El avasallador no intenta demostrar que es más inteligente, tiene rabia reprimida, lo único que busca es provocar al otro, maltratarlo. A una persona que reacciona de esa manera es necesario ponerle límites claros, firmes, que funcionen como vallas invisibles e impidan que ellos ingresen en nuestro mundo interior y abuse de nosotros.
En este caso en particular, no sirve de nada guardar silencio y seguirle la corriente, lo que hay que hacer es ponerle un freno para que no nos avasalle.
- Me molestó que no me saludaras.
- Y a mí que no respetaras mi cansancio.
- Me molestó que no me llamaras por mi cumpleaños.
- Y a mí, que no me llamaras durante seis meses.
- Y a mí, que no me llamaras durante seis meses.
Bernardo Stamateas: "No me maltates"
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