PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

viernes, 21 de octubre de 2016

Dieciocho



Un buen día, un hombre y una mujer se miraron a los ojos y percibieron un destello especial. Se dieron cuenta de que habían hecho un largo recorrido juntos, de que tenían una dilatada historia en común. Recordaron la primera vez que se vieron y se sintieron intensamente movidos el uno por el otro, y cómo a partir de aquel movimiento fueron dibujando en el horizonte un destino en común. Recordaron también  cómo iniciaron luego su trayectoria de convivencia y cómo se convirtieron en padres. Con aquella mirada tomaron conciencia del largo camino que habían hecho juntos y se sintieron afortunados. 

Entonces la mujer le dijo al hombre:

- Ya hemos pasado un largo tiempo el uno con el otro. Y nuestro hijo está a punto de cumplir dieciocho años.
- Sí, así es.
Cayeron en la cuenta de cuán rápido había transcurrido el tiempo y cuán intensa había sido su vida, y de cómo la fuerza de esa vida empujaba ahora al hijo a recorrer su propio camino. Y se sintieron felices. La vida les había unido y les había entregado a aquel hijo, al que habían acompañado hasta casi convertirse en un adulto.
Entonces el hombre le dijo a la mujer:
- Tenemos que celebrarlo. Cumplir dieciocho años  es algo muy especial. Creo que es el momento adecuado para una celebración y un ritual para mostrar nuestra alegría de ser sus padres y para entregarlo a su propia vida con todas sus consecuencias. Tendrá que saber qué le llegará en la vida adulta y que,  le guste o no le guste, le cueste o no le cueste, no podrá sino estar al timón de su destino.
La mujer asintió, y se pusieron a pensar de que forma celebrarían aquel hito tan importante en la vida de la familia... Continuará

Joan Garriga: "La llave de la Buena Vida".

No hay comentarios: