La locura es la incapacidad de encontrar alguien que nos aguante. John Rickman
(En 1924, John Rickman creó un instituto de psicoanálisis siguiendo el modelo del Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI) y, dos años más tarde, la BPS, gracias al aporte de un mecenas americano, logró establecer una clínica psicoanalítica (la London Clinic of Psycho-Analysis) en la que se realizaban curas gratuitas. Durante cincuenta años, más de tres mil personas se beneficiaron con la atención de la clínica: "Había un acuerdo mutuo -escribió Pearl King-, según el cual los profesionales debían dedicar una sesión gratuita por día a la clínica, o bien realizar otro trabajo equivalente". A partir de 1930, la segunda generación psicoanalítica inglesa (tercera en el plano mundial) adhirió a la BPS: Marjorie Brierley (1893-1984), John Bowlby, William Gillespie, Donald Woods Winnicott, Wilfred Ruprecht Bion. John Rickman fue amigo de Winnicott, y este último usó su frase en el contexto de la riqueza psíquica, la creatividad y la locura. En "Desarrollo Emocional Primitivo", Winnicott afirma: "A través de la expresión artística podemos esperar mantenernos en contacto con nuestros selves primitivos, de los que se derivan los sentimientos más intensos e incluso unas sensaciones terriblemente agudas, y en verdad que somos pobres si solo estamos cuerdos. En "La Familia y el desarrollo del individuo" apunta: "La psicosis es algo mucho más concreto y más relacionado con los elementos de la personalidad y la existencia humanas que la psiconeurosis, y para citarme a mí mismo, sin duda somos muy pobres si somos totalmente cuerdos.)
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