Como es bien sabido por las personas informdas con TLP, que son la mayoría, el rasgo esencial es un patrón arraigado de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de, una marcada impulsividad que empieza al final de la adolescencia, principios de la adultez.
Estas personas hacen esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. La percepción de una separación o rechazo inminente puede provocar cambios profundos de la autoimagen (self), el afecto, la cognición y la conducta. Reaccionan con rabia inapropiada aún cuando se enfrentan a .separaciones breves. Creen que este "abandono" implica que son "malos". Tienen intolerancia a estar solos y necesitan estar acompañados.
Sus relaciones interpersonales son inestables e intensas. Idealizan a los amigos o parejas potenciales en el primer o segundo encuentro; les demandan cercanía por períodos prolongados y muy pronto abren su intimidad. Sin embargo, la idealización cambia hacia una súbita devaluación cuando sienten que el otro no se interesa por ellas, no les da lo que están esperando recibir. Pueden empatizar y dar afecto a otros pero sólo para que "estén" a su disposición cuando lo pidan. Son propensas a tener cambios dramáticos y súbitos en su visión de los otros, por ejemplo, de protectores a cruelmente maltratadores.
Tienen una alteración de la identidad caracterizada por una notable y persistente inestabilidad en la autoimagen o en el sentido de sí mismos. Hay cambios súbitos y dramáticos en las metas, valores y aspiraciones vocacionales; en opiniones y planes de sus carreras; y en la identidad sexual y el tipo de amigos. Cambian de repente sus actitudes suplicantes a ser vengativos por los maltratos sufridos.
Aunque su autoimagen dominante es de ser malas, a veces pueden sentir que no existen. Esto ocurre cuando carecen de relaciones significativas de protección y apoyo.
Son impulsivas en áreas potencialmente peligrosas para ellos mismos como apostar, ganar dinero en forma irresponsable, darse atracones de comida, abusar de sustancias, involucrarse en prácticas sexuales no seguras o conducir automóviles de modo temerario. Esto ocurre cuando carecen de relaciones significativas de protección y apoyo. Con frecuencia realizan amenazas, gestos, intentos suicidas, cortes en la piel, mordeduras en la piel, mordeduras en los puños o golpes en la cara.
La conducta autodestructiva puede ocurrir durante episodios disociativos y a menudo les sirve para reafirmar la capacidad de sentir o para expiar sus sentimientos de maldad.
La afectividad es muy inestable por una marcada reactividad del estado de ánimo (disforia episódica intensa, irritabilidad o ansiedad que duran unas horas o unos pocos días). El estado de ánimo disfórico básico se acompaña de periodos de rabia, pánico o desesperación, rara vez se sienten bien o y nunca tienen euforia o irritabilidad todo el día, por muchos días.
Otra situación a destacar es el sentimiento crónico de vacío. Se aburren fácilmente y están en una constante búsqueda de algo qué hacer. Con frecuencia tienen expresiones inapropiadas e intensas de ira que no pueden controlar. Pueden mostrarse muy sarcásticos, con amargura y agresiones.verbales.
La ira aparece cuando un amigo se comporta de manera egoísta.
En períodos de estrés extremos pueden tener síntomas disociativos breves que son de poca severidad, pueden remitir en minutos, horas si logran que regrese la persona abandonadora.
Pueden tener un patrón de fracaso ante el éxito, como dejar la Universidad justo antes de graduarse.
Algunos presentan síntomas micropsicóticos con alucinaciones, distorsiones de la imagen corporal e ideas de referencia, provocadas por el estrés. Se sienten más seguras con objetos transicionales como mascotas u objetos materiales que con las relaciones interpersonales. A veces presentan discapacidades a consecuencia de los intentos de suicidio fallidos o llamadas de ateción, quehay que prestar mucha atención, valga la paradoja. Como grito desesperado. Pierden con frecuencia el trabajo, las oportunidades de estudio y a sus parejas por divorcio.
Rodrigo Córdoba Sanz. Experto en Trastornos de Personalidad.
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