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Paz y Ciencia

miércoles, 18 de julio de 2012

Michel Foucault



"La inteligencia se caracteriza por una incomprensión natural de la vida" Henri Bergson.

Tengo una relación con Foucault muy particular, en primer lugar, fue uno de los acicates que me llevó a cuestionarme el marcharme del Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial (vulgarmente Reformatorio). Allí me sentía como pato en un garaje. Adolescentes encerrados con 1 hora en todo el día para salir, mañana y tarde, se le pasaba la comida por una rendija de la celda y tomaban medicaciones abolutamente brutales para anular su voluntad. Así llegué, adquirido y antes ha tomar contacto con "Vigilar y Castigar". Recuerdo que hablando con un curtido e instruído sociólogo del "refor" me dijo, "es muy bueno". Yo le contesté: "si lo leo me voy de aquí". Evidentemente, yo practicaba el psicoanálisis en esa época, y la manera de trabajar no iba con mi estilo, con mi persona, con mi formación y con mi decantación, entonces larvada, de Humanismo.
Luego tuve contacto con la "Historia de la Locura", lo regalé antes de desprecintarlo a una amiga que gusta de textos filosóficos-psicológicos, es mi compañera, colega y amiga. Ella y yo empezamos casi juntos en este mundo tan amplio e insondable como es la Naturaleza Humana. Si observan, cuando hablo de Naturaleza Humana, hay una connotación Humanista y al mismo tiempo un sencillo homenaje a Donald Woods Winnicott, quien me inspiró durante largo tiempo. Ahora ya tamizo las derivas psicoanalíticas y mi práctica poco tiene que ver, en muchos casos, con la ortodoxia de la técnica que, por ejemplo, pueden leer en Echegoyen o el español Joan Coderch, quien escribió una semibiblia titulada "Psiquiatría Dinámica" y el texto al que me refiero se titula "La Interpretación en Psicoanálisis. Fundamentos y teoría de la técnica".
Llegados a este punto les cuento. Como pueden apreciar quienes leen este "espacio transicional", un espacio con la idea de que podemos pasar de la sobriedad del "Ego" a jugar, sin normas, a enloquecer creativamente para desatarnos del vivir en el pasado u obsesionarnos con el futuro. He aprendido vivencialmente y en la clínica, que Fritz Perls y aquellos que le inspiraron, tenían mucha razón. Claudio Naranjo ha dado un rumbo nuevo, acorde con las necesidades del individuo moderno y se ha popularizado por el Eneagrama. Claudio Naranjo es un hombre que escribe más difícil de lo que habla. Algo que tal vez, se relacione con su increible experiencia, formación y asociaciones de autores e historias. En todo caso, Perls, Laura Perls, Satir, Erikson, Claudio Naranjo y el otro Erikson, el que sentó las bases de la identidad (no nos liemos), son piezas clave del trabajo terapéutico y del goce estético humanista.
Al mismo tiempo, la filosofía siempre me ha gustado, leía a Platón cuando no entendía demasiado, ni siquiera había estudiado nada de él. Eran ensayos sobre su obra. En fin, los tengo en otra casa y los rescataré porque quiero que estén más cerca de mi memoria.
Pues bien, hoy he ido antes de trabajar a echar un vistazo a una librería, la cual, solía tener textos estrictamente académicos, a saber, en España, manuales de Modificación de Conducta, Asertividad y entre otras cuestiones superficiales pero útiles, mucho sobre autoestima. Hay quien tiene la ilusión de aliviarse, curarse o entenderse a través de un libro. Puede proporcionar pistas pero, por experiencia, les digo que pueden estar leyendo toda su vida. Sería, con un poco de humor, en lugar de "Análisis Terminable e Interminable" de Freud, una de sus últimas obras: "La Historia Interminable". Un libro que devoré de muy niño con la admiración y sorpresa de mis familiares de Girona.
En fin, el libro que he adquirido es sobre Focucault, lo que se llama "un tocho". Es decir, de difícil manejo, con complicación para llevarlo en el bolso o como le quieran llamar.
Es un libro de Egardo Castro, no conocía ni tengo referencias del autor, he preguntado, nadie ha respondido.
El título: "Diccionario Foucault. Temas, conceptos y autores". Ed. Siglo XXI. ISBN: 978-987-629-188-0

Y en la parte de atrás, ese misterioso lugar donde, a veces uno se encuentra el dilema entre lo etéreo de la editorial y la esencia del autor dice así:

La influencia del pensamiento de Michel Foucault no ha dejado de fortalecerse en los últimos años. Y no solo por la publiación de sus cursos en el Còllege de France, sino porque el nuevo material disponible ha extendido el horizonte interpretativo de su pensamiento y ha alimentado nuevos paradigmas de lectura. Conocedor de la reticencia de Foucault a elaborar teorías acabadas, de su horror a la totalidad, Edgardo Castro recurre a la simpleza y la finitud alfabéticas para exponer una obra fundamental, sin limar sus aristas o neutralizar su complejidad.
Esta edición del Diccionario Foucault considera todo el material publicado hasta el presente. Los artículos que componen la obra explican el uso de los principales conceptos foucaulteanos (como episteme, locura, ciencias humanas, disciplinas, gubernamentalidad, razón de Estado o biopolítica, por citar solo unos pocos), destacando los sentidos más relevantes, describiendo las discontinuidades o rupturas en el interior de la obra de Foucault, y también incorporan referencias a los filósofos o intelectuales, tanto de la Antigüedad Clásica como de la época moderna, que es útil situar en relación con su pensamiento. Cada artículo está acompañado, además, de un índice de frecuencias del término analizado, ordenado cronológicamente.
Sintético y exhaustivo a la vez, al multilplicar los puntos de acceso al pensamiento de Foucault y sus posibles recorridos, este libro imagina un lector que sea sobre todo un usuario.

Bien, tendré que tenerlo en la mesa del despacho de casa o de la consulta. Su peso hace difícil el manejo. Me recuerda a un texto, a mi gusto demasiado "erudito" en cuanto a la obsesividad de citas, comentarios y volumen, de un libro de Javier Lacruz Navas titulado "Vocabulario Esencial de Winnicott". Una auténtica joya pero para tomar en pequeñas dosis.


Entonces, iré compartiendo este texto, arriba citado, junto con el winnicottiano y también una obra magistral de Howard Gardner titulada: "Mentes Maravillosas. Cuatro retratos para descubrir la propia excepcionalidad" y un libro recopilado de ensayos en el año de su fallecimiento (1980): Erich Fromm: "Sobre la Desobediencia". Quien ya apunta lo que Claudio Naranjo expresa. Fromm fue un psicoanalista muy especial, estrictamente, un Psicoanalista Humanista.
Como ven, estas son, entre alguna que se queda en el tintero, mis influencias. Hay muchas más pero el EJE es este que le muestro. Seguiremos la andadura juntos. Un saludo. Rodrigo Córdoba Sanz.

No me puedo despedir sin comparir con ustedes algo más que cuestiones intelectuales, un músico, terapeuta y otras muchas facetas más, ha mandado este curioso y enigmático compositor, con un título y una belleza fascinante.
http://youtu.be/IBLscIOUN7I David Kellner (1670.1748) Chaconne - Miguel Yisrael, Baroque lute (CD Les Baricades Mistérieuses)

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