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Paz y Ciencia

domingo, 30 de octubre de 2016

Las cinco condiciones para el bienestar de la pareja



He visto a muchos hombres y mujeres sufrir porque pretendían formar una pareja que iba en contra de su propia naturaleza, de su propio estilo de vida, de sus propias necesidades, deseos e inclinaciones; por querer adaptarse al modelo de los padres y de la familia en general, a lo que "debe ser" o a determinados modelos sociales imperantes. O por querer satisfacer los mensajes que vienen de las frustraciones y penalidades de sus personalidades de sus anteriores: "no te cases y mantén tu autonomía", "no te fíes y mantén a salvo tu corazón", "en la pareja hay que imponerse y controlarlo todo", "adáptate al otro y todo irá bien...

En la pareja activamos esquemas afectivos y pautas de relación que se imbrican y engrasan creando un campo compartido que va bien. Y todo lo contrario cuando va mal: un campo de batalla, con su reguero de destrucción y pena. En verdad, resulta triste que haya tanto dolor en las parejas y no se materialice el amor que sienten o sintieron en su momento, por tratar de ajustarse a un papel ajeno a ellos.

Arnaud Desjardins, discípulo del sabio hindú Swami Prajnanpad, escribe en su libro Una vida infeliz, un amor feliz, los cinco criterios que su maestro le enseñó para reconocer el valor profundo de una pareja. Cuando éstos se cumplen, la pareja que vive en armonía, y sus asuntos alegres y serenos.

Podemos cambiar un poco el estilo afectivo, pero vale la pena juntarnos con alguien "compatible", eso lo sabremos en un proceso. Cuando uno más uno suman mucho más que dos.

El intercambio negativo de parejas que parecen llevarse muy mal también vincula, aunque sean infelices, desgraciado o por soledad.
Esto significa que el vínculo no crece con fuerza únicamente en el intercambio positivo y fácil, sino también en el negativo y difícil.

La segunda condición de Prajnanpad es que se trate de dos naturalezas no demasiado diferentes, ni demasiado incompatibles. La compatibilidad del hombre y la mujer, o de cualquier pareja, descansa sobre la diferencia, pero también sobre la posibilidad de asociarse. Algunas parejas descansan sobre la compatibilidad de hombre y mujer y su diferencia,

Una pareja se forma más allá de los presupuestos y los prejuicios de la familia y la sociedad. Aunque la pareja esté en completo movimiento. La pareja necesita ser buenos amigos, buenos conpañeros. Que sientan que tienen alguien al que entienden y que los entiende.

La cuarta es tener fe, esperanza y amor por la vida y el respeto hacia a la otra perrsosna con el afán de sumar más de dos y de entregarse con condiciones, condiciones de ecuanimidad, a no ser de casos concretos. Confianza supone que el otro confíe en su pareja. La confianza, por ejmplo, no exige garantías. En algunas parejas se instala el miedo porque desaparece la confianza, en ese momento, el miedo se ha instalado y no hay marcha atrás, la única salida es la enemistad o la separación.

La quinta y última de las condiciones es, si cabe, la más difícil de cumplir: el deseo espontáneo de que el otro esté bien, lo cual quiere decir, el deseo de que esté bien por encima de nuestros miedos o carencias. En estos tiempos de egoncentrismo es una cuestión difícil es difícil porque estamos en una sociedad narcisista. La palabra espontaneo" es el epicentro de esta cuestión, y ser espontáneo no es una cuestión volitiva sino un gesto espontáneo. Consiste en ver al otro con la inteligencia del corazón y no sólo a través de nuestras proyecciones y anhelos, así lo amamos como es y le damos lo que necesita y espera recibir en un movimiento de encontrar la plenitud con plena felicidad.

Es muy común que los padres sientan hacia los hijos el deseo espontáneo de que sean felices, y que estén dispuestos a dar mucho y hacer muchas cosas para su bienestar, pero eso no es tan común en la pareja. Muchos de nosotros, como niños egoístas, a veces anteponemos nuestro bien al deseo del bien del otro. Por eso, la pareja lo logra cuando nos alegramos espontáneamente el bienestar del otro y hacemos lo que está en nuestras manos para que se produzca, sentimos una alegría redoblada.

Así que "sólo" se trata de cumplir estas cinco condiciones. Para tranquilizar al lector o lectora, diré que no conozco a ninguna pareja que las cumpla todas a rajatabla, pero también es cierto que aquellas que únicamente cumplen una o dos lo pasan realmente mal.


FUENTE: Joan Garriga: "El buen amor en la pareja".
Rodrigo Córdoba Sanz. Terapia de Parejas.












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