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Paz y Ciencia

lunes, 10 de octubre de 2016

Culpa y Psicopatía



Cuando el niño ha recibido sus necesidades básicas, esto es, han sido atendidas por una madre suficientemente buena, con una preocupación maternal primaria, que le permite cuidar al bebé, sostenerlo y manifestar su cariño, el niño evoluciona hacia un interés paralelo por el bienestar de las personas queridas y una preocupación por el daño que les haya podido ocasionar y el subsiguiente intento de reparación. Pero si el pequeño ha sido, se ha sentido, tempranamente abandonado y sus necesidades han sido obviadas e incluso ha recibido malos tratos, es difícil que llegue a preocuparse realmente por el otro.

Y, aunque en el fondo de su conciencia, subyace un sentimiento de culpa muy primigenio, relacionado con la idea de que hay algo malo en su naturaleza que ha impedido a su madre hablarle, esto no conduce a un intento de mejorar, sino, por el contrario, a actitudes psicopáticas y destructivas, ya que solo las personas que han sido amadas serán sensibles a la culpa y la inculpación.
En las relaciones amorosas posteriores se reactiva esa sensibilidad de culpa.
En cualquier caso, si el niño ha recibido suficiente amor, puede integrar su ambivalencia y cuidar de no dañar y reparar el daño. Si en las primeras relaciones solo hay odio y rabia, el deseo de destruir adquiere mucho peso y no se acompaña del deseo de reconstruir ni de reparar.
Cuando se lleva al extremo surge la manipulación de la deuda de amor, la exageración del sufrimiento y el sacrificio pueden conducir a un sometimiento que no permite la libertad personal y fomenta la sumisión. El temor a perder el amor hace que sea menos doloroso someterse que pagar el precio del castigo y la culpa.

En ocasiones, surge la necesidad de autocastigarse que funciona como preventiva, con el objeto de aliviar la intensidad del sufrimiento, provocado por la fuerza del sentimiento de culpa. Esto conlleva conductas neuróticas, que bloquean el desarrollo personal y profesional, frustran las relaciones amorosas y generan conductas masoquistas, en las que se provoca aquello que hace sentir desgraciado, así como el sadismo del otro.

Carmen Durán: "El sentimiento de culpa".
Rodrigo Córdoba Sanz: Psicólogo y Psicoterapeuta.

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