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Paz y Ciencia

martes, 12 de agosto de 2008

Pedazos de Winnicott sobre la psicosis en la familia

El efecto de los padres psicóticos
sobre el desarrollo emocional del niño
(1959) (Un Fragmento) DWWinnicott


La enfermedad psicótica
La psicosis de los padres no ocasiona psicosis infantil; la etiología no es un problema tan simple. La psicosis no se transmite directamente como el cabello oscuro o la hemofilia, ni tampoco a través de la leche con que la madre amamanta a su hijo. Para los psiquíatras que no se interesan tanto en las personas como en las enfermedades -enfermedades mentales, como dirían ellos- la vida es relativamente fácil, pero para quienes tendemos a considerar a los enfermos mentales no tanto como un conjunto de enfermedades, o casos, sino como seres humanos que integran la lista de bajas en la lucha del hombre para poder desarrollarse, adaptarse y vivir, la tarea resulta infinitamente más compleja. Cuando vemos a un paciente psicótico, pensamos "éste, si no
fuera por la gracia de Dios, bien podría ser yo". Conocemos el trastorno, del cual sólo vemos en el paciente un ejemplo exagerado.
Quizás algún tipo de clasificación ayude a distinguir los diversos tipos de enfermedad. En primer lugar, podemos dividir a los progenitores psicóticos en padres y madres, pues hay ciertos efectos que sólo tienen que ver con la relación madre-hijo, dado que ésta se inicia tan temprano, o bien, si se refieren al padre, lo hacen en tanto aquél actúa como sustituto materno. Cabe señalar aquí que un padre puede desempeñar un papel mucho más importante, a través del cual humaniza algo en la madre y anula en ella un elemento que, de otro modo, se vuelve mágico y potente y menoscaba la actitud maternal de la madre. Los padres tienen sus propias enfermedades, cuyo efecto sobre los hijos es posible estudiar, pero que no afectan a los niños en la más temprana infancia. Además, es necesario que el niño sea antes lo bastante grande como para reconocer al padre como un hombre. Luego dividiría a la psicosis desde un punto de vista clínico en psicosis maníaco-depresivas, y los trastornos esquizoides en cuyo extremo está la esquizofrenia propiamente dicha. Junto con estos últimos, se da un grado variable de delirio de persecución, sea el que alterna con la hipocondría o el que aparece como una hipersensibilidad paranoide general.
Consideremos ahora la esquizofrenia, la más grave de todas estas enfermedades, y avancemos hacia la salud clínica (dejando de lado la psiconeurosis, que no nos interesa aquí).
Si consideramos las características de las personas esquizoides, encontramos una delimitación muy imprecisa entre la realidad interna y la externa, entre lo que se concibe subjetivamente y lo que se percibe objetivamente.
Sí observamos un poco mejor, encontramos en el paciente sentimientos de irrealidad y, asimismo, que las personas esquizoides tienen una mayor facilidad para fusionarse con objetos e individuos que las personas normales y experimentan mayor dificultad para vivirse como entidades separadas. Notamos también una relativa imposibilidad para establecerse sobre la base de un yo corporal: la psiquis no está claramente vinculada con la anatomía y el funcionamiento del cuerpo. Existe una mala relación operativa entre la psiquis y
el soma y quizás los límites de la primera no correspondan exactamente a los del cuerpo. Por otro lado, puede suceder que los procesos intelectuales pueden ser los más afectados. Los individuos esquizoides no entablan relaciones fácilmente ni las mantienen, una vez establecidas, con objetos que son exteriores a ellos, o reales en el sentido corriente del término. Se relacionan en sus propios términos y no en función de los impulsos de los demás.
Los padres que poseen estas características fracasan en múltiples y sutiles maneras en el manejo de sus hijos, excepto en la medida en que, conscientes de sus propias deficiencias, los dejan en manos de otras personas.


El efecto de la psicosis en la vida familiar
(1960)



Quizás convendría que intentara explicar primero qué significa para mí la palabra psicosis. Es una enfermedad de naturaleza psicológica pero no es una psiconeurosis. En algunos casos tiene una base física (por ejemplo, arteriosclerosis). Es una enfermedad que se da entre los seres humanos, y las personas que la padecen no son bastantes sanas como para ser psiconeuróticas. Resultaría más sencillo comprender esto si se pudiera decir que psicosis significa "muy enfermo" y psiconeurosis "bastante enfermo"; pero la complicación radica en que las personas sanas pueden "juguetear" con la psicosis, mientras que ello no sucede a menudo con la psiconeurosis.
La psicosis es algo mucho más concreto y más relacionado con los elementos de la personalidad y la existencia humanas que la psiconeurosis, y, para citarme a mí mismo, sin duda somos muy pobres si somos totalmente cuerdos.
Psicosis puede tomarse como el término popular que designa esquizofrenia, depresión maníaca y melancolía con complicaciones más o menos paranoides. No existe una clara división entre una enfermedad y otra, y a menudo sucede que una persona obsesiva, por ejemplo, se vuelve deprimida o confusa, para luego regresar a su estado obsesivo; aquí las defensas psiconeuróticas se transforman en psicóticas y recuperan luego su carácter habitual. O bien ocurre que personas esquizoides se transforman en depresivas. La psicosis representa una organización de las defensas, y detrás de todas las defensas organizadas existe la amenaza de la confusión,
de un derrumbe de la integración.
Lo que nos revelará con mayor claridad cuál es el efecto de la psicosis sobre la vida familiar, será el examen de casos concretos. Quienes nos interesamos por estos problemas sabemos que muchas familias se deshacen debido a la existencia de psicosis en uno de sus miembros, y que la mayoría de ellas probablemente permanecerían intactas si fuera posible aliviarlas de esa tensión intolerable. Esto constituye un tremendo problema práctico y existe una imperiosa necesidad de contar con medidas preventivas, sobre todo en la forma de una atención psiquiátrica hospitalaria para los niños. Pienso aquí en términos de un centro residencial que se hiciera cargo de los niños durante un período indefinido, y del cual fuera posible sacarlos y someterlos a un
tratamiento psicoanalítico diario a cargo de profesionales que, al mismo tiempo, trataran también otro tipo depacientes, incluyendo adultos.
Los problemas planteados por la psicosis son los mismos que los ocasionados por la deficiencia mental primaria, deficiencias físicas tales como diplejia espástica y trastornos relacionados, los efectos secundarios de la encefalitis (por fortuna, menos comunes hoy que en la década de 1920), y las diversas formas clínicas de la tendencia antisocial que revela deprivación. Con todo, para nuestros fines concretos, la psicosis propiamente dicha indicaría un trastorno del desarrollo emocional en un nivel temprano, sin que exista lesión cerebral. En algunos casos se advierte una fuerte tendencia a la psicosis hereditaria, mientras que en otros ello no constituye un rasgo significativo.

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