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Paz y Ciencia

domingo, 23 de octubre de 2016

El cuento de la Llave de la Buena Vida (Desenlace)



El hijo, salió de casa dispuesto a vivir la aventura propuesta por los padres... La Valentía y la Conciencia... Escoger el camino de la Izquierda. Todo ello le resultaba abrumador.

A partir de aquel día, el hijo empezó a caminar por el sendero de su propia vida. De vez en cuando llevaba la llave colgada al cuello, la cual, simbólicamente, recordaba a su casa en el corazón.

Estudió y adquirió habilidades que le permitieron hacer una carrera y montar un bufete de abogados.
Sin embargo, empezó a descuidarse, engordó, descuidó a su familia, a la que veía muy poco y se sentía triste a pesar de escoger siempre el camino de la izquierda, tal y como le habían indicado sus padres.

Con los años se obsesionó con el ganar. Y, en su afán de acumular, empezó a autoengañarse creyendo ser el personaje exitoso y orgulloso que había construido. Se olvidó de los amigos y se dio un declive.

Entonces una noche de soledad y desesperación, sacó la llave del cajón y recordó la conversación que había tenido con sus padres a los dieciocho años. Y pensó que debía de haber algún problema con la llave, que tal vez no funcionaba del todo bien. Se preguntó por qué, si aquélla era la llave de la Buena Vida, estaba padeciendo tanto dolor y malvivir.
Decidió volver a casa de sus padres el mismo día que cumplía cuarenta años, como siempre ellos le recibieron afectuosamente. Les explicó la situación que estaba viviendo y lo desgraciado que se sentía, y les dijo:
- He hecho siempre lo que me aconsejasteis: he escogido siempre la puerta de la izquierda. Sin embargo no soy feliz. ¿Acaso no funciona bien la llave? ¿O es que no entendí como utilizarla?
A lo que sus padres respondieron:
- Lo cierto, querido hijo, es que aquel día tenías tanta prisa por salir a la vida y empezar a abrir las puertas que no nos diste la oportunidad de explicarte algo tan importante: por qué la llave tiene tres dientes y qué simboliza cada uno de ellos.

El hijo sacó la llave de un bolsillo y la miró con sorpresa, como si reparara por primera vez en aquel detalle.
- Es cierto, tiene tres dientes. Pero nunca pensé que esto fuera importante. ¿Podéis decirme por qué son tres dientes y no dos ni cuatro?
- Porque tres son los recursos esenciales que necesita reunir cualquier persona para avanzar y tener una Buena Vida. Son los tres invitados que, como asistentes interiores, debe convocar cada vez que atraviese una puerta.
- Vaya, creo que no debí salir corriendo aquel día.
Los padres sonrieron, felices de poder entregar al hijo el resto de su regalo de cumpleaños, aunque fuera con retraso.
- ¿Y cuáles son esos tres invitados?
Siempre y en cada cerca de tu verdad interior y tu experiencia real, sea la que sea, y la respetes. Éste es el recurso de la transparencia, el de estar en la vida siendo quien eres y no otra cosa. Porque, si no permaneces en tu verdad, en tu ser real, caes en la impostura, en la falsedad, en la construcción de un personaje. Y quien vive la vida desde un personaje se aleja de sí mismo y sufre inevitablemente.
- ¿En qué consiste la valentía y la conciencia?
La valentía tiene que ver también con la verdad, pues es el valor de mantenerte en tu propio camino, en tu autenticidad, a pesar de los contratiempos, las presiones sociales o los vaivenes de la vida.
- El tercer recurso -le dijeron- es la conciencia, la atención, el darse cuenta, lo cual significa que tienes que estar siempre despierto y atento a lo que te está pasando, a lo que estás viviendo, a tu propia experiencia, a tu cuerpo, a tu corazón, a tus emociones, a tu alma, a tus deseos, a tus temores, a tus anhelos...
[...]

- El ansia de ganar me ha hecho olvidar lo esencial. Y me he traicionado.
- No es necesario que seas tan duro contigo mismo -replicaron sus padres, levantándose asimismo- Errar y perder forma parte del juego de la vida, aunque conviene no perseverar mucho tiempo en los errores sólo porque se convirtieron en un camino acostumbrado [...]

Pasaron los años y tras reparar el daño que había realizado involuntariamente, por ese manido deseo de ganar y acumular, también recuperó a su familia. La conversación a los cuarenta años con sus padres, el final de la explicación del regalo de la llave de la Buena Vida había sido esclarecedora.

Un día la felicidad del hijo se truncó ante una dolorosa y difícil puerta de la derecha. Recibió una llamada de su madre: su padre acababa de morir.
El hijo regresó a casa de los padres y ayudó a la madre con el funeral y el entierro. Después de que todos se marcharan, se quedó a solas con ella. - siento un dolor enorme por la pérdida - le dijo -. Pero gracias a la llave que me regalasteis, me siento con fuerza para atravesar también esa puerta.
La madre sonrió, pues, a pesar de su profunda tristeza,se sentía orgullosa de su hijo [...]
- Ha llegado el momento en el que recibas el resto de tu cumpleaños- le dijo-. Has de saber que al final de un largo camino ya no encontramos puertas, sino una sola, la última y definitiva. Es la puerta del morir, del  y perder todo,y, al mismo tiempo, del ganar todo. Porque cuando llegamos al final, a la última , y lo perdemos todo, nos hacemos completamente libres [...]
- Viviendo una buena vida, tendrás una buena muerte.

Así, comprendió al fin que las ganancias y las pérdidas no dejan de ser un inevitable juego de la mente y no una estricta realidad del universo. Y llegó a discernir claramente que conviene saber deponer viejas identidades, ropajes que ya nos quedan estrechos, para abrirnos a nuevos futuros que tratan de alcanzarnos y, al fin, a la paradójica plenitud de la nada. De la radiante y dorada.

Este se trata del cuento que da inicio al libro de Joan Garriga; "La llave de la Buena Vida". Un libro que gira desde la metáfora hasta el profundo saber desde lo sencillo. Muy recomendable, para aprender y gozar. Rodrigo Córdoba Sanz.



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