la que no sabía decantarse, hasta el momento había andado con el corazón en la mano, como generalmente solía hacer, aunque por momentos se cuestionaba el obrar de manera más táctica en aras a no hacer daño a nadie.
Sea como fuere cogió sus ropajes cuando el Sol comenzó a esconderse, bajó al piso de abajo a comer algo y salió por la puerta, indiferente a lo que pudieran decir o pensar, tras ella una sombra de dudas, con ella un halo de esperanza algo disperso, no terminaba de perfilar con precisión el objeto de toda esa misión si iba más allá del gozo de poder tocar y alegrar el nublado corazón de los campesinos del pueblo.
No era el séptimo día, era un día cualquiera, a pesar de eso pudo oir los cascos de los caballos merodear por la zona, esta vez llegó al pueblo donde la vigilancia era muy débil, apenas inexistente, allí sólo pasaban de vez en cuando los jinetes por lo que había oído. Así que se sentó en donde vio por primera vez al muchacho y con la flauta comenzó su recital.
Tan pronto hubo pulsado las primeras notas ya salieron de sus casas los primeros curiosos, se dirigieron hacia ella y en ese momento se dio cuenta de que no llevaba el antifaz así que tuvo que interrumpir un instante la música para protegerse por lo que pudiera suceder.
Tocó y tocó, la gente se acercó a ella, a unos dos metros, algunos pequeños la tocaron, otros incluso se pusieron más cerca y la abrazaron mientras cantaba, el niño apareció y tras él, el ruido de los caballos al galope. La Princesa interrumpió la música y marchó, tomada de la mano por su compañero de fatigas clandestinas y huyeron otra vez, el pueblo gritó y ella se preguntó porqué, qué extraña razón le llevaba a sufrir esa extraña situación teniendo todo a su alcance. La muchacha dirigió al muchacho al claro donde se imaginó con su compañero y allí le besó profundamente, se abrazaron y permanecieron asustados hasta bien entrada la noche. Después se despidieron, hasta que pudieran cambiar lo que les había llevado a esa escurridiza forma de vida. Él le dio un beso en la mano haciéndole una reverencia, con el gesto tuvieron motivos para separarse puntualmente con una amplia sonrisa en el rostro.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Las versiones del consumo


El consumo de drogas supone quiebras en la identidad, en la personalidad, en la familia, en los vínculos, en la sociedad, en el sistema y en el cerebro, esto último ha sido investigado por la psiquiatría biológica y todo lo anterior es vivido en el seno de familias que progresivamente van deteriorándose, acompañando el vals de la muerte del propio cuerpo.

Empecemos con la identidad; se empieza a consumir en épocas donde se esta moldeando el autoconcepto, el self, la imagen que se tiene de sí mismo, las drogas desenfocan y descentran de lo que uno es en potencia y acto, alejando del núcleo del yo la vista y dirigiéndola a objetos, llamémosle alucinados, en un sentido laxo.

La personalidad, como corolario del temperamento y el carácter va siendo forjada por lo biológico y lo psicosocial, la droga destroza núcleos neuronales y produce efectos, secuelas y focos irritativos, en definitiva sensibiliza el órgano y la función. Y deforma la personalidad, acentuando la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración, la inestabilidad, la tendencia antisocial y otros rasgos que pueden cristalizar en un trastorno de personalidad.

La familia se ve arrasada, generalmente es un problema difícil de gestionar, salidas intempestivas, comportamiento errático, agresividad, peleas, hurtos. Todo ello mina la confianza en los miembros de la familia, ataca al narcisismo sano que pueda existir y va edificando una muralla de narcisismo maligno construido con la propia sustancia, por tanto son mimbres perversos que llevan a la destrucción del propio sistema y de los individuos que la componen.

Las relaciones más importantes se acaban degradando, el amor deja de tener importancia, sólo opera el amor a uno mismo a través del fetiche droga, quien sirve como recuerdo simbólico de ese algo de lo que no se puede proveer en la vida real, por otro lado el refugio en la droga puede acabar siendo una defensa maniaca (Klein, Winnicott). La droga, como sustancia, no tiene ninguna connotación, es el consumo tamizado (difícil en la mayoría de drogas) lo que provoca, sin lugar a dudas el holocausto psicológico, familia y social. Es de destacar que aquellos que barajan datos de patología dual (adicción-trastorno mental), conectado a la teoría de la automedicación, unida, a su vez, al consumo como refugio. Si somos un pelín delicados atenderemos al mundo interno de la persona que consume, allí podremos comprobar el grado de soledad y persecución vívida, unos antiagonistas jamás serán eficaces allá. Sería interesante llevar a estadísticas los sueños truncados de quienes consumen. Abre los ojos.