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Paz y Ciencia

domingo, 2 de octubre de 2016

Desarrollo de la condición Borderline



Las características principales de estos pacientes son los accesos de rabia, relaciones interpersonales muy dependientes, problemas de identidad y depresión sin sentimientos de culpa pero sí de soledad.
Toda una gradación que es útil a la hora de establecer un pronóstico y en lo que se refiere a la aplicación de técnicas psicoanalíticas concretas.

El borderline mantiene límites precisos en su Yo, salvo en circunstancias de fuerte compromiso emocional. L. Grinberg diferencia los borderline esquizoides de los melancoloides. Crespo propone también esta forma de considerar el problema a los histeroides y los obsesivo-compulsivos.

Gunderson consideró  el problema de las diferencias existentes entre las psicosis esquizofrénica y las borderline. Estas últimas desarrollan espisodios histeroides de despersonalización y trastornos de la percepción, mezclada con depresión o episodios maniformes.

Kernberg afirma que ciertos niños que exhiben ,y formas de conducta, de relación y de pensamiento, , tales como egocentrismo, inhibición y problemas en las relaciones sociales, desembocan en una patología borderline; entonces se convierten en inflexibles, inadaptados, presentan trastornos funcionales importantes y sufren de un malestar subjetivo severo.

El trastorno comienza en la fase de separación-individuación. La madre no expresa entonces afectos amorosos hacia el niño y, por el contrario, le premia si regresa a la fase simbiótica.

Winnicott cree que el paciente borderline no ha vivido la habitual preocupación materna respecto a él, lo que se traduce en un falso self que se conforma a los dictados del mundo exterior.

Desde el punto de vista de Kohut, los borderline han fracasado en adquirir un sentido de coherencia y por lo tanto se mantienen en una permanente fragmentación.

Grotstein expone que la condición psicótico-fronteriza ha de reunir los siguientes criterios:
a) Debe tener una predisposición congénita consistente en su inclinación al pánico orgánico, que dificulta el establecimiento de un sistema madre-bebé.
b) El bebé puede encontrarse con una madre que esté deprimida y/o ausente, incapaz y/o inadecuada para mantener el sistema de reciprocidades que ya describió Brazelton.

Tal y como dijo Bion, la existencia de una parte anormal que se había escindido precozmente, es el resultado de una experiencia psicótica infantil, ya sea larvada o catastrófica y, al mismo tiempo, del fracaso al establecer una frontera suficientemente sólida mediante la represión primitiva.
El niño no confía en la capacidad continente de la madre y menos en que ésta procure significados a partir de sus sensaciones. Este déficit le acompaña en las sucesivas etapas
del desarrollo y es responsable del llamado defecto yoico, que consiste en la imposibilidad más o menos total de originar. contemplar y organizar pensamientos y afectos en el interior de un espacio psíquico en un contexto de representaciones, así como también en el fracaso de vivenciar dentro de las tres coordenadas espaciales.

El diálogo entre el Yo y su Self, como tal objeto del Yo, es problemático, en su lugar aparecen una especie de monólogos que se experimentan  un permanente discontinuidad. Surgen irrupciones del Ello de tipo patológico en un proceso primario alterado.


Nicolás Caparrós: "Ser Psicótico. Las Psicosis". Biblioteca Nueva




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