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Paz y Ciencia

martes, 10 de julio de 2012

Memoria y Deseo




A pesar de que Freud muy explícito con respecto a la atención suspendida por igual, los terapeutas siempre han tenido muchas dificultades para aceptar su consejo. "Es demasiado difícil", se quejan. "¿Cómo es posible hacerlo?", preguntan. "Una tensión de este tipo raras veces ocurre en otras áreas de la vida", suspiraba Sándor Ferenczi. ¿Y por qué uno usa la actividad intelectual, el "escrutinio crítico", el "pensamiento que resuelve problemas" o el "procesamiento cognitivo"?, preguntaban. En su libro más difundido, publicado en 1938 y titulado Problems of Psychonoalytic Technique, Otto Fenichel, que codificó buena parte de la técnica psicoanalítica en solitario, descartó los esfuerzos de aquellos que luchaban por implementar las recomendaciones originales de Freud, acusándoles de limitarse  a flotar en su inconsciente y de "apenas hacer ningún trabajo en absoluto".
Lo que todos estos analistas no llegaron a entender -y es difícil culparles, puesto que no tenían experiencia de la meditación- es que un único estado mental, un estado aposentado y equilibrado de atención desnuda, o suspendida por igual, puede abarcar tanto el estado no verbal como el racional e intelectual. El proceso cognitivo no tiene que ser iniciado por el terapeuta; el proceso cognitivo que está ocurriendo por su propia cuenta es más que suficiente. Cuando hay algo significativo que decir, es más que aparente. No obstante, con frecuencia la actividad intelectual del terapeuta es una defensa contra la experimentación del silencio del paciente, una negativa a entrar en un no-saber experimentado conjuntamente que convierte el descubrimiento en una posibilidad real.
Lo que acaba siendo terapéutico para mucha gente no es tanto la narración de su pasado para explicar su sufrimiento, sino la experiencia directa, en la consulta del psicoterapeuta, de las emociones, de los pensamientos emocionales o de los remanentes físicos de los pensamientos emocionales con los que están atascados. Estos sentimientos sobresalen de lo silencios y manifiestan su presencia cuando la habitación se aquieta. A menudo toman la forma de una necesidad enfadada, de un dolor resentido o de una rabia desesperada, y son la evidencia de la falta básica que hace que la gente repita su conducta destructiva sin entender por qué. La profesora americana de zen Charlotte Joko Beck describe la esencia del zen como aprender a fundir los "bloqueos congelados de la emoción-pensamiento". En este sentido la meditación tiene una influencia dual: puede enseñar al terapeuta a dejar que surjan sentimientos muy íntimos en la comunicación terapéutica, y puede enseñar al paciente a estar con ellos una vez que surgen. Solo entonces es posible acabar con las interminables repeticiones de la emoción.

Mark Epstein: "Pensamientos sin Pensador. Psicoterapia desde una pespectiva Budista". Gaia Ediciones, 2011, Madrid. Pp.: 215-217


Psicoanálisis y Budismo Zen

Lacan cita en varias oportunidades a lo largo de su obra al Budismo en general y particularmente al Zen. Voy a tratar de marcar algunos de sus aspectos fundamentales como también algunas relaciones posibles entre en Zen y el psicoanálisis.
Buda, que significa “el iluminado”, vivió en India alrededor del año 500 antes de Cristo. Según se cuenta, en un relato histórico con ribetes metafóricos, era un príncipe que vivió entre lujos hasta que, a los 24 años, salió del palacio y se encontró con la miseria y la enfermedad. Se encontró con el goce y la castración.
Decide emprender un camino espiritual, conmovido por este descubrimiento y durante varios años transita, por ayunos y prácticas ascéticas muy rigurosas. Finalmente las abandona poralgo menos estricto, acepta la comida de una mujer y medita sentado bajo un árbol.
Con su iluminación comienza a enseñar proclamando, entre otras cosas: las Cuatro Nobles Verdades.

http://www.taringa.net/posts/info/14480003/Borges_-El-Budismo_-Conferencia.html Conferencia de Borges sobre el Budismo.
http://hectorfrattini.blogspot.com.es/2011/09/psicoanalisis-y-budismo-zen_24.html Psicoanálisis y Budismo.

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