La salud como negativo de enfermedad ya fue superado incluso por los preceptos de la Organización Mundial de la Salud. La salud conlleva ampliar los límites mucho más lejos, sentirse vivo es más que estar sano, puede que no signifique siempre estar feliz o incluso estar propiamente entero físicamente. A veces la persona puede tener dolores psíquicos o físicos por separarlos esquemáticamente. Si pensamos sobre el bienestar podíamos convocar a Lao-Tsé o a Shakespeare, "ser lo que uno realmente es", "ir con el corazón en la mano", nos dírian que puede ser la manera de sentirse vivo. Esto resulta una quimera, casi una ingenuidad.
Quizá por esto, y no tanto por una extraña razón estamos en una "zeitgeist", de películas apocalípticas (véase Monstruoso), discos como el de los Smashing Pumpkins (Zeitgeist), novelas que denuncian esta vida parasuicida de ocultamiento de la verdadera esencia del género humano. Por eso los libros de Erich Fromm se siguen vendiendo como rosquillas y el modelo de Freud que veía la naturaleza humana como potencialmente indómita a merced de un ello devastador se ve con recelo, miedo y asco, algo más que resistencias. Como ya nos anunciaba el mismo genial autor un siglo antes en su obra. Winnicott, Maslow y Rogers, por citar unos pocos de pensamiento difuminado, tuvieron una ocurrencia en la que coincidían, la creatividad como forma de vida. Antes Freud y su hija Anna Freud habían hablado de la sublimación como el más excelso de los recursos defensivos para drenar las pulsiones. La creatividad como actitud se fue construyendo en los modelos psicológicos dentro de una forma de vida, un estilo, una actitud, una dimensión de la personalidad. Una manera de ser, más avanzado que el hacer. Melanie Klein trabajó también sobre ello en su obra, haciendo alarde de una capacidad creativa asombrosa analizando novelas y juegos infantiles entre otros productos de la psique.
Es desalentador el asistir al "teatro de la vida", tal y como le llaman algunos, desempeñando un papel estereotipado, esa forma fútil de existencia supone ser otro yo, alguien distinto, una impostura, un personaje, esto, aunque no se recoja específicamente en los DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), es desastroso para el desarrollo de personalidades armónicas, sintónicas y con capacidad para disfrutar de sí mismos y de lo que les rodea. Es tarea de las ciencias humanas y probablemente de la medicina también el alertar sobre esta forma de vida superficial alentada por la contagiosa ventana de los mass media. Sin embargo no atribuiría nunca la responsabilidad al recadero. Es un problema para pensar dentro de cada uno de nosotros, porque todos podemos desarrollar un falso-self, muchas veces funcional y operativo, esto estaría bien y podría ser divertido. El vernos sometidos al imperio de un falso self por fuerza es arena de otro costal. Sobre esto consulten Winnicott, Deutsch, Bick, Meltzer y otros.
Estado de completo bienestar físico,
mental y social y no solamente la
ausencia de enfermedad. OMS-1946
Artículo sobre la defensa maníaca y el falso self:http://www.aap.org.ar/publicaciones/dinamica/dinamica-4/tema-4.htm
Tema comentado por Rodrigo Córdoba Sanz en artículos anteriores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario